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Pokemon Love por Witch Chameleon

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Notas del fanfic:

 


Hola de nuevo! Este es un nuevo fanfic a pedido, de los cuales casi estoy por terminar el desafío (?) Creo que si mal no recuerdo me quedan dos más. Espero poder tenerlos para las semanas que vienen. Este fic fue escrito con ayuda, porque no recordaba las situaciones, así que me han ayudado con la memoria. Admito que en un principio no estaba muy segura de cómo encararlo, pero al fin de cuentas lo logré, ahora solo queda el veredicto de los lectores.

Notas del capitulo:

El fic como siempre va dedicado a quienes me lo pidieron Geno, Sabri, Naty y Yesi. Muchas gracias a KaruraTakashima  que siempre está dejando sus comentarios y me alegran el día, saber que logro lo que realmente buscó en cada escrito. Gracias a Saiki y Haru que también leyeron el anterior fic y gracias a todos los que están siempre leyendo mis antiguos o mis nuevos fics. ¡Muchas Gracias!

Disfruten!

 


 


Saga no recuerda cómo ni cuándo sucedió que ese sentimiento se manifestara con tanto fervor,  lo que sí sabía es  que amaba a esos dos. Los amaba profundamente porque cada uno era hermoso a su manera. Si le daban a elegir por uno, para él era imposible decidirse, porque cada persona era especial y única, para él en verdad ellos dos eran únicos y perfectos, juntos.


Porque sí,  a Saga le gustaba verlo juntos, se emocionaba si llegaba a presenciar un beso entre los dos, era feliz por ellos si decidían dar un nuevo paso, básicamente el castaño respiraba y vivía del amor de esos dos.


 


 


 


Desde un principio había notado esas miradas que los amigos no se dan, incluso mucho antes de que ellos dos se percataran de todo lo que sentían.  No por nada, abusaba un poco de esa sabiduría que le habían otorgado para notar el amor en los rincones, para generar celos entre los dos, provocarlos hasta hacerlo explotar, lo cual siempre terminaban en reconciliación de “amigos” , algo que el bajista detestaba. Pero eso duró apenas los primeros años de Alice Nine.


 


 


 


 


 


Saga tenía el fiel recuerdo de la sesión de fotos que provocó el primer beso entre ambos. La idea principal del director artístico era jugar con una especie de crema artificial, desparramarse guirnaldas y distintos accesorios de fiesta. El fotógrafo pedía que todos sean espontáneos, se relajaran como amigos. En ese momento Alice Nine apenas llevaba unos años  y si bien eran muy buenos compañeros, lo de amigos vendría después,  ya que era todo reciente.  Pero sí había muy buena química entre todos, lo cual favoreció a la sesión.  Saga aprovechó la idea de la espontaneidad para enfrentar a Hiroto con Shou, con sus bocas apenas abiertas, mientras el bajista los observaba. Esa foto provocó unas miradas juguetonas y cómplices entre ambos, para luego unas risas generalizadas pero el castaño bajista lo sintió como un triunfo, porque esas miradas eran chispeantes y enérgicas, había notado como las mismas habían terminado en los labios ajenos, lo cual significaba deseo. Sabía que no debía esperar mucho para conseguir que dejaran de ser “amigos”.  Tanto el guitarrista como el vocal, se rieron al ver la fotografía,  lo cual fue acogida para publicarla, pero se comentaron cosas en secreto que no pudieron ser oídas por nadie.


 


 


 


 


 


Aquella noche Saga presenció cómo se besaban en el automóvil que el manager usaba para trasportarlos. Dado que la van era algo espaciosa para los cinco, cada uno podía sentarse donde quisiera, pero para el bajista no fue una sorpresa que ambos se escondieron en la parte trasera, aprovechando que siempre se sentaban juntos y que era muy de noche, para besarse. Lo hicieron de forma tierna, agradeció que nadie se percatara de cómo sus corazones palpitaban con tanta fuerza, debido al sonido del vehículo, pero para Saga que tenía buen oído,  podía percibirlo.  Takashi sonrió como un idiota en ese momento, disfrutando del beso incluso más que ellos.


 


 


 


De ese modo Saga se convirtió en el “provocador” de la inminente relación.  Aunque en un principio había pasado desapercibido para Shou e Hiroto. Por lo que desde un comienzo se había vuelto una especie de voyerista, que disfrutaba de los besos y las caricias que entre ellos se brindaban. Las  miradas y las palabras cómplices que para el resto carecían de sentido, para Saga era el propio lenguaje del amor que había entre los dos.


 


 


 


 


Aun así el bajista no soportó mucho aquello, necesitaba aclararlo antes de que sea un mal entendido entre Shou e Hiroto y que ello provocara un desenlace del que lamentaría.  Un buen día que se encontraban practicando en un ensayo en uno de las salas principales de la compañía, el manager los había dejado solos, mientras esperaban por  Tora y Nao que aún no llegaban. Saga sintió la necesidad de hablar seriamente con Hiroto y con Shou. Ambos pensaron que se debía a esa relación que estaban manteniendo en “secreto” por lo que decidieron oírlo y buscar el modo de trasmitirle al castaño que ello no era cierto, aunque el bajista fue claro desde el minuto cero.


 


 


 


 


-       Ustedes me gustan. — Aquellas palabras sorprendieron a la pareja. Ninguno estaba seguro de cómo tomarse aquella confesión.  Mucho más cuando el bajista bromeaba, pero esta vez parecía ir muy en serio.


 


 


 


-       ¿En qué sentido? — Se atrevió a preguntar el guitarrista, frunciendo ligeramente el entrecejo, aunque mantenía sus labios abiertos ante la impresión, gesto que no paso desapercibido para el bajista.


 


 


 


-       A ustedes como pareja. —  Aquellas palabras hicieron toser a Shou de los puros nervios y dejo a Hiroto aún más boquiabierto. —  Lo note desde un principio que ustedes tenían algo,  incluso mucho antes del beso en la van. —  La impresión de la pareja era tan grande, que sus rostros estaban desencajados.


 


 


 


-       ¿Cómo sabes todo eso? —  Alcanzó a pronunciar Shou sintiendo como parte de su voz se cortaba al hablar, porque si el bajista había logrado percatarse de todo ello, seguramente el resto de la compañía también lo sabía. 


 


 


 


 


-       Digamos que fui como una especie de Cupido. —  Saga exclamó aquello en un claro tono bromista, para luego negar, ya que había pedido hablar de forma seria. —  Note rápidamente la conexión que existe entre ustedes,  no podían no ser novios. —  Hiroto le tapó los labios con una de sus manos para que el bajista no dijera aquello en voz alta, aunque se encontraban solos, las paredes de aquella compañía y los espejos, tenían oídos.


 


 


 


-       ¿Y ahora debemos pagar tu silencio? — Shou pensó rápidamente que lo que Saga estaba esperando era chantajearlos, para evitar que el mismo difundiera lo que podría ser el final de sus carreras.


 


 


 


 


-       ¿Eh? No… No he dicho nada de eso, Shou-san. Solo quiero ser parte de ustedes.  Que ustedes pueden confiar en mí si necesitan algo. No quiero tampoco ser una molestia pero si puedo ayudarlos, me encantaría.  Porque ustedes me enamoran. — Hiroto arqueo sus cejas, mientras que Shou sabía que su bajista era raro pero aquello bordeaba la locura. Definitivamente Saga estaba loco.


-        


 


 


 


-       Dicho de ese modo parece que quieres que seamos un trío. —  Mencionó Hiroto, frunciendo sus labios ligeramente en una mueca. No le agradaba esa idea, o le gustaba compartir su amor hacia Show con nadie.


 


 


 


-       Sé que suena raro… Pero escuchen, yo quiero ayudarlos para que nadie más lo sepa. Soy su cómplice,  cuando se necesita “mentir” también se necesita alguien que cubra la mentira, ¿no lo creen? —  Aquello que Saga dijo era lo más sensato que Shou había oído en mucho tiempo. No era mala la idea de tener un secuaz. Sobre todo cuando había tantos fisgones en aquella empresa. 


 


 


 


-       Acepto… —  Exclamó Shou ante la sorpresa de Hiroto, pero pensándolo bien lo que el castaño había propuesto era bastante convincente por lo que tampoco lo encontraba mal, el guitarrista tampoco se opuso. —  Eres nuestro. -—  Añadió Shou, haciendo reír a los otros dos ante la broma.


 


 


 


 


 


Así nació no sólo la complicidad entre ellos, sino también la amistad que se gestó con el paso de los años,  donde Saga fue testigo de todo lo acontecido entre los dos, inclusive fue clave en las reconciliaciones. Cuanta más confianza ganaba Saga de Hiroto y Shou, más veces salía con ellos a todos lados, a comer, a comprar, de Karaoke, cualquier actividad, era compartida por los tres. En un principio era para que nadie sospechara de la pareja pero a medida que el tiempo transcurrió,  el bajista se transformó en uno más de la pareja.


 


 


 


 


Shou e Hiroto pasaron por muchos problemas, momentos difíciles que casi los lleva a la ruptura, ahí estaba Saga  con ellos para ayudarlos, para hacerlos sentar cabeza, para que se enfríen y ante todo priorizar los años de relación,  que una pelea no eche a perder su bonita relación.  El bajista comprendía que el amor aún persistía en aquellas almas y mientras el amor existiera nada podía fallar. El castaño no se consideraba una persona romántica ni cursi, pero admitía que por Hiroto y Shou su visión de ver a una pareja enamorada, era incluso más reconfortante que tener el mismo su propia pareja. Saga no servía para las relaciones, de ese modo había perdido por completo el interés en ellas. Tampoco andaba solo por la vida, eso no era sano. Pero su único y verdadero amor era Shou e Hiroto juntos.  Claro después de la música y su bajo.


 


 


 


 


 


Así fue como luego de separarse de la compañía y de haberse enfrentado a distintas situaciones, poco a poco se acomodaron a lo que necesitaban. Ya no usaban una van, al contrario viajaban en sus autos particulares, aunque solo Hiroto y Nao contaban con los mismos aparte del registro de conducir.  Solían turnarse para conducir y dependiendo del evento que les tocaba y del lugar que cada uno se encontraba, se buscaban para viajar juntos a lo que sea, desde eventos, lives o sesiones de fotos.


 


 


 


 


Así fue como en una ocasión, los tres viajaban hacía una pre-producción de un futuro single. Hiroto conducía,  Show estaba sentado a su lado y Saga dormía en el asiento trasero, aprovechando los minutos que le otorgaba un poco de descanso. El bajista podía oír parte de las conversaciones que la pareja mantenía sobre los pokemones. Aquel juego los tenía perdidos, Show no dejaba de comprobar en su propio móvil la posibilidad de cazar alguno que estuviera cerca. El bajista  logró dormirse unos segundos cuando un grito le hizo despertarse, Hiroto eufórico detuvo el auto en una parte de la calzada que no estaba permitido estacionar.


 


 


 


-       ¡Saga...Saga! Por favor caza a  Pikachu por mí. —  En ese momento el bajista estaba desorientado. Claro que conocía al ratón eléctrico,  pero porque de repente le pedía aquello. 


 


 


 


-        ¿En dónde está? —  Preguntó el castaño,  porque si de algo se jactaba el bajista es que rara vez se negaba a algo. Shou le explicó en qué parte se encontraba, lo cual debía caminar por aquella vereda hasta el cartel luminoso de una tienda. Estaba sobre el cartel, o eso parecía.  —  Okey…


 


 


 


 


-       Vamos Saga hazlo rápido,  que lo necesito y no puedo estacionarme aquí, buscaré algo cerca, mientras.  —  Exclamó el guitarrista desesperado.  Saga tomó el móvil del menor y salió disparado del vehículo para poder cazarlo. De ese modo evitaba perder más tiempo y de paso una futura boleta por una infracción. 


 


 


 


El castaño tardó unos cuantos minutos en conseguir a Pikachu porque no estaba exactamente  en  el lugar indicado, como solía ser. Una vez que logró atrapar al ratón eléctrico amarillo, sin prestarle demasiada atención a las miradas curiosas, para poder evitar los comentarios de alguien que lo reconociera, caminó hacia la esquina de aquella cuadra y miró a donde estaba el auto de Hiroto. Al principio le costó encontrarlo,  pero en cuanto lo hizo, aceleró sus pasos y sin mirar nada, ingresó en el vehículo rápidamente. 


 


 


 


 


Cuando se sentó en el asiento trasero, observó con claridad como el vocalista estaba besando a Hiroto en los asientos delanteros.  Ello no era nuevo para el bajista, de lo que sí se percató era que ninguno había notado su presencia, y de que aquel beso estaba ya en una fase bastante avanzada dado la errática respiración de ambos.  En aquel lugar que estaba estacionado,  la luz no llegaba a iluminarlos por completo, lo cual asumía que Hiroto había elegido especialmente ese estacionamiento, por esa razón. Para besarse con su pareja hasta el cansansio. Las manos de Show estaban a punto de desnudar a Hiroto,  cuando el celular del guitarrista pelinegro sonó entre los flacos dedos de Saga, espantando a la pareja. 


 


 


 


-       ¡Saga! — Gritó Hiroto en un tono entre asustado y de regaño. 


 


 


 


 


-       Lo siento… Es Tora. Quizás ellos ya han llegado y por eso llama. —  Indicó el bajista, que atendió a la llamada, dado que el susto de Hiroto podía alarmar al guitarrista mayor y no sería nada bueno. Mientras Saga hablaba, la pareja se acomodó nuevamente en sus asientos, para emprender la marcha. Saga corto la llamada y le paso el móvil a Show. —  Conseguí a Pikachu. —  Expreso aquello con calma, aunque asumía que a Hiroto mucho no le importaba en realidad. 


 


 


-       Gracias Saga… Pero la próxima trata de no asustarnos.  —   Agradeció el menor, mientras observaba a través de los espejos.


 


 


 


-       No quería cortarlos… En tal caso podrías echarle la culpa a Tora. —  Bromeó el bajista, mientras se sonreía de forma ladeada. —  Pero olvídalo,  solo le diremos lo de Pikachu y de que Show estaba cazando.


 


 


 


Aquel día llegaron tarde a la pre-producción pero no fue un problema para nadie, todos estaban relajados y tranquilos para continuar con el trabajo.


 


 


 


Lo de cazar pokemones no sólo los llevó a esa situación,  sino a varias. Una de ellas ocurrió unos posteriores días a la pre-producción, en la que habían logrado un pequeño descanso, al menos para A9 porqué Show trabajaba para DIAWOLF. Hiroto se aburría los días que no podía ver a su pareja, por lo que Saga siempre se pasaba a verlo y compartir ratos con el menor. Quizás comer o pasear, o repasar algo de las melodías que tenían para terminar. Así fue desde que DIAWOLF inició,  e incluso Saga había aprovechado aquellos meses para ayudar a Hiroto a despejar su mente,  enseñándole piano. El guitarrista tardó mucho, pero poco a poco fue mejorando, incluso disfrutaba de las clases con Saga porque el bajista tenía un don para enseñar.  Así también le había enseñado a Tora con el bajo. Pero esta vez habían optado por pasear y cazar pokemones. 


 


 


 


Saga también lo hacía pero no se volvía loco por el juego, aunque si le gustaba para pasar el rato y de paso ayudar a su amigo a despejarse. Había zonas de Tokio que Hiroto se había encargado de buscar para poder estacionarse y comenzar a perseguirlos. Saga le seguía, parecían dos niños haciendo ello pero en verdad no les importaba, al contrario podían olvidarse un poco de los problemas y relajarse.


 


 


 


 


Mientras paseaban en busca de los pokemones,  Hiroto consiguió uno que parecía quedar en medio de una calle. De repente el guitarrista cruzó la calle cuando el semáforo daba en verde, y de un momento a otro se escuchó una estridente bocina.  Saga no había alcanzado a detener al menor  que había corrido despavorido frenando justo en el medio de la calzada. El corazón del castaño subió a su garganta y palpitó con mucha fuerza cuando vio como Hiroto apenas fue casi rozado por uno de los autos que intentaban cruzar. Estuvo cerca de ser  atropellado y el bajista se sintió culpable de lo que pudo haber sido una tragedia. El pelinegro había cruzado a la otra vereda y desde allí se tapaba los labios, seguramente aún asustado.  El bajista espero a que el semáforo cambiara de color, para poder cruzar y en cuanto alcanzó al menor le tomó del brazo. 


 


 


-       Vamos a casa Hiroto. Basta de Pokemones. —  El regaño de Saga era extraño,  no acostumbraba a reaccionar así,  pero le importaba mucho y pensar que pudo haberle sucedido algo grave,  no podía sentirse tranquilo.


 


 


 


-       Saga, no pasa nada… ¿Un poco más?  Prometo que no haré eso, buscaremos en otros lugares. —  Hiroto buscaba convencerlo de algún modo, pero parecía inútil, el semblante de Saga era de completa seriedad.


 


 


 


-       No, Shou se enojara conmigo si algo malo te sucede.  No me comprometas.  —  Hablaban en voz baja, pero aun así,  Saga no le soltaba del brazo al guitarrista, caminando bastante pegados.


 


 


 


 


-       Está bien… pero ¿volveremos a cazar juntos? — Preguntó interesado el más bajo, a lo que el bajista respondió con una pequeña sonrisa y asistiendo suave. De ese modo daba a entender que no estaba del todo enojado pero que el susto que había sentido, no lo podía comparar con nada. — No le diremos nada a Shou, tranquilo. —  Prometió el guitarrista para evitar que el bajista se preocupara por ello.


 


 


 


Shou jamás se enteró de lo sucedido aquella tarde, era un secreto que mantenían Hiroto y Saga. Más bien nunca le relataron como realmente sucedió, por lo que simplemente evitaron ciertos detalles.  Así como también había complicidades con el vocal,  como el permiso de Shou para que Saga e Hiroto hicieran fan service sin restricciones. Los dos eran muy celosos pero si se trataba de Saga ninguno de los dos se quejaba,  porque el bajista era como una parte de ellos. Por lo que el castaño conocía los labios de cada uno, como eran sus cálidos abrazos, conocía el dulce aroma de sus pieles, y los adoraba por igual. Y ellos a él,  simplemente porque Saga era una persona en la que podían confiar, él único capaz de presenciar besos, caricias, miradas y expresiones de amor, porque ellos eran su pareja favorita. Porque los amaba juntos.


 


 


 


Fin~


 


 


 


 

Notas finales:

 

¿Quién fuera Saga para presenciar todo lo que hacen esos dos? No pude evitar pensar en ello para escribirlo. Y que de algún modo se puede pensar así, para no aburrir con que Saga siempre está con Tora, esta vez ni lo metí, o digamos que no mencione que Saga tuviese algo. Espero que les haya gustado y muchas gracias a todos los que me leen siempre ;)

¡Cuídense Mucho!

¡Besos!


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