Es pues entonces la primera mañana q despiertan juntos.
Chris lo quiere recordar todo en absoluto, cada detalle cuenta; como, la manera en la q el sol entra por la ventana entre abierta, sobre casi todo el cuarto, tapizado de un color crema, las cálidas sabanas, amarillas y el fotón café.
Despertar acompañado, es muy bueno. Pero despertar acompañado por la persona q amas sobre la faz de la tierra, es simplemente soberbio.
Todo se siente tan tibio y en paz, familiar. Como si antes, en muchas vidas pasadas, hubiera despertado así. Al lado de él…
Tom aún sigue dormido, a su lado, tapado hasta la coronilla con las mantas, solo unos cuantos risos traviesos escapan por sobre toda la tela y son tenuemente acariciados por el sol.
Chris lo siente dulce, pero no algo empachoso; nada como los caramelos artificiales, es más como un dulce natural.
Como la miel.
El olor silvestre y a hiervas q desprende el cuerpo a su lado. El calor q los envuelve q a ambos.
Simplemente es como, si, estuvieran dentro de una gota de miel. Porque todo es tan dulce, en la escala de los cafés. Y es tan delicioso.
El despertar así, el sentir entre sus brazos, la cintura estrecha de Tom, y rosar con sus dedos, el cálido y suave vientre. Es piel tan liza y reconfortante al tacto.
Tom tiene q ser mágico porque todo cerca de él se siente genial. Como si de su cuerpo emanara esa increíble pero bien apreciada mística fantástica, tan irreal pero palpable, magia.
Casi como un sueño.
Entonces siente movimiento a su lado.
Y una sonrisa espontanea se rasga en su rostro, no la planea, pero las comisuras de su boca siguen otro plan, siguen los movimientos de Tom, condicionadas por él.
Lo mira remangas las sabanas, se nota aun adormilado.
Es solo entonces, cuando Tom abre sus hermosos ojos bicolores. Entre azul y verde. Tan hermoso.
Solo entonces es q para Chris…
…Ha comenzado el día.
Fin
(disculpas necesitabamos rellenar)
Es pues entonces la primera mañana q despiertan juntos.
Chris lo quiere recordar todo en absoluto, cada detalle cuenta; como, la manera en la q el sol entra por la ventana entre abierta, sobre casi todo el cuarto, tapizado de un color crema, las cálidas sabanas, amarillas y el fotón café.
Despertar acompañado, es muy bueno. Pero despertar acompañado por la persona q amas sobre la faz de la tierra, es simplemente soberbio.
Todo se siente tan tibio y en paz, familiar. Como si antes, en muchas vidas pasadas, hubiera despertado así. Al lado de él…
Tom aún sigue dormido, a su lado, tapado hasta la coronilla con las mantas, solo unos cuantos risos traviesos escapan por sobre toda la tela y son tenuemente acariciados por el sol.
Chris lo siente dulce, pero no algo empachoso; nada como los caramelos artificiales, es más como un dulce natural.
Como la miel.
El olor silvestre y a hiervas q desprende el cuerpo a su lado. El calor q los envuelve q a ambos.
Simplemente es como, si, estuvieran dentro de una gota de miel. Porque todo es tan dulce, en la escala de los cafés. Y es tan delicioso.
El despertar así, el sentir entre sus brazos, la cintura estrecha de Tom, y rosar con sus dedos, el cálido y suave vientre. Es piel tan liza y reconfortante al tacto.
Tom tiene q ser mágico porque todo cerca de él se siente genial. Como si de su cuerpo emanara esa increíble pero bien apreciada mística fantástica, tan irreal pero palpable, magia.
Casi como un sueño.
Entonces siente movimiento a su lado.
Y una sonrisa espontanea se rasga en su rostro, no la planea, pero las comisuras de su boca siguen otro plan, siguen los movimientos de Tom, condicionadas por él.
Lo mira remangas las sabanas, se nota aun adormilado.
Es solo entonces, cuando Tom abre sus hermosos ojos bicolores. Entre azul y verde. Tan hermoso.
Solo entonces es q para Chris…
…Ha comenzado el día.
Fin
Es pues entonces la primera mañana q despiertan juntos.
Chris lo quiere recordar todo en absoluto, cada detalle cuenta; como, la manera en la q el sol entra por la ventana entre abierta, sobre casi todo el cuarto, tapizado de un color crema, las cálidas sabanas, amarillas y el fotón café.
Despertar acompañado, es muy bueno. Pero despertar acompañado por la persona q amas sobre la faz de la tierra, es simplemente soberbio.
Todo se siente tan tibio y en paz, familiar. Como si antes, en muchas vidas pasadas, hubiera despertado así. Al lado de él…
Tom aún sigue dormido, a su lado, tapado hasta la coronilla con las mantas, solo unos cuantos risos traviesos escapan por sobre toda la tela y son tenuemente acariciados por el sol.
Chris lo siente dulce, pero no algo empachoso; nada como los caramelos artificiales, es más como un dulce natural.
Como la miel.
El olor silvestre y a hiervas q desprende el cuerpo a su lado. El calor q los envuelve q a ambos.
Simplemente es como, si, estuvieran dentro de una gota de miel. Porque todo es tan dulce, en la escala de los cafés. Y es tan delicioso.
El despertar así, el sentir entre sus brazos, la cintura estrecha de Tom, y rosar con sus dedos, el cálido y suave vientre. Es piel tan liza y reconfortante al tacto.
Tom tiene q ser mágico porque todo cerca de él se siente genial. Como si de su cuerpo emanara esa increíble pero bien apreciada mística fantástica, tan irreal pero palpable, magia.
Casi como un sueño.
Entonces siente movimiento a su lado.
Y una sonrisa espontanea se rasga en su rostro, no la planea, pero las comisuras de su boca siguen otro plan, siguen los movimientos de Tom, condicionadas por él.
Lo mira remangas las sabanas, se nota aun adormilado.
Es solo entonces, cuando Tom abre sus hermosos ojos bicolores. Entre azul y verde. Tan hermoso.
Solo entonces es q para Chris…
…Ha comenzado el día.
Fin
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