Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NIÑOS por Mariposa23

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

23-que les digo…este es nuestro primer fic de Harry Potter, así q. Sean gentiles y pacientes. Si hice algo mal mil disculpas.
Mariposa: por ende, como no estamos muy familiarizados preferimos hacer un AU. Esperamos q lo disfruten. Nuestro inicio en la categoría de literatura. Gracias.

Solía a veces escucharlo.
Largas horas, solo escuchándolo tocar el piano.
Reconocía q era relajante, q nos trasportaba a recuerdos ajenos, melancólicos y obsesivos. Perturbados.
Me gustaban los silencios, ciertos. Pero adoraba la música. Odiaba conversar y otros ruidos.
Pero el silencio y la música eran parte de mi mecanismo.
Como dormir y estar despierto.
El silencio me mantenía despierto por q me situaba en lo real, y la música me hacía dormir por q me permitía soñar.
Muy poco podrían decir otros personas de mí, y de la persona q tocaba piano frente mí.
Ambos éramos personas. Relativamente tranquilas, para el lugar en donde estaban. Ambos habíamos sido abandonados hace ya mucho tiempo. Y sinceramente ninguno de los dos importaba demasiado para él otro. Solo compartíamos sueños y realidades.
En silencio o con música, lo hacíamos juntos porque disfrutábamos de las mismas actividades. Pero, ¿realmente cuanto sabíamos el uno del otro?.
Nada en absoluto más allá de lo básico. El saludo, el nombre y de vez en cuando ser consciente de las coincidencias, en el horario, en el salón, en los pasillos. En las literas…
Los padres de Draco siempre estaban ocupados, por eso casi nunca venían a visitarlo o lo sacaban, por eso es q estaba en el instituto-internado para caballeros “Hogwarts” prestigioso en toda la vieja Londres.
Aun q, dentro de esos milenarios muros, lo q menos importaba era el renombre de dicha escuela, o lo rumores q se corrían en el mundo exterior. El lugar era un infierno, estricto y lleno de cosas raras, los maestros por ejemplo, a cual más loco en sus castigos, en sus aspectos o en sus “¿lecciones?” ya ni se, solo q todo aquí se sentía fuera de casa, o de lo q entendías por hogar.
Y yo, yo no tenía padres, de haberlos tenido dudaba q me hubieran llevado a un sitio como este, pero. Después de q el gobierno, más específicamente servicios sociales, se dieran por aludidos, eh investigaran a fondo mi caso, se decidió q mis tíos no eran aptos para cuidarme, quienes no solo me proporcionaban maltrato físico, sino también psicológico; cosas de las q ya no hablo y q no quiero recordar. Intento pensar q pasaron a mejor vida, como mis padres. Porque quiero q los recuerdos feos se desvanezcan, 3 metros bajo tierra, en si caso. Al margen, también salió a luz una prominente herencia q mis padres me habían dejado, producto de su trabajo en una compañía médica, pese a ello el gobierno me asignó un tutor legal, un fideicomiso mensual hasta q pudiera heredar todo tras mayoría de edad, y decidieron q lo mejor era ponerme en una “buena academia masculina”. La predilecta entonces era Hogwarts, razón por la q estaba allí.
Pero sea cual sea el motivo, al final la mayoría de los niños acá. …ramos niños olvidados, por padres muertos o vivos. Solo la continuación de apellidos prominentes sin rostro, o aterradoras cuentas bancarias q fácilmente podrían comprar islas mensualmente…
Solo q dentro de estos muros, nada importaba. Ni tu nombre ni tu cuenta bancaria, podías pretender q si, tratando de ser el niño superior a los demás, pero tarde o temprano te quebrabas y te sentías solo, con la necesidad de tu hogar o tu familia, éramos niños después de todo…
Y creo q el momento en el q Draco y yo nos desenmascarábamos, solo éramos dos críos nada más, era cuando. Cuando él tocaba piano, en el salón de música, y yo solo iba a escucharlo.
Ahí éramos nosotros mismos. Draco el olvida y Harry el huérfano. Con la herida expuesta y el corazón abierto, a la espera de un bálsamo q mitigara nuestro dolor. Que mejor q el silencio y el sonido. Que mejor q su piano y nuestras miradas. Eso más q arte era médico. Era la medicina q a diario tomábamos y nos permitía vivir.
Iba a despejarme un rato, a sufrir o ser feliz, los sueños en si no tienen forma, no son buenos ni malos, solo son proyecciones externas de nuestro interno.
Son liberadores…
Nunca se q siente Draco al tocar el piano, pero, puedo imaginarlo…
Asique solo en silencio, sin citas previas. Draco siempre iba en las tardes de los martes y viernes y tocaba, con o sin mí. Y yo siempre iba después del segundo compas, atraído como abeja a la miel.
Después de esos tiempos de música compartidos, empecé a notarlo más, su presencia. En los pasillos, no podía evitar mirarlo cuando iba o venia, su pelo rubio y sus ojos grises. Sus rasgos son raros, pero…son, armoniosos, como sus dedos sobre el teclado. …l también solía devolverme la mirada de cuando en cuando, yo no sabía q pensar, las primeras veces, me asustaba, soy más q tímido y él es verdaderamente impresionante, así q solía evitar mirarlo demasiado como para q me devolviera el gesto, eso solo las primeras veces.
Pero creo q fui tomando confianza, cuando me di cuenta q estábamos en el mismo salón de algebra. Entonces me permití a mí mismo, demorar algo mi mirada sobre él, le analice largo y tendido, lo estudie, y cuando me miro también, lo deje hacer, deje q me husmeara, q me explorará con esos fríos ojos color metal.
Cuando ambos notamos q también compartíamos barios horarios, entonces comenzamos a mirarnos más, él a mí y yo a él. A veces su mirada se anclaba a la a mía y así pasábamos todo el periodo, interrumpiendo nuestro contacto visual, solo por lo breves segundos en los q pestañeábamos.
No nos hablábamos no era nada de eso, y solo mientas el tocaba el piano y yo lo escuchaba es q dejábamos de vernos, por q no tenía q ver sus ojos, para evocar en mi mente su recuerdo, cada detalle de su rostro o de su cuerpo. Solo con su música podía describirlo a la perfección.
Los rubios cabellos, casi blancos en la raíz eh intensamente más dorados en el largo, los ojos grises y algún q otro reflejo verdoso pálido, la piel tan blanca y en algunos ángulos sonrosada, y los pequeños labios rojos.
En mi mente lo único q no recordaba era su voz, porque jamás hable con él y nunca le escuche decir palabra alguna.
Y probablemente aquella, tan extraña cercanía q compartíamos, habría seguido el mismo curso. Pero un fin de semana por alguna razón, parte del colegio se quemó.
La noticia realmente no me importo ni nadie, me llego de rebote, fue algo muy externo a mí, o eso pensé. Porque. Al final el director dijo q mientras se efectuarán las reparación, tendríamos q compartir cuarto entre algunos.
Fue así como comencé a compartir dormitorio con él.
Y aun así su presencia seguía siendo la silenciosa de lo habitual.
Y su voz, seguía siendo algo q no podía recordar; el escueto, “buenos días” y “buenas noches” no bastaba para aprendérmela. A diferencia de su aspecto q ya me lo tenía más memorizado aun; ahora con más detalles, de cómo lucia al despertar, al acostarse o al dormir. Reconozco, me sentí algo mal, pensé q tal vez lo acosaba. Pero una mañana en la q ni bien despertaba, me sentí observado y supe q solo podía ser la otra persona dentro del cuarto. …l q también me miraba a mí, y probablemente tanto como yo a él.
Entonces por alguna razón, las miradas sostenidas, comenzaron a tener más significado, con cada cercanía. A la hora de la merienda, del almuerzo o la cena. No necesitábamos estar siquiera cerca, continuábamos mirándonos, fijo...
Atreves de la gente, de las mesas y de las demás conversaciones; como si probáramos q nuestro vinculo es más fuerte, q puede más al ni siquiera ser interferido por distancias, otras voces y otros cuerpo.
Somos él y yo. Y ya no se desde hace cuánto.
Quizás fue por ello, q no nos pareció tan raro, cuando una tormentosa noche, ya sea por el frio o por el miedo, uno de nosotros se coló a la cama del otro.
Fueron pues dos pares de pieles, algo tibias y suaves q se fueron conociendo, mientras se abrazaban y se estremecían, por el ruido de los rayos o por el contacto, ya da igual.
Y a eso pequeños momentos, se le sumaron más curiosidades.
Porque yo empezaba a preguntarme, ¿Cómo se sentiría tocar sus mejillas o sus hombros, el exploraba mi estómago, mis caderas.
Lo toques no se sentían raros, no me invadía, era más bien como si ya estuviera acostumbrado, como si sus manos fueran la extensión de su gris mirada q siempre reparaba en mí y la mía en él.
Era tan, tan normal.
Y tuvimos más curiosidad, más ardor en la piel q solo se apagaban con los muchos frotes del uno contra el otro, más hormigueo y cosquillas por todo el cuerpo, a veces más específico, en nuestros pechos, en nuestras manos, entre nuestras piernas.
Y fue sin querer como una fría madrugada de fin de semana, yo en su cama, o probablemente el en la mía, q sin querer nuestras curiosidades, rozaron un punto tan sensible entre los dos, q. Gemimos.
Fue extraño el sonido, yo nunca proferí uno, y jamás le escuche eso a Draco.
Era algo nuevo q hacíamos los dos juntos por primera vez, y nos emocionó.
Lo supe por mi sonrisa reflejada en la boca frente mío.
Entonces esos toques se repitieron al igual q el sonido hasta q de nuestros cuerpo emano humedad, calor, tención. Algo parecido a la infinita felicidad y satisfacción. Chispas dentro de nuestra pancita, por el vientre, debajo el ombligo. Justo sobre nuestro eje.
Tiempo después en clases de anatomía y ciencias naturales. Aprendimos un par de cosas sobre las reacciones de nuestro cuerpo, a la sugestión de los cambios hormonales y zonas natamente sensibles y estimulantes.
Probablemente con esa información ya en mente, fue más fácil ponerlo en práctica. Mientras, al igual q nuestras miradas, nuestras manos. No se cansaban de auscultarnos.
Solo éramos dos niños. Solos en un lugar indiferente y aislado. …ramos también muy conscientes, de nuestra realidad.
Porque aun q no lo entendiéramos del todo bien. Las clases de religión, y los domingos de misas matinales; nos dejaban en claro, q el goce q sentíamos el uno con el otro. Entre hombres estaba prohibido.
Pero, yo no entiendo y me contradigo. Porque, se dice q esto es malo, pero yo. Aun no soy hombre. Tengo 12, soy niño. Y si el corazón de un niño es tan puro como para ser recibido en el reino de dios, ¿Por qué también su amor no puede ser puro como lo es el corazón del q provienen sus sentimientos, por alguien de su mismo género?
Estoy confundido. Pero Draco está molesto.
Empezamos a hablarnos más, solo cuando estamos solos, cuando hay verdadera intimidad.
Y él dice. Que todas son mentiras, bien elaboradas, para hacernos, perfectos. Porque, si la sociedad está muerta, para ser perfecto dentro de la sociedad, también debes morir. …l dice q justo ahora nos matan.
Está en contra de tener q escondernos. Pero aun así yo se q jamás se lo contaría alguien, q se lo diga a su padre. Draco le teme mucho al señor Malfoy. …l dice q es una especie de, respeto y odio al mismo tiempo. Pero jamás habla der temor. Yo creo q si le teme. Teme al abrupto rechazo q le darían sus familiares, si supieran q andamos en el camino de los escarnecedores, como dice el padre de la parroquia.
Todo eso solo por lo q hacemos.
Las veces en las q sus labios toman el lugar de su manos y de sus ojos, y son ellos los q exploran sobre mi piel desnuda, las veces en las q la tensión entre nuestras piernas se mese al compás, y ambos gritamos en embeleso de cosas de adultos, por todas las veces. En las q miro sus ojos, y en ese reflejo veo los míos, con el mismo placer y juego de sensaciones q tiene él.
Solo en esos momentos nos olvidamos del resto del mundo y nos concentramos solo en nosotros.
Ya es casi Navidad. Y hemos pasado casi un año, conociéndonos, de cerca y de lejos, con tacto o sin él.
Draco regresara a casa con su familia, pero yo me quedare aquí, porque no tengo a nadie, mi tutor legal, piensa q es lo mejor. Y aun q Draco no lo admita, se q esta emocionado por volver a casa. …l no quiere decirlo, porque en primera es muy tímido al respecto de sus sentimientos. Y en segunda, porque esta triste, yo lo sé, aprendí a leerlo bien. Esta triste por mí, porque le da pena q este solo, y sobre todo. Le duele ser, justamente él, quien me deje solo.
Ahora, él y yo sabemos, q solo lo tengo a él. Que no tengo a nadie más y estoy solo por el mundo. Con los mismos vacíos y las mismas necesidades q Draco, conoce bien mi interior.
Y ese conocimiento parece enloquecerlo de felicidad y poder. A mí solo, me restaura. A su lado me siento como en casa.
Y si, también me pone algo de malas, q se tenga q ir, pero no lo impediría por nada. Quiero q este feliz…
Los problemas radican, cuando la noche del día en el q supuestamente debía irse. Le llega una misiva. De su padre, diciendo q no pueden recogerlo ahora. Que la familia esta demasiado ocupada con el trabajo, y q pese a ello, no podrían cuidarlo adecuadamente.
Draco explota en ira y dolor al mismo tiempo, frustración, después de leer la carta, estamos los dos en nuestro cuarto, asique no le importa perder los estribos; tira su maleta ya hecha, prácticamente destruye el lugar, aventando almohadas, fresadas entre otros.
Yo solo lo observo, reducido a nada. Sin saber q hacer aparte de disimular la bilis en mis entrañas. Cuanto odio a Lucius Malfoy, por lastimar una y otra vez a su hijo. A mi Draco.
Ya no recuerdo exactamente en q momento empecé a tomarlo como mío.
Pero ahora lo es.
Puede q fuera, cuando nuestras pieles, tan juntas y tibias se hayan fusionado en uno. Asique yo sería él y él sería yo, porque somos uno.
Cuando se calma un poco, se arrincona contra el armario, se sienta en el piso, con la espalda contra la pared, sus ojos rojos ya no aguantan contener más las lágrimas. Las deja ir, con reproche en su rostro por ser tan débil.
Yo solo quiero calmarlo. Quiero hacerlo sentir bien.
Y solo se una forma.
Asique me le acercó, me agacho a su nivel, él no me mira y está bien, es lo q necesito para continuar.
Mis manos buscan lugar en sus mejillas, y las acaricio mientras borro sus lágrimas, y mis labios tiemblan en ansiedad mientras me acercó, a los suyos, y los pruebo solo un poco. Están mojados y salados por las lágrimas recientes. …l no se mueve, supongo q está bien, asique continuo. Ahora también besos sus mejillas frías, y su cuello, esa curva entre su hombro y su cabeza, huele a flores, como a…narcisos. Quiero más, asique empiezo a quitarle las prendas demás en sima.
La bufanda, el abrigo, el saco, el suéter, la camisa, y pronto solo esta con una camiseta blanca y de algodón pega a su cuerpo, están bonito todo en él. Draco parece estar bien con esto, porque se deja hacer de apoco, tan sumiso, y rebelde al mismo tiempo. Me tiene loco.
Yo también quiero deshacerme del suéter grueso q llevo en cima. Y lo hago, entonces coloco las manos de Draco sobre mi cuerpo.
Quiero q él también me toque, q me sienta, a su lado. Como yo lo siento justo ahora.
Nuestras pieles rápidamente se calientan, y no es precisamente por el ambiente, afuera nieva y los inviernos de Londres son helados, nosotros estamos casi sin ropas, y lo único q calienta la habitación es la chimenea aun prendida.
Pero no necesitamos nada más, el constante roso entre nosotros, nos ara calentar.
Ahora Draco también me besa, y cuando lo beso en sus puntos más sensibles entonces él dice mi nombre. Y lo dice tan bonito q siempre creo q es un ángel llamándome.
Ahora estamos más juntos, estoy sobre él, recorriendo sus piernas y su pecho, apresa mi hombro y mi muslo, se siente tan bien, que quiero ir más lejos.
Asique punteo, en un parte apretada de su cuerpo, entre sus muslos hirvientes q me capturan y me invitan así adentro. Empujo, sin medir las consecuencias, entonces algo húmedo, rojo y caliente, decora mi miembro endurecido justo entre su cuerpo.
Draco chilla, y lágrimas caen de sus ojos, quiere seguir empujando, pero antes, le besos las mejillas y me bebo su llanto, sabe dulce y salado, tan inocente, y esto es muy malo. Porque es como una combinación extraña en mí.
Me hace explotar por dentro y ya sin control, como un famélico animal, comienzo empujar en su interior. Porque tengo ganas de arrancar el dolor de toda su vida. Porque ardo en deseos de transformarme en su mundo, en su única opción como él es la mía. Y desterrar su soledad como él en algún momento lo hiso.
Draco sigue gritando y llorando, pero ya no parece ser de dolor. En frente mío, observo bien al rostro suave y pequeño, con facciones delicadas y aun no definidas, en similitud al mío, acorde a nuestra corta edad. Pero, distorsionando aquel marco similar al de uno angelical, el placer borroso, vergonzoso y hechizante, nos rodea; nos maquilla para nuestra nueva temática. Y aquellas lagrimas inocentes, ahora son lagrimas del placer, uno profundo y quizá, pecaminoso; lo sonidos de su garganta, agudos, estridentes; exigentes en su codicia por más. Más de este placer mal ávido, más de mí en su interior, más rápido y adentro, más fuerte.
Draco es todo rojo, y lloroso, ardiendo, transpira a montones y sus muslos están tan húmedos. Sobre su vientre ahora rojo y tenso, pulsa su desesperado miembro. Tan duro como él de mío, tan mojado como nuestros cuerpos, toda la extensión es blanca como una barra de mantequilla, solo la punta es sonrosada, como si de una frutilla coronándole se tratara.
Sabe bien, antes ya lo probé, Draco también probo el mío.
Pero no sabíamos, q meterlo se sentiría así. De maravilloso y descomunal.
Ciento q hacemos algo bueno. Pero todos dicen q esto es mal. No entendemos del todo el porqué. Pero aun así, nunca hemos querido parar. Ni antes, ni ahora.
No sé en punto, me aferre con la vida, a las piernas de Draco y empecé a envestir de forma veloz y sin pausa. En q momento las huellas de mis dedos se dibujaron en ese blanco lienzo.
Así mismo siento, los fuertes arañazos de Draco sobre mi espalda, y se siente bien, cuando el hormigueo del dolor acaricia mi espalda baja y se confunde con el placer inimaginable q ciento, justo al frente de mi espalda baja. Es una combinación enviciante. Como todo Draco.
Ahora ambos nos precipitamos, siento q algo va a pasar y él también.
Entonces Draco grita, y estoy seguro q aquello se escuchó por todo el colegio, se retuerce entre mis brazos, su interior da locas latidos ordeñándome tan fuerte y de su miembro emerge ese líquido blanco, habitual en nuestros últimos ejercicios de curiosidad.
La presión dentro de él es imposible de soportar, es tan caliente y estrecho y resbaloso. Que yo también dejo salir ese líquido dentro del él.
Respiramos agitados y siento q cada uno vuelve a su propio cuerpo, porque hasta entonces hemos estado flotando, siento todo y nada al mismo tiempo. Siendo uno sin el consentimiento de nadie. Solo siguiendo aquello q nuestros cuerpos sabían mejor q nosotros. Eso, de q nunca, jamás debimos estar separados.

No es sino, dos semanas después q deciden recoger a Draco. Pero esta vez, llora y patalea para quedarse, quiere q sigamos juntos. Y yo también.
Sus padres no conocen de niños o de imposibilidades, por ende cuando los berrinches de Draco comienzan a fastidiarles, me preguntan si es q no puedo ir con ellos, desde luego ellos se encargaría de mi hospedaje y cualquier otra necesidad. Damos una breve telefoneada a mis tutores legales aclarándoles mi situación, o más bien es Lucius Malfoy el q les aclara el panorama, presentándome como el nuevo caprichito de su único hijo. Después de ello, mis tutores piensan q no me aria nada mal pasar tiempo con niños de mi edad, más si son de familias tan prestigiosas como la Malfoy.
Y sinceramente en este punto, me da igual. Lo desgraciada q es la vida, lo corruptible q es la gente, y lo mal q está el mundo.
Lo único q me importa. Es q pasare más tiempo con Draco.
Mi amigo, mi primer amor. Mío, solo mío.
D-vamos Harry.-me llama extendiéndome sus manitas blancas las cuales no dudo en tomar.
Pues amo a Draco, recién lo eh descubierto. Y no tengo planes de dejarlo, hasta q él también se dé cuenta q me ama, porque yo ya se q sí. Y cuando eso pase, ser él. Quien no podrá dejarme a mí.

Fin.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).