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MENOS QUE PERFECTO por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo me agrada hacerles sufrir

Notas del capitulo:

Hola, les traigo una nueva historia, esta es toda romántica aunque tiene su toque de drama, espero que sea de su agrado

Capítulo 1.- Bienvenido a mi vida

 

Era una tarde gris en uno de los barrios más populares de Londres, viento helado corría por las calles, el sol se estaba ocultando cuando un muy apuesto muchacho de largos cabellos azules estaba maldiciendo su suerte, se le había ponchado la llanta de su auto y estaba teniendo problemas para cambiarla

- Hey… necesitas una mano? – un muchacho castaño que usaba jeans gastados, botas algo viejas y una chompa gruesa para el frío se había acercado, estaba fumando un cigarrillo aunque no lucía de 18 años aún, el extraño de cabellos y ojos azules se sentía algo preocupado, estaba en una parte no tan buena de la ciudad y no podía evitar sentirse nervioso

- Muchas gracias, me da mucha vergüenza pero nunca he cambiado un neumático en mi vida – respondió el peliazul sonriendo ligeramente al darle la llave de estrella al muchacho castaño que soltó la mochila que cargaba en su espalda y tomó la llave

- Te diré algo… si me invitas un café cambio yo solo la llanta y no tendrás que ensuciarte las manos, trato?

- Trato, hay una cafetería por aquí? – al muchacho de cabellos azules le pareció el mejor trato que pudo haber hecho en su vida, el castaño sonrió al responder:

- No… hay un bar que sirve alitas de pollo, se te antojan alitas de pollo niño rico? – el castaño se sacó la chompa gruesa dejándola sobre su mochila y se puso manos a la obra, se arremangó el buso y con maestría acomodó la gata de mejor manera, con dos tirones de la palanca ya tenía el auto listo para hacer el cambio de llanta, el extraño de cabellos azules arqueó una ceja en sorpresa, él había estado intentando hacer eso por más de media hora y este muchachito lo había hecho en menos de dos minutos

- Amo las alitas de pollo, y por favor no me llames niño rico, me llamo Julián

- Mucho gusto Julián, me llamo Seiya, sostienes mi cigarrillo por favor, pero no te lo fumes, es el último que tengo y la noches está fría – Seiya le sonrió a Julián al darle el cigarrillo, el peliazul lo tomó y lo sostuvo mientras vio como el joven castaño cambió la llanta con habilidad y rapidez

- No deberías fumar, cuántos años tienes Seiya?, 16? – preguntó Julián frunciendo el ceño, el castaño rió divertido al responder

- Tranquiliza tu consciencia que tengo 18, aunque tienes un punto, fumo desde los 15 pero no te estreses, así funcionan las cosas por aquí, diferente de donde vienes, verdad?

- Tal vez un poco – Julián le dio una fumada al cigarrillo de Seiya que estaba a punto de consumirse y lo aplastó con su zapato

- Me debes un cigarrillo también – dijo Seiya poniéndose de pie luego de bajar el auto y quitar la gata de debajo de él, Julián sacó una cajetilla de uno de sus bolsillos y se la lanzó a Seiya que la atrapó y sonrió al hacerlo, los tratos con el niño rico estaban saliendo mejor de lo que pudo pensar, la mayoría de muchachos de la posición económica que obviamente Julián tenía, hubiera llamado a la policía de solo verlo, Julián era diferente aparentemente claro está

- Alitas entonces? – ofreció Julián de muy buena gana, en verdad que la noche era fría por lo que estaba frotando sus manos

- Un hombre que cumple sus promesas?, eso es raro por aquí, abre la cajuela de auto por favor, no podemos dejar todo esto tirado en la vereda – Seiya guardó la llanta, las herramientas y todo lo que habían sacado para hacer el cambio, Julián se quitó del camino para que Seiya lo pudiera hacer todo, él pensaba que solo estorbaría y la verdad tenía razón, cuando todo estuvo guardado, Julián preguntó:

- En dónde es este bar al que vamos?, si es lejos no sería mejor ir en auto?

- No quieres llevar tu auto a esa calle, aquí está más seguro, en la esquina hay un puesto de policía y aquí casi nunca pasa nada, escogiste un buen lugar para parquearte – Seiya se encogió de hombros al hablar

- En serio?, no lo había notado – Julián miró hacia donde Seiya había señalado y suspiró aliviado al ver una patrulla parqueada al final de la calle, esto a Seiya le pareció gracioso por lo que en un tono divertido dijo:

- Sígueme niño rico, y cuéntame… qué haces en esta parte de la ciudad? – Seiya se puso su chompa, cargó su mochila y caminó lentamente por la calle, Julián lo siguió y suspiró al decir:

- Me da vergüenza admitirlo pero me perdí, di un giro mal, luego tomé mal el puente, y antes de que pudiera hacer algo, heme aquí, se me ponchó la llanta, se murió la batería de mi teléfono, y estaba maldiciendo mi suerte cuando apareciste en mi ayuda – Julián no estaba muy convencido de la ruta que Seiya estaba tomando, el castaño lo sacó de la calle principal y lo llevó por dos callejones desiertos, Julián asumió que estaban acortando camino pero eso no tranquilizaba su corazón, Seiya parecía ser un muchachito dulce pero… uno nunca sabe

- Bueno… fue suerte para los dos, porque me estoy muriendo de hambre y no tengo dinero para comer, así que, es hora de cumplir tus promesas niño rico

- Te dije que me llamo Julián, no me digas niño rico

- Ya ya ya, llegamos… - Seiya señaló el letrero luminoso de un bar que desde afuera no parecía muy grande que digamos, una vez adentro la historia era diferente, era un bar muy espacioso, lleno de humo de cigarrillo, la barra era bastante grande y muy bien surtida, los taburetes frente a la barra estaban casi llenos de clientes, algunos tenían algo de comer en sus mesas, la mayoría tenía solo tragos, tras la barra estaba un tipo grandísimo que estaba sirviendo una cerveza de barril en un vaso, tenía cara de pocos amigos, habían tres meseros, dos chicas y un chico, Julián notó que el mesero era en verdad muy hermoso, joven… parecía muy joven, tenía blanca piel, finas facciones, el cabello y los ojos verdes y una sonrisa muy bonita, Seiya levantó la mano y saludó  a dos muchachos que estaban sentados en la mesa del fondo, era un rubio y un peliazul, ambos tenían cervezas en las manos

- Buscamos una mesa? – preguntó Julián mirando algunas mesas vacías en el fondo del local, Seiya estaba a su lado, pero de una de las mesas que pasaron, tres sujetos se pusieron de pie y lo jalaron del brazo para no dejarlo pasar, uno de ellos se acercó demasiado al preguntar en un tono que hizo que los cabellos de la nuca se le pararan a Julián

- Perdido amigo?, necesitas que te ayudemos a encontrar el camino?

- Quítate Kaiza, él está con nosotros – Seiya se adelantó y empujó a aquel tipo, los otros dos que lo acompañaban lo sostuvieron para que no se caiga, Julián no entendía nada, Seiya no era tan alto o fuerte como para que aquellos tres sujetos se amedrentaran, y literalmente saltó del susto cuando vio a sus espaldas a los dos muchachos que Seiya había saludado a lo que entraron al bar, el peliazul de cortos cabellos tenía una cicatriz en la ceja y se lo veía realmente amenazante, y el rubio tenía un parche en el rostro, no tenía un ojo, a él se lo veía aún más amenazante

- Ya ya ya… solo preguntábamos – dijo el mentado Kaiza caminando de retro por las mesas del bar, el peliazul y el rubio caminaron lentamente poniendo a sus espaldas a Seiya y a Julián, los tres tipos se dieron la media vuelta y corrieron a la salida con el rubio y el peliazul a sus espaldas

- No te preocupes por eso, ven… - Seiya tomó a Julián del brazo y lo jaló a la derecha del bar, a la mesa en donde habían estado antes esos dos muchachos, se sentaron y Seiya hizo una seña al dueño del bar

- Son tus amigos, verdad?

- Peor… son mis hermanos, bueno… los únicos hermanos de sangre son Shun e Ikky, es una larga historia de cómo es que somos todos familia y no creo que estés de humor para escucharla, de cualquier manera, Hyoga es el rubio, te recomiendo que si quieres tener una larga y saludable vida no le mires mucho el rostro por obvias razones, Ikky es el de cabellos azules y cicatriz en la ceja, y Shun… es el que viene para acá con la charola – Seiya sacó su nueva cajetilla de cigarrillos y encendió uno al tiempo que aquel hermoso muchacho de cabellos verdes llegaba con una charola que tenía cuatro vasos de cerveza

- En qué lío están metidos ahora? – preguntó el recién llegado poniendo las cervezas en la mesa y mirando con curiosidad al extraño de cabellos largos y azules

- En ninguno, Kaiza y su patética pandillita querían amedrentar a mi nuevo amigo Julián, Julián… este es nuestro hermanito Shun, Shun este es mi nuevo amigo Julián – Seiya hizo las presentaciones del caso y Julián estrechó la mano de Shun al tiempo que los otros dos muchachos volvían triunfantes a la mesa

- Gracias Shun por las cervezas – dijo Ikky abrazando a su hermano con un solo brazo y besando su cabeza

- Ningún gracias, estas las tienen que pagar, Alde me dijo que me las va a descontar de mi sueldo y necesitamos el dinero para la renta – dijo Shun muy serio mirando a Ikky que lo besó en la frente y se sentó en su puesto, tomó un trago de la cerveza y miró con curiosidad al extraño

- Julián, estos son mis otros hermanos, Ikky y Hyoga – Seiya acabó de hacer las presentaciones, los recién llegados tomaron sus cervezas y las alzaron a manera de brindis, Julián hizo lo mismo y todos tomaron un sorbo de sus bebidas

- Y de dónde conoces a tu nuevo amigo Seiya? – preguntó Hyoga quitándole el cigarrillo para darle una fumada

- Lo conocí hoy, le ayudé a cambiar la llanta de su auto y me ofreció un café – Seiya se encogió de hombros al escuchar esto

- Aquí no hay café… niño rico… - Ikky dijo esto y frunció el ceño cuando lo dijo, en verdad lucía amenazante

- No, pero me contaron que habían unas alitas de pollo espectaculares, le ofrecí la cena a Seiya pero… gustan unirse?, es lo menos que puedo hacer por quienes me salvaron el cuello, qué dicen?, alitas y otra ronda de cervezas? – propuso Julián levantando su vaso, Ikky sonrió y asintió, Hyoga se acomodó de mejor manera en la silla y bebió profundamente de su vaso, Seiya se volteó y le preguntó a Shun:

- Comiste algo?, a qué hora termina tu turno?

- Oficialmente terminó hace media hora, pero Marin no ha llegado, y unas horas extras no nos hacen daño, pero no… no he comido nada aún

- Tráenos alitas de pollo para todos y cena con nosotros, Shyru está en casa con Max, verdad? – preguntó Seiya

- Claro que está en casa con Max – respondió Shun meneando la cabeza y caminando de vuelta a la barra, hizo el pedido a Aldebarán que lo miró con escepticismo pero sonrió cuando le dijo que el niño rico los había invitado esta noche, Julián lo siguió con la mirada y arqueó una ceja cuando Shun prácticamente se dobló en la barra exponiendo su perfecto trasero para vista y deleite de todo el bar, Shun estaba usando jeans ajustados y una camiseta blanca sencilla, pero se veía muy muy apetitoso, Julián recobró la compostura cuando sintió los ojos de Ikky en su nuca

 

Ikky y Hyoga acabaron sus cervezas e hicieron señas a Aldebarán por una nueva ronda, el gigante se las envió con Shun que miró con curiosidad al extraño, era en verdad atractivo aunque se notaba que estaba incómodo, este ciertamente no era su ambiente

- Tómate un descanso Shunny, ya salen las alitas? – preguntó Hyoga ladeando la cabeza

- Si ya salen, pero Marin no ha llegado, entonces no necesariamente me puedo tomar un descanso

- Tú trae las alitas y yo distraigo a Alde para que tú comas – ofreció Ikky con una sonrisa

- Ok., eso suena bien – el peliverde sonrió y volvió a la barra a recoger una muy generosa fuente de alitas de pollo, cuando llegaron, todos los chicos empezaron a comer entre risas y tragos, Ikky cumplió lo ofrecido y luego de comer un par de alitas se levantó y caminó a la barra, Alde se acercó y se pusieron a charlar, eso le dio oportunidad a Shun de sentarse un momento y comer rápidamente

 

Las cervezas fueron y vinieron, las alitas de pollo de igual manera, Ikky y Hyoga tomaron varias cervezas, Seiya solo tomó una, Julián tomo dos, Julián estaba fascinado por la contagiosa risa de Shun y por sus ojos, ellos compartieron varias miradas la noche entera, el coqueteo estaba al más alto nivel, este hecho pasó desapercibido por Ikky que estaba ocupado bebiendo, pero fue muy obvio para Seiya y Hyoga, Julián pagó la cuenta a lo que el bar cerró a las dos de la mañana, y el muy inusual grupo de cinco salió al frío de la noche, Seiya y Hyoga llevaban a rastras a Ikky que había tomado algunas cervezas de más, eso dejaba a Shun caminando con Julián detrás cerrando la comitiva

- Este es el camino a mi auto Seiya? – preguntó Julián mirando las calles desconocidas

- No, es el camino a casa, lo olvidé… lo siento… - contestó Seiya con dificultad, Ikky era pesado y difícil de manipular cuando estaba borracho, para estos menesteres era mejor Shyru pero… el pelinegro estaba en casa

- Y por dónde voy a mi auto? – preguntó Julián algo inseguro, la verdad no estaba de humor para caminar solo por las pobremente iluminadas calles de este barrio en la madrugada

- No es conveniente que te vayas, a esta hora es complicado llegar allá, tu auto estará seguro pero es mejor que vengas con nosotros a casa, no es lejos – dijo Shun encogiéndose de hombros

- Además bebiste varias cervezas amigo, si manejas así no saldrás de este barrio en una pieza, nuestro sofá es cómodo, verdad tú? – dijo Seiya y Hyoga asintió con una sonrisa muy divertida

- No quiero causar inconvenientes – respondió Julián todo abochornado, si hubiera visto un hotel en su camino se hubiera quedado allí, pero estaban en los proyectos de vivienda de las afueras de Londres, lo único que había allí eran tiendas de comestibles de dudosa procedencia, bares y prostíbulos, además de vagos, borrachos y pandilleros

- No es ningún inconveniente dar alojamiento al hombre que nos invitó la cena, verdad Shun? – preguntó Hyoga con una sonrisita que fue compartida por Seiya

- Claro que no, ya cállense y caminen – respondió Shun meneando la cabeza para ocultar su sonrojo, pero Julián se dio cuenta de cualquier manera y le pareció adorable

 

Unas pocas cuadras mas caminaron hasta que llegaron a una calle de casas iguales, aunque a decir verdad todas las casas eran iguales dependiendo la calle, lo único que se diferenciaba era el tamaño, esta cuadra era de las casas más grandes que habían, eran angostas pero tenían 3 pisos, Ikky y Hyoga estaban cantando algo que no tenía ni ritmo ni melodía, Seiya los iba shusheando mientras Julián y Shun iban en silencio

 

Hyoga acomodó a Ikky apoyándolo en la pared para que no se caiga y lo sostenía con el cuerpo, Seiya abrió la puerta y se llevó un dedo a los labios cuando vio a Shyru acomodado en el sillón, estaba profundamente dormido y tenía acomodado en su pecho a un pequeño niño de más o menos dos años que también estaba dormido y se chupaba un dedo

- Ohhhh ven hermoso… shhhh… eso es… - Seiya cargó al pequeño niño con mucho cuidado y besó su cabecita, el bebé era muy hermoso en verdad, tenía blanca piel y azules cabellos, facciones finas y una muy bonita nariz, el niño abrió los ojos pero los cerró inmediatamente al abrazar a Seiya y suspirar

- Qué hora es? – preguntó medio dormido el muchacho de largos cabellos negros que estaba despertando y acomodándose de mejor manera en el sillón

- Muy tarde, o en verdad temprano, depende de como lo mires, me das una mano con Ikky? – Hyoga habló desde la puerta, Seiya ya estaba subiendo las escaleras con el bebé en brazos

- Déjalo botado ahí afuera a ver si se le pasa lo borracho – respondió Shyru poniéndose lentamente de pie

- No es mala idea pero lo hacemos otro día, en serio estoy cansado, toma sus pies, vamos… dame una mano, no te hagas el estrecho – insistió Hyoga tomando a Ikky de mejor manera de las axilas, Shyru lo hizo y entre los dos lo llevaron por las escaleras al segundo piso dejando a Shun y a Julián en la estancia

 

La casa era pequeña pero acogedora, los muebles eran sencillos y lucían cómodos, los acabados de la casa eran bastante simples pero todo lucía limpio y medianamente ordenado, en la mesa del comedor estaban algunos libros y cuadernos de apuntes, en la esquina estaba una sillita alta, del bebé seguramente, habían algunos juguetes por aquí y por allá, la cocina era abierta, en la refrigeradora habían varias notas escritas a mano que se superponían las unas a las otras, en la sala había una cartelera de corcho en donde estaban más notas clavadas con tachuelas, habían fotos de todos ellos, del bebé, en fin… era una casa en donde se notaba que vivían muchas personas, muy diferente a como era su casa

- Te apetece un café? – ofreció Shun señalando la cocina

- No creo que eso me ayude a dormir, mejor un té? – propuso Julián con una sonrisa

- Frío o caliente? – Shun se acercó a Julián y pasó sus manos por las solapas de su saco de una manera muy sensual, el peliazul no se esperó un acercamiento tan directo de este jovencito de apariencia tan dulce e inocente

- Caliente, definitivamente caliente – respondió Julián subiendo la mano por su espalda y acercándolo a su cuerpo, Shun sonrió y se puso en puntillas para poder alcanzar sus labios, la pareja se fundió en un suave beso que se fue profundizando poco a poco hasta volverse demandante y delicioso

- Tío Shun… teno hamble… - la pareja se separó de un salto al escuchar una vocecita que venía de las escaleras, el pequeño Max estaba sentado en los escalones con las manitos en los barrotes y los había estado mirando

- Ve a buscar a papi Seiya cariño, él tiene galletas en la habitación, ve arriba – pero Shun no acabó de decir esto que se escucharon pasos por la planta alta, Seiya bajó las escaleras y cargó a su revoltoso hijo, lo besó nuevamente en la mejilla y dijo:

- Por favor vayan a la habitación, hay menores presentes en la casa

- Hasta mañana papi Seiya – respondió Shun meneando la cabeza

- No teno sueño papi – dijo el pequeñito quejándose en los brazos de su padre

- Si tienes, mañana tienes que ir a la escuelita y yo tengo que trabajar, entonces tenemos que dormir, vamos a ver a tu pegaso de peluche que se debe sentir solo y debe tener mucho frío – la voz de Seiya se perdió cuando el castaño avanzó por el pasillo y cerró la puerta tras de si, Shun tomó la mano de Julián  y lo llevó escaleras arriba, pero en contra de todo pronóstico no se detuvieron en el segundo piso, sino que siguieron al ático, al entrar, el peliazul tuvo que agacharse un poquito para no golpearse con el marco de la puerta, la habitación de Shun era bastante espaciosa, los techos caídos le daban un aire muy especial, no habían muchos muebles, pero la cama de hierro forjado que estaba en medio de la habitación era absolutamente hermosa

 

Shun no perdió el tiempo y apenas se cerró la puerta, le quitó el saco a Julián y volvió a besarlo en los labios, el peliazul se dejó llevar mansamente a la cama y al acomodarse en ella, hizo suyo al hermoso muchacho de ojos verdes que se dejó llevar y poseer con pasión, las ropas cayeron al suelo mientras la habitación se llenaba de jadeos y gemidos de placer, y así, juntos disfrutaron de una de las mejores noches de sus vidas, Julián no pudo haber imaginado que el hecho de que se perdiera en aquel barrio lo iba a llevar a esta noche, esta había sido una genuina sorpresa pero una muy bien recibida

 

Pero… no todo es lo que parece, no todo es como debería, el tiempo y las circunstancias de la vida eran a veces extrañas e injustas, las apariencias engañan de la peor manera porque mientras Julián le estaba haciendo el amor a Shun, él no podía dejar de pensar en otro hombre, un hombre de ojos negros que había llegado a su vida causando un huracán que removió todos sus cimientos y cuando se fue dejó solo destrucción y desolación…

 

Notas finales:

Chan chan chan...

Julián es el presente, Hades es el pasado, qué pasará cuando sus historias colisionen???, espero que les haya gustado el capítulo, y nos vemos el martes en la noche o el miercoles en la mañanita con el capítulo nuevo

Muchas gracias por leer y nos vemos pronto, saludos, bye


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