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Irritable por Abyss

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Notas del capitulo:

Tengo dias, o semanas tal vez, con esta historia escrita pero no estaba segura de subirla, no porque no me gustara, sino que la considero lo suficientemente extraña y sin sentido (?) que no me subia los animos publicarla, pero finalmente hoy me sente en la computadora, la volvi a leer, edite algunas cosas y pues.... Opino que he subido cosas peores :) asi que... Aqui esta :D

Espero que les guste <3

Silver era una persona —muy—, fácilmente irritable, lo suficiente como para que la mayor parte del tiempo, la gente a su alrededor tuviera la creencia de que ese era su estado natural —algo que obviamente no era verdad—. Como una persona mayor, adulta, en verdad intentaba comprender —la mayor parte del tiempo y lo más posible—, la actitud siempre tan irritada y arisca que su joven novio siempre mostraba. No iba a ser ningún mentiroso diciendo que era fácil, porque no, no lo era, en esos dos —casi tres—, años de noviazgo, le habían sucedido mil y un cosas —ninguna agradable cabe aclarar—, entre ser golpeado, que le grite a la cara, lanzarle cualquier cosa que tenga a la mano o mandarlo a dormir a fuera —o en casos extremos, a su oficina en la Liga Pokémon—, y de todas formas aun asi seguia teniendo la suficiente paciencia y voluntad como para seguir ahí, al lado del más joven, porque lo amaba, y aunque todo eso no era fácil ni de comprender o aguantar, la recompensa que siempre llegaba poco después hacía que todo valiera la pena.

Pero había veces, momentos, donde Silver en verdad se convertía en una verdadera molestia que ni él, era capaz de aguantar.

—¡Lance!

Como ahora, por ejemplo.

—Ya te dije Silver, y te lo explique tres veces —El Domadragon intento sonar paciente y tranquilo, aunque sentía como poco a poco estaba perdiendo ambas cosas—. No puedo dejar mis deberes en la liga para ir a caminar contigo, estoy muy ocupado.

No era la primera vez que Silver le pedía algo así, era incluso raro que lo hiciera, pero últimamente parecía haber encontrado alguna especie de gusto en hacerlo cuando se encontraba trabajando. Una lastima que la situación no fuera como ocasiones anteriores donde el menor entendía que no, era no.

—¡Es menos de una hora de tu tiempo! —volvió a gritar Silver, probablemente también harto de estar hablando de lo mismo durante un largo rato—. ¡¿Tan difícil es eso?!

—Silver, ya no grites por favor —pidió Lance masajeandose la frente, sintiendo poco a poco el nacimiento de un dolor de cabeza, le urgía una aspirina—. Tengo una junta en menos de media hora, y todavía tengo papeleria por revisar y firmar.

El adolescente de dieciséis años tembló en su lugar frente al escritorio de su novio, apretó los puños e inflo el pecho preparándose para lanzar un nuevo grito, una nueva queja. Antes de que Lance alzara su mano diestra y decidiera tomar la palabra antes de que un nuevo grito inundara su oficina.

—Y no, no le puedo delegar este trabajo a alguien más —explicó el campeón intentando por todos los medios de no soltar un suspiro—. Ya te explique que Red y Gold no son las mejores personas del mundo para hacer esto, y la Elite Four tiene otras responsabilidades.

—¿Y qué hay de Blue? —pregunto Silver en un tono agresivo pero, sorprendentemente, sin gritar—. Él fue campeón como… No se… Por ocho minutos o algo asi, ¿eso no cuenta para algo?

—Así no es como funcionan las cosas —Lance intentó no reírse ante tal ocurrencia—, eso sin contar que, donde se me ocurra pedirle algo así puedes dar por hecho de que me mandara por un tubo.

Finalmente el silencio se hizo en la habitación, con ambos mirándose fijamente por un corto periodo de tiempo, antes de que la mirada de Lance viajará hacia el reloj que descansaba en su escritorio. Un acción que le hizo soltar un suspiro antes de decir algo de lo que, se encontraba más que seguro, se iba a arrepentir.

—Y no es que te corra —Lance pronunció cada palabra y, letra, de la forma más amable y tranquila posible, intentando no sonar de alguna manera que pudiera molestar a Silver y este decidiera volver a gritar—. Pero en verdad, estoy ocupado…

—¡Pues bien! —grito una vez más Silver, golpeando con ambas manos el escritorio—. ¡Que tengas un bonito dia!

—¡Silver!

Grito Lance, furioso, cuando vio a sus pobres montañas de papeles, aquellas bellamente acomodadas y apiladas, ser dispersadas al aire en un movimiento rápido. Observó dolorosamente como su trabajo de hace dos días caía tranquilamente con dirección al suelo, solo unos cuantos papeles habían quedado encima del escritorio mientras el resto se dispersaba por la habitación. Cuando quiso reñir al menor por haber hecho tal cosa, lo único que alcanzo a ver fue la puerta siendo azotada sin piedad.

0.o.0

Le había tomado aproximadamente veinte minutos recoger todos los papeles, ni siquiera se había molestado en acomodarlos una vez más, ya daba por hecho que la papelería se iba a quedar atrasada y no podía hacer la gran cosa para evitarlo. Fue cuando le faltaban siete minutos para irse a su junta, que la puerta de su oficina fue golpeada sin mucha fuerza. Por un momento pensó que podría tratarse de Silver, que volvía arrepentido por lo que había hecho, pero descarto rápidamente esa idea, pues él adolescente se había ido realmente molesto.

—¿Lance?

Gracias a Arceus no tuvo que seguir sacando conclusiones cuando la reconocible voz de Karen se escuchó del otro lado, minutos antes de que empujara la puerta para dar un paso dentro de la habitación con una expresión que Lance no alcanzaba a reconocer.

—¿Se te ofrece algo?

La especialista en Pokémon de tipo siniestro abrió y cerró la boca varias veces, mientras que con sus manos hacia extrañas señas, que iban desde señalar él exterior del lugar, así como de vez en cuando señalarlo a él. Cuando finalmente Karen se dio cuenta de que no estaban yendo a ningún lado, inhalo aire profundamente antes de —al fin—, decir algo.

—Agatha me mandó a buscarte.

Ante aquella revelación, Lance no pudo sentirse más confundido mientras salía de la habitación siguiendo a Karen. Agatha había abandonado recientemente su lugar en la Elite Four, por lo que su presencia en el lugar realmente se debía a que era una de las personas que iba a estar presente en la reunión. Pero eso no le explicaba la razón por la cual había pedido verlo antes de tiempo.

—Es aquí.

La dama de cabello celeste pálido se hizo a un lado para dejarle entrar a la habitación que —muy probablemente—, Agatha había pedido para descansar por el viaje que debía de haber realizado. Pero lo que en verdad llamó su atención, fue ver a los tres restantes miembros de la Elite, escondidos en una esquina. Prefirió no preguntar nada y mejor entrar a la habitación de una vez por todas.

Por supuesto que, de todo lo que esperaba ver tras atravesar el marco de la puerta, sin duda alguna, lo que menos se había pasado por su cabeza, fue ver a su novio, llorando desconsoladamente en el hombro de Agatha, con la anciana acariciando la espalda del menor y el Gengar a su lado sosteniendo una caja de pañuelos.

—¿Silver? —llamó preocupado el domadragon, acercándose rápidamente al sillón donde se encontraba acurrucado el de cabello largo.

Silver intento gimotear, pero apenas abrió la boca para decir algo —tal vez alguna grosería—, cuando las lágrimas aparecieron una vez más y no tardaron mucho en comenzaron a escapar una vez más, provocando que intentara secarlas rápidamente con el pañuelo desechable que estaba usando por el momento.

Lance no estaba acostumbrado a ver llorar a Silver. Silver no lloraba, era demasiado… Él. Como para llevar a cabo dicha acción —y mucho menos hacerlo en un lugar público o con gente cerca—. Lo cual también podría explicar porqué la Elite Four parecía shockeada, ni siquiera ellos deberían de haberse esperado verlo bañado en lágrimas. De todas formas prefirió dejar esos pensamientos de lado y dirigir rápidamente su mirada hacia Agatha —después de que Silver hubiese incapaz de contestarle—, solo para sentir el remordimiento naciendo en lo más profundo de su consciencia. En lugar de decirle o preguntarle algo, Agatha lo observó fijamente, como si lo estuviera retando a decir algo.

Estuvo a segundos de tomar el reto —principalmente porque no alcanzaba a comprender que sucedía—, pero se vio interrumpido cuando el llanto de Silver —quien al parecer estaba intentando no hacer sonido alguno—, finalmente explotó, asustandolo al momento y haciéndole hacer lo primero que se le venía a la mente.

Al diablo la liga, el título y la jodida reunión, necesitaba llevar a Silver al hospital, y lo necesitaba ya.

0.o.0

Fue menos de una hora el tiempo que se encontraron sentados en la sala de urgencias, porque se encontraba lo suficientemente desconcertado por la situación como para ir con su médico familiar. Gracias a dios una enferma se apiadó de ellos y terminó mostrándoles la sala de espera donde se supone que debían de haber llegado directamente. El tiempo que permanecieron esperando —aunque fue poco—, fue más que suficiente para que finalmente Silver tranquilizara su llanto, aunque se negó a establecer conversación alguna, eso no era algo que realmente le importara —total, estaba acostumbrado a que Silver le hiciera la ley del hielo—. Fueron esos minutos los que aprovecho para preguntarse seriamente… ¿No estaba exagerando?

Miro discretamente al adolescente sentado a su lado, cuando llegó a la conclusión de que no, no estaba exagerando las cosas, ¿Y si estaba pasando por una crisis nerviosa?

—¡¿Silver?!

Gracias a los legendarios que finalmente los pasaron a consultorio en lugar de permitirle seguir sacando conclusiones precipitadas.

—Que sorpresa verlo aquí otra vez —saludo el doctor, que parecía ligeramente sorprendido por la presencia de ambas personas, pero intento no ser tan obvio—. ¿Que te trae por aquí otra vez?¿Alguna dolencia o malestar nuevo?

El adolescente negó moviendo la cabeza sin estar realmente seguro de confiar en su propia voz, cubriéndose parte del rostro con uno de los pañuelos desechables —que por cierto, era Lance quien cargaba con ellos—, como si temiera volver a llorar en cualquier momento. Y mientras que el doctor hacía algunas preguntas que parecían de rutina, el domadragon no pudo evitar sentirse confundido ante la forma en que se había referido a Silver, tenía la vaga sensación de su novio comentandole que no se sentía bien, pero ese dia estaba tan ocupado —como casi siempre—, por lo que al final simplemente había fingido prestarle atención.

—Veo que no se encuentra dispuesto a decir algo —comentó el doctor como si acabara de hacer un gran descubrimiento, posteriormente, se giró hacia Lance—. ¿En primer lugar podría yo saber la razón por la que vinieron?

—Lloro de repente, y se tardó mucho tiempo en tranquilizarse. —señaló Lance, yendo directamente al grano y esperando que el doctor les pasara con un especialista.

El doctor asintió con interés mientras golpeaba su pluma suavemente sobre el escritorio para no ocasionar ruido alguno —aparentemente evaluando la situación—, posteriormente abrió uno de los cajones para sacar algo parecido a un bloc.

—Bien, podría darle medicamento pero no creo que sea lo mejor, eso sin contar que sería difícil darle alguna dosis —comenzó a explicar el doctor a la vez que empezaba a escribir en el bloc que acababa de sacar—, lo que sí le puedo recomendar es que se vaya por cosas naturales, como tomar té, por poner un ejemplo, recuerde también que no debe ponerse en situaciones de estrés y mantenerse lo más relajado posible, aun estamos evaluando su situación.

Lance miró con curiosidad todo lo que el doctor se encontraba escribiendo en lo que sería —suponía—, la receta médica. Y mientras escuchaba al doctor y leía lo que iba escribiendo, llegó a una conclusión.

—¿Fue por estrés? —preguntó Lance alzando una ceja—. ¿Porque no le puede dar medicamento?¿no sería mejor?

Silver —que hasta entonces había estado siendo ignorado—, tosió en su lugar y posteriormente se limpió la nariz, la cual —al igual que los ojos—, ya los tenia mas rojos que de costumbre.

—La razón probablemente se la tenga que pedir a su pareja, y si podria ser mejor, pero darle una dosis en estos momentos seria algo dificil, mucho mejor si se trata sin medicamento —finalmente el doctor terminó de escribir, arrancó la hoja después de haberle puesto el sello y se la dio a Lance—. Cualquier cosa que se ofrezca con Silver ya se le atenderá en el segundo piso, me temo que yo ya no puedo hacer más en este punto.

Lance observó la receta —cuyo sello y firma le iba a ayudar como comprobante por haber faltado al trabajo—, y antes de finalmente abandonar la oficina hizo la que sería su última pregunta.

—No poder tomar medicamento se debe ¿A que?¿es pasajero?¿le están dando otro tratamiento?. —continuó preguntando Lance, en un intento por comprender la situación.

—Se podría decir que es algo pasajero, más o menos de aquí a unos cuatro o cinco meses. —contestó el doctor amablemente y con una sonrisa.

Lance asintió no totalmente convencido con aquella respuesta, mas no pudo seguir cuestionando al doctor pues Silver empezó a jalar insistentemente de su brazo, tal parecía que ya se sentía mejor y ahora tenía la urgencia de salir del hospital.

—Muchas gracias por todo. —agradecia Lance antes de salir del consultorio, con Silver aun jalando uno de sus brazos.

—Que les vaya bien.

Fue mientras caminaban hacia la salida, que el campeón de la región aún intentaba juntar todas las piezas y descubrir exactamente qué le pasaba a Silver, porque tal parecía que no era totalmente culpa del estrés, y aun no comprendía con exactitud a qué se refería él doctor respecto a su comentario de los meses.

No fue hasta que vio un letrero que señalaba que área era cada piso, que se detuvo de inmediato —deteniendo a Silver que en ningún momento se había tomado la molestia de verlo—, ahí, frente a sus ojos, se encontraba la respuesta a casi todas sus dudas.

“Área de maternidad, 2°piso”

—¿Maternidad? —leyó en un susurro, como si no fuera capaz de captar por completo lo que acababa de leer, casi deletreando aquella palabra, hasta que finalmente algo en su cabeza hizo “click”— ¡¿Maternidad?!

Repitió en un repentino grito que poco le importó que la gente a su alrededor le hubiese mirado mal, girándose repentinamente con dirección a Silver, quien aún se negaba a verlo de frente, y cuya mano lo jalaba tímidamente de la manga para seguir avanzando.

Oh dios… 

¡Oh por dios!

Notas finales:

Como ya saben, todo lo que sea Akaishipping, esta dedicado con mucho amor a ToadThearian haber si algun dia se le ocurre subir ya sea continuacion de su unico fic o subir algun fanfic :V

No es como si te estuviera hechando algo en cara... Yo estoy consciente de que deberia actualizar sintomas (?)


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