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Damian por azumi16

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Notas del fanfic:

Este es el segundo capitulo de mi historia Bat Punch Family. El anterior a este es Nightwing y Batman (link: https://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=185730) y el siguiente se llama Moly, la séptima Robin (link: https://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=189352)

Nos leemos!

Notas del capitulo: Ya ha pasado un tiempo desde que escribí este fanfic y cuando lo hice, en DC comics, Damian todavía no había revivido. Debo admitir que es algo chimbo pero bueno, voy a aplicar la de DC, ¡Mundo alterno!

Por otra parte estoy algo confundida, ya que este es el segundo capitulo de una gran historia que estoy escribiendo llamada Bat Punch Family, sin embargo, no englobé todo en un mismo fanfic porque cada "capitulo" aunque sigue la historia, cuenta una historia independiente.

Además, esta gran historia aun está en proceso y no quiero volver a repetir ese error de dejar un fanfic en espera por un largo periodo de tiempo. Prefiero ir publicando cada historia como un fanfic terminado.

El anterior a este es Nightwing y Batman (link: https://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=185730) y el siguiente estará publicado pronto, nos leemos!
– Sé que es difícil para ti, siendo él tu hijo, pero debes confiar en nosotros, de lo contrario, en vez de revivir a uno perderemos a otro – Batman miró al espelucado científico con seriedad.

Con franqueza, la apariencia alocada y juvenil de aquel biólogo no daba ni un poco de confianza.

Pero su trabajo y su historia si que la daba.

Aunque no era el sólo. Eran él y su esposa.

Se trataba de una pareja conformada por un biólogo y una neuróloga irlandeses. Ambos científicos.

Dar con ellos fue una odisea para Batman.

Sólo había pequeños rumores en Irlanda, que se fueron convirtiendo en una legenda urbana que parecía ser basada en frankenstein.

Aparentemente, esta pareja ganó muchísimo dinero en el sur del país rejuveneciendo personas a través de operaciones quirúrgicas basadas en electricidad y compuestos químicos.

La mayor publicidad de la efectividad de dichas operaciones estaba en ellos mismos, quienes cada vez se veían más jóvenes. La gente con la que Batman pudo hablar le contaba que la pareja era muy amable y cariñosa, y muy pulcros y dedicados en su trabajo, aunque cobraban muchísimo dinero. Pero el dinero se volvía arena en comparación a los resultados que sus clientes recibían. Por eso eran queridos y muy demandados en los pequeños terrenos, alrededor de donde vivían.

Pero una noche corriente, una tormenta inundó parte de su laboratorio experimental y mezclándose con los aparatos eléctricos que yacían allí, electrocutaron a la esposa, quien se hallaba presente.

Su muerte fue instantánea.

Se dice que el esposo, destrozado y desesperado, no descansó ni un segundo hasta llevar sus investigaciones a niveles extremos. Ya no se trataba de rejuvenecer, ahora se trataba de revivir.

Por más persuasivo que Bruce podía llegar a ser, le fue imposible sacar alguna dirección. La gente simplemente no sabía ni siquiera el nombre de nadie que tuviera alguna idea de lo que realmente había pasado. Sólo sabían que el “joven” biólogo tomó toda la fortuna y como alma que lleva el diablo, desapareció del pueblo.

Pero fue en ese punto cuando esa legenda irlandesa se juntó con una anécdota africana, en la cual se decía que una familia muy adinerada del sur del continente africano, perdió a su hija menor tras padecer esta, una terrible enfermedad.

Pero los padres, sin poder aceptar ese hecho, buscaron año tras año hasta conseguir a una pareja de científicos cuya esposa había sido revivida por el esposo muchos años atrás.

Efectivamente, tras muchos años, la ciudad de donde provenía la familia se conmocionó al saber que la niña estaba de vuelta, viva y justo como estaba antes de morir. Tanto, que seguía teniendo la enfermedad que la mató en primer lugar. Afortunadamente, las cosas ya habían cambiado con los años y con una operación de 6 horas, la niña se recuperó del todo.

La falta de evidencia y colaboración de los padres a compartir la historia hicieron que aquella anécdota no saliera de aquella ciudad pero Batman tenía cabos que unir.

Se convenció de que las coincidencias entre las historias eran demasiadas.

La familia se rehusó a decirle nada a Batman, pues, no concebían a un hombre adulto disfrazado. Pero si le dieron detalles a Bruce Wayne.

No por dinero ni nada material.

La imagen de un padre luchando por revivir a su hijo se

les hizo muy familiar.

Le dijeron que la pareja estaba en uno de los lugares más fríos del planeta tierra, en un laboratorio subterráneo inmenso; Le recomendaron que utilizase un gran electroimán para ubicarlos pues eso era lo que ellos habían hecho. Le dijeron que no se molestase en ofrecerles dinero porque ellos no lo aceptarían, ya que no podían hacer nada con el. Le dijeron que si los encontraba, ellos lo mandarían a comprarles cosas que necesitasen, aunque estas si que le costarían.

Con la información recolectada, fue cuestión de meses dar con aquel aislado laboratorio.

Por más que hizo ruido para llamar su atención, la pareja no salió. Le costó media hora dar con una tapa redonda y metálica, parecida a la de las alcantarillas de la ciudad, que decía “Bienvenido”.

Cuando estuvo a punto de romperla, un audio fuerte y claro, de una voz masculina, le dijo que no rompiera la tapa y una voz femenina expresó que ya la habían tenido que remendar varias veces y hacia frío afuera.

Acto seguido, la tapa se abrió y Batman bajó por unas estrechas escaleras.

El corazón de Batman latió fuerte y esperanzado al finalmente encontrarse frente a frente con la famosa pareja. No aparentaban más de unos veintitantos. El esposo tenia el cabello suave y castaño, algo rizado. Con leves pecas en su rostro y una piel curiosamente acaramelada. Por otra parte, la esposa era rubia, con ojos saltones color café y una sonrisa juguetona. Ambos estaban espelucados y sus batas de laboratorio estaban algo sucias.

Luego de una calurosa bienvenida, como si lo hubieran estado esperando, le indicaron que los siguiera.

Pasaron por muchas puertas grandes que llevaban a muchos laboratorios increíbles, que poco o nada tenían que envidiarle a la NASA.

Llegaron a una puerta cerrada que al abrirla los llevó a una linda casa hogareña. Estaba colmada de aparatos tecnológicos pero también tenia muebles y adornos que le dieron a Bruce la sensación de haber vuelto a la ciudad.

Lo mandaron a sentarse y le ofrecieron chocolate caliente y galletas. Las galletas parecían sacadas de una panadería y el chocolate tenia ese delicioso toque sintético. Bruce se preguntó de donde sacaban estas cosas estando tan aislados del resto del mundo pero no les preguntó nada.

Efectivamente les dijo a qué había venido y las reacciones que daba la pareja mientras escuchaban la historia eran tan juveniles que estaba empezando a pensar que todo era una farsa. Pero los científicos le dijeron que lo ayudarían, a cambio de que les consiguiese unos compuestos.

Le dieron una lista con nombres que el en su vida había visto pero eso era lo de menos. Si existían, el los encontraría. Los científicos, como era de esperarse, le pidieron cantidades industriales y pusieron pequeñas notas al lado de los nombres especificando estados e incluso temperaturas.

Batman se preguntó como esos dos muchachos hacían todo lo que hacían y de inmediato supo que la misión no iba a estar fácil pero curiosamente, la exigencia de aquellos científicos lo hacía sentir más seguro y hacía que sus esperanzas se incrementasen.

Le ofrecieron estadía hasta que se sintiera listo para partir pero Bruce no tenia tiempo que perder.

Ya habían pasado casi dos años…

Batman fue quien aceptó la misión pero Bruce Wayne fue el que se encargo de cumplirla. Científicos y exploradores de todo tipo, muchos de ellos se preguntaban que querría hacer aquel hombre con semejantes compuestos pero ninguno le preguntó nada.

Cada compuesto de la lista era una aventura independiente. Los más fáciles estaban en el mercado, pero estos eran pocos. Otros, estaban en los lugares mas recónditos del planeta. Para adquirir estos, el trabajo de exploración fue lo que le costó ya que en sí, la mayoría eran ridículamente baratos a causa de su inestabilidad. Los más costosos de la lista fueron aquellos que no podían ser encontrados en la naturaleza y debían ser creados artificialmente. Esos procesos, además de caros, eran laboriosos y llegó un momento en el que el señor de la noche ya no podía hacer nada más que esperar.

Ya había hecho todo lo que podía hacer.

El compuesto mas laborioso se tardaría aproximadamente 5 meses pero entonces, Bruce finalmente tendría la lista completa.

Por otra parte, Richard, como era de esperarse, se dio cuenta de que Bruce estaba metido en un proyecto muy grande. No estaba preocupado pues era Bruce Wayne quien estaba elaborándolo pero si tenia algo de curiosidad.

– Bruce, ¿Puedo preguntarte algo? – Eran alrededor de las 7 de la noche. Dick no patrullaría en Bludhaven esa noche y tenia un pantalón de dormir gris y una camisa blanca puestos.

– Adelante, pregunta – Bruce contestó sin mucho interés, estaba concentrado en la pantalla de la baticueva. Aun con la dificultad de la misión de los compuestos, nunca dejó de lado sus deberes como Batman.

– ¿Qué has estado haciendo estos meses, Bruce? No quiero meterme en tus cosas…Sólo tengo curiosidad – Dijo mientras posaba su mano suavemente en el hombro de su esposo. Su voz era suave y calmada. No quería que Bruce pensara que era un reproche.

Efectivamente, Bruce sabia que no era un reproche, aun así, se quedó callado por unos segundos. No sabía que responderle, y como a veces menos es más, concluyó que esa era la respuesta. Al fin y al cabo, era la verdad. Y si no podía ser honesto con él, su compañero y su amante, entonces ¿con quien podría serlo?

Batman dejó de teclear.

– No se como decírtelo. De hecho, no sé si deba hacerlo – Eso sólo encendió mas la curiosidad de Richard. En definitiva, si no se lo decía, lo averiguaría por si mismo.

Y como si Batman hubiese oído sus pensamientos…

– Pero de todas formas lo sabrás tarde o temprano así que… – Bruce se volteó y lo miró serio y decidido. Pero cuando estuvo a punto de decirle… – No me creerás.

– ¿Eh?

– No, en serio. No pensarás que estoy bromeando pero si pensaras que estoy creyendo algo que no es cierto. Si en verdad quieres saberlo, dame 3 meses. En tres meses te llevaré a un lugar, ahí lo sabrás todo.
Dick alzó una ceja pero luego sonrió. Lo besó cariñosamente tomando su rostro en sus manos.

– Vale, esta bien. Esperaré. Lo prometo – Lo prometió en serio.

Pasados casi tres meses, el último compuesto finalmente estaba listo. Bruce fue al gran laboratorio que había alquilado para poder guardarlos a todos hasta que estuviesen completos. Se percató de que no faltase ninguno y finalmente, sacando fuerzas de donde no tenía, se enfrentó al cuerpo congelado y sin vida de su hijo, colocándolo junto a los compuestos.

Todo su ser esperaba no estarse equivocando.

Esa misma noche le dijo a Dick que se pusiera su traje, que lo sabría todo.

Dick ni siquiera preguntó nada. Sólo se puso su traje algo entusiasmado.

Con el batimóvil, fueron a una nave que estaba en las afueras de la ciudad. Era inmensa.

Dick quería preguntar cosas pero se resistía, quería observar y ya.

Estuvieron volando toda la noche, a pesar de la gran velocidad a la que iban. Y ante la seriedad de Bruce, la inmensidad de aquella nave, y la distancia recorrida, Richard estaba empezando a inquietarse un poco, ¿Acaso se trataba de algo de lo que tuviera que preocuparse?

Empezaron a volar a través de un lugar cuyo cielo era precioso: morado y estrellado, pero que tenía un clima infernal. La tormenta de nieve, la cual se veía gris en la oscuridad, era tan voluminosa que parecía pasearse en tornados.

La nave podía soportarlo pero aun así se tambaleaba.
El corazón de Richard palpitaba rápido pero no preguntaba nada. Había decidido solo observar esperando el desenlace de aquello y así, no presionar a Bruce.

Tras una hora metidos en aquel lugar, cuyo clima cada vez se hacia mas intenso, Bruce finalmente se estacionó como pudo justo al lado de la tapa metálica. Se agradeció a sí mismo haber puesto un rastreador en ella la última vez.

Le dijo a Dick que esperara y se bajó de la nave lanzando un cable atado a su cinturón, el cual tenía un potente imán que se pegó a la tapa. De esta forma, Batman pudo llegar a ella.

Richard, desde la nave, sólo veía como Batman llegaba con algo de dificultad a la tapa. Su corazón latía desenfrenado, ¿En que se habían metido? Vio como su esposo hablaba y supuso que alguien le estaba conversando a través de algún audio.

Segundos después, vio al señor de la noche regresar a la nave justo como se había ido.

Antes de que Richard dijera algo Batman le comentó que los dejarían entrar por otra puerta. Acto seguido, encendió la nave y voló unos metros mas adelante.

Entonces el constante sonido de la tormenta fue obstruido por un sonido aun más fuerte y angustiante. Richard abrió los ojos impresionado al ver aquella escena que parecía sacada de una película de ficción con excelentes efectos especiales.

El suelo parecía abrirse en grietas enormes, y la nieve, en vez de caer en ellas, era expulsada a los alrededores. Batman acercó la nave un poco mas y las luces dentro de ella empezaron a enloquecerse hasta que dejó de obedecer las ordenes de Bruce.

Pero la nave seguía moviéndose y dirigiéndose a lo que ahora era un agujero exactamente redondo. La nave era atraída cada vez más rápido hasta que pasó por la frontera de nieve que se había formado alrededor del agujero y fue entonces cuando empezó a descender dentro de él cada vez más lento.

Descendieron por un enorme y elegante estacionamiento morado y negro, en el cual había naves y estructuras tecnológicas de todo tipo. La nave aterrizó suavemente en una base redonda.

Salieron de la nave y bajaron por unas escaleras, encontrándose con la “joven” pareja.
Los científicos estaban igual de espelucados que cuando Bruce los conoció pero sus batas estaban mucho mas limpias.

– ¡Bienvenido de nuevo mi vampirezco amigo! No creímos que tardarías tan poco tiempo… – Dijo animado el esposo con los brazos abiertos. Bruce no contestó nada.

– Veo que traes a un amigo, oigan, ¿Ahora todo el mundo se disfraza? – Preguntó la esposa entusiasmada – ¡Yo también quiero! Vayamos de visita amor, y compremos unos lindos disfraces

– ¡Si! – Ambos esposos se pusieron de frente al otro, sonriendo con sus puños alzados frente a sus pechos.

– Yo quiero disfrazarme de vampira, como Batman pero sin la mascara y con mas rojo

– ¡Yo también! Y nos pondremos colmillos con sangre falsa en ellos… – Los esposos caminaron hacia la salida, hablando entusiasmados. Cuando Bruce hizo ademán de seguirlos Dick lo detuvo.

Su paciencia ya había llegado a su límite.

– Intente no presionarte Bruce, en serio, pero ya no puedo mas. Explícame que es lo que está pasando ahora mismo, de principio a fin – Richard lo miró serio.

– Richard, ¿no…- Bruce iba a pedirle que esperara un poco mas pero ante la reacción de Dick, se rindió – Esta bien…Richard, se trata de Damian – Richard abrió los ojos e hizo ademán de decir algo pero Bruce no lo dejó – Me habías pedido que lo dejara por un tiempo y luego continuara la búsqueda

– Te dije que la continuaríamos juntos Bruce

– Estas aquí

– ¡Pero no entiendo nada! ¿Qué es este lugar? ¿Quiénes son estas personas?

– Estas personas son la única esperanza que tengo de recuperar a mi hijo… – Con una seña, Bruce le indicó que los viera. La pareja hablaba entretenida en la puerta a lo lejos – Son científicos, el es un biólogo y ella una neuróloga. Aunque no lo creas, estas personas están pisando sus 100 años. Se que es una locura. Créeme que lo sé pero debes saber que investigue muy a fondo – Dick no daba crédito a lo que oía.

>Actas de nacimiento, registros de periódicos, muchísimas personas con muchísimas anécdotas. No fue fácil, la historia de esta pareja parece solo una leyenda pero las discrepancias eran tan pocas. Y todo parecía concordar – Dick desvió su mirada de la pareja y miró al vacío con tristeza. La verdad, no creía una sola palabra. Creía que su amado estaba tan destrozado por la muerte de su hijo que había caído en una gran farsa pero no tenia corazón para decírselo.

Y como si Bruce hubiese escuchado sus pensamientos…

>Se que existe la posibilidad de que todo esto sea mentira. La actitud de estas personas es dudosa pero créeme que ellos no tienen la más mínima necesidad de mentir. Ellos han creado tantas cosas que si quisieran hacerse multimillonarios solo tendrían que mostrarle al mundo uno de sus muchos inventos, ellos crearon todo esto…– Bruce sintió que hablaba demasiado pero que no lograba convencer a Dick, de modo que decidió concluir – Y además, ya estoy cansado… – Dick lo miró – En verdad quiero con todas mis fuerzas que mi hijo regrese pero ya he buscado demasiado. He ido por demasiados caminos y este es el único que me ha dado esperanzas. Si esto no funciona, no buscaré más. Me daré por vencido. Lo prometo.

Dick sólo lo miró conmovido y lo besó. La pareja los vio de lejos y empezaron a reírse nerviosos y sonrojados. Nunca habían visto a dos hombres besándose, ¡Cómo había cambiado el mundo en su ausencia!

Vieron que los hombres disfrazados se acercaban, y aun exaltados decidieron no mencionar nada al respecto.

– Bueno Batman, ya ha llegado la hora. Son muchas las cosas que tenemos que explicarte y el proceso será largo pero antes, creo que deberían comer y dormir unas horas – Dijo la esposa un poco seria

– Estamos bien – Respondió secamente Batman

– No, imposible. Sin importar de donde hayan venido deben haber viajado por lo menos unas 8 horas para hasta llegar aquí – Dijo calmado el esposo

– Y si en verdad quieren que el proceso sea exitoso, necesitamos estar todos en las mejores condiciones. Insistimos en que coman algo y duerman, por lo menos, unas 6 horas. Luego de eso empezaremos – Batman hizo ademán de protestar pero Dick lo tomó por el hombro

– Yo creo que es una buena idea, además, ellos son los expertos, es mejor que les hagamos caso – Le dijo pacientemente Richard, lo cual tranquilizó a Batman a sabiendas que lo estaba apoyando. En lo que respectaba a Dick, ni modo, ya estaban ahí y lo apoyaría, esperando con todo su ser que no fuese una farsa.

Eso sería otro golpe para Batman.

– Muy bien, entonces sígannos – Salieron del salón y caminaron un poco mas de lo que Batman caminó la primera vez. Dick, al igual que Batman en aquel entonces, miraba impresionado las inmensas puertas que daban vista a grandes aparatos tecnológicos que siempre se hallaban en movimiento.

Llegaron a la casa y los esposos sirvieron un festín de comidas deliciosas y variadas. Dick, que era todo lo contrario a Batman, preguntó todo lo que el mayor no había preguntado. ¿De donde sacan tanta comida estando tan lejos? ¿Quién la cocina? ¿Cómo la cocinan? Y empezando por ahí, cuando la conversación se tornó entretenida, empezó a preguntarles cosas más puntuales, ¿Cómo se llaman? ¿De donde vienen? ¿Por qué se vinieron? ¿Cómo viven tan lejos? ¿Cómo hicieron todo esto ustedes solos?

La charla resplandecía vida y rápido Richard les agarró confianza. Eran gente alegre, agradable y parlanchina al igual que él mismo. La conversación hubiese durado mucho más de no ser porque Dick notó que su esposo estaba perdiendo la paciencia.

La pareja comprendió la indirecta y los dirigió fuera de aquella casita para llevarlos a otra que decía “Personas”. Parecía una especie de hotel. Tenía una mesita con una fuente en miniatura posada en ella, y dos escaleras que llevaban al mismo pasillo con muchas habitaciones.
La pareja les indicó que podían escoger la que mas les gustase ya que todas estaban equipadas y limpias y luego de decirles eso empezaron a reírse de forma picara. Bruce y Dick los vieron confusos y un poco desconfiados.

Nunca sabrían que la razón de aquella risa era que los esposos sospechaban picaros que escogerían una habitación con cama matrimonial, recordando el beso en el estacionamiento (o salón de transporte, como ellos lo llamaban).

Y efectivamente así fue, escogieron una con cama matrimonial, lo cual mató de risa a la pareja, ya habiendo salido del lugar.

Antes de irse, les habían recomendado que si no podían dormir sólo cerrasen lo ojos y se relajasen.

Bruce solo se acostó con los brazos abiertos y Dick se recostó en uno de sus brazos, ambos boca arriba. Batman, a petición de Dick, le contó un poco acerca del viaje que hizo para encontrar a aquel matrimonio, y hablaron un poco acerca de aquella situación. Richard le recordó su apoyo incondicional, y luego de un beso y unos segundos mirando al techo, ambos se dieron cuanta de que estaban muy cansados y conciliaron el sueño.

Bruce durmió 3 horas seguidas, luego empezó a dormirse intermitentemente. Dick durmió seguido las 6 horas y luego sólo se quedaron juntos y abrazados con los ojos cerrados hasta que se cumplieron 7 horas.

Salieron de aquella habitación y de aquella casita. Iban a seguir el camino por el cual, recordaban habían pasado desde la casita donde comieron. Pero la esposa, a través de un audio, les indicó otro camino que los llevó a un consultorio oscuro que sólo era iluminado por una colorida pecera que contenía peces variados.

Ella estaba sentada en un elegante escritorio y les indicó que se sentasen en dos sillas grises que estaban al frente de él. Ellos lo hicieron.

Tenía un aspecto muy diferente, con su cabello bellamente recogido, un conjunto elegante de tonos rosados y morados e incluso estaba maquillada.

La esposa estaba concentrada escribiendo en una especie de informes color púrpura. En su escritorio tenia muchos papeles, plaquetas y frascos de sangre.

– Bueno chicos, empecemos. El proceso de resurrección se basa en 9 procesos muy complejos – La esposa hablaba con una voz suave y pausada. Batman y Nightwing se sentían como en una verdadera consulta – Bruce, antes de continuar se me olvidaba agradecerte, de parte de los dos, por los compuestos. Sabemos perfectamente que no son fáciles de adquirir y menos en tan buen estado como tu los trajiste, te debemos mucho y es por eso que nos aseguraremos de que todo salga muy bien – La doctora cerró los ojos mientras sonreía y Bruce no pudo evitar emocionarse un poco. Por supuesto, sin que fuese visible.

>Mientras dormían, extrajimos los compuestos de la nave y también el cuerpo. Perdona que no te hayamos avisado pero pensamos que seria mejor para ti que vieses lo menos posible de estos procesos, ya que sabemos que es algo duro – Bruce se molestó un poco por la imprudencia pero decidió que no discutiría por estupideces

>Lo descongelamos y déjame decirte que esta en muy buen estado para el tiempo que tiene, eso nos ahorrara mucho tiempo – Dick no daba crédito a lo que escuchaba. Una doctora hablando de la resucitación de muertos de una forma tan natural, tan profesional, le parecía una locura. Pero no decía nada, solo escuchaba

>Ahora que está descongelado, lo pusimos en una cámara en donde tenemos maquinas que funcionan con láser, que están tratando de rehabilitar todo lo que se pueda del cuerpo. Ese es el primer proceso y tarda 3 horas continuas pero en esas horas adelantaremos otros procesos y…

– Quiero verlo – Dijo Batman serio. La doctora se sorprendió un poco y Dick también pero luego esta lo miró comprensiva y sonrió dulcemente

– No te preocupes, ya iremos todos a verlo. Mi esposo está supervisando ese proceso pero antes de ir necesito adelantarles todo – Bruce no dijo nada y la doctora prosiguió – Bien, antes de meterlo a la cámara le hicimos todos los exámenes que necesitábamos hacerle para saber como proseguir y ya tenemos el proyecto computarizado. Mientras esta primera fase se lleva a cabo nosotros prepararemos la tercera y la cuarta.

>La segunda etapa es la limpieza del cuerpo, sacando lo que no sirva y preparándolo para la tercera y la cuarta etapa, las cuales se hacen en el mismo sitio y consecutivamente. Para ellas, se mete el cuerpo en una tina que está colmada de compuestos líquidos creados por nosotros, y es a partir de allí que empezaremos a ver los verdaderos resultados – La esposa presionó unos botones y en la pared se iluminó una pantalla con la imagen de un salón con una tina púrpura – Llamamos a este lugar “Matriz”, pues en el recreamos todo lo que pasa en los nueve meses de embarazo, de principio a fin. De esta manera, podemos someter al cuerpo como si apenas estuviera naciendo pero mucho mas rápido, desde luego.

>De esta forma nos evitamos largas operaciones y búsqueda de transplante de órganos. Es aquí cuando entras tu Batman. Estos frascos – La esposa señaló a los frascos morados que estaban en la mesa – están llenos de la sangre que pudimos extraer del cuerpo de tu hijo y serán muy útiles pero solo como referencia.

>No podemos usar esta sangre para nada pues ya no sirve. Afortunadamente, estas tú. Te extraeremos diferentes tipos de muestras, de diferentes partes de tu cuerpo. Tranquilo, no será doloroso. Con ellas recrearemos a Damian. Oh, aprovechando que ustedes son dos, queríamos preguntarte si te importaba que tu compañero aquí – Señaló a Nightwing – También aportase algo de sus muestras, siendo el mas joven, tendremos mas variedad – Bruce no respondió, tenia una cara de pocos amigos.

– No hay ningún problema, extráiganme lo que quieran – Dijo Dick entusiasmado.

– ¿Y tú que dices, Batman? – Preguntó la doctora con las manos en su caderas

– Yo sólo quiero a mi hijo de regreso. A mi hijo, el que se fue – Bruce decidió que era tiempo de decirle su verdadera inquietud antes de que aquello continuara – El cuerpo, los órganos, la sangre…Son lo que menos me importa. Quiero que mi hijo regrese. Con sus recuerdos, su personalidad, con todo. Sé que suena a un imposible pero Jason Todd…– Dick lo miró – Si con el se pudo, creí que con mi hijo también se podría pero ya no sé si ustedes…

– No desesperes Batman – Dijo la doctora seria. Ambos la vieron sorprendidos, como si viesen a otra persona – Sé que estas preocupado pero para eso estoy aquí, para explicártelo todo y a medida que vayamos haciendo el proceso irás entendiendo. Sólo te diré que te devolveremos a tu hijo, con su personalidad, sus recuerdos, su conciencia y también su cuerpo. Justo como estaba antes de morir. Sabemos como hacerlo. Yo soy la prueba de eso – La esposa los miró fijamente. Ellos no dijeron nada. Y ante su silencio, ablandó la mirada y les sonrió compasiva, para volver a sentarse en su escritorio.

>Bien, ¿por donde iba? Ah sí. Con las muestras de ambos, podremos prepararlo todo para las fases 3 y 4, las cuales duran 5 horas.

>Cuando finalicen, el cuerpo estará como nuevo. Con órganos nuevos y todo nuevo. ¿Les había mencionado que estas fases comienzan al mismo tiempo que la 5ta fase? Veras, nosotros no reparamos el cuerpo, lo reemplazamos con uno nuevo. Pero en el caso del cerebro, si lo reemplazamos, sólo crearemos a una persona diferente con el cuerpo de tu hijo, y no a tu hijo

>Deben saber que aunque sabemos lo que hacemos, y lo hacemos muy bien, mientras mas intentamos explicar lo que hacernos, mas preguntas tenemos. No quiero enredarlos en esto. Sólo voy a decirles que extrayendo ciertas muestras de los restos del cerebro y, con los procedimientos adecuados, haciendo que estos se compacten y se regeneren, podemos recuperarlo todo en su totalidad – El corazón de ambos héroes latió con fuerza

>Este proceso es el mas delicado de todos porque para el utilizamos energía muy peligrosa para los seres humanos. Así que solo la veremos desde una cabina y de lejos.

>Luego de que las 5 fases estén completas, la 6ta comenzará siendo esta la única operación quirúrgica que se realizará. Podrán estar presentes pero tomando las precauciones que les indiquemos, ya que se utilizara la electricidad mas que todo. En esta unificaremos el cuerpo y el cerebro. Inmediatamente empezará la 7ma etapa, en la cual lo llevaremos a otro laboratorio en donde lo meteremos a un capullo en el cual terminará de compactarse y se nutrirá. Ahí, Damian despertará – Bruce no podía evitar ilusionarse.

>Pero, aun no habremos terminado. Damian saldrá de ese capullo y caerá en un lago, en el cual, si todo ha salido bien, llorará y se concientizará de su alrededor pero aun no recordará nada así que para la 8va fase, lo sacaremos de ahí y lo llevaremos a una cámara a la cual llamamos el portal del tiempo. La llamamos así por cultura ya que no tiene nada que ver con el tiempo, ahí sólo recibirá choques eléctricos que terminarán de despertar todas las partes de Damian y le permitirán volver del todo.

La doctora hizo el símbolo de paz con los dedos mientras sonreía.

>Y listo, tendrás a tu hijo de vuelta.
Los héroes no supieron que decir, así que no dijeron nada.

>Bien, ya Damian tiene un poco más de una hora desde que lo metimos en la cámara. Vamos a verlo – La doctora se levantó y presionando unos botones en la pared, hizo que se abriera una puerta gruesa que les mostró unas escaleras mecánicas verdes con flechas negras – Vengan chicos – Bruce y Dick obedecieron y fueron detrás de la esposa.

La esposa fue indicando la dirección con una pantalla que se movía con las escaleras, y en menos de un minuto llegaron a un pasillo de una sola puerta, la cual decía “Cámara de Luces”.

Entraron y se encontraron en una oscura cabina. El esposo estaba sentado en una silla grande al frente de una maquina de control, la cual estaba conectada al gran ventanal.

– Me alegro de que hayan logrado dormir unas horas caballeros y espero encarecidamente que mi adorada esposa les haya aclarado algunas de sus dudas. Espero puedan perdonarme por no mirarlos pero no puedo perderme ni un segundo de este proceso – El esposo sólo miraba fijamente a través del ventanal

La esposa hizo que tres sillas salieran del piso y ella y Dick tomaron asiento. Pero Bruce, como hipnotizado, sólo se acercó al ventanal a observar. El cuerpo de Damian no se veía, sólo se veía una especie de capsula plateada con grandes agujeros, en los cuales, unas grandes maquinas con forma de inyectadoras, suministraban un especie de rayos de diferentes colores.

El esposo le dijo a Batman que el proceso iba bien. Aunque no es hasta las dos horas que empiezan a notarse los cambios. Batman le dijo que quería verlo y el medico le mostró una pantalla en donde se podía ver adentro de la capsula.

Su hijo sin vida…Batman no pudo verlo más de unos segundos.

La esposa les dijo que, ya habiéndolo visto, la siguieran hacia un laboratorio en donde empezarían a sacar las muestras.

No fueron allí directamente.

Primero, con algo de resistencia, comieron unos emparedados, con jugo y frutas, ya que la doctora les dijo que era necesario. Luego, en el laboratorio, la doctora los inyectó en varias partes del cuerpo y estuvieron todo el tiempo acostados en unas camas individuales mientras unos tubos les extraían sangre y otros líquidos que desconocían y que no querían conocer.

El proceso duró 45 minutos, en los cuales, a petición de ambos, la doctora les dio mas detalles acerca de los procesos que venían, en especial los últimos.

La desconfianza había terminado. Con la explicación en el consultorio, la doctora había logrado ganarse sus confianzas y ya no tenían de menor duda de que aquella peculiar pareja sabía lo que estaba haciendo. Aunque aun sentían ese enorme miedo de que algo saliese mal, o de estarse equivocando.

Volvieron a la cámara y luego de un rato interminable, la etapa terminó. Los enormes laser se apagaron y la capsula, que se hallaba suspendida por una plataforma negra, bajó.

El esposo les explicó que automáticamente la capsula viajaría hacia el laboratorio en donde se llevaría a cabo la limpieza. En este proceso hubo unos percances con algunas maquinas que no querían funcionar, lo cual puso los pelos de punta a todos, pero la pareja logró mantener la situación a raya hasta que encontró la solución y el proceso se llevó a cabo. Tardó una hora. En la cual, el matrimonio los llevó al vientre y con unas cascadas y chorros multicolores, llenaron una piscina inmensa que al final resultó ser de un tono de rosado claro pero intenso.

Fue aquí cuando la pareja volvió a separarse.
La doctora se dirigió al laboratorio en donde el cerebro de Damian ya estaba siendo enviado. Ella supervisaría la fase 5. En cuanto a ellos, se quedaron con el esposo en el vientre (Bruce quería ir a la parte del cerebro, pero Dick lo persuadió de que se quedaran ahí).

El esposo les comentó que el primer baño (Fase 3) duraría media hora, y que luego vaciarían la piscina, la llenarían de otros compuestos y empezaría el segundo baño que duraría de 4 a 5 horas.

Unos segundos después, unas grandes maquinas sumergieron al cuerpo de Damian en la piscina.

Tras el primer baño, en el cual todos estuvieron observando fijamente, el cuerpo de Damian empezó a restaurarse hasta parecer una especie de muñeco de cera, lo cual le dio un sabor amargo a Dick pero ilusionó un poco a Bruce.

Vaciaron la piscina y la llenaron otra vez, ahora los chorros multicolores crearon una piscina con un morado y un verde que no se juntaban, como agua y aceite.

Richard le propuso a Bruce que fueran a la nave a dar un paseo, que les haría bien despejarse un rato. Batman se negó pero Richard le confesó que apenas había logrado ver aquello por media hora y que no soportaría verlo por 5 horas, Bruce le respondió que no podía dejar a su hijo.

Entonces, el biólogo le dijo a Bruce que apoyaba la sugerencia de Richard ya que pronto comenzarían procesos que eran serían difíciles de ver para él. Le dio una pantalla en la cual le mostró una visión entera de la habitación, en la cual también se veían a ellos mismos y tenia una excelente visión de la piscina y de Damian.
Y, deslizando la pantalla con el dedo, le mostró otra imagen, esta vez, de una cabina en la cual estaba la esposa, quien vestía un enorme traje naranja parecido al de un astronauta, observando, a través de un ventanal purpura, unos rayos de colores, muy potentes, que apuntaban a un mismo punto central.

Al Bruce mostrar interés, el científico le comentó que también podía acercar la imagen y que con el mismo aparato podría comunicarse con ambos para preguntar cualquier cosa. Tras estos argumentos, Batman accedió.
A través del mismo aparato, el esposo les indicó la dirección a seguir para llegar al estacionamiento y él mismo, desde su control universal, les abrió la cabina y controló la nave para una salida segura. Ya habiendo pasado la frontera de nieve, le advirtió a Bruce que le devolvería el control y así fue.

La nave se tambaleó un poco pero Batman supo manejarlo y salieron de ahí. Bruce le preguntó a Dick adonde quería que fuesen y este le contesto que saliesen de aquel lugar infernal, argumentando que, tras llegar a la tormenta de nieve, les tomó una hora llegar al laboratorio. Con una hora saliendo, un rato fuera, y una hora regresando. Les tomaría máximo 3 horas, y el baño era de 4 a 5.

Durante el recorrido no dijeron nada. No sabían que decirse.

Curiosamente, les tomó 45 minutos salir de la tormenta. Pensaron que talvez se debía a que todavía era de día.

Se estacionaron al lado de una enorme roca y se bajaron de la nave. La temperatura aun era fría y la brisa fuerte pero era algo que podían soportar. Dick usó sus cuchillos para quitar un poco la nieve de la gran rosa, la escaló y se sentó. Se sintió aliviado al ver el sol pues tenía la sensación de haber estado en otro mundo las últimas horas.

Bruce sólo lo observó recostado en la pared de la nave. Presionó un botón en la pantalla que el científico le había dado y vio la habitación. El doctor estaba sentado en el suelo, observando. Acercó un poco la imagen pero no pudo ver bien el cuerpo de Damian pues este se hallaba inmerso en una espesa espuma.

Presionó un botón y le preguntó al doctor que qué era esa espuma. El esposo pareció sorprenderse un poco al escucharlo pero pronto le respondió que eran la células madre externas ingresando en el cuerpo. Ellas lo prepararían todo para la regeneración.

Bruce no respondió ni preguntó mas nada.

El doctor tampoco.

Deslizó la pantalla encontrándose con la cabina en donde la doctora veía fijamente a través del ventanal, esta vez con un casco azulado encima de su casco transparente. Batman no tuvo que preguntar el por qué de más prevención ya que los rayos se habían vuelto tan potentes que ya no se veía nada sólido, sólo una intensa luz amarilla y unas oleadas anaranjadas que chocaban torpemente con el ventanal.

Bruce acercó la imagen tratando de divisar algo a través del ventanal pero en cuestión de unos segundos sus ojos empezaron a doler y quitó la imagen. Tan concentrado estaba que no se percató de que Richard se había bajado de la roca y lo veía expectante.

Cuando ambas miradas se cruzaron, ambos tuvieron la necesidad de decirse algo pero seguían sin saber qué decirse. De modo que no dijeron nada.

Al menos, no con palabras.

Pero Richard se abalanzó a abrazarlo con todas sus fuerzas. Decidió que eso era lo que Bruce necesitaba.
Este se quedó estático ante el abrazo pero luego lo correspondió con más fuerza.

Se apartaron un poco, se miraron y se besaron.

Un beso apasionado que ambos necesitaban. Bruce cambió posiciones colocando a Dick contra la nave y empezó a devorarlo. Abrieron la nave y entraron, abrazándose y besándose.

Se lanzaron contra el piso sin despegarse y sin dejar de besarse y de tocarse. Ninguno quería pensar en nada, querían despejarse. Pero la imagen del cuerpo de Damian en la piscina surcó la mente de Batman y como si hubiese despertado de un trance, se apartó lentamente de Dick.

Richard, aun recostado en el piso, lo miró confuso pero luego comprendió y le sonrió.

– No te preocupes, Bruce – Se sentó mientras lo tomaba por la nuca hasta darle un casto beso – No puedo ni imaginarme lo que estas pasando, pero estoy aquí… – Richard unió su frente con la de Bruce – Estoy aquí para ti, para lo que quieras. Si no quieres decir nada, no digamos nada. Tranquilo, estas conmigo – Permanecieron así unos segundos, con los ojos cerrados y sus frentes juntas. Dick lo acariciaba mientras llevaba su mano al pecho del mayor y acariciaba su nariz con la suya.

Bruce sólo se dejaba hacer. Maldición, estaba tan confundido. No veía hora para que todo aquello terminara. Y esa angustia de que al final no funcionase, de que todo lo que habían hecho hasta ese momento fuera en vano, no se desprendía de su pecho.
Pero las caricias y el calor de su amado anestesiaban un poco su dolor.

Con delicadeza Dick lo volvió a abrazar mientras seguía acariciándolo y mimándolo. Bruce sólo se dejaba hacer, agradeciendo el tenerlo ahí y no haber sido tan idiota como para cargar con todo aquello sólo.

Como siempre hacía.

Cuando ya casi llevaban media hora en aquel lugar, decidieron que ya era momento de regresar. Richard decidió conducir de regreso. Bruce no se negó y en el camino revisó en la pantalla como iba todo. Al principio no se veía ningún cambio en el lado de la piscina pero en la cabina, las luces se habían tornado completamente rojas y la doctora no estaba ahí.

Bruce preguntó el por qué y la doctora, quien al principio parecía no comprender de donde venia la voz, cuando entendió respondió que en la cabina ya no puede haber ningún ser viviente pues el vidrio ya no era capaz de contener la energía acumulada y sólo la transformaba a una mas pequeña pero que igualmente podía ser letal sin importar que tipos de trajes se estén usando. Le comentó que volverían pasada la hora.

Bruce se alejó de la pantalla un rato en el cual Dick trató de buscarle conversación para distraerlo, sin mucho éxito.

Pero eso pasaba hasta cuando el caballero de la noche estaba de buen humor.

Luego de un recorrido, que pareció mas largo de lo que realmente fue, llegaron al laboratorio. 10 minutos después, y con la guía de los científicos, llegaron a la piscina. Ahí encontraron a los dos genios sentados en el piso. La esposa abrazaba sus piernas mientras el esposo la abrazaba con un brazo. Ambos con las cabezas juntas viendo a lo que había dejado de ser una piscina y ahora era un inmenso tubo en el cual el cuerpo de Damian estaba sumergido sujetado en el centro por unos grandes tupos transparentes y en posición fetal.

Bruce no cabía en su sorpresa.

– ¿Qué fue lo que pasó? – Dijo boquiabierto acercándose al inmenso tupo

– Ah, mi vampirezco amigo, excelentes noticias. El proceso no podría ir mejor. Está en un excelente tiempo y no ha habido ningún percance. El cuerpo ha reaccionado muy establemente y ya sus órganos están prácticamente estructurados, no han llegado a la parte del tejido pero falta poco – El doctor dijo esto tranquilo, sin moverse de donde estaba.

– Esas si son buenas noticias ¿no crees Bruce? – Dick se acercó a él por detrás, tomándolo por el hombro.

Pero Bruce no respondió nada. Veía el cuerpo de Damian como hipnotizado, pensando que debía ser cierto que el proceso iba bien.

Se notaba.

Había dejado de parecer un muñeco de cera y si no fuera por la explicación que la doctora les había dado, hubiera caído en la ilusión de que ya estaba vivo.

Sus negros cabellos se movían con aquel burbujeante líquido verde y su piel había agarrado un poco de color aunque aun seguía un poco transparente y unas luces anaranjadas deslumbraban desde adentro. La doctora le explicó que eran los órganos formándose.

Estuvieron un rato viendo fijamente. En tales condiciones a Dick había dejado de deprimirle observar. Ese aspecto era esperanzador.

La doctora se levantó anunciando que iría a la cámara. Bruce dijo que iría y Dick no lo detuvo, por el contrario, fue con el.

Pasaron nuevamente por las escaleras automáticas verdes y llegaron a un pasillo blanco con varias puertas. La doctora abrió una de ellas para sacar unos trajes que parecían de niño. Moviendo un poco el cuello de los trajes, la doctora hizo que estos se fueran agrandando.
Antes de ponérselos, la doctora les pasó un pequeño frasco que contenía una crema blanca. Les indicó que se la untaran por todas las partes descubiertas. Eso hicieron mientras ella lo hacia con otro frasco. Sólo fue cuestión de segundos pues en su caso sólo eran las manos y el rostro.

Les entregó unos lentes negros que parecían de buceo. Luego les entregó los trajes, los cuales eran mas pesados de lo que pensaban. En realidad, se trataba de muchos trajes, uno encima de otro. Del cuello, la doctora les indicó que sacasen un gorrito desplegable y que con el tapasen su cabeza, dejando libre solo la nariz y los ojos.
Luego se pusieron los cascos transparentes y encima otros cascos azules. La doctora presionó unos botones en la puerta abierta y unas maquinas los monitorearon y untaron una especie de aceite en sus cascos.

La esposa cerró aquella puerta y se dirigió a la del medio, de la cual hizo que sobresaliera una pantalla. Visualizó una especie de graficas, como analizándolas, y cuando se convenció de que era conveniente entrar, hizo que se abriese la puerta.

Entraron a una habitación muy pequeña, en la cual fueron monitoreados por unas luces azules. La esposa les indicó que extendieran sus brazos a los lados. Y se pusieran uno detrás de otro.

Así lo hicieron.

Unas maquinas les colocaron una especie de brazaletes negros y gruesos en las muñecas, en los codos, en la cintura, en las rodillas y en los tobillos.

– ¿Listos chicos? – Ambos asintieron – Si empiezan a sentir mucho calor, a sentir nauseas o cualquier incomodidad no traten de resistirlo y díganme inmediatamente. Hablo en serio. No sirve de nada revivir a uno para que mueran dos – Ambos sudaron frio para luego asentir con la cabeza – Bien, aquí vamos

La doctora abrió la puerta y de inmediato ambos vieron unos rayos azules y violetas que eran lanzados hacia un cerebro palpitante que se hallaba suspendido en el centro de la habitación. Dichos rayos, luego de traspasar el cerebro, perdían su forma y su estabilidad, ramificándose y chocando contra la pared.

A pesar de que no entendían absolutamente nada de lo que pasaba, ninguno de los dos preguntó nada. Estaban en esos momentos en donde las preguntas eran tantas que no se les ocurría ninguna.

Sólo observaban.

La doctora les dijo que el hecho de que el cerebro ya pareciera un cerebro significaba muy buenas noticias, y que lo más probable era que Damian, el que estaban buscando, ya se hallase ahí, frente a ellos.

El corazón de ambos héroes palpito muy rápidamente.

– Damian, hijo… – Murmuró Bruce como esperando que él lo escuchase.

Se quedaron un rato observando y a medida que pasaban los minutos, más forma tomaba el cerebro y más escasos y tenues eran los rayos.

Ya pasada la media hora, el cerebro se veía en perfectas condiciones.

– Ya es hora de que nos retiremos caballeros – Ambos se voltearon a mirarla – Este proceso casi termina e inmediatamente el cerebro viajará a otro laboratorio en donde invernará hasta que el segundo baño termine – La doctora salió, Dick la siguió pero Bruce decidió darle un ultimo vistazo al cerebro

– Damian… – Todas las emociones acumuladas en su pecho lo estaban matando

Cuando sintió que iban a llamarlo, salió rápido de la habitación. Cuando entró a la pequeña habitación, la doctora y Richard estaban semidesnudos

– No sean penosos y quítense todo, ya va a empezar el baño – Los hombres obedecieron hasta que todos estaban completamente desnudos.

Entonces la luz blanca que iluminaba el pequeño cuarto se apagó dejándolos en penumbras

– Tranquilos, todo está bien – Dijo la doctora
Entonces una luz morada proveniente del techo iluminó la habitación ascendiendo su luminosidad. Cuando ya alumbraba todo les cayo encima. Se trataba de un liquido muy espeso color purpura que irradiaba luz.

Los cubrió a todos y Richard y Bruce sintieron que aquella pegajosa sustancia se movía sola, buscando cubrir hasta las partes mas privadas. Pero todo iba tan rápido que no tuvieron ni tiempo de quejarse. Acto seguido, un líquido amarillo verdoso muy caliente cayó del mismo sitio, quitándoles la sustancia pegajosa.
Pasados esos dos incómodos baños, finalmente recibieron un generoso chorro de agua.

Se restregaron hasta asegurarse de que no hubiera ningún rastro de aquellas sustancias en sus cuerpos. Cuando el agua dejó de caer, la luz blanca volvió a encenderse y una tapa en la pared se abrió ofreciéndoles sus respectivas ropas limpias y secas.
Se vistieron y salieron.

Siguieron a la esposa hacia el otro laboratorio esperando no tener que darse un baño así otra vez. Llegaron a una habitación oscura en donde había muchas neveras industriales y extrañas, y enormes tubos con sustancias diversas en ellos.

Decidieron que mientras menos supieran mejor, así que no le preguntaron nada a la doctora.

Caminaron entre aquel extraño museo hasta que finalmente llegaron a un gran tubo relleno con una especie de gelatina verde que irradiaba luz, y que en su centro tenía suspendido el cerebro de Damian.

– El segundo baño ya debe estar por terminar, aquí el cerebro estará a salvo hasta el momento de insertarlo – Bruce notó que el tubo tenía una elegante placa negra en la cual tenía grabado el nombre de Damian, la fecha de ese día y unas medidas que el no supo identificar, en una bella escritura dorada.

Bruce se preguntó como la habían hecho tan rápido pero habiendo presenciado todo aquel proceso, no le sorprendió del todo.

La doctora les pidió que la siguieran, desviándose del camino central, pasando entre el cerebro y otro tubo. Se detuvieron en un sector oscuro, frente a una pared roja. La esposa presionó unos botones haciendo que se abriese una puerta que los llevó a un pasillo estrecho, que conducía a una puerta.

Al entrar se encontraron en una habitación de operaciones, con una camilla y muchos aparatos, tubos y maquinas alrededor.

– Aquí será la operación – Dijo la doctora dirigiéndose al otro lado de la habitación y encendiendo una pantalla en la cual aparecieron esquemas y algoritmos en movimiento – Ya tenemos la operación digitalizada y la supercomputadora que está en la Matriz está enviando todo lo que monitorea en el baño a tiempo real. Una vez que culmine, lo veremos en pantalla y sabremos que el cuerpo viene para acá. Por la rapidez en la que el proyecto se está alimentando, imagino que ya debe estar culminando.

La científica miró a la pantalla unos segundos, como analizando, y luego, como si hubiese recordado su presencia, les indicó que tomasen asiento en unas sillas rojas.

– Cuando el cuerpo ya este en camino, nos pondremos los trajes.

A pesar de lo que dijo la doctora, el proyecto seguía recibiendo y recibiendo información y el baño no terminaba. La neuróloga, ya inquieta, habló con su esposo para asegurarse de que todo marchara bien, recibiendo como respuesta que hubo una acumulación de ácidos en el colon pero que ya lo había resuelto.

En cuanto a Bruce y a Dick, estaban angustiados.
5 horas y 13 minutos desde que empezó la 3ra fase, finalmente la computadora apagó su pantalla verde oscura y la reinició con una pantalla rosada que palpitaba mientras mostrabas secuencias y datos.

– El cuerpo ya viene – dijo la doctora aliviada – No es necesario que se quiten sus trajes – Se acercó a la pared e hizo que unos uniformes azules junto con unas batas blancas salieran colgando de esta – Pónganselos rápido

Mientras los tres se vestían, un agujero se abrió en la pared, dando paso a un enorme conductor plástico que se conectó con un tubo fijo en la habitación. A través de él, empezó a entrar una sustancia gelatinosa verde brillante y con ella viajó el cerebro, estando éste sujetado por unos cables transparentes tan delgados que parecían simples cuerdas.

Unos segundos después, un sonido mecánico se fue acercando a la habitación y la puerta al otro lado de la habitación se abrió, acto seguido entró una enorme capsula gris recostada encima de una camilla móvil.

La camilla que ya estaba en la habitación se encogió y se metió en un cajón en la pared, siendo reemplazada por esta móvil.

Segundos después entró el médico con una sonrisa calmada.

– Cariño, ven a cambiarte la ropa rápido – Le dijo la esposa terminado de ponerse la gruesa camisa azul.

– Claro, querida – El doctor se apresuró a tomar su traje mientras los otros tres se colocaban sus batas.
La doctora sacó una caja de plástico y les pasó a todos unas mascaras de oxigeno.

– No se las vayan a quitar en toda la operación, si sienten que les están suministrando poco oxigeno o nada de oxigeno, salgan de la habitación por aquella puerta – Les dijo la científica colocándose su mascara y señalándoles la puerta por la cual su esposo había entrado.

Ambos asintieron.

– Y no nos vayan a interrumpir durante la operación por nada del mundo, les advierto que comprometerían todo el proceso si lo hacen – Los doctores se dirigieron a diferentes partes de la habitación, apretando botones y buscando aparatos y herramientas. Al final, Batman y Nightwing sintieron que estaban en otra habitación.

La pareja apagó la luz, encendiendo unas rosadas en las esquinas y una lámpara multicolor en el techo que sólo apuntaba a la capsula. Las pantallas también iluminaban la habitación y se movían al centro, en donde estaban los doctores.

– La operación durará unas tres horas. Si se sienten mal salgan por aquella puerta y cuando quieran comer, aprieten el botón de la pantalla que está al otro lado del pasillo. Les repito que no deben interrumpirnos por nada del mundo. Ni siquiera nos hablen – Dijo el esposo colocándose su mascara de oxigeno

– …xito…- Les dijo Dick y luego abrazó a Bruce con un brazo, recostando su cabeza en el hombro del mayor – Todo va a estar bien… – Le susurró
Batman sólo veía lo que hacían los doctores concentrado, esperando que nada saliese mal.

La operación se dividía en muchas fases, las cuales no seguían una secuencia concreta y obligaba a los doctores a realizar cada uno una fase diferente.

Grandes maquinas alrededor les brindaban las herramientas que necesitaban y también parecían monitorearlo todo, preparando terreno y lanzando al cuerpo rayos de colores repetitivamente.

Los científicos estaban completamente inmersos en lo que hacían, como si todo lo demás no existiese. En cuanto a los héroes, con sus uniformes y sus mascaras de oxigeno puestas, sentados en las sillas rojas, sólo observaban fijamente.

En las 2 horas y 40 minutos que duró la operación, ninguno de ellos salió de la habitación. No importaba el hambre que tuviesen, el cansancio o la ansiedad, permanecieron ahí estáticos observando expectantes.
Sentían que si se iban o se distraían, algo iba a salir mal.

Cuando el cerebro fue colocado en el cuerpo, la capsula volvió a cerrarse y empezaron choques eléctricos. En una de esas, se escuchó la voz de Damian gritando.
Bruce, por instinto, se levantó e hizo ademan de meterse pero fue detenido por Dick, quien le recordó que no debían interrumpir.

Lo sujetó hasta sentarlo de nuevo, diciéndole que todo estaría bien.

Eso era lo que le había dicho durante toda la operación, además de abrazarlo, mimarlo y brindarle todo su apoyo. Y Bruce, quien nunca contestaba ni lo miraba, en el fondo se lo agradecía mucho.

Cuando terminó la operación, las luces de las maquinas se pagaron y las luces blancas de la habitación se encendieron.

Los doctores se derrumbaron en el suelo, exhaustos. Y la camilla salió sola de la habitación.

Las maquinas empezaron a organizarse, ocultándose en las paredes u ocupando sus puestos correspondientes.

La pareja se levantó del piso con cansancio, les indicó que ya podían quitarse todo y que irían a la casa a comer.

– ¿Y que hay de Damian? – Preguntó Bruce

– 00344 (El nombre de la camilla móvil) lo llevará al nido, lo meterá en un capullo y ahí empezará la 7ma fase – Respondió el doctor quitándose la bata

– ¿Y no puedo llevarlo yo al capullo? – Los doctores se miraron y suspiraron. Con algo de fastidio, la doctora se dirigió a una pantalla en la pared y empezó a teclear.

– Listo, 00344 se detendrá en la entrada del nido. Iremos para allá y tú lo meterás en el capullo.

Terminaron de quitarse todo y salieron de la sala. Pasaron Por unos pasillos oscuros y la pareja se detuvo, ante la mirada de pocos amigos por parte de Bruce y la sonrisa nerviosa de Dick, en una de las pantallas a ordenar un festín para comer.

Continuaron caminando hasta llegar a la gran puerta en la cual, 00344 estaba estático con la capsula que llevaba a Damian.

Al acercarse a la puerta, todos escucharon el sonido de un gran chorro de agua. Aunque, por supuesto, no era agua.

Abrieron la puerta observando una habitación iluminada por inmensos capullos verdes, morados y azules que estaban por encima de una gran piscina que se estaba llenando con una sustancia espesa azul que irradiaba luz.

Batman y el primer robin, pudieron apreciar que había capullos completamente nuevos pero también había otros abiertos y rasgados.

– Una vez que se usan los capullos, ¿Quedan inutilizables? – Preguntó curioso Dick.

– Pues no pueden usarse para colocar a otra persona. Los capullos extraen muchos componentes del cuerpo que se mezclan con los compuestos con los cuales, estos están creados. Como resultado, los capullos terminan siendo una concentración de compuestos que jamás hemos identificado ni tampoco hemos intentado buscarles uso – Explicó la doctora, con las manos en su cintura.

– Además, nos gusta dejarlos ahí. Son…como recuerdos – comentó animado el doctor – Bueno Bruce, tu turno… – El esposo se acercó a la capsula y la abrió. Entonces Bruce, luego de la operación, pudo ver a su hijo.

– El…respira… – Batman no cabía en su felicidad

– Claro que respira, todo su cuerpo funciona correctamente, ¡Está vivo mi draculoso colega! Pero mentalmente, aun está muy distante. El capullo se encargará de terminar de compactar todo hasta que Damian reaccione, ¡Será él mismo quien rasgue el capullo y salga de ahí! – Decía emocionado el doctor. La esposa se acercó a el y entrelazaron los brazos mientras le sonreían a Batman

Dick se acercó a este y le tomo el hombro, también abrazándolo. ¿Será que finalmente terminaría su sufrimiento?

Bajo las indicaciones de la pareja, Bruce tomo a su hijo en brazos, con cuidado. Su piel estaba fría pero era cálida ante el tacto, y su respiración era lenta y tranquila, como si estuviera dormido. Era tanta la vitalidad que irradiaba, que a Bruce le costaba creer que hace horas, aquel cuerpo no tenia nada de vida.

Y observándolo mientras lo cargaba, sintiendo la espesa sustancia azul mojando sus piernas, empezó a torturarse a si mismo con pensamientos.

¿Será que realmente ese niño, que se hallaba entre sus brazos, era su hijo? ¿El que él había perdido? ¿Y si era él, acaso aquello era lo correcto? ¿Y si Damian estaba en un lugar mejor? ¿Y si él estaba interrumpiendo su descanso?

Bueno, pero…Ya era tarde para pensar en esas cosas, además, nada de aquello cambiaba el hecho de que en algún momento, Damian volvería a morir. Pero Bruce no lo vería. Cuando eso pasase ya él estaría muerto y Damian ya lo habría enterrado muchos años atrás, como debía ser.

Jamás volvería a ver el cuerpo muerto de su hijo, jamás volvería a enterrarlo, jamás volvería a buscar en los confines de la tierra para revivirlo, aquella pareja…esa sería la última vez que los vería…

Eran promesas que se hacía a él mismo mientras se colocaba debajo de un hermoso capullo azul y siguiendo las instrucciones del matrimonio, lo alzaba hacia arriba mientras el capullo bajaba y lo iba extrayendo con hebras pegajosas que sobresalían de el.

– Damian… – Su hijo, pensaba Bruce, no había llegado a su vida para morir. …l sabía que aquel niño tenía una vida colmada de cosas increíbles por delante. De no ser así, el no habría luchado tanto para revivirlo.
Son muchas las personas valiosas que había perdido en el camino. ¿Por qué no había luchado por revivirlos a ellos? ¿Un lazo paternal? ¿Y que hay de Jason Todd entonces? No, debía haber algo más, alguna fuerza poderosa, más grande que ellos, que lo había impulsado a aquello.

Por que Damian, en efecto, haría algo increíble, algo que iba mas allá del planeta tierra.

Aunque esto, claro está, Bruce no lo sabía.

Cuando el capullo ya tenía bien sujeto a Damian, empezó a ascender. Batman estuvo a punto de llorar pero tuvo la fuerza suficiente para contenerse.

Era Batman, después de todo.

Pero Dick, su fiel amante, sabia que Bruce estaba experimentando un remolino de sentimientos encontrados. Sólo esperaba que entre ellos, estuviese una profunda felicidad.

Cuando el capullo cubría del todo a Damian, salieron de la habitación. Los doctores esperaban que Batman objetase y quisiese quedarse pero este no dijo nada. Sólo los siguió de camino a la salida.

Fueron a la casa de los científicos y comieron un buen festín de comidas sabrosas, e incluso se dieron el lujo de brindar ya que la operación había sido todo un éxito. Bruce no compartía su emoción pues seguía muy preocupado por los resultados finales pero los doctores, con el apoyo de Dick, lograron que Bruce tomase y charlase un poco con ellos.

De todas formas, Damian estaría dentro del capullo de 3 a 5 horas.

Los doctores habían configurado la pantalla que le habían entregado a Batman para que este pudiese ver en el nido y verificar que todo estuviese bien. Aunque esto sólo lo hicieron para que Batman se sintiera con más control de la situación ya que una enorme computadora en su casa también les mostraba todos los cambios, monitoreando y enviando los datos a tiempo real.

………..

3 horas y 47 minutos después, el capullo de Damian empezó a moverse.

Al ver esto en las pantallas, todos se levantaron de golpe y fueron corriendo por los pasillos e incluso por las escaleras verdes.

En menos de un minuto, ya habían llegado.
Cuando entraron, el capullo estaba estático pero todos miraron fijamente hasta que, minutos después, volvió a moverse.

Pudieron divisar los brazos de Damian estirándose y deformando el capullo, acto seguido, este empezó a tambalearse.

– ¡Damian! Ya voy hijo… – Bruce estuvo a punto de ir a sacarlo pero fue detenido por los otros tres.

– Debes dejar que lo haga sólo, si no es capaz de hacerlo es porque algo salió mal… – Dijo el doctor mirándolo comprensivo.

A Batman no le quedó otra opción que ceder y seguir viendo como Damian luchaba por salir de aquel capullo. Pateaba y golpeaba torpemente sólo por instinto. La verdad es que Damian todavía estaba dormido, pero muchos escenarios borrosos y etéreos se acumulaban en su cerebro, dándole una inquietante sensación.

No percibía lo que pasaba a su alrededor. No sabia quien era ni recordaba nada. Sólo sabia que estaba atrapado y quería salir, necesitaba salir.

Y fue un gran rasgón lo que finalmente abrió el capullo, haciéndolo caer en aquella sustancia azul y espesa que ahora era profunda como un lago.

Cuando cayó Bruce corrió a ayudarlo.

Nadie lo detuvo.

Se sumergió buscándolo con las manos pues no podía ver nada. Subía a la superficie para ubicarlo y seguía nadando.

Cuando por fin llegó a él, recibió dos fuertes patadas por parte del niño quien no dejaba de moverse y estaba a la defensiva.

Como pudo, lo tomó y lo llevó a la superficie. Al llegar, ambos tomaron una buena bocanada de aire y Damian empezó a toser fuertemente.

Bruce sólo lo abrazaba, sintiendo su tibio cuerpo mojado y acariciando su cabello.

– Hijo… – Damian aun no recordaba nada pero se aferró a aquel extraño hombre para, acto seguido, empezar a llorar como sólo había llorado el día en que nació.

Y es que había vuelto a nacer.

Como pudo, Batman los llevó a la orilla y los sacó del lago en donde fueron recibidos por unos entusiasmados científicos y un Dick que no podía creer que realmente hubiese funcionado, y no cabía en su alivio.

Esperó que respirasen un poco y los abrazó a ambos.

– Bienvenido de vuelta, Damian – Richard acarició el cabello y la mejilla del niño. Damian sólo respiraba aceleradamente. Sus mejillas estaban rojas y tenía frio. Pero seguía aferrado a aquel hombre que no conocía, apoyando su cabeza en su pecho.

– Muy bien, muy bien ¡Todo ha salido perfecto! – Exclamó la doctora – Pero Damian, como les había comentado, aun no recuerda nada, ni siquiera sabe quien es. Pero no se preocupen. Todo eso está en su cerebro, y puede que salga con el tiempo pero nosotros no somos muy pacientes así que le daremos un empujoncito, ¿Si recuerdan la 8va fase?

– ¿Es realmente necesaria? – Preguntó Batman, sorprendiendo a todos los presentes, menos Damian quien apenas si entendía lo que decían.

– Emm, claro que es necesaria. Como te dije, Damian aun no recuerda ni siquiera quien es… –

– Pero dijiste que con el tiempo lo recordará…

– Pero eso es sólo una posibilidad, podría tardar años o talvez nunca suceda…y ahí si no podríamos decirte nada porque ninguno de los sabe de psicología… – Los doctores miraban confusos a Batman, Dick también.
No concebían su actitud.

– Bruce, hemos seguido los pasos al pie de la letra hasta ahora, y aquí tienes los resultados. Sé que es difícil pero sólo es un paso más y tendrás a Damian. Al que se fue, con sus recuerdos, con sus técnicas de lucha, con su difícil carácter y personalidad. Todo eso volverá hoy mismo – Richard hablaba suave y pausadamente mientras acariciaba el negro y mojado cabello de Damian para luego acariciar el cuello de Bruce.
Bruce sólo se aferraba mas a su hijo. No decía nada, y sabía que en esos momentos no estaba siendo muy racional. Pero tenía miedo, mucho miedo. Trataba de ocultarlo pero no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde.

…l sabia de eso.

Pero ahora su niño respiraba, vivo entre sus brazos, y sólo quería llevarlo a casa.

Tenía miedo de que la 8va fase saliera mal y en vez de terminar de mejorar, estropease todo lo que habían logrado hasta ese momento.

Miró los hermosos ojos de su esposo, miró a los doctores que ya no sabían que decir y cuando estuvo a punto de decir algo…

– Tu… – Todos se miraron entre sí como buscando al dueño de la voz para luego posar sus expectantes miradas en Damian.

– ¿Damian? – Bruce miraba su negra cabellera. No podía ver su rostro porque estaba clavado en su pecho

– Tu…deberías hacer lo que ellos dicen – Dijo finalmente Damian. Bruce lo miró confuso, no se esperaba esa frase

– Damian… ¿Sabes quien soy? – El corazón de Bruce latía muy rápido

– No…pero quiero saber… – Damian se aferró más a Bruce y no dijo nada más.

No había nada más que decir.

En 10 minutos ya estaban en una inmensa habitación blanca, que se centraba en lo que parecía ser un portal redondo. Pero no lo era. Era sólo una puerta. Los doctores lo habían construido así porque les parecía divertido que se pareciera a las maquinas del tiempo de las películas.

Aquella gran puerta llevaba a una cámara parecida a la cabina en la cual habían recompuesto el cerebro de Damian pero esta cabina estaba cuidadosamente hecha para que un ser humano pudiese sobrevivir a ella.

La fase, por mas complicada que pareciese, era rápida.
Consistía en llevar a Damian al centro, dentro de una burbuja gigante de plástico. Estando ahí, Damian sería sometido a choques eléctricos lo suficientemente fuertes como para penetrar en los lugares mas recónditos de su cerebro, en los cuales faltaba actividad, haciéndolos reaccionar, sin causarle ningún daño a Damian.

Pero, a pesar de que Bruce había comprobado en todo el proceso que aquel matrimonio si sabia lo que hacia, sus dudas lo perseguían hasta el final y exigió poder entrar a la cámara con el.

Cuando Batman dijo eso, los doctores se miraron y sonrieron. Se lo esperaban.

– Está bien, irás con él pero debes escuchar lo que voy a decirte con mucha atención. Entraras en la burbuja con Damian pero no debes tocarlo en ningún momento ni acercarte a las paredes de la burbuja, si lo haces, recibirás mas electricidad de la que puedes soportar y eso sería muy peligroso.

– ¿Y como es que a Damian no le afectará?

– A Damian no le sobra electricidad en su cuerpo, por el contrario, le falta y por eso debemos hacer esto. Es como un vaso medio vacio, puede recibir más pero un vaso ya lleno… – La doctora decía esto mientras iba a una camilla en donde Damian estaba sentado.

El doctor se le acercó a Bruce, entregándole un dispositivo.

– Debo advertirte, mi vampirezco amigo, que este procedimiento sólo lo hemos hecho con personas que sabemos necesitan de estos choques y por tanto no van a causarles daño. Es la primera vez que una persona, que no ha muerto, entra a la cámara. Por eso, si te empiezas a sentir mal, mucho calor, dolor en cualquier parte de tu cuerpo, empiezas a perder alguno de tus sentidos, debes presionar este botón inmediatamente…

Bruce no contestó nada y el doctor, pensando que Batman no entendía lo que decía, suspiró, se acercó mas a él y concluyo

– Sé que es difícil para ti, siendo el tu hijo, pero debes confiar en nosotros, de lo contrario, en vez de revivir a uno, perderemos a otro – Batman miró al espelucado científico con seriedad.

Desvió su mirada para ver a Damian quien estaba siendo revisado por la doctora. Claro que confiaría en ellos, lo había hecho todo ese tiempo y podía hacerlo una fase más.

– Les doy mi palabra de que así será – Contestó finalmente Batman.

El doctor sonrió satisfecho.

La doctora terminó de chequear a Damian y le explicó que sería lo que pasaría. Damian escuchaba con atención pero no decía nada. Entendía todo lo que ella decía y honestamente, tenia miles de preguntas pero decidió no preguntar nada. Si era cierto que después de aquello recordaría quien era y todo lo demás, entonces preguntaría luego de eso.

Con todo ya preparado, se apagaron las luces. Dick y Bruce, a esas alturas, sabían que eso significaba el comienzo de la fase.

Bruce y Damian entraron a la burbuja y esta fue transportada a la cámara. Luego de que los laser siguieran una especie de patrón alrededor de ellos, empezaron los choques.

Damian trataba de aguantar el dolor y Bruce, quien también sentía las descargas pero las soportaba, trataba de aguantar las ganas de tomarlo entre sus brazos e impedir que los rayos siguieran hiriéndolo. Pero se convencía de que era lo mejor.

Para cuando se dio cuenta. Le dolía mucho la cabeza pero nunca presionó el botón. Sabía que estaba rompiendo su promesa pero tenía que verificar que todo estaría bien con Damian.

Entonces un inmenso tubo entró por “el portal” y se incrustó en la burbuja, succionando a Batman. Este puso resistencia.

– “Recuerda lo que hablamos Vampiro, confía en nosotros” – Le dijo el doctor a través de un dispositivo.

Bruce miró a su hijo, quien tenía los ojos cerrados, soportando. Deseo no estarse equivocando y dejó que el tuvo lo succionara.

Cuando salió del portal, Bruce cayó desmayado.

………..

Cuando Bruce despertó, las luces seguían apagadas.

Vio los rostros borrosos de la doctora y de Dick. Y escucho sus voces a lo lejos.

– Tal parece que ya despertó…¡Sí! ¡Ya despertó! – dijo la doctora entusiasmada cuando Bruce ya podía escuchar bien.

– No se si besarte o golpearte, Bruce, ¿como se te ocurre? Eres tan obstinado… – Decía Dick mientras este se sentaba en aquella camilla en la cual Damian había sido chequeado.

– ¿Y Damian? – Dijo algo adolorido

– Todavía está en la cámara, sólo pasaron unos cuantos minutos – Le dijo Richard

– Ya casi va a salir – Sentenció el biólogo, quien se encontraba viendo fijamente al portal.

Bruce sintió algo de culpa por haber roto su promesa. Que idiota había sido, ¿Revivir a Damian para dejarlo sólo?

– Lamento no haber cumplido… – le dijo al doctor levantándose de la camilla.

– Está bien… – El doctor se volteó y sonrió – yo nunca tuve hijos así que no sé si es lo mismo pero cuando estaba recuperando a mi esposa, corrí muchos más riesgos, créeme – La esposa se sonrojó y sonrió nerviosa

Bruce la observó. Es como si hubiera olvidado por completo que esa mujer al frente suyo había estado muerta. Así como la habían revivido a ella, también habían revivido a su hijo.

Ya no tenía duda de eso.

El toque de la tibia mano de Richard sobre la suya lo sacó de sus pensamientos.

– Todo va a estar bien, ya casi termina – Le dijo suavemente tomándolo por el hombro.

Dicho y hecho.

Unos minutos después, las luces del portal se apagaron y las blancas luces de la habitación se encendieron.
La burbuja salió y Damian estaba tirado en ella, respirando aceleradamente.

La burbuja aterrizó y se abrió, dejando a Damian tirado en el suelo. Bruce corrió hacia él y se hincó.

– Hijo… – Damian, al escuchar su voz, se volteó y lo miró. Damian trató de soportar pero eran demasiados recuerdos, demasiados sentimientos encontrados golpeando con fuerza en su pecho. Clavó su rostro en sus piernas flexionadas y empezó a llorar amargamente.

Bruce no pudo hacer más que abrazarlo con fuerza. Sabía lo terrible que Damian debía sentirse pero en ese momento no compartía sus sentimientos. Estaba feliz, muy feliz. Su hijo había regresado

Los doctores celebraron y Dick los miraba sonriente.
Tanta felicidad a su alrededor, sintiéndose él tan impotente, estaba enfureciendo a Damian. Y cuando estuvo a punto de callarlos a todos y pedir explicaciones…

– Bienvenido de vuelta, hijo… – Damian sólo pudo llorar mas fuerte y corresponder el abrazo.

Fin
01/2017
Notas finales: Muchisimas gracias por leer! finalmente pude unir mi amor por el mundo de Batman, por el yaoi y por la ciencia. Espero que mis datos cientificos no les hayan parecido aburridos, es que me entusiasman.

Por otra parte se siente extraño publicar un fanfic yaoi sin lemon, no sé, no parezco yo, pero es que en esas circunstancias no parecía oportuno jeje pero bueno, un beso grande, nos leemos!

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