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Puntos en el espacio por azumi16

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Notas del fanfic:

Un corto ambientado en mi mundo futurista :)

Notas del capitulo: Es un fanfic muy especial para mi ya que contiene muchisimos detalles de mi mundo futurista, ademas de una bella y romantica pareja yuri :)
El Departamento de Familiares de Astronautas (DFA) no es un lugar que siempre este lleno de personas. Al día solo iban unas cuantas para pedir información o novedades (Algo inútil pues de haber novedades los familiares serían llamados).

Los días en los que el departamento se llena de gente son los 15 de cada mes pues era el único día en que los parientes de los astronautas podían enviarles mensajes a través del departamento de inter-comunicaciones.

Pero esa noche no era 15, era 29 de septiembre. Y ese día no se envió ningún mensaje, estos habían sido recibidos.

Los mensajes que provienen de puntos en el espacio, no tienen un día de envío fijo. No era lo mismo mandar mensajes desde tierra, en donde las cabinas telefónicas funcionan todo el tiempo, que enviarlas desde el espacio en donde las bases y puertos estaban siendo construidos. La señal y las condiciones de los centros de telecomunicación eran un problema, pero no eran el único obstáculo, el trabajo duro que todos los trabajadores espaciales debían afrontar, no les dejaba tiempo para nada más.

A pesar de eso, ese día habían llegado mensajes desde el organismo interplanetario T-FT (Terra-Formación Titán) y, al ser el trabajo en Titán muy complicado, no eran muchos los mensajes que los familiares de ese sector recibían.

Los parientes son llamados a medida que llegan sus mensajes, eso evita que estos deban esperar en el departamento. Las llamadas empezaron desde las 9 de la mañana y ahora, a las 8 menos 15 de la noche, los últimos individuos en recibir mensajes estaban presentes.

La tensión entre ellos era muy espesa, la razón era simple. Cuando un Astronauta es enviado al espacio, el departamento le entrega a su familia una esfera en la cual se almacenarán los mensajes recibidos. Una vez almacenado un mensaje no leído en esta esfera, una luz se ilumina en la parte posterior de esta. Si la luz es azul es que el mensaje ha sido enviado por el pariente, si es gris significa que ha sido enviado por el pariente o por el/la superior del grupo al que pertenece, informando que este está enfermo o incapacitado y que tan grave es su situación; Por último, está la luz roja, que contiene un mensaje del superior o de algún compañero, informando que el astronauta está muerto o desaparecido.

Ese es el temor de todos los allegados al departamento. Todos desean recibir buenas noticias.

Las 3 personas que estaban esperando, sentían ese nudo en sus estómagos. Y el ambiente de aquella sala no ayudaba mucho, el aire acondicionado tenia congelada la sala y los muchos aparatos tecnológicos que la conformaban, podían ser muy útiles y finos, pero no brindaban ningún consuelo.

Emma estaba harta de tanta tecnología, tantos avances. Si no fuera por la maldita obsesión de la humanidad por llegar a los extremos del universo, su marido estaría con ella, como debe ser. Y su hijo de 6 años no ayudaba mucho, tirado en el suelo llorando por el frio y por sus ganas de irse a casa.

“Llanto de pura malcriadez”, pensaba Belong, la otra persona en la habitación.

Se trataba de una mujer más joven de lo que aparentaba, que estaba recostada en la pared cerca del escritorio. Ella nunca pudo con los niños, no les tenía paciencia y es por esa razón que estaba decidida a jamás tener hijos.

En cuanto a ese niño, pensaba que aun tenía arreglo, estaba convencida de que un buen golpe seguido de un intenso regaño impedirían que volviese a comportarse de ese modo. Pero eso jamás pasaría. Pues su madre, Emma, no era de ese tipo de personas, tenía un carácter fuerte pero era muy impulsiva, podría darle el golpe pero no le diría el por qué, lo cual no ayudaría mucho.

“Muy bonita pero pésima madre”, así lo pensó Belong.

En efecto Emma parecía sacada de una película. Piel pálida con facciones finas. Ojos negros, muy oscuros, y un cabello marrón, el cual no era natural pero no se notaba. Estaba bellamente maquillada y vestida con un saco rojo, el cual combinada con sus rojos labios y uñas. Y una falda que llegaba a sus rodillas, color negro al igual que sus tacones, su blusa y sus pantimedias.

Belong se preguntaba si se vería mas bonita con una sonrisa alegre ya que en aquel momento tenía un rostro malhumorado. Lo que la joven nunca sabría es que Emma era de las mujeres que irradian su mayor belleza cuando están enojadas.

- Señorita Abad, su mensaje está almacenado - Una voz engripada alivió un poco el ambiente. La mujer que acababa de salir de la oficina central del departamento tenía poco más de 30 años, pelirroja con notables pecas en su nariz y mejillas, a plena vista guapa. A Belong se le exaltó el corazón al ver aquella caja blanca, con el logo del TF-T

- Su ojo derecho aquí, por favor - Belong se inclinó y el Lapis Lazuli analizo. El Lapis Lazuli era una maquina muy común en todas partes del mundo y se utilizaba para identificación, comprobación y registro de personas. No estaba hecha por Lapis Lazuli, pero por su forma y color se parecía a la gema y por eso llevaba ese nombre. - Listo, puede retirarse - La recepcionista, cuyo nombre era Florencia, le sonrió y con el frio y la oscuridad, Belong no pudo descifrar su sonrisa (suponiendo que tuviese algo que ver con el mensaje) así que no pudo esperar ni un segundo más.

La joven Abad abrió la caja y casi se le sale una lágrima de alegría al ver esa preciosa luz azul. El llanto del niño ya no le molestaba, la mujer de rojo le parecía aun más hermosa, y la mujer recepcionista, podría besarla.

Estaba feliz, y ya no hacia tanto frio.

Dejo el departamento sin prisa alguna, fijándose en lo elegante y fino que era el lugar. Bajó por el conducto. Salió de aquel gran edificio, el cual no era más que una sede del verdadero Departamento de Familiares de Astronautas, ubicado en la capital de País luminoso. Aunque realmente había uno así en cada país perteneciente a la AEURHPT (Asociación Espacial Universal de la Raza Humana del Planeta Tierra) a la cual, la gente comúnmente llamaba sólo AEURH, ya que la parte “del Planeta Tierra” vino después, en vista de que ya existían seres humanos nacidos en otros planetas.

Ya estando afuera, a Belong le pareció que la noche era mucho más hermosa que cuando salió de su casa, tenía la sensación de que las estrellas y las inagotables luces de aquella ciudad estaban conectadas por algún tipo de armonía que daba una vista preciosa.

Belong contaba con 27 años de edad, poseía una suave y delicada piel morena, un cabello negro, largo y lacio y unos ojos tan oscuros como la noche misma. Llevaba una chaqueta negra, de la cual casi nunca se desprendía, encima de una blusa ordinaria blanca. Unos pantalones ajustados que iban por debajo de unas botas negras de tacón que llegaban hasta sus rodillas. A plena vista, una mujer muy voluptuosa.

Se recostó por unos segundos en la pared del organismo observando con tranquilidad la luz azul de su esfera, imaginando como debía estar “ella”. Por un momento optó por ver el mensaje de una vez pero se contuvo, ella nunca hacía eso.

Se encaminó decididamente por las calles de la ciudad observando con detalle todo lo que la rodeaba, ella estaba en esos momentos en los que estas tan tranquilo y equilibrado en tus cosas que pareces disfrutar de todas aquellas cositas que uno ignora en su vida cotidiana. Los túneles trasportando las naves civiles por toda la ciudad, los edificios y rascacielos iluminados por miles de luces, las pantallas y hologramas que se proyectaban día y noche, todo era tan ajetreado pero al mismo tiempo, para ella, todo parecía estar en paz.

Belong vio a tres jóvenes grafiteando en la pared del otro lado de la calle. No pasaban de los 17. A ella le pareció ya haberlos visto antes.

Desde la invención del sistema de seguridad Riccota, el grafiti no era ilegal. Este sistema era capaz de borrar cualquier imperfección que se encontrase en la estructura en la cual estaba instalada y eso incluía los grafitis. Sin embargo, había personas que personalizaban el trabajo de este sistema. Algunas personas preferían que el sistema les avisara cual era la imperfección y les mostrara una imagen de esta, los dueños mandaban a borrar los grafitis si no les gustaba pero si les gustaba, lo dejaban.

Era algo que no todas las personas hacían pero tampoco eran muy pocas. Algunas incluso ponían letreros diciendo algo como ¡impresiónenme! Frase muy famosa sacada de una publicidad de pinturas industriales en donde un hombre utilizaba este sistema. Lo hacían más que todo aquellas que valoraban el arte urbano y la gran mayoría no se arrepentía pues de tanto en tanto se encontraban con una obra de arte en su pared. Este hecho hacia que los grafiteros se esforzaran mas porque su arte quedase mejor pues tenían la meta de hacer que no la borraran.

En el caso de estos chicos, vivían en ese vecindario y el dueño de la pared en la que grafiteaban, los conocía, incluso había hablado con ellos diciéndoles que le hicieran un grafiti muy elaborado y el no lo borraría.

La pintura expresaba un túnel subterráneo del cual tres chicos salían encontrándose con una vista muy elaborada de la ciudad, que era en la cual, el chico de azul celeste estaba trabajando.

Belong admiró su arte en silencio por unos segundos, pensando que ese tipo de obras son las que deberían abastecer los museos y no esos cuadros con una desganada mancha, un punto o incluso una firma, que cosa tan absurda. Y pensándolo, siguió con su camino.

Después de pasar 2 cuadras mas, llegó a la calle central de la avenida, buscó una parada, accedió a una Maquina de Transporte Público e indicó su destino. No tuvo necesidad de activar la opción de espera porque otras personas, que ya estaban ahí, la habían activado.

Se recostó en la pared de la parada y esperó a los transportes públicos, o como los llamaban informalmente, los Banana Split. Esto era porque las naves públicas, cuando estaban en avenidas centrales, viajaban en caravanas, conectadas por magnetismo, una detrás de la otra. Como las esferas de helado en un Banana Split.

El Banana Split llegó y ella buscó la nave que correspondía a su destino. Con todas las personas dentro, las naves avanzaron, y se fueron dividiendo a medida que cambiaban direcciones. Ya estando su nave sola cruzó unas cuantas calles para entrar en un hombrillo y ser extraído por un túnel.

En realidad no era un túnel, era un conducto pero así se llamaban. Los túneles son tubos que unen las calles de las ciudades. Cuando las naves civiles entran en ellos cambian a “modo túnel” y son conducidas únicamente por este. El túnel trasporta las naves a una velocidad increíble y sentir esta velocidad es electivo, en el caso de las naves públicas tienen la obligación de poseer la configuración “no perceptible” pues algunas personas que utilizan el trasporte público podrían ser sensibles a este tipo de sensaciones.

Poco antes de culminar el recorrido, el túnel disminuye su velocidad, asegurando así, un aterrizaje suave y seguro.

Al terminar el recorrido, la nave pública continuó su curso en la carretera y Belong divisó el observatorio desde la ventana. Presionó uno de los botones rojos que se encontraban en baritas distribuidas en la nave y así confirmó que la nave tenía guardado su paradero en el sistema (destino que le había determinado en la parada) y es que algunas maquinas a veces se equivocaban.

Al haber llegado la nave, Belong se levantó, puso su ojo derecho en el Lapis Lazuli, vio el costo en la pantalla y sin siquiera mirarlo bien presionó el botón de confirmación. Todo tan rápido, y es que era casi por inercia que las personas podían hacer esas transacciones.

Las puertas se abrieron y Belong se bajó sintiendo como la nave continuaba su camino. Observó el gran observatorio, siempre era tan impresionante. Subió las escaleras y nuevamente fue analizada por un Lapis Lazuli. Hecho esto, el identificador de la puerta, que era una pantalla táctil, le mostró una serie de preguntas y opciones. Habiendo pasado el corto test de “visitante” Belong pasó a la recepción que estaba absorta en una oscuridad solo obstruida por nítidas luces procedentes a los diferentes artefactos ubicados en el lugar.

Belong subió los tres escalones que la posaban en una plataforma circular. Luego de esto fue revisada por diferentes maquinas que monitoreaban su identidad, estado de salud físico, psicológico y genético, pertenencias que poseía y otros más datos.

Luego de pasar la revisión se le fue insertada una esfera del tamaño de una uva, con la palabra “Observatorio” bellamente escrita, en su cuarta dolina, ubicada en su mano izquierda.

Las dolinas son depresiones circulares artificiales que se encuentran en la gran mayoría de los seres humanos por distintos propósitos. La cuarta dolina está en una de las manos o en ambas (lo elige la persona) y es la más usada pues es la dolina de la identificación, conexión y transmisión de múltiples datos. Además de usos médicos regulares.

Terminado el proceso, Belong entró. Pasó por aquella habitación adentrándose a un lugar con un gran ventanal que daba una vista increíble de la ciudad. Subió por las blancas escaleras y tomó el ascensor. Piso 3. Llegó a una gran sala con una fuente rodeada por diferentes artefactos y pantallas. Era el lugar en donde los niños, que venían de visita con sus escuelas, esperaban a que los llevaran a la sala del observatorio.

Belong paró sus pasos al escuchar un ruido que no pudo identificar y que provenía del otro lado de la fuente. Sacó su pistola laser que estaba en modo encogido. Presionó el botón Deshacer y este volvió a su tamaño original. A paso lento se fue acercando hasta que vio la causa de aquel ruido, se trataba de un chico y una chica, cuya edad no pudo calcular, ya que no podía ver sus rostros. Estaban besándose. Por su ropa debían ser adolescentes, que talvez veían la soledad y oscuridad del observatorio, a esas horas de la noche, atractivo y hasta romántico.

Belong frunció el ceño y siguió su camino. Se dirigió a otro ascensor que se encontraba más atrás del que acababa de traerla. Este era negro y un poco más pequeño. Entró en él y seleccionó la opción de “observatorio principal”.

Al Abrirse la puerta llegó a su destino. Una habitación igual de oscura que las anteriores, esta tenía un pasillo que la llevaba a unas sillas acolchadas y ahí estaba el gran telescopio. Pantallas, hologramas inactivos y otros artefactos rodeaban la habitación. Belong tomó asiento en el muro, a un lado del pasillo, sacó nuevamente la esfera de la caja blanca y la colocó en el suelo. Sin más espera presionó el botón que emitía esa luz azul tan brillante.

El holograma mostró sus rayos de luz básicos para luego proyectar la imagen. Era una mujer rubia, con ojos claros y piel cremosa. Tenía el cabello atado en una cola de caballo y se podía divisar la parte superior de su uniforme, que alguna vez fue blanco, cuya insignia reflejaba el organismo de la luna Titán.

Belong sintió un cosquilleo en el estomago.

- Hola Be - la sonrisa melancólica, casi triste, de aquella mujer parecía contrastar con sus ojos azules, que parecían gotas de agua - Como ya te habrás dado cuenta, no habíamos podido mandar ningún mensaje a la tierra. Las cosas aquí están complicadas, algunas infraestructuras se balancearon y caímos en crisis… ¬ La voz de Eyes era suave pero intensa y al tratarse de una grabación, estaba electrificada - La superficie de Titán es muy difícil de moldear pero hemos hecho muchos avances, se pronostica que dentro de un año ya tendremos varias bases listas. Pero yo sé que eso no es lo que quieres escuchar…-

Eyes suspiró y cerró los ojos por unos segundos, parecía muy cansada (y lo estaba) - ¿Sabes? Cuando vine pensé que estaba lista, lo anhelé tanto, por tanto tiempo ¿recuerdas? Claro que lo recuerdas, tú estabas ahí, siempre estuviste ahí, apoyándome…Y a pesar de todo creo que aun me queda voluntad para seguir adelante pero…no está nada fácil. Estas semanas han sido infernales. No habíamos tenido tiempo ni de quejarnos, ¿y con quién, de todas formas? Nos cambian de sector tan seguido que ni siquiera nos da tiempo de memorizar los nombres de nuestros compañeros…

> Rachas difíciles. Había tenido muchas en la tierra, pero en ellas te tenia a ti, apoyándome y dándome la razón cuando me quejaba. Ahora ni siquiera podría contarte una parte de todo porque hasta para los mensajes hay un límite de tiempo. Y luego, a continuar luchando para que las malditas bases por fin queden…Sé que debería estar invirtiendo el tiempo diciéndote lo mucho que te amo, lo mucho que te necesito, las ganas inmensas que tengo de volver a verte pero, bueno, espero puedas perdonarme amor…

Belong estaba empapada de gruesas lágrimas, de alegría por verla pero también de tristeza y amargura, al escuchar aquello y no poder hacer absolutamente nada.
Un sonido intermitente empezó a sonar dentro de la grabación, el cual ambas conocían y ambas maldijeron - Bien, ya se está acabando el tiempo…Belong, hay esperanzas, no es seguro, pero hay esperanzas de que podamos volver en un año. No sé cuándo podré volver a hablarte pero por si acaso, quiero pedirte que por favor me sigas mandando mensajes, todos los que puedas, esos si puedo verlos en cualquier punto, y los necesito. Quiero que recuerdes que te amo y…-

La grabación terminó. El holograma se desarticuló y volvió a la esfera, la cual ya no poseía ninguna luz. Al verse en la oscuridad nuevamente, a Belong la invadió un profundo sentimiento de soledad y vacío, e impotencia al saber que ni siquiera pudo escuchar todo el mensaje pues este había sido interrumpido. Y Belong empezó a llorar aun más fuerte. Cuanto la extrañaba, no era justo, ¡un año! Y se supone que debían estar agradecidas…Estaba desesperada, no veía la hora de su regreso y nunca más la dejaría ir al espacio, sin importar que, ¡nunca más!, eso pensaba con decisión.

Belong se deslizó por el muro en el cual estaba sentada, estirando una de sus piernas mientras la otra permanecía flexionada, permitiéndole apoyar en ella su brazo en el cual apoyó su frente. Sin parar de llorar, cada vez con más fuerza. Era la única forma en la que podía desahogar su frustración.

Pasó un rato, su pechó dolía. Su respiración estaba acelerada. Su cara empapada. Intentó secarse con la manga de su chaqueta, olvidando que esta era de cuero, lo dejó así y unió fuerzas para levantarse, recogiendo su esfera y guardándola en su caja nuevamente.

Desganada, terminó el camino por aquel pasillo y se sentó en uno de los asientos acolchados. Hizo un último intento de secarse las lágrimas, esta vez con las manos, pues no quería empapar el lente del gran microscopio, para luego posar su mirada en el artefacto y deslumbrarse con la vista del espacio.

A través del computador táctil, que estaba al lado de su asiento, buscó a titán y la seleccionó. El telescopio se movió hasta llegar al punto seleccionado y Belong observó. Una vista a tiempo real que no mostraba ningún rastro humano. Pero ella sabía que el amor de su vida estaba ahí, Eyes, y sin importar que, la seguiría esperando los años que fuesen necesarios, aunque no estuviera fácil.
Notas finales: Gracias por leer, dejen comentarios :)

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