Naruto y Sasuke se consideraban rivales a muerte. Algo exagerado, pero que tomaban bien en serio. Desde que Sasuke había entrado al instituto, Naruto llevado por los celos porqué se llevaba toda la atención, por qué era don perfección, comenzó a causarle problemas. Desde teñir su cabello azabache a azul y verde, robarle la ropa mientras se bañaba después de un juego, poner en exceso sal en su comida hasta divulgar por toda la escuela que la tenía “Pequeña”. Sus épicas hazañas eran correspondidas por Sasuke, quién en ningún momento bajó los brazos y suplicó clemencia. Después de todo, su enorme orgullo estaba en juego. Y esos increíbles enfrentamientos continuaban hasta la fecha.
—¿Estás bien?-preguntaron del otro lado.
—No. No lo estoy… mi estomago se está desmoronando…
El blondo se encontraba encerrado en el cubículo del baño con una interminable diarrea. Hasta hace unas horas todo había estado normal, pero en cuanto regresaron del recreo, Naruto hallo en su pupitre una caja repleta de bombones de chocolate con solo una tarjeta, de tu admirador secreto. Como era de esperarse, era débil ante los dulces y los devoró por completo sin pensar que eso había sido demasiado extraño.
—¡Voy a matar a Sasuke!-su voz retumbó entre las paredes, y el baño—¡Estoy definitivamente seguro que fue ese bastardo amargado bueno para nada!
—Mm, es lo más probable. Debe haberle puesto laxantes a los bombones, pero tú eres el idiota que se les comió como si nada.
—¡¿Shikamaru, de qué lado estás?!
—Solo digo-suspiró—Hombre, tú tampoco eres un santo. Anteayer le tiraste pintura desde el segundo piso justo en su cabello y ayer pusiste pegamento a su silla, paso un momento vergonzoso ¿sabes? No crees que ya es tiempo que hagan las paces de una vez por todas.
—Si no fuera tan arrogante, tan perfecto… quizás… aahg, mi estomago.
—Tú empezaste a odiarlo, creo que tú tendrías que dar el primer paso.
—¡Olvídalo, viejo, ni ahora ni dentro de diez años ttebayo!
—Créeme, te arrepentirás de esto en un tiempo. No siempre estaremos juntos. Te dejo pensarlo más tranquilo, el timbre va a tocar, si sigues mal ve a enfermería.
—De acuerdo, gracias.
En cuanto escuchó a su amigo retirarse, suspiró exhausto. Parte de lo que había dicho era cierto, pero él tampoco quería dar marcha atrás, también tenía orgullo.
—¡Maldita sea!-golpeó la pared a su lado con un puño—Si todo fuera más fácil… Sasuke…
…o0o…
Día siguiente.
El profesor estaba enfermo así estaban con hora libre en el aula.
—Es casi medio día y no has hecho una de tus travesuras, que raro-comentó su amigo de banco, Shikamaru.
—Ya no tengo ideas, y, no estoy de ánimos.
—Oh-observó a Sasuke sentado a un extremo de ellos, concentrado en la lectura de un libro mientras otros conversaban o hacían garabatos en la pizarra.
—¡¿Está aquí el estudiante Namikaze Naruto?!
La puerta fue abierta bruscamente por la secretaria de la directora, Shizune, todos dirigieron su vista a ella incluido Sasuke. El rubio se puso de pie con un mal presentimiento en el pecho, el rostro de Shizune lucía desesperado.
—¡Toma tus pertenencias y acompáñame rápido, Naruto!
—¿Qué está pasando?-preguntó desconcertado.
—Se trata de tu mamá, ella tuvo un accidente. El hospital nos llamó, está grave…
—No…-comenzó a llorar, atropelladamente metió sus cosas a la mochila con ayuda de su amigo y la colgó en su espalda. Shikamaru puso una mano en su hombro.
—Mucha fuerza. Lo siento-susurró. El asintió sollozando y corrió del aula sin mirar atrás.
Desafortunadamente ese día se confirmó más tarde la muerte de Kushina, Sasuke no lograba asimilarlo cuando el profesor Kakashi lo dijo al día siguiente y todos guardaron silencio unos minutos para pedir por su compañero quién estaba en ese momento pasando por algo muy doloroso. Shikamaru levantó la mano para hablar completamente serio.
—¿Sí?
—Profesor, necesito decir algo de parte de Naruto…
—Adelante, pasa-le dio lugar frente a la clase.
El Uchiha seguía cada uno de sus movimientos, tenía ojeras debajo de sus ojos, no había podido conciliar el sueño en toda la noche. El dolor en su pecho por Naruto era insoportable.
—Naruto me llamó anoche… les agradece su apoyo, y quería que supieran que esta tarde será el entierro. Estaría muy agradecido si vamos a acompañarlo, claro si pueden, y también quería decirles que mañana vendrá a despedirse.
¿Eh?
—¿Qué?-susurró, Sasuke.
—El único pariente que le queda es un padrino que vendrá del extranjero, irá a vivir con él.
—Naruto se va.
—No puede ser…
—No será lo mismo sin él…
—Era la luz de la clase.
La clase se llenó de muchos balbuceos, Sasuke permaneció callado pero por dentro algo en su interior comenzaba a morir muy lentamente.
Todos habían acordado irse directo al entierro saliendo de la escuela, profesores y la misma directora se habían sumado para dar el pésame. Todos menos Sasuke. De modo que cuando la mayoría se encontraba ya afuera listo para irse, Shikamaru volvió tras sus pasos y lo vio apoyado en la pared en un largo pasillo con una expresión de indiferencia.
—Pensé que tenías algo de corazón-escupió herido. Estaba molesto por su actitud, esperaba algo mejor del perfecto Uchiha—¿Lo odias incluso en estas circunstancias?
—¡Desde luego que no!-gritó lleno de rabia—Tú no lo entiendes-le dio la espalda.
—¡Sí, no lo entiendo, como puedes ser tan frió con Naruto! ¡Él te quiere a pesar de todo lo que ha pasado, y tú le das la espalda cuando más te necesita!
—¡Cállate!-le enfrentó.
—¡Oblígame, imbécil!
Ambos necesitaban sacarse algo del pecho, la bronca, la tristeza, era fácil a base de golpes. Ninguno era débil. Ambos luchaban al mismo nivel y por eso ambos, recibían un dolor insoportable y la sangre era derramada en el piso.
—¡¿Qué están haciendo?! ¡Sepárense!
La ayuda vino a tiempo, el joven universitario que llegaba a recoger a su hermano menor estaba siendo apaleado contra el piso por otro compañero.
—¡Apártate de mi hermano!-lo jaló del uniforme y lo separó del azabache que tenía sangre escurriendo de la boca y de su nariz, ambos respiraban agitadamente.
—Itachi…
—¿Estás bien?-lo ayudo a ponerse de pie.
—Sí… iré por mi mochila-se sacudió su ropa, y aún con la nariz goteando se fue en dirección a su salón.
—No sé lo que haya ocurrido entre ustedes, pero mantente lejos de mi hermano-endureció su mirada.
—Su hermano es un mal amigo, ¿lo sabe?-respondió limpiándose la sangre de sus labios.
—¿Qué quieres decir?
—La mamá de mi mejor amigo murió ayer y hoy es su funeral. Toda la clase va a ir, incluso profesores, ahora mismo, todos excepto su hermano. Él y Naruto suelen hacerse bromas pesadas todo el tiempo, pero aunque parezca que no se llevan bien, Naruto quiere ser su amigo solo que es demasiado testarudo para admitirlo, que él fuera a verlo hubiera sido lo mejor.
—Lo siento, hay algo que no sabes, que nadie de aquí sabe. Voy a decírtelo, pero por favor, procura guardar el secreto.
—¿Ah?
—Mi hermano luce fuerte pero tiene una debilidad. No puede frecuentar funerales, sufre ataques de pánico.
—Eso es…
—En un principio los psicólogos pensaron que tenía Tanatofobia, que es el miedo excesivo a la propia muerte. Pero Sasuke no tiene miedo de morir, es solo que le asusta estar presente en un entierro. Sufre desmayos y se queda sin aire y rompe en llanto. Veras él reacciona así desde que nuestra madre murió, él estuvo con ella hasta que dio su último aliento, desde entonces, cuando moría un familiar o un conocido, mi hermano sufría ataques y debíamos medicarlo. Mi padre desde la muerte de mis abuelos, nunca más quiso llevarlo a un funeral, Sasuke está bien mientras no tenga que presenciar aquello. Espero sepas entenderlo, no es que sea un mal amigo.
—Lo entiendo, perdón… yo…-sintió la culpa carcomerlo. Sintió pena por Sasuke.
—Ya estoy, Itachi, vámonos.
—Adiós-saludó el mayor sonriendo y comenzó a avanzar.
Shikamaru vio a Sasuke pasar cerca de él y lo dijo desde el fondo de su corazón.
—Siento lo que te hice.
Sasuke se detuvo abruptamente, de espalda sin girar a verlo.
—Está bien, me lo merezco…
—No, yo no-
—Dile a Naruto, que lo siento mucho-le interrumpió y se alejó rápidamente.
—Lo haré…-murmuró por lo bajo. Hoy sería un día amargo.
…o0o…
Otro día sin conciliar el sueño. Tampoco podía concentrarse en los estudios, y pensaba contantemente si Naruto vendría. Pasó un par de páginas dando con un sobre blanco sin nada de especial salvo que dentro tenía una carta expresando hasta lo más profundo de sus sentimientos.
Una carta para su querido rival.
—¡Oigan, es Naruto!-gritó un compañero mirando por la ventana, el blondo le hizo señas de bajar—¡Vamos todos, ya se va!
Toda la clase observó a su profesor.
—Andando-sonrió.
Todos se levantaron y corrieron a su encuentro. Hinata, notó que Sasuke seguía en su sitio absorto mirando el libro.
—Disculpa, pero… Naruto va a irse, ¿no irás-
—Hinata, ¿puedes hacerme un favor?
—Sí, que es…
—Toma esto-le tendió la mano con nada más que una carta—Por favor, dásela a Naruto. Por favor…-respondió suplicante.
—¿Pero porque no se la entregas tú…?
—No puedo-su cuerpo temblaba—No puedo…-se cubrió el rostro.
—¡Lo haré!-habló decidida—No te preocupes.
La muchacha salió corriendo para darle esa importante carta.
—Naruto…-lloró—Adiós… te estaré esperando aquí…
Afuera un taxi lo esperaba junto con su padrino adentro. Naruto terminaba de abrazar y saludar a sus amigos y profesores más queridos, pero su mirada buscaba en todas direcciones a otra persona que echaría demasiado de menos.
—¡Naruto, apresúrate, el avión nos espera!-su padrino gritó desde la ventana.
—Ya voy, ya voy…-miraba a unos metros la entrada del colegio. Luego miró a su amigo—Shikamaru, ¿Dónde está Sasuke…? ¿Por qué no viene a verme?-sus ojos se humedecieron.
—No lo sé-bajó la mirada—No entiendo del todo a ese chico…
—¡Naruto!-gritó su padrino insistente.
—Tks… adiós amigo-lo abrazó fuerte.
—Ten un buen viaje.
Inmediatamente subió al vehículo y todos gritaban entre lágrimas.
—¡Vuelve algún día, idiota!
—¡Buen viaje, lo mejor para ti, Naruto!
—¡En un par de años haremos una reunión y tienes que venir!
—¡Lo haré!-gritó el blondo melancólico. El taxi comenzó su movimiento—¡Adiós, chicos, los quiero mucho!-sacó la mano por la ventana moviéndola efusivamente.
—¡NARUTO! ¡Espera, por favor!
—¿Eh? ¿Hinata?-miraron todos.
—¡Detenga el auto por favor!-gritó, el blondo al taxista.
La muchacha corrió hasta el vehículo agitada.
—Hinata, lo siento, pensé que te había saludado…
—Ten esto, por favor, es muy importante.
El blondo recibió una carta por la ventana, sorprendido, ¿acaso Hinata estaba enamorada de él?
—Que tengas una buena vida en el extranjero, y espero volver a verte.
—Gracias, yo también espero volver. Hinata esta carta-
—Naruto, nuestro vuelo está esperando.
Naruto frunció el seño. Guardó el sobre en su mochila y suspiró.
—Adiós, Hinata.
—Adiós-sonrió.
Naruto y Sasuke tenían dieciséis años cuando se separaron. Pasarían años hasta volverse a ver.
Nueva york.
El muchacho de ojos cielo se encontraba acostado con su tablet revisando su correo electrónico, con el único que mantenía comunicación era con Shikamaru, quien le contaba las nuevas noticias. La mitad de sus amigos ya estaban en pareja o casados, era increíble lo rápido que pasaba el tiempo.
-Mensaje del consejo estudiantil-
—Esto es…-dio clic en el enlace, era todo un texto de su vieja escuela.
Les damos la bienvenida a todos los estudiantes de la promoción 2010, tenemos el agrado de invitarlo a una gran fiesta con el fin de reencontrarnos con viejos amigos y compartir buenos momentos tras tantos años transcurridos. El lugar será en la escuela Konoha, en dos semanas a partir de que este mensaje ha sido llegado a usted, por favor, responda a esta solicitud si podremos contar con su presencia.
Será el día jueves a las nueve de la noche. Los amigos que hasta el momento han dado su respuesta para venir son:
-Haruno Sakura
-Yamanaka Ino
-Hyuga Hinata
-Inuzuka Kiba
-Rock Lee
-Aburame Shino
-Nara Shikamaru
-Ten Ten
-Sabaku No Gaara
-Uchiha Sasuke
—¿Sasuke…?-pegó los ojos en la pantalla, y sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente—Sasuke… quiero verte dattebayo…
¿Contamos con su presencia?
(Si) (No)
El blondo dio un clic definitivo, su corazón latía como loco. Sus lágrimas seguían cayendo sin parar.
Ha marcado (Si) ¡Lo esperamos!
(Continuará)