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La mamá de Sammy, la esposa de John por Mariposa23

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Notas del fanfic:

23-basado en la primera temporada. No necesitamos de más. Advertimos por adelantado q esta historia puede considerarse algo perversa. Hablo más nuestro morbo q otra cosa.
Mariposa: originalmente, nos inspiramos en los actores. Nos gusta muchísimo el actor q encarna a John Winchester. Así q…disfruten!!

…l era aún muy pequeño cuando su madre murió, era muy niño cuando comenzó a hacerse cargo solo el de Sammy…
Y era, solo un crio, solo un crio cuando entendió lo q debía hacer. Cuando supo su papel en la vida. Eso q llaman. Propósito.
Lo supo cuando vio a su padre quemar la comida, cuando le vio hecho un lio entre limpiar y cuidar del bebe. Se dio cuenta cuando ya no miraba a Sammy como su mocoso y apestoso hermano menor. Ahora era su bebe, y John se hiso algo más q su padre…
Fue a la tierna edad de 11 años, q Dean tomo su decisión, aun q ya mucho antes lo hubiera descubierto. Espero un tiempo para estar un poco más alto, algo más…carnoso.
Algo un poco más aceptable.
Fue la noche de su cumpleaños número 11 justamente, q se presentó frente a su padre.
Con la mente despejada, y la información sobre lo q debía hacer a flor de piel.
Dean no es estúpido, nunca lo fue. Y probablemente si uniera tenido una vida normal, una de comercial. Con un colegio normal y un estudio universitario, probablemente hubiera llegado muy, muy lejos. Porque era, realmente listo. Y nadie lo sabía o todos estaban muy ocupados para notarlo, no es q tuviera mucha gente a su alrededor tampoco…
Para cuando cumplió 11, Sammy ya estaba algo más grandecito, pero siempre necesitaba de Dean, así como uno en la vida, nunca deja de necesitar a una madre. Y es q Dean lo alimentaba, lo protegía, lo educaba, jugaba con él, lo bañaba, lo vestía, en fin; era una verdadera madre. Una leona a la hora de proteger a su cachorro Sammy, en más de una ocasión. Nunca dudó en levantar el arma y disparar si con eso protegía a su pequeño. Por él y por su padre. Sería capaz de cualquier cosa, sin pensarlo; fácilmente mataría. Estaba seguro de ello.
La noche de su cumpleaños. Su padre había llegado a casa a eso de la media noche con un poco de pastel y un obsequio. Para ese momento Dean ya había hecho cenara a Sammy y lo había acostado también. Y al ver el rostro desgastado y siempre triste de su padre. No pudo reclamarle nada. Nuca en la vida.
Esa noche, se quedó un rato con su viejo, despidiendo, secreta eh íntimamente, su infancia. Viéndola ir, ya sin dolor. En completa conciencia de su función. En armonía con sigo mismo y con lo q debía hacer, porque era su destino.
Se retiró a su cuarto poco después. Dejo a su padre solo en la sala, con unos bocadillos y una cerveza fría.
Espero a q a su padre le venciera el sueño, cuando volvió a salir de su alcoba, tomo un baño se puso fresco y utilizo; las “armas” para las q costosamente había ahorrado, durante años, y cuyos objetos había comprado muy, muy difícilmente, si bien algunas cosas tubo q, robar.
Nadie le habría vendido esas cosas a un niño. Pero esa noche, esperaba dejar de serlo.
En su experiencia, de motel en motel, esperando a su padre despierto hasta media noche y más. Había aprendido algo sobre las mujeres y los hombres. Sobre las mamas y los papas.
Tenía una vaga idea de cómo venían al mundo los bebes, como se los hacía. Pero estaba muy seguro de q hacer un bebe, para los adultos era divertido y relajante, solía ponerlos de buen humor y mantenerlos sanos. Justo todo lo q necesitaba su padre.
Eso era el sexo.
Había aprendido q se podía hacer entre hombres y mujeres, entre mujeres y mujeres. Y entre hombres y hombres. Lo supo cuando vio muchas de esas parejas desaparecer tras la puerta del motel en el q se estaban quedando, se enteró cuando el eco de sus voces le llego, dándole informaciones, por así decirlo, privilegiada sobre cómo se llevaba a cabo el acto. Pero lo confirmo. Cuando una noche al ver tele, encontró. “porno”.
Así fue como llego a la conclusión de lo q debía hacer y sobre todo. De cómo debía hacerlo.
Todo para ayudar a su familia. Por ayudar a su papá.
Después de ese baño, esa noche. Se perfumo. Una colonia algo dulce a su parecer. Olía como a flores, la etiqueta decía rosas. Cuando compro el perfume, solo alego estarle haciendo un favor a su padre. Todo mundo asumió q sería un regalo para su madre, uno q su padre no compro y por ello envió al crio por el encargo.
Pero Dean, Dean tenía otros planes; se colocó la ropa interior de encajes y moños, q robo. Solo la parte de abajo, no tenía con q rellenar el resto. Pero aun así, solo así. Sabia q se veía como debería verse, alguien q estuviera por hacer lo q él. Se terminó de decorar con una bata, de seda o algo así, color gris, medio transparente. Y con desagrado descubrió q aun q se pusiera un dulzón perfume de rosas. Seguía oliendo algo a plomo, o diferentes armas, de las q estaba muy estrechamente rodeado.
Una vez más se aseguró de q Sam durmiera. No quería interrupción esa noche.
Cuando fue al comedor, descubrió placido como su padre dormía, como también había exagerado con las cervezas, q él estratégicamente puso, provocativas, en la nevera.
Su padre, su padre era muy necio. No aceptaría lo q necesitaba tan fácil. Por eso primero lo necesitaba algo mareado. Lo suficiente como para q bajara la guardia solo un poco.
La tele seguía encendida, como única luz en toda la habitación. A Dean le pareció perfecto.
Con pasos, casi estudiados, se dirigió donde su padre, mirando con escrutinio la figura adulta, de cuerpo entero, sintiéndose muy pequeño a su lado. Y por un segundo le aterro la idea de q, con su pequeño cuerpo, no pudiera cumplirle a un hombre tan grande como lo era su padre.
Pero, al diablo.
Decidió restarle importancia. Después de todo, q su familia siguiera unida, q su pare y Sammy estuvieran bien, q donde sea q fueran, aquel sitio pareciera un hogar de lo acogedor q se esforzaba para volverlo, era mérito suyo. Era un buen amo de casa. Le corroboraban q solo él podía tomar esto. Solo él podía ocupar este rol.
Se ubicó entre las piernas algo abiertas de su padre echado sobre el sofá. Su cuerpo estrecho le permitió una agilidad felina q el dormido y ebrio John ni sintió.
Con cuidado llevó sus nerviosas manos por las rodillas, por los muslos de su padre. Con cierto agrado y dolor al mismo tiempo. Descubrió q su padre tenía, escondido entre las ropas, eso q llamaban “erección”. Que les pasaba a todos los hombres, incluyéndole. …l ya sabía cómo aliviarse, y como aliviar las ajenas de maneras muy creativas.
Ciertamente, esta llamada de necesidad. Era algo q Dean aprovecharía, era la llave q necesitaba, eso lo tenía satisfecho. Pero el hecho en sí, le daba mucha pena. Su padre era un buen hombre, un hombre apuesto, q amaba a sus hijos, un hombre solo. Que no merecía estarlo.
Por eso, él compensaría eso.
Con cuidado, desabrocho el cinturón, le siguieron el botón y el cierre del pantalón. Con mucho más cuidad, fue retirando la ropa interior, para tomar aquella carne, q él también tenía igual de erecta, entre las piernas.
Su padre se removió algo, pero siguió durmiendo.
Dean aprovecho cada segundo frente a esa carne q lo engendro.
Sabía cómo moverse, ya lo había visto, sabia q le gustaría, porque él tenía lo mismo en su anatomía. Las reacciones, no podría variar tanto.
Su boca trago todo los centímetros q pudo, sus manos frotaron el resto. Alterno diferentes besos con su boca primeriza eh inexperta. Su cuerpo le picaba como nunca antes. Esa caliente sensación era la del fuego del destino. Uniendo, soldando dos piezas q encajaban perfectamente, después de todo solo eran metales derivados, compatibles entre sí.
Era un trabajo tan ardiente, tan rítmico, como la herrería. O eso suponía por como su padre hablaba de forjar…
Sus manos no esperaron más, fue descubriendo el cuerpo de su padre, la camisa, la chaqueta, las calcetas. Quito o descubrió todo lo q pudo.
El miembro de su padre se ponía más duro y sensible a cada minuto. Se contraía cadencioso, y botaba mucho líquido, haciendo una labor realmente sucia y mojada la q le estaba proporcionando Dean.
Sintió q debía acelerar el ritmo cuando escucho a su padre gemir algo fuerte.
Ese era un sonido, q jamás escuchó, en recompensa a su dormido papa. Su boca busco apretar y tragar más. Sus manos juntas fueron rápidas apretando todo lo q su dureza daba.
Fue ahí cuando su padre, despertó.
Pero solo atino a agarrar fuerte la cabeza q le estaba haciendo ese maravilloso oral. Solo pudo empujar más fuerte y rápido su pene dentro. Y con un estridente jadeo se vino.
La cabeza de John daba vueltas, su vista borrosa, y su cuerpo adormilado por el alcohol. Perdieron de vista el control y el razonamiento cuando vieron a Dean así.
A su primogénito. Con la cara sonrosada, algunas lágrimas frescas, los labios rojos eh hinchados. Y su semen escurriéndose entre ellos. Noto en algo la bata q cubría el esbelto eh infantil cuerpo, y también la lencería femenina q portaba. Se sintió cercado, rodea y totalmente perdido. Como un animal q sabe q fue cazado. Su peor error fue subestimar a su hijo, hijo de un cazador. Naturalmente q sabría cómo atrapar hasta la presa más difícil. Y eso era ahora. Una presa, muy difícil.
Perdido en la afrodisiaca imagen de Dean. No es q antes se hubiera fijado en ese cuerpo tan pequeño, tan dulce, tan apetecible. Lo único q capto nuevo en Dean conforme fue creciendo. Era su arrolladora madurez. Lugar al q iban, lugar q Dean mantenía limpio y habitable. Cuidaba de Sammy de manera casi perfecta, y siempre q llegaba le esperaba una comida q el propio Dean calentaba y una cerveza helada. Dean hacia las compras para el hogar, acostaba, despertaba y cuidaba a Sam, Dean ahora. También quería cuidarlo a él.
Parte de la voluntad de John Winchester. Le dijo q se detuviera. Que no lo hiciera q esto estaba mal. Y en efecto. Esto era incesto. Con todas las letras.
Pero…
Pero Dean lo noto. Noto la duda. Y algo de la vieja cordura regresando a su padre después del orgasmo explotado en su boca. Asique con cuidado, sus manos volvieron a envolver ese aun duro pene y comenzó a masajearlo, a persuadirlo con caricias y sin palabras. A comunicarse de la única forma en la q los Winchester lo hacían; por medio de densas miradas, tan sólidas y pesadas como el cobre, solo entendible para ellos. Y funciono porque John boto la cabeza asía atrás y jadeo. AI tempo q Dean aprovecho para levantarse, frete a su padre, con la luz de la tele a sus espaldas.
Supo q tenía toda la atención de su padre. Era ahora o nunca.
Tenía q explicarle lo q había descubierto. Tenía q decirle q, él ya sabía. Que su rol en este mundo, q su propósito para haber venido. Era para ser la mami sustituta de Sam.
Para ser. La esposa sustituta de John
Al principio pensó q con solo hacer cosas q harían las amas de casa, ya tenía cubierto su rol. Pero era más q eso, su rol era de compañero de su padre, un compañero balanceado q se encargaba del bien estar de los cachorros y del bien estar de su pareja también, significaba mantener feliz al marido, en la cama…
D-papa. Déjame hacerlo. Quiero. Nos lo merecemos…
Fue eso todo. Su mente no conecto nada más probablemente por q estaba muy, muy nervioso.
Volvió a lamer el falo de su padre, lo acaricio más. John no se movía, no lo tocaba, pero tampoco lo detenía.
Dean considero q eso era suficiente.
Así q con cuidado, se fue abriendo la abata, q terminaba en una perfecta moña a la altura de su estrecha cadera, casi como el moño de un regalo. Técnicamente era su cumpleaños. Pero justo ahora. Se estaba regalando a John, su padre.
La dejo caer por sus hombros, haciendo q la tela lo rose, q alivie en algo, la comezón sobre su cuerpo.
Se ubicó sobre las piernas de su padre, con la erección del mayor entre sus muslos. Junto sus piernas lo suficiente como para friccionarlo con las esquinas. Vio la mirada perdida de su padre, al ver desaparecer y aparecer su miembro enhiesto, entre los muslos más jóvenes, pálidos, suaves, sonrosados por el rose. Era demasiado libidinoso.
Dean sabia q no era niña. Sabia q no tenía las mismas gracias q ellas, de haberlas tenido, los dioses perversos saben q las habría utilizado muy pero muy bien.
Pero tenía un cuerpo joven y un orificio por donde podría entrarle un miembro casi igual q a una mujer.
Su padre no tendría por q ver su peño miembro, si es q no degustaban los hombre y esa pequeña e indispensable lencería cubría lo suficiente de su aún muy inmaduro pene; su padre solo tendría q pensar q se trata de una chica de cabello corto, y nada de pecho aparte de los pezones muy duros y respingados, pronunciándose descaradamente. Una chica q por cierto, era su hijo.
Sus manos apresaron el rostro barbudo de su padre, y conectaron miradas, de nuevo, se hablaban…
Entonces acercó sus pequeños labios hinchados, por un beso.
La boca de su padre era más grande q la suya, más rasposa y sabia a cerveza.
Dean supo q en el futuro cuando fuera un hombre hecho y derecho, quería q sus labios supieran así, esas eran parte de las marcas de un semental. El todo macho q era su padre.
El beso se volvió un poco más rápido y movido. Su pequeña y escurridiza lengua, trato de provocarlo como había visto en las películas. Pero le era muy difícil.
Eso asta q su padre comenzó a cooperar. Y uso su legua también, entonces quedo sometido al beso del mayor. Lo cual para nada le desagrado y más bien trato de ayudar también.
Pero discretamente, llevó su mano derecha contra su retaguardia.
Aquel lugar, el q pretendía usar, era muy estrecho y sabia q si no se preparaba antes, le dolería mucho más de lo q ya le iba a doler.
Sabia como tenía q hacerlo lo había visto, y había pensado en ello lo suficiente como para darse cuenta q tenia lógica.
Cuando se sintió lo suficientemente abierto y ya algo cansado de meter y sacar su cuatro dedos. Dejo de frotar el miembro goteante de su padre entre sus piernas.
Se acercó más a él pegando sus pechos.
Los besos no cesaron y estuvo bien. Necesitaba a su padre distraído para lo siguiente q vendría.
Levanto un poco las caderas y el trasero. Y se dejó caer solo un poco sobre ese falo.
Mordió fuerte la boca de su padre, conteniendo el dolor, su padre solo gimió de placer en respuesta.
Pese a ello supo q tenía q apresurarse, así q doloroso o no, bajo más y más, hasta q lo tuvo todo dentro, y empezó a columpiarse suavemente.
Su cara estaba hundida en el cuello de su padre, lo besaba lo mordía. Mayormente estaba ahí por q no quería q su padre viera lo muy doloroso q estaba siendo, o si no se acobardaría.
Necesitaba q todo fuera rápido, ofuscado por el calor del momento.
Asique siguió moviéndose, hasta q después de un largo rato. Se acostumbró.
Y podía moverse con más facilidad. Noto también q su padre se movía, empujando sus caderas contra su trasero.
John no pensó en nada más q en el placer.
Durante toda la noche, q Dean lo monto. Gracia a su edad su cuerpo tardaba algo más en cansarse. Y una vez q su padre estuvo completamente saciado, se rindió a un profundo sueño q Dean casi imita.
Pero no, él tenía q prepararse. Ya era el alba, y pronto su padre saldría a cazar. …l tenía q prepararle el desayuno, algo para la resaca, y el almuerzo para llevar, al margen debía despertar a Sam, lavar los trastos y limpiar el lugar. Todo eso con un dolor de cadera, horrible.
Pero estaba bien. Porque ese era su rol. De mama y de esposa.
Nadie dijo q sería fácil, pero esto era para lo q se había preparado.
Asique primero se fue a duchar, una rápida. Limpio primero el lugar, quitando el rastro de semen seco y algo de la sangre de su virginidad sobre alfombras y muebles. Ya más tarde lavaría la ropa q utilizo.
Prácticamente corrió para preparar la comida y casi no alcanza.
Esa fría mañana un día después de q su muchacho cumpliera 11. John Winchester amaneció más calmo de lo q lo había estado en años.
Lo asumió a su noche. Y q noche.
Todo era su culpa y la de Dean. Técnicamente, el niño había sido el q propicio todo. …l q lo despertó con una felación increíble, el q lo monto sin consentimiento alguno durante horas.
Y ahí estaba su muchacho. Tan fresco como una lechuga, como si nunca hubiera pasado nada.
Le dijo el típico “buenos días papa” y le extendió un café cargado debido a su leve resaca, junto q 2 aspirinas, Dean siempre sabia lo q necesitaba .
La mesa ya estaba servida, y su caja del almuerza lista.
Su hijo se retiró rápido y a los segundos regreso con Sammy, lo ayudo a sentarse para desayunar.
A John todo esto le parecía, tan irreal.
Pero solo de pensar en lo q su hijo le había hecho, se empalmaba de nuevo. Por ello huyo a su habitación, listo para hacerse la paja matinal. Era realmente frustrante, pero q opción tenía.
John no noto, la mirada inquisitiva de su hijo sobre él, esa mirada q ya lo sabía todo. No noto como discretamente Dean dejaba a Sam, frente a la tele desayunando mientras se mantenían entretenido con las caricaturas.
Fácil le fue colarse en la habitación de su padre, justo cuando él se la jaba con ganas, solo pudiendo pensar en su pequeño hijo Dean.
Fue casi como un sueño hecho realidad, como una fantasía en tercera dimensión para John ver a su hijo, justo en ese q estaba pensado tan lascivamente. Verlo ubicarse entre sus piernas, frete a su erección y comenzar a chupar sin permiso. Y ahora, no estaba ebrio, podía apreciar perfectamente cada detalle de la jugosa boca. Los dientes pequeños, los labios estrechos y la pequeña lengua. Todo en conjunto haciendo un trabajo estupendo. Lamiendo las venas de su rabo, escudriñando todo lo q podía, repasándole el frenillo con la lengua y succionando la punta de su miembro.
Al cara de Dean, tan hermosa, tan erótica al estar distorsionada por su enrome pene en el interior de su boca.
Sin mucho esfuerzo se vino.
No era nada difícil Dean parecía experto. Pero sabía perfectamente q eso no podía ser. Dean era virgen. Lo había sentido. Su muchacho había sido fuerte y valiente, tragándose estoicamente un miembro q le estaría haciendo escocer la garganta…sin mencionar otras cosas q izo.
Una vez q se vino. Observo como Dean se tragaba su semen, y luego lo limpiaba para depositarlo de nuevo entre los pantalones. Y treparse curiosamente a la cama, para robarle un beso.
Aquello para Dean fue l principio, de muchas veces más al lado de su padre.
Siendo la madre sustituta de Sam, la esposa sustituta de John. La única persona q podría aguantar ese estilo de vida, q podría satisfacerlo así de ardientemente, la única persona digna de confianza para cuidar del pequeño y amado Sammy.
Es Dean. Quien mantenía unida a la familia. El más emocional aun q no aparentara serlo. El de las relaciones esporádicas, porque él ya tenía un marido al q satisfacer. El q respaldaba y obedecía a su marido de la manera casi proverbial q debía tener una esposa frente a su esposo.
Si ese era Dean, y su pequeño secreto entre él y su padre.

Tal vez por ese comienzo tan inexperto y endeble q habían tenido. Ahora, no era tan raro el verlos, en esa situación.
Dean tenía la cara pega contra la pared del confesionario, mientras su culo estaba todo expuesto, y levantadito, listo para recibirlo a él, a su padre. El hombre por el cual existía, su razón de ser. La única persona q podría ordenarle, dominarle. Y Dean escucharía por completo, obedeciéndole siempre, sometiéndose fácil. …l era su padre y podía hacer lo q quisiera con Dean.
O así lo sentía.
De ser un simple interrogatorio a uno sacerdotes locales, en algún momento paso a ser más.
Dean llevaba los hábitos largos de un cura de provincia, mientras John estaba de traje negro y con el clásico cuello de las ropas de cura.
Por lo q Dean tenía q levantar metros y metros de tela, hasta q se arremolinara en su cintura, y así pudiera tener el trasero completamente expuesto, para su hombre. John solo debía bajarse la cremallera y sacar su ansioso miembro.
Años después de los 11 de Dean, el niño seguía teniendo un culo estrecho, una boca habida y la resistencia de la más puta de las zorras. Efectivamente, Dean había ido mejorando con los años, y el q su cuerpo creciera y fuera madurante, a John solo le había dado más confianza y lo había incentivado.
Hace tiempo q la culpa quedo atrás.
Estar constantemente al frente en campo de batalla. Ser testigo de atrocidades q el resto de los hombres no ve, tenía obvias consecuencias. Una morar más enclenque a cada segundo, una esperanza permanentemente agonizante. Por q minutos antes del enfrentamiento de vida o muerte, en la adrenalina y el miedo. Lo único q no querías era estar solo. Y quien mejor q tu familia para acompañarte, pero es q también eran hombre, tenían necesidades. Y considerando lo q le pasaba a cualquier mujer q se involucrara seriamente con los Winchester. Volver a tener una “mamá” o una “esposa” no era buena idea; las mujeres de los Winchester morían, era parte de su maldición, al igual q los amigos o gente cercana a ellos. Lo más seguro era permanecer entre familia, donde ya no pudieran estar más malditos de lo q están. Su vida, el demonio q los cercaba. Los obligaba a nuclearse de esa manera tan violenta y tan enferma.
Pero, pero lo peor no era nada de eso. Dean y John, ya lo habían superado…Sam, recién lo intentaba.
Aun q su padre estaba envistiéndole terriblemente duro, fuerte y rápido una y otra vez contra su próstata. Dean no apartaba ni un segundo sus pensamientos, sobre su hermano.
Su niño, Sammy. Se había enterado.
Fue por accidente, al calor del miedo.
Una situación en la q, otra vez, Dean casi muere. John había sentido un miedo inédito al ver ahora. Si en verdad, demasiado cerca de la muerte a su primogénito.
No les había dado el tiempo para pensar sus acciones.
En cuanto John pudo, se había acercado a Dean y le había plantado un beso, para nada de padre eh hijo.
Aquello, simplemente dejo en shock a Sam.
Cuando se separaron y fueron conscientes de lo q habían hecho y frente a quien. John no quiso decir nada. No hiso nada, solo se apresuró a retirarse. Dejando solo a Dean para q le explicara la situación a su hermano.
Y Dean así lo había hecho, al menos lo había intentado. Sam solo se quedó en silencio escuchando todo lo q tenia q decirle.
Al final solo se fue, y no se habló más del tema.
John supuso, q eso era una aceptación por parte de Sam; y francamente se sintió muy liberado, tanto q “agarraba” a Dean como quería, frente a quien le interesara mirar. Claro, nunca llegaban más allá de manoseos casuales, pero. Dean se sentía incómodo.
Y sospechaba q Sam igual.
Pero para Sam, al principio había sido difícil. No lo entendía, lo aterrorizaba, lo irritaba. Porque creía q su padre estaba forzando a Dean, pero luego. Lo entendió.
Cuando Dean le sirvió el almuerzo, a él y a su padre. Los tres estaban tan inmersos en le nuevo caso q de repente quiso, vaciar su mente. Olvidarlo todo por un segundo, y despejarse. Entonces lo noto. La manera, definitivamente maternal con la q le trataba Dean, sirviéndole un rico plato de macarrones con queso caseros, noto q de rato en rato le limpiaba la cara después de comer. ¿Desde cuándo Dean hacia eso? Desde siempre, desde q eran críos. Noto también como trataba a su padre, el servirle lo q su padre necesitaba sin q tuviera q pedir. Dean les prestaba toda la atención, en un sentido, muy responsable muy maternal y tan de pareja para con John. No se había percatado de ello hasta ahora.
Al ver como Dean estaba en su elemento. Tan cómodo y tan, natural a la hora de decirle “-Sammy ten cuidado-” “-Sammy come bien-” “-Sammy has la tarea-” “-Sammy te ayudo-”, es más si había aprendido a leer y a escribir era por q Dean le había enseñado, igual a contar y pintar y otro montón e cosas, demasiadas para enumerar. Y vagamente recordó, q en una anécdota; Dean le había contado q su primera palabra fue “mamá” pero q se la había dicho a él a Dean, su hermano. Entonces de apoco las cosas cobran sentido, y se planteó como seria si un día su hermano Dean se casara, se marcara y tuviera hijos y una vida normal. Le resulto algo imposible y risorio. Porque su hermano actuaba como si ya estuviera casa, porque él mismo era como un hijo para su hermano, porque había absorbido el sentimiento paternal de Dean en él su hermano pequeño. Y la vida normal, parecería aburrida, deslucida y ciertamente culposa. Ellos hacían un bien, aun q nadie lo entendiera, aun q no hubiera recompensa. Esta era su vida ellos eran sus padres, y aun q Dean fuera su hermano era una figura de autoridad, un tanto sentimental, a la cual reconocía y respetaba una parte fundamental de su vida; claro las cosas habían ido cambiando con los años, antes sus comentarios eran aún más obviamente maternales, pero Dean seguía siendo eso. Una madre. Su madre. También se dio cuenta q Dean apoyaba mucho a su padre, era algo más q su mano derecha, más q un soporte, era como un compañero. Solo q uno de por vida…
Un, esposa.
Entonces pensó q tal vez, Dean estaba haciendo lo q debía hacer. Por quería hacerlo.
Y solo recién las palabras de Dean cobraron sentido.
Aquella explicación q no pudo entender por q su mente estaba bloqueada al recordar, la boca de su padre y la boca de su hermano juntas, en un beso tan cadencioso y mojado, un beso experto q ya parecía tener costumbre. El beso asustado de un hombre q iba a perder al compañero de su vida.
Solo ahora esas palabras cobraban sentido.
“-Sammy. Lo siento, q lo hayas tenido q ver. Que lo sepas…pero yo.-le había mirado con decisión, con certeza en los ojos.-esto es lo q debo hacer Sam. Eres mi familia. Mi pequeño. El dulce bebe q me fue entregado como hijo, a los 6 meses de nacido. Y papá. John es el hombre q me necesita, para q le cuide las espaldas, para q lo proteja. Y destierre la soledad, para siempre en su vida. Si no soy yo Sam. ¿Quién más? Si no hiciera esto ¿Qué propósito tendría mi vida, Sam?. Tú y John me dan una razón de ser. Espero q lo entiendas, y nos odies por esto. Nosotros te amamos…”
Y entonces, tal vez. Entendió un poco de lo q Dean ya sabía.
Pero claro era un secreto, debía serlo. Podían arrestar a su padre, antes hubiera sido mucho más grave porque los abrían separado. No sabía exactamente, cuan antigua era la relación de Dean y John, pero parecía q ya llevaban tiempo, largo, largo tiempo. Y Dean tampoco era tan viejo…asique sospechaba, q mucho de esa relación se llevó a cabo cuando Dean aún era menor de edad.
De salir a la luz todo aquello, sería muy malo. Aun cuando Dean y John pudieran alegar diciendo, q todos ya eran lo suficientemente mayorcitos como para saber lo q hacían; eso nos los disculparía, no les permitiría paz y libertad. Porque la gente no entendía.
A la clase de cosas a las q te orillaba perder a tu madre, a esa guía tan importante q era.
Sam sabia, por experiencia propia, q una madre era trascendental, un angular, q equilibraba la vida de todos, un referente y la más importante entre el día 1 de existencia hasta los 20. Ellas te daban esa seguridad de comenzar una vida, también eran tu respaldo. Y la piedra fundamental a la q tarde o temprano se solía volver para recargar, y reponerse de las guerras cotidianas. Aun en una vida normal. Una madre jugaba un papel fundamental en la victoria o en la derrota; mucho más si tu batalla estaba al nivel de lo q los cazadores combatían.
Y Dean. Dean había hecho lo q podía. Y para ser sinceros lo había hecho bastante bien, más de lo q se esperaría para un crio, o alguien como él.
Dean era increíble.
Y en aquello, era una de las pocas cosas en las q Sam y John coincidían.
Dean era su tesoro.
Su piedra angular, su roca, su ancla. El lazo, del vínculo q los mantenía juntos y enteros.
Ese día después de salir del confesionario, con John por detrás; hecho un hombre satisfecho.
Dean recibió un mensaje.
Se inquietó algo al ver q era de Sammy, con la clasificación del “tema” como: “última conversación”. Ya sabía q se refería a lo último q trato de explicarle sobre lo de John y él.
Así q sus manos se sacudieron por un momento. Y se puso más nervioso de lo q lo había estado en toda su vida. Ni siquiera cuando se entregó a su padre, había estado tan ansioso; aquello era natural. Muy diferente a lo q ahora estaba por ocurrir.
Detuvo sus pasos en seco, y John se percató de aquello.
J-¿ocurre algo Dean?...
Miro unos minutos el rosto de su padre, un rostro más áspero q el suyo, pero casi igual. Las coincidencias, en la marco de la cara, en la nariz un poco, algo menos en los labios y las cejas, la forma de los ojos y el fuerte mentón, aun q el suyo no fuera tan marcado como el de su padre; aun q su rostro no fuera igual de rudo y varonil. Tal vez los años, o los sentimientos ahí dejaban huella propia. Pero sería muy obvio ver su parentesco. Entre padre eh hijo.
Era algo q no se podía mentir.
Dean se preguntó si a su padre le asustaba el q Sam dejara de quererlos. Que los odiaría por hacer lo q hacían entre padre eh hijo. Aun sentía, el semen bien sellado en su interior, caliente y enfriándose de apoco, su entrada le palpitaba aun ardida por el reciente uso, y su pene seguro tendría los rastros de una corrida mal limpiada, sin mencionar por las marcas frescas q tenía en el cuello. ¿Tal podría Sam despreciar todo aquello?
A Dean nunca le pareció mal. Ni a los 11 ni ahora. Años después.
Solo era. El curso natural. Era lo debía pasar, predestinación.
Pero. ¿Y si Sammy no lo veía así?
Le entro un miedo absoluto de q Sam, dejara de amarlo. Si su niño le odiara, si les odiara. Una parte de su corazón seria extirpada violenta, y dolorosamente. Tuvo unas irreversibles ganas de llorar.
Y fue tan obvio q consiguió q John lo apretara entre sus brazos. Y lo calmara a base de besos repartidos al azar por todo su rostro. De esa boca, literalmente, familiar, tosca, rasposa y áspera por los rastros de barba alrededor, exhalo tembloroso su aliento. Y apoyándose en su padre, fue capaz de abrir el mensaje. Que decía así:
“Gracias…
No estoy seguro a ciencia cierta, q también este esto q estamos haciendo, pero. Tampoco estoy seguro, de cuanto has dado por mí y por papá. Cuanto has sacrificado, de manera gustosa por la gente q amas. A mi casi me haces un profesional. Se q todo te lo debo a ti hermanito, y a papá. Evitaste q se desmorone, q se suicide probablemente. Fueres quien nos ha mantenido como un escudo protector. Te amo Dean. Eres, sin duda. La mejor mamá del mundo.
Pero también eres mi hermano, mi compinche, mi mejor amigo. Todo eso, lo puedo entender. Asique pensé q tal vez pasaba los mismo con papá y contigo.
Tal vez, para ti, papá es tu padre. Y también tú, marido.
De cualquier forma. No podría odiarlos, son mi familia Dean.
Mi papá y mi mamá. A mí no me falta nada. Gracias a ti.
Gracias, ma.”
Entonces Dean no lo soporto más y estallo en llanto, probablemente había acabado con las rodillas en el suelo si su padre no lo sujetaba.
J-Dean q demonios está pasando.
Dean hizo lo q pudo para mantener la calma, la entereza lo más posible. Acuno ese rostro parental entre sus manos y miro a John fijo. Con una profundidad. Marital y la vez, filial.
D-te amo John. Y amo a Samuel.
John lo analizo un poco, o más bien lo proceso. Había ocasiones en las cuales, la madurez de su hijo. Lo dejaban estúpido. Aquella entonces q lo hicieron por primera vez le paso lo mismo.
J-te amo yo también Dean y amo a tu hermano Sam…
D-lo se…y él nos ama a nosotros…
Y recién John pensó, q Dean había estado actuando raro todo este tiempo porque había estado muy preocupado al respecto de lo de su relación y Sam…él en cambio, ya lo sabía. Sam jamás dejaría de amarlos. A sus padres, a su hermano.
Lo sabía por q Dean era una excelente madre, había educado bien a Sam. Sus hijos eran unos niños listos. Estaba tranquilo por eso…
Solo en ese momento. Dean respiro tranquilo, sabiendo q aquello q tanto había procurado no romper, jamás lo aria.
Su familia, su sueño. Jamás se separaría…
Realmente no sabía lo q su madre opinaría de todo aquello. Pero le gustaba pensar q la mujer quería q su esposo y sus hijos fueran felices. Así lo harán. Esto era lo mejor.
Para John, para Sam. Y sobre todo para Dean.
Este era el diseño q la vida les había dado.
Y lo disfrutaban mucho.
Eran una cálida, unida y fuerte familia feliz…

Fin.

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