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Correr o morir por Reiga

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Notas del fanfic:

Me gusto escribirlo, pero al mismo tiempo tuve muchas dudas en lo que hacer una adaptación se refiere. Esto algo así como, “es lo mismo pero no es igual”. Del genial James Dashner con cositas de mi cosecha (CofcofAokagacofcof)


Espero que les guste, esto es una trilogía, pero me base solo en la primera, película dándole un final con un mini spoiler del tercer libro.


Si quedo feíto no se dejen guiar por esto XD y vean las pelis y lean sus libros, para mí fue y es fascinante!!! Ahora si a leer!!

~*~*~

 

Dos días llevaba encerrado en el “poso” como lo llamaban lo residentes del lugar. Un sitio cavado en la tierra, tapizado con rocas y con unas rejas de madera simulando una cárcel de los años Prehistóricos. Y hace dos días que habia llegado a un lugar del cual desconocía absolutamente todo. No sabía nada de nada, de nadie y ni del el mismo. Lo único que recordaba era su nombre, pero nada más. Su mente era un oscuro paraje nebuloso imposibilitándole ver más allá de su solo nombre.

Estuvo asustado desde el momento en que abrió sus ojos cuando llego al “Área” como le llamaban los habitantes. Tan asustado al verse sin nada en la cabeza y rodeado de personas que no conocía que salió corriendo como niño pequeño pero sin saber muy bien del porqué.

Quería respuestas que se negaron a responder debido a su alteración y ese habia sido el motivo de su encierro.

Cerró sus ojos y apretó su cabeza queriendo ver más allá de fragmentos sin sentido en su memoria. Hasta que sintió pasos acercarse a su celda. Levanto la cabeza viendo que un chico de piel muy oscura le miraba.

—¿Ya estas mas tranquilo? —El joven moreno pregunto sin paciencia y se deleitó con la mirada irritada que el pelirrojo le dirigió —no intentes huir de nuevo —le advirtió. 

—OK —Fue su simple respuesta.

—Mi nombre es Luka — se presentó el hombre negro abriendo las rejas y dándole su mano para sacarlo de ahí. El otro joven con dudas y algo de temor la tomo siendo impulsado hacia arriba —¿sabes algo de ti? ¿Quién eres?, ¿dónde estás? ¿Cómo te llamas?

El joven pareció acelerase en su intento de poder recordar y así responder a sus preguntas, pero al parecer solo el saber su nombre le impedía ver más allá. Era lo único que tenía permitido.

—Taiga, mi nombre es Taiga. Pero no se más, no recuerdo nada ¿porque?  —Miro a Luka esperanzado de que tuviera más respuestas que el.

—Cálmate… ven conmigo — le indico que lo siguiera. —Todos llegamos a aquí en las mismas condiciones que tú, ninguno recuerda nada, solo el nombre. Es un avance que tú lo hayas recordado tan rápido.

Taiga entre más pasos daba más perdido se sentía al divisar el lugar que parecía ser inmenso pero muy limitado al mismo tiempo.

—¿Dónde estamos?, ¿qué es todo esto? —su vos sonaba nerviosa y ya no asustada sino más bien cansada. Cansado de sentirse ignorante de tanto.

—Aquí vivimos, este nuestro hogar, nosotros construimos y cultivamos nuestros alimentos, “la caja” no provee de materiales para poder vivir.

—¿La caja?  —Pregunto extrañado mirando cierto lugar.

—Así es, todos los meses sube una vez con provisiones y un nuevo novato, este mes fuiste tú, aparte de eso no sabemos nada más, ni siquiera quien las envía. Nada.

—Pues yo no entiendo nada. —Dijo Taiga sujetando su cabeza como si le doliera.

—Lo sé, pero no te fuerces y no hagas algo estúpido. ¿Ves ese chico de allá? — pregunto el moreno apuntando a un rubio de mirada dorada. — El es Kise, si no estoy yo  él está a cargo, mañana te explicare más cosas. Hoy ya es tarde y esta noche te daremos la bienvenida.

—¿Que hay allá? — preguntó Taiga perdido en las lejanías de unos muros gigantes que parecían solo tener una abertura, y poniendo muy poca atención a lo que el moreno decía.

Luka lo miro serio endureciendo completamente el rostro.

—Solo te diré tres cosas más, así que ponme atención. Si respetas estas tres reglas tú y yo no llevaremos bien. Uno: trabaja y has tu parte; no tolero los flojos, dos: no lastimes a nadie de los habitantes,  la buena relación lo es todo para nosotros. Y tres y la más importante, jamás salgas de aquí te lo digo enserio   ¿entendiste?

Taiga no estaba conforme, con ninguna de las repuestas que Luka le habia dado, pero por ahora tampoco  se sentía con derechos o bases para rebatir algo. Así que asintió.

Luego de eso Luka lo habia dejado con un niño pequeño no mayor a los quince años. Justo cuando pensó en ello se preguntó qué edad tendría el, pero se dio cuenta de que ni siquiera sabía eso. Todas las personas que estaban con él en ese lugar se notaban jóvenes y el peli celeste a su lado suponía que debía ser el más joven de todos.

Se perdió en sus pensamientos mirando a las fueras. Específicamente por aquella salida del Área. El lugar era un recinto cerrado. Un lugar lleno de pasto y arena, huertos, granero, al fondo un bosque  y casas hechas de palos y paja, y camas de hamacas. Todo esto rodeado por cuatro monstruosos muros de cemento, con solo una obertura. Lo que Taiga suponía era una salida que no sabía hacia donde dirigía.

—No te preocupes Taiga, siempre es lo mismo y de apoco te acostumbraras — decía el peli celeste un tanto fascinado al no ser ya el ultimo habitante que habia llegado al área. Mientras acomodaba una nueva cama junto a la suya para el nuevo miembro residente.

El pequeño quedo con sus palabras en la boca al darse cuenta de que el chico a su cuidado ya no estaba a su lado. Asustado lo busco con la mirada viendo que el chico pelirrojo estaba frente a las grandes puertas del muro. Emprendió carrera junto a el tomándolo del brazo.

—No me asustes así ven aquí —tomo su mano pero el pelirrojo se negó a moverse.

—Solo quiero ver Tetsu.

—Está bien, pero ni un paso más — le advirtió.

Taiga miraba a detalle a las afueras del muro sólido, era gigantesco y grueso. Afuera solo podía ver un gran pasillo rodeado por los mismos muros de piedra. Curioso iba a  dar otro paso más hasta que vio a dos personas provenir de afuera  a un trote lento y seguro. Un chico moreno y alto de cabello azulino lo quedo mirando un momento perdiéndose en su mirada mientras pasaba por su lado. 

Sintió cierto estremecimiento al verlo y no pudo evitar mirarlo hasta perderlo.

—Testu… ¿no se suponía que nadie podía salir? —miro al enano a su lado.

—Nosotros no, los únicos que pueden salir son los corredores, Por favor Taiga vámonos de aquí

—Espera quiero ver que hay afuera —Se soltó de su agarre y camino un poco más. Sorprendido por todo aquello.

—Es peligroso Taiga por favor hazme caso —Al escuchar la súplica del pequeño cambio de parecer. Tampoco quería causarle problemas.

—Está bien no saldré. Solo quiero… ver

Un paso más cerca  y sintió una manos empujarlo desde su lado enviándolo lejos, causando que cayera en la arena, tosió cuando el arena se removió entrando en su nariz y boca. Enojado se levantó al darse cuenta de que el chico pelinegro fue el causante de la agresión. Sus ojos rojizos de tornaron feroces.

—¡Ya me tienes harto! — le gritó el pelirrojo. El joven pelinegro alzo  sus manos con el fin de tranquilizar la furia de Taiga.

Sus pies titubearon al verse acechado. No supo en que momento apareció Luka, el rubio llamado Kise entre otros de los cuales no sabía sus nombres aun. Se sintió acorralado, perdido y desesperado. Se alejó de ellos al sentirse asustado acercándose más a la salida de los grades muros 

—Taiga cálmate, ven aquí — le llamaba Luka.

—No. ¡No pueden encerrarme aquí! —Gritó

—No dejare que salgas —La vos de Luka se toro severa y amenazadora.

—¡¿Por qué no?! —preguntó gritando a Luka antes de escuchar el sonido estridente proveniente de la salida. Se volteo temeroso ante el ruido viendo asombrado como dos grande murallas comenzaban a cerrarse lentamente dejando pasar un ráfaga de viento que le helo la sangre. Hasta cerrarse completamente.

El joven pelinegro se acercó a su lado.

—La próxima vez dejare que salgas — le dijo antes de irse. Uno a uno todos se fueron retirando quedando solo él y Luka.

—Bienvenido al Área — le dijo desde su espalda  el moreno. Mientras los ojos de taiga no se apartaban de los grandes muros.

~*~

Llegada la noche llego también su esperada bienvenida que le importaba bien poco. Los jóvenes se veían animados alrededor de una inmensa fogata mientras gritaban  alrededor de ella.

Suspiro. Se encontraba lejos de toda esa “diversión” sentado y apoyado en un tronco.

—¿Qué tal novato? —  Kise llego a su lado con esa sonrisa coqueta que ya habia visto en el chico. Era simpático y de lo poco que llevaba era el único que realmente le agradaba. El rubio le ofreció algo de beber, en lo que parecía ser un frasco de mermelada.

Un sorbo pequeño fue lo único que pudo soportar antes de escupirlo por completo.

—Que asqueroso, ¿qué demonios es? —Preguntó devolviéndole el frasco y limpiando sus labios. Difícilmente aquel mal sabor se borraría de su boca pronto.

—Ni idea, pero luego de un tiempo te acostumbras a su sabor —Taiga miraba asombrado como el rubio bebía el líquido y sin arrgarse —Hanamiya lo prepara.

—Mm… Parece que no le agrado — dijo Taiga  ante la mención de ese chico.  

—Tiene su genio pero no es mal chico, a su manera solo impidió que entraras al laberinto —“Y vaya de qué manera” pensó el pelirrojo.

—¿Laberinto? —Preguntó luego de entender lo que el rubio decía—¿eso es lo que hay allá afuera?

—Así es, y es muy peligroso salir por eso está prohibido — dijo el rubio con la mirada entristecida.

—¿Entonces estamos encerrados aquí?

—Por el momento si… pero — Kise de volteo apuntando a un grupo de chicos que estaban cerca de la fogata, pero aun así alejados del resto. —ellos son los corredores.

Taiga vio al mismo chico moreno que hoy en la tarde habia visto venir del laberinto y simplemente volvía a perderse en el. Algo le decía que él no era igual a los demás. Al menos no para él.

—El de al medio es Daiki, y es el encargado de los corredores, todos los días entran a laberinto y buscan la manera de salir. Lo estudian, hacen mapas.

—¿Desde Hace cuánto tiempo? — lo interrumpió

—Tres años — Taiga no podía creerlo

—¿Tres años… Tres años  y aún no saben cómo salir de aquí?

—No es tan sencillo, escucha — Kise le pidió que se concentrara en los sonido afuera del Área y sintió claramente como Muro con muro chocaban al moverse. —todas las noches el laberinto cambia.

—¿Cómo es posible?

—Ni idea. Quienes nos pusieron aquí lo saben, si algún día salemos de aquí les preguntaremos mientras les damos un buena paliza — dijo el rubio riendo.

—Eso es una buena idea —dijo riendo con él. Hasta que sintió unos ojos posados en su persona. Giro su cabeza topándose con eso penetrantes ojos azulinos.

“¿Porque… Porque él llamaba su atención de esa manera y le parecía diferente?”.

—La verdad es solo los corredores saben lo que hay afuera, son veloces y valientes, lo que es bueno ya que si no vuelven antes de que las puertas se cierren, se quedan afuera toda la noche y créeme nadie ha sobrevivido una noche en el laberinto.

—¿Porque no? —Taiga desvió la vista, obligándose a concentrarse en Kise.

—Afuera hay unos monstruos que llamamos penitentes, nunca nadie los ha visto, pero sabemos que están ahí, pon atención.

Taiga volvía a escuchar a las afueras y a pesar de escuchar los muros moverse ahora escucho otros sonidos aún más aterradores. No sabía a qué asemejarlo pero algo le dijo que no quería ver uno.

Taiga sin duda tenía más respuestas, pero todas a medias. Kise se negó a seguir conversando ya que era el invitado de honor y al menos debía acercarse a la fogata. Le presento a mas  grupos, como los carniceros, los constructores, recolectores, pero ninguno tan interesante como el ser un corredor.

Aquello sin duda habia llamado su atención, el temor a lo desconocido estaba presente pero su curiosidad era más grande. 

Nuevamente un empujón en su espalda lo sacaba de balance y si no hubiera sido por Kise nuevamente iba a parar al suelo. Al darse vuelta ya no fue  una sorpresa ver a  Hanamiya, El pelinegro habia empujando a un chico y el pobre se habia estampado contra su espalda.  Tampoco le sorprendería pensar que habia sido apropósito ya que el estaba ahí.

Su mirada rojiza se topó con la del pelinegro. Ambas retadoras.

—Qué opinas Garlopo te reto a un duelo —El reto consistía en permanecer dentro de un circulo hecho en la arena y lo ganabas si tirabas al contrincante fuera de él.

—Mi nombre es Taiga — le aclaro al pelinegro con molestia, no le gustaba como le miraba. Con desdén.

Lejos de ahí cierto moreno escucho aquel nombre que resonó en sus oídos. Poniéndole especial atención a su portador. Ciertamente el chico pelirrojo habia llamado su atención desde que lo vio semi inconsciente en la caja. Ahora ese nombre le indicaba algo de suma importancia que no podía ignorar.

Taiga cansado de que lo vean inferior entro al círculo viendo con furia al pelinegro. Quien sonrió con suficiencia  yendo por el sin siquiera darle tiempo a prepararse. Hanamiya lo tomo de los hombros dándolo vuelta y empujándolo al suelo.

Nuevamente aspiraba arena y tosía por ello.  

—Vamos Garlopo te daré otra oportunidad — Taiga podía escuchar las burlas., pero en cuanto se puso de pie, comenzaron a gritar “novato”  una y otra vez. Se enfureció aún más. Estaba cansado de todo eso. Ambos comenzaron una lucha cuerpo a cuerpo cada uno queriendo derribar al contrario.

Taiga esquivo uno de los ataques haciendo que vergonzosamente Hanamiya pasara de largo y callera al suelo fuera del círculo, las risas y burlas no demoraron en llegar para el pelinegro que embravecido se levantó y lo golpeo en la cara.

El silencio retumbo en el lugar pero en cuanto un segundo golpe iba a estallar en el rostro de Taiga intervino Daiki tomando el puño de Hanamiya doblándolo y empujándolo hasta dejarlo sentado en la arena.

—Te gano limpiamente, al menos pierde con dignidad — dijo el moreno mirando por demás enojado al pelinegro.

Todos estaban en silencio, que se metiera Daiki era algo nuevo. El hombre no compartía con muchos y para la mayoría él era una especie distinta, como si fuera de un nivel diferente al de los demás. Admiración era poco para lo que el hombre les hacía sentir. Solo en su presencia se sentían seguros.

Taiga llevo una mano a su nariz viendo la sangre en ella. Le dolía y con la ayuda de Kise se levantó del suelo, pues su salvador ni siquiera lo habia mirado antes de retirarse.           

 Ya todo habia terminado conoció a varios y muchos le dieron una sincera bienvenida al momento de que lo llamaban por su nombre. Ahora todo estaba tranquilo, solo podía escuchar los muros del laberinto moviéndose y los ligero ronquidos de Tetsu a su lado.

No podía dormir así que con mucho cuidado se levantó. Llegando a aquel tronco cortado y seco. Tuvo el impulso de recorrer el lugar pero se dio cuenta de que de noche el Área parecía ser aún más pequeña. No habia mucho que recorrer.

Unas pisadas a su espalda. Llamaron su atención y al voltearse se estremeció al ver esa penetrante mirada. Nuevamente sobre él.

—Taiga ¿no? — el pelirrojo asintió. Ambos se miraron por segundos que les parecieron eternos. Esa mirada Azulina y evaluadora no pasó desapercibida para Taiga. El chico moreno lo habia mirado de pies a cabeza poniéndolo nervioso. Y sin decirle nada más se fue. Dejándolo con una sensación de completo desconcierto.

Aquello fue extraño, pero como todo lo transcurrido desde que habia abierto los ojos en aquel lugar. Así que solo se encogió de hombros y se dispuso a ir a dormir.

 

°°*°°

“Taiga…

Ya nada es igual…

Jamás te lo perdonare…

Cruel es bueno…

*

Taiga Te amo…

°°*°°

 

Taiga abría los ojos estrepitosamente al verse zarandeado.  A su lado se encontraba Luka. Le indico que no hiciera ruido  y le siguiera. Estaba desconcertado por el sueño que habia tenido. Era la vos de una chica estaba seguro y también borrosamente  parecía haberla visto en lo que podía ser un laboratorio. Pero lo último, eso… estaba seguro de que era la vos de un hombre solo habia escuchado la vos sin ninguna imagen a la que poder asociar. Y le intrigaba.

Luka le habia dado el recorrido mañanero a un muro en donde estaban tallado en la piedra el nombre de cada habitante. Su atención fue dirigida a aquellos que estaban tarjados.  Y que significaba que ya no estaban. Nuevamente el nombre Daiki llamaba su atención y no dudo en colocar el suyo junto al del moreno.

Ya era parte del Área y era mejor que lo asimilara pronto. Por más que trataba de buscar opciones para salir de ahí estas ya se habia intentado. La única manera de salir era por el laberinto.

Taiga Estaba frustrado  buscando fertilizante en el bosque, mandado por Kise. Realmente no toleraba la idea de estar  tres años encerrados ahí esperando que otros encontraran una solución a ese estilo de vida. Pero por ahora no le quedaba más que acatar las órdenes.

 Se aventuró en el bosque con un balde y un cuchillo, hablando y regañando consigo mismo por no estar conforme con el sistema. Pero detuvo su andar y parloteo al toparse con un habitante. El joven le miraba intensamente y se preguntó internamente si sería otro como Hanamiya. Que a razón de quién sabe quién le odiaba.

—Tu… eres Barri ¿verdad? —Lo recordó estaba seguro de que era uno de los corredores que habia visto junto a Daiki. No obtuvo respuesta. Pero detallo en su rostro que el chico no estaba bien. Su tono de piel era de un ligero tono morado y sus ojos estaban irritados teniendo muy marcadas las ojeras. —¿estás bien? — desde luego no lo estaba, pero Barri no iba a contestarle.

—Todo esto es tú culpa. — dijo el joven de piel amoratada. Dando un paso que Taiga tuvo la cautela de retroceder.

—¿De qué hablas?.

—Tú nos pusiste aquí — Barri susurraba — ¡¡YO TE VI!! — gritó saltando encima de Taiga. Taiga se removía   e intentaba golpearlo para que lo dejara. Pero no dejaba de gritarle cosas que cosas que no entendía. Esas manos se ciñeron en su cuello. Barri hablaba enserio quería matarlo ¿pero porque?¿Que estaba pasando?.

Tanteo en el suelo hasta que dio con una piedra dándole con ella en la cabeza y huyendo de ahí. En dos ocasiones logro agarrarlo de las piernas en su intento de alcanzarlo hasta que rodaron por una bajada. Corrió con desespero, hasta que Barri logro darle alcance ahorcándolo nuevamente.

Sus gritos de ayuda alertaron a los habitantes que  corrieron ante tal anomalía. Kise con una pala habia corrido en su ayuda y no titubeo a la hora de golpearlo con todas sus fuerzas en la cabeza alejando al chico de su cuerpo.

Kise, Luka, Hanamiya y otros dos más tomaron de las manos y piernas de Barri para inmovilizarlos.

—¿Que rayos te sucede? — pregunto Kise mirando al chico que parecía volver a tener uso de razón.

Luka se alejó y pidió que levantaran la polera del chico  viendo como una herida estaba por sus costillas viéndose infectada y rodeada de sus venas resaltadas dándole un aspecto desagradable.

—Sáquenlo de aquí, llévenlo al poso — ordenó el de piel negra.

El chico gritaba con desesperación, miedo y terror mientras gritaba “Puedo curarme” “No lo entienden” “Él tiene la culpa” “No, No por favor, puedo curarme”

Taiga noto que el peli celeste lo abrazaba a su lado, le habia preguntado si estaba bien por la agresión de Barri, pero el pequeño estaba más asustado que el mismo de todo lo que habia sucedido. Le pareció tierno y algo causo en su interior que provoco que lo abrazara con protección.

Que fue lo que habia ocurrido y el porqué de las palabras de Barri lo tenían preocupado y sumamente confundido. Estaba en su hamaca  con tetsu a su lado cuando Luka llego.

—¿Qué fue lo que paso? — preguntó Taiga casi suplicando por una respuesta que calmara su mente. 

—Lo picaron. Perdió la razón y solo dice cosas incoherentes, con el pasar de las horas solo seguirá empeorando — decía Luka —La picadura de un penitente provoca una infección para la cual no tenemos cura y es peligroso… ¿Qué fue lo que te dijo?

Taiga titubeo, como decir algo que ni él tenía claro y le intrigaba.

—Dijo que todo esto era mi culpa, que me vio… ¿Cómo puede ser esto mi culpa?

Luka le miro con seriedad. Estudiando sus palabras. Todo podía ser clave de algo pero al mismo tiempo no ser nada.

—Sigan descansando

—Pero Luka— lo llamo Taiga —¿Que pasara con él?. —el moreno no contesto.

Pasaron las horas. Y ya las puertas estaban por cerrarse. Los gritos de Barri llamaron la  atención de Taiga por lo que se levantó rápidamente para ver que ocurría.

Todos los habitantes están en la entrada del muro con largas lanzas en sus manos. Vio como Daiki agarraba a Barri con sus manos atadas y un bolso pequeño en sus manos.

“Por favor Daiki, soy tu amigo” Le gritaba el chico. Taiga vio como las facciones de daiki eran duras  como si no le hubieran afectado esas palabras que al pelirrojo te taladraron el corazón. Tetsu estaba a su lado agarrando su brazo pero lo soltó para retirarse y volver a su cama. Sabiendo lo que ocurriría a continuación.

 Sus ojos no daban crédito a lo que vea. Daiki tiro la bolsa que llevaba consigo dentro del laberinto. Todo esto bajo los gritos intensos de Barri. “Puedo mejórame” era lo que gritaba, implorando que cualquiera de los que lo rodeaban lo escuchara y lo entendiera. La ráfaga de viento llego a todo indicándole que comenzaría a cerrarse las puertas y los gritos de Barri fueron con aun más desesperación al ver que todos le apuntaban con sus lanzas acechándolo y obligándolo a entrar al laberinto.

Solo quedo el silencio y la culpa compartida cuando las puertas se cerraron. Cabezas agachadas y silenciosos lamentos. Solo Luka levantó el rostro y lo miro como dándole explicaciones “Ya pertenece al laberinto” dijo antes de retirarse, seguido de los demás. Solo quedo Daiki con la cabeza gacha. En la entrada.

—¿Estás bien? —Algo de culpa vio en su mirada justo antes de verlo con enojo. Daiki paso por su lado sin hablarle y sin mirarlo y por alguna razón esa indiferencia dolía. Pero  se obligó a no pensar en ello.

El sueño estaba por vencerle cuando sintió al peli celeste hipar. Y se enterneció nuevamente. Era tan solo un niño. Le ofreció dormir a su lado. Y el pequeño no dudo en aceptar.

 

°°*°°

Taiga… Tú te buscaste esto…

—¡¿Me estás diciendo que por tus tontos celos enviaste a Daiki al laberinto?!

—Te lo advertí, esto es tu culpa

°°*°°

Un cuerpo sudoroso sobre el suyo le hacía delirar, jadear y gemir, deseoso de más. El placer otorgado por el joven embistiéndolo con lentitud mientras se perdía en sus labios Le hacía arañarlo con desesperación y apretarse a sus caderas para impedir la separación.

Su amante no dejaba de jadear su nombre en su oído como una droga más a su deliro  y en contestación no dejaba de repetir…

“Más… ah~ Da…iki”

°°*°°

 

Despertó como si le hubieran lanzado un balde de agua fría aquello no podía ser cierto… Realmente ahora no sabía si aquello eran recuerdos o solo sueños de su mente queriéndole jugar un mala pasada. Pero por aquella última imagen algo le decía que era lo segundo, sus “recuerdos” no tenían sentido.

Era de mañana y no veía a absolutamente a nadie lo más seguro es que la mayoría estuviera  en su  cuarto sueño.  Se levantó con cuidado de no despertar al pequeño que dormía plácidamente en posición fetal. Y noto que tanto Luka como Daiki entraban solos al laberinto.

Llegaba el medio día y como ya era de costumbre no se guardaba sus preguntas y Kise por más que parecía molestarse no le negaba las repuestas, irritado y todo se las daba.

Luka habia entrado también al laberinto para tratar de averiguar lo que habia sucedido con Barri el día anterior, Los penitentes no atacaban de día y eso habia sido extraño. También comprendió porque Luka estaba en la cima de la cadena.

Eventualmente alguien habia llegado primero desde la caja al Área. Y ese habia sido precisamente Luka.

—Entiendo. ¿Kise… puedo preguntar algo más? — preguntó al ver que se habían quedado solos y sonriendo al ver como murmuraba molesto el rubio pero aun así asentía.

—Eres un reverendo dolor en el trasero Taiga, suelta y por tu bien y si no quieres que patee ese lindo trasero será mejor que sea lo último que me preguntas en tu vida.

—¿Tengo un lindo trasero? — preguntó riendo y levantando una  de sus curiosas cejas.

—Lo tienes. Es redondo y se ve firme. Tengo unas ganas locas de pegarte con la pala para ver cuánto resisten — dijo en broma he irritado, por preguntar idioteces.

—No gracias no me va el masoquismo.

—Pues no lo parece, ya larga — le ordenó amenazándolo con la pala.

—¿Hace cuánto que llego Daiki al Área?

—¿Daiki? —Taiga asintió, esperando no sonar muy interesado. —Hace un año más o menos ¿porque?

—Solo preguntaba, se ve muy capas en lo que hace.

—Lo es. Hasta el momento es el  que ha durado más. Hasta Luka lo respeta créeme, si Daiki le dijera que quiere un vaso con agua, Luka le da el maldito vaso con agua —Dijo con evidente exageración, pero dejando claro el punto —  Ahora trabaja holgazán —  dijo tirándole la pala.

Las horas pasaban y los trabajos se vieron obstaculizados por la fuerte lluvia teniendo que resguardase bajo el techo de sus cabañas. El nerviosismo estaba presente al ver que el  tiempo pasaba y Luka ni Daiki regresaban.

Taiga no despego su vista de los muros afirmando sus manos con nerviosismo a un tabique.

Las lluvias cesaron y ahora todos estaban en la entrada, las puertas estaban por cerrarse y aun no habia rastros de ellos. Esperanzas y resignación eran lo que albergaban la mayoría de sus miradas. Hasta que a las lejanías se puso divisar a Daiki arrastrando al joven de piel negra.

Los gritos fueron desesperados cuando, las puertas comenzaron a moverse.

“Daiki deja a Luka”  gritaron algunos. ”Vamos tu puedes”  Gritaron otros. Pero ninguno con la capacidad o intención de entrar y por ultimo ayudar a Daiki a salir de ahí con Luka a la rastra. Y es que parecía haber una línea electrizante que les imposibilitaba dar un paso más de donde estaban.

No más de un metro quedaba  entre  las gruesas paredes para que se cerraran. El rostro de Daiki le dio el impulso al pelirrojo para entrar en su ayuda ignorando todo lo demás. Kise intento detenerlo pero lo ignoro. Cruzo las paredes con rapidez casi siendo aplastado por ellas y se lanzó hacia adentro para impedirlo. Ya no habia vuelta atrás. Las puertas se habían cerrado y él estaba dentro con Daiki y un inconsciente Luka.

—Eres un idiota Taiga— le dijo el moreno viéndolo con molestia —y morirás aquí por tu estupidez.

Ahora Taiga  se preguntaba porque habia arriesgado la vida por un  idiota como él. Ignoro su pesadez y ase acerco a Luka.

—¿Porque demonios entraste aquí Garlopo?.

—Disculpa por preocuparme por ti, y mi nombre es Taiga — respondió con sarcasmo y levantándose molesto.

Ahora que estaba dentro ya no habia remedio y quería investigar lo que tanto habia llamado su atención desde que habia llegado al Área. Pero en cuanto quiso dar un paso. Daiki habia tomado su mano.

—¿A que te refieres con eso de que te preocupaste por mí? —Taiga se soltó de su agarre. Sin mirarlo.

—Eso ni yo lo sé — fue sincero, ni siquiera el sabia porque el de su actuar, ¿porque el moreno llamaba tanto su atención?

—¿Acaso has recordado algo? —Taiga se volteo y le miro impresionado.

—¿Qué quieres decir con eso?.

—Voy hacer sincero contigo, desde que llegue a aquí me he  aferrado a lo único que espero sea verdadero y eso era un nota escrita en mi brazo que decía

“Te amo Daiki, no lo olvides.

Taiga

—Solo eso, nunca habia podido recordar algo más hasta que llegaste, siempre pensé que podía ser un mujer y cuando apareciste tu pensé en que solo era una coincidencia de nombre hasta que comencé a recordar fragmentos de tu y yo estando juntos.

El pelirrojo se sonrojo. No podía creer que semejante recuerdo fuera en verdad real. Menos que el moreno tuviera recuerdos parecidos a su  alocado sueño

—No sé de qué me estas hablando — dijo desviando la vista y dándose vuelta para alejarse, no sabía qué hacer ni cómo responder.

Daiki lo tomo del brazo obligándolo a darse vuelta y lo beso. Como desde que habia tenido aquel primer recuerdo en el cual le devoraba la boca había deseado. Ese cuerpo similar al suyo parecía amoldarse perfectamente entre sus brazos.

Sus estremecimientos y nula resistencia le hicieron olvidarse de todo. No importaba nada, solo él y el pelirrojo  en su brazos y su afán mutuo de conocerse por medio de un beso que les parecía extrañamente familiar. Sus lenguas se entrelazaban una con la otra, sus manos viajaban autómatas por la espalda de su acompañante extrañando una sensación que añoraban sin saberlo.

Daiki soltó sus labios viéndolos mojados y deseables. Sus ojos rubíes miraban sus propios labios como implorándole que no soltara. Que no dejara de besarlo.  Y sonrió.

—¿Enserio no recuerdas nada?

Que decirle si se habia puesto en evidencia solo con sus actos.

—Algo… pero son escasos y muy confusos. —Daiki se habia sentado y le habia incitado a hacerlo junto a él.

—¿Es seguro estar tan tranquilo? —Pregunto con extrañeza

—Por ahora, después de que las puertas se cierran tendremos una hora antes de que los muros empiecen a moverse. —Taiga asintió y se sentó a su lado —y bien dime… ¿Qué has podido recordar?

—No mucho, tengo recuerdos fragmentados. Que no puedo relacionar. Primeramente escuchaba la vos de una chica que decía mi nombre. Y me decía que no iba a perdonarme. También creo que escuchaba tus vos. Luego más adelante pude ver a la chica. Es rubia, veo que ambos estamos discutiendo, le alego que por su culpa a ti te enviaron a aquí y ella dice que yo me lo busque y que también voy a pagar por ello.

Daiki lo escuchaba con atención todo era tan extraño primeramente por ser los únicos que estaban teniendo recuerdos. En el año que llevaba en el área ninguno habia hablado de algo así. Quizá podía ser porque ellos eran los únicos que se conocían desde antes.

—¿Algo más? — preguntó y vio con curiosidad como las mejillas de taiga obtenían  el color de su cabello y ojos.

—Bueno lo último fue algo entre tú y yo… ya sabes… mas… intimo — dijo con incomodidad causando gracia en el moreno. El igual habia tenido uno de esos recuerdo bastante subido de tono.—¿Crees… que éramos pareja o algo parecido?

—No lo creo, estoy seguro. Dudo mucho que por la manera en que estábamos juntos solo hayamos sido compañeros de cama —dijo seguro y Taiga ya no sabía en dónde meter la cabeza, como podía hablar tan suelto de algo así.

—Ya tendremos más tiempo para pensar en ello. Ahora prepárate será un noche larga y peligrosa. No te alejes de mí.

—¿Que pasara con Luka?

Ambos ocultaron el cuerpo entre las enredaderas que trepaban los muros. Y se dispusieron alejarse de la entrada, quedarse ahí seria suicidio pues ese lugar no tenía salida. Si un penitente los encontraba ahí seria su fin.

Los sonidos  que hacían las bestias eran aterradores, a ambos se les helaba la piel de solo escucharlo ni hablar de cuando vieran uno. Ambos deseaban en su interior no tener que enterarse de su forma.  Pues bien decían que no vivías para contarlo.

Sus pasos eran lentos y silenciosos al cuidado de cualquier movimiento que no fuera el de ellos. Taiga iba cerca del moreno cuidándole la espalda mientras él veía hacia atrás. Mas pasos y se detuvo al sentir su hombro mojado.

Su mirada vio la tonada verdusca y pegajosa. Y con su mano toco aquella sustancia que le pareció repugnante alzando su miraba hacia arriba. Notando a la criatura sobre sus cabezas.

El  rugido resonó en sus oídos asustándolo a ambos emprendiendo la huida y separándolos de su camino.

Taiga no estaba viendo hacia donde corría, solo quería alejarse de la cosa tras su espalda. Sus patas eran de metal, pero parecía tener un cuerpo de carne deforme negruzco  y repúgnate. Y asemejaba la forma a un alacrán por la cantidad de patas y la cola.  Aquello debía ser una creación de las personas que los pusieron ahí.

Sus pies daban pasos largos.   Hasta que llego a una especie de barranco, frente a él tenían un muro con enredaderas y detrás un penitente sin detenerse en su afán de matarlo. No dudo en saltar al igual que la criatura que estaba sobre él. El penitente habia sacado una lanceta con la cual quería picarlo con insistencia chocando en repetidas ocasiones con el duro metal. Ambos cayeron, Taiga al suelo y el penitente quedo  cautivo en la enredadera. Pero sabía que no sería por mucho tiempo así que no se quedó a observar. Siguió corriendo por los pasillos interminables hasta que choco con Daiki.

—Maldición Taiga, te dije que no te alejaras — le gritó — pero su regaño hasta ahí llego al ver que a lo lejos se avecinaba el penitente. — sígueme  este pasadizo está por cerrarse.

Y tal como le dijo le siguió hasta que comprendió que de esa manera podían acabar con el animal. Provoco al animal para que lo siguiera. Y corrió con un demente por el pasadizo viendo como las paredes estaban más cerca de su persona y escuchando como también las paredes chocaban con las patas del penitente que cada vez tenía más reducido su espacio.

~*~

En el área ya se estaba haciendo de día Tetsu habia hecho guardia toda la noche y estaba esperando el momento por el que esas puertas ase abrieran. Kise le habia repetido incontables veces que no habia caso. Pero él se negaba a resignarse.

Las puertas comenzaron abrirse y se levantó del frio y duro suelo. Muchos de los habitantes se le unieron con la esperanza de ver a Daiki, Luka y Taiga del otro lado. Vivos. Pero no fue así. El lugar vacío fue algo que se habían esperado, pero la esperanza era lo último que se perdía también.

—Te lo dije Tetsu — le dijo Kise acariciando sus cabellos con ternura. La tristeza inundo esos ojos color cielo.

—Esperen dijo otro — haciendo que tetsuya levantara la cabeza y sonriera en el acto al ver como Daiki y Taiga arrastraban con algo de dificultad a Luka.  

—¡Están vivos se los dije! — gritaba feliz el pequeño, queriendo entrar para ir en su ayuda pero Kise se lo impidió con mirada severa. —¡Vamos chicos ustedes pueden! — le gritaba el peli celeste al igual que los demás.

La conglomeración fue eufórica cuando entraron al Área.

—¡¿Cómo sobrevivieron?! ¡¿Vieron un penitente?! — preguntaban todos.

—No solo eso, Taiga acabo con uno — dijo con orgullo  el moreno que nadie noto. Pero que dejo a todos boquiabiertos mirándolo como si fuera un bicho raro.

~*~

Hanamiya convoco una junta. Algo no estaba bien y no le estaba gustando los cambios que estaban teniendo desde que Taiga habia llegado.

—Esto no está bien. Primero lo de Barri a plena luz del día, ahora lo de Luka y este Garlopo que se cree con el derecho de hacer lo que se le da la gana — decía Hanamiya.

Taiga estaba en el centro de toda la discusión y Daiki se mantenía distante. Aparentando no tener mucho interés.

—Está rompiendo nuestras reglas.

—¿Que esta sugiriendo Hanamiya? — preguntó Kise.

—Que se le castigue — dijo y enseguida muchos objetaron. Daiki se puso serio mirando con cierto recelo al pelinegro que ya le estaba cansando su actitud con el pelirrojo.

—Le salvo la vida a Luka — dijo el menor de ojos celestes. Lo que el pelinegro decía no tenía sentido para muchos.

—¿Daiki tu que dices? —preguntó por su opinión el rubio.

—Tiene valentía y es inteligente cuando está en apuros. Si no hubiese sido por el quizás no hubiéramos salido con vida de ahí, además de que es bastante veloz… Yo digo que sea corredor — dijo como ultima palabras escuchando las ovaciones de todos.

Kise sonrió, casi con orgullo.

Hanamiya iba a replicar hasta que un sonido familiar los alerto a todos. Salieron corriendo de la casona al escuchar el sonido de la caja. Aquello no podía ser, pues  aún no se cumplía un mes desde que Taiga habia llegado.

Las compuertas se abrieron dejando ver su interior. Kise se internó en el simulatorio de ascensor y vio con extrañeza que dentro se encontraba una mujer.

—Es una chica — aquello era nuevo. De los tres años que llevaban con ese mecanismo jamás habia llegado una mujer.

—Que tiene en su mano — preguntó Hanamiya.

Kise tomo el papel de su mano y lo leyó “Ella es la última” decía, se miraban entre ellos con extrañeza y preocupación. ¿Qué estaba pasando?  ¿Qué quería decir la nota, ¿porque un nuevo integrante en un tiempo que no correspondía? y ¿Por qué rayos era una mujer?

La chica abrió sus ojos asustaba, respirando un gran Bocanada de aire como si en todo ese rato no hubiese estado respirando  y pronuncio el nombre de Taiga antes de volver a caer  dormida. La chica era bella, piel blanca de cabello largo, liso y rubio. Y  portadora de unos ojos esmeraldas preciosos.

Todas las miradas se posaron en el pelirrojo pidiendo explicaciones que no podía dar. Aunque si se le hiso familiar  a la chica de sus recuerdos no podía asegurar que fuera la misma y habia acordado con Daiki no decir nada de ello.

Otra noche más llegaba. La chica no habia despertado y Luka no mostraba mejoras. Estaba en su hamaca junto al peli celeste. Lo sentía removerse de un lado a otro.

—¿Tetsu, estas bien?

—Si — dijo, pero Taiga noto su vos temblorosa.

—¿Quieres dormir conmigo? —Tetsu estuvo en silencio hasta que se levantó y acomodo a su lado —No estés asustado, te prometo que hallaremos la manera de salir de aquí — el peli celeste le sonrió antes de abrasarlo. Unos minutos bastaron para que lograra conciliar el sueño.

Estaba por acompañarlo en su sueño cuando alguien tapo su boca. No era nade más que Daiki que le indicaba con su dedo en sus labios que no hiciera ruido.

Juntos se adentraron en el bosque en silencio y tratando de hacer el menor ruido posible. Daiki se detuvo en un árbol y se apoyó en el cruzándose de brazos.

—Lamento importunar tan cómodo sueño — dijo con hostilidad. Taiga le miro incrédulo antes de reírse a carcajadas.

—¿Acaso estás celoso? — Preguntó en broma no creyendo que fuera verdad hasta que el moreno lo miro serio y enojado —Por favor Tetsu  es un niño.

—Da igual, quería preguntarte por la chica que llego hoy, ¿es ella?

—Si 

—Tendremos que tener cuidado, dijo tu nombre, si recuerda cosas como nosotros estaremos en problemas al juzgar por tus recuerdos, ella no nos quiere juntos 

Taiga suspiro y en cosa de nada daiki estaba parado muy cerca de él. Cerró los ojos a la espera de un besó que no tardo en llegar. Su cuerpo reaccionaba solo ante la cercanía del Hombre moreno.

Daiki rodeo su cintura mientras retrocedía y se volvía a afirmar en el tronco, con el pelirrojo entre sus brazos mientras sus labios se besaban sin apuros.  Sus lenguas danzaban al son del silencio de la noche. Ni el sonido de un Penitente los hiso detenerse ni desconcentrarse pues sabían que dentro del área estaban seguros.

 

~*~

 

Al siguiente día tanto Taiga, Daiki,  Kise y  Garos; quien era el encargado de vigilar a la chica, La miraban como si de esa manera ella fuera a despertar.

—¿Enserio no sabes quién es? —Preguntó Kise con cierta molestia.

—No

—Ah No, pues ella parece conocerte — dijo con sarcasmo el rubio. Al moreno no le gustaba la actitud de Kise pero no interfirió.

Todos estaban preocupados por la nota. Si esa caja no volvía a bajar, como lo harían para obtener los suministros que los mantenían ahí.

—Más lé vale despertar pronto y darnos las respuestas que necesitamos — dijo Kise con impotencia, de seguro Luka sabría qué hacer. Pensaba en su amigo.

Taiga, escucho las palabras del rubio, y de alguna manera se sentía culpable, como si fuera responsable de las respuestas que todos deseaban.

—¿Oye, A dónde vas? —Preguntó Kise al pelirrojo que ya iba por la salida.

—Al laberinto por respuestas — fue su simple “respuesta” valga la redundancia,  antes de desparecer.

Tanto Daiki como Kise se miraron como cansados de las actitudes del pelirrojo. Seguir las reglas definitivamente no estaba en el vocabulario de Taiga. Daiki lo siguió tomándolo de su brazo

—Acabas de Salir y ya quieres volver, ¿te volviste loco?.

—Vamos Daiki, Todos aquí me han dicho que nadie ha visto un penitente y vivido para contarlo, ahora tenemos uno ahí dentro, vamos por él. ¿Acaso no tienes curiosidad?

—No, no la tengo— contesto simple y vio a Taiga pasar por su lado pero tiro de su brazo hasta darlo vuelta. —Maldición solo no quiero que te pase nada — dijo sin evaluar sus palabras. Enseguida ambos miraron por los alrededores esperando que nadie hubiera escuchado aquello. —Maldición  Taiga, porque eres tan terco.

—No te pido que vallas conmigo — contestó — iré con los demás corredores.

—Te informó que ya nadie quiere salir, después de que picaron a Luka ya ninguno tienen el interés. ¿Por qué rayos tu  si?

—Solo quero salir de aquí, buscar la manera y el laberinto es nuestra única opción ¿o no?

Daiki suspiro, antes de soltarlo y llevarse la mano a la cabeza.

—Está bien pero no iras solo, espérame en media hora en el bosque.

Tal y como le dijo Taiga se internó en el bosque  y espero por él. Daiki no llego solo sino con tres personas más, el líder de los carniceros Tyler, Yorsh, y Mira. Salieron con cuidado de que nadie los viera y gracias a Daiki no tardaron en llegar al lugar en donde el penitente habia quedado atrapado entre ambos muros. Tiraron entre todos de sus patas, pero parecía una tarea difícil de realizar. Hasta que Daiki diviso una pequeña luz roja intermitente proveniente de animal.

Con su mano toco su piel repugnante y putrefacta, sintiendo en sus dedos el líquido pegajoso que dejaba salir de su cuerpo abierto hasta dar con aquel artefacto dónde provenía la luz. Tiro con fuerza hasta casi caer de espaldas. Pero fue sujetado con Taiga. Quien evito su caída.

Era la hora de salir de ahí. Ya tenían algo y ninguno quería pasar más tiempo del necesario en el laberinto.

 

~*~

 

Estaban todos reunidos en casona que más parecía el lugar de juicios.

—Encontramos esto dentro del penitente — dijo Taiga mientras Kise miraba con atención el artefacto.

 —Son las mismas iniciales que tienen las provisiones.

—Así es. Quienes sean los que nos pusieron aquí, son los mismos que crearon los penitentes. — acoto Daiki.

—Hay que volver, a lo mejor eso nos puede llevar a alguna parte — mencionó el pelirrojo.

—Ya estoy cansado de ti — dijo Hanamiya, ya harto  —Kise sugiero que se le dé un castigo, desde que llego ha roto las reglas, Las cuales son los más importantes para nosotros. Si Luka estuviera aquí estaría de acuerdo con migo.

Pero no lo estaba pensó Kise con detenimiento, mientras le devolvía el artefacto a Daiki.

—Estoy de acuerdo, se te dará un castigo, una noche en el poso sin comida.

—Por favor Kise, una noche ¿enserio?, eso no evitara que este Garlopo valla al laberinto.

—Claro que no, por eso a partir de mañana será oficial— dijo mirando a Taiga — eres corredor.

Hanamiya, no podía creerlo, su ira salía de sus ojos, taladrando con ellos a Taiga, pero ya  no le quedaba nada por hacer ante una orden de Kise así que se fue molesto.

Kise miro a Luka y luego  a Taiga, algo le hacía querer confiar pero también deseaba no estarse equivocando.

Una vez solo Daiki o guio al interior del bosque hasta llegar a una cabaña alejada de todas las demás. Y en donde dentro habia un mesa de piedra con un prototipo del laberinto.

—Completo y  es todo lo que hay. — dijo el moreno

—¿Como que  todo?

—Así es, llevo un año recorriéndolo y lo he hecho en cada rincón, cada compartimento, se cuando cambia y se abre cada sección son 8 en total y estoy seguro de que no hay salida.

—¿Por qué no se lo han dicho a nadie?

—Luka Lo decidió, quería darle esperanzas a todos, pero ahora contigo sé que las hay  — le sonrió —Mira, en los muros hay números del uno al ocho y cada noche cuando el laberinto se altera se abre una nueva sección — ayer fue la 7 hoy la 6  mañana será 4 la 8 y la 3. Mañana iremos juntos ok.

Taiga asintió y luego se perdió en su mirada ante su silencio.

Daiki acarició su mejilla llevando su mano hasta su nuca. Era impresionante esa necesidad que tenia de besarlo y le gustaba ver que Taiga no se negaba. Ninguno habia hablado de lo que eran o de lo que podían ser. Pero estaba claro que ambos se gustaban. La atracción, comodidad  y familiaridad era innegable. Así simplemente asimilaban que estaban juntos.

Taiga lo tiro de su pretina del pantalón y lo pego a su cuerpo besándolo con fuerza y dándole un toque más libidinoso y sensual al casto roce de lenguas. Daiki realmente se sorprendió ante la propia reacción de su cuerpo en respuesta al proceder del pelirrojo.

Sus manos viajaron por su espalda y bajaron por ella hasta tocar ese dulce trasero apretándolo aún más al ver que su chico gemía despacio en su boca. Hubiera hecho más si no hubiese escuchado pasos acercarse. Se separó de él y limpio su boca con sus pulgares. Cuando le vio nuevamente comprendió que gustar era un sentimiento mediocre para lo que sentía por el pelirrojo.

—¡La chica despertó! — Grito Tyler, apareciendo por la puerta y   siendo regañado por Daiki pues era bien sabido por  todos que tenían prohibido acercarse ahí. Los únicos que lo tenían permitido eran los corredores y Luka.

Tanto Taiga como Daiki se miraron, con la preocupación en el rostro. Y salieron junto  Tyler.

La chica estaba asustada en un Rincón, gritando improperios de vez en cuando, cuando alguno intentaba acercarse. En cuanto Taiga apareció  la joven se tranquilizó.

—Tranquila… ¿Estas bien? Soy Taiga… ¿me conoces? — ella negó.

—Pero se me tu nombre.

—Por qué no nos dejan solos, parece tener miedo — dijo Taiga.

Kise y Hanamiya no estuvieron de acuerdo, pero Kise acepto. Por consideración a la chica, era una mujer rodeada de puros hombres de mal aspecto. Eran jóvenes y ninguno feo, pero de que no estaba presentable para una dama no lo estaban.

—¿Dónde estoy? —preguntó con temor.

Taiga procedido a ocupar el lugar de Luka, y le explico lo mismo y con cuidado de no asustarla, pues al igual que todos no recordaba nada, pero si para sorpresa y igual que él no fue necesario espera tanto, ella ya recordaba su nombre. “Alex”

—¿Porque nos habrán enviado aquí? — Taiga podía notar que su miedo era genuino era ella estaba seguro, pero muy diferente a la mirada fría que tenía en su cabeza.

—¿Seguro no recuerdas nada?

—No, solo pocos recuerdo en donde estoy rodeada de agua, personas mirándome y la vos de una mujer que me dice una y otra vez…

—C.R.U.E.L es bueno — completo la frase el pelirrojo recordando la tercera vos en su cabeza que no decía otra oración que esa. Sus recuerdos eran muy similares —¿Qué significa? — hasta el momento lo único que sabían de esas siglas era que eran  de las mismas personas que los enviaron ahí y las que crearon todo aquello de donde se encontraban pero… ¿Con que propósito?.

—Toma… — le dijo la joven rubia entregándole dos tubos que parecían ser inyecciones, con las mismas siglas —Estaban en mi pantalón y… ¿si nos enviaron aquí por una razón?

Solo un nombre aprecio por la cabeza de Taiga al ver los tubos… “Luka”

 

~*~

 

—No podemos usar esto — decía Kise con ambos tubos en sus manos. —Podría matarlo, no sabemos  que es.

—Vamos Kise, no podría estar peor, estar delirando, la infección avanza y no tendrá salvación, al menos intentémoslo.

El rubio miraba con temor los frascos y luego a su amigo moreno en la cama hecha de paja. Luka sudaba y tiritaba. Sus manos estaban atadas enfrente y no dejaba de quejarse. Y al igual que con Barri sus venas resaltaban de su piel negra.

Taiga tenía razón, no tenían nada que perder. O lo intentaban o tendrían que hacer lo mismo que con Barri.

—Hazlo tú — le ordeno regresándolo él tubo. Taiga suspiro y con decisión se acercó a Luka.

Luka abrió sus ojos negros  cruzándose con los rojizos. Casi asustándolo por el nivel de irritación. El moreno lo tomo de la ropa con fuerza y lo llevo junto al hasta casi chocar su bocas.

—¿QUÉ HACES AQUÍ? ¡! TU NO DEVERIAS ESTAR AQUÍ!! AHHH —Gritó, como loco queriendo soltarse y levantarse. Sin soltar la polera de Taiga. Zamarreándolo en el proceso.

Kise ayudo a que lo soltara mientras él y Tyler  lo sujetaban de los brazos al ver que se negaba a soltar a Taiga. Alex tomo rápidamente él tuvo con el líquido azulino dentro y  lo incrusto en el costado del moreno  viendo como ese líquido ingresaba en su piel y lo calmaba inmediatamente.

—Al parecer funciono — dijo Kise. He iba a decir algo mas pero por la puerta apareció  el pelinegro.

—Ey — La vos de Hanamiya irrumpió desde la entrada, llamando a Taiga. Era hora de cumplir con su castigo.

~

—Enserio no entiendo por qué me odias tanto —Taiga miraba, los alrededores buscando con la mirada al moreno peli azul pero no lo encontró

—Desde que tu apareciste todo ha cambiado, Primero lo de Barri, Luego Luka ahora a chica, ella te reconoció y apuesto a que sabes quién es —Taiga miro al pelinegro  antes de entrar al pozo. Ni siquiera poda odiarlo por completo, pues En algo tenía razón.

—Hanamiya…  en algún momento tendremos que salir de aquí — le dijo mientras veía como cerraba las rejas de madera. El pelinegro lo miro un momento y luego se fue.

No sabía cuándo tiempo habia pasado, pero su estómago rugía y comenzaba a tener frio.

—¿!Quien anda ahí!? —una maraña celeste se asomó por las rejillas haciéndolo sonreír. —Tetsu.

—Si vas hacer corredor tienes que comer — le dijo el pequeño sentándose afuera y  dándole trosos de pan envueltos en un bolsa de género. Y una botella con agua.

—Gracias Tetsu — dijo con la boca llena de pan y aun así echándose más comida a la boca. Comía hasta llenarse  y el pequeño le acompaño en silencio todo el rato. —¿Que tienes? — se levantó para estar más cerca del menor.

—¿Crees que podremos salir de aquí?

—Lo haremos Tetsu, confía en mí, te sacare de aquí, Daiki y yo encontraremos una salida.

El joven creía en sus palabras pero estas no aminoraban su temor.  Tetsu saco una pequeña figurita de su bolsillo y se lo dio  a Taiga.

—¿Qué es esto? — dijo viendo el perro tallado en una madera.

—Lo hice para mi familia, no lo recuerdos, pero  sé que debo tener padres. Deben estar preocupados por mí. Si encuentras una salida se lo darías  por mí  — pregunto con una inocencia arrolladora —ya me voy a dormir.

Taiga se quedó mirando la figurita. Y la apretó fuertemente

—Ven aquí tetsu le llamo, dame tu mano — el niño de piel nieve estiro su mano y Taiga puso el objeto nuevamente en ellas. Apretando sus pequeñas manos entre las suyas. — tú mismo se lo darás, saldremos de aquí… todos. Te lo prometo. —Tetsu asintió al momento que derramaba una lágrima que amablemente Taiga seco con sus manos.

~

—Pero mira que tenemos aquí, te dejo solo un rato y tú ya me engañas con el enano. —Daiki dejo salir su vos en cuanto vio que Tetsu se alejaba de la celda.

Taiga sonrió al escuchar su vos Y al mirar su cuerpo por sobre el poso. El peli azul, sonrió, pues muy a pesar de lo que habia dicho no se notaba molesto. El mismo le tenía aprecio al de cabellos celestes.

—Al parecer los modales no son lo tuyo, ¿acaso me espías?

—Desde que llegaste no te quito la mirada de encima —reconoció.  Daiki desataba el agarre de Hanamiya e ingresaba con el adentro. —Esto sí que es pequeño. —dijo

—Bastante, ¿está bien que estés aquí?

—Sí, Hanamiya es el único persecutor aquí y esta plácidamente dormido, así que tranquilo —Daiki se acomodó a su lado y pasó sus brazos por sus hombros frotando sus manos en sus brazos para darle calor. —Que te dijo la chica.

—Nada de ayuda. No recuerda, nada al igual que todos y en cuanto a lo que parece que estamos en un laboratorio no me dijo nada más. De mí solo recuerda mi nombre, pero no sabía quién era yo.

—Ya veo —se quedaron en silencio, pero para ninguno de los dos era incómodo. —Taiga… ¿puedo besarte? — El pelirrojo le miro asombrado para luego reírse después de todo ¿ahora venía a preguntarle?

Le enterneció así que fue él el que esta vez atrajo La  boca morena a la suya desde su nuca. Para sumergirse en un beso demandante y lleno de deseos. Taiga yacía sobre el regazo del moreno con sus piernas a cada costado de él. Las caricias  de Daiki eran desde sus costados, espalda y trasero sobre sus ropas. 

Mientras el no dejaba de besarlo conociendo con sus manos cada parte de su torso.

—Es como si mis manos tuvieran voluntad propia  —decía entre jadeos el moreno, volviendo adentrarse en esa boca que le habia liberado. Su cuerpo entero se movía al son de los gemidos de Taiga.

Daiki retiro la polera el pelirrojo y se impulsó un poco hacia adelante para que Taiga encorvará su espalda y le diera un total acceso a esos erectos pezones. Las manos de Taiga se aferraron a los cabellos azules tirando de ellos y presionando su cabeza sobre su pecho ante el placer que sentía.

Daiki subió con su boca besando y lamiendo su cuello mientras con un poco de rapidez y desespero lo despojaba de sus pantalones. Algo difícil debido a la posición pero lo habia conseguido con la ayuda de su pareja quien a conjunto le habia quitado su polera y  librado su duro miembro.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó el moreno besando y lamiendo sus labios. Sintiendo como esas manos se apresaban en su pene subiendo y bajando mientras a la par de frotaba con de Taiga.

—No es como si no lo hubiéramos hecho antes —dijo coqueto el chico sobre sí. Daiki rio de la misma manera. Sus manos apretaron esas frías paredes y las saboreo con su tacto. Rosando con sus dedos su hendidura, apretada y tensada.

—Relájate —Le dijo. Taiga asintió y lo brazo apoyando su cabeza en su hombro besando y mordiendo. Apretó sus labios cuando el dedo seco hiso presión queriendo abrirse paso en su agujero.

Daiki notaba difícil la tarea así que llevo sus dedos a su boca y los ensalivo un poco antes de volver a intentar introducir un dedo con mejor éxito. Su dedo era apresado por las paredes ardientes de taiga. No quería ni imaginarse como se sentiría cundo su miembro estuviera en su profundidades.

Taiga besaba el cuello, mejillas,  orejas de daiki con el fin de acallarse a si mismo.  El tercer dedo hacia el desfile con recorrido a su interior, sintiéndose partir. El dolor era tan incómodo como grande era  el placer. Su cuerpo entero le pedía otra cosa.

—Ahora — le dijo ahogándose un propio gemido al sentir que daiki con sus dedos tocaba algo en su interior que lo incitaba a la locura. Sintió sus caderas siendo alzadas y la punta de su miembro tanteando el terreno. Y encontrando esa zona preparada que lo recibiría con gusto.

Taiga como si estuviera acostumbrado de toda la vida comenzó a bajar hasta sentirse lleno por completo. Ambos oprimieron un jadeo del más puro placer. Se quedaron un momento quietos, solo sintiéndose y besándose.

Daiki maldecía en serio el lugar tan pequeño e incómodo. Unos de los recuerdos juntos al pelirrojo era precisamente en lugar mucho más cómodo y grato. El estaba sobre su cuerpo embistiéndolo una y otra vez. Ahora recrear aquello era imposible.

Taiga sintiendo esa frustración como si lo conociera de toda la vida, comenzó a subir y bajar su cuerpo, cada vez más rápido y fuerte. Enterrándose su duro mimbro en el interior con fuerza. Daiki también hacia lo suyo guiando sus movientos con sus manos en su perfecta cintura.

Todo terminó cuando Daiki se vino en su interior y Taiga ante el roce de su pene con el cuerpo moreno también lo hiso.

~*~

 

Al día siguiente para variar fue el mismo Daiki quien fue a liberarlo. 

—¿Cómo estás?

—Bien — sonrió antes su descaro

—Me alegra oír eso mira que ya no puedes arrepentirte, hoy entraremos al laberinto y juntos buscaremos esa salida — dijo el moreno estirando a su mano.

Aún era de mañana y nadie se encontraba despierto, sin embrago las puertas ya estaba abiertas, suspiro hondo ante la salida. Ahora llevaba una especie de chaleco sobre su polera,  que pasaba por su pecho y espalda de manera cruzada, era distintivo de los corredores.  Y la portaba con orgullo.

—¡Ahora!

Le indico Daiki antes de comenzar a correr. Pues era su única opción  y esperanza. “Correr o… morir”. Le dijo Daiki antes, esa era la única diferencia entre la vida y la muerte.

 

~*~

 

Se acercaba la tarde y nuevamente estaban todos los habitantes aguardando en la entrada preocupados esperando a los dos corredores.

Taiga y Daiki aparecían corriendo a un trote un tanto lento, pues estaban seguro de que aun habia tiempo.

—¿Cómo les fue… encontraron algo?  —Preguntó Kise.

—Se abrió un paraje que jamás habia visto, suponemos que puede ser  de donde salen los Penitentes, tenemos que volver a ese lugar —dijo Daiki. Fascinado por el nuevo descubrimiento.

—Están diciendo que quieren entrar al lugar de donde provienen esas cosas. — dijo exageradamente el menor del grupo.

—Su entrada podría ser nuestra única salida, Tetsu.

—O claro, o quizás hay una docena de penitentes esperándote al otro lado, que tan idiota puedes ser Taiga. Ni siquiera tienes idea de los que estás haciendo.

—¡Al menos lo estoy intentando Hanamiya! ¿Qué has hecho tú en todo el tiempo que llevas aquí? 

 —¡Oigan! Luka ya despertó — los interrumpió Alex, antes de Hanamiya se agarrara a puñetazos nuevamente con Taiga.

Kise, Taiga, Alex, Daiki, Hanamiya y Tyler entraron a la casa en donde estaba Luka. El moreno estaba sentado en su cama con sus manos tomadas como en un trance. Taiga se acercó e incoó  en el suelo para mirarlo con cuidado de no alterarlo.

—Luka… talvez  encontramos una salida.

—No lo creo, no nos dejaran salir de aquí —  murmuraba

—¿De qué hablas?

—Lo vi todo — decía llorando viendo que todo estaba perdido para ellos.

—¿De hablas, que viste?

—A ti —dijo y por primera vez Luka giro su cabeza para mirar a Taiga — siempre fuiste su favorito, eres uno ellos… ¿Por qué hiciste esto?... ¿Por qué viniste? — volvía a murmurar mientras se agarraba su cabeza.

Taiga estaba confundido. Era la segunda ves que decían algo parecido Barri también lo habia hecho. No lo entendía y le intrigaba.

Afuera comenzó a escucharse la alteración de los residentes, alertándolos y haciendo se salieran de la casona. La noche estaba por caer.

Tetsu aprecio junto a Taiga y los demás y dijo lo que estaba ocurriendo.

—Las puertas no se cerraron

Todos corrieron a la entrada con antorchas y con la evidente preocupación y angustia, ni siquiera pudieron idear un plan. Cuando escucharon el sonido estridente de los gigantescos muros que los rodeaban.

Se voltearon  y notaron que a sus espaldas otra compuerta se abría, luego otra hacia un lado y  otra más. Se estaban abriendo puertas que jamás se habían siquiera movido y no tenían idea que existieran. Si de por si tener una puerta abierta era horrible, ahora tener oberturas al norte, sur, este y oeste era catastrófico. Estaban completamente desprotegidos.

—Tetsu ve a la sala del concejo y cierra todas las puertas. — le ordenó Taiga. Kise mando a otro con el pequeño mientras Hanamiya los mandaba a todos a ocultarse al bosque. —Daiki ve por Armas — le pidió al moreno que con la sola mirada se negó  dejarlo, pero le hiso caso de igual manera. Era algo necesario.

Gritos se escucharon a lo lejos. Un grupo de chicos salían corriendo del bosque gritando “penitentes”, Taiga miro al frente suyo al escuchar un sonido familiar y noto que a lo lejos se aproximaban a lo  menos tres penitentes más.

—¡Todos ocúltense! — Gritó con desesperación e iniciando la alarma. Antes de correr también, hasta que noto que Alex quedaba aterrorizado en la entrada — ven aquí Alex — tomo su mano y la obligo a correr con él.

Todos corrían a las altas malezas que eran casi de su altura, ocultándose. Sintiendo como esas creaturas pasaban por sus lados helándoles la sangre  el sonido del metal era fuerte y doliente a sus oídos.

Taiga veía esas colas alzadas con tenazas en la punta. A una velocidad casi indetectables estas atrapaban a los habitantes y se lo llevaban, intento ayudar al joven que estaba a su lado, quiso tomar  su mano cuando grito por su ayuda pero no pudo. Uno y otro y otro más y  al fondo solo mas gritos desgarradores de habitantes que eran. Asesinados por los penitentes.   

Salieron corriendo al darse cuenta de que eran detectado fácilmente por las creaturas y vieron como los penitentes eran más de los que podía contar mientras corría.

Hanamiya entro en la caja y se refugió ahí con otros compañeros, otros venían atrás he imploraron su ayuda, pero en cuando trato de abrir la caja, un penitente ya se lo habia llevado arrastrando.

Taiga seguía corriendo y por todas partes otros luchaban por sus vidas y corrían para llegar a la sala del concejo. Muchos perdiéndose en el camino al ser interceptados por más y más penitentes. Se tranquilizó un poco al reunirse nuevamente con Daiki.

—¿Qué es lo que está pasando? —Preguntó, Luka

—Penitentes… entraron al área —Dijo Taiga

La mayoría estaba reunida dentro de la sala del concejo, La cabaña era de paja y palos. No resistiría mucho pero al menos habia cesado un segundo la matanza de uno por uno. Las creaturas intentaban entrar, la rodeaban y golpeaban.  Y ellos atentos seguían los movimientos por dentro. 

Un grito los hizo voltearse, pero demasiado tarde para ayudar, pues ya se lo habia llevado, las colas de los penitentes atravesaban la cabaña y en cuando agarraban a un persona se lo llevaban.

—¡¡Taiga ayúdame!! — la vos de Testu alerto a los demás, Taiga corrió en su ayuda tomándolo de sus manos. La mirada del pequeño era aterrada.

—No se sueltes Testu — le gritaba, Alex, Kise y Daiki lo ayudaban impidiendo que el penitente se lo llevara. Luka vio como esa cola sacaba la lanceta para picar al pequeño y con un palo golpeo rompiéndosela y lastimando su cola hasta que soltó al peli celeste.

La calma fue de un segundo antes de tomaran a Luka. El moreno se aferró a un trozo de madera  mientras veía como Taiga intentaba ayudarlo.

—Sácalos de aquí — le dijo antes de soltarse.

—Noo Luka — gritó Taiga. Salió corriendo fuera de la casona y se topó con el área envuelta en llamas, sus casas estaban todas incendiadas y no y no habia ningún penitente a la vista. Todos se habían esfumado.

Uno a uno comenzaba a salir de la casa. Y no daban crédito al pensar en todo lo que habia sucedido. Hanamiya se acercaba a grandes sacadas y de un gran puñetazo arrojo al suelo al pelirrojo.

—¡¡Todo esto es tú culpa, Tú los trajiste aquí. Luka lo dijo, eres uno de ellos¡¡. ¡¡Mira a tu alrededor lo haz destruido todo!! — gritaba con impotencia mientras Kise y Daiki lo sujetaban he intentaban calmarlo.

Taiga Sabía que Hanamiya en el fondo tenía razón, pero quería saber exactamente de qué. Testu tenía en su manos la lanceta, que Luka que le habia quebrado al penitente. La tomo en sus manos. Quería respuestas y si esa era la única manera lo haría. Sin temor la enterró en su muslo  el dolor punzante y el veneno ingresando a su cuerpo fue suficiente para dejarlo inconsciente.

—¡Tetsu trae la inyección! — fue lo último que escucho decir de la vos de Daiki.

 

°°*°°

¿Quién nos puso aquí?…

¿Alex… porque hacemos esto?

Cruel es bueno…no se lo facilites.

Excelente trabajo Taiga, ven conmigo…

¿Cómo puede ser esto mi culpa?

¡Yo te vi!

Alex… Ya no soporto verlos morir.

*

¿Por qué mandaste a Daiki al laberinto?

!Él no tenía que ir Alex!

°°*°°

 

Abrió sus ojos, despertando de su letargo, sus ojos recorrieron el lugar encontrándose en uno ya familiar. Para variar… nuevamente en el pozo.

Alex nuevamente era una de las protagonistas de sus recuerdos, pero la Alex de ahora se sentía tan diferente a las de sus recuerdos, que no podía evitar sentirse confundido. La de sus recuerdos tenía una mirada de ira y una sonrisa pintada mientras disfrutaba de su dolor. Ante la pérdida del moreno.

—¿En que estabas pensando?

Taiga se levantó al escuchar la voz  de Testu. El menor junto con Daiki, Kise y Alex lo  miraban desde arriba por las rejas de madera.

—¿Qué fue lo que paso? —Taiga se levantó y miro con disimulo la molestia de Daiki.

—Hanamiya, tomo el control —dijo Kise

—Tenemos dos opciones, unirnos a el o terminar en alguna parte del laberinto contigo  —Explico el moreno ahora.

—¿Y se lo permitieron?

—Hanamiya, convenció a todos de que por tu culpa paso todo esto — dijo Alex

—Pues hasta ahora ha  tenido razón — dijo con pesar el pelirrojo. Ahora que habia podido recordar algo, Las palabras de Barri, Luka y la desconfianza de Hanamiya tenían mucho sentido.

—Taiga, ¿Qué quieres decir? — Le preguntó Daiki.

El pelirrojo  bajo la mirada.

—El laberinto… no es lo que creíamos que era. Es una prueba, no una cárcel. Nos tenían desde pequeños en laboratorios estudiándonos. Hasta que de apoco comenzaron a desparecer uno por uno cada mes.

—Nos enviaban al laberinto — dijo kise comprendiendo.

—Así es, pero no a todos, Yo y Alex trabajábamos con ellos —Taiga los miraba con culpa. Y no quiso mencionar que Daiki también era uno de ellos, pues tampoco estaba seguro, no lo habia visto como a el mismo y  a la chica —No Puedo recordar quienes son o para que los estudiaban, solo recuerdo que estoy enfrente de monitores observándolos. Los observé durante todo el tiempo que llevan  aquí.

—No puede ser — Alex no podía creerlo, sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Lo es… Nosotros les hicimos esto lo vi.

—Y porque nos enviaron si éramos parte de ellos. —preguntaba la rubia.

—No lo sé pero eso ya no importa.

—Tienes razón, ya nada de eso importa, porque ahora eres uno de nosotros Taiga, encontraste una salida —Decía Kise

—Si… pero quizás si no hubiera interferido Luka aun estaría aquí. —La culpa no dejaba de rondarle.

—Quizás… pero sé que si estuviera pensaría igual que yo. Levántate y termina lo que empezaste. Haz que la muerte de Luka y los demás valga la pena Taiga.

 El pelirrojo le miraba con intensidad, Lo habia prometido, encontraría una salida y los sacaría de ahí. Asintió era el momento, saldrían de ahí aun así tuvieran que pasar por encima de Hanamiya.

Habia cosas que preparar así que Kise, Alex y Testu se fueron dejando al moreno solo con Taiga en un silencio sepulcral. Taiga se negaba a mirarlo y ver la decepción en esos ojos.

—Seguramente me odias ahora…

—No lo hago… no recuerdo mucho, pero de seguro lo sabía y aun así te amaba. Eso no  ha cambiado incluso no recordándote por completo. —Taiga sonrió, el tampoco no habia recordado más que solo fragmentos, pero a pesar del miedo que sintió al verse odiado al mismo tiempo se habia esperado una respuesta favorable —Lo único verdadero eres tú de eso estoy seguro.

—Idiota —susurro, al girar su cara para ocultar su vergüenza.

 

~*~

 

Ya era la hora, Hanamiya estaba en la entrada con los pocos habitantes que quedaban, esperando que dos de los que antes fueran corredores trajeran a Taiga.

Ambos chicos traían al pelirrojo de los brazos y lo arrojaron al suelo como un costal de papas.

—Por favor Hanamiya entra en razón. —Kise trataba de calmarlo.

—No, ya no quiero ver como nuestros compañeros mueren por su culpa.

—Acaso te estás escuchando, ofrecerlo como tributo… ¿crees que eso evitara el que vuelvan a venir o que los creadores dejen de hacer lo que les plazca? —intervenía Daiki. Tetsu estaba a lo lejos cargado de bolsos. Apenas y podía verse su cuerpo.

—Antes de que el llegara estábamos bien, podíamos convivir con esas cosas. Por culpa de él todo eso cambio. —Decía serio y calmado, nada podría hacerlo cambiar de parecer —¡atenlo!

Ambos chicos iban a tomarlo de los brazos, pero antes de que eso pasara Taiga los habia golpeado. Otro iba a moverse a ayudarlos pero Daiki los detuvo poniendo un cuchillo en su garganta. Hanamiya tampoco podía moverse pues estaba siendo amenazado por Kise.

Con cuidado fueron rodeándolos hasta quedar a al lado de Taiga.

—Estás lleno de sorpresas ¿no? Taiga

—Hanamiya, entiende que  conmigo o sin mí esto pasaría. De igual manera nos forzarían a salir y buscar una salida, es la última etapa — explicaba queriendo hacerlo entrar en razón —Me iré de aquí, quiero vivir… esto no es vida Hana ven conmigo — le llamo.

El pelinegro se negó y sonrío. Deseándole suerte. Taiga no habría querido escuchar aquello, pero no podía obligarlo. Varios más se le unieron y otros se quedaron fieles  a Hanamiya en el área.

Era la hora de irse, ya nada los ataba a ese lugar. La carrera comenzó  con Daiki como líder siendo seguido por Taiga. Tenían que llegar lo antes posible al mismo pasadizo del día anterior esperando que este no hubiese cambiado. Por suerte  y estaba abierto, pero un penitente estaba ahora ahí también.

“Era ahora o nunca, saldremos de aquí o moriremos en el intento” fue el grito de guerra de Taiga incentivando a todos los demás, sus lanzas, cuchillos, palos y hasta un sartén eran sus mejores armas. Pero que para el caso y desesperación por vivir ayudaron bastantes.

Tetsu y Alex fueron los encargados de llevar el artefacto que le habían quitado al primer penitente con el que Taiga habia acabado, el mismo que servía para abrir un portal. Pues funcionaba como receptor para que los penitentes entraran y salieran de lugar. Entraron y se  toparon con otro muro extraño. Ambos buscaban con desesperación una especie de puerta mientras los demás luchaban por sus vidas y que no llegaran a ellos.

Tantearon rincón por rincón hasta que dieron con algo que les abrió una especie de holograma rojizo con números revueltos. Aquello les pedía una clave de dígitos.

—¡¡Taiga, pide una clave de Ocho dígitos!! — gritó la rubia.

Taiga la escucho con claridad y a pesar de que estaba con un penitente casi sobre él pensó rápido

—Daiki, ¡el patrón del laberinto!, ¡dijiste que habia ocho secciones, ¿cuál es el orden? —Gritaba tratándose de sacar al penitente de encima.

Daiki se levantó del suelo degollando al penitente — 1,7, 6, 4, 8, 3 — gritaba yendo a ayudar a Taiga mientras, Alex anotaba los números.

Cada vez estaban todos más cerca de donde estaba Alex y tetsu siendo acechados por los penitentes.

—Los números Daiki — Gritó Alex con desesperación.

—¡¡5 y 2!! — grito, ya casi todo estaban dentro del cubiculo, Un penitente los acechaba a gran velocidad y taiga le lanzo un cuchillo que atravesó su cabeza. Alex anotaba los últimos dígitos y todo se volvió negro.

La puerta de habia cerrado y el cubículo en donde estaban comenzó a bajar. Cada uno teniendo esa sensación de hormigueo al reconocer la sensación familiar de la caja.

La puerta se abrió y ellos miraban hacia todos lados,  las luces estaban encendidas por los pasillos de alguna parte pero no habia ninguna persona. Caminaban con miedo, precaución hasta que llegaron a una puerta que decía irónicamente “Exit” como las salidas de emergencia.

La abrieron despacio, notando  el lugar desolado.

Tanto Taiga como Alex notaron lo familiar, El cuarto estaba lleno de computadores una gran mesa de centro y pantallas por doquier. Todo de última tecnología, algo muy diferente al mecanismo arcaico al que se habían vistos sometidos a vivir. Pero todo estaba tirado, televisores y computadoras rotas y tiradas. ¿Qué habia pasado? Se preguntaron al ver a personas con batas muertas también.

Taiga miraba todo, reconociéndose así mismo el haber estado ahí.   

—Si no observaban — dijo Kise tomando como ciertas las cosas que les habia dicho Taiga. Al ver que  la imagen que visualizaban los computadores era el área.

De pronto un pantalla grande comenzó hacer ruidos como intentando tener señal. Un Mujer de aspecto mayor se dejó ver, la imagen dejo de parecer borrosa. Obteniendo una señal clara.

 

“Hola… Mi nombre es doctora Seline Peige,
Soy directora de operaciones del departamento de catástrofe y ruina universal.

Si están viendo esto significa que concluyeron exitosamente las pruebas del laberinto. Imagino que ahora todos deben estar confundidos, enojados, asustados. Solo puedo asegurarles que todo lo que les pasó. Todo los que les hicimos, todo se hiso por una razón.

(La doctora les hablaba con tranquilad mientras de fondo se veía como otras personas externas entraban y acaban con todo.)

No deben recordarlo pero el sol quemo nuestro mundo, miles de millones de vidas perdidas por el fuego, el hambre, el sufrimiento  fue a nivel global, los efectos fueron inimaginables. Lo que vino después fue peor. Se le llamo la llamarada, un virus letal que ataca el cerebro, es violento impredecible, incurable o eso pensamos. Con el tiempo surgió una nueva generación que era inmune al virus, entonces… una razón para pensar en una cura. Pero encontrarlo no iba hacer fácil, tendríamos que hacer pruebas con los jóvenes. Incluso sacrificarlos  en entornos hostiles. Donde pudiéramos estudiar su actividad cerebral, todo en un intento por entender porque eran diferentes, porque ustedes son diferentes.

Tal vez no lo sepan, pero son muy importantes, por desgracia apenas inician sus pruebas, como pronto van a descubrirlo. Hay pocos avances.

Pero recuerden…

Cruel es bue…  ”

El video se cortó junto antes de que alguien le disparara a la mujer.

Los chicos ya no daban con tanta información. Que ahora si tenía sentido. Pero que seguía sonando a mentira.

—¿Que haremos ahora? — preguntó Kise, y al momento se abrió una compuerta.

—No lo sé  —Taiga estaba cansado —pero hay que salir de aquí.

—No — todo se detuvieron volteándose y viendo que Hanamiya estaba ahí también.

Su mirada era de impotencia, llorosa e irritada, en una de sus manos tenía el artefacto del penitente y en su otra  mano un arma. La misma que habían visto en manos de unos de los doctores muertos que estaban en ese laboratorio. Por las venas que sobresalían de su cuello y la irritación de sus ojos supieron que lo habían picado.

—Tranquilo Hanamiya — dijo  Taiga     

—Nunca Saldremos — decía, su cuerpo tiritaba el arma en su manos también.

—Claro que si, ya lo hicimos, somos libres.

—¿Así?, ¿crees que seremos libres afuera? — Hanamiya levanto los brazos y apunto a la salida. —No, nadie puede salir de aquí — apunto con el arma a Taiga.

—Hanamiya escúchame, razona, podemos ayudarte, solo baja el arma —Su mirada era entristecida, era ilógico haberle tenido un poco de cariño después de lo mal que se habia llevado siempre.

—Pertenezco al laberinto… todos — dijo. Disparando el arma

— ¡No! — grito Tetsu protegiendo al pelirrojo  y  viendo con asombro como una lanza habia atravesado el pecho de Hanamiya. Daiki se la lanzo, queriendo impedir que disparara. Todos miraban como Hanamiya caía de rodillas mientras la sangre brotaba de su boca y caía completamente al suelo —Ta… Taiga —susurro Testu agarrando del brazo al pelirrojo.

Taiga reparo en su susurro y en su débil cuerpo que caía y  el que con cuidado alcanzo a detener.

—No, no, no, no — Decía al ver brotar  sangre del pecho de su pequeño—¡No Testu! Mírame pequeño — sus ojos lloraban al ver una sonrisa en ese angelical rostro.

—Tranquilo — le dijo el peli celeste, Tetsu también lloraba, busco en sus ropas aquel perrito tallado en madera que habia hecho. —Toma.

—No — se lo regreso a su manos mirándolo con desesperación —Te lo dije, te prometí que se los entregaría tú mismo, mírame

—Gracias —Tetsu tomaba sus manos  y sonreía mientras sus ojos se desorientaban, Alex lloraba en un rincón, Kise no podía creerlo y Daiki lo sentía, deseando el haber actuado más rápido.

—¡¿Maldición porque?!… vamos Tetsu responde, ¡por favor despierta! —Zamarreaba su cuerpo, y tomaba sus mejillas —  Ya habíamos salidos, lo… logramos… Perdóname Testu.

El sonido como de una sirena alerto a los demás, Taiga se negaba a soltar al pequeño. Por lo que Daiki se vio obligado a hacerlo a la fuerza, le rompía verlo así pero no podía dejarlo. El pequeño ya no estaba con ellos.  Hanamiya al igual que el mismo lo habia hecho parte del laberinto.

 

 

~~~***~~~

 

 

 

La tarde estaba tomando fuerza y el moreno sintió la fría brisa acariciar su piel. Taiga para variar no estaba así que tomo una frazada y fue en su búsqueda suponiendo en donde podía estar.

—Con que aquí estabas — se acercó a su lado y se sentó tapándolo con la frazada.  — ¿estás bien?

Taiga podía decir que el moreno lo conocía bien. Sonrío por eso y se apoyó en su hombro.

—Solo estaba recordando a Tetsu, Luka… Kise —el último nombre era el que más le dolía. Daiki lo abrazo, al igual que a su novio aquel descenso fue el que más les afecto.

La doctora Seline, habia tenido mucha razón cuando les dijo que aún no terminaban las pruebas, luego de salir de la zona del laberinto solo se habían visto es una segunda prueba aún más aterradora. Todo a base de engaños y mentiras, habían jugado con ellos y sus mentes hasta el punto de no saber que era verdad y que era mentira, la traición.

Alex sin ellos darse cuenta habia recuperado la memoria y los habia vuelto a traicionar. Kise era el único de ellos que no era inmune y habia contraído el virus, y viendo su vida perdida  la habia aprovechado salvando a las únicas dos personas que amaba y que después de todo lo habían sido todo para él. Al igual que Tetsu habia muerto con una sonrisa en su rostro.

Ambas eran las muertes que llevaban gravadas en el corazón. Ahora solo les quedaba vivir, vivir por ellos. Después de todo no habia cura.

Pero sí, una esperanza, aun habia lugares en donde no habia llegado el virus y estaban libres de contaminación, completamente aislados.

Una nueva generación de inmunes se avecinaba, repoblar el lugar con más inmunes era la cura más factible.

Pero tanto Taiga como Daiki, no estaban por labor. Ellos solos iban a vivir uno al lado del otro y de esa manera… existir.

 

 

Fin

 

 

 

 

Notas finales:

Espero no hayan quedado con tantas dudas. Un saluditos a todas. El Aokaga es lo mejor y espero poder seguir compartiendo de ellos con ustedes!

No sé qué tal habrá quedado el fics, pero sin duda ame juntar dos cosas que amo!!!


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