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Ave Versus Cristus por Xora

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Notas del capitulo:

Hoy hace un buen día, ¿no crees? 

... Está bien, me dejo de iniciar charlas absurdas pero es que ya van dos semanas que intento actualizar y no más no he podido. Se supone que no debo dejar pasar un mes pero fue inevitable esta vez.

Como sea...

Después de varios días consecutivos, la relativa paz de la rutina había vuelto a abrazar la silueta de L quien, como fue desde su primera instancia en el departamento de Los Ángeles, ocupaba la sala de estar monitorieando los más recientes rastros de Kira durante esos días ya que -una vez habiendose interesado en un caso- le era imposible desatenderse de cada movimiento nuevo, sease por medio de la red o televisión. Las yemas de sus dedos presionaban botones sin descanzo, deteniendose cuando un nuevo dato aparecía en la pantalla. Había descubierto que este nuevo asesino en serie sólo afectaba a aquellos con cuyo rostro y nombre fueron transmitidos sin errores. ¿Sería posible pensar que necesitaba de ello para asesinarles? ¿Cómo lo hacía? ¿Se trataría de alguien con contactos como la mafia? De todas maneras era imposible que una sola persona se transportara de un lado a otro sin descanzo sólo para juzgar a criminales y más aún provocandoles un ataque al corazón, L necesitaba más información y -más que nada- pruebas. Pero sus razonamientos en cadena fueron interrumpidos al instante por el sonido de la puerta al abrirse, se sobresaltó antes de poder recordar que -aunque Watari no estuviera presente a esas horas de la mañana- no estaba completamente solo y este hecho se lo inculcó mentalmente mientras colocaba un pulgar sobre sus labios con cierto nerviosismo. Beyond se adentró a la habitación sin formular palabra, callado como una tumba pasó a colocarse frente a L en el sillón contrario. L lo miró y Beyond le devolvió la mirada  mientras, con sus vividos ojos, revisaba la postura del mayor para imitarla, prestando atención a cada detalle, entre estos el angulo de su curvatura y posición exacta de cada extremidad, incluso dándose a sí mismo el lujo de presionar un teclado invisible en su extremo de la mesa con los dedos indices.
 
—¿Qué estás haciendo?— quiso saber L con suma curiosidad.
 
—Molestandote...—; L se tensó ante la respuesta y sólo entonces reconoció que cualquier persona clasificaría las acciones de B como una burla. —¿Te sientes molesto?— cuestionó este alzando la mirada hacia su dirección manteniendose igual de indiferente con esos parpados muy bien abiertos, ni siquiera L abría tanto los ojos.
 
—Ciertamente me siento un poco perturbado en este momento— admitió cerrando la pantalla de la laptop pues con Beyond presente le sería imposible concentrarse al 100% en su actividad, tan sólo bastó que transcurrieran tres únicos días para reconocer que él poseía una arrasadora habilidad para distraer a los demás.
 
—¿Dónde está Wammy-san?—. Beyond revisó sus alrededores sin romper su contraída pose.
 
—Ha ido a la ciudad a comprar algunos viveres.
 
—¿Dejándote aquí solo conmigo?— cuestionó el más joven dibujando una mueca burlona en sus músculos faciales, una que pretendía jactarse de malvada. L frunció el entrecejo con aburrimiento, también había comprobando que a B le gustaba sobreactuar su papel.
 
—Eso podría ser una muestra de que no estoy indefenso sin él, podría estar representando que soy fuerte a pesar de mi apariencia.
 
—Humm... no lo sé, hablamos del gran L Lawliet, no me parecería improbable que tuviera nula experiencia en combate.
 
—Ser reconocido como el mejor detective conlleva una gran resposabilidad, pero si hasta ahora no he tenido la necesidad de usar artes marciales no quiere decir que no poseo tecnicas que me ayuden a defenderme de posibles agresores. A propósito, B-kun, quería pedirte que dejaras de llamarnos por nuestro nombre real, sería un problema que nos llamaras así durante nuestro traslado a otra residencia.
 
—¿No sería interesante que alguien lo escuchara? No creí fueses tan paranoico.
 
—Para nada, además básicamente es sólo precausión.
 
—Entonces, ¿cómo debería comenzar a llamarles?
 
—Usaremos un nombre distinto cada ocasión, no es necesario que los aprendas ahora.
 
—Ya sé, Wammy-san seguirá siendo Señor. ¿Que me dices sobre llamarte L-niisan*? Usar Ele* Onii-chan* no estaría tampoco mal o aniwe*. Tal vez El*-aniki*.
 
—No. Quiero evitar cualquier referencia a mi nombre clave.
 
—En ese caso me referiré a ti por Niichan*. Siempre quise llamar a alguien así desde que era un niño y vivía en el orfanato.— Beyond bajó la mirada como si el piso bajo sus pies hubiese solicitado su atención, un tanto avergonzado por su propia revelación.
 
—¿Niichan, eh? Creí que con la evidencia de nuestro parentesco habías entrado en una etapa de negación ya que, desde que has estado conviviendo con nosotros, no parecías dispuesto en aceptarnos a Watari y a mi.
 
—Sólo estaba un poco enojado, incluso yo sé cuándo detenerme. A siempre les mentía a los otros niños para que se alejaran de mi, según él yo era capaz de clavarles un cuchillo, nunca les hice nada y aún así me veían como una especie de monstruo, por eso elegí adaptarme a eso. En realidad me sentí aliviado cuando él murió, si, estaba muy feliz.— L vio a Beyond abrazarse a sus piernas, percibiendo la presencia casi inmediata de una sonrisa genuina mientras hablaba. —Ese fue el segundo mejor día de mi vida.— Y levantó la mirada mostrando una nueva expresión monotona. —Desgraciadamente el primer mejor día de mi vida se lo ganó mi oportunidad de conocerte.
 
—¿Ah, si? Gracias— dijo L inseguro de cómo corresponder.
 
—Deberías estarte disculpando.
 
—Se supone que un cumplido debe agradecerse.
 
—No era mi intensión darte un cumplido.
 
Cansado por los desniveles que seguían sus conversaciones con Beyond, L se puso de pie y caminó con la espalda encorvada hasta la ventana que brindaba una gratificante vista de doce pisos por encima de la carretera principal, visualizando las diminutas siluetas de automóviles y peatonales, esperando que Watari no se tardara mucho en regresar pues era necesaria una pronta dosis de azúcar nueva para abastecer a su cerebro de energía. Si continuaba en ese estado tan flojo, seguramente no podría controlar a Beyond, sólo habían transcurrido unos segundos y ya sentía malestar. Se giró con la intención de enfrentar a Beyond una vez más cuando sus articulaciones se paralizaron una extensa fracción de segundo; B lo estaba mirando, no una mirada inexpresiva como la que solía dedicarle, esta vez esa mirada sin emociones lucía caótica dentro de su usual actitud indolente.
 
—¿Sucede algo?— preguntó de forma brusca en un impulso por evitar que su lengua tartamudeara, de alguna manera había anticipado que así sería y era un grave error mostrarse ante B como alguien indefenso, sospechaba que él estaba esperando algo similar.
 
—Disculpa, un pensamiento llegó a mi cabeza la noche pasada y estaba intentando descifrar su significado. 
 
—¿Y ese pensamiento tiene algo que ver conmigo?
 
—Esa cicatriz en tu cuello parece profunda, ¿estás bien?— B cambió drasticamente de tema y L se congeló un instante para luego insitarse a cubrir, por acto reflejo, la zona que Beyond mencionaba. Instintivamente se rascó por encima de su holgada playera de manga larga, intentando reducir la ansiedad. Nunca en su vida se había sentido tan incomodo por la situación, además no se suponía que Beyond se diera cuenta de algo tan trivial en su silueta, aunque había dado por asentado que B siempre estaba observandolo de diversas maneras -y más de lo necesario- pero nunca consideró la posibilidad de que fuera a percatarse de una cicatriz de la que incluso él mismo había olvidado su existencia. Debía encontrar una forma de desviar el tema central de la conversación pero, para su sorpresa, fue B quien evadió la tan indeseada charla por parte de L. —Espero que el señor vuelva pronto, no hay mermelada de fresa en el congelador y es hora de un refrigerio. Nada supera las fresas.
 
—Recuerdo que había un frasco con mermelada de durazno.
 
—Los duraznos no son fresas, Niichan.
 
—Es verdad, lo siento— dijo tras darse cuenta de su indignante error, quiso reaccionar rápidamente a la nueva charla para ocultar su inquietud pero terminó fallando de manera miserable aunque agradecía que Beyond no intentara siquiera retomar el asunto. Luego prestó mayor atención a lo sencillo que fue para B adaptarse a su petición. Escuchar aquel título había provocado en L un curioso sentimiento de comodidad. Desde hace tiempo había desechado la más ínfima posibilidad de encontrarse con su familia biológica por lo que tener ante él a un pariente sanguíneo le hacía sentirse bien, su autoestima parecía elevarse a niveles insospechados al pensar en B como su hermano. ¿Quién lo diría? Se preguntaba si de haberlo descubierto antes de que todo sucediera hubiese cambiado algo importante. Tal vez B no se habría manchado las manos con sangre o el resultado hubiera sido mucho peor.
 
Niichan, ¿investigas algo importante?— cuestionó Beyond luego de largos minutos en completo silencio.
 
—¿A qué se debe tu pregunta?
 
—Cierras la computadora cada vez que me aproximo y evitas el tema con el señor cuando decido hacerles compañía. Estoy consciente de que quizás se trate de algo clasificado pero no planeo interponerme en tus asuntos a menos que lo solicites, no quiero malos entendidos entre nosotros tan pronto.
 
—Me sorprende que te preocupes por eso, ¿acaso no hiciste lo contrario hace unos días?
 
—Intentaba demostrar mis capacidades.— Beyond se encogió en su lugar torciendo los labios en un gesto de aceptación.
 
—Tenías la elección de ser paciente pero optaste por evocar problemas y fue por eso que nos obligaste a tomar medidas drasticas.
 
—No era 100% seguro que me liberaran de mis ataduras.
 
—El que al inicio fueras privado de una considerable libertad de movimiento y eventualmente perdieras una parte de dichas ataduras era una clara muestra de que serías liberado. Te percataste de ello. Sin embargo, aún cuando lo sabías causaste un gran alboroto e intentaste lastimar a Watari, eso demuestra que eres demasiado precipitado.
 
—Es cierto pero lastimar no es lo mismo que asesinar. Cuando lo enfrenté estaba preparado para matarlo.— L sintió una ligera descarga electrica recorrer su cuerpo cuando escuchó aquella confesión. —Esa ocasión en que hablé con él me dí cuenta que era alguien excepcional, sin duda el mejor para permanecer a lado de L y combatir el mal. Mi percepción sobre él era correcta pero comprobé también que no podía matarle, su vida aún es próspera, aunque yo blandiera un cuchillo contra él existen cosas imposibles.
 
—Viste algo en él, ¿verdad? Dudaste en hacerle daño.
 
—No, esto no se trata de mi.—L se encontró a sí mismo confundido por las palabras de Beyond pues el tono de su voz se había vuelto repentinamente mecanico al igual que su mirada. El brillo carmesí que había visto en él durante su primer encuentro acosó sin compasión su entendimiento sin lograr descifrar los secretos que sus palabras le revelaban de manera convenientemente implicita. —Sabía que asesinar a Wammy-san estaba fuera de mi alcance, el plazo todavía no se cumple, lo sé, puedo verlo.
 
¿Eran sus ojos? Se preguntó L luego de meditar el significado de sus oraciones, sin embargo era imposible que un ser humano fuese capaz de determinar su victoria o su derrota en una batalla sólo con ver a alguien. ¿Estaba relacionado con un analisis completo en el contrincante? Pero aún con semejante estudio adivinar el resultado no siempre era del todo acertado. Considerar a B un asesino experimentado no importaba. Sin valorizar a cuántos intentase matar o cuál fuera el número de victimas bajo su mira, una persona no podía simplemente calcular el momento exacto de una muerte a menos que se manipulacen las circuntancias pero aún así había altos riesgos de cometer errores. ¿Sería una extraordinaria intuición? Pero Beyond había mencionado la palabra "plazo". ¿Acaso intentaba decirle que poseía el don de la clarividencia? Pero la clarividencia mostraba eventos futuros, en este caso sólo indicaría cuándo y cómo moriría una persona, no necesariamente implicaba que fuera su portador quien causaría tal muerte; de todos modos en ambas partes Beyond había mencionado el tiempo de vida y L sentía como si sólo continuara haciendo especulaciones banas, pensando tan obsesivamente no llegaría a una confortante conclusión pues justo en ese momento le estaba molestando el caso de Kira cuyo grado de dificultad figuraba ser mayor al resto de casos que estuvo investigando desde su introducción a ese trabajo. Ataques al corazón. Muerte de criminales. Sólo un rostro y un nombre. Sólo un rostro y un nombre. L miró a B con cierto recelo, las palabras de Beyond sólo lo confundían más, era como perder el tiempo preconcebidamente.
 
—¿Sabes, B-kun? Me ahorrarías muchas cosas si fueras más claro.
 
—Aunque a mi me parece que estoy siendo bastante claro.— El menor recargó una mejilla sobre sus rodillas con obvio aburrimiento. —Si en serio eres el mejor detective del mundo resuelvelo. Me enojaría que no pensaras un poco en mi mientras observas el computador con tanta pasión.
 
Y los nervios volvieron a tirar del cerebro de L, obligandolo a perder enfoque de la situación. ¿Qué era esto que Beyond le decía ahora? No lo entendía. Beyond mostrandose celoso hacia un computador era tan ridículo como singular, sobre todo cuando tenían poco de tratarse de una manera más personal, por supuesto que a B le fue encomendado comportarse como L para convertirse en una copia. El detective concluyó que B lo llevó a los extremos sin embargo. ¿Era a esto lo que llamaban instinto de pertenencia? Curioso.
 
—B-kun, ¿te gustaría ir a mi habitación?—. Beyond levantó la cabeza de golpe, sorprendido con la interrogante e inspirando una sonrisa en L debido a su brusca reacción. —Me tomaré un pequeño descanzo mientras Watari vuelve y pensé que no era mala idea mostrarte mi recamara sólo para pasar el tiempo.
 
—Considerando que este es un departamento, ¿no debería verse igual que la mía?
 
—Pero no has entrado, ¿cierto?
 
—Personalmente, no creo que haya algo interesante por ver.
 
—No lo sabrás hasta que lo veas por ti mismo— concluyó con acento monotono encaminandose a la puerta en pasos cortos pero apresurados. Beyond se detuvo un momento para pensar sin perder de vista la espalda mal postrada de L, su corazón repentinamente había comenzado a palpitar sin control, distorcionando el orden de sus pensamientos por un largo lapso de tiempo mientras sus organos internos eran golpeados por olas intensas de ácido. Que L lo estuviera invitando a su habitación y que en consecuencia él se notara tan perturbado en su pulso cardiaco debía ser humillante pero no podía evitar sentirse así, no cuando la situación giraba entorno a Elle Lawliet. Desde que le fue concedido el título de candidato a sucesor había aceptado su destino sin muchas quejas, después de todo no tenía nada que perder en su vida pero -con el tiempo- el sentimiento de inquietud le obligó buscar otras alternativas como desligarse de L para pensar por sí mismo, una etapa natural de la adolescencia en un ser humano; actualmente seguía siendo B pero poseía algo que ni siquiera se hubiese imaginado, por eso se levantó dispuesto a seguirle los pasos al mayor, sin tomar en cuenta las advertencias de sus cortantes hormonas.
 
 
Fueron quizás los cinco segundos más extensos de su vida cuando finalmente se detuvieron ante la puerta que figuraba como la zona del departamento que L menos usaba, lo vio tomar con sus dedos el pomo ovalado de la puerta, girandolo con tanto cuidado que parecía como si los huesos de sus manos dolieran, entonces entró invitandolo a pasar. B no tuvo más remedio que acceder ya que lo siguió y, al entrar, su organismo entero se detuvo un instante antes de volver a trabajar con normalidad. Aquel sitio -como lo sospechó- no era nada vistoso, era tan pintoresco como su precio lo permitía. Lo único que detenía a B de moverse con libertad en tal lugar era el mismo L, no la usual reducción de espacio ni la cantidad de muebles, era la esperada privasidad junto a L lo que lo incitaba estar considerablemente inquieto, victima de un ligero brote de caustrofobia en su sistema.
 
—¿Te gusta?— cuestionó L de pronto, sobresaltando a Beyond más de lo permitido y la mueca que plasmó al siguiente instante lo confirmó.
 
—No es diferente del mío.
 
—Ya veo, entonces no te emociona estar aquí.
 
—Debiste tenerlo presente desde el momento que me sugeriste acompañarte a una simple habitación. Además, ¿por qué sería importante entrar en un cuarto cuyo único uso es refugiarse dentro de la misma construcción?
 
—Eres adusto, B-kun.— Ante semejante descripción de su personalidad, Beyond se descubrió alterado pues la misma palabra podía aplicarse en quien con tanto descaro la formulaba. —Últimamente se me ha hecho costumbre entrar en cada habitación que conforman las viviendas que Watari y yo rentamos unos días antes de mudarnos, supongo que es mi menos frecuente hobbie. ¿Qué hay de ti? ¿Tienes alguno?
 
—No tengo.
 
—Eso debe ser problematico. Es importante poseer un pasatiempo, de otro modo el estrés que genera la rutina podría tomarte desprevenido. ¿No te sientes vacío cuando no tienes nada que hacer y ya has terminado tu trabajo? Que triste.
 
—Si pensar es considerado un pasatiempo entonces no podría ser tan triste.
 
—Pensar lo hace todo el mundo, a menos que tus pensamientos giren entorno a una idea especifica puede clasificarse por hobbie. ¿En qué los enfocarías de ser el caso?
 
—En el organismo humano. 
 
L dirigió sus pasos a una silla, subiendo por completo a esta para tomar la postura que le ayudaba a aumentar su capacidad deductiva pues con la respuesta de B intuía que podría sacarle un poco de provecho a la conversación, aunque realmente no le sorprendía que B gustara del organismo humano, de lo contrario la magnitud de sus crimenes no hubiesen sido de elevada calidad. Se necesita verdadera pasión para realizar las bizarras azañas -en el peor sentido de la palabra- que realizó el asesino BB con sus victimas. Incluso siendo acciones tan enfermizas no dejaba de ser artistica la manera como la estrangulación de Believe Bridesmaid, el traumatismo cerebral de Quarter Queen y el apuñalamiento de Backyar Bottomslash se habían llevado a cabo, sin importar que el sentido de la estética utilizado en sus cuerpos fuera igual de atípico y anormal. Pensarlo le revolvió el estomago ya que el mismo causante de aquellas inocentes muertes estaba ahí con él. No podía perdonarlo por lo que hizo pero tampoco era ignorante de que una gran parte de culpa señalaba a la existencia de L, por eso no podía juzgarle con la misma fríaldad luego de haber rozado el tema mientras conversaba con Watari.
 
—¿Te gusta la biología, B-kun?
 
—No. Me gusta el cuerpo humano. En términos generales, como la forma en que funciona, el propósito de cada organo que lo compone, la manera en que se acopla a los organismos que le rodean, los quimicos que se distribuyen por sus sistemas... cosas como esas. Pero, principalmente, las reacciones que podría tener al convertirse en receptor de tratos descomunales. Hemos visto cómo se comporta ante el maltrato físico y los agentes infecciosos así que siento especial interés por la resistencia de un cuerpo milesimas antes de ser considerado un cadáver en estado inicial de putrefacción.
 
—Muerte, ¿no es así? Los últimos momentos de vida. Dime, B-kun, ¿con cuántos cuerpos experimentaste en tu busqueda por la agonia humana?
 
—Antes de que pretendas desaprobar mi percepción de la existencia te recuerdo que la muerte es una etapa natural en los seres vivos, tan natural que es inevitable llegar a esta en cualquier momento. En realidad sé que tampoco piensas en los homicidios como algo indiscutiblemente incorrecto.— Lawliet se sobresaltó casi de forma imperceptible frente a la observación de Beyond, este cambio de atmósfera lo tomó por sorpresa. —Incluso tú has experimentado con esas reemplazables vidas que tanto pregonas proteger, nadie niega que proteges una parte mientras a la otra la dejas morir hasta que alguna de ellas te lleve a la verdad. Los sacrificios deben hacerse, no importa hacia dónde dirijas tus pasos. Además, en la naturaleza, los animales se devoran unos a otros, ¿por qué debería ser atroz que como especie dominante lo hagamos entre nuestros iguales? La vida es como un juego donde ganas o pierdes, en realidad los reglamentos sólo son importantes cuando se relaciona con el grado de dificultad, ¿no lo crees así también? Después de todo eres el gran L.
 
Lawliet endureció el gesto cuando la mueca risueña mal gesticulada de Beyond Birthday hizo acto de presencia en ese cicatrizado rostro. A diferencia de otras ocasiones, esa sonrisa no logró inspirarle miedo, sólo enojo, pues parecía burlarse deliberadamente de él y todos sus principios, contradiciendo las normas de su vida entera. Se mordió el dedo pulgar.
 
—No me gusta la manera como lo planteas, desde tu perspectiva es como si fuese el villano.
 
—Encontrarás que es mucho más divertido que ser el héroe— afirmó aproximandose con más confianza a la posición del detective sin llegar a ser imprudente con la distancia.
 
—Yo no lo creo. No me agrada la idea de ser despreciado.
 
—La audiencia de antagonistas tiene mayor actividad estos días, ¿sabes?— comentó encontrando al fin un cómodo mueble en cual posarse, siempre monocorde al comportamiento de L. —Personalmente no me agrada la soberbia que impone la justicia en sus actuaciones, desprestigia mucho sus propias obras y es muy fácil para los escritores y mangakas ser repetitivos: el bueno gana, el malo pierde... y cuando gana el malo, el autor encuentra una manera de derrocarlo otra vez. ¿No es cansado? Sería más sencillo que no existiera alguien a quien perseguir y sólo disfrutar de una buena y adorable parodia. Akaushi Chacha es un buen ejemplo.
 
—No me parece correcto cambiar el tema tan drásticamente, B-kun. Hablamos un tema importante. De forma ficticia no encontraremos respuestas en el comportamiento humano, sobre todo cuando existen incontables estereotipos sociales en dichas obras.
 
—¡La ficción también es importante! De la realidad fue inspirada la ficción. 
 
El detective consideró su comentario desde otro punto de vista, no le agradaban estos niveles cambiantes en su convivencia con B pero, si de esta manera comprendía mejor la situación, estaba dispuesto a pensarlo con mayor profundidad. Y, cuando lo hizo, llegó a una conclusión temprana inesperadamente satisfactoria. Dejó de morderse el pulgar.
 
—En tu caso, es obvio que prefieres la villania, y un villano necesita de una herramienta con la cual llevar a cabo sus planes. Suponiendo que tú poseés una, diría que son tus ojos. 
 
—Sorprendente— se admiró Beyond abriendo los parpados con incontenible admiración y sorpresa. —Yo no lo hubiera pensado mejor. El tema de los poderes malignos en un villano es algo interesante, ¿no lo crees?
 
—Ahora lo creo.— Esta vez L no dudó en contestar. —Actualmente existe un villano que ha atraído mi atención, aunque no puedo decir que se trate de algo sobrenatural, sólo extraño.
 
—¿Es sobre tu más reciente investigación?
 
—Si, así es.
 
Beyond afiló sus pupilas con la respuesta de su acompañante, extrañamente interesado en la insinuación desconocida oculta tras su escueta afirmación. La forma fría pero centrada en que Elle Lawliet manejaba las deducciones de su interés lograban provocarle fuertes escalofríos ya que, como lo pudo llegar a imaginar, realmente parecía el héroe de una novela policiaca; un héroe contaminado por un arraigado anhledo de dominio. Para Beyond, L también poseía extraordinarios poderes que usaba para combatir el mal, solamente difería en que no lo hacía siempre. Para los huerfanos del Wammy's House -así como lo fue para él- el cerebro tras la L gotica era un verdadero defensor de la justicia. Lo odiaba pero B estaba fascinado más que nunca pues ahora que convivían directamente podía preguntarse sin sentir pavor de equivocarse, ¿quién era el verdadero psicópata? Sonrío sin que L lo notara.
 
 
La puerta de la habitación tamaño departamento se abrió, y Quillish Wammy la cruzaba con una expresión neutra que se fijaba en sus músculos faciales después de una extensa travesía por la ciudad a solas, llevaba en sus manos un par de bolsas de plastico llenas que le dificultaron un poco más de lo habitual la sencilla tarea de cerrar la puerta una vez ingresado al interior. Aunque estaba acostumbrado a salir por viveres y articulos azucarados frecuentemente, le causó cierta sorpresa ser recibido por una figura que le veía fijamente sin alterar un segundo su floja postura, por lo tanto tardó en procesar a quién pertenecía esa mueca descarada que le hacía sentirse un intruso dentro de un lugar que había rentado como propio por tiempo indefinido. ¿Qué hacía ahí? ¿Tenía pensado escapar? Lo dudaba pues oportunidades para un escape habían sido muchas, ¿qué sentido tendría que lo hiciera justo ese día y a esa hora? Si en verdad estuviera interesado de hacerlo, tendría el tiempo calculado de Watari para salir del hotel, cruzar las avenidas para llegar al mercado y revertir el proceso para llegar de vuelta. Mas fue una mano estirada en su dirección la respuesta a sus apresuradas preguntas, causandole incredulidad ante el gesto.
 
—¿Puedo ayudarle a transportar eso, señor? Empezaré con la bolsa que contiene la mermelada—. La mirada de Watari se endureció por un instante así que Beyond se vio obligado brindar una explicación corta. —L está adentro, no le he hecho nada. Estaba aburrido así que vine a esperarlo frente a la puerta. Que desconfiado es, le recuerdo que no fue mi idea quedarme. Ahora podría estar encarcelado. Muy lejos de ustedes.
 
—No es eso lo que tenía en mente— contestó.
 
—También sé que L no acostumbra ayudarlo en cosas sencillas— Beyond dijo con una mueca que pretendía ser bromista. Bajó el brazo al comprender que Watari no le concedería la bolsa solicitada así que bajó el escalon y tomó la primera a su alcance para enseguida volver a subir el escalon. —¿Cómo está su herida? He visto que cojea un poco.
 
—Agradezco tu interés— dijo a sabiendas de que esta curiosidad no tenía relación con la preocupación, sin duda B se preguntaba qué tan profundo había llegado el filo del tenedor entre los tejidos al atravezar su pierna. —Sólo diré que está sanando poco a poco.
 
—¿No dañé ningún nervio, eh?—. Beyond se alzó de hombros reduciendo importancia al asunto como algo esperado. —Ambos estabamos bajo la influencia del momento, supongo.
 
—Es inapropiado que lo menciones con tanta naturalidad, joven. ¿Nadie ha cuestionado qué clase de educación recibiste?
 
—Las personas con quienes me he cruzado están muertas, antes de eso ninguna estaba en condiciones para darse cuenta que yo estaba ahí o me tomara la suficiente importancia por más de unos cuantos segundos.
 
—Bien, es algo normal.
 
—Lo es.— Beyond dio al anciano la espalda y se apresuró con bolsa en mano hasta el comedor a paso lento, haciendo ruido con las plantas de sus pies descalzos al caminar sobre la madera formando el suelo. Watari observó esa delgada espalda casi dudando de que la ruta de las circunstancias fueran reales y no mera fantasía. Jamas hubiese imaginado que tendría bajo su jurisdicción el futuro de un detective y un asesino conviviendo dentro de una misma área, siendo ambos parte de una cadena sanguínea que nadie creería existiera. El destino era muy curioso. Avanzó encontrandose a B en el comedor quien no dudó arrebatarle otra de las bolsas para urgar el interior, volviendo claras sus intenciones. A Watari casi le causa gracia este comportamiento, pensarlo de un asesino no era inesperado al ser un humano pero no cambiaba el impacto. —No encuentro la mermelada. 
 
—¿En serio? Estoy seguro que la he comprado.
 
—Pues no hay nada.
 
—¿Por qué no revisas las otras bolsas? Ya aparecerán los frascos.
 
Obediente, B le arrebató a Watari la última bolsa que aún sostenía en las manos, metiendo furiosamente el brazo libre entre los productos de cocina sin molestarse en buscar la superficie de la mesa para una busqueda más satisfactoria. Durante ese tiempo, L ya cruzaba el umbral encontrandose con la inusual escena gestandose ante sus ojos, la cual lo obligó detenerse a observar desde la distancia. Lo peor era que su padre adoptivo decía que Beyond lo imitaba perfectamente y al verlo actuar de aquella manera no podía estar más en desacuerdo con esa burda opinion, él no asaltaba la despensa así. 
 
¿Llegaría acostumbrarse a la presencia de B.B?

Notas finales:

*"Ele" es la pronunciación de L en español, básico; "El" es en ingles. 

*Beyond hace referencias a distintos honorificos japoneses usados entre hermanos.
 


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