Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ave Versus Cristus por Xora

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Mi inactividad me está matando!

Lamento mucho la tardanza. Por más que busqué actualizar pronto venía otro problema a joderme la existencia. ¡Agh! Pero bien, ya estoy aquí así que comenzaré con un par de aclaraciones.

Este capitulo será más como una ligera introducción hacia lo que viene. ¿Recuerdan el inicio de la historia? Pues este es el preludio de la idea inicial. Ahora que Beyond es libre, Kira tendrá un enfrentamiento intenso y ahora L no será su único problema.

Dos días transcurrieron lentamente, más de lo que avanzó ningún otro con anterioridad, dudaba que siquiera hubiesen existido días más aburridos como los que se deslizaron cuales tortugas sobre suelo espinoso ante sus hondos ojos negros; Lawliet los había percibido así después de que volviera a quedarse completamente solo en la habitación de hotel donde se hospedaba. Nunca descuidó los movimientos de Kira, continuo pendiente de cada uno de los experimentos que este pareció ejecutar en los criminales de las celdas, incluso tomandose la libertad de revisarlos de forma breve con el objetivo de asesgurarse que no pasaba por alto algún dato importante , pero tal no llenaba la soledad que repentinamente sintió tras la marcha de B quien no había vuelto ni intentó comunicarse con Watari cualquiera de los días pasados. No lo admitiría, tampoco pretendría auto-diagnosticarse con los sintomas dignos de cualquier paranoico u obsesivo, pero se preocupaba por lo que B podría estar haciendo allá afuera aunque sabía bien que estaba demasiado ocupado como para prestarle un poco de atención a sucesos más exiguos, tal vez secundarios, como los señalaba su interés personal en Birthday. B había sobrevivido sin Watari o él mucho antes de que tuviese la oportunidad de conocerlo como su hermano así que no tenía la obligación de dedicarle tal número de pensamientos pero tampoco conseguía evitarlo. Influenciado por la compañía pasajera de Beyond, L escuchaba más cerca que nunca las campanas reventando en sus tímpanos, haciendole casi imposible la mera tarea de concentrarse al cien por ciento en los informes que recibía por parte de Watari en el ordenador; notificaciones diarias sobre el trabajo del FBI, los movimientos de la Policia Japonesa, o las muertes dentro de las prisiones, siempre monitoriadas cuidadosamente por él mismo para evitar posibles fallos dentro del trabajo constante pero su mente insistía en distraerse mientras veía los nuevos ataques de Kira que aparecían en las noticias.
 
Empujó con las plantas de los pies la pequeña mesa de madera y se impulsó a levantarse por fin del sillón, convencido de despejar la mente para volver a la investigación normalmente. Miró a traves del cristal de la ventana el cercano atardecer que se desplomaba sobre los tejados de los altos edificios. La ciudad de la región era pequeña en comparación a otras ciudades grandes que ya había visitado con anterioridad pero no podía negar que poseía meritos a los cuales reconocer además de su cultura. A lo largo de su carrera no había tratado muchos casos en Japón ya que figuraba como uno de los países más pacificos de oriente -considerando el excesivo grado de criminalidad cubriendo la humanidad a escala universal- pero siempre había sentido interés personal en recorrerle, parte de su sangre pertenecía a esa raza así que podría clasificar su apego a pura y trivial curiosidad; su padre o madre biológicos pudieron ser japoneses, procedentes de esas tierras, al igual que su medio hermano Beyond. 
 
Perdiendo la mirada en los flameantes rayos que de un instante a otro se disparaban sobre los cielos en violentas tonalidades, no pudo evitar recordar. Beyond le había sugerido que intentase resolver el misterio que aún habitaba en su existencia, un enigma que todavía no solucionaba y la razón por la que desde un principio L optó por ocultarlo de todo medio de comunicación; B le había pedido que pensara en él. Restregó los dedos de sus pies entre sí mientras meditaba, eliminando los sentimientos que se vaciaban de por medio trayendo consigo sensaciones inexplorables al considerar la oferta, se dedicó a pensar en los ojos de B y sus acciones delictivas. Según sus propias palabras, era un villano que necesitaba de sus ojos para elegir a sus victimas, debía mirarlos para poder determinar la efectividad de su homicidio pero L no comprendía, ¿qué don podían poseer sus ojos? No era clarividencia, aquello estaba totalmente descartado. Pensandolo de ese modo era similar a Kira con la diferencia de que BB hacía uso del contacto físico y Kira no lo necesitaba para juzgar pero estaba pensando en BB así que se enfocaría en él. 

Rue Ryusaki fue una fachada de Beyond Birthday que ocultaba su identidad, un disfraz que había confeccionado desde su estadía en el Wammy's House como una versión distorcionada de L. Una copia que no cumplió el plazo de perfeccionamiento, rompiendose cual hoja blanca escaneada por una impresora defectuosa. Escapó en busca de crear un caso que el mismisimo L no fuera capaz de resolver, de esa forma establecería su victoria sobre el mejor detective del mundo. Antes de darse a conocer por los medios de comunicación, B debió estructurar su plan, escoger a sus victimas en base a las iniciales de sus nombres, elegir una fecha para ejecutarlas y entonces dejar migajas en las escenas del crimen que llevasen a L al siguiente escenario. Pero, ¿y si la elección de fechas hubiesen sido implementadas antes de siquiera elegir a sus presas? Pues, lo que seguía quedando en duda, era su poder, su arma, aquello que lo había guiado a cometer el primer homicidio y B antes había mencionado el tiempo de vida, un intervalo de una existencia a la muerte; el plazo de vida.
 
"Veo a la mano derecha de L pero no puedo matarlo..."— recitó, imitando los posibles pensamientos que hubiesen cruzado la mente de Beyond aquella ocasión que escapó de su celda de confinamiento, teniendo su enfrentamiento con Watari. L fue abstraído por su imaginación, su mente, y la dejó fluir. —"No siento un apego emocional o especial por él así que podría matarlo pero su vida está muy lejos de este momento."— L se sumergió aún más en sus pensamientos, hundiendose cual roca en oceano, tan profundo que los sonidos a su alrededor cayeron en silencio al igual que las campanas con las cuales convivía día y noche, el espacio-tiempo destruído para fundirse con la nada absoluta. Merodeó los rincones reflexivos de sus neuronas hasta que su cabeza retornó al presente, corrompiendo el silencio, devolviendo a L la luscidez que perdió dentro de sus cavilaciones. Y lo encontró mientras divagaba, conmocionado por la respuesta que dedujo, L tembló. —BB puede ver la esperanza de vida en una persona.
 
Entonces el tono de notificaciones que siempre alertó a Lawliet para retornar a su trabajo hizo que encogiera los hombros con sorpresa ante el sonido repentino pues no había esperado que le interrumpieran cuando estaba tan cerca de comprender la naturaleza a la cual el asesino de Los Ángeles yacía sujeto, tan cerca de concluir el misterio con el cual se envolvía su figura avanzando hacia senderos tergiversos.
 
—L, tienes una llamada de Jefe del FBI.— El informe de Watari no tardó en inquietarlo pues aquello sólo podría significar malas noticias. Introdujo ambas manos en los bolsillos del pantalon, impactando su percepción contra el manto de oscuridad que ahora cubría la ciudad tras el cristal. No se había dado cuenta en qué momento había oscurecido.
 
—Conectame con él, por favor— accedió, no tenía sentido prolongarlo más, así el asunto de BB quedaría pendiente para una siguiente ocasión.
 
 
 
Fatigado, cierto estudiante universitario retornaba de su apretaba jornada laboral de vuelta a su departamento cuya ubicación rozaba la zona más rural que había visto nunca durante su vida. Con un bostezo se detuvo ante la entrada escogiendo las llaves que le permitirían abrir la puerta y adentrarse de una vez al silencioso interior del cual sintió gran alivio habitar siquiera cruzar el umbral pues consideraba le hacia falta privasidad después de tanto estrés, no sospechó en ningún momento que no estaba solo en esa abrazante oscuridad que le interceptó apenas cerrar la puerta, por tal no se dio cuenta en qué momento un brazo rodeó su cuello antes de arrastrarlo consigo al cuarto contiguo con intenciones claras de sofocarlo. Conmocionado, el joven universitario luchó por su vida y contra la presencia sin rostro que le impedía respirar con normalidad, impactandose ambos en las paredes y objetos regados por el suelo mientras la delgada punta de una jeringa era penetrada de la mejor forma posible entre la carne del cuello, desintegrando las fuerzas de oposición que el estudiante ejercía en contra de su agresor. Beyond sonrió cuando  la lucha constante comenzaba a desplomarse para recibir en sus músculos la confianza de reducir fuerza pues el efecto de la droga comenzaba hacer efecto en el joven a quien había visto de casualidad caminar por las calles solitarias en busca de una vida que tomar como botín. Nunca había planeado hacerle daño a aquel infeliz pues su tiempo de vida avanzaba a un año mayor pero por la cercanía de su descenso -y el hecho que parecía la clase de individuo distraído con quien jugarse la oportunidad de acoger un lugar cálido donde continuar su investigación- optó por hacerle una visita aquella noche ya que dormir una vez más en una residencia vacía ya no le causaba mucha atracción; además, un estudiante requería un computador así que no le resultó una mala idea drogarlo para aprovecharse del techo que este rentaba.

Dejó que el cuerpo perjudicado por la dosis cayera dormido sobre su cuerpo y lo arrastró por el suelo hasta la recamara para acomodarlo sobre la cama destendida, de modo que no sospechara que había tenido una lucha con alguien al despertar, luego revisó con su mirada el entorno, encontrando sobre una mesita el objeto que buscaba. Se acercó levantando la pantalla y encendiendola sin pudor alguno, sujetó entre sus huesudos dedos el mouse, moviendo la flecha hacia el servidor de google donde abrió una pestaña. Para su sorpresa, no tardó en recibir la notificación de nuevos comentarios dedicados a una pagina web que el dueño del aparato daba seguimiento de forma habitual.
 
 
"La Leyenda de Kira. El Salvador"
 
 
Sonrió pues que su victima se tratase de un seguidor fiel del asesino global le facilitaba las cosas. Había visto a los diversos sitios de la red acoplarse al tema de Kira así que adentrarse a tales foros no le serviría de mucho cuando los usuarios no hacían más que compartir noticias de criminales para el juicio de Kira o expresar sus opiniones al respecto -muchas opiniones reducidas a alabos dignos de cualquier fanático religioso- pero, con un poco de suerte, el historial del laptop debía guardar alguna pista relevante del asunto. De acuerdo a los informes que había robado de L, para Kira es necesario un rostro y un nombre para asesinar, él podía saber nombres también tan sólo con ver los rostros de sus victimas pero no podía asesinarlos a menos que cumplieran sus plazos de vida y Kira era capaz de eludir esa sencilla regla mientras necesitaba el registro de los nombres para someterlos a su juicio divino. Al principio, B había considerado si Kira podría poseer el mismo don con el cual él mismo nació pero -si lo poseyera- este estaba amplificado a la inversa ya que los nombres mal escritos no parecían ser afectados. No lo estaba admirando, tampoco le inspiraba alguna especie de rivalidad pero no conseguía quitarse de la cabeza la posibilidad de que se trataba de un excelente medio con el cual exponer sus propios misterios, y para resolver todas sus incognitas primero debía encontrarlo antes que L, de otro modo no podría persuadirlo de revelar sus secretos. El origen de su don no era normal, tampoco lo consideraba sobrenatural más sin embargo Kira rayaba ambos aspectos que para Beyond no eran ninguno. Hasta ahora no veía rastro que le llevara a él, ¿siquiera le serviría encontrarle? Se había estado debatiendo eso desde el principio. No quería capturar a Kira, aquel era trabajo de L, sólo quería usarlo para su propio beneficio y había dado inicio a su busqueda con tal motivo de base. Kira se jactaba de la admiración que recibía y no indagaba más en la historia del criminal que juzgaba, al menos Birthday lo haría si fuera su caso, así que tal juicio estaba retraído por la retribución de alabanzas interminables, el fruto de un trabajo justo y bien visto; pensarlo a B le hacía reír. Los dioses debían estarse burlando de aquel descontrolado delirio de grandeza que Kira desprendía de su existencia, si se trataba de un humano -tal como L lo sospechaba- debía ser más egolatra de lo que B creyó al principio. Borró la sonrisa en su rostro, reflejando un gesto crudo y desdeñozo pues BB odiaba a los egolatras y L también era uno de ellos.
 
No sabía qué cosa era correcta, en realidad no le interesaba convencerse quién de lo dos contrincantes prometidos por televisión merecían el respeto, pero B tenía claro que Kira poseía información que él necesitaba para resolver sus incognitas personales. Queria tener a Kira en sus garras porque este particular modo de asesinar estaba carcomiendole a Beyond el cerebro, necesitaba sus respuestas, deseaba su poder; sólo eso. 

Al poco rato de haber recolectado en su memoria mental la mayor cantidad de información posible, apagó el laptop y cerró la caratula del mismo para ponerse de pie y con pasos desganados se acercó a su acompañante para asegurarse que continuaba profundamente dormido, una vez comprobandolo se dispuso retirarse en dirección al cuarto de baño que había visto a mitad del pasillo mientras arrastraba el cuerpo del universitario hasta su recamara.
 
Después de reflexionarlo un segundo, comprendió que no le vendría mal tomar una ducha luego de haber efectuado un extenso razonamiento deductivo conforme abría paginas y eliminaba el historial así que no se limitó en adentrarse al corto espacio, encandilandose un poco por el reflejo de la luz contra sus pupilas. Sin sentir la inquietud de observar el lugar, se limitó a quitarse la ropa, tirandola en cualquier parte del suelo. Abrió las llaves del agua y se introdujo debajo de la regadera para deleitarse con la húmedad un largo lapso, tal como si estuviera en su casa. Reposó ambas palmas contra el muro frente a él bajando la cabeza, dejando aquel liquido inoloro deslizarse por su cabello sin pudor alguno, victima de estremecimientos involuntarios, no había templado el agua después de todo y hacerlo estaba fuera de sus planes en ese momento, pues sólo quería apagar su cerebro, olvidarse siquiera que existía. La sensación del fuego quemando su piel abordó su sentido del tacto mientras el agua se escurría entre sus articulaciones trazando lineas definidas por todo su cuerpo, recordaba el dolor que percibió después de haber dejado caer el cerillo sobre sí estando empapado de gasolina, provocando que al instante fuera cubierto por la violenta y la más pura capa de combustión, ¿cómo olvidar el momento en que se sintió más vivo que nunca? La forma en que ardieron sus cabellos para enseguida transportar el elemento por el resto de su organismo como reacción en cadena, pero había cometido el error de no ingerir la gasolina luego de haberla derramado sobre el resto de su cuerpo. Por desgracia, su sistema anatómico trabajaba con normalidad y no había ninguna otra deformidad además de su visión con la cual era capaz de mirar esos nombres flotantes que veía encima de las cabezas humanas, oscilando vivacez y que desaparecían al momento de cumplir el plazo, los deliciosos números que mostraban una fecha de muerte especifica; ojos que habían visto el nombre y tiempo de caducidad del mismísimo L.
 
Beyond cerró los parpados tratando de visualizar con los ojos de su mente a L, sus brazos, piernas y dedos esqueleticos, sus cabellos oscuros y desordenados, sus ojos saltones adornados de horripilantes bolsas simulando ojeras. Con su olfato intentó percibir el aroma dulce que despedía su silueta por culpa de las golosinas que comía y con su sentido del tacto intentó reemplazar la transparente sensación del agua con el color áspero de la piel más codiciada en el universo delictivo. Aquel L era el real, no el fantasma que vió por vez primera en los lavabos de Wammy's House mientras se echaba agua a la cara frente al espejo, creyendo haber presenciado una aparición en su estado material. Aunque le enfermaba pensarse obsesionado con el mejor detective del mundo, B estaba tentado a pensarlo constantemente sin descanso, las veinticuatro horas al día, siete días a la semana, los trescientos sesenta y cinco días y noches del año, e incluso se reprendía por continuar adorandolo en cada calada de oxigeno entrando por sus fosas nasales. Tal vez estuvo enamorado de L mucho antes de saber que vivía y habitaba ese mundo junto a él, incluso llegaba a pensar que no necesitaba más si L continuaba pisando la faz terrenal pues si él seguía surcando el sueño de su universo, entonces B no lo destruiría con sus propias manos, jamas si L permanecía ahí igual que un animal domesticado aguardando paciente para recibir a su otra mitad, la contraparte, la copia, el imitador.
 
Niichan...— susurró encontrando sanación entre las silavas que pronunciaba. Si, L se trataba de su hermano, su carne, su sangre, y era suyo, solamente suyo. Beyond Birthday se lo repetía a diario y no estaba harto de hacerlo porque lo necesitaba para recordar su subsistir, el nucleo de sus propósitos eran él y siempre serían él pero Kira también era importante para B en la actualidad. Necesitaba el secreto de su poder, si lo encontrara y este muriese en el proceso, podría tener una nueva oportunidad de usurpar a L, obligarlo a reconocerle como el verdadero L. Tal vez la existencia de Kira pudiese convertirse en una importante herramienta para la primera ambición del asesino BB de Los Ángeles ahora en Japón. —Jehe...— gimió antes de percatarse que yacía en medio de la oscuridad. ¿Se había fundido la bombilla? No escuchó el corto circuito. Abrió los parpados de golpe en un intento desesperado por recuperar la compostura que había perdido ensimismandose demasiado ya que también se había olvidado de respirar con regularidad. Inhaló y exhaló de forma apresurada, contagiosa, previniendo la tensión en sus nervios craneales. —Kyejeje... ¡jah!
 
Beyond Birthday se divirtió consigo mismo, riendose de su falta de atención dedicada a su propio organismo, era probable que en cualquier descuido podría morir por olvidar sus necesidades básicas, lo cual resultaba patetico considerando que una vez se prendió fuego con la sólida intención de no sobrevivir a ello. Ahora admitía que quizás si estaba un poco loco pero su locura le ayudaba a disfrutar la soledad. Ojala el mundo se rompiera como él.
 
 
 
En una espesa bruma de incertidumbre, con sentimientos y sensaciones físicas congeladas por el frío de la noche, Misora Naomi se visualizaba a sí misma llorando sin haber derramado una sola lagrima desde que recibió tan terrible noticia a las puertas de su hogar. Raye, el hombre por quien habría dado su vida sin dudarlo, había muerto de un infarto rodeado de gente a plena luz del día en una estación de tren. Pese a lo mucho que le oprimía el corazón no terminaba por resignarse en abrazar la humana debilidad de lamentar su perdida pues ni siquiera conseguia deshacer el nudo que se forjó dentro de su garganta, impidiendole respirar, eclipsando sus emociones de una en una hasta marginar la rabia del resto de sus emociones. Había suspirado, caminado por toda la casa acomodando cada una de las decoraciones y limpiando los estantes, aceando la cama, hizo todo lo que una ama de casa haría para mantenerse ocupada sin sospechar que la noche volvía a tocar su puerta. Su prometido estaba muerto y la realidad volvía a golpearla cuando se quedaba quieta. El futuro esposo por quien estuvo dispuesta abandonar su carrera ya no volvería habitar los espacios que componían la construcción que con tanto esfuerzo habían comprado para construir una pronta familia, y esa cálida ilusión se había roto cual cristal en mil fragmentos, imposible de regenerar. El pensarlo forzó a su cerebro coaccionar contra su consciencia y esto le ayudó a reanimar las funciones de sus glandulas lagrimales, finalmente era libre de todo el shock adquirido por la irremediable muerte de su amado y su centro motor retornaba a su estado natural mientras una furia interna mezclada con su pena volvía a su mente lucida y reflexiva. No había sido coincidencia que su prometido muriera precisamente después de terminar su trabajo de investigación hacia sospechosos de ser Kira pues Kira -quien hasta entonces se enfocó juzgar criminales- volcaba su ira en aquellos que lo perseguían, hacerlo pagar sus aberrantes crimenes; un precio al que merecía responder personalmente y que se resistía enfrentar. Naomi no secó sus lagrimas mientras su mirada se perdía en la nada tras el cristal de la ventana, su figura siendo bañada con la luz platina que le regalaba la luna como tributo a su fortaleza. 
 
Ahora que su futuro esposo estaba muerto no podía renunciar a su derecho de llevar al mismisimo Kira a la sentencia penal, estaba segura que llorar la muerte de Raye Penber no solucionaria su inminente final -y quizás el luchar por vengarce tampoco serviría de mucho- pero al menos tendría la satisfacción de haber salvado a otros inocentes ciudadanos honorables con familias, amigos o amantes de perder a sus personas importantes como le sucedió a ella. No bajaría la cabeza y aceptaría este destino para Raye ni para ella. Kira no se saldría con la suya, no si ella poseía una teoria lo suficiente creíble para dar con el asesino de su prometido, aún si fallara no se detendría a buscarlo. Se opondría al nuevo orden establecido por el asesino global aún si terminase muriendo en el intento.
 
—Raye... murió— susurró al silencio y se lamentó dentro de su cabeza, se reprendió por dejarle irse aunque sabía que al retenerlo no cambiaría su destino. Kira había visto su nombre, Raye se había visto obligado a mostrar su identificación por culpa de tan oportuno secuestro. —Kira lo asesinó...— acusó sintiendose abrumar por las sombras que la rodeaban, aceptando la invitación de hundirse entre sus fauses. —¿Por qué, Raye?
 
Su prometido fue ingenuo, Naomi sabía que Raye se rehusó a usar una identificación falsa a causa de sus principios y orgullo como agente del FBI, porque -a pesar de todo- aún dudaba de la existencia de Kira, porque era tan incrédulo jamas creyó posible que algo tan absurdo como la existencia de un asesino que juzga la criminalidad del mundo sólo con un nombre y rostro fuera cierto. Misora recordaba el día donde llegó a casa riendo porque le fue ofrecido trabajar con L para investigar a posibles sospechosos de ser Kira. Raye pensó que estaría haciendo dinero sin que su vida peligrase realmente e incluso se había burlado de L por hacer de estos relatos fantasticos algo veridico por el cual abastecer el morbo de la audiencia. Y ahora él estaba muerto. ¿Cuántas personas aún veían a Kira como un suceso paranormal? ¿Cuántas personas dudaban todavía que Kira era real? Dudaba que los aguerridos seguidores de Kira realmente acusaran criminales a consciencia, incluso ella se negaba aceptar la verdad aún con su prometido muerto pero podía confiar en L, podía confiar en que L estaba persiguiendo a un hombre de carne y hueso, y no a una imagen alimentada por los rumores o el entretenimiento humano. Una vez ella dudó que L siquiera fuera un único ser vivo hasta que la eligió para ser sus ojos; creería en Kira porque L estaba involucrado así que no tenía permitido dudar de su existencia por honor a sus recién establecidos objetivos. Kira existía y Raye fue asesinado por él.
 
Y el primer paso sería estructurar su teoria mientras caminaba los últimos senderos de Raye.

Notas finales:

Es todo por hoy. No puedo prometer una actualización pronta pero esta vez sin duda no me dormiré en mis laureles como esta última vez.

Gracias por la paciencia. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).