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Ave Versus Cristus por Xora

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Notas del capitulo:

¿Quién dijo que no volvería? Jaja. Mientras mis dedos sean capaces de moverse seguiré dando vida a mis OTP's.... ¿eso fue muy dramatico? 

Como sea. ¡Nos leemos abajo!

"La sombra que manchaba la luna sobre la ciudad de hierro agitó sus cadavericas alas, extasiado, una vez ella había ingresado al interior del almacen donde yacía señalado el final de aquella siniestra melodia de muerte. El reloj corría. La bomba desactivada residía entre las penumbras cual desecho, inservible. Las campanas resonaban a la lejanía. Y el niño de seis años tan sólo podía observar con horror la zona lúgubre a la cual ingresaba junto a su madre. El shinigami echó a reír sin reparo. Cuerpos sangrantes impactaron uno por uno contra contenedores y paredes hasta finalmente terminar amontonados en los suelos de roca. La sonrisa jovial de su madre había poseso esos labios y ese rostro sucios de sangre mientras dejaba al brillo de aquel puñal opaco por el pecado creciente levantarse sobre la atmósfera, triunfante. Beyond no podía hacer más que mirar, su mente en blanco y su respiración regular interrumpida por el shock. Vio a su madre acercarse, contaminada aún por aquella sonrisa que -aunque pacifica- reflejaba el placer trastornado de un demente en decadencia. Ella cayó, dejando resbalar todo su peso contra la figura del infante mientras su voz agonizante susurraba sus últimas palabras contra oídos ajenos. Palabras que habitarían la consciencia del niño por toda la eternidad."

 

Ocho horas, treinta minutos y cincuenta segundos exactamente habían transcurrido desde que se habían apagado las luces, Beyond se encontró contando cada milesima de tiempo en su espera mientras se inmovilizaba recostado sobre el colchón de aquella cama de hotel. El espacio era inmenso en comparación a otros edificios. No quería reparar en gastos economicos simplemente porque no le interesaba averiguarlo pero estimaba una elevada cantidad de dinero a cambio de semejante comodidad. Se removió y volvió a perderse en la negrura del techo. Watari había entrado en la habitación hace poco y le había hecho algunas preguntas luego de comprobar que seguía despierto y de ofrecerle el barquillo sabor limón que repartió anteriormente entre los policias, según le comentó; no hablaron nada novedoso pero algo que B acentuó durante la corta charla fue el motivo de su visita y, en consecuencia, Watari aseguró que intentaría convencer a L de venir con él pero de eso ya había sido media hora atrás. Se preguntaba si debía interrumpir a L en sus actividades, quizás los nuevos integrantes de la investigación ya estaban tomando una siesta, o tal vez no, pero no afectaba en nada que robara a L un momento, ¿cierto? Probablemente era demasiado arriesgado atreverse pero su objetivo desde un principio fue estar con L así que no tenía sentido que se durmiera ahora y se marchara entrada la mañana. Se levantó decidiendo llevar a cabo su plan de todos modos pero la puerta se abrió antes de que pusiera los pies sobre el suelo. Alarmado alzó la mirada y su corazón se aceleró al distinguir la figura fantasmal que capturó el interruptor con sus largos dedos para encender la luz, volviendo lucida la figura arapienta de L quien prefirió mirar la ventana abierta en lugar de ver a su medio hermano quien se petrificó en su lugar de forma inconsciente. 
 
—Watari dijo que tienes planeado irte otra vez —acotó antes de por fin enfocar su apatica mirada hacia B—. ¿Por qué?
 
—Si esclarecieras la dirección de tu cuestionamiento podría darte una respuesta concreta.
 
—¿Acaso te programaron para evadir cada una de mis preguntas?
 
—La programación solamente funciona en los aparatos electronicos, en realidad no tengo conocimientos sobre si tal acción tiene efecto en cuerpos humanos. Valdría la pena ponerlo a prueba cuando salga de aquí.
 
—No te atrevas, B-kun. Haré que te encarcelen de por vida si me entero de un caso relacionado con esta conversación.
 
—¿Te molestarías en hacerlo si no se resuelve hasta entonces el caso Kira?
 
—No creo estar lo suficiente ocupado, como ves, no he ignorado tu visita. —Los labios de Beyond fueron sellados ante aquella respuesta, volviendo a sentir el respirar del fuego una vez más en sus entrañas. Contradictoriamente su sangre se volvió helada al correr por sus venas, al mismo tiempo que sus mejillas desprendían de su piel calor. Era increíble cuántas sensaciones diversas eran provocadas en defecto de una palabra, un suceso, un fenómeno percibido por los cinco sentidos humanos. Por tal, B no se atrevió hablar cuando L se acercó hasta su posición, deteniendose justo a un costado de la cabizbaja figura gemela que internamente rogaba por la estabilidad de un herido autocontrol sofocandole—. Estoy feliz de verte, B-kun.
 
Armandose de valor, Beyond se obligó romper la tensión que obligaba a su cabeza permanecer en ese bajo angulo para alzarse y mirar dentro de los pozos negros que representaban las pupilas de su hermano mayor. Elle estaba junto a él ahora, no se trataba de otra de sus vanas fantasias; B volvía a ocupar el mismo plano que su mayor obstaculo, aquel que obstruía su camino cual bloque en mitad del sendero, inalterable, majestuoso.
 
—Yo también —dijo flexionando las piernas, levantandose, dejando que su rostro quedara tan cerca del contrario que no tardó en percibir la manera en que sus alientos se mezclaron una vez más—. El tiempo que pasé allá afuera... estuve pensando en ti, mucho.
 
Beyond no resistió más, se abalanzó sobre esa boca delirante, ese aliento de azúcar tan hipnotico y se reconoció perdido en las emociones desbordando dentro de sí como llamaradas que nacen y se extinguen antes de reducir a cenizas todo a su paso. El primer beso fue corto, sin respuesta. Besó esa boca por segunda vez y encontró perturbación en la respiración ajena. Rompió el beso y enseguida besó por tercera vez encontrando una respuesta casi inmediata, torpe con el tacto. Lawliet había entrecerrado los parpados para volverlos a abrir con frustración, empujó a Beyond con una mano para apartarlo pero su resistencia terminó siendo arrollada por el ímpetu con que B había roto la distancia por cuarta ocasión, entonces se dejó besar por quinta vez, dejando morir el raciocinio ese instante desastrozo en el cual descubrió su pulso maldecido por una velocidad aberrante. B lo miró a los ojos sin ningún pensamiento cruzando su mente, L intentó razonar cuando fue esta vez él quien besó los labios sabor a decapitación cuyo filo de hacha prometía hacer rodar su cabeza hacia todas direcciones sin parar. Por impulso lamió la comisura de sus labios, deslizando la lengua con curiosa inocencia dentro de la cavidad de Beyond, quien reaccionó apartandose un poco.
 
—¿Qué haces... ? —quiso saber, dejando en evidencia su ligera confusión.
 
—Consumes demasiada mermelada de fresa, pensaba que podría encontrar residuos de ello dentro de tu boca, estaba investigandolo.
 
—... Ya veo. —Beyond no podía decir más y agregó una sonrisa que así como llegó se esfumó de su rostro mientras alzaba una de sus manos, dedos que se posaron timidamente sobre el pálido cuello de Lawliet, comenzando a temblar sin razón. Su piel era tan áspera como lo recordaba. No tardó en imitar la acción con su otro brazo, esta vez colocando los dedos muy cerca de la clavicula. L se estremeció—. ¿Eso fue una reacción... ?
 
—No estoy seguro —admitió Lawliet—. Es porque estás muy cerca... tu respiración es fría —explicó. No era sólo eso, L lo sabía, pero no quería externar sus cavilaciones cuando no estaba seguro hacía dónde marchaban sus pensamientos; tal vez ni siquiera pensaba—. B-kun, ¿es tu propósito estudiarme? ¿Esto era lo que querías cuando decidiste venir a verme?
 
Una sonrisa menos sincera se dibujó en los agrios labios de Birthday mientras meditaba los diferentes significados que arrastraba la primer pregunta de su consanguíneo—. ¿Por qué no te recuestas, Niichan?
 
—¿Quieres asesinarme? —cuestionó L, su acento teñido de alerta—. ¿Mi plazo venció?
 
—¿Plazo? —B actuó confundido, apartando sus dedos del cuello de Lawliet una nimiedad, incapaz de suponer a lo que hacía referencia L en ese preciso momento.
 
—Como lo pediste, pensé en ti... en tu habilidad. He resuelto el misterio —declaró, convencido—. Eres capaz de ver el tiempo de vida que le queda a una persona, es por eso que el objetivo que eliges muere en tus manos definitivamente sin necesidad de preocuparte por que algo salga mal. En efecto, tu don también se enlaza a la habilidad de leer los nombres reales de cada persona sin importar que esté usando un alias. Estuve revisando algunos recuerdos y noté que tanto a Watari como a mi, durante nuestro primer encuentro, miraste sobre nuestras cabezas antes de recitar nuestros nombres reales. No podías matar a Watari porque su tiempo de vida escapaba de tus capacidades. Desconozco el origen de este extraño poder tuyo o si lo adquiriste en algún momento de tu vida pero no puedo pensar en nada más con todas las pistas que me brindaste.
 
—Así es. —Beyond soltó a Elle, descubriendo al acido nacer a la altura de su pecho. Aquel sentimiento ¿sería resignación? No lo sabía—. Sin embargo, no lo obtuve de nadie. Desde que poseo uso de razón, he visto infinidad de nombres con diferentes fechas anunciando las muertes de los portadores. No hay manera de eludirlo. Si el plazo de una persona es cumplido, esta muere, no importa si alguien intenta salvarle. Lo mismo es para los animales, cada ser vivo tiene un destino inalterable pero estos plazos actúan de una manera muy distinta, tanto que al principio pensé que mi intervención no surtiría efecto alguno.
 
—B-kun...
 
Lawliet se sintió conmocionado por aquella sinceridad, después de todo significaba que B había puesto a prueba los limites de su don, investigandolo a fondo con cada vida que se cruzaba en su camino, ansioso por descubrir por si mismo el poder que nadie más poseía, volviendole alguien solitario sin interés en nada que no fuera la muerte, y este pensamiento inspiró un sentimiento de angustía dentro de él pero, ¿entonces por qué había sobrevivido a su plan de suicidio? Si era capaz de ver el tiempo de vida restante en los seres vivientes, ¿por qué había fallado al final? L no podría evitar preguntarselo. 
 
—He visto incontables muertes con estos ojos pero no soy capaz de ver la mía —agregó Beyond como si existiera conexión entre ambos cerebros, algo muy curioso para L quien observó esa silueta imitadora con mayor profundidad, aguardando por cada una de las respuestas de esa entidad tan oscura y fascinante a la cual sin querer estaba ligada su existencia misma—. Es como si yo estuviera muerto y el mundo a mi alrededor se tratara de una proyección de mi subconsciente energetico, es por eso que no tengo miedo... pero, al mismo tiempo, me hace sentir miserable. ¿Cuándo pude fallecer? ¿De qué manera? ¿Será que soy una especie de dios que aún no despierta de sus fantasías? De ser así, ¿por qué? Esto ni siquiera debería ser un sueño si ya estoy muerto y no consigo morir otra vez.
 
—Eso...
 
—Entonces, eso querría decir que yo te he creado, Niichan. —Tal afirmación aterró a Lawliet al instante, victima de una sensación mortifera que le obligó paralizarse—. Que el causante del suicidio de A en realidad he sido yo y que Watari creó Wammy's House porque no quería sentirme solo en la nada. ¿De esta manera es como se siente una figura espiritual?
 
—B-kun —le llamó con insistencia, alterado, inquieto con la visión de un episodio de locura consumiendo poco a poco la mente de Beyond; no podía permitir que esto siguiera o sería irreversible. Jamas hubiera imaginado que de esa forma se sintiera su antiguo segundo sucesor, el peso de aquel don era demasiado si el portador desconocía su procedencia. Sin saber qué hacer, Lawliet tomó a su hermano de los hombros, comenzando a sacudirlo.
 
—Eres mío, L. Es por eso que Kira no debe influenciarte más de lo que yo puedo hacer. Yo he creado a Kira, así que sólo yo puedo borrarlo, él fue el primero en salirse de control...
 
—¡Beyond! —exclamó fuertemente, con desespero y pánico. Mas el nombre de B en sus labios fue suficiente para traerlo de vuelta, este levantó su escarlata mirada hacia el rostro del detective, rindiendose al impulso de sujetarse de él, recuperar el juicio que había perdido, temblando. Lawliet volvió a sentirse inseguro de cómo tratar esta situación, pues desconocía lo que su consanguineo necesitaba para calmarse, instintivamente rodeó su cuerpo con sus brazos en reacción a un recuerdo de su niñez donde Watari lo sujetaba entre sus brazos; él le había explicado que en ocasiones sólo hace falta un abrazo para consolar al herido y, aunque desde siempre cuestionó la veracidad de ello, no sabía lo que tenía este simple gesto que siempre logró hacerlo sentirse mejor en el pasado. Decidió dejarse llevar por el momento y abrazó como mejor pudo el cuerpo de su hermano. Timido e inexperto deslizó sus manos contra la huesuda espalda de B, tratando de imitar la imagen y calidez grabada en su memoria de los tantos abrazos que le dio Watari. —Yo también tengo miedo, B-kun... —musitó—, pero huir no solucionará nada... estamos vivos, ¿cierto?
 
Beyond afianzó el agarre casi con ternura, sobornado por una delicadeza impropia que no solía usar ni siquiera cuando administró droga en las intravenosas de sus victimas. La calidez que le transmitían los brazos de Lawliet era demasiado, demasiado para alguien que no puede discernir entre la fantasía y la realidad cuando ha sufrido un acontesimiento psicotico, mas nunca esperó esta clase de afecto por parte de L. Beyond había olvidado el significado de un abrazo después de lo que había vivido junto a su madre.
 
—Tú estás vivo, Elle... —reconoció en un susurro casi imperceptible—. Nada más me importa justo ahora.
 
L sintió que B lo empujaba suavemente pero no opuso resistencia, descendiendo con voluntaria obediencia sobre la superficie de la cama. En un principio se había sentido alarmado por aquella petición de recostarse pero ahora no temía a nada proveniente de su acompañante, mas lo único que hizo a esas alturas fue sentarse de manera floja. Debido al cambio de posición, se vio obligado a sostener su propio peso con las manos aferradas al filo del colchón, no del todo sorprendido por la manía de B por lamer su cuello de pronto, el tacto húmedo de aquella lengua seguía provocandole cosquillas pero trató de relajarse cuando las manos del asesino dieron inicio a una serie de caricias inoportunas desde su pecho hasta su cintura, explorando con calma. Beyond se apartó de nuevo un poco para posicionar una de sus rodillas entre las piernas abiertas de Lawliet quien lo miró de reojo pues sentía demasiada calor y le daba vergüenza ver dentro de las pupilas de B en su estado; su cuerpo se estaba comportando extraño, pues los mecanismos sexuales que se mantuvieron arrumbados por tiempo indefinido ahora causaban estragos por todo su organismo y no entendía por qué estaban despertando justo en ese momento cuando no estaba interesado en hacer nada relacionado a la insinuante actividad estimulando las sensaciones. Consternado trató de ignorar el ligero hormigueo que se generaba en su bajo vientre, alzandose y bajando como una ola en el agua.
 
—Para, B-kun... —dijo sin fuerzas, como si su voz hubiese quedado apresada entre las paredes de su garganta. Suspiró, victima del efecto que le habían entregado las yemas de los dedos de Beyond debajo de su holgada playera.—Ahora mismo no puedo... no me siento en condiciones... —Haciendo caso omiso de aquellas palabras sin sentido para él, Beyond se inclinó bajando el cuello de la playera para tener un mejor alcance de las cicatrices habitando esa zona del cuerpo, la clavicula y poco a poco el pecho—. B-kun.
 
—Sería más sencillo para ambos que te quitaras la playera, Niichan. Esto se torna incomodo.
 
—¿Tienes la intención de seguir? —cuestionó con disimulada molestía, actitud que no se ajustó en absoluto a su visible agitación debido a la consternación de no comprender lo que sucedía en ese momento; había sentido algo parecido la noche que durmió más tiempo del acostumbrado por su cerebro mientras dentro de este se gestaba un sueño húmedo con Beyond como protagonista directo—. ¿Acaso... quieres tener sexo conmigo?
 
—... No sería una mala idea —admitió tras un microsegundo en silencio—. Pero, aunque parezca increíble, no sé cómo es que dos hombres lo llevan a cabo. Tengo una idea pero también tengo entendido que se requiere preparación y anticonceptivos. Nunca me he sentido atraído por la pornografía así que tampoco entiendo el concepto de "calentura", guiarse por los instintos sexuales no asegura un resultado efectivo... quizás.
 
—Entonces... —Lawliet observó con extrañeza a Birthday, analizando la mirada un tanto escandalizada que parecía delatarse con todo y su expresión mecanica—. ¿Quieres hacerlo? —Beyond rehuyó la mirada entonces, premitiendo a L interpretar libremente su falta de respuesta—. ¿Deberiamos hacer lo que hicimos antes?
 
—¿Antes... ? —repitió en medio de un murmullo, sin romper la incomoda posición que lo mantenía tan cerca del mejor detective del mundo, a escasos centimetros de sus labios.
 
—Juntar nuestras bocas...
 
B dejó al silencio reinar un poco más sobre el ambiente, considerando marcharse antes de que comenzara a entrar en pánico, o quizás era que estaba sintiendo vergüenza y por ello no tenía idea cómo manejar esta situación. Bajó la mirada accediendo aproximar su rostro más cerca de Lawliet, abriendo un sendero para culminar una unión fugaz antes de que B se apartara tan sólo unos milimetros para aclarar un punto de la conversación.
 
—Se  le conoce por "besar".
 
—Besar... —reiteró L antes de dejar a su juicio distraerse con el tímido beso que ejecutaron juntos, descoordinandose de pronto, perdiendose en la confusión. 
 
Este beso era muy distinto al de otras ocasiones, aunque lo intentaban no conseguían ajustar sus labios, por lo que se vieron obligados apartarse antes de dar un nuevo intento. La respiración de BB había mutado considerablemente y era tremula como los digitos que se habían sujetado a los brazos de Lawliet, nervioso y desconcertado con su propia torpeza. El joven detective sintió al corazón latirle con fuerza y se animó a posar una de sus palmas en el pecho de B, comprobando cuan agitado yacía su acompañante también, en muestra de ello se tomó el descaro de empujarlo suavemente, hecho que hizo a B sentirse rechazado pero cuya frustración fue rápidamente reemplazada con los movimientos apresurados de L al quitarse la holgada playera blanca, mostrando sin ningún pudor su mutilada piel blanca, marcas de cicatrices teñidas de un color más oscuro distribuídas por cada zona expresiva. Birthday estaba acongojado con esto, pues jamás pensó que todo el cuerpo de Lawliet hubiese sido victima de estas heridas letales, mas deslizó su mirada al encuentro de cada pequeño vestigio de un pasado que aún estaba oculto de su entendimiento y su inspección fue tan intensa que L sintió la necesidad de volver a cubrirse pero fue detenido por la lengua de B tratando de sanar los residuos imborrables de una infancia apartada de la realidad actual sin preguntar por ello, atraído cual imán hasta la profanada carne pálida. L rozó los cabellos de B con sus dedos, terminando por sostener el peso de su mano sobre esa cabeza que no dejó de moverse sobre su pecho, lentamente descendiendo alrededor de su ombligo, haciendole cosquillas con la punta de la lengua. Lawliet no entendía lo que Beyond hacía y no quiso cuestionarlo en ese momento, pues sospechaba que si se atrevía articular palabra esta daría paso a una serie de vergonzosos jadeos que no quería externar mientras la boca de B parecía querer comer de las cicatrices y extraer la sangre que alguna vez se derramó por medio de estas, sangre que esperaba mantener dentro de sus venas. Cuando terminó por recorrer las cicatrices a su alcance, Beyond dejó a su mirada caer sobre el boton del pantalón de mezclilla que cubría a L, preguntandose si habría más heridas cerradas que probar en la división del bajo vientre con sus piernas. Sin embargo, recordó algo más y se quitó de encima la playera negra de algodón que lo estuvo vistiendo. Siquiera haber terminado el tacto de L lo sobresaltó y miró desde su posición aquel rostro desfigurado por una mueca de aparente cansancio; había sido una tortura para L sostener los miles de suspiros que su cuerpo obstinadamente había intentado expulsar fuera de su cavidad. B lo observó con curiosidad, era la primera vez que le veía en ese estado.
 
—¿Qué pasa?
 
—No es... nada —mintió. No le quedaba más por hacer si quería salvar su dignidad pero lo cierto es que el mejor detective del mundo estaba turbado por las sensaciones que había experimentado, era la primera vez que permitía a B lamer algo más que su cuello y el resultado estaba siendo caotico para sus motores corporales. Su sangre ardía pero esto se debía a la agitación de su corazón, nada más que algo quimico, meramente automatico para el sistema humano—. Es sólo... —L olvidó terminar la oración, pues al instante besó la frente de B, estimulado por una excitación que no podía disipar de sus acciones, dejó a su boca besar cada centimetro en la cara de B -quien secretamente estaba turbado también- antes de llegar a sus labios y dejarse guiar por esa serie de besos desordenados a los cuales B respondió despertando de un breve congelamiento cerebral. —Beyond...
 
—... Elle.
 
El susurro de B fue impulso para alejar sus rodillas del suelo, terminando por levantarse sin romper el contacto de ambas bocas y subiendose en el regaso de su -ahora- amante con claras intenciones de tumbarlo consigo sobre la superficie acolchonada. De pronto una sed sin origen provocó que su pasividad inicial quedara congelada, dando paso libre a una bestia voraz a la cual no le importó la brusca caída de ambos cuerpos y el crujido que esto causó en la cama metalica. De pronto no quería dejar ir a Lawliet y quería ver más de esas reacciones, de pronto no podía frenar su deseo, de pronto le encantaba consumir de otra carne y cautivarse con el ambito al que -detective y asesino- se estaban aventurando juntos. Birthday sabía lo que la sexualidad era; una única experiencia en su adolescencia le había introducido a los placeres de la carne pero desde entonces nunca consideró esta una actividad atractiva, siempre pensó de ello como un instinto convencional para los seres vivos, algo que se hace por la necesidad corporea de liberar sustancias que al acumularse provocaban irritabilidad y otras reacciones centrífugas dentro de la vida diaria. Mas esto que sentía en él ahora carecía de todas las conclusiones a la cuales había llegado con un analisis mediocre y falto de interés. La actividad seguía siendo superflua pero había algo diferente; al ser Lawliet todo cambiaba. L gimió por fin cuando una serie de movimientos en su entrepierna lo sorprendieron, B había liberado de la rasposa tela su miembro, sacandolo además de su fortaleza de algodón para luego unirlo a otro organo reproductor endurecido, los cuales fueron acariciados por la mano libre del más joven ya que con la otra sostenía su peso por encima de L quien entendió lo que debía hacer para facilitarle a B la actividad.
 
—Sujeta sólo el mio —dijo con suavidad en busca de imitar la silenciosa labor con mano propia y B no tardó en acatar la sugerencia, jadeando sin control sobre el rostro de L.
 
—... No estaba planeando arrastrarte a esto —comentó Beyond casi apenado, conmocionado por el placer activo que estaba siendo atendido por su consanguineo quien tardó en reaccionar, perdido con la forma en que su cuerpo respondía a la masturbación que B ejecutaba en él. Encogió los dedos de los pies y flexionó las piernas sobre la cama como si hacerlo disminuyera la presión que se gestaba en su vientre, como si de algo sirviera el hecho de que se agitaba y removía constantemente por simple resistencia. Se negaba a perder la cabeza pero aquella situación ya había escapado de su previo control.
 
—Ahora no es importante —evidenció Lawliet poco antes de que comenzara a sentir que su vista perdía enfoque y que un brote inmenso de placer terminaba por aturdir cada uno de sus sentidos—... Beyond —logró pronunciar, tal vez al ser lo único que se le vino a la mente, o quizás buscó cerrar su argumento cuando la liberación de su esperma se interpuso entre la vibración de sus cuerdas vocales y el desenlace de aquel improvisado ejercicio. Beyond, por otro lado, apenas pudo disfrutar de los desniveles en la pronunciación de su nombre, pues él también había sufrido la misma culminación en su propio cuerpo, entonces se percató de la sensación pegajosa del semen escurriendose por sus dedos y abrió sus ojos encontrandose con la imagen de su hermano mayor respirando con desvocada pesadez. Ojala siempre pudiera verlo así, tan vulnerable igual que un petalo de flor seca, pues Lawliet era como un fantasma y Beyond como un espectro cuando estaban separados.
 
—Eso... estuvo bien, ¿no? —decía B, buscando controlar la ansiedad.
 
—No sabría... decirlo.
 
Beyond extendió en sus labios una sonrisa agotada, la más sincera que había expresado en mucho tiempo. Maldito fuera Lawliet por ser el único en traer de vuelta aquello que lo hacía humano, plagado de errores e instintos. Todo era tan extraño, estar en esta  situación con L, sólo la simple idea de compartir un espacio con él para Beyond era como un sueño. Y lo que había hecho significaba más que cualquier clase de relación sexual, ninguno de ellos creía en el amor eterno o en el sexo sin compromisos; ambos eran libres de etiquetas sociales por ello es que ninguno estaba seguro qué les depararía. Y B no quería darle nombre a lo que en esos instantes tenían estando juntos, ni importaba. Fue entonces que el joven asesino miró sus manos todavía posadas contra sus miembros, contemblando la sustancia blanca que terminaba por escurrirse hasta los pantalones mezclilla del detective.
 
—B-kun... necesitamos servilletas.
 
—... Oh. —Beyond despertó de su letargo mirando a L a los ojos—. ¿Dónde están?
 
—Hay una caja sobre el estante. Watari la dejó ahí para mi ayer.

Sin responder, Beyond se apartó de Lawliet, emprendiendo camino al mueble señalado de donde tomó la caja en cuestión antes de volver sus pasos a la cama y tenderlo a su hermano después de tomar la cantidad de servilletas que él mismo requería para limpiar la suciedad de su cuerpo. No se sentía inquieto, en realidad estaba satisfecho y ya no percibía la misma vergüenza que experimentó al principio pero le era más complicado dejar de mirar a L, observar la manera como esas delgadas manos realizaban movimientos simples sobre su miembro, llevandose la eyaculación en medio de las suaves hojas, o la forma tan leve como se mesian sus maltratados mechones de cabellos contra la piel. L era perfecto. Lo amaba.
 
—No mueras —musitó de pronto. 
 
Casi como si sus sensores de alerta se hubiesen activado de prisa cuales engranajes de reloj, Lawliet detuvo su actividad y levantó la mirada hacia Beyond quien en reacción habia bajado la mirada al suelo, avergonzado por alguna razón que L no sabría adivinar ya que B solía sentirse abochornado con situaciones muy poco congruentes. Pero lo que ahora le interesaba averiguar era si sus oídos no intentaron engañarlo, si en realidad había escuchado lo que creyó oirle pronunciar. Debería estar imaginando cosas, después de todo no tendría sentido que B -quien pensaba en la muerte como un espectaculo- le dijese a alguien, en ese tono tan triste, algo similar. Habiendo eludido ese extraño brote de sentimiento nacido en su pecho, L terminó de acearse, vistiendose con moderada dificultad la playera y cerrando el cierre y botón de su pantalon para deslizarse sobre la superficie del colchón y acomodarse cerca de B que todavía yacía cabizbajo, entonces depositó en su mejilla un beso cual repentino tacto obligó al menor encogerse más en completo silencio.
 
—Debo irme —avisó desviando la mirada con cierta decepción—. La investigación apenas ha dado inicio, no puedo ser el único tomando un descanso así que volveré a la sala.
 
Sin embargo, aunque había bajado de la cama pretendiendo alejarse, una sensación en su muñeca lo hizo detenerse para darse cuenta que los dedos de B sujetaban una de sus mangas, no con la suficiente fuerza para retenerlo de su andar pero si con el deseo ilicito de mantenerlo ahí. L no se movió por varios segundos, esperando por algo, aunque no estaba seguro qué. B tampoco se movió, permaneció en la misma posición hasta que finalmente dejó caer el brazo sin fuerza aparente, entristecido. L habría querido cuestionar pero no pudo, las palabras correctas no se formaban en su lengua, simplemente era incompetente para articularlas en medio de su estupefacción momentanea cual prisión de ideas sin forma. Entonces retornó a su inicial objetivo de alejarse sin prestar más atención a Beyond o a su fascinante figura bañada en incertidumbre y cuya mirada siguió a Elle hasta la puerta sin brindar apertura a una serie de impulsos que se amontonaron en su interior. Quiso seguir a L, tuvo la necesidad de pedirle que se quedara más tiempo a su lado, planeó decirle tantas cosas pero ninguna salió más allá de su mente pues no sabía si tal valía la pena; sólo charlar con su hermano mayor, sólo tenerlo unos instantes más. ¿Por qué era tan dificil contenerlo? Si pudiera capturar su atención, más de lo que hacía Kira, ¿estaría siendo justo? L había dicho que pensó en él durante su ausencia pero aquello no era suficiente, sentía que no tenía sentido si los separaba el deber, o la inquietud por capturar a Kira. ¿Acaso quería consumirlo más? Beyond se dejó caer contra el colchón y suspiró, decidiendo dormir, despejarse de todos esos nudos innecesarios, pues al final tuvo la oportunidad de ocupar el mismo espacio que L y aquello sin duda era un tesoro. Se acomodó de costado y se dejó cerrar los ojos sin preocuparse por apagar las luces, entregandose al sueño sin preambulos, completamente relajado con la sensación de las sabanas impregnadas ligeramente con el aroma de L, la esencia de su incomparable presencia.

L se quedó de pie tras la puerta intentando comprender los recientes sucesos. Sabía que al distraerse perdería aquello que planeaba tener como prioridad latente pero no conseguía evitarlo justo en ese momento y consideraba prudente para la investigación analizarlo al instante si quería rendir su cerebro al caso Kira en el momento que llegara a la sala. B, el antiguo segundo candidato a sucesor de Wammy's House, el asesino de las puertas cerradas, el asesino Wara Ningyo, Rue Ryuzaki, Beyond Birthday, su hermano de sangre. Aún dudaba que este sentimiento fuera sano pero realmente no le importaba en la actualidad. Al fin, luego de un cúmulo de ideas disparatadas y gracias a lo ocurrido entre las cuatro paredes a sus espaldas, había deducido lo que Beyond significaba para él. Le quería, estaba seguro, pues mientras más le pensaba más se convencía de que este sentimiento inadecuado -de acuerdo al sistema social- era equivalente al enamoramiento. L jamás lo había experimentado pero llegaba a esa conclusión después de tantas bofetadas mentales realizadas en secreto ya que sólo saber que tenía a B tras aquella puerta hacía que su corazón se agitara con los recientes recuerdos, con ayuda de esas sensaciones impregnadas sobre cada cicatriz componiendo su cuerpo. Y no quería que se fuera pero no podría contenerlo ahí, no era correcto para ninguno de los dos. Con el dorso de su pie izquierdo se frotó el tendón del pie derecho en busca de alejar la toxicidad de aquel encuentro, sus incomodidades corporales que jugaban sucio para arriconarlo a una nueva necesidad. No debía, si continuaba con esta emoción agitandole se rendiría al impulso de entrar otra vez a la habitación así que se animó a caminar lejos de la puerta, esperando que todos esos toques inocentes efectuados por mera curiosidad y los rastros de la lengua gemela deslizandose en todo su cuerpo no fueran un impedimento para su eficiencia en el trabajo.
 
 
 
Los rayos solares que entraban por los cristales de la ventana, cautivaron la atención de cierta mujer que se dedicaba a distraerse con la luz del exterior sin poder abandonar la cama del hospital donde yacía debido a sus lesiones, y esta permaneció inmóvil tratando de recordar lo que había sucedido antes de que despertara en ese cuarto con aroma a desinfectantes cuando un llamado a la puerta de su habitación la hizo salir de sus pensamientos sin alejar su mirada de las cortinas blancas mesiendose con el viento que llenaba de frescura su desafortunada desdicha. La enfermera, que hasta entonces se había asegurado de atenderla, cruzó el umbral con una serie de hojas en mano y esta se colocó cerca suyo para ofrecerle un informe que obligó a la calmada paciente volverse hacia ella.
 
—Misora Naomi-san, tiene una visita.
 
Entonces la ex-detective miró a espaldas de la enfermera, reconociendo la silueta de un hombre que traía entre sus esqueleticos dedos un ramo exagerado de flores de distintas especies y tonos de colores. En el rostro de la mujer se arqueó una ceja.
 
—Disculpe que trajera conmigo este ramo, Misora-san. No tenía idea qué flores elegir para una visita al hospital —confesó aquel hombre con una sonrisa en los labios.

Notas finales:

¿Cuáles eran mis intenciones? Provocarle a alguien un paro cardiaco con este capitulo sorpresa, pero sería mejor si no lo logro, odiaría matar a un amante del ship porque entonces reduciría nuestra comunidad a cero, jaja.

¿Ha pasado tiempo, uh? No prometeré una pronta actualización, de todos modos ya conocen como es este negocio no siempre hay tiempo o inspiración disponible.


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