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Ave Versus Cristus por Xora

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Notas del capitulo:

Después de tanto tiempo vuelvo a actualizar por aquí.

Fic sin edición, casi un borrador. Versión mejorada disponible en mi perfil de Fanfiction.

Justo después de que su improvisada reunión con Roger finalizara, Near se había visto obligado retirarse por cuestiones reglamentarias, pues era a partir de las ocho de la noche que las puertas hacia el patio eran cerradas (como el acceso a otras secciones), y los huerfanos debían juntarse en el comedor para recibir la cena, entonces tendrían que retirarse a sus recamaraslo quisieran o no. Por algún motivo que no comprendía el joven británico notó que no tenía apetito, así que solicitó permiso de marcharse hacia su habitación con su plato por si necesitase llenar su estómago más tarde en la noche; tal vez el olor de los alimentos despertarían su hambre al mantenerlos cerca mucho antes de que se enfriasen. Near bajó las cortinas de su ventana y colocó su cacerola sobre una mesita que los profesores le habían entregado para que hiciera sus deberes, misma que arrastró hasta donde pretendía tirarse para jugar un poco con los juguetes que guardaba celosamente en una caja pequeña bajo la cama.
 
Cumplido su cometido procedió a tomar un par de figuras de acción que él mismo había fabricado, formando una carretera imaginaria con los carritos de plastico que conservaba de su vida pasada, los cuales tenían evidentes marcas de uso que nunca se molestó en arreglar, después de todo había decidido tirarlos a la basura cuando fuese capaz de comprar nuevos y finalmente los reemplazara. 
 
Cuando no estaba estudiando o prestando atención a las investigaciones de L, al albino le gustaba sumergirse por completo en escenarios fantasiosos  donde él controlaba el orden de los sucesos, fingir que el muñeco de cartón con la placa de policia realmente estaba trabajando el salvaguardar s los animales de granja que simulaban como civiles mientras en el otro extremo, el muñeco de yeso con la insignia de soldado estaba teniendo problemas para integrarse a su nuevo batallón.
 
Near creba las situaciones más exactas para cada una de sus figuras con desarrollos complejos que un niño alejado de su coeficiente intelectual estaría abrumado por los detalles, y esto el propio británico podría decirlo por experiencia.
 
Antes de llegar a Wammy's House los niños que se animaban acercarse a él pocas veces comprendían las decisiones que los hombres y mujeres en su imaginación tomaban para servir a la causa que previamente ua había estructurado, por lo que terminaban aisalandose de él aunque compartiesen la misma tierra, la misma mesa o el mismo trozo de azulejo. Jugar con otros posteriormente se había vuelto solitario, así que Near terminó encerrandose en su casa sin aceptar las sugerencias de su abuela paterna por ir al parque a convivir con otros. A tan corta edad se había percatado de que era diferente y no encajaba en la sociedad que lo rodeaba a pesar de estar dentro. El recuerdo lo hizo salir  abruptamente de la trama que ya había preparado en su mente para su reciente juego, considerando el hecho más profundamente.
 
—Los niños aquí somos diferentes a los que están afuera pero entre nosotros siguen existiendo diferencias, así que nos clasificamos a nosotros mismos por quien comparte nuestras aficiones —se dijo.
 
Por eso habían los que se movían en grandes grupos, quienes tenían facilidad de hacer amigos en cualquier grado escalorar, incluso entre los adultos. Luego habían los que por su carisma podían equilibrar la convivencia con todos pero preferían pasar el tiempo con tres o dos amigos que de verdad les importaban. Entonces estaban los solitarios como él, quienes sino fueran por tercos como Linda y Mello pasarían sus días siendo desapercibidos. No era que le molestara su realidad pero a veces se preguntaba cómo podría acercarse a los demás sin sentir que estaba siendo una molestía  o una perdida de tiempo, como Mello se lo había mencionado tantas veces. En ocasiones solía envidiar a los que sí sabían cómo socializar y tenían la certeza -el autoestima- que lo estaban haciendo bien.
 
—A... —le llamó mientras se rizaba el cabello con dos dedosintrigado con la postura del primer candidato a sucesor en base a lo que le había contado el director—. ¿Llegaste a sentirte de esta manera? ¿Es posible que haya sido uno de los factores que te fue empujando hasta ese punto? ¿Alguna vez quisiste que te mirara alguien... conociera tu punto de vista?
 
Dejó de tocarse el cabello, suspirando por la inutilidad de su interrogante. No habia nadie ahí. A no podría contestar sus preguntas o reducir sus inquietudes cuando ya se había marchado hace tiempo. Le dijo a Roger que quería investigar sus pasos para brindarle un tributo pero en esos momentos estaba reconsiderando su porpia propuesta, pues no tenía caso tratar de resolver un dilema que ha caído en la fosa común con un desenlace tan incierto, sin importar el problema que el simple efecto había arrastrado consigo. Era absurdo simplemente, incluso siendo el primer aspirante a sucesor.
 
«Near...»
 
El albino se tensó cuando aquella voz susurrante acarició su oído. Incrédulo miró a sus costados y luego a sus espaldas como si sospechara que alguien estuviese intentando jugarle una mala broma, pero no tenía sentido siquiera, pues a menos que el presunto huerfano se hubiese escondido en su diminuto guardarropa en forma de prenda o calcetín, tuvo que cruzar la puerta y en ningún momento la había escuchado abrirse. Sin estar seguro de cómo reaccionar, oprtó por acercarse a su comida ya tibia, comiendola despacio cuando sus animos de comer todavía no regresaban. Sorbió el caldo y lo revolvió mientras trataba ignorar lo recién vivido sin sospechar que percibiría el mismo murmullo tras su nuca.
 
«Encuentra las migas»
 
Paralizado Near trató darle lógica a lo que estaba escuchando. No podía culpar al cansancio pero desesperadamente se aferró a la idea mientras se echaba hacia atrás y volvía a inspeccionar su alrededor con mayor dificultad, en cierta forma asustado. Nunca había creído en fantasmas ni en energías malignas o maldiciones, más el viento frío que de pronto le congelaba el cuerpo le hizo temer a ese 0.001 por ciento de posibilidad que existieran. Todavía inseguro se puso de pie y caminó hasta la puerta donde posó la oreja para espiar el movimiento de afuera, esperando comprobar que había alguien del otro lado hablando, cuya voz debía estarse fltrando al interior. Sin embargo, lo único que podía oír eran los pasos que realizaban los miembros del orfanato apurando a los demás niños para que se acostaran. La idea de que ya hubiese pasado tanto tiempo le inicitó abrir la puerta para verificar la hora en el reloj que colgaba del muro delante de su cuarto, sorprendiendose de que realmente hubiesen transcurrido tres horas enteras, pues a él no le pareció haberse ensimismado en ningún momento.
 
—¿Qué haces? —Y la voz de repentina lo hizo mirar con los ojos bien abiertos en su dirección, sobresaltando al otro por su gesto—. ¿Qué?
 
—Mello... —lo reconoció recomponiendose—. Buenas noches, Mello.
 
—Nada de "Buenas noches, Mello" —le imitó irritado—. ¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué me volteaste a ver así?
 
—¿Cómo?
 
—¡Así! —señaló, incapaz de explicarse mejor.
 
—Lo siento, Mello. Me temo que no comprendo el motivo de tu expresión —declaró desviando la mirada para retorcerse un mechón de cabello, reacio admitir para sí mismo que la presencia inesperada  del esloveno lo había sorprendido. Mello refunfuñó—. Pero sino te molesta que pregunte, ¿por qué estas aquí? La habitación de Mello se encuentra en dirección opuesta.
 
—O-Oh... b-bueno, y-yo.. —Mostrandose nervioso el rubio buscó darle una explicación diferente a la real, por su parte Near comenzó a maquinar conclusiones. ¿Podría pertenecer a Mello la voz que había oído hace unos momentos? Lo dudaba pero mientras reflexionaba, el otro chico pareció darse cuenta de algo importante—. ¿A ti qué te importa lo que haga o no? Mis asuntos son mis asuntos.
 
—Tendrás problemas con los docentes si te descubren —obvió.
 
—Lo dice el que tiene la puerta abierta y mira a los transeúntes como si fueran presas a deborar.
 
—No era mi intención hacerte pensar que te estaba cazando.
 
—¡Pues cualquiera lo pensaría si te hacen una pregunta y giras la cabeza tan abruptamente! ¿Qué te pasa? Pareces un fantasma.
 
—¿Mello cree en fantasmas?
 
—N-No —negó sonrojandose antes de sonreír burlón—. ¿Tú sí?
 
—Debo admitir que en estos momentos estoy considerando la posibilidad de su existencia.
 
—¿Por qué? —inquirió Mello con preocupación.
 
—Escuché claramente cómo alguien decía mi nombre y también me murmuró que encontrara las migas, una voz... como de infratumba.
 
—N-No juegues, Near.
 
—Pensaba que alguien podría estarme jugando una broma, por eso me asomé, pero cuando abrí la puerta no había nadie, ni siquiera el sonido que hacen los niños en las otras habitaciones. Estaba seguro que no había pasado demasiado tiempo desde que entré e mi recamara pero cuando vi la hora comprobé lo contrario. Fue como si esas tres horas colapsaran en un abismo paralelo. Entonces apareciste tú.
 
—¡Y-Ya basta, Near! —exclamó Mello de pronto, intrigando al británico por su tono duro pero trémulo—. Si te piensas que vas asustarme con esos cuentos tendrán que intentarlo mejor —mintió adoptando una postura valerosa—. ¿Olvidas quién posee la puntuación más alta en todas las actividades de Halloween? Además debes saber no es suficiente con sólo narrar la historia, necesitas ambientarla para provocar el efecto adecuado en los oyentes.
 
—No estaba narrando una historia, Mello.
 
—Si, si, lo que digas —le restó importancia—. Suerte para la próxima.
 
Ante la insultante falta de interés, Near no tardó en sentirse irritado por lo que se apresuró despedirse de su acompañante y así retornar a su actividad inicial que era cenar. Sin embargo, antes de que concretara cerrar la puerta una mano se interpuso a toda velocidad, y cuando miró a Mello se dio cuenta que su rostro estaba adornado por una expresión de pánico puro, inspirando que internamente alzara una ceja con expectación. Acababa de presumir que era el mejor en las actividades de Noche de Brujas, aunque era cierto que Near nunca tuvo ningún interés por participar en ellas.
 
—Está decidido —le espetó cuando sus músculos faciales abandonaron el miedo  que había estado dominandolo para dejar en su lugar una mueca llena de determinación—. Vendrás conmigo.
 
—¿Disculpa?
 
—Debes hacerte responsable de tus actos, Near. Así que vendrás conmigo todo el camino hasta los sanitarios.
 
—Creí que habías dicho no creer en los fantasmas —le recordó el albino con una sonrisa jocosa.
 
—Y sigo sin creer que existen, pero acabas de sugestionarme y sé que aunque no existan terminaré viendo uno y tú serás a quien yo entregue de tributo cuando eso suceda.
 
—Eso no tiene ningún sentido, Mello.
 
—¡Lo tiene para mi y eso es más que suficiente!
 
Reprimiento un suspiro exasperado, Near accedió dejar la puerta abrirse de nuevo para estar completamente a merced de su autoproclamado rival, para que lo sujetara del brazo y arrastrara por todo el pasillo con rumbo previamente establecido. El joven inglés se hubiese quejado del trato recibido sino estuviera aún perturbado por la voz que había escuchado, comprendiendo que apreciaba la compañía más que el silencio al que pudo estar sujeto el resto de la noche. Sólo esperaba que este suceso no fuera empeorar la situación. 
 
Remembrando un poco más mientras caminaban en completo silencio, Near notó que ya había escuchado esa extraña voz durante el atardecer, sólo que en ese instante no le había tomado mayor importancia. ¿Sería posible que no se tratase de una alucinación inducida por el subconsciente? Después de todo sin Linda alrededor su cerebro podría estar dando eco a la voz femenina distorcionada, todo porque se sentía más solo que nunca sin ella, aunque en ningún otro momento hubiera sido receptor de un reflejo parecido, pues aún tenía a Mello a su lado. 
 
Miró los solitarios corredores y se preguntó por cuánto tiempo más estarían las luces encendidas, pues no dudaba que tal fuera el motivo por el que el rubio le ordenó acompañarle todo el trayecto; Wammy's House brindaba un aspecto aterrador mientras era azotado por las penumbrasde la noche, sombras que confundían unas figuras con otras con el objetivo de perturbar la visión de los desafortunados vigilantes nocturnos, así como aquellos niños que osaban aventurarse. Pero lo que terminó por llamar la atención del británico fue la manera en que Mello ignoraba las puertas abiertas de los sanitarios para varones, avanzando del largo hacia las escaleras ascendentes, así que no pudo evita cuestionar extrañado.
 
—¿A dónde vas, Mello? Los baños están aquí.
 
—No estaba yendo a estos —dijo como si hubiese sido evidente—. Sigue caminando, vamos a los que están en la planta alta.
 
—¿Por qué? —quiso saber contrariado, a veces su rival realmente ponía a prueba su paciencia.
 
—Me gusta el espejo de allá, es mucho más grande y limpio, además es nuevo, por lo tanto es increíblemente reluciente, refleja hasta los más mínimos detalles.
 
Near se llevó una mano al cabello comenzando a rizarlo. No pretendía juzgar al rubio pero su respuesta le hacía pensar que no se dirigía al baño para cubrir sus necesidades biológicas más de lo que le importaba contemplarse a sí mismo. Aunque no podía simpatizar con aquellos que tienen especial cuidado a su apariencia, pensó que quizás Mello estaba desarrollando una enorme vanidad, pues ya lo había encontrado considerables veces mirandose al espejo por demasiado tiempo en el pasado, incluso antes de que Matt se fuera.
 
 —¿Tal vez porque las luces de las barras son blancas?
 
—Es posible —asintió restandole importancia y continuando su camino. 
A Near le molestó que no solicitara su parecer siquiera por cortesía para seguir haciendole compañía pero prefirió no exponer su negativa, aún agradeciendo que el esloveno no sintiera aversión por tenerlo cerca durante la noche. En un punto supuso que le provocaría desagrado el simple hecho después de todo lo que había pasado entre ellos, así que esta situación lo calmó en cierta forma.
 
 
Continuaron subiendo sin novedad las escaleras hasta los pisos superiores pero pronto notaron que había un largo sendero de oscuridad por atravesar al fondo. El albino miró a su compañero de soslayo, sólo para darse cuenta de cuan nervioso se había puesto ante la inevitable realidad pero lo vió respirar profundo un poco, animándose encabezar la caminata otra vez hasta encontrarse con aquel pasillo negro donde continuaron andando sin mediar palabras. La velocidad de sus pasos reducieron de pronto pero Near no condenó esta instintiva reacción ya que al siguiente instante se detuvieron frente a las escaleras correspondientes al ático, cuya puerta los saludaba con una quietud móbida, casi burlesca como un arlequin cuales vestiduras coloridas no alcanzaba para disimular su naturaleza demoniaca. Near pudo estremecerse inquieto por la comparación si no hubiese notado la mirada seria del esloveno, la cual parecía querer cavar entre sus densas capas por motivos ocultos, puramente personales. Después de todo Matt nunca dejó de mostrarse interesado por los rumores que la relacionaban y tal vez era por eso que le había aterrado la simple idea de camina cerca de esta en la oscuridad completamente a solas, como si alguna criatura infernal pudiese resurgir de entre la vieja madera con deseos de deborar a cualquiera que osara presentarse sin nadie a su alrededor. El pensamiento fue tan inmersivo que casi olvidó que Near estaba a su costado, así que reaccionó con un sobresalto cuando lo sintió moverse hacia adelante, justo frente al inicio de las escaleras.
 
—Roger dijo que se habían perdido las llaves que abren esa puerta. ¿Crees que sea verdad? —inquirió como hipnotizado por la apariencia sombría y las ligeras -casi inexistentes- rafagas de viento que se deslizaban de sus huecos como respiraciones.
 
—No lo sé, a ningún adulto le gusta hablar de ello, prefieren mantener el secreto antes que decir la verdad y no los culpo, no es un tema bonito.
 
—¿Mello también está interesado?
 
—Sólo un poco, no considero indispensable resolver este misterio. —Near devolvió la vista a la puerta, pensando. La voz que había escuchado llamandolo la primera vez ocurrió justo ahí, y era igual a la de hace poco, ¿estaría relacionado?—. Vamonos ya, Near. Quiero usar el espejo antes de que alguien nos descubra.
 
Sin animos de resistirse, el albino accedió acompañar los pasos del amante al chocolate hasta los sanitarios construidos en ese corredor, cuyas luces se escurrieron afuera manchando de blanco el hasta entonces negro pasillo, obedediendo esperar en el marco de la entrada y junto al switch para vigilar la llegada de posibles intrusos con un plan de evasiva en mente. 
Durante ese periodo que Mello inspeccionaba su cara y resto del cuerpo en el espejo, Near reflexionó en el caso de A. ¿Cuáles eran las razones tras su suicidio? Si lo pensaba de esa manera eso significaría que quitarse la vida formaba parte de un plan, un esquema que había estado trazando para conseguir un objetivo como Roger lo había sugerido antes. Si A era tan inteligente como el director lo planteó tan subitamente, suicidarse pudo ser parte de esa delicada confabulación en contra del sistema de sucesores; era posible que en contra del propio L. Aún así pareciera que el mismo terminó siendo frustrado ya que todavía existía el Wammy's House y -Near tenía entendido- que muchas otras instituciones similares todavía funcionaban alrededor del mundo casi como si el acto en realidad hubiese sido insignificante.
 
Pero, ¿y sino era provocar una fisura en el proyecto de su fundador sino brindar un mensaje a los siguientes prototipos a sucesores? Siendo de tal manera, ¿cuál podría ser ese mensaje? ¿Qué podría ser más especifico que advertir sobre una jerarquía corrupta instigada por la presión social interna? Pues esto sería fácil de adivinar con sólo mirar el entorno cuidadosamente y descubrir los miles de problemas que los niños protagonizaban; sus lenguas, cultura, costumbres y etnias que germinaban en bullying o racismo en el peor de los casos. Y pensando sobre el significado de aquellas instrucciones susurradas en su oído, ¿a qué se refería con migas? ¿Sería que estaba ante el fantasma de A y este quería que siguiera un rastro de pistas que revelaran su verdadera intención? No descartaba que pudo intentar transmitir su idea a la entidad correcta una veces cruzara las puertas del orfanato, traspasando las generaciones, esperando con paciencia.
 
—Terminé. Vamonos de aquí —dijo Mello alegremente después de un rato, bajando de la silla que estuvo usando de un salto preciso. Todo sin anticipar que Near le hablaría.
 
—Mello, tú haz leído la biblia. ¿Qué dice sobre los hombres que se quitan la vida? ¿Hacia dónde se dirigen?
 
—Es más que obvio, pues al infierno.
 
—¿Por qué?
 
—¿Cómo que «por qué»? Matar es un pecado capital y eso incluye matarse a sí mismo. Es un crimen contra la voluntad de Dios. Aunque no es ÉL quien los asigna, ellos mismos los hacen por alejarse de ÉL y su palabra. 
 
—¿Y es posible que una de esas almas pueda quedarse atrás?
 
—¿Uh? B-Bueno, depende mucho. Hay ocasiones en las que Dios les da una oportunidad de revindicarse, aunque no es muy sencilla dada su condición, por lo que terminan penando en el mundo mortal.
 
—¿Y qué deben hacer para solucionar ese problema?
 
—Intentar comunicarse, a cualquier costo.
 
— ...Ya veo.
 
—¿Por qué de pronto estás interesado en las almas? Creí que eras ateo.
 
—Simplemente no me atrae la religión, pero nunca he negado la posibilidad de que haya algo más allá de lo que podemos ver o tocar. Supongo que me interesaba saber de qué forma los creyentes explican los hechos inexplicables.
 
—Si tienes tantas dudas, ¿por qué no te acercas a la capilla? Hay muchas monjas dispuestas a conversar sobre estos temas con nosotros.
 
—¿Tú lo haz hecho? —quiso saber por mera y sincera curiosidad.
 
—Me confieso todos los domingos, Near. ¿Tú que crees?
 
—Mello —le llamó, dudando un poco sobre hablarle de lo que tenía en mente. No tenía idea cómo el rubio reaccionaría o si sería este el mejor momento ya que estaban demasiado cerca del ático, un lugar controversial para todo el edificio—. ¿Es posible que el alma de A aún habite Wammy's House? —La expresión de Mello fue impactante, pues sus ojos despidieron horror, incredulidad y tantas otras emociones de golpe, instantes que fueron eternas para el albino, quien por un segundo se arrepintió de haber hablado tan deliberadamente de sus propios pensamientos, más se obligó continuar aún a costa de sus propias emociones—. Pienso que está tratando de comunicarse con nosotros como aspirantes a sucesores de L.
 
—Near, ¿te das cuenta de lo que me estás diciendo? —La forma en que Mello mordió cada palabra hizo al albino tensarse, pues además de todo no lo perdía de vista.
 
—Es posible que la voz que escuché no sea producto de mi subconsciente, pues también la oí llamarme durante el día, frente al ático. Ahora mismo... —Near se rizó el cabello nerviosamente—, siento una presencia detrás de mi.
 
—Tal vez Linda te contagió sus problemas mentales. No hay nadie ahí, sólo el muro.
 
—Mello, ¿recuerdas una oración ahora mismo? ¿Te importaría recitarla mientras volvemos?
 
En cualquier otro momento, una noche muy distinta, y de encontrarse en otro lugar, Mello se habría reído de lo asustado que el albino lucía bajo su fachada fría, incluso le habría jugado una broma cruel con el único propósito de aumentar su paranoia pero el ligero temblor que vislumbraba gestarse en su delicado cuerpo realmente lo conmosionó. No tardó en sentirse perturbado él también, para nada divertido por lo que terminaba de declarar el sujeto más escéptico de todo el orfanato. Tragó saliva con dureza.
 
— ...Está bien.
 
Mello se acercó a Near y lo tomó de la mano, su acción pudo sorprenderle pero con una mirada el albino se dio cuenta porqué lo había hecho, pues en el instante que apagaran las luces estarían de vuelta a la oscuridad, lo que para ellos en esos instantes era como estar a merced de un espiritu vengativo dispuesto a lastimarles. Con un asentimiento el esloveno le aseguró que ya podía apagar las luces y el británico correspondió apretando un poco más la mano que lo unía al otro. Mello comenzó a rezar el Padre Nuestro en el instante que emergieron de los sanitarios, reduciendo el volumen cuando cruzaron cerca de las escaleras al ático. Near no quiso voltear cuando escuchó pasos -que no pertenecían a Mello ni a él- pisando sus talones. 
 
«El temor es natural, ¿no es así?»
 
Apretó la mano de Mello una vez más, haciendo que la voz de este temblara un poco antes de retomar su tono seguro. Y cuando llegaron a las escaleras y descubrieron que les esperaba un largo camino de silencio absoluto y oscuridad, el rubio rezó varios Salve Maria mientras descendían, comenzando con el Creo y Credo ante la desagradable extensión de camino que pareció abrazarles. En ese periodo Near no dejó de percibir aquella extraña presencia. Pero sin importar cuántas explicaciones cientificas estuviera revisando mientras avanzaban, no reducía la tensión ni las ganas de comenzar a correr en busca de un refugio para ambos.
 
—Ya casi llegamos —le consoló Mello dejando de rezar por un momento, pues la manera en que era receptor del miedo le Near le estaba aturdiendo. 
Por eso cuando llegaron ante la puerta entreabierta del albino, carente de toda luz, se sintió como dentro de una alucinación colectiva al advertir una rara figura postrada sobre la cama del albino, misma que comprobó Near estaba viendo también, aunque su expresión indiferente no brindara respuestas por medio de emociones.
 
—No quiero quedarme solo en mi habitación. Está esperando que me separe de ti.
 
—¿Qué dices? —Mello se rió sin gracia—. Aún si fuera así, no puede hacerte daño, ya murió.
 
—Lo sé.
 
—Pero si te hace sentir mejor, puedes quedarte esta noche conmigo —dijo, sin poder creerse que estaba proponiendo algo así, aunque se convenció que sólo estaba siendo equitativo con él ya que lo había acompañado a pesar de todo—. Te lo debo y no me gusta estar en deuda con nadie, mucho menos contigo.
 
—Lo aceptaré. Te lo agradezco.
 
—Ni lo menciones —espetó con obstinación mientras veía a Near cerrar la puerta por completo antes de mirarlo parcialmente más tranquilo que antes—. Por aquí.
 
Aunque caminaron a la par, Mello no volvió a ofrecerle la mano ni tampoco Near trató de solicitarlo. En absoluto silencio, ambos aspirantes a sucesores recorrieron lo que faltaba para llegar a su destino, cuya habitación rápidamente fue iluminada por la bombilla que Mello se apresuró encender. Sin intercambiar más palabras sobre lo que acababan de experimentar, los dos se prepararon para ocupar la cama, aunque no tuvieron que hacer mucho ya que nisiquiera usaban zapatos. Una vez estuvieron listos sólo apagaron la luz y se acurrucaron en su lado de la cama, ignorando los alimentos que Near se olvidó de comer y las imperfecciones por las que Mello quiso mirarse al espejo tan tarde en la noche.
Notas finales:

Near ha atraído una fuerza desconocida, ¿cómo lideará con ella? Jeje.


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