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Ave Versus Cristus por Xora

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Notas del capitulo:

Gracias a una personita hermosa por ahí, nuevamente tengo muchos ánimos y llego con una actualización nueva. 

Espero que lo disfrutes. Esto es para ti, que dejas un poquito de tu tiempo para leerme.

6:02 a.m - Duodecima semana de encierro del septimo día.
 
Desde muy temprano en la mañana, L había sido encapsulado en el tiempo en compañía del computador. Encorbado sobre el sillón de la sala presionaba tecla tras tecla absorvido completamente en su investigación, inspeccionando archivos policiacos que guardaba celosamente en la memoria del aparato, paginas de noticias sobre crimenes recientes y otros hechos ocurridos alrededor de todo el mundo. No había dejado de navegar por internet desde el inicio de madrugada pero a Watari no le inquietó descubrir su ocupación cuando se adentró a la sala sosteniendo una taza humeante de café y una azucarera llena, ni siquiera se molestó en preguntar sobre el estado de criminalidad que vigilaba pues L se lo comunicaría en caso de existir alguna anomalia al respecto. Dejó los utencilios en la pequeña mesa de cristal  y se retiró para preparar el desayuno, L siguió de reojo sus movimientos hasta que lo vio cruzar el umbral, sintiendose cómodo de tener su compañía, aunque no dijeran nada se sentía como una íntima convivencia, una relación segura y confidencial. Sólo con Watari podía contar si algo de gran magnitud llegase a pasar, sólo a él podía confiarle secretos ya fueran universales o inquietudes de almohada, sólo con él podía hablar fuera del área deductivo -aún si continuara siendo el fuerte de la conversación- sobre algo tan personal como la situación de Beyond Birthday que, en la actualidad, había sido el impacto más devastador del mes; L se atrevería asegurar que lo fue del año entero. Si alguien siquiera llegase a sospechar que L estaba encubriendo el paradero de un asesino, por lo tanto haciendo incierto el cumplimiento de la ley que tanto pregonaba, perdería más de lo que podría cubrir con la ayuda de su dinero e infalible reputación.
 
Continuo presionando botones en el teclado hasta que encontró un suceso que le obligó leer el informe de principio a fin; un secuestro, ocurrido en una región de Tokio en Japón, un criminal de mediana categoría había tomado como rehenes a seis niños y dos docentes de una guarderia, el nombre del asesino era Kurou Otoharada quien hubo asesinado a seis personas en Shinjuku el día anterior. Según las palabras de las victimas éste repentinamente se desplomó sin razón alguna, permitiendoles así escapar con exito. Las autoridades lo identificaron muerto a causa de un ataque cardiaco luego de haber realizado la respectiva autopxia en el cuerpo.
 
L frunció el entrecejo tan sólo terminar de leer el documento, inevitablemente pensando en lo inusual de aquello. ¿Problemas de salud? No existían muchos criminales descuidados consigo mismos a menos que se tratase de principiantes y este Kurou Otoharada ya había experimentado el homicidio. Al principio le restó importancia pero cuando encontró un caso similar no pudo evitar considerarlo, ¿dos coincidencias un día después? Mordió un pulgar con intriga y entonces puso en marcha su busqueda, descubriendo que otros casos similares comenzaron a presentarse en diferentes paises. Asesinos en serie, ladrones muertos en plenas actividades, criminales confinados en carceles de alta seguridad, todos muertos por un ataque al corazón. Indagó un poco más por la red topandose al instante con paginas haciendo referencia a una entidad llamada Kira, la cual no tardó en enlazar con la palabra killer por sus siglas en ingles; abreviaban asesino, una elección bastante explicia y descriptiva. Habían infinitos foros donde la audiencia hablaba sobre el tema, algunos usuarios se mostraban alterados, algunos más fascinados y otros tantos incredulos, la fama reflejando los figurativos ataques brindaban información incierta pero L se sintió extrañamente atraído por la situación. No eran coincidencias, eran asesinatos; alguien estaba juzgando por su propios medios el destino de estos criminales. No tardó en darse cuenta que aquellos criminales reportados con errores continuaban convida, al parecer este Kira necesitaba de un rostro y un nombre, sólo debía buscar una forma de probar sus sospechas; la existencia misma de tal. Siguió buscando y entonces comprobó que los ataques cardiacos ocurrían de maneras extravagantes, cualquiera en sus cincos sentidos se daría cuenta que esta serie de muertes ocurrían igual que si se tratara de una detallada planeación, una que se generaría en la cabeza de una sola persona, no había forma de seguirle la pista a menos que tuviera contacto con el exterior. Primero tendría que averiguar cuál era el punto de partida. Surcó diferentes rutas en el sistema de red y hackeó diferentes computadoras encontrandose con que la Interpol tendría una conferencia programada dentro de una semana, decidió que a partir de ahí daría inicio la verdadera investigación. 

L había sido seducido por un nuevo caso y una vez más entraría en acción.
 
 
9:07 a.m.
 
Watari empujó la gruesa puerta hacia el interior del aislado cuarto sosteniendo en sus manos una charola con la comida rutinaria de Beyond, el cual no pareció tener reacción a su llegada, tan sólo seguía quieto, respirando como si continuara dormido. Como habitualmente lo hacía, el anciano se acercó a la figura inmóvil sin perder de vista cada uno de sus movimientos mientras en su mente se deslizaban pensamientos sentimentales. Todavía le era impresionante ver a ese joven en tal estado. Su piel casi había terminado de regenerarse y los rastros de su frustrado suicidio muy lentamente desaparecían, aunque quedarían marcas que revelaban sus ambiciosas acciones de por vida, estas inspiraron en Watari la memoria de aquel niño que optó por transversar su apariencia a la imagen de L como según le había dicho uno de los nuevos encargados de implantar metodos y preceptos en los recién llegados para convertirles en candidatos decentes para cruzar la meta impuesta. Recordaba aquellos niños que prometían ser un buen reemplazo para el infante L que ya entonces había estado resolviendo complicados crimenes para la ley de esa época, muchos de los hombres con los que comenzó asociarse habían visto en ellos futuros virtuosos para la seguridad del universo. Y verlo en la actualidad para Quillish reflejaba más que un experimento fallido, más humillante que una derrota como solía verlo L, él veía las cenizas de un ser viviente luchando contra un destino pre-fabricado; veía a un hombre transformado en pecado con convicciones motivadas por la sed de venganza.
 
—¿Haz vuelto para obligarme a comer?—. Y esa voz carente de emociones consiguió sobresaltarle, comprobando con impresión que había estado a una distancia imprudente del cuerpo que él mismo advertía como peligroso. —Ya le he dicho a L que no pretendo ingerir nada más que no sea mermelada.— El anciano separó sus labios para responder pero se detuvo apenas darse cuenta del riesgo al que se expondría. Tuvo el espontaneo impulso de disculparse por el mal que causó a la mente libre del infante Beyond Birthday al que el proyecto Wammy's tomó bajó custodia para poner en marcha el sistema de sucesores, uno del cual no se estimó traería semejantes consecuencias. Quizás al resto de antiguos compatriotas no les importase realmente lo que podría sucederles a los huerfanos aspirantes pero Watari jamas alejó de su consciencia las fisuras de esas volubles personalidades a las que había inyectado un objetivo para sus tristes existencias, tratandoles como algo parecido a costosos objetos de laboratorio. —Oye, estoy aburrido. ¿Sería demasiado pedir compartir una conversación contigo? Quienquiera que seas.
 
—¿De qué te gustaría hablar?— concedió repentinamente luego de una considerable pausa, generando que sus propias articulaciones se paralizaran debido a lo osado que se comportó al dirigirle a su prisionero la palabra. Beyond permaneció en silencio unos momentos hasta que al fin su inmutable voz resurgió entre las paredes de su garganta.
 
—No consideré en ningún momento que me contestarías— confesó B con aparente semblante compuesto. —Eres una de las marionetas de L así que dudaba hubiese elegido a alguien lo suficiente imprudente para revelar su género o identidad ya que, por el tono áspero de tu voz, puedo determinar que eres un anciano, edad aproximada a los 70 años. ¿Se da cuenta que me está facilitando información clasificada, señor*? 
 
—De ser así tal vez esto podría tratarse de un nuevo plan de acción dirigido por L o, quizás, no signifiques más una carga por la cual él deba preocuparse.
 
Aquello había sido una excelente maniobra verbal, reduciendo las posibilidades a dos opciones con palabras simples pero concisas, Beyond podía darle credito al anciano por haberle jugado tan sofisticada treta pero no era suficiente.
 
—En ese caso, ¿te importaría darme tu nombre? Como verás, ahora mismo soy un discapacitado que no puede siquiera moverse para su propio beneficio, no te será necesario preocuparte por cómo usaré la información que me brindes en tu contra ya que no puedo siquiera comer un poco de mermelada.
 
—Interesante argumento pero lamento romper tus ilusiones, no revelaré mi nombre. Ambos sabemos que nuestra identidad no es algo que pueda usarse a la ligera, es un secreto cuya importancia puede proteger nuestra integridad como individuos. Lo comprobaste en carne propia, ¿no es cierto, Beyond Birthday, alias Rue Ryuzaki?
 
—Ciertamente.— B torció los labios en una mueca de ligero disgusto, había solidificado en su mente el hecho de que su existencia se distribuyó masivamente por los medios una vez fue concebido su arresto pero nunca esperó que fuera reconocido al grado de que un anciano decrepito como aquel con quien hablaba estuviera al tanto y, además, se lo comunicara con tanta soberbia que lograse hacerlo sentir inferior. —¿Sabe una cosa? Me agrada, señor. Un hombre como usted debe tener un fuerte sentido de la justicia, entiendo por qué L lo ha elegido para que se encargue de cuidar de mi.
 
—Oh, yo no me describiría como un individuo justo. La justicia toma diversos significados conforme se revolucionan las leyes, todo depende a favor de quien sea aplicada. 
 
—Estoy de acuerdo. En verdad me agrada, señor.
Beyond se dejó estirar una sonrisa cuya autenticidad se encontraba por debajo de una expresión divertida aunque planeó que fuera al menos algo semejante.
 
—Por otro lado, me he internado a esta habitación para ofrecerle mis servicios. ¿Qué le parece si, en honor a nuestro agrado mutuo, cumple con una de sus necesidades biológicas e ingiere un poco de alimento?—. Beyond sintió a su acompañante inclinarse un poco sobre su cabeza y giró la cabeza hacia donde provenía el salado aroma del alimento mencionado. —Sé muy bien que ha asegurado no ser de su solicitud alimentarse de recetas sin azúcar pero, si L ve mejora en su comportamiento, estoy seguro que accederá a proporcionarle comida dulce. Mientras tanto le aconsejaría no oponer más resistencia. 
 
—Es un sujeto muy amable, ¿no es cierto?
 
—Por favor— pidió Watari acercando el tenedor a los labios del joven asesino quien no se inmutó ni por un instante por las acciones temerarias ajenas, en cambio aceptó en su boca la intromisión de la carne cortada en cuadros para enseguida masticarla y tragarla sin importarle la forma en que se derramaba el jugo fuera de su cavidad hasta llegar a su barbilla pues incluso se tomó la libertad de respirar por la boca mientras esperaba el siguiente bocado y el próximo hasta que finalmente terminó de comer.
 
 
Luego de dos horas, Watari volvió a la sala donde L continuaba frente al computador revisando los informes, llevando los trastos directo al fregadero junto a los demás utencilios sucios que limpiaría después de que L y él terminaran sus propios alimentos.
 
 —¿Qué tal fue?— interrogó L con genuina curiosidad pues le había parecido ver menos comida de la que Watari había transportado a la habitación donde yacía Beyond.
 
—Sin problemas, él comió.
 
—Ya veo. Me alegra.— L devolvió la mirada a la pantalla digital dejando que un acento más suave se colara a la superficie sin tenerlo previsto, un tono que podría asociarse al alivio pues aquello sólo podría indicar que Beyond comenzaba a destrozar sus barreras, al fin comenzaba a ceder comportarse menos defensivo pues estar en paz con Watari era igual a estar en paz con L, indirectamente.
 
—Si.— Watari se giró sobre sus talones en dirección al detective. —A propósito, me he dado cuenta ha estado revisando las noticias más recientes.
 
—Así es, he encontrado algo muy interesante.
 
—¿Qué es?
 
—Es sobre una entidad que las redes han llamado por el nombre de Kira. Si no te importa, me gustaría posponer nuestro almuerzo un momento para exponerte mis pensamientos sobre este tema. Habrá una reunión de la NCPO dentro de una semana y quiero que te hagas cargo de contactarme con ellos y hacerles saber sobre mi investigación.
 
—Entiendo. ¿Mencionaste que es conocido por Kira? ¿Un alias?— preguntaba a medida que se acercaba con pasos lentos a la posición de su protegido para sentarse en el mismo sillón.
 
—En Internet la mayoria de usuarios son anónimos así que no es de sorprenderse— comentó L en tono aburrido sin perder de vista la pantalla. —Primero quiero que veas este articulo.— Watari recibió en sus manos el computador y lo sostuvo en sus rodillas mientras leía con cuidado cada parrafo escrito en el post. —¿Notas algo extraño?
 
—Todos los criminales del articulo han muerto por ataques al corazón.
 
—En efecto.— L imitó la mueca de una sonrisa en sus labios, complacido con la habilidad natural del hombre a su lado para encontrar anormalidades en un segundo.
 
—¿Eso significa algo para ti?
 
—Cada uno de los articulos de criminales que son vinculados al nombre de Kira mueren de un ataque al corazón, este es sólo uno de los muchos que abundan por via Internet. En pocas palabras, estas no son coincidencias, son asesinatos efectuados por una organización, o mejor, quizás una persona.
 
—Oh, comprendo.— Watari se limitó en aceptar la respuesta de L sin pedir por un argumento más extenso, confiaba en que la capacidad de L para encontrar las respuestas comúnmente eran acertadas. —¿Y quiere poner en marcha una investigación más profunda?
 
—Si, eso quiero— confirmó L con ambos irises negros irradiando en arrolladora determinación. —Basandonos en estos archivos de red no podemos asegurar que se trata de un asesino, primero debemos ponerlo a prueba para determinar su validez, usando los medios de comunicación manejados por la policia podremos saber su ubicación en caso de ser cierta su existencia.
 
—¿Cuánta probabilidad hay de que este Kira responda?
 
—Diría que un 10% no... un 4%—. Involuntariamente, Watari arrugó las facciones calmadas de su rostro ante tal afirmación pues L jamas había planteado cifras tan bajas en un caso que presumía seriedad. —Sé que me estoy comportando engañoso pero este podría ser el primer caso de aspecto mundial en el que me haya involucrado.
 
—¿Algo así como el caso de X y Z?— cuestionó el anciano con cierto acento opresivo y L se paralizó, guardando silencio un momento pues no había manera en que olvidara semejante suceso por lo que bajó la mirada sin llegar a descomponer su acostumbrada posición, analizando las palabras de Watari a profundidad. La forma en que se había guardado sus pensamientos para el anciano fue suficiente para comprender, siempre debía actuar sin cuestionarle innecesariamente; este fue un principio que se inculcó a si mismo una vez fue seleccionado para permanecer junto a L. —Entiendo— dijo con cuidado mientras se ponía de pie. —Considerese dentro de la reunión dentro de una semana.
 
—Gracias, Watari.
 
Esta vez L no siguió con la mirada al hombre que se retiraba, mantuvo su vista en un angulo bajo sintiendo a sus estremidades temblar cuando los recuerdos de aquella noche aturdieron su cerebro; aquella había sido la primera vez en donde su psiquis estuvo bajo demasiada presión, donde quiso resolver el caso antes de que una Tercera Guerra mundial estallara desde su ciudad natal en Inglaterra. Fue la primera vez que escuchó tan cerca de sus oídos el estruendo que las campanas provocaban al agitarse sobre el campanario.
 
 
Más tarde, Watari se había detenido frente al fregadero para lavar la moderada cantidad de utencilios de cocina que utilizó en el trasncurso de siete horas; por más curioso que fuera, terminaba gastando mayor tiempo en la limpieza y trabajo culinario de lo que se ocupaba en otros asuntos de importancia ya que alimentar a L representaba el mayor reto a enfrentar en su vida. Continuo sumergiendo platos y cucharas en el agua cubiertos con jabón hasta que su atención se detuvo en aquellos que había transportado al cuarto aislado donde yacía Beyond, percatandose enseguida de un detalle que no llegó a notar hasta ese momento: hacia falta un tenedor de metal. Miró con cuidado el tazon, plato y vaso aún sucios que reposaban en la bandeja, el par de cucharas y el cuchillo con el que cortó trozos de fruta fresca. ¿Se trataría de una equivocasión suya? Era posible que pretendiera llevar un tenedor pero al último momento lo hubiese olvidado, después de todo -muy a su pesar- su memoria fallaba mucho debido a la edad que comenzaba a surcar.
 
Pero, pese a que Quillish solía cometer ciertos errores sin importancia, esta vez no se trataba de algo insustancial. El tenedor que el anciano consideró un pequeño olvido estaba en manos del peor portador que podrían los hombres imaginarse, uno capaz de darle un uso anormal para trazarse a si mismo una ruta de escape igual de inusual. Las cuatro puntas del objeto perforaron con furia los cinturones sujetos a las muñecas de Beyond Birthday.

Notas finales:

*En el lenguaje japones Beyond le estaría diciendo Oji-san/sama que significa abuelo o anciano pero, ya que es una historia escrita y puedo alterar los factores, decidí dejarlo como Señor porque es más fácil de leer y pronunciar.

Por cierto, hacen referencia a X y Z en un párrafo de Another Note, no hablan de manera directa sobre ellos además de su relación con la Tercera Guerra Mundial que L evitó, y el Bio-terrorismo.


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