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Tu silencio por valeeop

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Estaban frente a frente el uno del otro y al ver sus enormes ojos azules una electricidad desconocida le recorrió todo el cuerpo, era más satisfactoria que cualquier orgasmo que haya vivido en sus cortos dieciséis años, la adrenalina por otro lado era mucho más grande que la que sentía en las múltiples misiones a las que iba en su puesto de alfa más poderoso del país del fuego, sí, era maravilloso, y podía, por la mirada intensa que aquel omega frente a él le dirigía, que quizá aquel causante de sus sensaciones también estaba pasando por la misma maraña de sentimientos desconocidos y encontrados…

 

El olor que desprendía aquel niño omega de cabellos rubios era sencillamente maravilloso a su olfato, no era el olor dulce y empalagoso que desprendía todos los omegas y eso le satisfacía, era un olor relajante a lavanda…su esencia favorita.  

 

– Itachi – Sasuke habló por primera vez desde que entraron a aquel cuarto de la enfermería militar del país del fuego, Itachi, el hombre que por su mente ágil había alcanzado el puesto más alto en el ejercito del fuego en el área administrativa miró a su hermano menor, esperando lo que se venía, solo habían estado de paso, ni siquiera se iban a detener en la enfermería hasta que Sasuke de un momento a otro paró abruptamente y cambió su rumbo percibiendo el olor de aquel que ahora estaba frente a ellos – quiero reclamar a este niño como mi omega – Itachi se limitó a suspirar con resignación.

 

– Adelante – dijo el mayor con una ligera sonrisa – aunque me niegue igual lo tomarás oh alfa más poderoso del país del fuego – finalizó el azabache de la coleta con tono de burla, Sasuke bufó, no empezaría una pelea, no en ese momento, pues lo único que deseaba en ese momento, era tener a ese niño entre sus brazos.

 

Sasuke avanzó dos pasos hacia el niño de dorados cabellos y ojos azules, este retrocedió un paso, se mostraba renuente a tener acercamiento con aquel alfa que imponía respeto y sumisión, Sasuke se dio cuenta de esto, también se dio cuenta de que su hermano mayor estaba detrás de él conteniendo la risa, y si, era gracioso, pues parecía como si tratara de domesticar un animal salvaje…y uno bien bonito.

 

– Tranquilo… – susurró Sasuke tratando de tranquilizar al asustado chiquillo – no te hare daño… – entonces aquel omega dejó de retroceder por cada paso que Sasuke daba, se había quedado quieto dejando que el alfa se le acercara, Sasuke no desaprovechó y cuando estuvo lo suficientemente cerca lo abrazó con ansia y enterró la cara en el infantil cuello, el omega se tensó ligeramente bajo su abrazo pero no intento liberarse, Sasuke se sumió en su mundo, el olor del pequeño omega le resultaba terriblemente encantador, excitante y adictivo, debido a que estaba muy concentrado en su labor de grabarse a fuego en sus sentidos el maravilloso olor del omega no se dio cuenta cuando este de forma tímida acercó su pequeña nariz al poderoso cuello del alfa e inhaló levemente su aroma, entonces, el impulso animal abordó a Sasuke quién al darse cuenta del gesto lo había tomado como una respuesta afirmativa por parte del omega quién aceptaba pertenecerle, una respuesta afirmativa a una pregunta que nadie había hecho, Sasuke se acercó a la pequeña nuca retirando ligeramente los cabellos rubios del omega y abrió la boca dispuesto a morderle, a dejar aquella marca de pertenencia que los ligaría de por vida, pero fue detenido por Itachi quién le golpeó la cabeza.

 

– te odiara si lo obligas a estar a tu lado de esa manera – el alfa mayor estaba cerca a la pareja con los brazos cruzados y su habitual sonrisa, entonces Sasuke soltó al pequeño rápidamente, su instinto le había controlado durante unos instantes, eso nunca antes había pasado – ¿estás seguro que deseas reclamarlo? – Preguntó Itachi – este omega viene con instrucciones y quiero hablarte de ello – Sasuke no entendía a qué se refería Itachi, miró al omega quién mantenía la mirada gacha y guardaba silencio.

 

– ¿Cómo te llamas pequeño? – preguntó Sasuke con voz amable, los mofletes del omega adquirieron un ligero tono rosa mientras bajaba la cabeza, aquella hermosa expresión en aquel niño que ni conocía, pero que provocaba en el tantas emociones, hizo que le faltara el aire.

 

– de esto mismo te quería hablar – dijo Itachi viendo al niño omega – Naruto, regresa con Tsunade – ordenó el azabache alfa mayor con un tono autoritario pero suave al pequeño omega quién de inmediato atendió la orden y desapareció corriendo por uno de los largos pasillos blancos y poco concurridos de la central militar del país del fuego, Itachi notó que su hermano menor gruñía e iba a replicar con el objetivo de tener a quién ya había declarado como su omega a su lado – calma Sasuke – fueron las palabras de Itachi – más tarde te lo daré, pero debes saber algunas cosas primero.

 

Muy a regañadientes Sasuke aceptó, siguió a su hermano a través de los pasillos y el ascensor hasta su oficina, entraron rápidamente bajo la atenta mirada de sus subalternos, la oficina de Itachi Uchiha era grande y majestuosa, digna del estratega militar más grande del país del fuego, honorable título que durante ya varias generaciones había pertenecido a los mejores alfas del gran clan Uchiha, clan reconocido en la sociedad como el más poderoso clan que haya existido después del desaparecido linaje real del país del fuego.

Itachi se sentó invitando a Sasuke a sentarse pero este rechazó el gesto quedándose de pie cerca de la entrada, dejando en claro de forma silenciosa sus intenciones de irse, razón por la cual su hermano mayor desistió y decidió dar la información.

 

– su nombre es Naruto – empezó a contar Itachi captando toda la atención de su apresurado hermano menor – Naruto Namikaze, su linaje es desconocido, tiene ocho años y está viviendo actualmente en el orfanato nacional para omegas del país del fuego.

 

– si pertenece a ese orfanato puedo simplemente ir y reclamarlo – dijo Sasuke y era una realidad, dicho orfanato cuidaba a los omegas huérfanos de todo el país, había posibilidad de adoptarlos como hijos y después de que el omega cumpliera los siete años también podía ser reclamado por un alfa como pareja o concubina.

 

– Pues si – afirmó Itachi – pero como te dije ese omega tiene instrucciones – suspiró recostándose en el espaldar – primero que todo no habla.

 

– ¿es mudo? – para el azabache menor eso no tenía importancia pero aún así valía la pena preguntar, quería saber más de su omega.

 

– No es mudo – Itachi suspiró – no tiene ninguna condición médica que le impida hablar, todo está donde tiene que estar biológicamente, en un par de ocasiones, como cuando lo inyectan emite sonidos de disgusto, él puede hablar pero no habla – aquello dejó muy mosqueado a Sasuke.

 

– debe tener un motivo.

 

– cuando le preguntamos se niega a escribir respondiéndonos… – Itachi suspiró – ¿recuerdas la misión de hace un año a una de las granjas de soldados de la rebelión?

 

– claro – afirmo Sasuke – yo fui quién maté al bastardo que llevaba todo ese infierno ¿Cómo no recordarla? – al hermano menor no le gustaba para nada recordar ese lugar, las granjas de soldados eran usadas por la rebelión para procrear alfas poderosos, secuestraban omegas de familias poderosas con buenos genes, los enlazaban a los alfas más poderosos y los hacían procrear, si tenían hijos betas u omegas estos eran asesinados al nacer o eran abortados, pero si tenían hijos alfas estos eran educados para pertenecer al ejercito de la rebelión, Sasuke frunció el ceño, esos tipos no eran más que degenerados – pero Naruto no está enlazado a nadie – afirmó Sasuke a su hermano – que raro… – Itachi asintió.

 

– es muy raro – afirmó ahora Itachi – cuando lo encontramos ya tenía los siete años y ya había pasado por un par de celos, aún así no había sido enlazado ni marcado, de hecho lo tenían alejado de los omegas de la granja – Itachi empezó a rememorar – lo encontramos en una habitación apartada que estaba custodiada por omegas de la organización, la habitación era decente y tenía formas de entretenerse…libros y demás…

 

– ¿Naruto será hijo de alguno de los miembros de la rebelión? – aquella pregunta saltó enseguida en la mente de Sasuke y no dudó en dársela a conocer a su hermano.

 

– No – negó Itachi al instante – ellos no tienen problema en matar a sus crías, además, cuando le preguntamos a Naruto él lo negó rotundamente, escribió en mayúscula “yo no soy hijo de ninguna de esas bestias” aún así, no nos dio ninguna pista de su familia – Sasuke se mostró sorprendido, cada vez el asunto se volvía más extraño – Naruto es un omega muy dulce – empezó a decir Itachi a su hermano – no lo dudes, es amable y tímido, algo terco quizá pero estoy seguro de que será buena pareja para ti…pero sabes que habrá problemas, Naruto no habla.

 

– vendrán los señores del consejo a negar a mi omega – Itachi sonrió por la afirmación, su hermano menor, un alfa meticuloso, frio y calculador siendo precipitado y posesivo, eso no se veía todos los días – llevan casi una década tratando de meterme por los ojos a todos los omegas de alta categoría de la jerarquía.

 

– y los has rechazado a todos.

 

– sus olores me repugnan – gruñó Sasuke de inconformidad 

 

– mientras más buenos genes tenga un omega mejor es su olor ¿Qué es lo que te repugna? 

 

– Estás hablando de sus olores normales – masculló Sasuke – pero cuando intentan llamar mi atención empiezan a liberar sus feromonas en grandes cantidades, esos olores tan concentrados que lanzan buscando despertar mis instintos y que los marque…solo logran el efecto contrario – Itachi rió.

 

– sí, he pasado por eso – murmuró con una sonrisa.

 

– ¿algo más que deba saber? – preguntó Sasuke.

 

– Eso era todo – respondió Itachi – ¿has desistido de volver a Naruto tu omega? 

 

– Me temo que no hermano – dijo Sasuke con una sonrisa de suficiencia girándose para salir.

 

– no olvides prepararte para la misión de pasado mañana – avisó Itachi, Sasuke volteó a verlo, estaba en el umbral de la puerta casi yéndose del lugar.  

 

– No lo olvidare oh gran Itachi Uchiha cerebro de todo el ejercito del país del fuego, gran estratega – las palabras de Sasuke estaban repletas de sarcasmo puro, tono que hizo reír a Itachi – ¿te hago un altar y te venero?

 

– Oh hermano menor, gran alfa, el más poderoso del país del fuego – empezó a decir Itachi con sarcasmo siguiéndole el juego a su hermano menor quién le miraba desde la puerta, con una sonrisa – ¿te echo a patadas de mi oficina o te vas por tu cuenta?

 

– Escogeré la segunda opción pero gracias por el ofrecimiento – dijo Sasuke con gracia retirándose por fin de la oficina de Itachi Uchiha.  

 

Finalmente Sasuke terminó por salir de la oficina de Itachi, caminó por los amplios pasillos siendo observados por los alfas y betas pertenecientes a la milicia, llamaba mucho la atención por la placa que portaba en su chaqueta negra, aquella placa dorada mostraba que pertenecía a un gran puesto de la jerarquía, señalaban su alto estatus, estatus que debía ser estrictamente respetado. Algunos omegas que rondaban por ahí buscando llamar su atención empezaban a liberar sus feromonas, buscando tambien despertar su libido, pero tantos olores dulces mezclados lo único que le provocaban era desear irse de ahí y eso mismo hacía, estaba subiendo en su moderno Lanborghini Veneno Roadster negro, según tenía entendido la compañía Lanborghini solo había construido otros ocho mas además del suyo, por lo que procuraría no estrellarlo contra nada…por ahora. 

 

Bueno, los autos no le duraban mucho, pero era difícil que lo hicieran, tenía una vida muy agitada y la mayoría de los autos eran muy blandos para seguirle el ritmo, por favor, si nunca había pasado de los doscientos kilómetros por hora, no era para tanto.

 

Para cuando se dio cuenta ya había llegado al orfanato para omegas, era un bonito edificio completamente blanco…parecía un convento, estacionó su Lanborghini Veneno Roadster perfectamente, no sin antes patinar por el pavimento por la frenada tan brusca en alta velocidad, pero aún así el auto quedó perfectamente alineado con el cuadro blanco pintado en el suelo, bajó de él, el lugar estaba casi desierto, solo habían un par de autos a un lado, de no muy buena marca, seguro pertenecían los omegas encargados del lugar, también en un estacionamiento techado algo apartado habían cinco autobuses de dos pisos, todos totalmente blancos con azul, gracias a ellos Sasuke se pudo hacer una idea de la cantidad de omegas que habían dentro de las instalaciones.

 

Caminó por el estacionamiento acomodándose el cabello, inconscientemente quería verse bien para su omega, o al menos seria su omega si el niño aceptaba…

 

Cuando estuvo en la entrada del convento que se hacía pasar por orfanato según Sasuke, pensó que quizá hubiera sido buena idea llamar antes para anunciar su visita, el lugar se veía desierto y no sabía cómo entrar, entonces vio un timbre, de esos de los que tenían cámara, a un lado de la puerta de entrada, se acercó y lo presionó una vez para después escuchar desde el pequeño parlante del timbre una voz estirada y anciana.

 

– Los horarios de entrada al lugar son de nueve a once de la mañana, nuestros omegas están en sus clases, por favor regrese más tarde – no era una grabación, la señora se encontraba enojada, antes de que dicha odiosa señora le colgara Sasuke habló.

 

– Sasuke Uchiha, general del ejército del país del fuego – se presentó y casi al instante las puertas se abrieron de par en par para darle paso.

 

– general ¿a qué debemos su honorable presencia en nuestra humilde institución? – era una omega de voz aterciopelada por la edad, vestía de monja, debido a esto Sasuke verificó sus sospechas de que eso era un convento disfrazado de orfanato, la omega de edad se mostraba servicial y halagadora prestándole toda su atención, Sasuke entró y las puertas se cerraron detrás de él, en esos momentos tres hombres y una mujer omegas vestidos también de convento se colocaron detrás de la mujer anciana de ojos amatistas y bajaron la cabeza en señal de respeto.

 

– Vengo a reclamar un omega – avisó Sasuke y a la mujer anciana se le iluminaron los ojos.

 

– ¡tenemos omegas muy buenos y bien educados! – Anunció la omega anciana orgullosa empezando a caminar junto a Sasuke, los otros cuatro omegas que les acompañaban seguían sus pasos en silencio – le presentaré a los mejores candidatos para ser sus concubinas.

 

– no he venido aquí por concubinas – avisó Sasuke mirando a la señora con unos ojos afilados y fríos – he venido a reclamar un omega para que sea mi pareja – la anciana se mostró notablemente sorprendida y pudo notar que los omegas que les acompañaban también estaban estupefactos.

 

– general, no creo buena idea que usted tome en matrimonio a un omega huérfano de dudosa procedencia…un miembro tan importante de la jerarquía como usted debería reclamar a un omega con buen puesto en la jerarquía que lleve buenos genes – Sasuke se limitó a escuchar la recomendación con fastidio, le importaba muy poco lo que pensara la jerarquía y el consejo, ni siquiera la extinta familia real del país del fuego le haría desistir de su decisión, notó que aquella señora seguía las antiguas normas de sumisión alfa-omega, después de todo iba vestida de monja, chasqueó la lengua con fastidio.

 

– ¿estas contradiciéndome? – la voz de Sasuke mostraba enojo absoluto, estaba preocupado de que esos omegas de mente cerrada hubieran influenciado a Naruto.

 

– n-no general… – la voz de la omega temblaba ligeramente mostrando una sonrisa nerviosa – le mostraremos a los mejores candidatos – después de caminar durante un tiempo por los largos y angostos pasillos blancos sin fin llegaron a una oficina bastante sencilla, le invitaron a pasar y le ofrecieron un poco de té verde que Sasuke recibió pero al cual no le dio un sorbo, no le gustaba mucho ese te, y prefería que la visita a aquel aborrecible lugar fuera lo más amena posible – traigan a los diez mejores omegas que tenemos – ordenó la omega mayor sentándose frente a Sasuke, pero antes de que alguno de los cuatro omegas que les acompañaba ejecutara dicha orden Sasuke habló deteniéndolos.

 

– Solo quiero que me traigan a Naruto Namikaze – ante la mención del nombre los cinco omegas incluida la anciana, quién era la directora del orfanato, abrieron los ojos sorprendidos.

 

– Naruto Namikaze – repitió la omega anciana tomando un sorbo de su te, aquel nombre lo había dicho con notable disgusto, la anciana puso la taza en la mesa con elegancia haciendo que esta tintineara contra el plato – es el omega con el peor desempeño de toda la historia de nuestra honorable institución – otra vez la voz de la mujer sonó estirada y chillona – es desobediente, obstinado y un pésimo cocinero…

 

– Yo puedo cocinar bien – mencionó Sasuke frunciendo el ceño, quería a la persona destinada para él, no a un maldito sirviente.

 

– aún así el…

 

– tráiganlo – Sasuke usó la voz de alfa interrumpiendo a la señora de nombre desconocido y los cinco omegas perdieron las fuerzas, mientras temblando, le observaban con sumisión, mientras más poderoso el alfa más efecto tenía su voz en los miembros más bajos de la jerarquía…y Sasuke era el alfa más poderoso del país. 

 

– t-traigan a Naruto… – ordenó la anciana con voz temblorosa tratando de recuperar la compostura, los cuatro omegas quiénes habían caído al suelo se levantaron saliendo del lugar, cerraron la puerta al salir dejando a Sasuke con la directora del orfanato – n-no era menester usar la voz… – dijo la señora tomando su taza de té con las manos temblorosas, una voz tan contundente había sido demoledora, Sasuke simplemente la escuchó en silencio mientras veía la puerta por la cual en cualquier momento entraría su dulce omega con una hermosa sonrisa en el rostro, o al menos eso esperaba, porque después de un relativamente largo lapso de espera se abrió la puerta y lo que vio fue a un pequeño torbellino rubio con su ropa de orfanato tratando de huir mientras era arrastrado por dos omegas mayores, Naruto tenía los ojos cerrados y se retorcía entre el agarre al que lo tenían sometido los omegas mayores.

 

– Naruto tranquilízate nos estás haciendo pasar vergüenza… – susurró uno de los omegas que le tenía agarrado del brazo buscando obligarle a entrar a la oficina.

 

– Lo lamento de verdad – se disculpó la directora del orfanato – es como un animal salvaje…

 

– no se preocupe – Sasuke sonrió viendo al pequeño omega quién al escuchar la voz del alfa dejó de resistirse y por fin abrió los ojos, otra vez el azul y el negro se encontraron y una maraña de emociones les envolvió, el pequeño omega estaba sorprendido y eso Sasuke lo notó muy bien, la directora del orfanato se puso de pie y tomó a Naruto de los hombros.

 

– Recojan las cosas de Naruto – ordenó la directora a los dos omegas que habían traído al rubio – aquí está el omega Naruto Namikaze, su celo vendrá dentro de dos semanas, pero si usted lo desea general, puede marcarlo ahora mismo – para Sasuke no pasó desapercibido el temblor en el cuerpo del pequeño omega de cabellos dorados ante la mención de la marca, Naruto le miraba asustado con ambas manos en el pecho.

 

– no – dijo Sasuke quien estaba dedicido a no tocarle un solo cabello a Naruto....por ahora, despues de todo seguía siendo un niño – nos vamos ahora mismo – Sasuke se levantó molesto del lugar y se acercó al pequeño omega tembloroso, con una mirada hizo que la directora inclinara la cabeza y saliera del lugar dejándolos solos.

 

– le traeré las c-cosas a Naruto – dijo la directora antes de salir, al estar solos Sasuke intentó tomarle las manos al asustado omega pero el rubio rehuyó de su contacto, alejándose, dando un paso hacia atrás.

 

– Tranquilo – dijo Sasuke con voz suave y tomó las pequeñas y tiernas manos de Naruto quién le miraba expectante, el azabache sonrió y llevó las manos del niño a sus labios donde las besó dulcemente consiguiendo con esa muestra de cariño que el alarmado y asustado omega se tranquilizara, ambos se miraron a los ojos – te prometo ser bueno…no haré nada que no desees y si lo hago puedes golpearme – Sasuke sonrió haciendo a Naruto parpadear un par de veces sorprendido – ¿te gusta estar aquí? – Empezó a preguntar el alfa y Naruto negó – ¿hay algo que no desees abandonar? – Naruto negó por segunda vez – ¿quieres venir conmigo? – Naruto asintió por primera vez con una ligera sonrisa que hizo palpitar el corazón del alfa, Naruto tomó la mano de Sasuke ante la mirada atenta de este y en su palma empezó a dibujar con su dedo distintas letras.  

 

– “no quiero estar aquí” – escribió Naruto dicha frase en su palma con los dedos, Sasuke sonrió.

 

– será como lo desees – Sasuke cargó al pequeño Naruto al estilo nupcial con una sonrisa plantada en el rostro, al omega este gesto lo tomó por sorpresa y se mostró notablemente nervioso y tenso, Sasuke al darse cuenta de ello apoyó la cabeza del rubio en su fuerte hombro para que este tuviera acceso a su cuello y pudiera inhalar su aroma, Naruto inconscientemente lo hizo, inhaló el aroma de su ahora alfa y no pudo evitar acercarse más para seguir oliéndolo, era un aroma que para su cerebro era sinónimo de protección, se calmó gracias a esto y se dejó hacer por Sasuke.

 

– aquí están las cosas de Naruto – la directora del orfanato entró con una pequeña maleta negra, se mostró sorprendida al encontrar a Sasuke sentado con Naruto sobrr su regazo inhalando su aroma, el omega más rebelde e inquieto sometido por un alfa, definitivamente, el alfa Sasuke Uchiha era alguien de temer.

 

– ¿Dónde firmo? – preguntó Sasuke con voz firme y al instante la directora del orfanato le facilitó un bolígrafo y le sostuvo los documentos, Naruto se alejó de Sasuke y se sentó a su lado con la cabeza gacha rehuyendo el contacto visual con la señora, Sasuke firmó con movimientos agiles, prácticamente le arrancó de los brazos la pequeña maleta a la directora y tomando la mano de Naruto salieron a paso rápido del lugar, en cuanto estuvieron fuera ambos se miraron sonriendo y por la mente de Naruto solamente pudo pasar una palabra…”libertad”  

 


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