Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi nueva aventura por Ayumi Kuran

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Ya ha pasado una semana desde la última vez que nos leímos en este fic y una vez más os traigo la continuación del mismo nwn.


Espero que la disfrutéis.

Larry parpadeo un par de veces, no creyéndose lo que veía pero al darse cuenta de que era real no pudo evitar ponerse completamente pálido. Ahkmenrah tenía la respiración agitada, parecía que trataba de alguna manera controlar su ira, no obstante eso no le dejaba tranquilo, eso era peor todavía.


- Disculpe, pero ¿qué hace usted aquí?- Johnny se alejo del azabache, pero no demasiado.


- Larry, nos vamos.- Ahk había pasado completamente del otro hombre, arrastrando las palabras en lo que parecía casi un gruñido.


- No…- Su voz tembló pero lo suficiente clara para dejar claro que aún mantenía su decisión como la anterior vez.- Vete de aquí.


- He dicho que nos vamos.


El antiguo gobernante de Egipto se acercó hasta el que fue su amante, pasando completamente del otro hombre hasta ponerle una mano en el antebrazo, tirando de él hasta que a Larry no le quedó más remedio que ponerse en pie a causa de la fuerza que ejercía en él sin embargo se resistía, tratando de apartarlo de él.


- Ha dicho que no quiere ir contigo.- El rubio le puso la mano en la muñeca contrario, apretándole.


- No te recomiendo que sigas.- Le susurro de forma amenazante.


- Y yo no te aconsejo que sigas tocando a Larry.- Le gruño de vuelta.


- Johnny, no…


Antes de que terminará de hablar, el egipcio cogió la mano que sujetaba su muñeca con la que tenía libre, apretándola de forma fuerte hasta que le soltó, a su vez dejando de lado a Larry para apretar la contraria a la vez que la retorcía.


- ¡Ah! ¡Cabrón!- Le había dado tal presión que le rompió la muñeca a Johnny.


- ¡¿Qué haces?!- La manzana de la discordia vio con furia a su ex – amante, tratando de apartarlo del rubio pero eso solo le enfureció. Con algo más de fuerza hizo que el cuerpo contrario chocará contra la pared, haciendo en ella una grieta.


- ¡Johnny!- el profesor de historia se horrorizo al ver así a su amante, tratando de correr hasta él pero un brazo le impidió cumplir con su objetgivo.- ¡¿Qué mierda haces?! ¡¡Suéltame!!


Ahk le ignoró, obligándole a caminar pero el otro se resistía con fuerza, tratando de ir hasta el contrario, eso solo logró que sus ojos se tiñeran de un dolor y traición inimaginables, decidiendo darse la vuelta para cogerlo de la cadera, echándoselo en el hombre para comenzar a caminar sin mirar atrás.


- ¡Déjame!- Sus piernas se movieron con insistencia, pateando el torso contrario en un intento por verse libre.


- Da igual lo que hagas, no te dejaré ir…


El antiguo guarda nocturno no pudo más que tragar saliva de forma pesada, tenía un muy mal presentimiento con todo esto, el ex – faraón jamás se había comportado de esa forma, es verdad que muchas veces lo había visto enfadado e incluso levantarle la voz a otra persona o susurrarle de manera amenazante pero jamás, jamás…¡había golpeado a nadie! El ver esa faceta tan violenta había hecho que se quedará quieto, como una estatua, cuando le habló de esa forma tan posesiva que a su vez estaba completamente contenida, llena de ira y un autocontrol que se estaba resquebrajando a cada momento.


- Por favor…- susurro de forma suave, pasiva, en un intento por calmar la ira del otro.- Ahk…


La forma en la que lo llamó hizo que se destensará, podía ver como el ambiente había cambiado aunque fuera un poco, todo a mejor.


- Déjame ir con él…


- ¡NO!


Y de esa forma se había roto la paz que habían tenido hasta unos segundos atrás, la presión de la mano que se mantenía en su cadera, evitando que se le escapará, aumento hasta hacerle casi daño, obligando al otro a cerrar los ojos y contener un pequeño grito adolorido, sabía que el otro no le estaba haciendo daño a propósito o al menos eso deseaba con todas sus fuerzas.


Sus ojos se cerraron unos segundos, al abrirlos se vio “caminando” por las calles mientras la gente los veía de forma extraña, murmurando y señalándolos de forma medianamente discreta, fue en esos momentos en los que sintió su rostro arder de la vergüenza a causa del espectáculo que estaban dando, mucho más la escuchar a algunos niños verlos con curiosidad y señalarlos mientras sus padres los alejaban de ellos, otros simplemente disfrutaban de ese espectáculo y había otros que creían que eran un secuestro.


- Joven, ¿se encuentra usted bien?- sus ojos se elevaron para ver a un hombre de unos setenta años que lo veía con preocupación, se le veían las intenciones de ir a alejarlo de Ahk.


- No se preocupe, estoy bien.- Una sonrisa algo nerviosa se posó en sus labios, moviendo sus manos para restarle importancia al asunto, viendo como el hombre les seguía.


- ¿Seguro?- No parecía muy seguro.


Por un momento Larry estuvo atentado a gritar, pedir ayuda y rogarle que le ayudará a quitarse al otro de encima, bueno, mejor dicho a lograr que el otro le soltará. Pero después recordó lo que le hizo a Johnny, estaba seguro de que aquello fue un acto de…no, no tenía ni idea de por qué fue, no obstante se negaba a que alguien más saliera herido.


- Seguro, solo me está ayudando.


- ¿Ayudándole?- Una de sus cejas se aqueo, no creyéndole nada.


- Me hice daño en el tobillo y mi amigo solo me está ayudando.


Esa explicación pareció convencer al anciano que finalmente les regaló una sonrisa, aceptando su excusa para desearle que se recuperara, cambiando su camino para ir a su verdadero destino.


Nada más esto acabar, Larry deseo pegarse de cabezazos, ya sabía a dónde iba al igual que estaba bastante seguro de lo que iba a ocurrir, algo que para él era completamente indeseado. No estaba preparado ni quería tener esa conversación, aunque ¿en su situación quién querría hacerlo? Fácil, nadie.


Girando un poco su cabeza pudo apreciar el museo a lo lejos, haciendo que se tensará y se removiera con más insistencia de la que nunca antes había empleado, no podía cruzar esas puertas aunque se le fuera la vida en ella.


- ¡Espera!-Rogó desesperado.


-…


- ¡Si quieres podemos hablar aquí! ¡Prometo no irme!


-…


- ¡Hay una cafetería muy buena por aquí, podemos parar a tomar algo!


-…


- ¡Ahk, te lo suplico, no me hagas entrar!- Su voz temblaba, casi parecía que se quebraría en cualquier momento.


-…


Al igual que hizo en todo el camino le ignoró por completo, no deteniéndose ni dedicarle palabra, fue solo cuando estaban a unos diez pasos de la entrada que solo el quedo respirar hondo, calmando su adolorido corazón para darse por vencido, era la hora.


- ¡Larry!


Ese fue el grito general que se oyó cuando traspasaron las puertas del lugar, alguna variación hubo a la forma de llamarlo pero en teoría todos lo habían estado esperando. Sus ojos estaban ocultos en sus ojos, no podía verlos no obstante podía oír cómo se acercaban a prisa a dónde estaban ellos.


- ¡No os acerquéis!- Ahkmenrah habló con un tono alto, lleno de autoridad.- Nadie se acercará a él por ahora.


- ¡No puedes obligarnos a acercarnos al gigantón!- Jed se veía en desacuerdo, no obstante no pudo hacer nada cuando oyó el gruñido que le lanzó.


- Tranquilo pequeño amiguito.- Teddy se agachó, cogiendo a Jed entre sus manos.- Déjalos.


- ¡No puede obligarnos a ignorarlos!- Una pequeña patada fue dada en la mano contraria, no se le veía feliz.- Hace años que no vemos al gigantón.


- Por eso mismo debes dejarlos.- El vaquero abrió sus labios para hablar más Teddy se le adelanto.- Ambos tienen mucho de qué hablar, después de todo ambos fueron mejores amigos hasta que…bueno, hasta que el faraón se fue a Inglaterra.


- ¡Pe…!


Larry no pudo terminar de escuchar su conversación cuando finalmente atravesaron los pasillos, manteniendo el sepulcral silencio hasta que llegaron al lugar donde empezó todo: el ala Egipcia. Nada más atravesar las puertas, le dejo caer haciendo que se diera un buen culazo contra el suelo mientras que Ahk cerraba las puertas, dejándoles lago de privacidad.


- ¡Auch!- Una de sus manos se sobaba la parte dañada.


Sus ojos poco a poco se levaron hasta ver al otro azabache de cara a la puerta, dándole la espalda. Con suavidad se puso en pie, retrocediendo hasta que acabó en la otra punta de la sala, ninguno de los dos se dignaba a ver al contrario mucho menos a empezar esa conversación.


Larry no lo hacía porque no deseaba tenerla, solo quería marcharse a su casa y ver cómo estaba Johnny para después ir a por su hija, como si nada hubiera pasado; Ahkmenrah por su parte se encontraba calmando su ira, no quería hacerle daño a su amante, menos asustarlo.


La tensión estaba presente en ambos adultos, cada uno metido en sus propios pensamientos, controlando sus emociones y buscando que todo eso acabará lo antes posible, algo que no parecía que fuera a ocurrir pronto.


- Será mejor que me vaya.- Lo susurro para sí pero parece que no fue lo suficientemente bajo.


Antes de que se diera cuenta, Larry se encontraba con la espalda pegada a la pared, los brazos del contrario estaban a cada lado de su rostro, sus ojos brillaron de una forma indescriptible, notando solo una cosa de forma clara: decisión.


- No vas a salir de aquí.,- Lo dijo de forma lenta, arrastrando las palabras.- No hasta que hablemos.


- No quiero hablar.


- Entonces…¿quieres hacer otras cosas?- Una sonrisa coqueta se poso en sus labios, haciendo sonrojar al otro al entender de qué iba.


- ¡Ni de coña!- Grito con fuerza, alejándolo de su cuerpo de un empujón.- ¡Nunca haré eso contigo!


- Oh, pero ya lo hiciste.- Lo dijo de forma descuidada, como si no importará.- De todas formas no estamos aquí para hablar de ello…no ahora.


- ¡Ni hablaremos de eso!


Larry tomo aire, tratando de controlar sus alocados latidos, no entendía cómo había podida perder el control con tan solo le insinuará algo así. No, pero él no lo iba a permitir, su mirada lo dejaba mucho más que claro.


- Larry, ¿qué crees que hacías con…ese tipo?- Escupió lo último con odio.


- ¿A ti qué te importa?


- ¡Me importa, y mucho!- Eso dejo al otro sin palabras, mucho más ante la seriedad que se le era mostrada.


- Aléjate de mí.- Susurro, retrocediendo, buscando con su mirada una salida alternativa pero no le dio tiempo cuando el otro le sujeto del brazo, haciendo que lo aparte de él de forma brusca, alejándose de él.


- No vas a huir.- Se puso recto, viéndole directamente a los ojos mientras ponía su mano a sus costados.- Hoy vamos a dejar este tema zanjado de una vez.


- No hay nada que zanjar, todo está arreglado desde hace mucho tiempo.


- Sabes que eso no es verdad.


- ¿En qué te basas para decir eso?


- En que si fuera cierto, cuando volví al museo habrías estado aquí la primera noche.


Larry sintió en ese momento que se le caía la mandíbula, por muy hipócrita que fuera el faraón no podía estar diciéndole lo que acababa de decirle, había escuchado mal. Cerrando sus ojos tomo aire, calmando sus instintos asesinos, pasando su lengua por sus labios para remojarlos y calmarse.


- ¿Puedes repetirlo? No te he oído bien.- Susurro, levantando su mirada para verlo.


- Debiste de estar aquí cuando llegue el primer día, no tenía que ir a buscarte.


Una risa nerviosa salió de los labios de Larry, una que pronto se convirtió en una carcajada histérica, tapando sus ojos con una de sus manos hasta que se calmó unos minutos después, matando al otro con la mirada para desconcierto del otro.


- ¡¿Estas de coña?!- Le grito, lleno de furia.- ¡¡Yo no tengo por qué estar aquí, mucho menos verte o hablarte!!


- ¡Eres mi pareja, es normal que vengas a recibirme!


- ¡Yo no soy nada tuyo!- Lo vio con furia, agitado.


- ¡Claro que lo eres!- Se acercó a él, su ceño fruncido.- ¡Hace cuatro años que somos pareja!


- ¡Te equivocas!- Le gruño, acercándose amenazante.- ¡Hace cuatro años solo me propusiste que tuviéramos sexo, jamás nos convertimos en una pareja!


- ¡Era más que obvio que era una forma de que fueras mi pareja!


- ¡No lo era! ¡Aquello solo era SEXO!- Uno de sus dedos choco contra el pecho contrario, acusador.- ¡Y de todas formas tú mismo echaste por la borda lo que pudo haber sido una relación cuando decidiste quedarte en Inglaterra!


- ¡¿Querías que abandonará a mí familia por ti?!- La ignorancia estaba presente en su voz, como si la simple idea fuera una locura.


- ¡¡Jamás te pedí algo así!!- Se alejó de él, caminando por el lugar, controlándose para no darle el puñetazo que tantas ganas tenía de darle.


- ¡¿Entonces qué pretendías?!


- ¡¡Solo saber si era importante para ti!!- Se mantuvo quieto, apretando sus puños.- Pero me demostraste que yo era lo que menos valía en tu vida, ni si quiera te lo pensaste dos veces antes de decidirte en quedarte en el lugar. No te culpo, después de todo, ¿cómo comparar a tu familia a la que tanto adoras con un tío con el que solo tenías sexo de forma esporádica? No se puede, era obvia la decisión.- Empezó a caminar, sentándose en el borde del antiguo expositor, sintiendo sus piernas temblar, sin verlo.- Por lo mismo cuando decidiste quedarte con ellos no dije nada, eras bastante adulto como para tomar tus propias decisiones, saber qué es lo que quieres y lo mejor sin embargo todo tiene sus consecuencias, en este caso al quedarte con ellos cortaste inmediatamente todo aquello que nos unía, vamos, que puedo hacer lo que me dé la gana con mi vida que tú no tienes derecho alguno a reclamarme o tratar de controlarme.


- No es cierto…- Susurro Ahkmenrah, pálido.


- Lo es.- Larry dio una sonrisa, pero no una de felicidad.- Tú mismo lo decidiste todo. Quizás si hubiéramos sido una pareja de enamorados, podríamos haber encontrado una solución a todo no obstante no fue así.- Una de sus manos fue hasta su barbilla, dejando caer en ella su cabeza.- No puedes meterte ahora en mi vida, no puedes alejarme de una persona con la que puedo tener sexo o una relación, no puedes reclamarme por tener una hija cuando fuiste tú quien lo destruyo todo.


El silencio se hizo presente, Ahk se negaba a aceptar todo lo que había escuchado, no podía ser cierto que él fuera el culpable de todo lo que estaba pasando, simplemente…se negaba a creer algo así.


- Larry…


- Quiero que te vayas de mi vida.- El nombrado no le dejo hablar, poniéndose en pie para acercarse a la puerta.- En estos tres años he creado mi nueva vida con mucho esfuerzo, una estable. No quiero que por tu culpa todo se destruya, es mejor que el tiempo que permanezcas aquí no te me acerques, es justo lo que menos deseo.


Sus pasos avanzaron, abriendo la puerta pero esta pronto fue cerrada de un golpe, sintiendo como unos brazos rodeaban sus caderas, apretándolo contra un duro cuerpo. El rostro del otro hombre se enterró en su cuello, aspirando su aroma.


- No te vayas…


- Te lo acabo de decir, quiero que te salgas de mi vida.- Trató de quitarse esos brazos de su cuerpo no obstante fallo de forma drástica, sintiendo como estos se apretaban un poco más en él.


- No…pídeme cualquier cosa menos eso…- Suplico, sin alejarse ni un milímetro de él.


-…


- Larry…te amo.


Esas palabras ocasionaron algo que nunca espero, una fuerte patada para poder alejarlo de su cuerpo, fue cuando Ahk tuvo de frente a Larry, viendo el horror pintando esos ojos azules que tanto adoraba.


- No me mientas.


- No lo hago.- Trato de acercarse pero cada paso que daba el otro lo retrocedía.- Te amo Larry.


- No te creo.


- Te digo la verdad.


- ¡No es cierto!- Grito, cerrando sus ojos.- ¡Y no me importa, porque yo te odio, te detesto, solo deseo que jamás te hubieras aparecido en mi vida!


El silencio reino tras esa declaración, ninguno de los dos se atrevía a mover ni un solo músculo, solo se podía apreciar la respiración agitada de Larry. Ni si quiera se podía oír ni una mosca en el resto del lugar, todo esto hizo que el ex – faraón mordiera con fuerza sus labios, hasta hacerlos sangrar.


- No quiero perderte.


- Lo hiciste hace casi tres años.- Lo dijo cortante, tomando aire.


- Hagamos un trato.- No sabía de dónde le salía la voz pero tenía algo claro, no iba a renunciar a él fácilmente.


- No quiero hacer ningún trato contigo. Solo quiero que me dejes en paz de una puta vez.- Le escupió, yendo a la puerta pero las figuras de los chacales no se lo permitieron para su frustración.- ¡Haz que se aparten!


Ahkmenrah se puso recto, viendo a Larry con decisión, en una postura que mostraba el poder que tuvo hacia tantos siglos y que aún mantenía, haciendo que tragará saliva de forma pesada, casi temeroso.


- El trato es sencillo.


- ¡Te he dicho que no me interesa!


Ahkmenrah le ignoro, continuando con su explicación.


- Me iré de tu vida, no volverás a verme ni saber nada de mí…


- ¡Bien, pues hazlo ahora!- Le cortó furioso no obstante fue ignorado.


-… lo haré con una condición…


- Lo que me faltaba, ¡olvídalo, solo desaparece de una vez!


- Deja de interrumpirme.- Le gruño.


- ¡Y una mierda! ¿Cómo te digo que no me importa lo que digas? ¡No pienso ceder!


- Primero escucha y luego tomas la decisión.


- ¡No me da la gana!


- Bien, entonces tendrás que quedarte aquí conmigo durante lo que queda de noche.- Resopló enfadado, viendo como Larry parecía alterado ante la idea, después de todo hacía muy poco que anocheció.


- No te atreverás.


- Pruébame.


Ambos se vieron de forma retadora, ninguno de los dos dispuesto a ceder. Larry tuvo la intención de esquivar a los chacales para salir del lugar sin embargo sabía que no iba a poder lograr huir a tiempo, antes era aplastado o colgado, casi como un rehén. Y por supuesto no pensaba pasar toda la noche con ese hombre frente a él, era justo lo que menos le interesaba en esos momentos.


Tras pensar en los pros y contras no le quedo más remedio que resoplar, sentándose con los brazos cruzados en su pecho, fulminando al otro con la mirada. Ahk solo sonrió con suficiencia, continuando con su explicación.


- Lo único que pido para dejarte en paz es que pases una semana conmigo.


- ¡¿Qué?!- se puso en pie de un salto, alterado.- ¡No!


- ¿No?- Arqueo una ceja, cruzándose de brazos.- Tienen pensado que me quede aquí un par de meses, ¿realmente quieres que te vaya a buscar por ese tiempo cada noche, sin descanso? Por mi no hay problema, después de todo lo que menos me importa es estar cerca de ti.


- Imbécil.- Siseo con una mueca al pensar en ello.- No quiero tenerte todo el tiempo encima.


- Entonces acepta el trato.


- ¿Qué buscas con ello?- Ante esa pregunta Ahk sonrió.


- Si consigo conquistarte en esa semana no te alejaras de mí nunca, si no lo logró…jamás volveremos a vernos.


Larry se quedó callado, apreciando el gesto del otro. Era como un juego de todo o nada, todo se jugaba en esa semana. Si aceptaba podría quitarse al otro de encima lo que le daba de vida no obstante si cedía en esos momentos ante él quedaría atrapado, sin posibilidad alguna de poder huir.


- Puedes traer a tu hija si así lo deseas.- Ante ello se tenso, viendo al otro apoyarse en la pared en una pose bastante sexy.


- ¿Por qué debería de hacerlo?


- Porque esa semana significa día y noche.


Eso hacía la decisión más difícil, no podía simplemente alejarse de su hija por una semana, dejándole al cargo de una canguro mientras él estuviera con ese tipo. Claro, que luego recordó que Ahk se la pasaba muerto en el día, por lo que su pequeña no tenía por qué conocerlo, mucho menos verlo. En el día ellos jugarían y en la noche ella dormiría, no tenía por qué ser revelada la verdad de Sofía.


- ¿No volverás a molestarme?- Pregunto, solo por asegurarse de ello.


- Te doy mi palabra.- Lo dijo tan serio, que finalmente le hizo decidirse.


- Está bien. Pasaremos una semana contigo.


- No podrás huir.


- Me lo suponía.- Sonrió suave, viéndolo serio.- No huiremos, mantendré mi palabra. Y tras esa semana nos dejaras, no volverás a aparecer en nuestras vidas.


- Si no consigo que digas que me amas.- Le recordó.


- No lo lograrás.


- Eso ya lo veremos.


Ambos estaban confiados, eso era algo que se notaba a leguas de distancia. Pero solo uno podría caer, perdiéndolo todo, ¿quién sería?

Notas finales:

Espero que os haya gustado nwn


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).