Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi nueva aventura por Ayumi Kuran

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, aquí tenéis el siguiente capítulo nwn. Me pregunto cuántos capítulos más me saldrán jajaja esta siendo muy divertido hacer esto.

Las miradas no se apartaban de la pequeña quien solo se mantenía en silencio, mirándolos a su vez con la curiosidad propia de un niño que ve por primera vez a alguien nuevo. Por un momento sus pies dieron unos pasos adelante, acercándose a la mujer que había en la mesa pero Larry puso una mano sobre la de su pequeña, la que antes la infante había retirado para atraerla de nuevo a él, ocultándola tras sus piernas.


- ¿Podrían dejar de mirarla así, por favor?


- ¿Nos estás dando una orden?- La mirada del faraón más antiguo era mortal, no presagiaba nada bueno.


- No, solo se los he pedido.- Larry tuvo que inspirar, calmándose para no cometer ninguna locura como gritarle a ese hombre todo lo que pensaba de él.


- Es un doncella muy hermosa.- Lancelot le dio una sonrisa, avanzando hasta su pequeña de forma caballerosa.- Decidme, preciosa damisela, ¿cómo os llamáis?


- Sofía…-Salió de las piernas de su papi, mostrando solo su dulce carita.- Sofía Zalika Daley, ¿y tú?- La pequeña le dio una sonrisa, una que se parecía escalofriantemente a una que les sonaba pero que no eran capaces de recordar en esos momentos.


- Soy el caballero sir. Lancelot, a tu servicio.- Hizo una reverencia, besando el dorso de la mano de la pequeña que lo vio con más curiosidad, riendo bajito.


- ¿Tu segundo nombre es Zalika?- Fue en ese momento que Larry dejo de vigilar a ese par, viendo a los egipcios, sobre todo a Ahkmenrah quien era el que formulo esa pregunta.- ¿Por qué es egipcio?


- Porque así lo quise.- se cruzo de brazos, viéndolos.- ¿Tiene que haber algún motivo para que le ponga ese nombre?


De hecho lo había pero prefería no decirlo, guardárselo para sí.


- No es normal que se pongan nombres egipcios a gente que no es de aquí.


- En los últimos tiempos es algo que se hace mucho más de lo que piensas.- descruzo sus brazos, dispuesto a dar la conversación por acabada y alejar a su tesoro del rubio.- Ahora si nos disculpáis nosotros nos vamos.


- No.-La voz de Merenkahre sonó fuerte y clara, haciendo que se detuvieran.- A partir de este momento has pasado a ser el sirviente personal de mi hijo, Ahkmenrah.


- ¿Qué?- Su voz sonó apenas audible, parpadeando.- ¿Es una broma?


- Un faraón nunca bromea.- Su mirada era dura como el hielo y de tal intensidad que se vio obligado a retroceder unos pasos.


- Tranquilo, cuando acabe de comer hablaremos.- Le dio una sonrisa tranquilizadora antes de pasar al caballero.- lance, es mejor que comamos.


- Oh, cierto.- Poniéndose en pie volvió al sitio que le correspondía.


<< Solo será una semana, una sola semana…la peor de mi vida>>


Larry trataba de darse ánimo, recordando el poco tiempo que tendrían que estar de esa forma mientras sentía a Sofí inquieta, pegándose a sus piernas para después separarse. Larry sabía que algo no iba bien pero conociendo a su hija no le diría nada hasta que ella quisiera, solo quedaba esperar. Algo que no debió hacer mucho cuando sintió como sus pequeñas manos tiraban de su pantalón, haciendo que bajará. Ignorando a los demás, para prestarle atención.


- ¿Qué ocurre cariño? Estás muy inquieta.- Murmuro muy bajito, abriendo sus brazos cuando la infante se refugió en ellos, estrechándola en su cuerpo.


- Tengo hambre.- Sentía como su labio inferior temblaba, estaba seguro de que pronto lloraría.- ¿Cuándo vamos a comer?


- Dentro de muy poco, solo aguanta un poco más.- Sus manos viajaron hasta la peluca, acariciándola. Le gustaría poder hacerlo en su verdadero pelo, sabía que ese gesto la calmaba no obstante en esta ocasión no parecía funcionar.


Finalmente decidió ponerse en pie con la niña entre sus brazos, acariciando su espalda de forma cuidadosa, diciéndole palabras dulces al oído que la calmaron, optando por hacerse la fuerte con el único propósito de no darle problemas a su papi, ya había visto que parecían haberse metido en uno como para darle más.


Un pequeño ruido llamó la atención del azabache, viendo al nuevamente príncipe ponerse en pie para excusarse con sus padres, dándole una señal a ambos para que le siguieran. Larry no discutió, no quería hacerlo con su hija presente, lo que le obligo a hacerle caso, caminando tras él mientras veía a Lance y Ahk mantener una animada conversación entre ellos. Estuvieron caminando unos minutos hasta que llegaron frente a una enorme puerta que al abrirla, mostró un cuarto aún más grande y llenó de lujo.


- Estos son mis aposentos.- Anunció el antiguo monarca, caminando por ellos.- Vamos a hablar aquí.


- Papi…- El lamento de Sofí cortó las palabras que estaba por decir, haciendo que los tres pares de ojos se fijarán en ella.- Yo…yo…


- Shhh, tranquila.- Susurro a su oído, meciéndola con amor y cuidado.- En cuanto hable con…este señor…iremos a desayunar.


- ¿Aún no habéis comido?- Cuestiono su “amo”, frunciendo el ceño.- ¿Por qué no lo habéis hecho?


- ¿Por qué las normas especifican que solo los sirvientes comen después de la realeza?- Refuto a su vez con ironía. Estaba enfadado, eso era algo que Ahk notaba a la perfección, lo había visto así en varias ocasiones para ser capaz de reconocerlo.


- Lance, ¿por qué no vas a por algo de comer para la preciosa niña?- Esas palabras hicieron que el corazón de Larry se saltará un latido, viendo como el otro padre de su luz se acercaba, acariciando la cabeza de la pequeña y limpiando sus lágrimas.- Ahora vas a tener algo delicioso para comer, ¿sí? Así que por favor no llores más, eres demasiado bonita para manchar tu rostro con lágrimas.- La pequeña asintió, conteniendo sus hipidos para darle una temblorosa sonrisa de vuelta.- ¿Por qué no vas con él? Así puedes comer tanto como te apetezca.


- ¿Puedo?- Su mirada viajo a su papi, sabiendo que sin su permiso no lo haría.


- Está bien.- Suspiro, sabía que de esa forma su pequeña tendría su apetito saciado y él podría gritarle un par de cosas a la cara al otro sin preocuparse por nada.- Pero pórtate bien, ¿vale?


- ¡Sí!


Con entusiasmo, se bajo de sus brazos, cogiendo la mano del extraño hombre, viéndolo como si lo examinará.- Eres raro.- Fue su conclusión final, para ofensa del caballero.


- ¿Raro? ¿YO? ¡En absoluto!- Negó, poniendo una expresión solemne.- Yo soy un caballero que ha viajado por cientos de tierras, enfrentando a mil y un peligros…


- ¿En serio?- La pequeña no se veía nada convenida.- Eres muy raro.


- ¡¿Me acabas de llamar más raro que antes?!


- Sí.- Declaró con expresión seria. El golpe final para hundir los ánimos del rubio.


- Lance.- La voz del oji negro estaba burbujeante a causa de la risa, viendo divertido la situación.- Manda a uno de los sirvientes a traer comida para uno.


- Vale…- Dijo desanimado, antes de recuperar su confianza, dispuesto a llamar la atención de la pequeña y que viera lo genial que era.


En cuanto las puertas se cerraron, la guerra había empezado.


- ¿Sirviente?- Espetó con enojo, tomando aire para calmarse.- ¡¿Me has hecho venir desde Nueva York solo para ser tu sirviente?!


- No.- La calma estaba empresa en su voz, pensándolo un poco.- No era la idea inicial pero al final…sí, eres mi sirviente.


- Oh, que agradable sorpresa.- La ironía estaba en su voz, andando por el lugar como un león enjaulado.- ¡¿Por qué has hecho esto?!


- Para que no huyeras de mí.


- ¡Te di mi palabra de no hacerlo!


- ¡No huirías del lugar al que te llevará pero sí de mi presencia!- Su voz sonó dolida pero tan serio que Larry solo se pudo mantener en silencio.- Te conozco, guardián de Brooklyn, has evitado que nos viéramos desde que regresé y aún tratas de hacerlo. Estoy convencido de que si no te hubiera hecho ser un sirviente, más específicamente, MI sirviente, ahora mismo estarías evitando mi presencia, habríais desayunado y escabullido a cualquier lado donde no os viera, continuando así hasta que oficialmente se pasará la semana. ¿Me equivoco?


-…No.- Le costaba admitirlo pero era cierto, eso es exactamente lo que hubiera hecho.


- Digamos que es una medida de que no me evites.- Le sonrió, acercándose a él.- Fue idea de mi madre.- Admitió, viendo esos ojos azules que tanto amaba.- Además, así estaremos siempre juntos y tendrás que obedecerme.


- ¡¿En qué piensas?!- No pudo evitar retroceder asustado, viendo la sonrisa en los labios contrarios.


- No me voy a aprovechar de ti.- Le aclaró, acostando las distancias.- Voy a lograr que admitas que aún me amas y entonces…ya anda nos separará.


- Confías mucho en que pase, ¿eh?


- Es mi mayor objetivo.


Sus labios se estaban casi rozando, sin quererlo, Larry había quedado atrapado entre la puerta y el cuerpo contrario, siendo tentado por esos deliciosos movimientos que hacía contra él, invitándolo a compartir una vez más el beso que tanto ansiaba.


Tock tock


Y ese simple toque evito que cediera, se había encontrado a sí mismo acercando su rostro al contrario. ¡Cómo agradecía a quien quiera que hubiera interrumpido! Se alejo e él, empujándolo lejos de su cuerpo para su frustración, viéndose obligado a inspirar antes de mandar a Larry a abrir la puerta, encontrándose a la mujer que era la encargada, la que le metió tanta prisa. La adoraba, se iba a convertir en su mejor amiga.


- Con su permiso.- Hizo una reverencia al príncipe sin reparar en la presencia del otro siervo.- He traído la comida que habéis encargado.


- Dádsela a mi sirviente y marcharos.


- Aquí tenéis.


- Gracias.


En cuanto la muchacha se fue se sintió un poco inseguro, retomando las fuerzas antes perdidas para ver a un muy enfadado Ahk, estaba claro que esperaba que le bese.


- ¿Por dónde íbamos?- Su tono era meloso, acercándose a él pero la bandeja sirvió perfectamente de escudo.


- En que no se aprovechará de que haya sido mandado como su siervo.


- No, más bien un beso.- una vez más cortó su intento de contacto con una de sus manos.


- No voy a besarte.- Fue claro, firme y duro.- Ni ahora ni nunca. Esa fase fue una que ya ha sido superada.


- No te entiendo.- Confesó, retrocediendo un par de pasos.- Antes estabas dispuesto a hacerlo y ahora quieres que me aleje de ti. ¿Por qué? ¿Por qué parece que accedes pero después te retractas?


- ¿Quieres saber la verdad?


- Sí.


Por un momento se replanteo alejarse, dejarlo con la duda pero después estaba la posibilidad de decirle todo, acabar con esa tortura. ¿Cuál escogería?


- En ese caso descúbrela por ti mismo.


<< Cobarde, cobarde, ¡cobarde! ¡Eres un cobarde, Larry Daley!>>


-…


El silencio reino en la estancia, ninguno de los dos se veía dispuesto a decir una sola palabra, metidos en sus pensamientos, quizás maquinando un plan a su favor, quizás esperando a que el otro se rindiera en su postura o deseando que las cosas fueran distintas.


- La comida….


- Es para ti.- Se dio la vuelta, avanzando hasta el balcón.- Come y recoge mi habitación, cuando termines ven al balcón para recibir más órdenes.


- Sí, mi señor.


 


Uno podría decir que las cosas fueron con calma pero la tensión era enorme, solo era quitada por la pequeña Sofí o Zalika como la insistían en llamar todos los egipcios, quizás porque les era más fácil. Ya no sabía ni qué pensar, después de tres días de siervo las cosas no habían cambiado, ambos eran cortantes, manteniendo las distancias y cada vez que Ahk decidía romperlo siempre hacía hasta lo imposible por impedirlo. Sabía que era por ello que los padres de su ex se aseguraban de que hiciera tareas pesadas, cada una peor que la anterior con cada nuevo rechazo, ya estaba sin energías después del último. Pero tenía sus buenas razones para rechazarlo, ¿por qué nadie podía verlo? ¿Creían que era feliz con se tipo de vida?


- Papi, ¿estás bien?


- Claro que sí cielo, ¿por qué la pregunta?


Con cuidado se sentó en la cama que le habían dado en la habitación adjunta a la de Ahk por si este le necesitaba. Fue la expresión que se puso su hija la verlo que le hizo tener un mal presentimiento.


- ¿Estás triste?


- Pues…un poco.- Admitió, sintiendo al momento las manitas de su hija abrazarlo, dándole consuelo, uno que al momento fue devuelto.


- ¿Es por papá?


-…- No sabía qué decir, las palabras no salieron de sus labios. Esos ojos azules tan idénticos a los suyos estaban llenos de preocupación.- Un poco.


- No estés triste por él.- La pequeña le dio una sonrisa, besando su mejilla.- Yo nunca te dejaré.


- Gracias amor.


Abrazó a su hija contra su pecho, evitando llorar. Meciéndola, cantándole hasta que se quedo dormida entre sus brazos, permitiendo que durmiera en calma mientras él se sentaba, sintiendo las lágrimas bajar.


A veces se preguntaba si haberlo contado parte de la verdad a Sofí había sido buena idea. Ella no tenía ni idea de quién era su otro padre pero sí sabía que fue él quien la tuvo. Era justo que supiera eso, el por qué no tenía un papá y una mamá, sino que su papi era en realidad su mami. Era tan extraño y bizarro, fue una fortuna que ella no le diera importancia a ello.


Sin ser capaz de mantenerse en el lugar salió de la habitación, viéndose obligado a pasar por la de Ahk para poder hacerlo, buscando algún tipo de salida, aire…lo necesitaba. Bajo hasta el jardín, tomando varias y fuertes bocanadas del mismo hasta que su corazón se relajo, sabía que en un par de horas debía estar realizando su nuevo y temporal trabajo pero…no podía.


- ¿Qué te preocupa?


Su rostro se giro tan rápido que sintió que se le rompía, viendo a Ahk apoyarse en el barandal del estanque a su lado, sin mirarlo.  Por unos segundos su mirada estuvo posada en él antes de ver hacia el agua cristalina.


- ¿Qué haces aquí?- Devolvió a su vez.


- Te oí salir, es extraño que salgas tan de noche fuera. ¿Qué te preocupa?


- Muchas cosas.- Contestó al fin, necesitando desahogarse, sintiendo un cumulo de sensaciones apresarse en su pecho.- No sé qué hacer.


- ¿Sobre qué?


- Sobre…nada, déjalo.- Se apartó, queriendo huir de nuevo a su habitación.


- Larry.- La mano morena del otro lo detuvo, obligándolo a verlo. Deseo no haberlo hecho al ser consciente de su preocupación.- No sé qué te aflige, y veo que no piensas decírmelo pero…todo saldrá bien. No estás solo.


Maldita sea, ¿cuántas veces soñó con oír esas palabras? Una de sus manos viajo a sus labios, reteniendo un sollozo, sintiendo como el agua salada que conformaba sus lágrimas caía, una tras otra, haya que ya no la pudo contener. De repente unos brazos lo rodearon, estrechándolo contra su cuerpo.


- Tranquilo, yo estoy aquí, contigo.


Sus manos se alzaron, apretando la tela de la ropa contraria, desahogándose entre sus brazos, dejando salir todo el dolor que llevaba acumulando por tres años sin que nadie más pudiera verlo, uno que le estaba matando lentamente desde dentro.


- No me dejes solo.- Murmuro entre sollozos, temblando.- Por favor…


- Ven, vamos a la cama.- Sintió el agarre hacerse más fuerte.- Juntos, solo abrazados.


Era difícil avanzar con Larry estando de esa forma por lo que sin más, lo cargó, avanzando por los pasillos con el chico de piel pálida en brazos, aferrado a su cuerpo sin intenciones de soltarlo. Al llegar a su habitación y posarlo en la cama por un segundo se sintió como si fueran recién casados, lo deseo con todas sus fuerzas que fuera real, pero la verdad era completamente distinta.


- Ya, ven aquí.


Lo arropo entre sus brazos, consolándolo, acariciando su rostro y pelo, diciéndole palabras de apoyo, lo bien que estaría todo en poco tiempo.


- Gracias.- Sonó suave, llamando la atención del otro.- Gracias.


Poco a poco el cansancio fue haciendo mella en su cuerpo, logrando que quedara dormido entre esos protectores brazos, estando el otro preocupado, estrechándolo contra sí. ¿Quién o qué podría haberlo dañado tanto? Esa pregunta le dejo inquieto, manteniéndolo en vela, apreciando el gesto tranquilo del otro, enterrado entre sus brazos. Era una sensación tan cálida, una que perdió cuando cometió el error de abandonarlo, dejándolo solo y a su suerte pero ahora los dioses le daban esa nueva oportunidad, estaba seguro, solo…tenía que hacerle ver al otro.


- Um…


- Larry.


 Lo llamó suave, viéndolo retorcerse entre sus brazos hasta que abrió sus ojos, parpadeando un poco mientras bostezaba, hasta que finalmente pudo enfocarlo.


- Ahk…


- Sí…yo…


Vio al otro apoyarse en sus codos, alejándose un poco de su cuerpo para verlo, empezando a acercarse a él, hasta que una de sus manos se posó en su nuca, atrayéndolo para un beso. No se lo espero, en absoluto pero no desperdicio el contacto que tanto había anhelado y el otro se había negado en ofrecerle.


Sus manos viajaron a las caderas contrarias, apretándolas contra su cuerpo, sus labios se movían con frenesí sobre los contrarios, ansiosos e beber de su esencia sin importarles nada, ni si quiera el aliento. Cuando se separaron por la necesidad de respirar, Ahk no sabía qué esperar, lo único que tenía claro es que deseaba poder volver a besarlo, sin detenerse. Unos labios posándose en su cuello le hicieron salir de sus pensamientos, cerrando sus ojos al notar como Larry lo besaba, sin ir a más.


- Ahk…


Sintió un escalofrío cuando suspiro su nombre, sintiendo como las manos del otro hombre viajaban a su pecho, haciendo que se tumbará mientras él se sentaba en sus caderas, atrayendo su rostro para un nuevo beso que no se le fue negado, sintiendo las manos contrarias, una para apresar su cadera y la otra recorrer las suya propia, sacándole pequeños gemidos que les encendían de a poco.


Sus labios se separaron, respirando ambos agitados hasta que el egipcio decidió posar sus labios sobre el contrario, recorriendo con su lengua su cuello, chupando a veces para concentrarse en su clavícula, casi parecía que pensaba marcarlo. Por su parte el chico de piel pálida comenzó a pasar sus manos sobre los bien formados abdominales del contrario, recorriéndolos con sus dedos para ir bajando poco a poco, haciéndole hueco a su mano en la parte baja contraria, acariciando el miembro contrario por encima de la especie de falda que usaba.


- Ah…eso es…


- Estás duro.


- Solo por ti.


Sus labios se juntaron una vez más, sintiendo las caricias contrarias hasta que el iniciador de ese acto dejo de acariciar la erección contraria, bajando un poco para retirarle la ropa ante su atenta mirada, bajándose a su vez sus propios pantalones y calzoncillos, teniéndose sobre su cuerpo para besarlo, uno rápido que le dio la oportunidad que buscaba. Colocando sus rodillas a los lados de su cadera, abrió sus nalgas, permitiendo que el muy erecto miembro contrario se posara entre ellas, sin darle oportunidad alguna de penetrarle pero si dándole descargas de placer a ambos, moviendo sus caderas entre besos, caricias y gemidos, apretando sus uñas en las sábanas, cuando llegaron al tan ansiado clímax fue…una sensación indescriptible.


Sus cuerpos cayeron a la cama, siendo su cuerpo acunado por esos brazos morenos, sintiendo como besaba su frente, dándole sueño.


- Larry…


- ¿Um?


- Tengo que ir a comer con mis padres…descansa aquí, ¿vale?


El otro solo asintió, sin ser capaz realmente de lo que pasaba, el calor de las sábanas, su olor lo estaba llevando al mundo de Morfeo. Ahkmenrah por su lado solo se levantó, dándose una ducha mientras pensaba por qué su amado había reaccionado de esa forma cuando se la pasaba rechazando su contacto. Al salir lo vio tumbado, prácticamente desnudo sobre sus sabanas y no pudo evitar la sonrisa que se posó en su rostro, deseaba verlo así cada día por el resto de su vida.


- En un rato vendrá Lance a por Zalika, así que no te preocupes si no la ves.


Larry no dijo nada, sintiendo un último beso en sus labios antes de que el otro saliera. ¿Qué había de malo si Lance veía a Sofí sin su peluca rosa? Solo se haría evidente quien era su otro padre.


 


- Buenos días.- Saludo Ahkmenrah a sus padres, besando en las mejillas a su madre antes de sentarse en su asiento.


- Pareces feliz hijo.- Comentó su padre, recibiendo una sonrisa.


- Estoy feliz el día de hoy.


- Es normal. Aunque, dinos, ¿cuándo pensabas decirnos que te acostaste con el guardián de Brooklyn?


Esas palabras hicieron que viera sorprendido a su padre, sintiendo como sus mejillas ardían con un leve rubor.


- ¿Cómo…?


- Nos lo contó Lancelot.


Su ceño se frunció, viendo al aludido quien solo sonrió de forma inocente, encogiéndose de hombros.


- Fui a despertarte porque tardabas y…os encontré en ello.


- Bueno, es hora de hablar de esto.- La seriedad con la que lo miraron sus progenitores hizo que un escalofrió desagradable le surcará.- Es el momento de la charla.


Mierda, mierda, ¡MIERDA!

Notas finales:

¡Listo! nwn. Antes de irme quiero disculparme por las faltas de ortografía pero aquí son las cuatro y diez de la mañana y no me siento con fuerzas pra revisarlo. Espero que nos veamos pronto nwn.


¡Ah! Casi lo olvido, quería haceros una pregunta a todos aquellos que hayais leído mi short "Solo una noche" de esta pareja. Zia me dio una idea para poder seguirla aunque yo ya tenía una pero ahora se me ha ocurrido una tercera forma de continuarla por lo que decidí que pediría vuestra ayuda para poder decidirme. Lo haría en el short si no fuera porque...bueno, al ser un short no estaría bien que pusiera una nueva entrada solo para poder preguntar esto. Bueno, las ideas son las siguientes:


1.- La que me dio Zia (solo si ella esta de acuerdo) que contiene mpreg, Ahk yendo a buscar a Larry, encontrándose con un pequeño que era del otro y Kamunrah secuestrando a Larry y el pequeño.-


2.- Larry se encuentre por accidente a Ahk en su país natal, teniendo ciertas dificultades a causa de trabajos complicados, poco tiempo y muchos secretos. No tendrá mpreg.


3.- Larry se encuentre con Ahk en la situación menos esperada, habiendo muchos celos, problemas al verse y los padres de Ahk teniendo mucho que ver. Posible mpreg.


No he querido dar muchos detalles para no revelar toda ls historia pero, ¿cuál os gusta más?


¡Ah! Pero no publicaría esa conti hasta al menos terminar uno de los long fic, no me daría tiempo y al final acabaría abandonando de forma temporal las tres historias.


Bueno, espero vuestras respuesta nwn.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).