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Momentos en familia por Ayumi Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Como dije anteriormente hoy os traigo un nuevo capítulo que muestra un nuevo momento en la que se ha transformado en una reciente familia. Espero que os guste nwn

Cuando la “reconciliación” se había dado de forma exitosa, asumiendo que de alguna manera ambos habían acabado siendo pareja, todo gracias al celo, llegaba la parte más difícil y Larry estaba muy consciente de ello. Era el momento de dar a conocer su relación.


Su aroma lo decía todo al igual que la marca que llevaba en su cuello aunque esta se viera oculta a causa de un pañuelo que el Daley había decidido usar, sacándole un gruñido a su amante.


- ¿Por qué llevas esto?- Su mano tocó el pañuelo, tocándolo de forma delicada, algo que no le encajaba mucho al otro a causa de la forma en la que reaccionó.


- Para ocultar la marca.- Nada más decir eso se llevó las manos a su boca, viendo como la expresión contraria se oscurecía. No debió decir eso.


- ¿Tanto deseas rechazarme?- Su mano tiró de la prenda, haciendo que su pareja se sentará en sus piernas.- ¿Tanto te molesta?- Su voz había obtenido un tinte dolido que le hizo sentir de la peor forma posible.


- No…es que…- No sabía cómo expresarse, quería quitar la expresión contraria de su rostro.


- Realmente quieres que te deje.- Sus manos aflojaron su agarre, parecía que realmente estaba pensando en ello y eso a Larry no le gustaba.


- Ahk…


Le llamó de manera suave, acariciando con sus manos las mejillas contrarias antes de finalmente atraer su rostro hasta el propio, sus ojos chocando mientras sus labios mantenían un dulce y tierno contacto, rozándose. Se mantuvo de esa forma durante algunos segundos antes de juntarse en un beso lento, sin prisas ni deseo. Uno que sería considerado como romántico.


- No es lo que tú piensas…


- ¿Entonces?- Sus palabras sonaron bajas, casi en susurro.- ¿Por qué lo ocultas?


- Porque pensaba que querías romper el lazo.- Confesó por fin, apretando el cuerpo contrario al propio para ocultar su mirada en su cuello, aspirando su aroma sin ser capaz de ver su expresión.- Creí que cuando me marcaste durante mi celo todo había sido un error e ibas a estar de acuerdo conmigo en que debíamos de romper esta unión.


- ¡Jamás!- Su grito le hizo saltar un poco, encogiéndose al notar la ira en la voz de su Alfa.- ¡Eres mío Larry…!


Iba a seguir hablando, o mejor dicho gritando, cuando notó el cuerpo tembloroso que sostenía contra sí, fue entonces que se dio cuenta de que no debía ser fácil toda la situación para el otro, que por mucho que quisiera mantenerse fuerte y firme seguía siendo una persona frágil que había pasado por demasiadas situaciones dolorosas en lo que al amor respectaba, que había perdido a demasiadas parejas y que incluso tras quedar unidos habían optado por romper la unión que los mantenía juntos dejando al otro solo.


Un ejemplo de todo esto era Érica, quien había dejado al omega tras un par de años después que naciera el hijo de ambos, sin ninguna explicación realmente. Según lo que Larry le había contado, podía imaginarse como fue.


Flash Back de Larry


Hoy era el cumpleaños de Nick, su pequeño bebé al fin cumplía los dos años de edad y junto a ello podrían saber si sería Alfa, beta u omega. Estaba emocionado por ello aunque rogaba con todo su ser que fuera cualquier sexo menos el de omega, ese siempre había sido el más duro a lo largo de la historia, algo que aún se mantenía.


- Niki.


Llamó de forma amorosa a su pequeño que nada más verlo soltó un gritito, poniéndose en pie para corretear hasta donde estaba él, abrazándose de sus piernas y sacándole una enternecida sonrisa, cargándolo en sus brazos.


- Mira que te he traído.- Con cuidado le dio un paquetito con papel de regalo azul lleno de patitos, algo que el pequeño vio con curiosidad para cogerlo como le indicaba su madre.- Venga, ábrelo.


Larry lo animaba hasta que finalmente el pequeño angelito llevó sus manos con fuerza a él, desgarrando el papel para ver con un gorgojeo un juguete en madera que cogió con sus pequeñas manitas, era un pequeño coche que parecía tener ya bastantes años. El mayor de los dos se encaminó hasta el sofá para sentarse en él junto a su pequeño.


- Este juguete le perteneció a tu abuelo, ¿sabes?- Sus manos acariciaron su pelo, notando los castaños ojos de su hijo verlo con curiosidad.- Se lo regalo su padre cuando tenía tu edad y ha pasado en la familia durante tres generaciones, cuatro con la tuya. Es muy importante para mí, ¿a qué lo cuidarás bien?


- ¡Sí!


Una sonrisa se posó en sus labios, besando la frente de su pequeño para posteriormente dejarlo jugar en el suelo con él, mientras que Larry se disponía a buscar a su esposo por la casa, después de todo tenían que hablar de lo que quedaban de preparativos para la fiesta de Nick. No obstante por mucho que buscará no encontró nada, lo que le hizo fruncir su ceño, mucho más al ver que había dejado a su hijo solo pero de seguro debió olerle antes de marcharse, dejándole de esa forma a su espera.


Con esos pensamientos, comenzó a preparar la comida para esa noche, el gran pastel junto a otros tantos, las comidas favoritas de su hijo y esposa, los adornos por toda la casa de dos pisos que tenían pero sobre todo por el gran jardín que sería donde la fiesta se llevaría principalmente a cabo. Cuando acabó estaba mucho más que agotado, después de todo le había tocado hacerlo solo pero no se arrepentía, no al ver la emoción en esos dulces ojos del infante.


- Vamos cielo, es hora de vestirse.


Lo cargó con cuidado y tras darle un baño le puso el trajecito de marinero que le regalo su abuela, no pudo evitar verlo enternecido antes de sacarle varias fotos, suspirando con ternura. La puerta pronto empezó a sonar y con ello llegaban los invitados.


- Gracias por venir.- Saludo a una de las madres del amigo de su hijo.


- Es un gusto, Jason estaba ansioso por llegar.


Ambos rieron un poco, observando cómo sus hijos se juntaban para jugar, buscando al resto de sus amigos, la fiesta prometía ser realmente agradable. Poco a poco fue pasando, la diversión no faltaba y los dulces tales como la tarta fueron repartidos con el entusiasmo de los más pequeños. Sin embargo había algo que no le hacía estar tranquilo, que le angustiaba: Érica aún no había llegado.


El teléfono empezó a sonar, pero no le dio tiempo a cogerlo cuando saltó el contestador, la voz de su pareja sonó con firmeza.


- Parece que no estás en este momento en casa, bueno...solo tengo una cosa que decirte. Hemos terminado, mi abogado hablará contigo para el divorcio y la marca desaparecerá en breves instantes. Felicita a mi bebé de mi parte.


Larry sintió como su mundo se derrumbaba, oyendo los murmullos de todos los invitados mientras un breve escozor se hacía presente en su cuello, su marca acababa de desaparecer…


Fin Flash Back


Solo de recordar como se lo contó su lindo chico hacía que la ira recorriera todo su ser de forma brusca, deseando poder obtener a esa desgraciada para darle el castigo que se merecía, al peor de las torturas…


- Estás enfadado, ¿cierto?- Sus ojos se desviaron al otro, quien había dejado de temblar con la resignación en sus ojos, haciéndose el fuerte.- Entiendo si quieres dejarme.- Murmuro muy bajito.


- Escúchame, hazlo bien.- Sus manos se posaron en sus mejillas, haciendo que le viera a los ojos.- No pienso dejarte nunca, deshazte de esa idea. Eres mío, Larry. Solo mío.


Sus labios se unieron en un suave beso, aferrándose el cuerpo del otro con desesperación, una que era correspondida. Sus lenguas salieron de forma casi tímida, tocándose para hacer un beso más profundo y apasionado, sacando suspiros junto a las sonrojadas mejillas.


- ¿Quieres que los demás lo sepan?- Susurro sobre los labios del faraón aunque ya sabía la respuesta.


- Por supuesto.- Su sonrisa le hizo estremecer brevemente, sintiendo un dulce beso en su mejilla.- Quiero que todos sepan que ya no estás disponible, que tienes a alguien que te va a cuidar con todo lo que tiene, alguien que se va a asegurar de que seas tardado como una reina…eres mi reina.


Sus palabras no eran las más románticas pero para alguien como Larry que había sufrido tanto, buscando algo de amor a lo largo de su vida, siendo esto un completo fracaso, no pudo evitar ocultar su rostro en el pecho del otro, aferrándose a él como si la vida se le fuera en ello.


Ahkmenrah podía no ser un Alfa convencional pero no le importaba, si este podía darle lo que siempre había buscado estaba decidido a arriesgarse una última vez, buscando la conexión que siempre deseo. Si él le rompía el corazón, si sufría una sola vez más, sabía que jamás podría reponerse, su corazón estaría hecho trizas lo que le quedará de vida.


- ¿Larry?


El nombrado noto el tono preocupado con el que sonó, haciéndolo soltar una pequeña sonrisa, quizás esta vez no se había equivocado.


- Vamos a decírselo.- Murmuro apretando su mano.


El egipcio no pudo evitar sonreír con orgullo, arrastrando al momento a su pareja hasta la recepción donde se encontraban todos, haciendo cada uno lo suyo. Fue cuando este se puso en pie en uno de los bancos con el omega a su lado que se dio cuenta de lo que estaban a punto de hacer, casi haciéndolo retroceder. Y dice casi porque su pareja le sujetaba con firmeza, impidiéndole moverse.


- ¡Tengo algo que decir!- Ese grito llamó la atención de todos, que los veían con una ceja alzada.


Atila dijo algo que para Larry no era entendible, pero sea lo que sea que dijera no le hizo gracia a su pareja, quien le sujeto con firmeza, gruñendo.


Antes de que se diera cuenta, sus fuertes manos le dieron la vuelta, inclinando su cuerpo mientras posaba sus labios de forma hambrienta con los propios, logrando que su corazón latiera a mil. Cerrando sus ojos se dejo llevar, enredando sus manos en el pelo del otro, dándose un apasionado beso que duro segundos, minutos e incluso Larry sintió que fueron horas. Al separarse sus mejillas estaban sonrojadas, viendo agitado a su pareja quien lamio el hilo de saliva que colgaba de sus labios para ponerse después recto, con su omega entre sus brazos la estilo princesa.


- ¡Larry es mi omega! ¡El que se atreva a acercarse a él con intenciones nada sanas, lo mataré!


Tras su declaración y a pesar de la amenaza que había asustado pero de alguna forma también enternecido al chico entre sus brazos, haciendo que ocultará su rostro entre sus manos solo para que no viera el sonrojo en sus mejillas, ni la sonrisa que había aparecido.

Notas finales:

Espero que os gustará nwn Leí hace poco una pregunta de si haría más capítulos en esta secuela, la respuesta es sí. Son al rededor de veinte así que me tendréis que aguantar un tiempo si queréis verlos ^.^U


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