TEXTO DEL FIC.
Era un día como cualquier otro, fin de semana para ser precisos, el clima era agradable y la temperatura perfecta, ni frio ni calor.
Las personas hacían su vaivén cotidiano, unos yendo a trabajar, otros regresando del trabajo, e incluso algunos saliendo con amigos, parejas o algún familiar querido; a lo lejos se puede ver a un joven saliendo del instituto, de cabello rubio, ojos dorados cual dulce miel y piel tan tersa como blanca, complexión esbelta, de una altura de no más de 1.79cm, robaba la mirada de cuanto cruzara por su lado, un joven muy atractivo sin lugar a dudas.
Mientras este joven se aproximaba a la puerta de la institución, un par de jovencitas le detuvieron para pedirle los apuntes del joven, apuntes que no necesitaban, más pequeña seria esa mentira usada como excusa solo por verle y hablar con el mismo
El joven rubio muy galante tomo su mochila y sacando sus apuntes se los dio a ambas jovencitas con su habitual sonrisa, una que derretía a cualquiera que fuera a estar en su presencia, haciendo que ambas cayeran presas de su encanto, hermoso e irresistible casanova, eso era él.
Mientras tanto en el instituto de estudios medios superiores Santa Genoveva, una competencia de equitación se daba por finalizada.
El público ovacionaba y felicitaba a los jinetes que se disponían a bajar de sus caballos, siendo uno de los jinetes una hermosa señorita de cabello liso, de color rubio acaramelado, tan largo que le llegaba casi hasta la cintura, ojos tan azules como el cielo y piel blanca como delicada, tan pequeña que pareciera una muñeca de porcelana
Tal hermosa señorita era admirada desde las graderías del lugar, por una bella mujer con gafas negras, que no perdía detalle de lo que hacía tan joven jinete, quien no se dio cuenta de la presencia de la misma y salió del lugar para disponerse a cambiar su uniforme
Al salir junto con sus pertenencias, dispuesta a regresar hacia los vestidores, la señorita fue tomada sorpresivamente por unos brazos que la acercaban hacia el cuerpo ajeno, para luego sentir un cálido beso en su rostro
- Felicitaciones mi dulce pequeña, lo has hecho esplendido
Palabras de felicitaciones dadas por aquella bella mujer que había estado mirándola con detenimiento, de pelo rubio largo y ojos verduscos, piel blanca, acompañada por un semblante sereno, una mujer que tenía una presencia que no dejaba indiferente a nadie, tan elegante como hermosa, haciendo que la señorita sonriera por el halago
- Gracias por venir Fayna, me has sorprendido jijijiji
Rio un poco la señorita al mismo tiempo que se alejaba de la mujer creando un pequeño espacio entre ambas, haciendo que la rubia solo sonriera del mismo modo
- ¿Oni-chan está contigo?
Pregunto la señorita al verle sola y sin su querido hermano mayor, el cual aún no había llegado
- Lo siento mi dulce muñequita, pero Altaír esta aun en el instituto, pero nos alcanzara en un momento
La señorita miro una vez más hacia la entrada de su colegio para luego dirigirse a los vestidores, acompañada de sus compañeras de clase y demás, mientras que Fayna se puso a esperar en los jardines a que terminara de cambiarse
Y mientras esta preciosa rubia esperaba, causaba un furor entre las internas del instituto, quienes a pesar de ser del mismo género no podían dejar de admirar, a esa dama atractiva que robaba sus miradas
Al cabo de unos minutos salió la señorita junto con sus pertenecías, al ver a la rubia esperándola fue hasta su encuentro siendo recibida por Fayna con una genial sonrisa la cual impacto a muchas de las colegialas del lugar.
En ese momento un barrullo se hace escuchar en las puertas del lugar, e inmediatamente la señorita reconoce al causante del mismo, ella voltea y dirige su mirada hacia aquel lugar y ahí está él.
El joven sonreía cortésmente a las jovencitas que se le acercaban encantadas con su atractivo, para luego mirar en los jardines frontales del colegio, y a su querida hermana; quien también lo veía encantada, ambos se saludan y corren uno al encuentro del otro, presentando así una clásica escena de novela romántica, como cuando los amantes se pierden en los brazos del otro
- ¡¡¡Oni-channnnn!!!
- ¡¡¡Aineeeeeee!!!
Esa hermosa escena, en que ambos hermanos abrazados y felices hace que Fayna hiciera una mueca de disgusto, mientras que las compañeras de la señorita la envidiaban por tener a tan buen mozo como hermano, así como también por ser conocida de aquella hermosa mujer.
Más la magia del momento se desvaneció cuando el joven galán vio de reojo a Fayna, e inmediatamente palideció y su compostura paso a estar en segundo plano, apunto con su dedo a la mujer y con expresión de enojo comenzó a reclamarle diciéndole.
- Oí ,Oí, Oí tú, tu, tuuuuu, ¡¿Que diantres haces aquí?!, ¡¡¡ni pienses que voy a dejar que te acerques a mi amado tesoro!!!, ¡¡¡tu mujer vampiro!!!, le quieres robar su hermosa juventud con tus largos tentáculos de mujer fatal, pero mi hermanita no es presa de demonios.
Aquellas palabras hicieron que venitas saltonas se presentaran en la frente de Fayna, la cual apretaba su puño intentando aguantarse los deseos de darle una golpiza al rubio frente a su adorada Aine.
- ¡Ara, ara, ara! ¿está diciendo esto, un chico bueno para nada que se jacta de Don Juan y no pasa de perico perro, que trabaja en una tienda para damas, en el área de lencería?, ¡¡¡JÁ, no me hagas reír mocoso!!!
- ¡¡ ¿Qué dijiste?!!
Y antes de que las cosas se salieran de control, Aine tratando de apaciguar las cosas, toma de las manos a ambos y los jala, saliendo del colegio a toda velocidad, una escena más y seria la comidilla de las chicas de su instituto.
Ella no podía dejar que su reputación quedara arruinada por chismorreos a causa de ese par de rubios, que bien no se controlaban cuando estaban reunidos.
Una vez lejos del alcance de los testigos, los tres subieron en el coche de Fayna, Altaír mas por obligación que por gusto, yendo los tres a un restaurante para celebrar la victoria de Aine.
De camino hacia el restaurante, ambos rubios no pudieron evitar continuar la disputa en el auto, causando que Fayna dejara de prestar total atención del camino, lo cual causo que no se percatara de su entorno, para cuando la rubia regresaba nuevamente sus ojos hacia el frente un poderoso golpe fue lo último que escucho, luego todo se volvió negro…
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Era un hermoso día como cualquier otro, el clima agradable y la música de la radio acompañaba a quienes se disponían a hacer sus tareas y quehaceres cotidianos
Las casas del lugar mostraban su cotidiano día, mientras que los pájaros revoloteaban en el cielo, los árboles se mecían por la leve brisa que se paseaba juguetona por las calles de aquel modesto barrio.
En el reloj se marcaba una hora ya muy avanzada, todos los vecinos se encontraban enérgicos y muy atareados, menos dos jóvenes, los cuales aún dormitaban en sus habitaciones.
Estos dos, se había levanto recién y aun luchaban contra el sueño que los mantenía adormilados, estuvieron así por más de treinta minutos, cuando consiguieron reaccionar ambos fueron al baño respectivamente para hacerse.
Una vez terminado su aseo, comenzaron a prepararse el desayuno, al terminarlo se sentaron en la pequeña y estrecha mesita que tenían en su modesta cocina a comer el pan con mortadela acompañado de su muy cargado café.
- Doney has estado muy distraído en clase últimamente, el profesor de cálculo me comento que no te concentras en su clase
Comenzó por decir la joven de la casa, una pelinegra que tenía el pelo semi-largo un poco ondulado, el cual le llegaba hasta los hombros y un poco más, de ojos rojos escarlatas y piel morena clara, de mirada floja y que demostraba poco interés para con los que le rodearan, un tanto delgada y de estatura mediana, pero de presencia intimidante.
Esta daba pequeños soplos a su taza de café, mientras miraba inquisitivamente al pobre joven que intentaba desviar la mirada sintiendo como esta se le clavaba encima pidiendo explicación.
- Lo siento Rita, pero no me he sentido muy bien que digamos, he tenido que trasnocharme en estos tres días para poder terminar un trabajo practico de la asignatura principal.
Se excusó el joven de la casa, el cual tenía unos ojos negros igual que su pelo semi-largo que le daba un aire de adulto, aunque este aun empezaba la universidad; su cara bien proporcionada se acoplaba a sus ojos medianos los cuales le hacían parecer un hombre de 25 años, aunque este solo tenga 18, con una altura de 1.78 se daba a respetar entre sus conocidos; piel bronceada además de un cuerpo bien formado que no era ni flaco ni gordo, un joven muy atractivo, pero de semblante serio.
- ¿Así que era un trabajo practico lo que te mantenía tanto tiempo en las noches?, ¿Qué tanto quiere torturarlos tu profesor principal antes de los parciales?
Pregunta la pelinegra al ver las horribles bolsas debajo de los ojos del joven, y recordaba como lo veía en su cuarto con la luz prendida incluso a las cuatro de la madrugada.
- Él se preocupa de que no pasemos los exámenes finales, es por eso que nos mandó el doble de trabajo para estos meses, pero no he podido seguirle el ritmo últimamente, es por eso que me he desconcentrado en calculo.
Se confesó el joven sintiéndose frustrado con su poco aguante.
- ¿dijiste meses?
Pregunto la pelinegra al escucharlo decir aquello, le parecía increíble de por sí que pudiera seguir vivo, pero ahora podría comentárselo al profesor de cálculo y pedirle un poco de comprensión para con su pobre primo.
- Si, por lo menos nos doblara los trabajos durante tres meses más, a este paso terminare fallando los finales de cálculo…….
- Bueno si eso llegara a pasar cu------
En ese momento fueron interrumpidos por el sonido del teléfono que sonaba insistentemente, por lo cual tuvieron que contestar sin muchas ganas.
- ¿Diga?….
Contesto Doney, mientras que Rita se acomodaba a su lado para escuchar de quien se trataba.
- ¿Hola?, ¿Aún no se han levantado?, Suenas completamente adormilado jajajaja
Al escuchar la risa la pelinegro se devuelve a la pequeña mesa a terminar su desayuno, puesto reconoce la voz de quien les llamaba.
- No es nada de eso, ¿Más bien, en donde estas Black?, Tendrías que estar aquí hace una hora
Se quejaba le pelinegro al ver el reloj de su pared, habían pasado más de una hora y quince minutos de la hora en que habían quedado en desayunar juntos.
- Me tarde por x motivos, los cuales te contare cuando este ahí, como disculpas les llevare algo de comer, ¿Te parece bien?
El joven al escuchar eso, deja salir una risa y acepta el trato.
- Dile que me traiga unas botanas de paso, las necesito se acabaron las mías.
Interrumpe Rita al ver como el pelinegro estaba a punto de despedirse del joven que se encontraba al otro lado del parlante.
- ¿Esa fue Rita?
Pregunto Black al escuchar levemente su voz a través de la bocina
- Si, encárgate de eso por mí.
Pidió el pelinegro, sabiendo que su prima no sobreviviría sin sus amados snacks.
- No hay problema estaré ahí en unos cuantos minutos, terminen de levantarse par de flojos.
Molestaba Black al mismo tiempo en que colgaba, dejando a ambos primos terminar su desayuno mientras le esperaban.
Black por otro lado compra algunos snacks de una tienda cercana de donde se encontraba en ese momento y decide agarrar un automóvil para llegar rápido a casa de sus amigos, a los cuales había conocido por más de tres años.
Después de esperar unos minutos y con algo de suerte para un taxi, pregunta al chofer si sabe cómo llegar al destino que le menciona, y al confirmar esto, se sube en él.
Pero al subirse al carro se siente incómodo y tiene un mal presentimiento, más decide no darle importancia por lo cual se apoyaba sobre la ventana y se ve reflejado en el cristal.
Puede ver su cabello negruzco azulado tan rebelde como siempre, sus ojos grises con tonos celestes los hacían lucir muy extraños por no decir, exóticos; su cara como la de un niño no le inspiraba confianza, el envidiaba el rostro maduro de su amigo Doney y se preguntaba ¿qué podía hacer para tener semejante cuerpo? puesto que este, no superaba el metro sesenta y seis, lo cual lo frustraba mucho, tenía la piel de color clara pero no blanca, era el típico color de los mestizos.
Black dejo salir un largo suspiro al ver su reflejo y lo que le hacía falta, preguntándose si algún día podría ser la clase de hombre que gustara a las mujeres.
- ´´Han pasado ya más de 3 años desde que la conozco, creo que es momento de decirle lo que siento, aunque me rechace definitivamente voy a declararme, esta vez no me voy a detener``
Y mientras Black se perdía en sus pensamientos, Rita vio caer frente a sus ojos aquel cisne de cristal que había sido obsequio del joven hace ya tantos años atrás, en uno de sus cumpleaños.
Lo último que vio Black fue al chofer agarrándose el pecho y soltar el volante, al igual que otro carro viniéndole de frente…
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Todo había sucedido en segundos…
La conductora del primer carro, quien tenía el cinturón de seguridad puesto, vio como la pasajera que iba en el asiento de atrás iba a ser expulsada del carro por el parabrisas, por lo que en acto reflejo la atrapo con los brazos arreglándoselas para detenerla.
Por otro lado el copiloto, quien no llevaba el cinturón de seguridad no pudo evitar ser azotado por el impacto, recibiendo un fuerte golpe en la cabeza, lo cual lo dejo inconsciente sufriendo este el mayor daño
Mientras en el otro carro, el conductor quien había colapsado soltó por completo el volante haciendo que el coche se colocara de lado estrepitosamente, esto ocasionó que el carro que venia del otro lado se impactara de lleno contra el pasajero del taxi.
Minutos después el sonido de sirenas cantaba lo sucedido a todas voces, los mirones se iban acumulando en la zona del siniestro.
Todo eso acontecía mientras el celular del pasajero del taxi sonaba insistentemente sin poder este contestar al mismo, tan solo se podía ver a los paramédicos llegar y a la policía aislar el lugar, para dar espacio a la ambulancia, la cual en pocos minutos ya se encontraba llena mientras la segunda se apresuraba a tratar a los heridos, para dirigirlos inmediatamente hacia el hospital, directamente a urgencias.
El chirrido de las ruedas de la camilla entrando puerta, tras puerta a la sala de emergencia, llevando consigo un par de jóvenes mal heridos, mientras que en la sala de observación se despejaban las dudas de laceraciones en el febril cuerpo de una joven oji azul quien voltea a la puerta de rayos x donde va saliendo la rubia con un vendaje en el brazo, unas cuantas cortadas en el rostro nada serio y una expresión de preocupación; era lo que enmarcaban sus hermosos ojos verdes.
Por otro lado, en la sala de emergencias tenían problemas con el joven pasajero del taxi, quien había perdido mucha sangre y ahora el personal médico se contactaba con sus familiares, debido a que el chico necesita una transfusión de sangre y no tenían el mismo tipo del paciente en el hospital, puesto que la suya es muy difícil de conseguir, y por ello esperando que algún familiar tenga la misma y poder salvarle la vida.
Mientras que, en el otro lado, los médicos se encargaban del copiloto del otro auto, el cual presenta daño vascular a nivel cerebral, el impacto de su cráneo con el tablero le causado una severa hemorragia en el lóbulo frontal dejándole en un estado comatoso, el escanograma, así como la tomografía muestran lesiones cervicales de grado 2 y 3 inmovilizándolo por completo para evitar una parálisis tanto parcial, así como total.
Fuera del lugar, dos mujeres rezaban para que el joven rubio saliera bien de su estado comatoso, mientras que, por otro lado.
Por las puertas del hospital una pelinegra y su primo corrían desesperados hacia la sala de urgencias, todos rezando y pidiendo a los cielos que sus seres queridos puedan salir sanos y salvos de aquella situación…