Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternal Flame I por TrafalgarRomi

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola esperamos les guste, así nomás es dificil encontrar historias de esta pareja ;) Este fic ha sido co-escrito con mi amiga Ame (yaID),constara de 4 partes.Cada una subirá 2.

 

Letras en negrita: yaID


Letras en cursiva:trafalgarRomi

 

Sabo se había preparado para este día. Fue un poco difícil despedirse de sus hermanos sin embargo si su sacrificio podía garantizar su felicidad .Lo haría, no tenía miedo a la muerte. Después de todo probablemente sería el hombre más libre después. Así que fue guiado hasta la torre más alta del castillo.

 

En eso, al estar parado frente a la gran puerta, escucho como esta se abría dejando ver la inmensa oscuridad dentro de la torre

 

Cuando Sabo ve adentro de la torre, el interior de la torre está a oscuras.

 

Como no había podido descansar adecuadamente, al encontrar una mesa tomo asiento y se quedó dormido   Pronto empezó a soñar, una especie de recuerdo borroso que era una frecuente pesadilla

 

Una madre gritaba desesperada, los aldeanos trataban de apagar el fuego de la pequeña casa. No sabían cómo había iniciado el fuego pero de algo si estaban seguros, el hijo de la mujer que gritaba seguía adentro de la casa. Sus hermanos, desesperados intentaron entrar a la casa que ardía en llamas pero fueron detenidos por las demás personas.

 

“¡¡¡¡¡SABO!!!!!”-gritaron los dos, intentando zafarse de los mayores.

 

"Por favor salven a mi hijo, SABO!" se tiro en el suelo llorando y suplicando. Un pequeño niño rubio de ojos azules estaba en una esquina de la casa, uno de sus ojos estaba cubierto por un trapo un poco húmedo, había pretendido emplear para cubrir su boca y no perder oxígeno, pero cuando estaba a punto de salir, un objeto cayó sobre el lado izquierdo de su rostro haciéndole una horrible quemadura, por lo cual él trapo ya no lo utilizó para taparse la boca y nariz sino para cubrirse su ojo quemado, e irse lo más cerca de una ventana con la esperanza de que  lo rescatarían y no caerían más cosas.

 

Ya no le quedaban fuerzas para seguir gritando, todo su oxigeno se estaba yendo. "Por favor, alguien... A-ayu... Ayúdeme"-El de cabello dorado se desvaneció por la falta de aire...

 

 

El dragón regresó a la torre para revisar si le habían presentado la ofrenda. En efecto ahí estaba, era un joven talvez de unos 18 o 20 años. Se había quedado dormido sobre una mesa.

 

Como nunca le invadió una gran curiosidad. Y volvió a su forma humana, para así poder levantarle la capa y contemplar mejor aquellas delicadas facciones y su grácil cabello rizado. Nunca antes le habían ofrecido a una persona tan hermosa. Inconscientemente pasó sus dedos entre las doradas hebras.

 

Lo tomó en sus brazos y lo llevó a su cama, su mirada recorriéndolo por todos lados. El también decidió recostarse a su lado. Aprovechando de que el menor estaba dormido.

 

Era seguro que cuando despertara se asustaría de su apariencia. Como aquellas doncellas de nombres desconocidos que habían ocupado el lugar del joven antes.

 

El rubio sintió como era llevado en brazos, no pudo ver la apariencia de la persona que lo cargaba, pero pudo notar que era alguien fuerte ya que al sentir sus brazos que rosaban su piel pudo ver esa piel morena, aunque fuera por un poco tiempo.

 

En el transcurso que era llevado se hacia el dormido, hasta que siento como lo dejaban gentilmente en una cama. Al escuchar que esa persona cerró la puerta de la habitación, se sentó en la cómoda cama y paso sus dedos por los lugares donde había sentido el tacto de la otra mano.

 

El rubio quedo sumido en sus pensamientos y vio a la gran ventana que esta alado de su cama y observo la gran luna brillante resplandecer, recordando que en ese lugar un poco de su libertad se había esfumado, pero poco le valía su libertad, todo sea para proteger a sus hermanos y el pueblo.

 

 

Sabía que no podía confiar en los humanos. Solo una vez había cometido el desliz de ser amable con una bella joven que le habían ofrecido. Pues ella tenía fiebre y él la había dejado descansar y hasta le había dejado medicinas y alimento. No obstante, cuando la dama mejoró. Le pidió que le mostrase su forma humana.

 

 El al principio se había rehusado pero estaba tan cautivado ante la belleza de la dama que al final cedió. En ese momento la joven había sacado una daga y había intentado apuñalarlo haciéndole un tajo en un lado de la cara.

 

Le había dicho que era un monstruo y que, no importaba si era capaz de volverse humano igual le daba asco. La furia y el dolor se apoderaron de el esa noche. Entonces después de acabar con ella, había decidido cerrar su corazón.

 

 

Sabo, sintió los rayos del sol le pegaban justo en la cara, lo cual hizo que se despertara rápidamente sentándose en el colchón. Se tallo los ojos para poder espabilar un poco el sueño que se cargaba en la mañana.

 

Vio que en la orilla de la cama había una muda de ropa, se extrañó al ver esas prendas ya que el solo llego a esa torre con una capa con capucha como prenda. Se paró a examinar los conjuntos y daba la casualidad que estos eran de una tela fina y se ajustaban perfectamente a su cuerpo.

 

Se giró a un lado y observó una mesita que estaba pegada a una pared, en ese sitio se encontraba una nota que decía que se alistara para poder desayunar y que tenía su propio baño en su habitación. El pelidorado fue al baño a realizar su aseo, pensó que debía de estar bien arreglado para estar presente al gran dragón, por lo que pensó que las ropas lujosas eran precisamente para eso, para poder ser sacrificado delante de esa gran bestia.

 

 

Una vez había finalizado de arreglarse el muchacho de pupilas azul marino inició su descenso por la escalera de caracol de aquella torre, en su trayecto fue preparándose mentalmente para mantenerse calmado. Sin importar como luciera aquel animal. Si fuese enorme, tuviese ojos rojos o echase fuego él no se asustaría.

 

Inspiro profundo por última vez antes de ingresar al comedor donde probablemente estaría. Sin embargo, una vez se halló en la estancia no vio a ninguna bestia solo a un apuesto hombre de cabello negro y largo. Su piel era morena y sus ojos muy profundos. Un extraño tatuaje como de una líneas entrelazadas surcaba un lado de su rostro.

 

Se quedó en silencio mirando al mayor. Pero rápidamente recordó sus modales y se sentó. No estaba seguro de que decir. O si el extraño podía entenderle.

 

 "M-me dijeron que el dragón estaría aquí. Soy el sacrificio. ¿Usted sabe algo sobre su paradero?"

 

El más alto lo miro confundido. Al parecer no entendía el idioma del rubio.

 

Entonces Sabo decidió probar decir lo mismo pero en un lenguaje distinto.

 

Ante esto el mayor se mostró sorprendido.

 

"Yo soy el dragón"

 

"Ya veo. Es un alivio que pueda entenderme"

 

"¿Como puedes saber esta lengua?"

 

"Verá, desde que tenía 12 años y tome consciencia de que al ser el único rubio en la aldea sería yo el destinado a venir aquí. Decidí aprenderla"-explicó con una tímida sonrisa.

 

 Dragon estaba asombrado. No había rastro de miedo en la voz ni en el lenguaje corporal de ese humano y había incluso aprendido su idioma. Él no había intercambiado palabra con nadie hace cientos de siglos. Ya que él era el último de su especie. Nunca había podido comunicarse con los demás sacrificios solo adivinar lo que sentían a través de sus miradas y gestos. Los cuales siempre le habían hecho saber que lo odiaban y que los aterrorizaba su presencia.

 

Cada vez le costaba más aceptar que tendría que matarlo.

 

 

El peli ondulado volvió a mirar disimuladamente a la persona que seguía parada casi enfrente de él, se limitó a realizar una que otra pregunta ya que no quería incomodar al, sirviente o lo que fuera de servicio de la torre.

 

Todavía no creía que ese azabache fuera el dragón, siempre se imaginó al dragón como un animal grande, color verde y que tuviera una piel escamosa, más nunca pensó que fuera de forma humanoide.

 El ojiazul marino fue directamente a la mesa a degustar de los alimentos, un tazón de crema de elote con un pan adornándolo, los 2 mayores estaban sentados cada uno a cada extremo de la mesa quedando los dos de frente. Dragón no estaba comiendo precisamente, él solamente observaba al rubio comer plácidamente de los alimentos que el mismo preparo para el chico.

 

Al terminar de desayunar, dragón se ofreció a darle un paseo al pelirrubio dentro de la torre ya que si lo dejaba salir este posiblemente se escaparía y eso simplemente no lo podía permitir.

 

"Te mostrare el interior de la torre y los lugares a los que puedes acceder"

 

El rubio solamente asintió a la instrucción que le daba el moreno. Biblioteca, habitaciones, cocina, todos esos lugares pudo conocer el joven mas no se olvida del porque estaba en ese sitio, muy bien sabía que no se quedaría en ese lugar por siempre él seguía consiente del porque estaba en esa gran torre.

 

"Dragón ¿cuándo podre conocer al verdadero tú?, al que no se esconde detrás de un cuerpo falso"

 

 "Es la primera vez que un sacrificio me dice algo así, lamentablemente no puedo enseñarte mi verdadera forma ya que...."

 

"Ya que…¿Qué? "

 

"Olvídalo no tienes el derecho de preguntar, tu solamente eres el sacrificio y los sacrificios no tienes permitido a realizar preguntas innecesarias"

"Yo solamente..."

 

 "Dije que lo olvidarás -silencio absoluto- estoy cansado puedes seguir merodeando en la torre, pero si intentas escapar, olvídate de tu familia y de la paz del pueblo”

 

Se fue

 

Sino fuera porque Sabo es increíblemente consiente de su posición y de su seriedad, estaría llorando en estos precisos momentos pero gracias a su madurez y paciencia pudo calmarse. Regresó a su habitación de la cual no saldría hasta la siguiente mañana.

 

No debía haberle hablado así al rubio, ver la angustia llenar esos ojos del color del océano no le había gustado para nada. Pero él era un monstruo no debía ablandarse por nadie. Todos los humanos eran iguales. Primero te hacían creer que eran amables e inofensivos pero luego te traicionaban.

 

En ese momento pensó en lo dulce que se oía el menor esforzándose para pronunciar aquella lengua tan enteramente distinta a la suya.

 

'Debo detener esto...lo mejor será acabar con el esta noche'

 

Entonces se dirigió a la recámara del menor. Sigilosamente entró a la estancia.

 

Allí estaba él durmiendo con una expresión muy similar a la que tenía la primera vez que lo vio.

 

Ojala no hubiese hablado nunca con él. Sabía que sería su sacrificio más difícil de olvidar.

 

Pero tenía que hacerlo.

 

Sin perderlo de vista comenzó a recobrar su forma original, su cuerpo se recubrió de negro, de sus caderas surgió una cola y de su espalda un par de enormes alas. Sus dedos ahora contaban con garras y sus dientes se habían vuelto colmillos...

 

Acerco su hocico al rostro del joven. Solo debía utilizar algo de su fuego y ya. Probablemente no lo sentiría. 

Notas finales:

Esperamos lo hayan disfrutado.Nos vemos en la siguiente parte ♥ 

No olviden que esta será subida por yaID ;) Muchas gracias por leer 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).