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Mal de amores (Boku no Hero Academia) por Reiga

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Notas del fanfic:

Mi primer escrito de ellos, no pude evitarlo, llevo poquito aquí pero este niño me robo el corazón, así que porque no hacer algo aunque sea pequeño por su cumpleaños.

Dedicado al grupo TodoDeku Todoroki & Midoriya

Espero les guste y de ante mano mil perdones si quedo muy OCC.

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertencen.

~*~


 


Sabía que su enfermedad no tenía otro diagnóstico. Algo grave era algo grave ¿Por qué no podían entenderlo? Su pecho dolía. A cada minuto  su corazón palpitaba causándole nada  más que dolor. Caminar era difícil, respirar peor. Hasta su vista empeoraba con el pasar de los días. Sus fuerzas le abandonaban por momentos haciéndolo desfallecer.


Las ganas de comer ya no existían. Ni siquiera recordaba la última vez que había comido. Su felicidad ya no estaba a su alcance. Una situación así no podría seguir soportándola por más tiempo. Quizá había llegado su momento.  Quería llorar. Ni siquiera el  consuelo  y cariño de su madre podrían ayudar en la profunda depresión en la que estaba cayendo.


—Enserio ya… ¡Basta! — Su mejor amigo le gritaba, ni siquiera había saltado de su asiento pues estaba acostumbrado. Si algún día dejaba de hacerlo se preocuparía realmente.


—¿Es que no entiendes cómo me siento?. En cualquier momento mi corazón dejara de latir —el peliverde llevó su mano a su pecho y apretó el delantal que llevaba.


—Me tienes hasta  la Ma… — apretó sus labios y respiró profundamente. Una mala palabra no podía salir de su boca. No al menos en el lugar donde se encontraba. Su trabajo.


—Kacchaaaan


Un tic en el ojo del hombre rubio cenizo, estaba a un berrinche más de quedarse de forma permanente en ambos orbes.


 —Ya te lo he dicho no es posible que tenga novia, ya lo sabría. Más de alguna enfermera lo habría mencionado.  —Katsuki estaba un poco cansado, su amigo realmente no entendía cuánto le molestaba tenerlo ahí en un momento que era de descanso para él. Aunque también por más que pudiera y tuviera las fuerzas para echarlo de su oficina por algún motivo tampoco lo hacía —quizá te equivocaste.


—No lo creo, estoy seguro que era él, lo vi con una chica de cabello café, ella se colgaba de su brazo. Realmente parecían novios.


—Quizás…


—No… — dijo desanimado — tienes razón debo dejarlo — rio forzado — en primer lugar nunca supe si era gay o no, dudo por su posición que lo sea realmente. Luego dudo que de serlo le guste alguien como yo. Ni siquiera me mira cuando paso a su lado.


—Deku…


Katsuki se quedó observando al chico sin vida que salía ahora de su oficina muy diferente al dramático que había entrado hace una hora para contarle una vez más su mal de amores.


Tanto Katsuki Bakugo como Shoto Todoroki  eran médicos egresados hace cuatro años de la universidad y ahora residentes del hospital de Tokio.


Izuku Midoriya estaba en su último año de universidad y actualmente se encontraba haciendo su práctica profesional en el mejor hospital de la ciudad gracias a su amigo de infancia. Quizá ya era hora de dejar su amorío y concentrarse en lo que realmente importaba. Le dolía pensar que era solo un amorío cuando en verdad su corazón dolía de aquella manera.


Solo llevaba tres meses de conocerlo y en pocas ocasiones le había hablando, ahora que lo analizaba era demasiado frío. Sus respuestas eran solo monosílabas y nunca le había mirado a los ojos.


Sus pies lo llevaron a los baños, su inconsciente le pedía soledad para desahogarse de alguna manera. Se miró al espejo y sonrió amargamente. Su cabello verde alborotado, sus ojos eran grandes en comparaciones. Sus pecas siempre las había odiado. Ahora que se miraba, por primera vez se encontró feo. No era bien parecido, era pequeño y  no tenía nada que alguien pudiera admirar.


Intento sonreír, lo estaba intentando… ¿pero porque su reflejo no le mostraba lo que quería?. Se tapó el rostro con sus manos mientras su cuerpo tiritaba.


—Oye, ¿estás bien?— Esa voz la conocía, a pesar de la escasez con la que había escuchado estaba seguro de quién era, no quiso levantar la cabeza. De todas las personas no quería que él lo viera así.


—Sí, disculpe, volveré a trabajar — salió corriendo del baño.


Por otra parte el Doctor quedó impresionado, una persona que llorara así definitivamente no estaba bien. No podía quedarse así. De alguna manera no podía ignorar su reacción. Desconocía los motivos o no quería aceptarlo pero se preocupaba por él.


Sus pies  lo llevaron al despacho de un compañero con el que jamás se llevó bien. Tampoco mal solo comentarios mordaces entre ambos pero nunca llegaron a algo más. Aunque más de alguna vez quisieron golpearse nunca pasó. Simplemente sus personalidades nunca congeniaron.


Kacchan quedó impresionado al ver a Todoroki en su oficina, enarco una ceja dejando la pregunta de qué rayos hacía él ahí. En el aire.


—Tampoco me hace gracia verte la cara. Pero vi algo en el baño que quizás podría interesarte.


—Vaya, lo último que hubiera pensado es que fueras chismoso y peor aún pensarás que a mí me interesaran.


Todoroki se mordió la lengua para no contestarle, si no fuera porque tenía interés en el amigo de ese hombre enfrente suyo ni siquiera le dirigiría la palabra.


—Midoriya estaba llorando en el baño.  Tu estas a cargo de él, si no se siente bien deberías decirle que se valla. Al menos por el día de hoy.


Katsuki apretó los dientes. ¿Llorando? ¿Así de mal estaba? ¿Por qué había tenido que enamorarse del tipo más antisocial del hospital? Pero aún su archirrival.


El chico bicolor por otra parte noto que a Katsuki realmente le preocupaba el menor. Y eso inconscientemente le molestó.


—Bueno solo venía a decirte eso. —iba a salir de la oficina pero el rubio le detuvo.


—Gracias por avisarme hablaré con él. Y bueno... aprovechando que estas aquí hay algo que quería hablar contigo.


Fue el turno de Todoroki en enarcar una ceja. Pero solo suspiro y tomo asiento en  un sofá cercano al escritorio del rubio.


—Tú dirás


—Seré directo, quería preguntarte si te puedes hacer cargo de Deku —No era a Todoroki a quien tenía en mente, pero  ya no quería ver a su amigo sufriendo.


—¿Deku?


—Quiero decir Midoriya, Sabes bien que soy su amigo, no puedo ser yo quien lo califique al final.


—Ya veo


—Si no quieres está bien…


—¿Quién te dijo que  no quería? Quiero decir… lo he visto, hace bien su trabajo se nota que se lo toma muy enserio.


Silencio por parte de ambos. Por primera vez estaban hablando; se podría decir civilizadamente.


—Toma estos son sus papeles y las guías  con las introducciones  para evaluarlo y bueno… gracias —Deku tendría que besarle los pies como mínimo una mil veces. Le había dado las gracias dos veces el mismo día al tipo que le caía como patada en el hígado, además de que se las había dado de celestino. Sí, Deku le debía una grande.


 


~*~


 


Al día siguiente los ánimos del peliverde estaban por lo cielos. Siempre había sido bueno para levantarse de las penas. Están seguían ahí pero sabía sobrellevarlas. El día anterior había querido tirarse por un acantilado pero hoy irradiaba felicidad.


—Mido-chan ¿Estas mejor mi niño? —una señora de unos cuarenta y cinco años se acercó al ver que tenía una mejor carita.


—¡Buenos días! — Dijo con alegría — mucho mejor — le agradeció su preocupación.


—Eso es bueno —intervino una de las enfermeras  —realmente me deprimí ayer, eres como el pequeño sol de este hospital y verte triste no me gusto para nada.


Midoriya se sonrojo por ese cumplido.


—También pienso lo mismo  — le secundo otra acercándose al menor y tomando ambas mejillas.


Deku estaba en un aprieto, las mujeres mayores eran aterradoras alguna veces, se sentía querido por ellas pero igual le avergonzaba un poco.


—Ehem —carraspeo alguien externo. Los cuatro presentes se asustaron al ver al Dr. Todoroki enfrente. La señora de aseo silbo de manera cómica y se alejó cautelosamente.  Las enfermeras rieron y se fueron disculpándose.


—Disculpe — Midoriya le dio una pequeña reverencia y se iba a retirar. Pero detenido de su muñeca.


—Ven, Midoriya-kun necesitamos hablar — Todoroki seguía caminando de manera normal, el menor miraba su espalda y luego viendo hacia todos lados por si le hablaba a alguien. Que casualmente tendría su mismo apellido —No tengo todo el día.


Enseguida le siguió en silencio. Cuando llegó a su despacho no sabía que hacer estaba completamente nervioso.


—Seguramente Bakugo ya te informo que ahora estaras a mi cargo. Seré tu profesor guía desde ahora. Por lo tanto las secciones que revisaras también no serán las mismas, pasarás a la sección de operaciones ahora.


Midoriya no entendía nada, sabía que tenía que pasar a otras secciones y pasar en lo posibles por todas antes de terminar su práctica pero porque precisamente, tenía que tener de tutor al hombre dueño de sus males. Su mejor amigo iba a morir.


—¿Estás de acuerdo?


—Mmm si — miró el suelo, no podía mirar su cara. Sin embargo la levantó cuando vio que estaba muy cerca de él.


—No tienes que estar preocupado, el primer  mes serás solo observador, luego ya me asistirás y serás mi apoyo, y el siguiente mes comenzarás a operar asistido por mí — su tono era cálido y su mirada también, por un momento Midoriya sintió que estaba perdido. Su convicción de dejar atrás lo que sentía por él se fue dar un paseo con el perla negra. Ahora que lo miraba de frente sentía que aquello sería imposible.


Pero ahora que al menos tenía un poco de su atención, se sentía mucho mejor. Quizás y solo quizás no castigaría a su amigo.


 


~*~


 


Todoroki  no dejaba de suspirar en su despacho, ese niño de sonrisa increíblemente arrebatadora en dos meses  le tenía la vida hecha un desastre. Aunque claro, el joven lo ignoraba completamente.


Inevitablemente se habían hecho más cercanos. A veces se iban juntos, en  otras salían, como amigos claro. Pero eso ya no le gustaba, hace un mes había reconocido que Midoriya le gustaba más de lo que podía reconocer. Le  molestaba ver como era de amigable con otros y con personas que apenas conocía. Le enfurecía ver la relación tan cercana que tenía con Katsuki y por último le ardía completamente la relación que estaba comenzando a tener con Kaminari. Un chico en práctica que había ingresado hace poco y que para el mayor de los colmos era su primo


El joven rubio no se molestaba siquiera en ocultar su interés por Midoriya. Y eso le tenía fuera de balance.


—Shoto, disculpa que te moleste —”El rey de roma” pensó  el chico de cabello bicolor.


—¿Qué es lo que quieres?


—Vamos no seas tan amargado, quiero preguntarte algo  pero te digo inmediatamente que no es sobre trabajo.


—Entonces no me interesa retírate — el joven lo ignoró y se sentó frente a él.


—¿Tu sabes si Mido-chan tiene novia o novio?


—No lo sé y no me interesa, lárgate.


—Vamos ¿son amigos no?, los he visto. Tienes una relación cercana con él, jamás te he visto siendo con alguien como lo eres con el.


—Supongo, pero no lo sé. Así que  deja de molestar, ve hacer tu trabajo—se estaba molestando.


—¿Acaso te gusta también? Quiero que seas sincero, voy en serio con él, Shoto —Kaminari quería ir de frente, y no era idiota para no notar que Midoriya estaba enamorado de su primo, quería comprobar que no fuera mutuo, si no lo era iría a por todas por ese peliverde que le traía vuelto loco.


Todoroki realmente se enfureció y le miro con ganas de estrangularlo. Lo mejor sería salir el de su propia oficina y evitar un asesinato.


—¡Haz lo que te dé la gana, no me interesan los hombres, y de gustarme no sería un tipo como Midoriya! —gritó.


En cuanto abrió la puerta deseó nunca haber dicho esas palabras.


—Midoriya… —nada más salió de su boca. No al ver la expresión  con la que Midoriya lo miraba — ¡Espera!


Todoroki salió corriendo en su búsqueda. Pero no lo encontró en ninguna parte, no podía creer que fuera tan rápido, estaban en el turno de noche como doctor no podía seguir corriendo y causar alboroto. No era propio tampoco.


—Ayame-san por casualidad ha visto al Dr. Midoriya — preguntó a unas de las enfermeras que supervisaba los pasillos.


—Oh lo vi  por el sector  tres — dijo la mujer  y enseguida se le vino la mente la oficina de Katsuki, no sería una sorpresa que tuviera la llave de esa oficina. Como para el tampoco sería conseguir la de seguridad que amablemente le pasaría el chico a cargo.


Entro despacio. Y se le rompió el corazón al  verlo con la mirada perdida en el asiento mirando hacia afuera, la luz de la luna llegaba de lleno en  su rostro dejando ver como una lágrima caía solitaria. Al parecer no lo había sentido.


—Perdóname Midoriya, no debí decirlo de esa manera—Ya sabía sobre las preferencia del menor por eso le molestaba cualquier hombre que se le acercaba. Por eso también sabía que sus palabras podrían haberlo herido.


—No se preocupe Todoroki-San —su tono fue frío y eso le dolió. —Sé que usted Jamás podría fijarse en alguien tan simple como... yo —su voz tembló — Siempre  lo he sabido, pero aun así me aferre a la idea de que podía ser posible.


¿Qué le estaba queriendo decir? Pesaba Todoroki.


—Esto es solo un mal. Que pasara con el tiempo, solo espero que sea una de esas enfermedades con cura — rio.


Todoroki no quería ver una sonrisa así, si bien se había enamorado de ella no era así como quería verla. No así de rota.


—Para el mal de amores solo hay una cura, solo una persona puede dártela dime…¿Soy yo?


Todoroki se acercó al asiento y se afirmó en los costados, levantó el mentón del más pequeño e hizo que le mirara directo a los ojos.


—No seas cruel… de-de que te sirve saberlo. Alguien como yo nunca será suficiente para ti.


El platinado suspiro y de la cintura lo obligó levantarse. Rodeo su cuerpo con sus brazos y lo apego al suyo mientras él se afirmaba en el escritorio.


—Escúchame bien porque todo lo que diré ahora lo diré solo una vez  —Midoriya se negaba a míralo por lo que tomó su mentón y lo levantó. — perdona lo que dije, fue porque estaba molesto con Kaminari, no es lo que realmente pienso, me enamore de ti Midoriya. Te crees poca cosa cuando no es así.


El pequeño estaba nervioso absorto en  la palabras de Todoroki, aferrándose a su bata médica como único soporte.


—Me gustan tus ojos grandes y  alegres, el color vivas de ellos, tu cabello suave y alborotado, tu rostro de niño, esas dulces pecas que adornan tu infantil mirar, tu piel, tu cuerpo tan… — “deseable” pensó — ¿en serio sigues creyendo que no me gustas?


Seguía creyendo que no era real, aun así, sus palabras habían  hecho mella en su tristeza, el menor era consciente de que también le gustaba engañarse. Ser masoquista le quedaba chico. Pensaba.


A Todoroki no le quedaban más recursos, nunca fue bueno expresándose, lo que había dicho era lo mejor que podía dar de sí por el momento. Así que solo le quedaba actuar. Sus manos que reposaban en su pequeña cintura ahora se situaron en el cuello de peliverde. Quien se estremeció por el contacto, seguramente por lo frías que seguramente las tendría el mayor.


Su mirada se perdió en esos temerosos labios. Lo beso sintiendo su tibieza. Midoriya apretó sus labios por reflejo más no en rechazo.  Con sus pulgares se ayudó, abriendo su boca para ingresar a esa boquita. Fue su perdición su sola calidez, más aún cuanto tímidamente Midoriya comenzaba a responder el juego de lenguas. Ya no había vuelta atrás. Para ninguno de los dos.


 


~*~


 


—Bien Kaminari toma asiento — Todoroki había mandado a llamar a su primo  a su oficina, el rubio no entendía de qué iba todo, pero ya se hacía una idea al ver su lado a Midoriya. —Hazme de nuevo la pregunta que me hiciste ayer.


Kaminari alzó una ceja


—¿Lo de si Midoriya tenía novio?


—Exacto, ahora lo tiene y soy yo, ¿te queda claro?  No te quiero cerca de él y sí, hablo muy en serio — afirmó mirándolo seriamente.


—Eres increíble —Kaminari sonrió, el chico de verdad le gustaba, era lindo  pero solo eso. No le quedaba otra que la resignación. Su primo se lo había ganado desde mucho antes de que él llegara.


~


—¿Era necesario que le dijeras eso? — Midoriya estaba un poco apenado, Todoroki tomo su mano y lo incito a sentarse en su regazo.


—Lo era a él le gustas lo escuchaste ayer. No lo quiero cerca de ti, no  soy bueno manejando mis celos, si veo que algo no me gusta te lo voy a decir. No quiero compartirte con nadie y lo haré saber.


Midoriya estaba un poco impresionado, jamás había pensado que fuera tan directo. El mismo decía que era de pocas palabras, pero cuando quería dejar en claro algo lo decía y ya.


Se sentía demasiado abrumado ahora mismo. En un arranque de felicidad lo abrazo fuertemente, sintiendo inmediatamente como era correspondido. Se separó un poco solo para robarle un beso fugaz e infantil. Sin embargo Todoroki no quedaría conforme con eso,  lo jalo de su cabeza y beso sus labios de manera más pasional y arrebatadora.


Desde ese día y por el resto de ellos comenzaría con el tratamiento para el mal de amores, para que dejara de ser un mal, más no, para ser completamente curado. Esperaba ser una enfermedad permanente en el corazón de su niño.


 


Fin


 

Notas finales:

En fin, espero les haya gustado n.n 

Saludos 


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