Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Medios Tonos (Omegaverse) por kurerublume

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Me desaparecí porque de verdad necesitaba mi tiempo para echar la flojera y también para hacer otras cosas que no fueran del trabajo. Y por fin me siento listísima para darles el final de este fanfic.

Como lo dije antes, serán de 25 capítulos aproximadamente. 

Agradezco su paciencia y confianza. 

CAPÍTULO XX: Feliz cumpleaños


 


Por fin era su cumpleaños, ¡por fin había logrado llegar a la mayoría de edad!


¿Pero celebrarlo? No, no tenía ánimos de hacer nada por el estilo, no cuando sentía que su corazón se había roto en mil pedazos.


Llevaba días sin ver a Kuroko en la entrada de la escuela, tampoco era como si quisiera hacerlo. Sabía que sería muy incómodo para los dos, sólo en cuanto llevaba a Tatsuya a la escuela, se aseguraba de entrar y listo. Evitaba mirar a otras partes. Como ahora, sólo miraba al suelo mientras caminaba con el Omega hacia su escuela.


―Vamos, deberías de estar más animado ―comentó Tatsuya―, ¡hoy celebraremos! ―alzó sus brazos hacia el cielo a modo de baile. Pero Taiga no lo siguió. Así que el Omega se puso serio―. ¿Y te quieres quedar en casa?


―Sí, no tengo ganas ―respondió con su vista fija aún en el piso.


―Pero si ya cumpliste la mayoría, debes de celebrarlo. Cuando tenía tu edad no había tiempo de estar tristes ―intentó animarlo―, vamos. Un rato, y de ahí te puedes volver a sumir en la miseria ―apretó sus labios al decirle algo así, pero era la verdad, ¡estaba completamente miserable!


―Creo que el que quiere un cumpleaños eres tú ―frunció el ceño.


―¡Pues claro! Porque cuando yo cumplí años, estaba como tú de miserable por amor, y tú me llevaste arrastrando a celebrar. ¿Y sabes qué? Se sintió bien porque por un ratito pude olvidarme de mi tristeza.


―¿Entonces dices que esto me hará bien?


―Por un rato, sí ―se sinceró Tatsuya―. ¿Entonces?


―Pues bien, podemos ir a comer al salir de la escuela, vamos por una hamburguesa doble… o tal vez diez.


Tatsuya sonrió― ¡Eso era lo que quería escuchar! ―dio un salto de felicidad y siguieron su camino hasta la escuela.


El azabache estaba muy contento de haber convencido al Alfa, se merecía un hermoso cumpleaños.


 


Así que sin más, cuando terminaron su horario escolar, Kagami ya estaba en la entrada de la escuela muy puntual como siempre.


―Cielos, todo un caballero ―dijo Himuro con una gran sonrisa, además porque sabía que todos sus compañeros se escandalizaban de verlos tan juntos siempre―. ¿Qué buscas de este pobre Omega? ―Taiga puso los ojos en blanco y simplemente empezó a caminar―. Ok, ok, sin bromas ―respondió y lo siguió.


Tardaron 10 minutos en llegar a su restaurante, se sentaron en la mesa de siempre, sólo que la mesas ahora habían  cambiado por unas de madera más grandes y el piso era en un tono azul. Hicieron su pedido. Y mientras traían la comida, fue que Taiga decidió preguntar.


―¿Y ya vas a contarme qué pasó cuando acompañaste a tu nuevamente jefe al hospital?


De inmediato, Himuro se puso rojo― Ya te dije que no ―susurró apenado―. Sólo me aseguré que estuviera bien y ya.


―Ajá, y por eso tienes nuevamente tu empleo.


―Aún no, será hasta la siguiente semana ―intentó despistarlo del tema―, ¡y tendré un nuevo delantal! Y escuché que hay un nuevo postre que está delicioso claro. Lo probaré al regresar. ¿Quieres que te diga cómo es? ―centró su mirada en el pelirrojo, quien estaba serio y en silencio insistiendo por la historia que le pedía―. ¡Dios! ¿Qué quieres saber?


―Todo


―De acuerdo, ¿pues por dónde empiezo? ―llegaron sus malteadas y Himuro tomó de ella antes de empezar― Bueno, pues cuando llegamos no me querían dejar pasar hasta que uno de los doctores les dijo que él me había atacado y que debían revisarme igual. De eso no hay mucho que contar ―se ruborizó un poco pues fue un examen de cuerpo completo―. Después, me escabullí hasta su habitación. Lo conseguí de una enfermera que es medio despistada. Y cuando llegué a su cuarto….


 


*_*_*_* flashback*_*_*_*


 


―Muro-chin ―susurró su nombre, pero no estaba del todo consciente― Muro-chin.


Así que sin pensarlo dos veces, el Omega se acercó a él, con cuidado de no hacer ruido― Aquí estoy, tranquilo ―susurró dulcemente hacia el pelimorado.


Fue hasta que escuchó su voz, que el Alfa abrió los ojos, sorprendido de ver a la persona que llevaba llamando por horas― ¿Q-Qué?


Himuro al inicio también se asustó de verlo consciente, pero inmediatamente retomó una sonrisa― Tranquilo, seguramente los doctores ya te dijeron qué pasó. Estarás bien. Sólo vine a ver que…. Nada te hubiera pasado. Yo… ya me iba.


― ¿Te ataqué?


―No en realidad, sólo estabas algo… posesivo, pero la ayuda llegó a tiempo y te trajeron aquí. Tienes que descansar ―se excusó, empezando a alejarse del otro.


―No, espera ―suplicó Atsushi―. Perdóname por todo. No sé qué pasó, fue algo que no pude controlar en cuanto te vi con… ―calló abruptamente, recordando el porqué de su ataque de celos. No debía decirlo.


― ¿Con mi novio? ―completó Himuro, y Atsushi pudo volver a sentir ese sabor amargo y esa estúpida traición que vociferaba su Alfa― ¿Fue eso lo que causó que te pusieras así? Tú me dijiste que te había traicionado, estabas tan furioso ―recordó con tristeza el Omega.


―Por favor, ese no era yo ―respondió―. No recuerdo todo muy bien.


―Te comprendo, me pasó lo mismo cuando yo te ataqué. Sólo recuerdo el calor… y tu rostro. No sé por qué pero me sentía tan vacío sin ti. Fue algo muy extraño ―comentó para que el Alfa tuviera la misma confianza con él. No era bueno sentirse culpable―. Pero ninguno de nosotros es culpable de eso, así que no te preocupes.


― ¿Y cómo puedo recompensarte? Eres demasiado bueno con alguien que te trató espantoso. Eres muy… dulce ―sin saber la razón, esa palabra salió de sus labios. Un hormigueo se disparó por su cuerpo y comprendió que Tatsuya ciertamente era dulce: en su aroma, en su sabor, en sus acciones. Tatsuya era… perfecto para él. Y con este pensamiento, se aterrorizó―. En fin, creo que debo descansar, ¿seguirás aquí?


―Hasta mañana porque los doctores no me dejan ir aún ―empezó a acercarse a la puerta―. Que te recuperes pronto.


―¿Te importaría venir a verme mañana antes de que te vayas? ―Himuro se sorprendió con esa petición, pero accedió.


Así que a la mañana siguiente, poco antes de que fueran con él, Tatsuya se dirigió al cuarto de su exjefe. Llegó en el momento en que estaban examinando al Alfa, así que pudo contemplar un poco de ese cuerpo que lo había vuelto loco. Un cuerpo que Tatsuya sólo se había imaginado en sus fantasías y que ahora tenía frente a él. Sintió un pinchazo extraño en su cuerpo, sólo con eso se había excitado.


―¿Pero qué..? ―preguntó Murasakibara, quien aún con los efectos de las pastillas, había percibido una explosión de feromonas que había resultado ser nada más y nada menos que de Himuro.


El Omega se alertó de inmediato― ¡Murasakibara! ―los dos comenzaron a acercarse como náufragos frente a agua dulce, sin pensarlo, porque tenían qué.


―¡Enfermeras! ― se escuchó a un doctor, quien de inmediato sujetó al Alfa― ¡saquen a ese Omega de aquí!


Reaccionando, Himuro empezó a hablarle a Atsushi ―Alfa, tranquilo. Me encanta que quieras tocarme ―dijo avergonzado―, pero primero debes de ir al cuarto de allá. Si te portas bien, yo dejaré que me toques donde quieras, Alfa. Porque soy tuyo ―incluso el doctor se alteró un poco al ver a semejante Omega hablar tan sensual, pero pudo llevar a Murasakibara a su cuarto, donde lo anestesiaron.


―¿Te encuentras bien? ―le preguntó el doctor una vez que los demás se llevaron al Alfa a otro cuarto y nuevamente lo anestesiaron―. No es recomendable que estés aquí, esta zona es para Alfas.


Himuro se disculpó, aunque eso no evitó que regresara después de un rato, sólo para despedirse finalmente de su jefe. Y claro, asegurándose que el Alfa estuviera tranquilo y también él mismo. Cuando supo que era el momento, se escabulló y entró al cuarto de Atsushi.


En cuanto el Alfa lo vio, sonrió― Supongo que no hemos sido muy discretos, Muro-chin. Lo lamento.


―Por favor, el único que debe pedir disculpas soy yo, fui el que inició todo esto desde aquel día. Todo seguiría igual de no haber sido por eso ―comentó arrepentido.


―Podemos hacer eso ―el Omega lo miró sin entender el significado―. Me refiero a que podemos volver a como estábamos antes. Quiero que regreses a trabajar conmigo ―afirmó―. Y actuar como siempre.


Una oferta que…


―No lo sé, lo que menos quiero es causar problemas.


―No lo haces, créeme, necesito tu eficiencia en mi pastelería, Muro-chin ―habló seguro y con una voz tan firme que al Omega no le tomó mucho tiempo aceptar la propuesta.


Y de eso ya habían pasado cinco días. Los cuales iba sin problemas, iban de hecho, estupendos. Sólo que no podía evitar cierto impulso de seguir viendo a su jefe a escondidos, de reojo.


*_*_*_ fin del flashback*_*_*_*


 


―Y eso es todo ―finalizó Himuro su historia frente a Taiga, omitiendo lo último de las miradas que aún le dirigía.


―Cielos, pues de verdad te arriesgaste ―comentó medio enfadado el pelirrojo al saber que su hermano había ingresado a la parte de Alfas del hospital―. Pero sí te he notado más contento ―concluyó sonriendo.


―La verdad extrañaba mi trabajo. A veces después de la escuela no sabía qué hacer.


Y así siguieron conversando, hasta que al lugar entraron dos amigos Omegas, conocidos de Himuro, quienes los saludaron y poco después se sentaron con ellos. Uno en particular empezó a acercarse más a Taiga, quien estaba desubicado, no sabía muy bien qué hacer. Sin mencionar que no lo sentía correcto. Sus sentimientos y su Alfa aún no podían soltar a ese maestro que ya lo había rechazado. Deseó con todo su corazón poder olvidar eso, que fuera tan sencillo como un parpadeo.


Pero no pudo pensar mucho más cuando el Omega se acercó sin cuidado a Taiga, quería llamar su atención, y lo logró, sólo que no de quien esperaba. De hecho, nadie lo esperaba, pues ese Omega fue aventado al piso de un momento a otro.


―¡Déjalo! ¡No lo toques! ¡No toques a mi Alfa! ―gritó una voz chillona entre lágrimas. Su pecho subía y bajaba con rapidez, mantenía los puños apretados.


―¿Kuroko? ―aún no podía salir de la sorpresa Taiga, ¿lo que había escuchado era cierto? ¿Qué clase de situación era esa?


―¡No! ―gritó con enojo el Omega en cuanto sintió la mano de Taiga queriendo voltearlo― No ― dijo con un volumen más bajo. Tetsuya de repente entró en razón y el mundo se le cayó de las manos.


No podía ser cierto que él hubiera perdido así el control, simplemente estúpido.


Salió corriendo.


 


Esperaba que al día siguiente se olvidara, se hiciera espuma y se fuera con una ola.


Pero no fue así, y menos cuando descubrió lo estúpido que en realidad había sido. Porque antes de entrar al trabajo, la policía lo detuvo para interrogarlo. Llevándolo en un auto negro a la comisaría de enlaces, la peor de todas.  


―¿Es cierto que ayer a las 6 pm usted declaró encontrar a su Alfa? ―interrogó secamente uno de los detectives en cuanto lo llevaron a la sala de interrogación.


Tetsuya empezó a temblar, estaba asustado, encerrado en ese cuarto gris, con una mesa metálica y dos personas frente a él, sin amigos, sin apoyo. Acorralado― No…


―Bueno, esto ciertamente es pura formalidad, le hacemos de su conocimiento que si en la próxima semana no se vincula con un Alfa de su rango, bueno… ―sonrió―, seguramente ya sabe lo que le haremos a ese Brown sugar.

Notas finales:

Espero les haya gustado, ¡les mando un abrazo y nos seguimos leyendo con muchísimo drama, muy pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).