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~Tardaste demasiado, Atsushi~ por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del fanfic:

¡Feliz día MuraAka! 


Disfrútenlo chicas y chicos de "MuraAka Fans 9 x 4" y amantes de MuraAka. :3


Espero les agrade la historia y pues sólo me queda decir que son 15 páginas de word, así que es bastante lectura. 


P.D. Tal vez subiré un final alternativo sad. xD Y esta historia también está en mi cuenta de Wattpad: "Syo Kurusu"

-Akacchin, ¿serías mi novio?

En ese instante fue como si el corazón del menor se paralizara al escuchar esas palabras y sin darse cuenta se sonrojó completamente. No podía creer lo que escuchaba, sonaba como algo imposible. ¿Acaso estaba soñando? ¿Su mente había llegado hasta tal punto de jugarle este tipo de bromas?

La escena era tan perfecta que era difícil de creer. Sólo ellos dos estaban en el parque. El viento soplando con sutileza, mientras el cabello de ambos se movía con gentileza ante el tacto del aire. La puesta de sol comenzaba a verse y los árboles de cerezo se mecían a la par de los mechones de ambos jóvenes.

Murasakibara sin darse cuenta sonrió con inmensa ternura, al notar el evidente sonrojo en el rostro del menor, que aún parecía sorprendido.

-Akacchin, te amo.

El mayor se acercó lentamente a Akashi, abrazándolo cuidadosamente, para evitar que el menor rechazara el tacto.

Finalmente Akashi reaccionó y correspondió el abrazo, ocultando su rostro en el pecho del mayor, lo cual no duró demasiado, ya que Murasakibara se separó ligeramente para admirar al menor que sólo sonrió ligeramente.

-Y-yo también te a-amo, Atsushi.

Al escuchar esa frase, el mayor sujetó el rostro del menor y se acercó para besarle en los labios, a lo cual el menor sólo cerró sus ojos.

.

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“La primera vez que nos besamos sentí que no quería volver a besar otros labios que no fueran los suyos”. 

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~3 años después~

Actualmente la pareja se encontraba separada, ya que ambos habían ido a diferentes preparatorias, pero aun con la distancia interponiéndose, ellos no dejaban de mandarse mensajes, de llamarse y de reunirse cada vez que tenían la oportunidad.

-Atsushi, la semana que entra es navidad, ¿sería posible que nos veamos o tienes planes familiares?

-Iré con mi familia, pero a mí me gustaría que me acompañaras.

-¿No seré una molestia?

-Para nada. Mis padres y hermanos han insistido demasiado en conocerte lo antes posible.

-¿Eh? ¿Acaso les dijiste que estamos saliendo?

-Sí. Hace poco me dijeron que debería conseguirme una novia y yo les dije que ya tenía. Así que se emocionaron al escuchar eso y dijeron que quería conocerte lo antes posible.

-¿N-no habrán confundido el género?

-No creo, además son muy abiertos de mente. No te preocupes, Akacchin.

-Confiaré en ti, Atsushi. Aunque no te quiero causar problemas.

-No pasa nada. Ya me tengo que ir, mi hermana me está esperando.

-Ve con cuidado.

-Sí. Nos vemos, Akacchin.

Finalmente había llegado navidad y Akashi se había presentado con la familia de Murasakibara. Era la primera vez que sentía tanto miedo recorriendo su cuerpo. Ya se había presentado ante casi toda la familia, sólo faltaba presentarse ante Akari.

-Así que tú eres, Akacchin.

-Mucho gusto.

-Realmente eres como Atsushi te describió. Pareces una muñequita de porcelana con esas ropas.

Al escuchar ese comentario, Akashi volteó confundido a ver su ropa que se conformaba por un pantalón café, un jersey rosado y una bufanda morada que le había obsequiado Murasakibara.

-No era ofensa. Supongo que para un hombre no es precisamente agradable ser llamado muñequita de porcelana, lo siento.

-No. No pasa nada, sólo me sorprendió un poco tu comentario.

La noche transcurrió entre risas y conversaciones, haciendo que Akashi eventualmente se sintiera cómodo. En verdad se sentía aceptado por la familia de Murasakibara, eran muy buenas personas y eso lo hacía sentir bien.

.

.

.

~Un año y medio después~

Ambos ya se encontraban en el segundo año de la preparatoria y era el momento de ir considerando el trabajo que querían tener, al igual que la Universidad a la que querían ir.

-Atsushi, ¿a dónde piensas ir a estudiar?

-Iré a una universidad en Tokyo que se especializa en gastronomía.

-¿Cómo se llama la escuela?

- Hattori Nutrition College, ¿y tú, Akacchin?

-Iré a una Universidad de Hiroshima. Supongo que cuando eso ocurra será más difícil vernos.

-Tienes razón, aunque-

-No vayas a decir que harás lo posible. Es demasiado difícil por las tareas y el tiempo. Al menos podríamos salir en nuestros días libres.

-S-sí, Akacchin.

En ese momento, Murasakibara sintió como su corazón se estrujaba ante tal declaración, ¿por qué Akashi nunca le hablaba de manera tierna? ¿Por qué a Akashi le costaba tanto decirle te amo? ¿Realmente lo amaba?

.

.

.

Llegaba el mes de febrero y finalmente se habían reunido. Era lo que tanto habían estado esperando. Ambos estaban en casa de Akashi a solas, ya que su padre estaba en un viaje de negocios y no volvería en unos meses.

-Atsushi, ¿cuánto tiempo te quedarás?

-Sólo el fin de semana. Me iré el domingo por la noche.

Ambos comenzaron a hablar de lo que les había ocurrido, intercambiando algunas risas y besos. Después de un rato, se sentaron en el sofá y pusieron una película, aunque ninguno le prestaba atención, ya que ansiaban poder tocarse.

-A-Akacchin.

-¿Q-qué ocurre?

Antes de que Akashi pudiera reaccionar, Murasakibara lo sentó de frente a él, sobre sus piernas y lo besó, ante esta acción el menor envolvió sus brazos alrededor del cuello del mayor. Ambos correspondían el beso de manera tierna, pero eventualmente comenzó a tornarse en algo más demandante, haciendo que Akashi soltara un gemido lleno de placer, excitando a Murasakibara.

Akashi se sobresaltó un poco, al sentir la creciente erección debajo de su trasero. Ambos se sonrojaron al ver el estado del otro. Murasakibara tenía una erección y Akashi estaba jadeando por los demandantes besos, mientras era evidente que también estaba teniendo una erección.

-P-perdón, Akacchin. I-iré al baño.

Murasakibara sentó a Akashi en el sofá y comenzó a caminar con dificultad, tratando de llegar al baño para encargarse de “eso”, sin embargo, le fue imposible. En un abrir y cerrar de ojos, el menor había tomado al mayor de la playera, deteniendo su andar.

-N-no te vayas.

-S-si no me voy-

-¡Está bien! ¡Eso quiero!

Al escuchar eso, el mayor tumbó a Akashi en el sofá, le retiró la ropa y después hizo lo mismo con la suya, dejando visibles las erecciones que ambos tenían en ese momento.

-Eres muy lindo, Akacchin.

El mayor comenzó a besar el torso del menor, dejando una que otra marca en la blanca piel. Ante la excelente respuesta del menor ante su toque, Murasakibara decidió comenzar a preparar al menor, haciéndole ensalivar sus dedos, para después penetrarlo con ellos.

Cuando Akashi sintió el primer dedo soltó un leve gemido de dolor, que poco a poco se llenó en un gemido lleno de placer. Murasakibara realmente sabía volver loco a su amado, ya que cuando introdujo el segundo dedo, comenzó a lamer los pezones del menor.

-N-no, eso se siente extraño, A-Atsushi.

Akashi se comenzaba a excitar cada vez más por la manera tan lasciva en que su pareja lo tocaba. El menor se perdió en el placer completamente y sin estar prestando atención, se sorprendió ante la repentina presión en su trasero, por lo cual se aferró rápidamente al cuello del mayor.

Murasakibara comenzaba a entrar en Akashi, haciendo que él menor se arqueara ante la inmensa presión que sentía. Esto no se comparaba a los dedos de Murasakibara, era mucho mejor.

-A-Akacchin, estás demasiado apretado.

Al notar que apenas y se podía mover, comenzó a sacar cuidadosamente su pene, para evitar lastimar al menor, pero al sentir que Murasakibara estaba saliendo de él, envolvió las piernas alrededor de la cintura del mayor y habló con el hilo de voz que tenía.

-A-Atsushi, n-no lo saques.

-Pero te puedo lastimar, Akacchin.

-E-estoy bien, sólo quédate así un poco.

Murasakibara acató la petición de Akashi y se quedó inmóvil un rato, esperando para comenzar a moverse. Cuando finalmente comenzó a moverse, lo hizo de manera lenta y suave, para no lastimar al joven frente a él.

-¿Estás bien, Akacchin?

-S-sí, y-ya casi no duele.

El mayor se movía con cuidado y cuando finalmente su amado comenzó a mover también sus caderas, las estocadas se hicieron más fuertes y profundas, hasta que finalmente se acostumbró. Ambos comenzaron a besarse, mientras el mayor aumentaba la fuerza de las embestidas.

-A-Atsushi, s-se siente muy bien.

-Tú interior es perfecto, Akacchin.

Ambos estaban cercanos al clímax y se aferraban con fuerza al otro, tratando de fundirse lo más posible.  Era evidente que se amaban.

-A-Atsushi, v-voy a…

-Y-yo también, Akacchin.

-Hazlo dentro, por favor.

-No lo haré, no quiero que-

-¡A-Atsushi! Te lo ruego. Lléname con tu semen, no lo saques.

Ante las palabras del menor, decidió ya no replicar y sólo tomó con fuerza las caderas de Akashi, volviendo cada vez más profunda la penetración, hasta tocar el punto G del menor. Ambos finalmente se corrieron y Akashi se aferró con fuerza a su amado, mientras soltaba un agudo gemido que inundaba la habitación.

Ambos lo siguieron haciendo hasta caer rendidos.

-M-mi estómago se siente caliente, A-Atsushi.

-L-lo siento, me corrí demasiadas veces dentro de ti.

-No te disculpes. Yo te lo pedí.

Akashi besó a su amado y después ambos se abrazaron.

-Akacchin, tenemos que ducharnos o nos vamos a enfermar.

-Báñate primero. Yo quiero estar un rato más acostado.

-Está bien. Cuando salga te llevaré a ti.

El mayor se levantó y recogió su sudadera del suelo, colocándola sobre el cuerpo desnudo del menor, para cubrirle del frío. En verdad lo trataba como alguien realmente importante. Lo trataba como si fuera alguien tan frágil que podría romperse en cualquier momento.

-Gracias, Atsushi.

-T-trata de no moverte demasiado o se podría salir todo.

Al entender a qué se refería, Akashi se sonrojó  por la vergüenza y sólo se cubrió el rostro con al sudadera, evitando tener que hacer contacto visual de nuevo.

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.

.

~2 semanas después~

-¡¿Sei-kun?! ¡¿P-por qué estás llorando?!

Reo se acercó corriendo a Akashi, quien estaba escondido en una parte de la escuela donde con suerte alguien pasaba. Akashi tenía el rostro cubierto de lágrimas y una marca de cachetada en el rostro. Él realmente no entendía lo que estaba pasando. ¿Por qué su capitán estaba llorando como si fuera un pequeño bebé? ¿Qué había pasado para que él estuviera en ese estado?

-¿Q-qué ocurrió, Sei-kun?

Reo abrazó con cuidado a Akashi, haciéndole esconder el rostro en su pecho.

-¡Atsushi me odia! ¡Él me odia!

-¿Por qué lo dices?

-¡Él vino hasta aquí sólo para terminar conmigo!

Akashi explicó su situación y le confesó que habían tenido muchos problemas por culpa de unos chicos que no dejaban de seguirlo y que después trataron de violarlo. Incluyendo el hecho de que pensó que él lo estaba engañando con alguien más.

-¡¿Por qué?! ¡¿Qué fue lo que hice?!

Por primera vez en su vida, Akashi se mostró tan débil ante alguien que no fuera su madre o Murasakibara.

Reo se mantuvo con él, hasta que se calmó. Lo cual llevó demasiado tiempo, haciendo que ninguno llegara al entrenamiento.

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Después de todo lo que me dijiste, Atsushi.

"Tú no sabes lo que significa el amor. Para ti, es solo otra palabra de cuatro letras”.

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~Un mes después~

-¿Sei-kun? ¿Estás realmente bien?

-N-no, me siento mareado y tengo ganas de vomitar.

-Deberías descansar por hoy. Te estás esforzando de más. Ya llevas más de una semana así.

-S-sí. Tienes razón, Reo.

Después de que Akashi se retirara de la práctica, se dirigió al doctor. Y no era para menos, ya que llevaba poco más de una semana sintiéndose así. Ahora sólo necesitaba ir por sus resultados.

-Akashi-san. Felicidades.

-¿F-felicidades?

-Sí, usted está esperando un bebé.

-¡¿E-ehhh?! E-Eso es imposible. Yo soy un hombre.

El doctor al notar la evidente sorpresa de Akashi, le explicó con calma su situación, especificándole a detalle lo que era un doncel.

Akashi salió del consultorio y se encerró en su habitación, para poder calmarse. Después de todo si quería llorar, gritar o romper algo, era su oportunidad de hacerlo, ahora que su papá seguía en su viaje de negocios.

-T-tengo que decirle a Murasakibara…

Akashi tomó el celular y se fijó en la pantalla, donde ya estaba el número de su novio. Sólo faltaba que él presionara el botón y le llamara, pero ¿cómo le iba a decir que era un fenómeno embarazado? ¿Cómo iba a hablar con él después de que terminaron su relación? ¿Cómo rayos le diría esto a alguien que ahora apenas y le dirigía la palabra?

-“¿Qué sucede, Akacchin?!

Antes de que se diera cuenta, ya le había arcado a Murasakibara y finalmente, después de tanto tiempo le había respondido.

-Y-yo… A-Atsushi, n-no-

-Akacchin. No quiero que me vuelvas a contactar. En verdad, lo lamento pero después de eso no te puedo perdonar. No quiero saber más de ti.

-A-Atsushi, tú-

-Perdón, Akacchin. Adiós.

Después de que el mayor cortara la llamada, Akashi siguió tratando de contactarlo, pero fue inútil porque al parecer lo había bloqueado.

-Así que así es la situación, Atsushi.

Akashi comenzó a gritar y a llorar desgarradoramente, tratando de sacar todo lo que sentía. Se sentía peor que cuando Murasakibara lo golpeó y terminó con él.

Esto era algo muy cruel, ¿qué había hecho el para merecer todo este dolor? Nunca imaginó que Murasakibara le daría la espalda después de tantos años de noviazgo. No después de haberle dado su primera vez.

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“Dicen que cuando conoces al amor de tu vida, el tiempo se para...Y es verdad, porque todos tu ser completo es embriagado por esa persona, pero… Lo que no dicen es que cuando se separan y tu vida vuelve a ponerse en marcha, se mueve aún más rápidamente, para recuperar el tiempo perdido y para hacerte olvidar todo el dolor.”

 

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El tiempo transcurrió y Akashi le contó la verdad a todo su equipo. Explicando que no podría jugar hasta que se aliviara. Todos parecieron aceptar la situación, aunque les fue difícil de asimilar.

El tiempo se fue como agua y finalmente había llegado el día del parto. Akashi estaba acompañado solamente por su padre, por Midorima, por Kise y por su equipo Rakuzan. Ellos eran los únicos en los que verdaderamente podía confiar en estos momentos. Ellos eran los únicos que lo habían apoyado desde el inicio, sin juzgarlo y sin tratar de obligarlo a hablar con Murasakibara.

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Un llanto sonó en la habitación, sin embargo, Akashi no fue capaz de mantenerse lo suficientemente fuerte para ver a su pequeño, ya que se desmayó.

Poco después de que Akashi despertó, se sentía igual o más cansado. En especial con el llanto que inundaba de nuevo la habitación. Ese era el llanto que lo mantendría despierto por un buen tiempo, pero valdría la pena. Después de todo era el llanto de la persona que ahora más amaba en el mundo.

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Ya habían pasado dos años y actualmente Akashi estudiaba el primer año de Administración de empresas en la Universidad de Hiroshima. En verdad se estaba esforzando al vivir con la razón de su vida en un departamento pequeño, cercano a su universidad. Él realmente hubiera querido tener un departamento más grande, pero debido a que había tenido que salir constantemente a América por los partidos de basquetball, sólo había conseguido rentar el departamento donde se hospedaba ahora.

Actualmente Akashi ya parecía haber superado la situación con Murasakibara, ya que desde aquella vez que el mayor le pidió que no lo volviera a contactar, así había sido. Aunque para su mala suerte, casi siempre sabía de Murasakibara gracias a la televisión.

“Increíble joven de primer año de la escuela Hattori Nutrition College abre su primer cadena de pastelerías a nivel nacional. ¡La cadena Sueños de oro!”

Aunque seguramente Murasakibara también estaba al tanto de Akashi gracias a la televisión. Y que continuamente él salía en revistas y en programas de televisión, desde antes de haber terminado la preparatoria.

“El nuevo integrante de Los Lakers se ha convertido en capitán del equipo a tan sólo cuatro meses de haberse unido. Llevando a la victoria al equipo en todos los juegos que han tenido hasta hoy.”

Finalmente se acercaban las vacaciones, en las cuales se reuniría con todo su antiguo equipo de Teiko, incluyendo a Momoi, a Kagami y a Takao. Afortunadamente casi todos estaban al tanto de su situación –a excepción de Murasakibara– y sabían que no llegaría solo.

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Se encontraban casi todos reunidos y sólo faltaban Murasakibara y Aomine, quienes para variar iban a llegar tarde. Aomine por quedarse dormido y Murasakibara por haberse perdido en el metro.

Mientras esperaban, decidieron hablar de cómo les había ido en todo este tiempo, intercambiando anécdotas que hicieron reír a más de uno. Momoi ya era novia de Riko, Aomine y Kise aún seguían siendo novios, al igual que Kagami con Kuroko y Midorima con Takao.

Inconscientemente Akashi sonrió nostálgico al recordar cuando Murasakibara le pidió que fuera su novio, haciendo que el pequeño que tenía en brazos se preocupara.

-¿Papi? ¿Te sientes mal?

El pequeño tomaba con cariño el rostro de su padre, haciéndolo voltear hacia él.

-No pasa nada. Estoy bien, no te preocupes.

Pasó un buen rato y finalmente Aomine y Murasakibara llegaron, argumentando que no había sido culpa de ellos, así que optaron por no pelear más y se quedaron callados.

-Midorima, voy a comprar algo rápido. ¿Podrías-?

-No te preocupes, ve. Yo lo cuido.

Akashi se fue rápidamente al combini que estaba atravesando la calle, para poder comprar unas bebidas para todos.

-¡Gigante!

-¿Eh? ¿Quién es este pequeño?

Murasakibara cargó al niño que estaba a sus pies, llamándolo “Gigante”. Aunque no todo fue muy bien, ya que el pequeño se asustó al ser al único de los compañeros de Akashi que no conocía, por lo cual empezó a llorar y a gritar, mientras trataba de zafarse del agarre de Murasakibara.

-¡Lo siento, Murasakibara! Lo perdí de vista por un segundo. Ven, cálmate.

-¡Nooooo!

El pequeño no dejaba que Midorima lo agarrara por el pataleo que daba, así que Murasakibara trató de alejarlo lo más posible, pero el pequeño se asustó más y le mordió la mano, haciendo que Murasakibara se quejara.

-¡Papiiiiiii!

Cuando Akashi llegó y vio la situación, de inmediato corrió hacia Murasakibara y tomó a su pequeño en brazos para tranquilizarlo.

-¿Papi? ¿Te dijo papi, Akacchin?

-Así es, ¿por qué?

-¿E-en verdad es tu hijo?

-Sí, es mi hijo biológico. Es más que obvio.

-A-Akacchin, ¿por qué no te he podido contactar desde aquello?

-Después de la última vez que te llamé cambié mi número.

Akashi le dio la espalda a Murasakibara antes de que pudiera hablar y se disculpó con Midorima por el alboroto. Después de todo fue culpa de su pequeño.

Pasaron todo el día platicando y visitando diversos lugares, hasta que  llegó la hora de despedirse.

-Akashi, ¿dónde te vas a quedar?

-Iré a una de mis casas de verano.

-Vale, con cuidado.

Casi todos se fueron, a excepción de Murasakibara que seguía al lado de Akashi, tratando de pensar como iniciar una conversación. Después de todo había sido un idiota, pero ¿cómo era posible que Akashi a tan corta edad fuera padre de ese pequeño que estaba dormido en sus brazos?

-Aka-

-Adiós, Atsushi. Me tengo que ir.

-¡No! ¡Espera!

Murasakibara detuvo a Akashi y le pidió que hablaran, porque tenía muchas cosas que decirle y aunque Akashi no quería hacerlo, aceptó al final y fueron a su casa.

-Me enteré de que juegas como capitán con Los Lakers y también de que estás estudiando Administración de empresas.

-Atsushi, no necesitas inventar temas de conversación. Yo también sé que abriste tu cadena de pastelerías a nivel nacional y que sigues estudiando gastronomía, pero lo que tú realmente quieres preguntar es porqué tengo un hijo, ¿no es cierto?

El mayor sólo bajó el rostro y no negó lo que Akashi acababa de decir. El menor tomó la mano de Murasakibara entre las suyas y trató de hablar sin llorar.

-E-ese pequeño tiene dos años. Nació el mes de diciembre del mismo año en que nosotros dejamos de ser novios.

-¡Entonces, tú realmente me enga-!

-¡Escucha! ¡Él es mi hijo biológico, pero no es como tú piensas!

Akashi se levantó, tomó unos papeles y se los extendió a Murasakibara para que los viera.

-Esto es-

-Así es, yo soy un doncel. Ni siquiera yo estaba al tanto de ello cuando lo hicimos.

-Pero entonces-

-¿Recuerdas? Cuando lo hicimos por primera y única vez, dos semanas después de eso terminamos. Fue entonces que poco después me empecé a sentir mal, así que fui al médico y me dio estos resultados. Me explico mi situación y yo decidí llamarte, pero antes de que pudiera decirte sobre mi embarazo, tú me-

Akashi no pudo terminar la frase porque un nudo se formó en su garganta y sus ojos se cristalizaron. Murasakibara se sintió como un estúpido al ver el estado de Akashi. Nunca antes lo había visto tan débil.

-A-Akacchin-

Murasakibara trató de tocar a Akashi, pero antes de poder tocarlo recibió un manotazo.

-¡¿Sabes cuánto sufrí?! ¡Tuve que llevar el embarazo sin tener a la persona que amaba a mi lado! ¡Y aún ahora estoy criando a mi hijo solo!

Murasakibara se arrodilló y le ofreció disculpas a Akashi, pidiéndole que lo perdonara, porque había sido un estúpido por no haber escuchado lo que él tenía que decir, porque había sido u idiota que a pesar de todo este tiempo, lo seguía amando y se sentía inútil sin él.

Akashi comenzó a llorar con fuerza y se dejó abrazar por su amado, mientras se desahogaba de todo el dolor que tenía dentro. Realmente se sentía aliviado de escuchar esas palabras. Murasakibara aún lo amaba y se estaba disculpando por todo. Murasakibara realmente lo había tratado de contactar después de que hablaron por última vez.

-Prometo que te volveré a conquistar, Akacchin. No me rendiré contigo, ni con nuestro hijo. No te volveré a dejar solo. Lo juro, Akacchin.

-Tardaste demasiado, Atsushi.

.

.

.

Akashi se había retirado de Los Lakers después de que comenzó a necesitar más tiempo para la escuela y su hijo. Lo cual no pasó por alto para los medios, aunque fue un tema olvidado rápidamente.

Faltaba poco para que Akashi se transfiriera de escuela y de casa, por lo cual estaba acabando de empacar algunas de sus pertenencias que aún estaban fuera, sin embargo, su trabajo fue interrumpido por el toque del timbre.

-¡Akacchin, sorpresa!

Al abrir la puerta, vio que Murasakibara estaba de pie con un gigantesco ramo de rosas y detrás de él estaban algunos peluches y dulces.

-T-te dije que ya no tienes que hacer esto. Ya te perdoné y ya estamos saliendo de nuevo.

-Yo te dije que te volvería a conquistar y que no me rendiría contigo, ni con nuestro hijo.

-En verdad…

-¡Papá!

Antes de poder reaccionar, Murasakibara fue abrazado de la pierna por su pequeño hijo.

-Sei-kun, ¿cómo estás? ¿Has cuidado de Akacchin?

-¡Sí! ¡Yo lo cuido muy bien!

Akashi sonrió ante tan linda escena, al recordar todo lo que tuvieron que pasar para poder llegar hasta donde estaban ahora.

.

.

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Finalmente Akashi vivía con Murasakibara y estaban casados. Ambos seguían estudiando y cuidaban de su pequeño hijo. Finalmente eran la familia que merecían ser.

Murasakibara estaba en la sala con su pequeño, jugando con los juguetes del menor, cuando un bello joven se asomó por la puerta con los ojos llenos de lágrimas.

-¡Akacchin! ¡¿Qué tienes?!

-¡Papi!

Akashi cargó a su pequeño hijo y abrazó a Murasakibara, de modo que quedó entre ambos. El bello joven sonrió, mientras susurraba una frase que hizo a su esposo y a su hijo soltar lágrimas llenas de felicidad.

 

“Sei-kun tendrá un hermanito”

Notas finales:

Aclaro que dos de las frases que están en negritas son de unas películas y son:

 

La gata sobre el tejado de zinc: "Tú no sabes lo que significa el amor. Para ti, es solo otra palabra de cuatro letras"

"La primera vez que nosbesamos sentí que no quería volver a besar otros labios que no fueran lossuyos". V of Vendetta, 2005.

Gracias por leer. :3


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