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Luna Azul por Krad_Elric

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Notas del capitulo:

Nos vemos en las notas finales.

La vida en Forks resultaba lo bastante adecuada para mí en muchas formas. El clima no me disgustaba en lo absoluto, quizá la parte de las lluvias continuas era un poco molesto pero nada que un impermeable, obsequio de Charlie, no arreglara. El pueblo era pequeño y toda la gente parecía conocerse, pero las vistas que ahí había eran maravillosas; estar lejos de toda la gente, de los adolescentes estúpidos y falsos, de los enormes edificios y de la publicidad me encantaba. Las personas de aquí eran lo más atrayente, bastante extraño para un pueblo tan chico, había un choque de culturas tan impresionante que podía sentir la tensión en el aire. Al menos eso me atrevía a especular viendo la rivalidad entre Cullen y Jacob.

 

O quizá simplemente era el amor grotesco y juvenil.

 

El lugar en sí era muy enigmático, habían muchos factores que despertaban mi curiosidad. Casi podía respirar magia en este lugar. Sólo una vez había sentido esta extraña y curiosa sensación y fue cuando visite a la abuela en Canada hace dos años. Los vecinos daban esa impresión de ser seres inmaculados también, con ojos dorados y piel blanca; recuerdo a un chico de más o menos mi edad que solía salir en las nevadas a pararse en medio del jardín y ver la nieve caer. Casi como si él mismo fuera de hielo. Estoico, inmóvil, hermoso.

 

Antes creía que eran una especie de seres ajenos a este mundo, pero ahora que me encuentro con más gente similar ya no lo veo de esa forma. Simplemente deben tener muy buenos genes.

 

Jacob ha venido casi diario a verme desde que Bella me llevó a la playa, congeniamos bastante bien, me agrada mucho este chico, más de lo que me gustaría aceptar, y no es que me importe guardar apariencias, pero el sólo hecho de que este aquí aún cuando Bella no está, me hace sentir bastante bien; incluso a pesar de que muy recurrentemente pregunte sobre ella. Lo cual es absurdo ya que él sabe más de ella que yo.

 

El día de hoy aceptó acompañarme a Port Angeles para conocer unas cascadas famosas por su hermosa vista. Bella no pudo venir porque tenía escuela, y para ser más honestos porque no se separaba de Cullen por mucho tiempo, no había visto a Charlie en dos días debido a los asesinatos que sucedieron en la frontera y que según sus palabras al escucharlo hablar por el teléfono, había sido una masacre.

 

Por poco no me deja venir pero al preguntarle a Jacob si podría acompañarme, aceptó, y al parecer Charlie le tiene mucha confianza. Tal vez Jacob únicamente lo hace para quedar bien con Bella, o quizá lo hace porque realmente le caí bien; como sea, al fin podré pintar algo más que paisajes urbanos y podré enfocarme en algo más natural.

 

 —Originalmente, esta camioneta le pertenece a Bella. —decía Jacob mientras conducía y sonreía al hablar conmigo.

 

—¿Originalmente?, ¿ya no lo es?

 

—Es de ella, pero como Cullen siempre está con ella casi no la usa, quizá la puedas usar más tú.

 

Por un segundo perdí todo mi autocontrol y mientras hablaba no podía evitar mirar su largo cabello, su piel, la forma en la que su mandíbula se movía y…

 

—¿Qué? —preguntó sonriendo mirándome de reojo y sacándome de mi letargo.

—Nada —carraspee, me acomodé un poco más en el asiento y regresé la mirada al camino. ¿Qué mierda había sido eso?

 

—¿Y ya tienes novia? —oh vaya… aquí vamos.

 

—No.

 

—No te creo, con esa cara deberías tener más de una —rió tontamente. Inmediatamente sentí la sangre agolparse en mi rostro y mis manos sudar. Ese comentario significaba que me notaba y que tendría que dar explicaciones. Siempre me he jactado de ser una persona honesta y transparente y supongo que si quiero que esta “nueva amistad” funcione debo mantenerme fiel a ese ideal.

 

—Pues… no estoy interesado particularmente en nadie.

 

—Vamos, no puede ser cierto, a donde sea que vamos atraes miradas —al parecer se empecinaría en mantenerme nervioso y sonrojado hasta sacar algo de mi.

 

—Jacob, no me interesa tener una relación con ninguna chica —dije finalmente en un intento de que entendiera el mensaje y terminara con la maldita presión que me estaba dejando sin aliento, si decir eso significaba que regresaría sobre la carretera y nunca más querría volver a verme, que así sea. Sólo quería que se detuviera con las preguntas sobre el tema. No sé ni siquiera por qué estoy tan nervioso si nunca me ha importado lo que piense la gente, pero estar en una ciudad nueva, con gente nueva, una familia y posibles nuevos amigos hacían todo un poco diferente, y esta no es la primera impresión que quiero que tengan de mí ni que sea la etiqueta que me defina.

 

—Oh... entonces eres…

 

—Controversial, carismático, talentoso —interrumpí girando el rostro hacia la ventana.

 

—Chris, relájate. No quise incomodarte, aunque debo decir que es bastante gracioso ver como reaccionas.

 

Gire el rostro y lo miré nuevamente mientras conducía. —Entonces… vaya, no esperaba esta respuesta.

 

—No se lo has dicho a Bella ni a Charlie, ¿cierto?

 

—No es lo primero que digo sobre mi cuando conozco a alguien, sabes.

 

—Tengo que ver la cara de Charlie cuando lo sepa —rió volteando por un segundo su rostro hacia mi notando que verdaderamente no me causaba ninguna gracia.

 

—¿Y por qué decidiste que yo fuera el primero en saber?

 

—Tú fuiste el que preguntó y no me gusta mentir.

 

—¿Nunca mientes?

 

—No.

—¿Crees que soy atractivo? —maldita sea. Iba a responder inmediatamente pero mi cerebro entendió después de un momento lo que preguntaba. Instintivamente iba a decir que sí, pero no quería darle más material para seguir con esto.

 

—¿Por qué tantas preguntas? ¿estás dudando sobre tu preferencias? —su sonrisa desapareció.

 

—Buena esa, es sólo curiosidad.

 

—Escucha, no quiero que esto haga que cambie lo poco o mucho que pienses de mi y tampoco quiero que nadie más lo sepa aún, yo…

 

—No le pienso decir a nadie y tampoco cambia nada, me caes bien y eres un Swan, es imposible que los Black y los Swan no tengamos buenas relaciones.

 

—De hecho soy un Hallet, no llevo el apellido de Charlie.

 

—Eso sí no me lo esperaba.

 

Reí un poco. Demonios, es mejor de lo que creí. No sé si me gusta o lo odio por ser tan agradable.

 

Jacob estacionó la camioneta y bajó de ella estirándose un poco, su playera se levantó unos centímetros sobre su abdomen y pude echar un pequeño vistazo a eso que esconde tras capas de ropa y debo decir que para nada decepciona. Giró sobre sus talones para mirar en mi dirección e inmediatamente puse mi atención en sacar el pequeño caballete retráctil y la caja con pinceles y pinturas. Estoy seguro que pudo alcanzar a ver mi rostro embelesado mirándolo, y también estoy seguro que le encanta.

 

Caminamos por la entrada del parque, él cargaba el caballete y las pinturas esta vez y yo el lienzo. El lugar era impresionante con arboles inmensos y vegetación endémica, se podía escuchar el sonido del agua no muy lejos de ahí. Trataba de guardar en mi cabeza cada escena que miraba porque de verdad era algo único. Quizá esto le resultaba gracioso a Jacob que me miraba con una sonrisa, o quizá ya había estado tantas veces ahí, que para él ya no era sorpresa y verme extasiado era algo más interesante que ver.

 

Caminamos hasta llegar a un puente localizado justo frente a las cascadas y decidí que ese sería el lugar. Abrí el caballete, coloqué el lienzo y comencé a pintar mientras Jacob se recargaba en el barandal del puente mirando el agua caer.

 

Inevitablemente se veía tan bien en la escena que opté por colocarlo también.

 

 

Los minutos pasaron, el agua caía y el pincel se movía bajo mis dedos. Jacob intentó moverse varias veces de lugar pero le pedí que no lo hiciera para poder terminarlo. Se sorprendió al saber que también lo estaba pintando y estaba impaciente por ver lo que estaba trabajando, pero fue muy cooperativo y se mantuvo en posición.

 

De vez en cuando hablábamos, preguntaba sobre como era vivir en una ciudad, sobre qué es lo que me gustaría hacer después de la preparatoria y sobre Bella. Siempre salía al tema y no es que me disguste escuchar de ella o sus aventuras con Jacob, simplemente detesto escuchar que yo no tendré jamás una oportunidad.

 

Es ridículo porque apenas conozco a este chico y quizá después de ésta semana no lo vuelva a ver en mucho tiempo pero es tan genuino que acaparó completamente mi atención.

 

 

—¿Ya puedo ver?

 

—Ya, dios…qué desesperado eres. —se separó del barandal y comenzó a caminar hacia mí mirando la pintura, el sol ya había avanzado y los tonos naranjas se presentaban en el cielo. Su piel se veía mejor que nunca en ese momento. Puse más atención en su rostro y pude ver la sorpresa que sentía al ver la pintura.

 

—No es muy buena pero no tienes que poner esa cara —dije mientras limpiaba el pincel.

 

—¿Bromeas? Es increíble, de verdad soy yo y el agua casi parece que se mueve. Nadie me había pintado jamás.

 

—¿Realmente te gusta? —mi voz subió un poco el tono debido a que escuchar eso me había hecho sentir muy bien.

 

—Me encanta. —dijo graciosamente.

 

—Entonces es tuya. —jamás había regalado una pintura, pero con él se sentía bien, se sentía correcto.

 

—¿En serio?

 

—Sí, Jacob, —reí. —Es tuya. —Sonrió ampliamente y levanto una mano, inmediatamente la tomé hasta que sentí un jalón y un abrazo con un solo brazo y demasiada fuerza de su parte. Pude oler su aroma y sentir su calidez.

 

De verdad me gusta este cabrón, maldita sea.

 

 

 

El regreso fue bastante ameno; Jacob hablaba sobre sus amigos en la reserva y como se morirían de envidia por la pintura. Habló sobre su padre, sus hermanas y sobre algunas películas que yo jamás había visto. Para el poco tiempo que teníamos de conocernos hablaba conmigo como si me conociera de toda la vida y yo le correspondía.

 

Recibí algunos mensajes de Charlie y de Bella, incluso ella llamó para regañar a Jacob y decirle que no era hora para que yo estuviera en la calle.

 

El rostro de Jacob cambió al hablar con ella, incluso su voz. Su sonrisa es estúpida y su tono cálido.

 

No pude evitar soltar una sonrisa melancólica ante el hecho de saber que es Bella la que lo hace actuar de esa forma. Y no hay problema con ello, de verdad que no. Entiendo perfectamente la situación pero aún así yo no tengo la fortaleza necesaria para suprimir que Jacob de verdad me gusta, y tampoco lo haré. No tengo por qué reprimirme ni ocultarlo, simplemente respetaré y seré el hermano de Bella por lo que resta de la semana.

 

Jake estacionó la camioneta fuera de la casa y me ayudó a bajar las cosas, noté que el auto de Cullen estaba aparcado unos metros adelante y miré la seriedad en el rostro de Jacob. Bella abrió la puerta y me recibió con un abrazo.

 

—¿Cómo te la pasaste? ¿Jake te molesto mucho?

 

—No, no es tan irritante. —solté sin mirarlo. Él rió y me tomó con un brazo para frotar su puño contra mi cabeza. Intenté en vano escapar, hasta que Edward apareció en la escena y la diversión se fue con él.

 

Jake y él se miraron por un segundo y pude sentir un escalofrío recorrer mi espalda. Le agradecí a Jacob por todo y me adentré en la casa para alejarme de la escena lo antes posible.

 

—Espera, falta el lienzo —dijo Bella mirándome. En ese momento recordé el abrazo de Jake y el momento en el que le regalé la pintura.

 

—Se la obsequié a Jake —dije sin parar mis pasos y por un segundo miré el rostro de Cullen. Su rostro era serio y miró mi trayecto de reojo.

 

—Buenas noches —dije para no ser descortés.

 

—Buenas noches, Christopher —sonó su voz y me dirigí hasta la sala.

 

 

Pude escuchar el momento en el que Edward se despedía de Bella casi como no queriéndose ir, mencionó algo sobre una cena y que él pasaría por ella, escuché el auto arrancar y marcharse. Jacob y Bella se quedaron platicando un rato fuera y yo mientras los miraba oculto entre las cortinas.

 

Qué patético me siento.

 

 

A la mañana siguiente desperté sintiéndome extraño, al abrir los ojos estaba muy mareado y no podía distinguir muy bien las formas. Creí que se debía a que tal vez me levanté muy rápido y la sangre se agolpaba en mi cabeza, pero después de caminar hasta la cocina esperando encontrar a Charlie o a Bella y darme cuenta que no estaban y que el malestar no se iba me preocupé un poco. Jalé una silla del comedor y tomé asiento sujetándome la cabeza con ambas manos. Los sonidos se distorsionaban y sentía las manos dormidas.

 

Definitivamente algo no andaba bien.

 

Repentinamente escuché un sonido proveniente de la sala, no estaba seguro si de verdad lo había escuchado o si era parte de lo que me estaba pasando. Me puse de pie con dificultad trastabillando un poco hasta llegar al umbral de la entrada, miré que había alguien ahí tomando algo en sus manos. Inmediatamente di un par de paso hacia atrás y caí contra el piso sin quitar mi mirada de la silueta. Trataba de enfocar pero simplemente me era imposible darle forma, comencé a salivar y a sentir ganas de vomitar. Miré como se acercaba a mí y después un golpe en la puerta de la cocina. Giré un poco el rostro para ver de que se trataba y pude distinguir a Jake del otro lado de la puerta a través de la pequeña ventana. Regresé el rostro y me encontraba solo. Inmediatamente giré mi cuerpo contra el piso y comencé a vomitar descontroladamente.

 

Jacob entró en ese momento y me ayudó a levantar. Mi cabeza no paraba de girar, hasta que abruptamente todos los síntomas se detuvieron en seco. Jake avanzó unos pasos y comenzó a mirar con rapidez hacia diferentes partes de la habitación.

 

—Había… había alguien —hablé con dificultad.

 

—Quédate aquí. —Dijo mientras se asegurara de dejarme en el sofá. Podía escuchar como sus pasos rápidamente subían las escaleras y caminaba de un lado a otro. Lentamente recuperaba el conocimiento.

 

¿Por qué de todas las personas él tenía que haberme visto así?

 

Bajó nuevamente y se sentó junto a mí preguntándome como me encontraba. Todo se había ido como había llegado, había vuelto a la normalidad.

 

—Estoy bien, no sé que sucedió —dije limpiándome la boca con la manga de la playera.

 

—Vístete, te llevaré al doctor.

 

—No creo que sea necesario…

 

—Vístete.— sentenció mientras se asomaba a mirar por la ventana.

 

Comencé a quitarme la playera y el pantalón deportivo que usaba como pijama. —Creo que aluciné a alguien —lo miré mientras me ponía el pantalón —estamos solos, ¿verdad? —Pregunté esperando con todo mi ser que me dijera que sí.

 

Su semblante cambió un poco y soltó una sonrisa sutil —tranquilo, estamos solos. Date prisa.

 

Salimos de la casa una vez que limpié el suelo de la cocina y me introduje en la camioneta, le insistí que ya estaba bien pero no escuchaba razones. Comenzó a conducir y pude notar que estaba tenso; había algo que no me decía y me estaba sacando de quicio.

 

Llegamos al hospital y me obligó a sentarme mientras el ingresaba mis datos. Tan sólo es un año mayor que yo y me trata como si fuera mi padre.

 

Lo único bueno de todo esto es que pude ver que realmente se preocupa por mi.

 

Repentinamente un doctor rubio y pálido salió del área de urgencias y se dirigió hacia mí. ¿Qué todos en este pueblo son rubios, pálidos y de ojos dorados?

 

—Hola Christopher —decía leyendo la tabla con mis datos —soy el Doctor Cullen, ¿puedes ponerte de pie?

 

—¿Cullen?

 

—Es correcto—

 

—¿Es hermano de Edward Cullen? —Pregunté poniéndome de pie y siguiéndolo, no sin antes mirar a Jake de reojo.

 

—No, —sonrió —soy su padre.

 

Debía ser imposible, se veía demasiado joven para ser su padre, aunque el cabello y los ojos eran similares.

 

—Tu amigo Jacob dice que te sentiste mal, ¿puedes describir los síntomas?

 

—Mareo, desorientación, nauseas, no podía sentir las manos ni los pies, alucinaciones…

 

—¿Viste o escuchaste algo?

 

—Creí ver a alguien y creí escuchar pasos pero no había nadie, y repentinamente todos los síntomas desaparecieron. —Su rostro se contrajo un poco, una reacción similar a la que tenía Jacob al traerme al hospital. El doctor checaba mis signos vitales y mis respuestas físicas, yo no podía dejar de mirar su cara que parecía labrada en porcelana. En este pueblo debían vivir los hombres más exóticos que jamás hubiera visto, algo debía tener Forks.

 

—Estas bien, tus reflejos están bien, tus signos vitales, todo está en orden.

 

—¿Y qué fue lo que me pasó?

 

—No lo sé, sería bueno hacerte más estudios.

 

—No es necesario, me siento bien. —Escuché unos pasos acercarse y a la voz de Charlie decir mi nombre.

 

—¿Qué te pasó? —Preguntaba acercándose y saludando al doctor Cullen.

 

—Charlie, ¿Christopher es familiar tuyo?

 

—Es mi hijo. —En cuanto pronunció esas palabras pude ver una reacción diferente en el rostro del doctor. Como si hubiera entendido algo en ese momento.

 

—Está bien, ya lo revisé y no hay nada malo, aunque quizá debería hacerle estudios, una muestra de sangre para empezar, podrían ser muchas cosas.

 

—Ya le dije que no…

 

—Sí, lo que necesite.

 

 

El doctor Cullen me llevó personalmente al área de toma de muestras, tomó mi sangre personalmente y estuvo en todo momento pendiente de mí hasta que pude salir del hospital. La atención medica también es excelente aquí, quizá deba pensar en mudarme.

 

Charlie le agradeció a Jacob por llevarme al hospital y por avisarle, yo de verdad creo que todo fue una exageración aunque no puedo negar que fue muy extraño. Jake se despidió de mí revolviendo mi cabello y marchándose con urgencia.

 

No quería que se fuera, pero no tuve tiempo para detenerlo.

 

Subí a la patrulla de Charlie y comenzó a conducir hacia la casa, me miraba de vez en cuando con el ceño fruncido como si algo estuviera mal.

 

—Tranquilo Charlie, de verdad me siento bien.

 

—¿Seguro?

 

—Sí.

 

—Tú hermana tiene talento para estar siempre en el hospital y ahora tu también.

 

—Quizá sean tus genes. —Bromee y recibí un codazo de su parte.

 

Llegamos nuevamente a la casa y todo se miraba en orden, me senté en el sofá y recordé la silueta que había visto momentos antes. Había parecido tan real, casi podía asegurarlo. ¿Qué habrá sido todo eso?

 

—El doctor Cullen dijo que debía tenerte vigilado, así que quiero que te acuestes y descanses.

 

—Ya te dije que estoy bien, no tienes por qué preocuparte de más, si tienes que salir…

 

—No voy a ir a ningún lado, quítate los tenis y acuéstate. —Levantó un poco la voz y se quitó la chaqueta. Era la primera vez que me hablaba de esa forma.

 

—Tendré que decirle a tu madre lo que sucedió.

 

—Charlie, de verdad aprecio tu preocupación pero, ¿de verdad quieres hablarle a mamá? ¿Qué le dirás?

 

Me miró unos segundos y se sentó junto a mi. —No me puedes culpar por querer cuidarte —colocó una mano en mi hombro. No tenía porqué ser así conmigo, es decir, pasaron quince años sin que se preocupara por mi, sin una llamada, sin una carta, sin un maldito mail y ahora quería ser el padre que nunca fue.

 

Lo miré y le sonreí. No sería malagradecido, lo mejor será que me guarde mis pensamientos para mi.

 

Me recosté y prendí el televisor, no podía pararme ni a servirme un vaso de leche porque su mirada me daba a entender que iba en serio eso de no hacer nada al menos por el resto del día. Bajó de la patrulla varios folders y sobres con documentos que no alcazaba a leer. Ese día trabajaría desde casa.

 

La tarde llegó y con ella también Bella sorprendiéndose al ver a Charlie a esa hora en la casa, y bueno… en cuanto se enteró lo que había sucedido se acercó a mí, me abrazó y comenzó con el mismo cuestionario que ya me habían hecho antes.

 

No es que no me guste ser el centro de atención y tampoco es que me disguste que Bella y Charlie estén al pendiente de mí, pero detesto que me vean frágil o invalido.

 

Bella estuvo conmigo un buen rato, me contó un poco sobre su día y mencionó que saldría a una cena en casa de los Cullen, aunque pensaba quedarse en casa a cuidar de mi. Yo le pedí que fuera, que realmente estaba bien y después de insistir que no era necesario prosiguió con sus planes.

 

 

La noche llegó, Bella se marchó, Charlie dormía junto a mí en el sofá y yo miraba la televisión. Me puse de pie con cuidado de no despertarlo y me dirigí a la cocina para tomar un poco de agua. Escuché el sonido de un carro y me asomé un poco por la ventana, Bella había llegado acompañada de Cullen. Di un sorbo al agua y repentinamente vi como una de sus mangas estaba hecha tirones y una venda cubría su brazo.

 

Charlie tenía razón.

 

Bella y Edward caminaron hasta la entrada principal, me encaminé y abrí la puerta antes de que Bella introdujera su llave. Miré sus rostros y pude ver emociones muy diferentes. Bella se miraba triste y Edward se veía molesto, casi como estuviera sintiendo dolor.

 

—¡¿Qué te pasó?! —pregunté algo alarmado sin levantar mucho la voz para no despertar a Charlie.

 

—Me caí de las escaleras. —dijo torpemente.

 

—¿Y las escaleras eran de vidrio o qué? — dije mirando un tinte rojizo en la curación.

 

—Es menos de lo que parece.

 

No pude evitar pensar en muchas cosas, incluido un pensamiento en el cual Cullen había sido el responsable. Aunque tal vez no, Bella había mencionado antes que era muy torpe y descuidada.

 

Giro para ver a Edward, no sin antes dedicarme una de esas miradas. Entendí el mensaje y me fui subiendo a su habitación. Necesitaba escuchar la historia completa.

 

Después de unos minutos Bella pareció por el umbral y se sentó en la cama junto a mí.

 

—¿Qué fue lo que de verdad pasó? —Pregunté tomándola por la mano mirando que también había una cicatriz ya sanada ahí. Realmente es torpe.

 

—Chris, me caí de las escaleras.

 

—¿Y sólo te lastimaste ahí?

 

—Sí.

 

La miré unos segundos y después me puse de pie. —Si necesitas ayuda con la curación avísame. Charlie se volverá loco cuando te vea.

 

—Lo sé.

 

Le di un beso en la frente y salí de la habitación. A partir de ese momento, todo se fue cuesta abajo.

 

Charlie estaba furioso sin poder enojarse realmente por la situación, dos hijos heridos y bueno, dos madres distintas a las cuales debía darles explicaciones.

 

El día de hoy Bella se llevo su camioneta por primera vez desde que llegué a Forks, pude escucharla llegar de la escuela y me asomé un poco por la ventana, para mi sorpresa Cullen la esperaba afuera. Seguro se pelearon y ahora vendría el drama.

 

Caminaron un poco lejos de la casa y se adentraron en el bosque.

 

 

Las siguientes horas fueron un suplicio, Bella no regresaba del bosque, Charlie ya tenía a toda su gente buscándola, Jacob estaba como loco de igual forma y yo no podía salir de la casa por ordenes de Charlie, lo cual por supuesto que nunca fue un impedimento para que hiciera lo que se me diera la gana.

 

Salí de igual forma y me introduje en el bosque con una linterna a buscarla. Ese estúpido Cullen, sabía que no era de fiar.

 

Podía ver las linternas de las demás personas buscándola en la lejanía, se escuchaban sus gritos llamándola pero no había respuesta; me adentré un poco más lejos de donde estaba concentrada la gente y donde casi no llegaba la luz de la civilización, únicamente se veían algunos rayos de luz provenientes de la luna que se colaba por las hojas de los árboles.

 

—¡Bella, por favor! Vuelve —esa última palabra fue más un susurro que un grito.

 

—¡Bella!— grité nuevamente.

 

Sentí un escalofrío y giré mi rostro para toparme a lo lejos con una figura femenina de cabello rojo y brillante.

 

Di unos pasos hacia atrás y repentinamente ya no estaba.

 

—Qué haces aquí, deberías estar en casa —escuché la voz de Jacob.

 

—No podía quedarme en casa mientras Bella está desaparecida.

 

—Si algo te pasa Charlie tendrá una crisis, regresa ya.

 

—No me va a pasar nada, quiero ayudar.

 

—Ayudas más no poniéndote en peligro. —¿Cuál peligro?, ¿de qué hablaba?, ¿por qué tenía que reaccionar así?

 

—¡Bella! — grité una vez más y repentinamente ya tenía a Jacob sujetándome del brazo caminando y casi arrastrándome por donde había venido.

 

—¿Cuál es tu maldito problema? —dije intentando soltarme de su excesivamente fuerte agarre, parecía como si de verdad quisiera herirme.

 

—¿Qué no entiendes? ¡Regresa ya a tu maldita casa! —

 

—¡Ah… Mierda! ¡Me vas a romper el brazo! — pedí esta vez sintiendo demasiado dolor por su agarre. Inmediatamente me soltó y se alejó un poco. Lo que más detestaba lo estaba haciendo conmigo. Me veía hacia abajo, me veía incapaz y como un estorbo.

 

Masajee un poco mi brazo y comencé a caminar hacia la casa mirando sobre mi hombro a un Jacob completamente diferente al que había sido todos esos días.

 

—Lo siento, Chris…

 

No dije nada más.

 

Continué caminando y llegué a la casa sólo para encontrarme con que Bella había regresado siendo cargada por un sujeto muy probablemente amigo de Jacob algo corpulento y evidentemente de la tribu.

 

 

 

 

 

Dos días pasaron y Bella parecía muerta en vida, no comía, no bebía, no se movía, no iba a la escuela, lloraba mucho y lo poco que dormía no le duraba porque despertaba con pesadillas. Jacob también había desaparecido, ni se acercaba para saber como estaba Bella.

 

Sólo me quedaban un par de días más en Forks y nada de esto es como quisiera recordarlo una vez que tuviera que marcharme.

 

Caminé y me senté junto a Bella abrazándola y sintiendo como se recargaba en mi hombro. Su rostro se contrajo y comenzó a llorar amargamente.

 

 

Cullen se había ido y se había llevado a la hermana que apenas llegué a conocer.

 

 

Un día más y Bella no paraba de llorar.

 

Mamá llamó para asegurarse que tuviera todo listo para el vuelo, decía que no podía esperar para verme y tenerme en sus brazos como si fuera un cachorro.

 

Empaqué todas mis cosas y subí a la habitación para despedirme de ella. Abrió los ojos unos momentos y me miró mientras comenzaban a llenarse de lagrimas como en cada momento que estaba despierta.

 

—No me quiero ir y dejarte así —me miraba pero no decía nada —por favor Bella, no te dejes caer de esta forma, no te dejes morir —las lagrimas escurrían por sus mejillas sin parar y no decía nada. —Por favor… —

 

Intentaba, de verdad intentaba controlarme y no perder la compostura pero verla en ese estado tan patético por un imbécil que se fue sin más dejándola sola me hacía sentir un poco enfermo. Detestaba verla tan inútil y desvalida, detestaba que llorara, detestaba que no me dijera nada.

 

Me agaché un poco y le di un beso en la frente para después girar y comenzar a marcharme cuando una mano suya sujetó una mía y se cerró con fuerza. La miré una vez más y no paraba de llorar.

 

Solté su mano y salí por la puerta.

 

Charlie me esperaba abajo sin decir nada, quizá ya intuía lo que había sucedido arriba y prefería no mencionarlo porque estoy seguro que en mi rostro se puede ver que me está llevando el carajo.

 

Subí a la patrulla mientras Charlie acomodaba la maleta en la cajuela y comenzó a conducir.

 

Miré la casa por el espejo retrovisor como esperando a ver a Bella al menos decir adiós, sintiendo que me fuera, pero nadie apareció en el espejo.

 

Ni Jacob se despidió de mi, ni Bella y ahora Charlie no decía nada. Vaya forma de irme.

 

Pasaron unos momentos en completo silencio, lo cual era bueno, de verdad quería dejar el tema por la paz y largarme de ahí para seguir con mi mundana vida al otro lado del país.

 

—No lo tomes personal, Bella es… —finalmente sonó la voz de Charlie.

 

—Lo sé, no necesitas dar explicaciones.

 

—No quiero que te vayas molesto.

 

—No estoy molesto. —Mentí.

 

—Necesito que entiendas… —Repentinamente un fuerte golpe empujó el auto fuera del camino y todo se movió muy rápido.

 

Podía ver los cristales reventarse y la tierra entrar, podía ver mis brazos moverse violentamente y sentir el metal golpeando mi rostro. Un árbol detuvo el auto y yo lo miraba desde afuera, había salido disparado por no usar el cinturón como había pedido Charlie.

 

Sí tan sólo le hubiera hecho caso.

 

 

Sentí el rostro húmedo y la adrenalina recorrer mi cuerpo, abrí lentamente los ojos intentando incorporarme pero un calambre proveniente del estomago frenó mis acciones. Levanté con dificultad el rostro para darme cuenta que un tubo de retención se había incrustado en mi abdomen atravesándome por completo.

 

Lo tomé entre mis manos con debilidad e intenté sacarlo pero en su lugar sólo pude soltar un grito que desgarró un poco mi garganta. Me dejé caer con pesadez sobre las hojas y miré a Charlie inconsciente colgando dentro del auto. Un poco de sangre escurría por su frente.

 

Me sentía cada vez más débil y sentía que en poco tiempo perdería el conocimiento.

 

Después de todo no me iría de Forks, aquí sería donde moriría.

 

 

 

Traté de gritar una vez más pero ya no tenía fuerza para hacerlo, hasta que escuché el crujir de las hojas junto a mi y abrí con dificultad los ojos.

 

Nuevamente esa sensación comenzó a invadirme en la que mi vista se nublaba y mis sentidos se perdían, quizá era por la perdida de sangre o por el golpe en la cabeza, quizá estaba muriendo.

 

Sentí un ardor indescriptible proveniente de ambos brazos y justo en ese momento de verdad hubiera preferido estar muerto.

Notas finales:

Al fin pude actualizar, he estado un poco ocupado con trabajo y demás pero aquí está el segundo capitulo.

Leí sus reviews y vi que les gustaría leer a Emmett como personaje, la verdad es que ya tengo la mayoría del fanfic hecho y sólo estoy puliendo detalles pero puedo meterlo como peronsaje más recurrente. No quiero spoilear mucho, sí tiene por ahí alguna escena bastante steamy pero necesito que aguanten tantito porque en los capitulos siguientes vienen cosas muuuuuuy intensas y que estoy seguro que les va a gustar. Ya lo verán.

Sin embargo, les prometo escribir algún capitulo donde Emmett se comporte bestial.

 

Me encanta saber todas sus opiniones y recomendaciones, así hacemos de esto  algo más divertido para mi como escritor y para ustedes como lectores. 

Espero que les haya gustado y nos vemos la próxima semana. 


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