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Boda al estilo Vongola por Ayumi Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola! Bueno, hace no mucho se me ocurrió esta idea y me dije, ¿por qué no? Y aquí estamos, tratandod e hacer una historia de humor XD una que espero que os guste nwn

¿Alguna vez has pensado en lo maravillosas que son las bodas? Bueno, no siempre lo son, de hecho, son un verdadero infierno a la hora de preparar el lugar, las flores, la comida, las invitaciones, los vestidos o trajes… ¡vamos, si los invitados lo pasan mal a la hora de arreglarse imaginad los novios! Sí, eran momentos creados por el mismo demonio para creer a todo el mundo que son felices.


En fin, esa no era la cuestión.


En estos momentos, Sawada Tsunayoshi se encontraba viendo como al persona que fue el amor de su vida desde la secundaria, se encontraba vestida de blanco, un hermoso vestido que resaltaba todas sus facciones, con un lindo sonrojo, una mirada brillante, haciéndola lucir como un ángel, simplemente la novia perfecta. ¿El novio? ¿Quién era? ¡Pues él, el Dame -  Tsuna que había logrado conquistar el amor de la chica de sus sueños!



Sí, el tampoco se creía semejante mentira pero bueno, fue su ilusión decirlo aunque fuera una vez. La verdad es que el novio de Kyoko era un chico que trabajaba en un bar de Italia, no era de los mejores, pero bueno, le daba un sueldo decente y ella lo amaba. Solo tenía que tener en cuenta ese chico que hacerla llorar era lo mismo que declararle la guerra a toda Vongola.


No era una amenaza, que conste. Tsuna NUNCA amenazaba a nadie. Solo era una advertencia, después de todo, solo manejaban a la mafia más poderosa de toda Italia, posiblemente del mundo, unos que no dudarían ni un segundo en acabar con la vida del infeliz que hiciera sufrir a un miembro de su familia. Hay que aclarar que entre los que iban a darlo todo por su protección estaban el hermano mayor, uno que amaba el boxeo y que era súper sobreprotector junto al lindo castaño líder de dicha mafia, quien quería que el antiguo amor de su vida fuera feliz.


Eso sí, que conste que eso no era una amenaza, ni mucho menos.


- Chicos.- La melodiosa voz de Kyoko les llamó su atención, parecía nerviosa.- ¡Lo siento!


- ¿Por qué te disculpas?- Tsuna la vio curioso, al igual que el resto de invitados, que esperaban que llegue el momento de, oficialmente, casarse.


- Yo…no me casaré con Jacke.


- ¡¿Qué?!


- ¡¿Por qué?!


- Porque yo no lo amo.- sus manos jugaban con el vestido, sus mejillas tornándose carmín.- Me voy a casar con otra persona…con Adheleid.


El silencio se hizo pesado, mucho. ¿Era una broma? ¿Habían estado organizando una boda entre dos mujeres y no lo sabían? No es que tuvieran algo en contra de ellas pero… ¡vamos! Si eso fuera así se lo hubieran dicho, ¿no?


- ¿Es una broma?


- ¿Nos ves bromeando?


La voz de Adheleid les hizo girar la mirada, sus quijadas casi tocando el suelo al verla con un hermoso vestido de novia, revelando gran parte de su escote mientras se acercaba al frente, acariciando la mejilla de Kyoko antes de que ambas se acercaran en un dulce beso.


- ¡¿Esto va en serio?!


- Completamente.


- Lo siento.- Kyoko bajo un poco la mirada, avergonzada.- Pero esto solo se dio…


- ¡Debiste decirnos!- Gokudera se veía dolido, después de todo ella se había transformado en su amiga.


- Me iba a casar con él pero…antes de ello Adheleid nos declaramos y…no pudimos, simplemente no pudimos ocultar nuestros sentimientos y…ahora estamos aquí.


- ¿Cuándo ocurrió eso?


- Anoche.


- ¡¿Por qué ese cambio de opinión tan extremo?!


- La historia puede esperar.- Adheleid estaba con los labios fruncidos, colocando sus manos bajo su pecho con los brazos cruzados.- Estamos aquí para casarnos.


- ¡Pe…!


- Por favor.- Kyoko los vio suplicante, nerviosa.- Permitidnos casarnos.


Este era el momento en el que se levantaban, furiosos, renegando en este matrimonio, prohibiendo que se casaran y liando la de dios. Claro, que ellos no eran una familia normal, y ¿qué más daba si solo unas horas antes decidieron declararse y casarse? ¿Qué más daba que la mitad o más de los invitados se levantaran y marcharan renegando porque dos mujeres estuvieran juntas? ¡Eran una familia! Si ese era su deseo, ellos estarían de su lado…además, eso era lo más normal del mundo para ellos.


La ceremonia fue sencilla, dulce y rápida. Ya todos estaban felicitando al nuevo matrimonio, más de la mitad pensado en ir a comer lo antes posible, después de todo, eso era de lo mejor que tenían las bodas: el banquete. Porque, siendo sinceros, el matrimonio solo era un papel que les atará.


Seguramente, quien le escuchará, pensaría que Tsuna odiaba esa idea. Bueno, si teníamos en cuenta que su madre se había casado con su padre, permaneciendo prácticamente como si estuviera soltera…para él la idea no era mala, quedarse soltero por siempre. Aunque si era sincera, en el interior, muy en el fondo…deseaba casarse, solo con la persona adecuada para él, aquella que estuviera seguro de que le amará con la misma intensidad que él.


- Ay, qué bonito.- Tsuna giró su mirada a su “hermano mayor”. Dino se encontraba delante del registro, había sido quien los había casado y…estaba llorando.- ¡Qué bonito es celebrar una boda! Ojala pronto podamos casar al resto.


- Yo diría que queda para eso, Dino – san.- Murmuro viendo como este se limpiaba las lágrimas, dándole unas palmaditas en la espalda.


- Lo sé, en fin, supongo que es mejor así, después de todo, una boda es una unión que no puede ser rota, bueno, solo con el divorcio pero solo se puede llevar a cabo con la aprobación de ambas partes.


Malas palabras Dino, muy malas palabras…


Eran unas palabras sencillas, completamente verídicas, pero de las que muchos no habían rpestado atención hasta ese momento.


Un disparo hizo que todos se pusieran alerta, sacando sus armas para solo ver como Reborn había disparado al cielo, su mirada oculta bajo su fedora. León, había vuelto a la normalidad, colocándose en su sombrero mientras todos lo veían de forma interrogante.


- ¿Reborn…?- No supo de dónde saco el valor para ver a su tutor.


- Dame – Dino, vamos a aprovecharte.


- ¿Eh?- La interrogación apareció en su cabeza, no estando seguro de si lo oyó bien.- ¿Te…vas a casar?


- ¡Reborn!- Bianchi prácticamente había saltado, sus ojos brillando meintras un fondo rosa la rodeaba, alisando su vestido con emoción.- ¿Vamos a casarnos? ¿Ahora? ¡Oh, querido! Eres tan tierno.


No tardó nada en correr hasta él pero fue esquivada con felicidad, viendo como este no decía nada para, ante la atenta mirada de todos, acercarse a un más que trnauqilo Lambo, quien estaba comiendo un trozo de tarta de uva. ¿De dónde la sacó si no era del banquete? Fácil, le pidió a una de las sirvientas un trozo para la ceremonia. Y aquí estaba, ajeno a todo lo que pasaba, mientras disfrutaba de la gama de sabores.


No fue hasta un par de minutos después, que se dio cuenta del inusual, extraño y sobretodo fuera de lugar silencio de la familia Vongola. Ellos no eran así, a estas horas ya estaban a gritos, destrozando algo o haciendo cosas extremas. Con precaución, levanto la mirada solo para encontrarse los ojos negros de la persona que intentó matar desde que tenía cinco años, no, desde los cuatro años. Todos observándolos con expectativa y confusión.


- Um… ¿pasa algo? - Su mirada viajo a su amiga, en busca de una explicación. Ella solo se encogió de hombros.


- Levántate.


- ¿Eh?


- ¿Eres sorda, vaca estúpida?


Una venita le saltó a Lambo, quien estaba dispuesto a empezar una pelea verbal con Reborn a pesar de saber que sería el único perjudicado. Pero después pensó en Kyoko, aquella que era como una hermana para él, por lo que decidió que por esta vez solo se contendría.


¿Resultado? Ignoró a Reborn, si a eso le sumamos lo mucho que le molesta al mencionado que no le hagan caso, acabamos con un León – Mazo que acabo incrustado con bastante fuerza en la cabeza del Bovino.


- ¡Eso duele!- Desde el suelo, el oji esmeralda se sobaba la cabeza, unas pequeñas lágrimas en sus ojos mientras interiormente se repetía que se calmará.- ¡Estás loco!


El Arcobaleno del sol no dijo nada, solo llevó sus manos hasta el otro para echárselo al hombro, ignorando su grito al igual como trataba de bajarse de ahí.


- ¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!


- Etto… ¿Reborn?- Tsuna veía sin entender como este llegaba hasta el estrado, donde Dino lo veía como loco…bueno, eso era lo normal en su tutor.


- Cásanos.


- ¡¿QUUUUUUUUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEE?!


Tsuna podía jurar que el grito de todos los presentes se podía escuchar por toda Italia e incluso por el mundo entero. Pero ninguno fue tan potente como el que dio el chico – vaca.


- ¡¿Pero qué dices?! ¡Suéltame!- Lambo veía con nerviosismo el aura oscura de Bianchi.


- ¡Reborn, Lambo es menor de edad!


- A callar Dame – Tsuna.- La mirada que le dio su tutor le hizo estremecer, era la misma que le daba cuando estaba a punto de darle un sádico entrenamiento.- Y tú, cumple con tu papel, ya.


- P…Pero….


Un disparo fue lo que se oyó, una bala rozando la cara del jefe Cavallone, misma que le hizo poner azul y las sirvientes de la mansión pudieran sacar a cierta peli – rosa que se encontraba a punto de matar a cierto joven.


- Damas y caballeros, nos encontramos aquí reunidos para celebrar la unión del mismísimo demonio, también conocido como Reborn, sádico, pedófilo y violador de vacas.


- ¡Oye!- El grito de Lambo se hizo escuchar, mismo que seguía tratando de bajar del hombro de su “prometido”.- ¡¿Cómo que violador de vacas?!


- Bueno, eres una vaca.


- ¡Eso no tiene nada que ver! ¡Y déjate de hacer el tonto, sácame de aquí!- Dino estaba a punto de hablar cuando un nuevo disparo se hizo escuchar, esta vez cortó unos trozos del pelo del rubio.


- Último aviso.


- Reborn, ¿aceptas a Lambo como futuro esposo, para violarlo, protegerlo y celarlo de todo y todos?


-… ¿No se supone que esto es de otra forma?


- Lo siento, lambo, pero en tu caso la cosa cambia.


- Acepto.


- ¡Alto! ¿Por qué dijiste que me va a violar?


- Bueno…siendo sinceros, es Reborn, pinta de pasivo no tiene, estás en su hombro como saco de patatas, su mano esta sobando tu trasero y para finalizar tiene ahora mismo una cara que dice que no te va a dejar dormir en toda la noche.


-….


- En fin, sigamos. Lambo, ¿aceptas a Reborn como esposo, sabiendo que te violará día y noche, quieras o no? ¿Aceptas a este sádico demonio que te hará llorar día y noche, quieras o no pero que muy probablemente nos hará la vida más fácil a todos, sobre todo a sus alumnos?


- ¡NO!


- Bien, con el poder que se me ha dado os declaro marido y doncel.


- ¿Doncel! ¡Oye, que yo no soy un hombre virgen!


- Ah, sí, disculpa Lambo. Es que hace poco estuve leyendo un fic donde eras doncel jejeje.


- ¿Qué…?


- Nos vamos.- Reborn ignoró a todos y todo, su mano sobando el trasero de su esposo mientras una sonrisa depravada se posaba en sus labios.


- ¡Socorro! ¡Yo no lo acepte, que alguien me salve!


Ay…las lindas súplicas de un alma en pena a la que nadie escucha, ya sea porque los más cuerdos trataban de entender lo que acababa de pasar, porque el resto estaba ocupados pensado en todo esto de las bodas o porque los antiguos alumnos del demonio estaban felices de tener la posibilidad de tener unos entrenamientos menso espartanos.


- Em… ¿Comemos?


Queriendo poder celebrar la boda, bueno, bodas o mejor dicho, queriendo olvidar lo que acababa de pasar, asintieron. Dispuestos a acercarse al banquete ante ellos.


- ¿Gokudera?- La voz del guardián de la lluvia hicieron que giraran sus miradas para ver lo que pasaba, quedándose perplejos al ver como Gokudera arrastraba a su novio sin verlo.- ¿Qué pasa?


- Si Reborn – san lo ha hecho nosotros no tenemos por qué contenernos.


- ¿Qué quieres decir?


- ¡Realmente eres un friki del béisbol, un idiota!- Gokudera lo vio durante unos segundos antes de apartar la mirada.- ¡Te estoy pidiendo que nos casemos!


- ¿Eh?


La curiosidad, bendita curiosidad que hizo que todas las miradas viajaran a la pareja, ignorando su apetito.


- ¡Nada de “eh” idiota! Dios, aún no lo hacemos y ya me arrepiento. Olvídalo.


- ¡No!- Antes de que le soltará el brazo, Yamamoto lo arrastró frente a un Dino algo perturbado por la boda recién hecha.- ¡Casémonos!


- ¡Suéltame!


- ¡Nop! Una vez casados nunca te dejaré ir.- Con una sonrisa se dio la vuelta, atrapando la cadera contraria entre sus brazos para rozar sus labios.—Te amo, Hayato.


- ¡Idiota!


El rubio Cavallone no sabía exactamente qué hacer, después de todo, ese par estaba más concentrado en insultarse (Gokduera) y Reír (Yamamoto) que en casarse y él…bueno, necesitaba un tiempo para recuperarse de volver a ser partícipe de las amenazas de su ex – tutor.


- Yo creo que me voy a…


- ¡Tú de aquí no te vas!- Las miradas de la pareja se afilaron, viéndolo como si fuera su presa.


- Etto…y – yo…- LA supervivencia del rubio se activo, aclarándose la garganta para poder hablar.- Estamos aquí reunidos para poder celebrar la unión de dos personas que se aman, o al menos eso dicen, una que convertirán sus vidas en una sola. Yamamoto, ¿aceptas al tsundere de Gokudera, el mismo que te amenazará y volará con dinamita cada vez que se enfade y amante del Décimo, como tu esposo?


- Jajaja sip, aunque preferiría que dejará un poco su obsesión con Tsuna.


- Yo también.- Murmuro inaudiblemente el castaño.


- ¡Desgraciado, háblale con más respeto al Décimo!


- Ma, ma, tranquilo Gokudera…sigue por favor, Dino.


- Gokudera, ¿aceptas a Yamamoto como tu esposo, a pesar de que sea un friki del béisbol y te saque de quicio con sus sonrisas, de aquí hasta que la muerte de la forma más horrorosa en la mafia os lo impida?


- Es mi friki.


- En ese caso, con el poder que me da ser líder de una familia mafiosa yo os declaro marido y marido. Podéis besaros.


No hizo falta esperar más cuando un apasionado beso se hizo entre ambos, uno con amor, dulzura y cariño…sí claro, y Tsuna era virgen todavía (nótese la ironía). El beso de ambos estaba hecho de pasión, lujuria y deseos de devorarse el uno al otro. ¡Por dios, si ya se estaban empezando a desnudar!


Pero lo peor es que los invitados veían esto con atención mientras que las sirvientas lo, ¿estaban grabando y fotografiando? ¡¿Pero qué narices hacían?!


- ¿Alguien más va a casarse?


Dino, siendo precavido y viendo que casi lo mataban dos veces con esto de las bodas, decidió preguntar. ¿La respuesta? Silencio, amado silencio…¡bien, era hora de relajarse!


- ¡Nosotros!


…parece que no.

Notas finales:

¿Y? ¿Qué tal? ¿Os gusto? ¿Salió medio decente? Eso espero XD.


¡Nos vemos pronto!


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