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~Porque él me mandó flores~ por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del fanfic:

Espero les agrade y no me quieran matar por como puse a Aomine, pero juro que traté de pensar en otra pareja de las que me gustan y sólo logré pensar en que Aomine era el único que podía ser así de c*lero.

Notas del capitulo:

Bueno, este es un Two-Shot. Espero y les agrade la historia y también la pueden leer en mi cuenta de Wattpad: Syo Kurusu.

Sin más que decir, aquí les dejo la historia. ♥

 

 

Ya habían transcurrido dos años desde que Aominecchi y yo nos habíamos casado y la situación parecía ir bien. Aominecchi ya no sentía nada por Tetsucchi y yo me sentía feliz, de que él me trataba cariñosamente, sin embargo, no todo en la vida era color de rosa.

-¡Estoy embarazado!

El rostro de Tetsucchi se iluminó cuando nos dio la noticia. De inmediato todos lo felicitamos. Después de tres años de matrimonio finalmente habían decidido dar el siguiente paso y todo parecía ir de maravilla con esos dos. Era imposible no alegrarme.

-Ahora sólo falta que Ryouta.

Sólo sonreí nervioso y decidí no hablar, pues ese tema era algo que me incomodaba. Yo en verdad deseaba poder formar una familia tal y como lo habían hecho los demás. Murasakibaracchi y Seijiroucchi ya tenían gemelos y una niña, Midorimacchi y Kazunari-chan tenían un niño, Momocchi y Riko-tan tenían dos niñas y ahora Kagamicchi y Tetsucchi esperaban la venida de su bebé. En verdad añoraba esa felicidad, pero sé que es casi imposible para mí quedar embarazado, pues llevaba año y medio sometiéndome a tratamientos y aún no lograba quedar embarazado.

-Fue desgastante esta salida.

-S-sí, aunque me alegra saber que Tetsucchi finalmente podrá formar su familia.

Aominecchi no habló más y sólo se dejó caer en el sofá, haciéndome señas para que me sentara a su lado, a lo cual hice caso de inmediato.

-No te sientas mal, sé que podrás concebir pronto.

-N-no es eso lo que me tiene mal.

-¿Entonces qué es?

Aominecchi comenzó a acariciar suavemente mi cabeza, tratando de hacer que hablara.

-... Aominecchi, ¿qué pensaste cuando te enteraste de que Tetsucchi estaba embarazado?

-Te he dicho que ya no siento nada por él, a quien amo ahora es a ti.

-Lo sé, pero-

-¡Ryouta! Siempre te demuestro lo mucho que te amo, ¿por qué dudas ahora?

-... Perdón, Aominecchi.

Comencé a llorar y me abracé con fuerza a él, tratando de buscar refugio. Realmente me sentía fatal por no poder tener una familia, pero de algún modo yo sabía que Aominecchi me estaba mintiendo. Algo en mí me decía que él aún amaba a Tetsucchi, pero yo no quería aceptarlo. No lo iba a aceptar. Mi amor por él era tan ciego que siempre intentaba buscar excusas para evadir la realidad.

Tal vez ese fue mi mayor error... Nunca debí haber justificado sus acciones.

.

.

.

No es mi cumpleaños o ningún otro día especial. Tuvimos nuestro primer disgusto anoche y él me dijo muchas cosas crueles que en verdad me ofendieron, pero sé que está arrepentido y no las dijo en serio, porque él me mandó flores hoy. Después de todo, yo sé que Aominecchi me ama y sé que yo tuve la culpa de que él me faltara al respeto. No debí haberlo enojado. Fue mi culpa.

.

.

.

-Ryouta-kun, no es normal que peleen tan seguido. Deberían de ir a una terapia de pareja.

-N-no es nada, Tetsucchi. Es sólo que Aominecchi siempre llega estresado.

-Ryouta, en verdad eres tonto. ¿Por qué tratas de justificarlo, nanodayo?

-No trato de justificarlo. Es verdad lo que les digo, Midorimacchi.

-Kicchan... Yo conozco perfectamente a Daicchan y él no te trataría de esa manera sólo por estrés.

-Momoi tiene razón, Ryouta. Deberían hablar.

Ellos seguían intentando convencerme de que habláramos las cosas él y yo, pero en todo momento traté de justificarlo, después de todo yo sabía que él estaba así por el trabajo y porque aún no lográbamos que yo quedara embarazado. El que se pusiera así era culpa mía.

Tal vez ese fue mi mayor error... Nunca debí haber justificado sus acciones.

.

.

.

Nuevamente comenzamos a pelear y lo hice enojar realmente. Fue entonces que experimenté mi primera vez con él, haciéndolo sin ninguna pizca de amor o cariño. Por primera vez en mi vida, Aominecchi me tomó en contra de mi voluntad.

Esta era la peor experiencia de toda mi vida. Mi trasero realmente dolía y ni siquiera me podía poner de pie. Esto era de lo peor. Aominecchi ni siquiera se había despedido de mí, simplemente salió en silencio y me dejó en la cama dormido, después de haberme tomado contra mi voluntad.

Ya había pasado un buen rato y finalmente podía ponerme de pie con dificultad, así que fui a abrir la puerta, para ver quien llamaba.

-Buenas tardes. Traigo estás flores para Aomine Ryouta.

-S-sí, soy yo.

Firme la hoja de recibido y tomé el inmenso ramo de rosas rojas que venía atado con un listón azul y que traía una pequeña nota con ellas.

"Perdón por lo de anoche. Espero me disculpes, Ryouta. Sabes que te amo, pero en verdad me hiciste enojar. No era mi intención lastimarte, lo siento.

P.D. Hoy no llegaré a la cena, no me esperes."

Estaba preparando mi comida, cuando el timbre sonó de nuevo. Eran Tetsucchi, Seijiroucchi y Midorimacchi.

-Ryouta, ese bastardo de Aomine te violó. ¿Cómo puedes tratar de justificarlo aún?

-Midorimacchi, no me violó... Él sólo me tomó por la fuerza. Fue mi culpa de nuevo. Yo lo hice enojar.

-Si esto sigue así, yo voy a hablar con él, Ryouta-kun.

-Tetsucchi, no lo hagas. Eso sólo empeorará las cosas.

-Ryouta, reacciona. Él te está maltratando.

-N-no es así. Yo sé que él está arrepentido.

-Escucha, nanodayo. ¿Cómo estás tan seguro de eso?

-Porque él... Yo sé que está arrepentido porque él me mandó flores.

Tal vez ese fue mi mayor error... Nunca debí haber justificado sus acciones.

.

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.


No es nuestro aniversario o ningún otro día especial; anoche me golpeó por primera vez...Él me lanzó contra la pared, mientras me golpeaba el cuerpo y después comenzó a ahorcarme. Parecía una pesadilla, pero de las pesadillas despiertas y sabes que no es real... Me levanté esta mañana adolorido y con golpes en todos lados, pero yo sé que está arrepentido; porque él me mandó flores hoy.

-¿Qué tienes, Ryouta?

-Ah, n-no es nada, Kagamicchi. Sólo pensaba en algunas cosas.

-Quiero hablar contigo a solas un momento.

Yo caminé junto a Kagamicchi sin poner pretextos, hasta que estábamos lo suficientemente lejos de los demás. Fue entonces que decidió hablar.

-¿Es Aomine?

-¿D-de qué hablas?

-Tetsuya me contó sobre lo ocurrido, pero no había querido decir nada hasta ahora.

-¿Q-qué te contó, Tetsucchi?

-Ya sé que Aomine y tú han estado peleando muy seguido y sé que Aomine te violó hace poco, ¿por qué tratas de ocultarlo?

-Él no me violó... F-fue culpa mía que se enojara.

Kagamicchi me sujetó de las manos, haciendo que me quejara levemente por el dolor que sentía.

-¿Estás escuchando lo que dices? Estás al borde del llanto, ¿por qué lo justificas?

-N-no lo estoy justificando.

-Escucha bien... Aún eres joven, Ryouta. Estás a tiempo de alejarte de Aomine. Sólo tienes 23 años y no puedes echar a perder tu vida por alguien como Aomine, además...

-¿A-además?

-Él te golpeó, ¿cierto?

Cuando escuché las palabras de Kagamicchi me comencé a poner nervioso, ¿cómo podía saberlo si llevaba puesta una bufanda y maquillaje? ¿Acaso Aomine le había dicho algo? ¿O será que yo hice algo que me delató? ¿Cómo podía darse cuenta? También llevaba puesto un suéter para ocultar las heridas, ¿acaso hice algo mal?

-Respóndeme, Ryouta.

-Él no me...golpeó...

-Y si no te golpeó, ¿por qué no me muestras tus manos y el cuello?

-N-no tengo por qué hacerlo.

-Ryouta, no soy tonto. Seguramente Midorima también lo notó. Haz estado evitando hacer esfuerzo con las manos y respiras de forma extraña. Además... cuando te tomé la mano hace un momento, soltaste un quejido. ¿Qué te hizo Aomine?

-... Él no me hizo nada.

-¡Ryouta!

Cuando Kagamicchi me tomó por los hombros, comencé a llorar y terminé por hablar.

-Kagamicchi... Él me... Él me golpeó y ahorcó anoche.

La cara de Kagamicchi se llenó de odio y fue entonces que entendí lo que pensaba hacer.

-¡Detente, Kagamicchi!

-No me voy a quedar de brazos cruzados después de haber escuchado lo que te hizo ese idiota.

-¡No lo hagas! ¡Si le dices algo sólo empeorará las cosas! Además... ¡Es mi culpa! ¡Yo lo hice enojar! ¡Es culpa mía por haberlo puesto de malas!

-¡Eso no es verdad!

-¡Claro que sí! Yo... Yo debí dejarlo descansar, no debía estresarlo... Además, es culpa mía por no poder darle una familia aún, pero cuando logre embarazarme, él seguramente va a cambiar.

-¡Reacciona! ¡Ese idiota te está-!

-¡No! ¡No lo está! Yo sé que él me ama y está arrepentido. Yo lo sé.

-¿Cómo puedes decir eso? Él no-

-¡Él está arrepentido y me ama! Yo lo sé... Lo sé, porque... porqué él me mandó flores.

Tal vez ese fue mi mayor error... Nunca debí haber justificado sus acciones.

.

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Finalmente había quedado embarazado y ahora sólo quedaba darle la noticia a Aominecchi. Seguramente él se iba a alegrar.

-A-Aominecchi, ¿podemos hablar?

-¿Qué quieres, Ryouta?

Con la poca fuerza de voluntad que tenía, tomé el sobre donde estaban mis estudios médicos y se los entregué a Aominecchi, quien los abrió con evidente confusión.

-Esto es...

-S-sí, Aominecchi. ¡Estoy embarazado! ¡Finalmente estoy embarazado!

Aominecchi me sonrió y me comenzó a besar con cariño, mientras ambos comenzábamos a llorar de alegría. Seguramente nada de lo que habíamos pasado se iba a repetir. Finalmente podíamos tener esta ilusión en nuestra vida.

-Te amo, Ryouta. Te amo.

-Yo también te amo, Aominecchi.

Nos comenzamos a dar besos y caricias. En verdad estábamos felices. Finalmente podríamos ser una familia completa.

.

.

.

Ya había llegado el momento del parto. No sé cuánto duró, pero ahora teníamos entre nuestras manos a dos pequeños bebés. A los pequeños que nos darían nuestra mayor alegría en la vida.

-¿Cómo deberíamos llamarles, Aominecchi?

-No lo sé... Ya que son niña y niño, tú deberías elegir el nombre de la niña.

-¿Qué te parece Roromiya?

-Sí, suena lindo.

-¿Y qué hay de él?

-Podría ser... Hikaru.

-Sí, es perfecto.

.

.

.

Todo iba bien hasta ahora. Nuestros hijos ya tenían 3 años y todo parecía ir bien. Ya no habíamos tenido peleas, ni nada parecido. Nuestra comunicación era cada vez mejor, pero todo cambió el día que él se encontró con Tetsucchi y Kagamicchi. Después de ese día, él comenzó a tratarme frívolamente de nuevo.

-Lo sabía... Aún sientes algo por él.

Comencé a llorar a solas y me encerré en mi habitación, para que mis pequeños no me vieran en ese estado tan deplorable. Ellos no tenían la culpa de que Aominecchi se comportara así. Al contrario, la culpa era mía por haberme dejado cegar por mi amor hacia él.

-¿Ryouta? ¿Estás en la habitación?

-A-ah, sí. Aquí estoy, Aominecchi.

-Abre la puerta, necesito entrar.

Dejé que Aominecchi entrara a la habitación y cuando me vio él rostro, me abrazó con fuerza.

-¿Por qué llorabas? ¿Te sientes mal?

Había pasado tanto tiempo desde que me había hablado con tanta ternura, había pasado demasiado tiempo desde que sentí el calor de su cuerpo, que inconscientemente acabé abrazándolo. En cierto modo me alegraba que aún se preocupara por mí.

-M-me dolía un poco la cabeza, pero ya estoy mejor.

-Qué bueno... Ahora necesito que te cambies de ropas y te pongas un traje.

-¿Eh? ¿Para qué?

-No te lo puedo decir, sólo cámbiate. Yo iré a cambiar a los niños.

Aominecchi salió de la habitación y yo comencé a bañarme, para después cambiarme y ponerme algo de maquillaje y ocultar lo rojo de mis ojos. No quería que nadie notara que había llorado.

-¿Estás listo?

-Eso creo...

Aominecchi tomó a los niños y fue entonces que nos llevó a un lujoso restaurante a cenar.

-¿Y-y esto a que se debe?

-No me digas que en verdad lo olvidaste.

-¿Olvidar qué?

Aominecchi se puso de pie y caminó hacia mí, mientras me abrazaba y me daba un beso en la frente, haciendo que nuestros hijos me entregaran unas cajitas con papel de regalo.

-¡Feliz cumpleaños, tonto!

-¡Feliz cumpleaños, mami!

Era verdad, hoy era mi cumpleaños y lo había olvidado por completo.

-Gracias. Los amo.

Comencé a llorar de la emoción y ellos sólo me abrazaron. El resto de la cena transcurrió tranquilamente, hasta que volvimos a casa.

-Así que eres un año más viejo, ¿eh?

-N-no soy tan viejo, ¿sabes? Acabo de cumplir 27 y tú tienes la misma edad que yo.

-Sí, sí. Lo que digas. Ven a acostarte. Ya es hora de dormir.

Me recosté junto a Aominecchi y después de tanto tiempo, finalmente dormimos en la misma cama y abrazados.

-*Tal vez realmente ya se olvidó de Tetsucchi y sólo fue mi imaginación que me trató de manera distante luego de haberlo visto con su familia...*

-Te amo, Ryouta.

-Y-yo también te amo, Aominecchi.

Nos dimos un beso y poco después nos quedamos dormidos.

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Notas finales:

Espero les guste la historia. :3 Gracias por leer. 

 


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