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Algo ideal para ti. por Ana fye

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Notas del fanfic:

Bueno, este one-shot (No se si se le puede llamar así) es en compensación de que esta semana no habrá cap de "Buscando algo llamado libertad" 

Se que dije que lo subiría el lunes pero mañana no puedo, así que lo hice hoy.

Espero que se de su agrado!

 

¿Hoy era? Si, hoy era ¿Cuánto iba a gastar? Esa era lo de menos ¿Tenia la reservación del restaurante? Desde semanas ¿Encontró el mejor hotel? El mejor de todos ¿Tenia todo arreglado? Como siempre, pero no había pensado en... ¡¿Qué le iba a dar?! No tenia idea estaba tan distraído pensando para que todo saldríera bien, que se le olvido lo más importante ¿Que le regalaría a Fye? ¿Cómo pudo olvidarlo? ¿Tan estúpido era? Al parecer si, debía mantener la calma, todo estaba bien ¿Verdad? Todo tiene solución ¿Cierto? Era mejor pensar rápido, la hora estaba llegando, la hora de celebrar un año más a su rubio estaba por comenzar.

Ya estaba vestido, camisa de botones negra y pantalón de vestir negro, eran sus colores favoritos, los colores que hacían enloquecer a el rubio. Miró su reloj, ya no daba tiempo de ir por un regalo. Fye no debía de tardar en llegar a la casa, trabajaba en un café junto a sus mejores amigos, Chii, Sakura y Mokona, por el trabajo de ambos poco se veían, pero él iba a recompensarle todo eso a su amado Fye, con una gran noche que ambos nunca olvidarán.

Aun recuerda todo como si fuera ayer... Dos jóvenes que ingresaron a la misma universidad, uno por arte, simplemente para perfeccionar lo ya perfecto y el otro administración de empresas, todo para ser su propio jefe, un pequeño accidente les hizo conocerse, tropesaron y desde ahí sus amigos en común los invitaron a fiestas y reuniones, al principio ese rubio no le caía en lo más mínimo bien, sonrisas falsas, mentiras, vacío ¿Quién podía ser así? Sin embargo al tiempo todo eso cambio, ese rubio le atrayo y de parte de el rubio también era así, comenzaron a conocerse, hablarse y amarse, Recuerda cuando probó por primera vez los labios de Fye y ni se diga la primera vez que lo vio sin ninguna prenda, uno de los mejores momentos de su vida, así hasta la actualidad...

Miro su reloj de mano, eran las 6, era el momento. Escucho la puerta abrirse, todo parecía en cámara lenta, lo primero que le dijo a Fye en la mañana fue "Feliz cumpleaños, te amo" el rubio sonrió y contesto "Gracias y yo también te amo" sin más se marcho a su trabajo, una de las mejores cosas de ser tu propio jefe es que puedes faltar de ves en cuando y eso lo agradecía infinitamente.

-Buenas.. mmm... ¿Tarche? -Saludo el rubio con su bella sonrisa, esas que ya no eran falsas, esas de las que se había enamorado el moreno.

-¿Se puede saber que es eso? -Rio, amaba lo infantil de Fye, quien sabe con que saldría ahora.

-Es que no se si ya son buenas tardes o buenas noches así que lo combine -Sonrio.

-No puedo con tus cosas... -Se acerco a el rubio y lo tomo de la cintura, este le rodeo con los brazos, juntando sus cuerpos -Debes arreglarte.

-¿Qué me regalaras? -Pregunto con una pequeña sonrisa.

-Sorpresa -Dijo rápidamente para que el rubio no notara su nerviosismo.

-¿Qué harás Kuropin?

-Es una sorpresa y no preguntes más -Sentencio.

-Como quieras -Odiaba las sorpresas, era mejor saber todo y ya, pero si Kurogane lo quería sorprender, él se dejaría sorprender.

Vio como Fye, se alejaba subiendo a su habitación, esa donde compartían todo, y todo era poco. Se sentó a esperar...


¿Qué tanto hacia ese rubio? Ya había pasado una hora ¡una hora! ¿Y si le paso algo? Negó, conociendo a Fye se haría un escándalo.

-¡FYE! ¿YA VIENES? -Grito desesperado, la reservación de el restaurante era a las 8 y este no estaba listo, debían apurarse.

-¡Qué desesperado! ¡YA VOOOY! -Grito con alegría.

Kurogane se paró frente a las escaleras a esperar, él dijo que ya casi venia ¿No?. Miró en dirección de la pared, había una foto de ellos besándose, amandose, siendo ellos, amaba esa foto, una de tantas... Escucho leves pisadas arriba, ese sin duda era Fye, apenas pisaba, era una costumbre de el rubiecito asustarle ya que no se escuchaba, bueno.. no podía negar que le gustaba que Fye lo molestase. Miró hacia el ultimo escalón de arriba y ahí estaba, Fye vestido de con una camisa blanca de botones y un pantalón negro que le quedaba muy ajustado marcando todas sus virtudes. Kurogane solo pudo sonreir a tan perfecta imagen, si no hubiese reservación, le habría ayudado a Fye a quitarse todo eso de nuevo.

-No me veas así Kurorin -Dijo haciendo un puchero ante tal mirada -¡Pervertido!

-Tú tienes la culpa de ser tan sexy -Menciono.

-Tú no te quedas atrás -Dijo con un pequeño rubor en sus mejillas.

-Tenemos que irnos -Recordo el moreno, el rubio asintió, así ambos dirigiéndose a el vehículo de Kurogane.

El trayecto fue silencioso pero no incomodo, Fye estaba impaciente por saber que sorpresa le tenia el moreno, Kurogane había cambiado desde que lo conoció, antes era frio, sin corazón, odiable y ahora era todo lo contrario, lo consentia, le decía cosas dulces, le amaba... Al llegar ambos bajaron y entraron a un gran restaurante.

-Vaya Kurorin, que lindo lugar -Dijo al entrar al restaurante, todo era muy elegante, sofisticado, todo era muy bello.

-Tú te mereces eso y más -El rubio solo pudo sonrojarse y sonreir torpemente.

-¿Tienen reserva? -Pregunto un camarero.

-Así es -Contesto el moreno.

-¿A nombre de quien?

-De Kurogane Suwa -Contesto el ojos rojos.

-Bien.. siganme -Tanto el rubio como el moreno asintieron y siguieron al camarero -Es aquí -Dijo señalando una mesa -Estamos a su servicio, en un momento volvere para tomar su orden -Sin más se retiro.

-Bueno toma asiento -Dijo Kurogane, Fye solo sonrío y se sento, al frente también se sentó el moreno.

-¿Y que me darás de regalo? -Dijo tomando el menú y viendo opciones.

-Yo.. yo no puedo decirte -Claro, ¿Qué le iba a decir? Si no tenia nada para darle, para que Fye no notara su nerviosismo por la pregunta abrió el menú y al igual que su acompañante comenzó a mirar.

-¿Solo vamos a comer? -Pregunto con curiosidad.

-No puedo decirte más, no insistas -Dijo con una pequeña sonrisa al ver a el rubio hacer un puchero.

-Eres necio.

-Y tú terco.

-Bueno yo quiero algo dulce, ¿que tal... mmm... pastel de chocolate?

-¡¿Qué?! -Grito haciendo que las demás personas volvieran a ver -Comeremos algo decente.. -Susurro.

-No me molestes con eso -Dijo el rubio -Es mi cumpleaños -Concluyo.

-Comeras eso depués de comer algo saludable -Dijo el moreno.

-Vale, ya que -Dijo fingiendo tristeza.

-Vengo por sus órdenes ¿Listos? -Dijo otro mesero.

-Claro -Hablo Fye.

-Bien, yo pediré calamares en salsa de tomate y vino tinto -Pidio Kurogane -Y para él.. un pulpo a feira con vino blanco -Se adelanto a pedir antes que el rubio.

-Enseguida -Dijo el mesero antes de retirarse.

-¿Se puede saber que es pulpo a feta? -Pregunto Fye.

-primero, es pulpo a feira y segundo es un plantillo español.

-Pero no estamos en España -Menciono un poco molesto por no comer lo que él quería.

-Eso no evita que puedas comer pulpo.

-Bien -Dijo resignandose, hablar con Kurogane era imposible.

Esperaron sus alimentos aproximadamente por media hora, en ese tiempo lo aprovecharon para hablar de cosas de como iban en el trabajo, de como les fue el día de hoy, Fye hablaba de eso para distraerse y Kurogane para dejar las cosas calientes y pervertidas para el hotel jeje.

-Aquí estan sus ordenes, señores -Menciono el mesero, dejando los dos platillos principales en la mesa, con su otro brazo dejo un plato pequeño muy delicioso al lado de Fye.

-¿Usted escucho? -Pregunto Fye con algo de pena.

-Si, escuche que le gustan las cosas dulces, este pastel de chocolate es de cortesía por su cumpleaños.

-Muchas gracias -Agradecio Fye con alegría, el mesero solo sonrió y se alejo.

-Que bueno que ya se alejo -Dijo Kurogane con algo de enojo.

-No seas celoso Kuropon, es solo una persona que me entendió, no como tú.

-Mmm..

Comenzaron a comer tranquilamente, hasta terminar sus platillos. Kurogane espero a que Fye terminara de comer ese pastel que le dio ese camarero de ese restaurante, cuando ya su rubio termino, pagaron y se dirigieron al vehículo, se sentaron, abrocharon sus cinturones, el moreno aceleró y salieron de el lugar. Fye noto algo muy evidente y es que el moreno no iba en dirección a la casa ¿Era parte de la sorpresa?

-Kurorin.. ¿Dónde vamos?

-Es una sorpresa -Respondio el moreno.

-¿Qué me regalaras? -Pregunto.

-Dios... -Tomo aire, realmente Fye se decepcionaría se no le regalaba nada, tenía que pensar rápido -Te lo daré luego.

-Bien -Sonrio, una sonrisa que el moreno no desifró ¿Diversión?

El camino era un poco largo, Kurogane iba atento al camino y Fye iba con su celular contestando algunos mensajes. Cuando llegaron dejaron el carro en el estacionamiento y luego bajaron adentrándose a un hermoso y fino hotel ¿Cuanto estaba gastando Kurogane en él? Fye estaba impresionado, era la primera vez que el moreno se esmeraba tanto, aunque sonará feo...

Se acercaron al recepcionista y el moreno pidió la habitación, le dió unas llaves y los dirigió por un pasillo hasta una puerta, abrió y luego se marcho dejando al moreno y al rubio en esa habitación solos. La habitación era espaciosa, un baño con tina enorme, tenía iluminación a montones, las paredes eran blancas igual que las sabanas de la cama, el decorado era casi todo de color blanco con tonos cafés, habían rosas blancas y chocolates en la mesa de noche, todo era elegante sin dudar.

-¿Te he dicho que me encantas? -Pregunto el moreno con picardía mientras atraía al rubio con su brazo rodeando la pequeña cintura de el rubio.

-Todo el tiempo -dijo con una voz sensual -¿Qué me vas a regalar? -Pregunto Fye con una pequeña sonrisa.

-Eres un desesperado -Murmuro, arrecosto lentamente a Fye a la cama, se posicionó sobre su cuerpo y comenzaron a besarse suavemente aumentando el ritmo de sus lenguas y de vez en cuando las manos de el moreno terminaban recorriendo todo el cuerpo de el rubio de una manera tan sensual y vulgar que solo enloquecia a Fye.

El moreno descendió lentamente hasta llegar al cuello de Fye y empezó a besarlo, lamer y de vez en cuando una mordida, dejando marcas en el cuello nivea de el rubio y sacando suspiros de esa boca tan fina y perfecta.

-Eres tan bello -Expulso de repente.

-Tú también, Kurogane -Vio como la cosa se ponía seria para que Fye le llamase así, eso solo pudo incrementar su deseo de poseerlo.

Despacio, sin apuros, iba quitando la camisa de el rubio, botón por Botón, hasta por fin desprederla de el cuerpo de su querido Fye, viendo como su pecho y cuello poseía marcas de las veces pasadas, eso solo pudo hacer que se exitara más... su boca no pudo resistirlo más y fue a probar el cuello nivea de su rubio.

-Ahh.. -Sentia como Kurogane pasaba su lengua con experiencia sobre su cuello, recordando que hace unos años atrás nisiquiera podía hacer eso, que temia lastimarlo, era tan joven e inexperto, solo pudo reír bajito ante tal recuerdo.

-¿De que ríes? -Dijo acercandose su rostro al de Fye.

-Estaba recordando.

-¿Qué?

-Cuando nisiquiera podias tocarme -Volvio a reír bajito, eso solo hizo que Kurogane se molestara un poco pero termino riendo igual.

-¿Seguimos? -Pregunto tiernamente mezclado con picardía.

-Claro.

Volvieron a besarse dulcemente incrementando el beso, recorriendo la cavidad de el otro como si de eso dependieran sus vidas, el moreno volvió a bajar por el lindo cuello de Fye, luego bajo más entre besos y mordidas hasta llegar a su pecho, jugando con uno de sus pezones pasando al otro dejándolos perfectamente ensalivados, sacando leves suspiros, suspiros que iban en aumento con cada caricia...

Era simplemente perfecto, cada vez que lo hacían era como la primera vez, amor total, donde todo se entregaban mutuamente, amor, ellos se amaban, él sabía que su Kurogane lo adoraba al igual que él, pero todos sus pensamientos se fueron cuando su moreno desprendió su pantalón y ropa interior demasiado despacio para su gusto.

-Apurate -Dijo jadeando.

-Siempre desesperado -Dijo con un tono burlón.

Volvió a besar a Fye, y rápidamente metió un dedo en la estrecha entrada de el rubio, este solo pudo romper el beso para gemir y jadear, sentir ese dedo seguido por un segundo moviéndose en su interior era magnífico, sin embargo quería más ¡Lo quería ya!

-Vamos.. se que ya quieres hacerme tuyo -Le provoco para que terminara con lo que para él era un castigo.

-Pero si tú ya eres mío -Sonrio cínicamente -Ten paz una vez en tu vida.

-Hazlo rápido, recuerda que es mi cumpleaños.

Claro que se acordaba que era el cumpleaños de su rubio, saco sus dedos de el interior de Fye, rápidamente desprendió su ropa, dejando libre su gran erección.

-Ves que ya querias -Sonrio perversamente.

-¡Callate!

Abrió más las piernas de Fye, se acomodo entre ellas, y lentamente formo a ser parte de ese frágil cuerpo, escuchando un fuerte gemido y como las manos de el rubio se agarraban de su espalda y aruñaban fuertemente.

-Ah... -Varios gemidos salían de su boca con forme el ritmo aumentaba y se volvía cada vez más delicioso -Ah!

-Sigue así...

-Kuro... Te amo.. ah..

-Sabes que yo también...

Amor, esa era la palabra que describía su relación, un amor tan perfecto y complejo, su relación no se basaba en solo sexo como decían muchos, ellos de verdad se amaban.

Con cada gemido que salia de la boca de Fye, Kurogane se encargaba de aumentar el ritmo en compensación por dejar escuchar esa preciosa voz y hacer delirar a el rubio por su cumpleaños.

Las últimas embestidas iban dando lugar, Fye sentia como estaba apunto de llegar al orgasmo y como kurogane disminuía el ritmo, al final solo pudo gemir sonoramente y explotar entre ambos vientres, y no mucho después sintió la esencia de el moreno en su interior acompañado con un ronco gemido y un te adoro apenas escuchable.

-Yo también te adoro, Kuromio -Hablo con dulzura.

Salio de el sudado cuerpo de Fye por la acción y se acostó a un lado, atrayendo al amor de su vida con su brazo para sentir como este se acomodaba en su pecho tiernamente.

-¿Qué me vas a regalar? -Pregunto el rubio, según el moreno para sacar tema de conversación.

-¿Por qué me preguntas tanto eso? -Pregunto con un poco de decepción -Se me olvido comprarte algo.. perdón.

-Ya lo sabía.

-¿Eh?

-Si.. Busque tres días seguidos por toda la casa, un regalo por pequeño que fuera no encontré nada...

-De verdad eres desesperado -Interrumpio el moreno.

-Ya lo se.. siempre estabas con el teléfono, supongo que reservando y preparando todo esto.

-Así es -Dijo acariciando los mechones dorados de Fye.

-Por eso te moleste tanto, para reirme un rato de ti -Rio un poco -Sabia que te incomodaba cada vez que preguntaba.

-Así es

-Pero.. ¿Sabes?

-¿Qué?

-No me importa -Miró donde el moreno y sonrió dulcemente -No me importa que no me hubieses regalado nada.

-¿Por qué?

-Porque.... El mejor regalo es que estés conmigo.

 

Notas finales:

Gracias por leer!


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