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DE NUEVO TÚ.... por GirlyUndecode

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Notas del capitulo:

Milo y Camus inician su ritual de amor y sexo, del cual no paran.

Le dí un beso muy rico y suave. Aceleró lo más rápido posible y en menos de cinco minutos estábamos en mi casa. Nos bajamos rápido del auto, y nos besamos muy de prisa; con deseo. Comenzamos a acariciarnos y en una de esas nos metimos al baño, pues ambos queríamos nuestra piel bajo el agua caliente. Tuvimos que esperar a que el agua estuviera caliente y cuando esto pasó, nos quitamos la ropa y nos dirigimos a la regadera. Nuevamente nos besamos; primero lento, suave, introduciendo de poco a poco nuestras lenguas, hasta que éstas formaron una danza rítmica. De vez en cuando, Camus acariciaba mi trasero y esto provocaba que yo diera suspiros.

-Mmmmmm. ¡Qué ricas nalgotas! Grrr.- Me nalgueó y me estrujó.

-Uhh…sigue besándome…por favor.

Así que nuestros besos se llenaron de más deseo, y fuimos más rápido; nuestras salivas se combinaban, hasta al puto de que el líquido se nos resbalara. Después pasó el jabón por todo mi cuerpo, luego lo dejó y con sus manos comenzó a masajearme, pero dí un pequeño salto, entonces dijo:

-Vamos, cariño. ¿No me digas que no  te gusta?

-No, es eso, me encanta mucho. Pero nunca me habían tocado en la ducha, más que yo mismo.

-Bueno, eso ya no será jamás; yo lo haré cuando pueda.-Se relamió los labios y me contrajo hacía su cuerpo.- ¡Tienes una piel hermosa y suave! Me gusta mucho.

-Sabes que me gusta cuidar mi cuerpo.- Le dí una sonrisa tierna.- Además soy tuyo.-Mordí mi labio inferior, para provocarlo y me le encimé.

Comencé a besar ese cuello blanquecino y hacerle círculos con mi lengua. Después fui bajando hacia su pecho y apreté sus pezones rosados, fue cuando lanzó un gemido profundo; decidí lamerlos y succionarlos; cuando éstos se pusieron duros, fui hacia su abdomen y lo besé con dulzura; me fui hacía su miembro y comencé a acariciar ese falo grueso y gigante; estaba algo erecto y lamí  primero la punta. Luego metí el glande a mi boca y después todo el falo entero, así que comencé a succionar; meter y sacar, lento, muy lento.

-No pares…Por fa…fa…Por favor…Así me gusta.

Había hecho su cuello hacía atrás y sus ojos estaban cerrados, su boquita semi abierta; adoraba verlo así, me gustaba, sabía que yo lo estaba excitando y eso iba genial. Posteriormente pasé más rápido, y Camus gemía con gran volumen.

-Ahh…ahhh…ahhh…

-Mmmm… deliciosa paleta… quiero tu leche…

Iba a sacar su semilla, pero con la punta de mi lengua apreté la punta, después la sustituí con mi dedo.

-No,no,no. Aun no quiero mi leche. Mejor métemela.

Había hecho un gesto de dolor y placer, pero no dudó en ponerme sobre la pared, nalguearme e introducir sus dedos en mi interior; de un fuerte impulso y estaba dentro de mí. Al principio su vaivén fue lento y placentero.

-Mmmm…No pares…me gusta.

-Tienes un trasero rico.

Así que siguió en ese ritmo ,pero pasó a uno más rápido, y salvaje. Comencé a gritar como actriz porno excitada.

-Ohh…Qué rico..oh…

-Uyy!..Quiero que me lo muevas más…ahhh…

Había eyaculado y el semen se me escurría, hasta ensuciar mis piernas. Sentía su respiración en mi espalda, la cual era agitada, al igual que yo. Me volví y nuevamente nos enjuagábamos, hasta quedar limpios.

Salimos del baño y nos fuimos a mi recámara. Camus utilizó una camisa gris medio holgada y unos jeans del mismo color, ajustados. Yo me coloqué una túnica semi transparente. Ambos tomamos la secadora y comenzamos a darle aire a nuestras cabelleras, hasta que estas quedaron libres de agua.

-¿No piensas vestirte?

-No, mi amor. La verdad es que hace calor.

-Pero estamos a 10 de noviembre. Anda cúbrete, no quiero que te dé frío.

-No me pasa nada.

Así que ambos nos dirigimos a la cocina, teníamos hambre y abrimos la lacena y tomamos dos piezas de pan tostado, un frasco de Nutella y un cuchillo. Del refrigerador, Camus sacó un envase de vidrio, del cual tenía leche. Nos pusimos a preparar nuestros panes y cuando estuvieron listos, empezamos a comer. Sentía la mirada de mi pareja; observándome en cada movimiento, cada vez más profunda. Me gustaba que hiciera ello, después de todo me había visto hasta el lunar más oculto de mi cuerpo; acabamos de comer y Camus le dio un sorbo a su leche, pero yo le dí un enorme trago, incliné mi cuello hacia atrás ,y a propósito mi boca escurrió la leche, haciendo que mi túnica se mojase completa. Ante mi acción, Camus me miró por un momento; en sus ojos se veía excitación, así que decidió aventárseme, y besarme. Usaba mucha fuerza, y eso me agradaba, que tuviera dominio sobre mí. Rompió mi túnica, me sujetó las muñecas y me besó con mucha brusquedad y lujuria.

-Me lastimas…Ohh…

Me tomó del mentón y dijo:

-Tú eres mío y de nadie más.

Me arrinconó hacía la mesa y me ordenó:

-Súbete a la mesa.- Me costó algo de trabajo y me volví para verlo, había sonreído.- Elevate,eso es.

Así que tomó la Nutella,se embarró un poco en los dedos y comenzó a untármela en mi cavidad. Era pegajosa y algo fría.Él se agacho y comenzó a lamerme. ¡Carajo! Era lo más placentero que había sentido; finalmente había terminado, así que me bajó de la mesa, y me recargó en ella. Estaba un trapo y lo destrozó, con él me amarró las manos, muy ajustadas. Con sus dedos empezó a dilatarme. Y me penetró, muy rápido, y esto lo sentí algo incomodo, pero después fue salvaje y delicioso.

-Ohh…

-Esto es por desperdiciar la comida,Milo. Eres un niño malo, niño malo.

Me nalgueó fuertemente.

-Ahh…Lo siento.

-Dime que me amas.

-Te amo.

-Dilo más fuerte.-Jaló mis cabellos.- Dilo, más fuerte Milo.

-¡TE AMO, CAMUS!

Estábamos a punto de acabar, así que mi novio eyaculó acompañadao de un grito.

-¡MILO! TE AMO..

Me desató las muñecas y estás quedaron marcadas, me giró; quedamos frente a frente. Me sentía adolorido y satisfecho, mientras él sonreía muy complacido.

-Me encantas,Milo, eres muy complaciente.

-Es porque te amo.

Así que  nos besamos y abrazamos con amor y ternura. No dudaba de mi palabra, pues lo amaba con todo mi ser. Me gustaba complacerlo y hacerlo feliz.

Al día siguiente, él se fue a trabajar. Me despedí de él con un beso  cuando regresó, venía agotado, yo estaba desnudo y en cuatro, traía puestas unas orejas de gato y unos guantes color negro, así que él entró y se sentó en mi sillón grande, a modo de jefe. Se quitó su abrigo color azabache y se desabrochó su pantalón del mismo color y ajustado, con su dedo índice me hizo la señal de que viniera y con una sonrisa. Comencé a gatear sensualmente, moviendo mis caderas. Hasta quedar cerca de él, me agaché y él me dijo:

-Soy tu amo. Así que quiero, sexo, sexo y más sexo.

 

Notas finales:

Espero y les haya gustado. El siguiente capítulo es igual de ardiente. Gracias y chao.


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