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ADIOS por Liss83

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Notas del fanfic:

Una pelea que no termino de la forma esperada

Notas del capitulo:

Ojala les guste

 
Siempre era lo mismo, cada ves que salían ha un operativo estaba con el Jesús en la boca, porque el Marín hacia cosas arriesgadas por el simple placer de según él sentir la adrenalina. Danny no quería ni pensar en la idea de que algún día esa adrenalina sea demasiado para el cuerpo de su compañero y termine colapsando
Cada día se le dificultaba mas ocultar la angustia que sentía al ver su vida en peligro. Y él ya no aguantaba mas
 
 
 
En ese momento Cho le ayudaba a Chin a revisar las posibles ubicaciones del sospechoso cuando su jefe entro prácticamente tirando patadas a diestras y siniestras mientras detrás suyo venia el detective recriminándole 
 
 
 
- ¡Ya basta! – dijo Steve – me tienen harto tus chillidos
- ¿Mis chillidos? – dijo riendo irónicamente Danny 
- Si – dijo el comandante de forma tajante –, te quejas por todo y por nada treinta horas al día
- ¿Acaso no me das motivo? – dijo este alzando las cejas y cruzando los brazos
- Si tanto te molesta mi forma de ser deberías pedir tu cambio – dijo Steve
- No es mala idea – dijo Danny – así ya no te vería, maldito imbécil
- ¿A quien le dijiste imbécil? – dijo Steve alzando
- ¿Ves otro a parte de ti? – dijo mirando a su alrededor –, yo no
- Tú llevas años  llorando y suplicando – dijo Steve con saña – por alguien que te trajo a Hawaii solo para jugar contigo y tirarte después como lo que eres, la cosa mas inservible y rastrera del mundo y ¿soy yo el imbécil? – grito Steve dejando todo en un silencio  de mas de sepulcral.
 
 
 
 Los primos se habían acercado para averiguar que sucedía permanecieron en absoluto silencio.
 
 
 
Todo lo que se escucho a continuación fue dos puñetazos estrellándose encontrar de alguien que cayo contra un escritorio tirando todo a su paso. 
Ninguno de los primos intento detener al detective, nisiquiera el propio Steve
 
 
 
- ¡Renuncio! – dijo el rubio temblando de rabia que solo creció al ver a su compañero sonreír triunfalmente
- Hasta para eso hace falta hombría – dijo Steve en voz calmada, clara y arrogante – y eso es algo que nunca a estado en tus genes –, Danny solo lo miro en silencio unos segundos conteniendo su llanto. ¡Que iluso había sido! Pensar que... sin decir nada mas, el detective salió del cuartel general de cinco cero
- Jefe… – dijo Chin
- No, Chin – interrumpió el Marín – no quiero a Danny aquí y es mi ultima palabra – se fue a su oficina
 
 
 
*                                                                       *                                                                       *
 
 
 
Danny salió de la central y se subió a su auto. No sabia que haría ahora. Se acababa de quedar sin trabajo y todo por culpa de su gran bocaza. ¿Qué le importaba a él si mataban a ese animal a no? Su trabajo solo era sobrevivir de lunes a viernes para poder estar el sábados y domingos con su hija. Se detuvo y sintió que algo no estaba bien. ¿Por qué le dolía su pecho así? No supo cuando su lágrimas salieron incontrolablemente. Nublaban su vista así que se metió en un callejón oscuro y apago el motor, prendió el radio a todo volumen. Con un grito de frustración intento liberar todo lo que llevaba dentro mientras golpeaba el volante. No supo cuanto tiempo estuvo en ese estado. En cuanto tuvo el suficiente autocontrol para arrancar el automóvil condujo directo a buscar su desahogo. Rachel había acompañado a Stand fuera de la isla por un negocio, y dado que necesitaban la imagen de familia feliz, se habían llevado a Grace dejándolo a él completamente solo. Nada le impedía ahogarse en su miseria. Camino a su casa se detuvo en una licorería. Compró dos botellas de wisky y de dos tragos ya había bebido mas de la mitad de la primera botella. Su vista se hacia mas pesada, clara evidencia de su escasa cultura etílica, pero luchaba contra ello. Había dejado el Camaro en un callejón detrás de la licorería. El sol estaba en lo alto y no era buena idea en su caso beber, se emborracharía mas rápido. Lo dicho. Al llegar al lugar reía a carcajada él solo. No supo cuando alguien lo abrazo por atrás como tampoco supo cuando ese alguien le tapo la boca y la nariz con un pañuelo. Cloroformo pensó antes de perder el sentido
 
 
 
Chin fue a la  oficina de Steve para que este le firmara unos documentos pero ya no estaba
 
 
 
- ¿Pasa algo? – dijo la chica
- Necesito la firma de Steve – dijo su primo
- Salió. Pidió que nos háganos cargo de todo. Dijo que no volvería hoy
- ¿Danny…? – dijo Chin
- Él renuncio – informo Cho –, ya no es un cinco cero
- Somos una Ohana – dijo Cho –. Entiendo que vivan peleando. Pero la familia no se divide tan fácil 
 
 
 
Ambos primos rogaban por un milagro
 
 
 
*                                                                       *                                                                       *
 
 
 
Danny estaba sobre una superficie dura con las manos amarradas a sus espaldas y los ojos vendados. Escuchaba las olas del mar, por lo que se dio cuenta que estaba seguramente en lado este de la isla, ya que escuchaba carcajadas y música estridente también. Sintió que la puerta se abrió y que alguien entro, aunque lo hizo con total sigilo  que debió agudizar sus sentidos. Al parecer se detuvo frente a él inclinándose a sobre él. Una mano le acarició el rostro suavemente e instintivamente se hecho pará atrás intentando alejarse. Sintió una mano en su nuca y su espalda choco contra lo que debía ser la pared. Una mano acomodo sus cabellos mientras unos labios se posaban en su frente. Quiso protestar pero su boca estaba vendada, y por alguna razón sintió esa acción tan natural. Luego sintió como una bombilla se colaba hasta llegar a su labios. Bebió unos tragos de agua y la venda fue colocada nuevamente en su lugar antes que pudiese hablar. Estaba sudando por lo que le abrieron la camisa y le echaron algo de agua. Luego la persona salió dejándolo sumido en un silencio y oscuridad total.  
 
 
 
Su mente no dejaba de viajar hacia aquella sala donde había pasado sus fines de semanas los últimos meses. Las risas que nunca mas oiría. La adrenalina que sentía a todas horas al lado del comandante. No pudo evitar una sonrisa sin gracias. Vivía quejándose del Marín cuando en realidad había descubierto hacia un tiempo que necesitaba esas emociones en su vida. Esa que nunca volvería a experimentar por culpa de no saber cuando cerrar la boca. Pero es que no lo podía evitar, y a esas alturas seguramente todo Hawaii sabia que estaba enamorado de su jefe. Era ese amor el que gritaba su terror cada vez que el Marín se ponía en peligro. Lloro en silencio hasta que el sueño lo venció.
Las caricias suaves de unas manos grandes lo despertaron. Tenía miedo, que solo aumento cuando sintió que le habrían su camisa. La mordaza se movió lo suficiente para dejar que la bombilla llegara a sus labios. Era un batido de frutas y sus lagrimas cayeron inevitablemente pensando que en los últimos años se había quejado de la comida saludable de Steve. ¿En algún momento se daría cuenta de su secuestro? ¿Le importaría? Lo dudaba. Tenia a la agente Rolling, ¿para que se iba acordar de él?
Le limpiaron suavemente aquello que había escurrido por las comisuras de su boca y le acomodaron la mordaza y la venda  de los ojos. Le besaron la frente y salieron del lugar. 
Trato por todos los medios de tranquilizar su acelerado corazón. Se sentían tan bien esos besos y caricias. Tan natural
 
 
 
Perdió la noción del tiempo debido al tiempo que estuvo solo. Sentía miedo. Se había lastimado en el forcejeo de desatarse. Pero finalmente lo logro. Se arranco la venda de los ojos y de la boca. Se desató completamente y se puso de pie. Tenia que salir de ahí. Escucho ruido y miro a su alrededor. Vio una tabla que le podía servir de arma. Sigilosamente la tomo y se coloco a un lado de la puerta. Ni bien esta se abrió, ataco a su secuestrador, pero este esquivo el golpe lanzándose al suelo y rodando hacia adentro. La oscuridad le impidió ver quien era, aunque él tampoco se detuvo para averiguarlo. Actuó por instinto, sin pensar en las consecuencias, como…, corrió fuera de lugar y la luz del sol lo encandilo. Escucho una movilidad frenar y unos balazos de metralleta. Por instinto se tiro al suelo, pero su cuerpo se lo grito. Era tarde para él. Sintió como la sangre salía a borbotones su boca. Escucho un grito de terror y al instante unos brazos lo hicieron girar para acomodarlo en un regazo. Abrió lentamente los ojos y no pudo evitar sonreír ante ese verde azulado tan intenso mientras por su boca escapaba sangre. Pero algo estaba mal. Estaban llenos de lagrimas, desesperación 
 
 
 
- Tranquilo Danno – suplicaba Steve – todo estará bien amor. Tranquilo
- Gra… gra… ce – susurro
- Tranquilo –  Steve acariciándole el pelo – amor. En cuanto los médicos den la autorización la traeré. Lo prometo. Ahora no te esfuerces
 
 
 
Entonces paso algo con lo que Danny había soñado tan veces. Steve lentamente se acerco y beso sus labios. Al principio suavemente pero a medida que los segundos pasaban se volvía desesperado. Quería encontrar el alma del rubio y retenerla a su lado para siempre.
 
 
 
Danny rompió el beso para ver esos ojos de mar que tanto amaba por ultima vez y entonces la claridad llego a él. Siempre fue Steve. Él lo había secuestrado. ¿Por qué? Ya no importaba. Debió enfrentarlo y no huir así. Pero ya no había vuelta de hoja
 
 
 
- No me dejes – suplico Steve –. no ahora – fue lo ultimo que escucho antes que la oscuridad lo arrastrará.
 
Notas finales:

Mañana llega el final


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