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~Él no es Seicchin~ [MuraAka] por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del fanfic:

Perdón, lo quería subir el 2 en la noche, pero lo estoy subiendo el 3 en la madrugada. :´v Aunque fue porque tenía problemas para subirlo. :´c

Este fic también lo tengo en mi cuenta de Wattpad "Syo Kurusu" y lo hice para "MuraAka Fans 9x4"

Notas del capitulo:

Gracias por leer. Espero les guste. :3

Atsushi y Seijirou estaban casados e incluso tenían dos pequeños, una niña y un niño. Todo aparentaba ir asombrosamente bien, sin embargo, un día comenzaron a ocurrir cosas extrañas. Cosas que sólo los pequeños y Atsushi notaban, ya que por alguna razón para Seijirou eran imperceptibles, causando la incertidumbre del mayor.

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Un llanto se hizo sonar durante la madrugada, haciendo que ambos despertaran. El pequeño Momiji había comenzado a llorar y posiblemente era por hambre.

-Atsushi, iré a verlo antes de que despierte con su llanto a Yukari.

-De acuerdo, Seicchin~

El menor salió de la habitación y el mayor se quedó  adormilado, sin embargo, al estar en ese estado, no notó que alguien estaba a su lado abrazándolo. Después de un rato, cuando notó la presencia, se giró y lo abrazó, inhalando con fuerza su dulce aroma, pero algo lo tomó por sorpresa.

-¿Quién demonios te dio el permiso de tocarme, Atsushi?

Al escuchar el tono tan frío con el que Seijirou le había hablado, sólo se sorprendió y lo soltó de inmediato. ¿Acaso no se había ido con el pequeño Momiji? Nunca lo escuchó entrando y ni siquiera lo había sentido acostarse en la cama. ¿O estaba tan dormido que por eso no lo notó?

-¿Se-Seicchin?

-No me vuelvas a tocar sin mi permiso, Atsushi.

-¿Se-Seicchin hice algo? Además, ¿en qué momento entraste?

-Nunca salí del cuarto.

Al escuchar de nuevo esa voz tan indiferente, la piel del mayor se erizó. Era  imposible que Seijirou no hubiera salido. Él recordaba a la perfección cuando Momiji había llorado, ¿qué demonios significaba esto? Aunque ahora que ponía atención, la dulce fragancia a cereza que emitía su amado Seijirou inesperadamente venía desde dos direcciones diferentes. Una desde el chico que estaba con él en la cama y la otra que era más fuerte, venía del cuarto de Momiji. Era evidente que su amado estaba liberando sus feromonas para calmar a su pequeño, pero ¿a qué se debía esto? Además, la otra presencia de su amado comenzaba a acercarse a la habitación, fue en ese momento que cuando él volteó su rostro hacia la persona que estaba a su lado, la misma había desaparecido del lugar y su aroma ya no se sentía en la habitación.

-¿Atsushi? ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? Luces asustado, ¿qué ocurrió?

Al entrar a la habitación y notar el estado en que se encontraba el mayor, su amado corrió de inmediato a la cama, para acomodarse junto a su alfa, que parecía ido.

-¿Se-Seicchin? Fuiste con Momiji, ¿verdad?

-¿Eh? ¿De qué hablas, Atsushi? ¿No lo recuerdas? ¿Tan dormido estabas?

El mayor se abrazó al cuerpo de su amado, intentando calmarse con su aroma. No entendía que significaba esto, ¿quién era la otra persona entonces? Lucía como Seijirou, tenía su altura, emitía el mismo aroma, aunque con un toque apenas diferente y tenían la misma voz, pero había algo distinto en su manera de actuar. El chico que estaba hace poco con él en la cama, incluso le dijo que no lo tocara sin su permiso, pero el que estaba con él en estos momentos, incluso liberaba sus feromonas para calmarlo. ¿Cómo era posible un cambio de personalidad tan pronto? Era imposible que eso fuera un sueño, pero ¿entonces qué era?

-Seicchin, ¿alguna vez te molestaría que te abrace sin tu permiso?

-¿Eh? ¿Qué cosas dices, Atsushi? Tú eres mi esposo y ahora tenemos dos hermosos hijos, sería estúpido que me enojara por algo así, ¿no lo crees?

-Cierto, tienes razón…

-¿Por qué lo preguntaste?

-E-es sólo que tuve un mal sueño.

-No pasa nada. Volvamos a dormir. Mañana tienes trabajo, ¿no?

-Sí, buenas noches. Te amo, Seicchin.

El mayor depositó un beso en la frente de su amado y después ambos volvieron a dormir, pero en esta ocasión abrazándose el uno al otro.

.

.

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Atsushi se encontraba en el trabajo y ya casi era hora de cerrar, pero antes de ello una linda chica con rasgos bastante parecidos a su esposo, ingresó a la pastelería para poder comprar algunos aperitivos. Ella era una cliente bastante frecuente del lugar y además era una omega de aroma extremadamente dulce y llamativo para los alfa.

-Buenas noches, Yui-chan. ¿Lo de siempre?

-Por favor, Murasakibara-san.

El mayor comenzó a servir lo que la chica siempre llevaba y se los entregó recibiendo el pago. Como de costumbre él siempre actuaba de manera educada y amable hacia los clientes, sin embargo, se sorprendió al escuchar el sonido de la campana de nuevo, pero mayor fue su sorpresa al ver que Seijirou estaba en la entrada.

-¿Seicchin? ¿Qué haces aquí? ¿Y los niños? ¿Viniste a re-?

-Así que ahora le coqueteas a las zorras.

-¿Q-qué dijiste, Seicchin? Tú no hablas de ese mo-

-¡Cállate! ¿Por qué le coqueteabas a esa zorra? ¿Acaso es por su maldito olor o porque se parece a mí? ¡Responde!

-¿E-estás bien, Seicchin?

Atsushi se encontraba desconcertado ante la acción del menor. Sabía que él era celoso, pero nunca lo había visto actuar así, al contrario, él siempre hacía berrinche o simplemente lo ignoraba, pero nunca había actuado de esa manera.

El mayor se acercó con temor y tomó entre sus manos el rostro del menor, para hacer que sus miradas se entrelazaran.

-Seicchin, ¿por qué-?

Antes de que el mayor reaccionara, recibió un manotazo que hizo que soltara el rostro de su amado de manera inmediata.

-¡Suéltame! ¡Anoche te dije que no podías tocarme sin mi permiso! ¡¿Acaso eres tan estúpido que no eres capaz de entender?!

-¿Qué estás-?

Antes de poder terminar la frase su teléfono sonó y al ver la pantalla notó que decía el nombre de su amado, cosa que era incoherente al tenerlo frente a él.

-¡Contesta! ¡Esa maldita música ya me hartó!

Con temor, Atsushi contestó sin despegar su mirada del presente.

-¿Bueno?

“-¡Ah! Atsushi, perdón. Sé que aún sigues en la pastelería, pero de regreso a casa ¿podrías comprar nos huevos y leche? Se terminaron en la mañana y acabo de recordarlo.”

-Sí, y-yo pasó a comprarlos. ¿Dónde estás?

“-¿Cómo que dónde estoy? En la casa obviamente, estoy cuidando de los niños. ¿Estás bien? Haz actuado raro desde anoche.”

-E-estoy bien. Voy a co-colgar. Ya voy a cerrar. Adiós, te amo.

-¿Cómo que te amo?

La amenazadora cara del presente, hizo que la piel de Atsushi se erizara como la vez anterior. Algo andaba mal y era evidente.

-…Seicchin…

-¡Me largo! ¡No voy a permitir que me engañes con nadie más!

Aquel chico salió de la pastelería, dejando perplejo a Atsushi, quien no entendía la situación para nada. Al reaccionar se apresuró a cerrar la tienda y corrió a su auto para conducir lo más rápido posible a su casa.

-Esto es imposible… ÉL es casi idéntico a Seicchin, pero hay algo distinto. Su aroma es ligeramente diferente y su manera de actuar ni siquiera es similar al otro Seicchin. Él actúa como un psicópata posesivo… Creí que tal vez había sido imaginación mía, pero esto…

.

.

.

Atsushi se bajó corriendo del carro y al llegar a la puerta de su casa notó que había mucho silencio, pero antes de abrir la puerta su celular sonó.

-¿Bueno?*No conozco este número.*

“-Atsushi, lo siento… No debí comportarme así en la pastelería. Te dejé un regalo en la casa.”

-¿Un regalo? ¿Dónde estás y porqué me llamas desde este número?

“-… Voy camino al metro. No quiero que me odies… Por favor, entra primero a la casa. Adiós.”

La voz de Seijirou sonaba nuevamente fría, como si fuera un muerto. Había algo raro y un escalofrío recorrió su cuerpo, haciéndolo abrir la puerta con rapidez. Al entrar notó que el olor de sus pequeños y de su amado era difícil de captar, como si estuvieran enfermos o algo parecido, cosa que lo alarmó y al entrar corriendo a su habitación se encontró con una escena horrible.

Seijirou estaba cubierto de sangre en el rostro, sangraba del costado derecho, parecía tener la pierna rota y su rostro tenía marcas de cuchillo. Además de que estaba cubriendo a sus pequeños, que también estaban heridos y llenos de cortadas por todo su cuerpo y rostro.

-A-Atsushi, ayúdame… Los niños… Ellos están heridos….

Al ver esa escena, el mayor se abalanzó al costado del menor y trató de quitarle a los pequeños de entre los brazos.

-Date prisa, por favor… Yukari y-ya no respira y… Momiji tiene una…cortada enorme en el estómago.

-Espera, Seicchin. Los llevaré al hospital.

Como pudo bajó corriendo con ambos bebés en brazos, para subirlos al coche, donde trató de darle respiración de boca a boca a la menor, la cual no reaccionaba. Al entrar aún más en pánico, él corrió directo a su casa, para sacar con cuidado a Seijirou y subirlo también al carro.

-A-Atsushi, te lo…ruego…date prisa…Yukari no respira…Y Momiji está…perdiendo mucha sangre.

Los ojos del menor se llenaron de lágrimas al ver el estado de sus pequeños y su voz comenzó a quebrarse, mientras rogaba a Atsushi que aumentara la velocidad para llegar al hospital.

-Se-Seicchin, ¿qué ocurrió?

-A-alguien entró… Era parecido a mí…él me atacó al… abrir la puerta y…

El menor comenzó a toser sangre, mientras seguía intentando hablar.

-Y después…corrió al cuarto…de los niños…

-Olvídalo, Seicchin. Ya no hables, estás perdiendo mucha sangre.

-…él comenzó a ata-atacar a los niños y…cuando in-intenté cubrirlos…él me apu-apuñalo en dife…diferentes partes.

-Seicchin…

-Antes de irse…él di-dijo que…t-tú eras suyo y que y-yo era…e-era un impo-impostor…y que los ni-niños debían morir...a-al ser hi-hijos míos.

Después de decir eso, Seijirou perdió completamente la conciencia y el mayor comenzó a entrar aún más en pánico. Aceleró más la velocidad y de pronto sonó su celular. Él contestó sin voltear a ver el número y su piel se erizó de nuevo al escuchar aquella voz.

-¿Bueno?

Era evidente que estaba agitado y asustado. ¿Cómo había ocurrido eso? ¿Quién era esa persona?

“-¿Te gustó mi regalo, Atsushi?”

-¡Bastardo! ¡¿Quién eres?!

“-Obviamente tu esposo. Ese imbécil intentó tomar mi lugar e incluso te hizo tener a esos mocosos asquerosos. Todos ellos deben estar muertos. No permitiré que nadie te tenga.”

-¡¿Quién demonios eres?!

“-¿No me recuerdas, amor? Soy tu chica, la que rechazaste por salir con ese bastardo. Y yo que me esforcé por parecerme a él. Incluso tomé clases para imitar voces y también me sometí a tratamientos de hormonas para hacer mi olor lo más parecido a él…Pero aun así no te agrado.”

-¡Eres una maldita enferma!

“¿Sabes, amor? Yo moriría por ti.”

Una estruendosa risa sonó al otro lado de la línea, haciendo enojar más al mayor.

-¡Estás loca!

“-Te lo demostraré amor… No permitiré que lleves a esos tres a-”

-¡Cállate!

El mayor intentó acelerar aún más la velocidad, pero parecía eterna la llegada al hospital. Era una suerte que apenas y hubieran coches en la calle.

“-Te amo, mi vida.”

Después de esa frase la llamada se cortó y cuando Atsushi avanzó un poco más, logró ver a lo lejos a esa persona, quién sin pensarlo dos veces saltó hacia el carro gritando “¡Te dije que incluso moriría por ti!” Al percatarse de esto, Atsushi trató de evadirla, girando el volante pero fue inútil, ya que no notó la presencia de un tráiler tras de él.

Se escuchó un rechinido de llantas, seguido de un golpe. Los vecinos al escuchar todo ese ruido salieron corriendo a ver lo que ocurría y se llevaron una desagradable sorpresa, al ver que había un cuerpo en la calle lleno de sangre y marcas de carro, mientras que un coche estaba metido bajo un tráiler, completamente destrozado.

-¡Taiga! ¡Ese es el carro de Murasakibara-kun!

El accidente había ocurrido justamente frente a la casa de Tetsuya y Kagami, quienes se encontraban reunidos con los demás de la “Generación milagros”, incluyendo a Takao.

-¡Llamen una ambulancia!

Taiga, Daiki y Shintarou corrieron junto a otras personas e intentaron sacar a las personas dentro del carro y al chofer del camión, quienes se encontraban cubiertos de sangre y con graves heridas.

Pasó un rato y llegaron las ambulancias y patrullas, para sacar a los accidentados.

-¡Atención!

.

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Atsushi se dio cuenta de que su amado estaba atado a una camilla, desangrándose, mientras que su hija estaba siendo reanimada y su hijo estaba también siendo llevado en otra ambulancia al hospital.

-¡No se lo lleven! ¡Esperen!

Los ojos del mayor se llenaron de lágrimas y su respiración comenzó a dificultarse. Todo era un verdadero caos en ese lugar y él había corrido para poder ver a su pequeña pero le era imposible, incluso los paramédicos sólo lo ignoraban.

-¡La niña ya reaccionó! ¡De prisa! ¡Súbanla a la ambulancia!

-¡El joven ya despertó! ¡Súbanlo también a la ambulancia! ¡Rápido!

-¡No! ¡Esperen! Quiero ver a mi esposo… ¡Atsushi!

Había gente corriendo intentando ayudar a los paramédicos para despejar el área, pero Tetsuya y los demás, intentaban acercarse para saber del estado de sus amigos, sin embargo, eran detenidos por los policías, quienes ya habían apartado a gran parte de la gente del área.

-¡Yukari! ¡Déjenme ver a mi hija y a mi esposo! ¡Esperen!

.

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.

El mayor estaba en su casa cambiándose de ropa, colocándose un traje de color negro. Preparándose para afrontar la situación en la que ahora se encontraba.

Los recuerdos de Atsushi al lado de su familia venían rápidamente a su mente. Sus días en la escuela, cuando ambos se volvieron novios, el día que le pidió matrimonio, su boda, cuando se enteraron de su embarazo, los momentos de risa y tristeza. Absolutamente todo venía de manera fugaz a su memoria. Haciendo que las lágrimas comenzaran a fluir, ¿cómo era que ahora estaba en esta situación?

.

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Atsushi entró con un enorme ramo de rosas rojas en un cuarto, donde estaban varios de sus familiares y amigos llorando y con temor comenzó a acercarse hacia aquella caja de color café que estaba en medio del lugar. Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos y su pecho comenzó a doler. No estaba preparado para esto. Entre más se acercaba, más miedo tenía. Todos sus hermanos y toda la generación milagrosa se encontraban alrededor de aquella caja, con una mirada nostálgica.

Un llanto llamó su atención, haciéndolo girar su vista hacia su izquierda, notando que en el sofá estaba su lindo omega, siendo abrazado por sus respectivos padres, mientras que a unos cuantos pasos estaban sus padres y unas enfermeras cargando a Yukari y a Momiji, para que ninguno sufriera más con las heridas que tenían en el cuerpo.

Al ver esta escena, él se asustó y con terror se acercó a aquel ataúd, notando que dentro estaba él con el mismo traje que vestía en ese momento. Su rostro mostró horror y comenzó a alejarse poco a poco del ataúd, dejando caer las flores que llevaba e intentando comprender lo que ocurría.

De pronto a su mente vino la escena del accidente, recordando como gritaba por ver a sus hijos y a Seijirou, pero seguido de eso, logró ver una ambulancia a lo lejos, donde estaba él con una máscara de oxígeno, cubierto de heridas en la cara y por todo el cuerpo, con pedazos de metal atravesados por su estómago, espalda y cuello.

-¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Despejen!

-¡Necesitamos personal! ¡De prisa! ¡Lo estamos perdiendo!

-¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Despejen!… ¡No reacciona!

-¡De prisa! ¡Lo perdemos!

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Atsushi despertó agitado, mientras un joven se acercó a él.

-Jefe, ¿qué ocurre? Está demasiado pálido. ¿No ha dormido bien?

-¿Q-qué ocurrió?

-Se quedó dormido. Debería ir a descansar por hoy.

-S-sí, tienes razón. Regresaré a la hora de cerrar…

Atsushi se fue del lugar confundido por lo que acababa de ocurrir y al llegar a su casa y abrir la puerta, lo primero que hizo fue correr a donde estaba su amado esposo, quien lo abrazó intentando tranquilizarlo con sus feromonas.

-¿Qué ocurrió? Luces agitado, ¿venías corriendo?

-Perdón, Seicchin. ¡Juro que nunca te dejaré sólo!

-¿De qué hablas?

El mayor se separó del abrazo y besó delicadamente los labios del menor.

-Voy a ver a los niños…

.

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Pasaron tres días y fue entonces que Atsushi se encontró con una joven idéntica a su amado esposo, haciéndolo recordar aquella situación.

-Bue-buenas tardes… ¿Me podría vender un pastel de chocolate?

-Tú… Te pareces demasiado a mi esposo e incluso hueles casi como él…

-¿N-no me recuerdas?

-¿Disculpa?

-Me rechazaste hace algún tiempo y yo… Me obsesioné con parecerme más a él, para poder gustarte, pero fue inútil ya que nunca me volteaste a ver.

-¿Sakurako-chan?

-Exacto, pero no te preocupes. Ya lo superé… Dejaré que mi cabello vuelva a crecer.

-¿Tú te-?

-No me sometí a cirugía, sólo fue una coincidencia que me pareciera demasiado a él… Aunque el corte de cabello y la práctica de imitación de voz funcionó… Lamento mucho todo esto. No te causaré problemas, no tienes que preocuparte. Incluso ya encontré a mi alfa destinado y ahora estamos comprometidos.

-Y-ya veo… Me alegro por ti.

Él acabó de atender y fue entonces que decidió tomar un descanso.

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Era un escenario terrible y los paramédicos corrían, intentando ayudar a los heridos.

-¡Atención! ¡El chofer está inconsciente y tiene diversas cortadas por el cuerpo! ¡Dense prisa!

-¡La niña no respira y el niño se está desangrando!

-¡El chico pelirrojo está perdiendo mucha sangre!

-¡El otro joven tiene trozos de metal atravesados en el estómago, la espalda y el cuello! ¡Rápido!

-La chica atropellada sólo tiene algunas heridas en el cráneo, marcas de la llanta del carro y algunas cortadas por el impacto contra el pavimento, pero no es tan grave para el impacto que recibió.

Nuevamente todo se tornó negro y ahora sólo se comenzaba a ver a Atsushi con una máscara de oxígeno, en una camilla, mientras se escuchaban las voces de los paramédicos gritando alterados.

-¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Despejen!

-¡Necesitamos personal! ¡De prisa! ¡Lo estamos perdiendo!

-¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Despejen!… ¡No reacciona!

-¡De prisa! ¡Lo perdemos!

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Atsushi despertó de nuevo agitado, mientras tocó su frente secando el sudor para después mirar su teléfono, donde había un mensaje.

“Atsushi date prisa, preparé tu cena favorita”

Una sonrisa se formó en el rostro del mayor, quien besó con cariño su teléfono.

-Te amo, Seicchin…

Notas finales:

Gracias por leer. Espero les gustara y me dejen saber su opinión. ;) Nos leemos después. 

 


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