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De infantiles promesas a renovados amores por sanagianko

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Notas del fanfic:

  Hola. Me presento luego de un largo tiempo, con nuevos fics… Si ya se… ¿Qué hago presentando cosas nuevas y no actualizando lo anterior?  Bueno, no se… la inspiración me llego de manera extraña cual yo.  Pss…. Entre nos creo que sufre de bipolaridad al igual que yo. En fin ya me pondré a actualizar todo, creo que solo quedaría un fic a actualizar, el que yo lo considero más complicado de hacer. En fin… espero que le den oportunidad a esta nueva historia.

 

 

Notas del capitulo:

  A por cierto… esto es Narusasu. A mi manera así que… si esperan a un Sasuke vestido de mujer cual damisela, con actitud débil, o siendo perseguido o violado y luego interprete de un drama de identidad cual Julieta lamento decirles colegas… que estos lares no serán de vuestro agrado.  :v/  


 

Siempre estaba solo… los demás niños se alejaban de mi por el aspecto de mi piel y cabellos que allí no era muy común. Y los que eran adultos, en realidad no parecían serlo. Porque según los rumores que escuchaban, pensaban que estaba maldito, y mi presencia había causado la muerte de mis padres. O al menos por un tiempo creía que estaban muertos, cuando la verdad fue que entraron en un coma indefinido.


Aunque mucho en ese entonces no me importaba… al hermano de mi padre, quien se ofreció como mi tutor legal, en ese entonces, luego del incidente automovilístico de mis padres, pronto le iban a asignar un nuevo caso y nos mudaríamos dentro de poco.


Así que en ese entonces lo único que pensaba era aguantar. Hasta irme…


Siempre andaba solo, por ello daba paseos buscando lugares con mucha sombra y un buen viento natural. Como un pequeño puente para desembarcar barcos en un lago propio de la ciudad, por su color cristalino. Me gustaba sentarme en el muelle y ver los peces andar.  Si, ese era mi lugar secreto porque de saberlo mi tío me encerraría alegando que era peligroso estar cerca del agua profunda.


Cuando estaba como siempre en camino con una pequeña caña improvisada por mi mano, detuve mis pasos. Me sorprendió lo que vi.


Una pequeña niña de cabellos azabaches arremolinados, un buzo de color azul, pantalón blanco y piel de color porcelana estaba sentada moviendo tranquilamente sus pies entre el agua en aquel puente viejo que era como mi base secreta.


No se me ocurrió mejor idea que esconderme cual acosador y verle los días siguientes. Es que era un inadaptado social a parte de tímido, ya empecé a mi corta edad. Y cuando pasaron los días, note que ella notaba mi presencia. Una vez  note el color bello y profundo de sus colores ónix fijos en mí y me estremecí.


A pesar de mi timidez y ridículo tartamudeo me decidí al día siguiente hablarle. Corrí varias horas buscando las flores más bellas y las utilice en un ramo improvisado y luego cuando llego la hora de su aparición inflando mi  pecho y me acerque poniendo las flores en frente.


_ Ho…la, me… llamo… Naruto_ pronuncie entregando las flores que entregue entrelazadas_… e..res… linda_ dije lo ultimó sin pensar_.


_  …


Tomo  el ramo entre sus manos un segundo. Luego con una mano, y con la otra me dio un golpe que me tiro al suelo, podía jurar que tenía una mano más dura que el matón, de ese entonces, en mi escuela. Instantánea fue mi decepción aunque claro mi mente me recriminaba él porque me acerque pasaría lo obvio. ¿Quien se interesaría en alguien como yo? Pero clara fue mi sorpresa al escuchar su voz.


_ Soy hombre, estúpido.


Me dijo mientras desviaba la vista y un leve carmín teñía sus mejillas, pero no tanto como mi rostro que competía con las luces navideñas y hasta intercalaba colores.


Luego de unas disculpas, salí como si me arrastrase el viento. Y al día siguiente volví a mi rutina detrás de los arboles. Al menos un rato hasta que el me llamo por mi nombre y me invito a sentarse con él.


_ ¿y porque estas solo?


_ porque soy raro, supongo.


_ je, je, je… yo también. 


Y así pasamos los días haciéndome olvidar los malos tratos de mi corta vida, reemplazándolas por sonrisas. Ambos competíamos escalando los riscos, nadábamos o nos contábamos cosas triviales de nuestras vidas. Acelerando en mí pecho una felicidad creciente, comparable al aleteo de un tumulto de mariposas. Algo hermoso no obstante inexplicable para el niño que era ese entonces.


Pero esa felicidad de mi niñez no duro mucho. Mis padres no despertaban  y los médicos del hospital terminaron concluyendo que por el gran impacto que sufrieron se encontraban en un cuadro de coma, del cual no era muy probable que despertaran. Por ello mi tío decidió tomar mi custodia legal. Y como trabajaba en otro distrito tendríamos que mudarnos, a pesar de que rogué incontables veces con un charco de lagrimas sobre mis mejillas él, no dio su brazo a torcer en su decisión, porque en ese entonces el caso de mis padres llego a tomarse como un caso a investigar. Ya que se encontró indicios de que al carro de mis padres al parecer le cortaron los frenos y varios indicios demostraron que mi padre era amenazado, pero que él no le tomo importancia, en su trabajo como fiscal, especialmente por no ser de los que se vendían, las amenazas eran pan de todos los días.


Por ello para salvaguardar mi seguridad mi abuelo y mi tío. Decidieron que era mejor llevarme lejos de allí hasta encontrar a los responsables.


Mis ojos lloraron hasta sacar la última lágrima. Y sabiendo que este sería el ultimo día que podría verle de entre mis maletas saque una pequeña caja, con un dije de un brote de flor trenzado entre hojas que parecían ramas y conservaban su vitalidad por una fina capa de ámbar que lo cubría en una fuerte pero a la vez delicada burbuja.


A la hora de nuestro encuentro le conté todo y vi agachar su cabeza en un intento por ocultar sus ojos entre sus flequillos. Pero tomando su hombro derecho lo mire y de mis bolsillos saque aquel collar, regalo de mi madre y mi más preciado tesoro, y con aire contenido le dije.


_ Con este collar hago la promesa de volverte a encontrar… y no separarte de ti jamás. Porque yo…  te amo.


El con un semblante de sorpresa luego de unos instantes solo se limito a responder.


_ Dobe. Ya te dije… que soy un hombre.


_ No me importa… cuando sea grande volveré y te hare mi esposa. ¡¡Lo juro “ttebayou¡¡


_ ¡Dobe, estúpido¡ ¡¡Que no soy mujer!! _ grita mientras corre tras mío_  ¡Si no vuelves te buscare y romperé todos tus  dientes así más te vale volver¡ _ Me grita con un leve carmín en sus mejillas.


Luego salí corriendo una promesa prometida y una sonrisa entre los labios…


……………………………………………………………………………


Habían pasado los años. Y yo como siempre me encontraba haciendo los mandados del grupo de populares del salón, en esos instantes  pensaba que si siempre me gritan para que les haga los mandados, solo a mí era, porque me tenían mínimo un tipo de afecto de amigo.


Eso era lo que creía y por ello lo hacía, principalmente por la idea de estar acompañado de uno que otro modo y no en soledad como siempre estuve en los últimos años. Muchas veces me preguntaba si era por mi físico. Anteojos gruesos y  poleron, un leve acné, gran timidez sumada a unos cuantos kilos de grasa extra de mi cuerpo. A parte de las marcas en mi mejilla las cuales aumentaban mi capacidad de espécimen aborrecible.


En esos días de secundaria como siempre cumplía con mi papel de ser el nerd gordo de los recados de los populares.


 


_ ¡Hey gordo, también que no se te olviden nuestras bebidas ¡ _ gritaba el tipo llamado Jasu quien era el capitán de futbol de la escuela, junto a los demás chicos a su lado y las chicas, algunas exageradamente maquilladas con cuerpo de modelo y ropa corta, que les hacían compañía mientras reían contando chistes sobre el rubio y presumiendo de sus hazañas en el campo de fútbol.


_ Hey, tomishiki. El otro día note que hay un chico rondando por aquí y por la plaza.


_ Mmm_ contesto el otro sacando un cigarrillo y poniéndolo en su boca_ y ¿Cómo es?


_ De cara bonita. Y piel blanca. ¿Sera de esos que…?


_ Y… no parece tanto.


_ Entonces…_ pronuncia el capitán con una sonrisa siniestra mientras fija su vista en el rubio que llegaba con la comida y las bebidas siendo regañado, y cacheteado por una al notar que no trajo bebidas dietéticas_ Hay que darle un castigo por venir a la ciudad y hacerse el genial en nuestro territorio, y bueno si llega a ser de esos lastima… por él.


El rubio mientras iba en camino hacia la máquina de bebidas noto la silueta de un chico de su estatura, de compleción atlética, vistiendo una camisa blanca y pantalones color negras al igual que unos botines negros, mirándole fijamente. Con un mirar tan penetrante que el rubio agacho su cabeza,  para ocultar sus ojos tras su flequillo por la incomodidad.


_ ¿No quieres alguna bebida?


_  Ehmm… yo… nada solo, gaseosas dietéticas.


El chico azabache se acerco a la maquina  y tecleando unos números, hizo que la maquina sin poner dinero sacase las gaseosas.


_ Listo.


_…pero…


Y antes que pudiera decir algo, el chico se alejo de manera tranquila perdiéndose a la distancia, dejando  a Naruto perplejo. Ya que nunca vio a al azabache en ninguna clase de ningún tipo.


Al llegar como siempre las chicas le regañaron por su tardanza recriminándole la espera que tuvieron que pasar por él y tomando cada una su refresco pasaron del rubio. En cambio los chicos con un actuar diferente al  comúnmente con el rubio, le dijeron:


_ Hey gordo. ¿No quieres ir con nosotros mañana a la plaza? Tú ya sabes para pasar el rato.


El rubio esbozo una sonrisa inocente  al sentirse parte del grupo, ya que en su mente no  rondaba ninguna sospecha, solo la idea de que por fin es reconocido como otro compañero con el cual compartir diversión. Sin ver la torcida sonrisa que se dibujaba en el rostro del capitán del equipo.


La idea de sus compañeros era ir a un parque y cuando llegaron el rubio con sorpresa miro en la dirección a una de las bancas más solitarias del parque en donde se encontraba el azabache de la otra vez sentado. El capitán le dio una bebida en lata a Naruto y le explico que ellos también vieron cuando se acerco a él y querían que le invite la bebida en gesto de amistad para luego ir juntos a un karaoke o algo, el rubio sin sospechar nada se acerco al azabache quien al levantar su vista mira al rubio y la bebida.  Hablaron presentando sus nombres  y el azabache le dijo que el no era de esa cuidad sino que se encontraba buscando a un conocido suyo,  el rubio tímidamente se ofreció para mostrarle los lugares y luego dijo que sus amigos podían ayudarle a buscar con él.


Ya había pasado un rato y Naruto noto algo extraño en el cuerpo del azabache, parecía un poco aturdido, con miedo presencio como este luego de unos minutos de alegar que se encontraba en buen estado cayera al suelo inconsciente, rápido se acerco al chico tratando de despertarle pero fue en vano, el chico a su lado no se movía.


En ese momento Jasu y unos cinco chicos más, amigos pertenecientes del club de futbol  se acercaron riendo. Y el capitán con una mirada de lujuria hacia el chico que se encontraba en el suelo,  le hablo al rubio:


_ Bien hecho Naruto. Si quieres puedes acompañarnos.  Para hacer la “fiesta” que queremos, lo estuve pensando… en mi casa estaría bien.


_ Es hora que le enseñemos al niño bonito del pueblo quienes mandan aquí_ hablo otro mientras soltaba una risa_.


Si bien el rubio no era muy observador en muchas cosas, fue capaz de percibir las miradas y la formas en la que tanto Jasu y sus compañeros  expresaban y un pánico afloro desde su vientre al darse cuenta las intenciones de sus compañeros y que él les ayudo en sus planes.  Entonces decidió ponerse adelante del azabache sin soltarle.


_ ¿Qué haces Naruto?  Vamos hombre, no seas aguafiestas.


_ No… estoo… está mal… voy a llevarlo a… su casa.


_ No quieras hacerte el bueno. Tú le diste la bebida, no nosotros, así que tu también eres culpable. ¿Por qué no aprovechar?


_ Que no querías ser parte de nuestro grupo Naruto?


_…_ no dijo nada, solo agacho la cabeza pero sin soltar al azabache_


Jasu perdiendo la paciencia se acerca al blondo y se agacha, en la altura de su rostro. y antes que pudiera predecirlo Naruto recibe un puñetazo directo al rostro.


_ ¡¡Puto cerdo!!  ¿Después de todo lo que hicimos por ti nos jodes así?


_ Suéltalo, maldita sea… cerdo asqueroso.


Todos los del grupo empezaron a darle golpes y arremetidas pero el rubio no se defendió, ya que trataba de tapar con su cuerpo al chico azabache, recibiendo los golpes, tantos que empezó a escupir sangre y sintió sus costillas molidas.


En cuestión de minutos se le nublo la vista y empezó a sentirse adormecido y justo cuando la bota de uno de los chicos iba a darle de lleno en su rostro, una mano lo atrapo, empujándole hacia atrás.


Todo fue muy rápido, aun estando en el suelo, escucho os golpes de cada unos de sus compañeros seguido de alaridos de dolor, veía como sin mucho esfuerzo el azabache les daba una paliza y como anticipando al golpe de Jasu, le sostuvo del brazo sin esfuerzo mientras doblaba sus manos de tal modo que de su cuerpo empezó a escucharse el sonido de algo quebrarse.


En pocos segundos, todos los chicos incluyendo el capitán se encontraban entre el suelo unos descompuestos de dolor, otros desmayados con sus rostros desfigurados y escupiendo su propia sangre mesclada con saliva.


Entonces recomponiendo su compostura, o lo poco que  tenía, levanto sus ojos mientras los golpes en sus costillas ardían tanto que lo mantenían un poco jorobado. Al mirar de frente se encontró con la escena de la derrota de todos los supuestos modelos físicos de su colegio en el suelo y una mirada estoica y un rostro desprovisto de algún signo de sentimiento en el teniéndolo en la mira.


Bajo su mirar y por sus venas corrió una mezcla de miedo y vergüenza, ya que aunque el no quiso lastimar como los otros al azabache, lo hizo al ayudar a sus compañeros.


Esperando el golpe desvió su vista, no obstante, no llego ningún golpe solo la mano del azabache que alzo su mentón para ver su rostro y se asusto más al notar una mirada fría y de color ónix profundo en ella.


Sus pensamientos se fueron ebullicionando dentro de él, al pensar que quizás el azabache tenía planeado para el algo peor que lo que les hizo a los demás.


Y mucho más cuando el chico misterioso rápido levanto su puño hacia su estomago, pero lo que le sorprendió fue que en vez de un golpe era un simple pinchazo, a su grasa abdominal a la que él llamaba panza.


_ Boing _ pronuncio al pinchar el estomago del otro_…


_ …


Tal la presión por el miedo y luego la sorpresa causaron que el joven blondo se desmayara cual saco de papas cayendo al suelo y el único sonido que se escucho en ese lugar fue la de su caída.


Abrió sus ojos encontrándose entre finas sabanas de seda, en una cama de una plaza, envuelto entre la obscuridad y el chirrido de la puerta de aquella amplia habitación le indico que no se encontraba solo. Quien se acercaba a él no era el mismo chico. Pero por lo que podía adivinar no se encontraba en un lugar cercano y su nerviosismo aumento al notar las ventanas con rejas.


De pronto la silueta se acerco a el rubio y a pesar de la obscuridad noto la silueta de una mujer, peinada de manera irregular, vestida con un camisón y pantuflas,  mirándolo con unos grandes ojos ónix cual vicho mutante.


_... ¿Dónde…?


_ En Kohona_ le corto ella con una suave voz.


_… gracias por la ayuda a usted y a su hijo, creo… pero debo volver a mi casa, Hokaido está muy lejos de aquí y mi tío capaz que ya debe estar hecho un manojo de nervios porque no aparecí y…


_ No. No puedes, aun no…


_ …


Y ella le dio un teléfono que reconoció al instante. El suyo. Al tomarlo noto que estaba en llamada y una voz conocida solo de este.


_ ¿¡Por dios Naruto por favor dime que te encuentras bien!?


Al dirigir su mirada noto que ya la mujer había desaparecido encontrándose solo en esa amplia habitación plantándole la incógnita sobre su bienestar y el propósito por el cual se encantaba allí.  Ya que era simple darse cuenta que le azabache fingió beber aquella bebida y estar invalido, tal vez ya le estaba siguiendo desde días esperando alguna oportunidad como la que paso en el parque, irónicamente el único que termino en peligro fue el mismo  y aquellas ideas transitaban por su piel causando temblores hasta en su medula, no encontraba razón del porque estaba en aquella cama.


 No encontraba idea alguna más que el silencio.


_... tío. Tengo miedo _ pronuncio_. 


 

Notas finales:

Gracias por leer <3

 


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