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Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del fanfic:

Vengo con otra historia mas, esta vez con algo mas artistico y que me gusto mucho comenzar, conocí demasiadas cosas interesantes mientras buscaba ideas para la historia(Artistas muy talentosos) que espero les llegue un poco lo que quiero plasmas con esta historia.

 

Son las 8:30 en mi zona horaria, así que todavia entro en el 22 de Noviembre, que es el día de la música y el motivo por el cual retrase la publicación de la historia.

Notas del capitulo:

Pues bien, el inicio sera algo corto y quiza deje algunas dudas, pero en los proximos capitulos se aclarara y se veran mas cosas. 

Obertura: Música instrumental que generalmente sirve de introducción a una obra de grandes proporciones. Composición musical que antecede una ópera, un ballet, o un oratorio. Las oberturas, generalmente se graban o ejecutan como obras independientes

Sin mas les dejo disfrutar.

Cierro los ojos concentrándome en mis manos sobre la madera, que vibra levemente cuando deslizo el arco sobre las cuerdas de mi violín.  La música llena la sala,  con los ojos cerrados, trato de seguir con exactitud la partitura. 


No está bien. No me gusta, no es perfecto. Bajo el arco, produciendo un sonido nada armónico. Esto es molesto, demasiado.


— ¿Elián, que ha sido eso?


—  nada, mamá. Necesito afinar más el violín— mi mamá se parece a mí físicamente, los dos somos castaños, aunque su cabello es largo y comienza a tener algunas canas, por lo que tiene que ir frecuentemente a un salón de belleza a evitar que alguien más las note.  Tenemos exactamente el mismo tono gris de ojos.  


— ¿no tienes presentación mañana?


— sí.


— Ten más cuidado con esas notas, creo que te saltaste algunas partes— suspiro, sentándome para apoyar el violín. Desde que tengo memoria, toco el violín. No sé cuándo aprendí, solo sé que hasta los catorce años, tuve maestros y clases privadas de música. Cuando cumplí quince, mi padre me regalo el violín que uso, blanco y con el diapasón y el cordal en color negro. Siempre asistí a escuelas especializadas en música, y con este mismo violín hice mis audiciones para Juilliard


— lo sé— no vivo en casa de mis padres desde que ingrese al curso  en Juilliard, pero mi departamento no es tan grande, y no tiene una sala especial para música como este lugar. Aquí casi puedo respirar la música.


— ¿te quedaras a cenar?


— no lo sé. Estoy esperando que Darlene me llame— evito su mirada fingiendo que acomodo el violín.


— no deberías tener esas distracciones antes de una presentación, Elián— Darlene es mi novia desde hace algún tiempo.


— Solo iremos a cenar, tampoco puedo estar sin comer nada— le digo, volviendo a tomar el violín. Ella se sienta en un banco, mirándome fijamente. Inhalo, reteniendo el aire y luego lleno la sala con las notas de  la primavera, de Vivaldi, algo muy clásico para mí. Mientras toco, cierro los ojos de nuevo, dejando solo que las notas me llenen.  Bajo el arco cuando termina la última nota, y suelto el aire que estaba reteniendo, como si fuera el mismo con el que inicie.


— estuvo bien— la voz de mamá me hace  abrir los ojos de nuevo, me olvide de que estaba aquí, eso pasa cuando toco, me gusta mucho la música, la sensación de la música a mi alrededor, saber que son mis manos las que la producen, me encanta la música—  pero creo que podrías hacerlo mejor.


—… claro— sin embargo nunca es suficiente. La música simplemente no termina como yo quiero. Siempre hay algo que sale mal, algo que hace que la interpretación no sea perfecta.  


— tocas muy bien, pero deberías tener cuidado, no queremos que alguien más tenga tu puesto ¿no?


— claro que no… ah, es Darlene— salvado por la campana. Leo el texto en la pantalla de mi teléfono— me voy, pasare por ella para ir a cenar— respondo, guardando mis cosas.


— No te distraigas demasiado— me dice, dándome un beso en la mejilla cuando me acerco para despedirme de ella.


— saluda  papá de mi parte.


— Te veremos mañana en la presentación— me despido con la mano antes de salir. Bajo corriendo los escalones de la casa hacia mi auto. Me tomara un rato llegar a casa de Darlene, así que pongo el reproductor de música y me encamino hacia las calles.


Casi una hora después llego a los departamentos donde vive Darlene. Reconozco su figura cuando doy vuelta, de pie en la entrada, con una falda negra, que deja al descubierto unas largas piernas luciendo unas medias oscuras, y una blusa blanca. Su cabello castaño suelto cae hacia media espalda.  Me detengo a su lado.


— hola— ella cierra la puerta, más seria de lo normal— ¿pasa algo?


—… fue un largo día.


— ¿A dónde quieres ir? Podemos solo pasear por algún lugar tranquilo— ella me mira, sonriendo ahora. Me gusta como sus ojos oscuros se entrecierran cuando sonríe.


— Vayamos a cenar, me muero de hambre— Darlene no es de esas chicas que cuidan lo que comen, aunque por las mañanas sale a correr antes de iniciar con sus actividades. Me inclino a besarle, sujetándole de la mejilla. A veces me gusta conducir tomándole una mano, hoy sus manos están sujetas a su falda.


— ¿tienes frio?


— Estoy bien— vuelvo a ponerme en marcha. Darlene y yo no asistimos al mismo curso, ni siquiera a la misma escuela. Ella también está interesada en la música, sin embargo no calificó para entrar al curso de Juilliard, asiste a otra escuela de música.


— ¿vendrás mañana?


—… Elián… ¿no tienes un abrigo? Cambie de opinión.    


— Atrás— ella se gira hacia los asientos traseros y unos momentos más de endereza con uno de mis suéteres sin decir nada más. Ah, qué extraño, nosotros siempre estamos hablando de algo, no recuerdo haber hecho  un viaje con ella en silencio.  Nos conocemos desde la escuela media, aunque no coincidimos en el mismo salón, comenzamos a salir en el verano antes de que ingresáramos a la escuela superior.  ¿Qué fue lo que paso entonces? debió ser algo de importancia si la tiene así.


Entro al estacionamiento  del restaurant, y rodeo el auto para abrirle la puerta. Entramos tomados de la mano, pero Darlene sigue distraída.  Pedimos lo mismo de siempre, comiendo en silencio también.  Me pregunto ¿si pasa algo ella me lo diría? Creo que nos tenemos suficiente confianza como para contarnos nuestros problemas. O eso pensaba. Esto ya está siendo un poco incómodo.


—  Elián, ¿podemos dar una vuelta?—volteo a verla. Su plato está vacío.   


— Claro— me apresuro a terminar y luego salimos. Sus brazos están cruzados sobre su pecho. La calle está llena, como siempre, y es difícil encontrar un lugar cómodo para hablar. Cuando llegamos a una calle más amplia, me decido— Darlene, ¿quieres decirme que paso? has estado extraña.


— ¿sí? yo no…— le dirijo una mirada severa, no tiene caso que me mienta. Ella suspira— bien, no sé cómo decir esto…— oh, no. esto suena tan cliché, siento que de pronto he entrado a una novela o una película de amor— debemos terminar— casi me dan ganas de reír.


— ¿Por qué?


— Elián, eres un chico increíble, y  me gustas mucho. Y no, no hay ningún problema— me dice cuando abro la boca para preguntar eso. Ahora, una sensación fría me invade hasta los huesos. Y comienza a doler. No como si se hubiera quebrado algo, sino como si fueran cortando lentamente pedazos de mí.


— ¿entonces? ¿Hay alguien más?


— No— ¿entonces? no hay problema entre nosotros, no hay nadie más. ¿Qué está pasando entonces?— Elián…— su mano me toca el brazo, y me doy cuenta que estoy respirando con dificultad, como su hubiera corrido mucho. Debo calmarme.


— ¿Por qué debemos terminar?— ella me dirige una mirada apenada antes de mirar al suelo.


— me gusta la música, tú lo sabes. Tengo varias audiciones por delante, y… debo centrarme en eso. No puedo atarte a mi cuando eres tan atento.


— eso no tiene sentido— ¿de qué me está hablando? No entiendo— yo también amo la música, también ensayo y hago presentaciones… 


— no es igual. Tú nunca tendrás que esforzarte tanto para conseguir algo, con tener un reconocimiento de Juilliard te basta y sobra para que te acepten en casi cualquier lado.


— Darly, no hagas esto ahora…   


—  ya lo he decido. Me gustas mucho, pero debo pensar en mi futuro…— me mira de nuevo, con expresión apenada.


— ¿entonces no soy más que un obstáculo en tu carrera?


— No lo veas así— me extiende mi suéter de regreso— hasta pronto, Elián— me quedo de pie observando cómo se va. Ella… ella me termino. Me siento mareado. ¿No se suponía que todo estaba bien?  La chica de la que me enamore me deja… al menos no me pidió que seamos amigos.  


Regreso a mi departamento, un lugar lo suficientemente grande para dos personas, en el segundo piso de un edificio moderno y cerca de la escuela.  Entro, dejando el suéter a un lado y me dirijo al  espacio que tengo destinado para tocar. Me pongo a tocar.


¿Desde cuándo Darlene piensa así?  ¿Ha sido una decisión de último momento o lleva tiempo dándole vueltas? No note nada diferente en ella. Me siento traicionado. ¿Me deja por eso?  La entiendo, por dios que entiendo lo que me quiso decir, pero ¿no se tomó la molestia de buscar alguna solución?   No entiendo eso.


El violín emite un sonido estridente, y una de las cuerdas se revienta. Demonios, solo eso me faltaba. Mis manos están temblando.  De algún modo logro cambiar la cuerda, y sigo tocando. Tengo que tocar perfecto mañana, eso al menos tiene que salirme bien.  No me doy cuenta de que amanece hasta que suena mi teléfono. ¿Estuve tocando toda la noche?  No importa, no es suficiente.  Ignoro mi teléfono. Aun no me sale, no logro la nota. Me detengo solo para leer la partitura, para relajar las manos cuando me siento muy cansado. No puedo quitarme de la cabeza a Darlene. Pienso en todo lo que pasamos, momentos lindos, paseos por la calle, fiestas de cumpleaños y de felicitaciones, momentos más íntimos todavía.  Otro sonido estridente. ¿Se ha desafinado otra vez? 


 — ¿Elián?


— ¿Qué?— grito, malhumorado. La canción no me sale, algo no normal en mí.


— ¿No ibas a tener un solo en la presentación?— ¿Qué? miro la hora. ¿¡Faltan solo dos horas?! Y yo sigo sin arreglarme— ¿Elián?


— ahora no— dejo el violín y me dirijo al baño, ignorando la voz de mi  amigo Joshua. ¿Qué paso?  No tengo idea de cómo pase el tiempo ahí.  Debo arreglarme rápido.


Llego justo a tiempo para los acomodos y los acordes finales.  Siempre antes de salir a escena hay un pequeño alboroto con las posiciones, el mover instrumentos y esas cosas, organizar una orquesta no es nada fácil  a pesar de que la mayoría ya sabe que es lo tiene que hacer.  Saludo forzadamente a mis compañeros antes de ir directamente a mi lugar y comenzar a revisar que mi violín no se haya desafinado con las últimas notas que toque.  Hace mucho calor hoy ¿Qué no ayer estaba haciendo frio?  


— Iniciamos en cinco— la voz de Naomi Sung, la directora del proyecto de la orquesta nos pone alerta a todos. Los pocos que faltan para tomar la posición van a sus lugares.  No me siento muy bien, mientras  intento leer el titulo con el que iniciaremos, respiro profundamente.


— ¿Te sientes bien?— Volteo a mi derecha, a la chica de piel morena  y un grueso cabello oscuro, Ishani, que ya está con el violín en posición.  


— Si…— las notas sobre el papel bailan ante mis ojos— un poco cansado.


— ¡Iniciamos en tres!— me acerco mas para leer, y finalmente entiendo las letras. Iniciamos con las bodas de fígaro. Afirmo con la cabeza un par de veces para mí mismo. Conozco de memoria la canción— dos… se hace silencio. No es mi solo,  mi solo será cuando lleguemos a Vivaldi. Un dedo de Naomi se alza y el telón que nos impedía ver el lugar se abre. Esta lleno, no completamente, pero veo demasiada gente.  No me pone nervioso estar delante de  tantas personas, lo he hecho antes.    


Las primeras notas acallan los susurros de las personas, y la alegre melodía llena el teatro. Una tras otra, las canciones van pasando, y yo siento que comienzo a marearme más. No, esto no puede estar pasando justamente hoy. Las notas de la última canción terminan, e inmediatamente comienza mi canción. Se me saltan las primeras notas, ¡he olvidado que tenía que hacer!


— ¿Elián?—  susurra Ishani. Niego con la cabeza, no necesito que me distraiga. Comienzo a tocar, el sonido se acalla y por unos segundos solo se escucha mi violín. Siento que la música gira alrededor de mí, la sala se pone borrosa y luego se pone oscura. Alguien grita mi nombre al tiempo que siento un dolor punzante atravesando mi cabeza. La música se detiene, ya no escucho nada, no siento nada.


Me despiertan las voces a mí alrededor. Abro los ojos.  Estoy en una cama, no conozco el lugar. Me siento, mirando alrededor. Mis ojos de topan con los de Ishani.


— ¿Qué paso? ¿Y el concierto?— ella sonríe, una sonrisa no alegre, apenas si curva sus labios.


— termino.


— ¿término? Oh, no…— me inclino hacia delante, sujetándome la cabeza entre las manos. ¿Cómo puede estar pasando esto? los ojos me escosen por las lagrimas. No estoy triste, son lágrimas de frustración. ¡Desmayarme en medio de la presentación! Solo eso me faltaba.


— no te preocupes…  nadie está molesto ni…


— Lo arruine todo— murmuro.


— Tus padres están afuera, estamos en la enfermería de la escuela— nunca he estado aquí, por eso no sé donde estoy— Naomi también quiere verte— no me muevo. Me duele el cuello, me siento tan cansado… esto es el peor escenario que he tenido jamás.  La puerta se abre.


— Elián, ¿Qué fue lo que paso?— me tenso al escuchar la voz de mi padre. Me siento como si tuviera cinco años en lugar de veinticuatro. No respondo. Alguien me abraza, y sé que es mi mamá cuando huelo su perfume.


— ¿estás bien? ¿Qué paso?


— no lo sé.


— Elián…


— ¡No se qué paso!— les miro, molesto— no quiero hablar de esto— no quiero hablar de nada. ¿Qué paso? Ni yo lo sé.  Esto es demasiado para mí, no puedo con esto. Mi padre está esperando una explicación que no puedo darle, algo que justifique mi estúpido error. ¿Es un error desmayarse? Me levanto antes de escuchar lo que me dirá.


— ¡Elián!— el estuche de mi violín esta a un lado, lo tomo cuando salgo casi corriendo. Camino más despacio cuando veo que  no me siguen. Esto de seguro me costara varios reclamos. Mis padres siempre han sido así, siempre esperando más y más. Sé que algo como esto es una vergüenza. Me dirijo a la oficina de Naomi.  Ella es muy genial, tiene poco encargándose de la orquesta, pero tiene una trayectoria muy notable.      


— ¿Querías verme?— entro sin tocar, la encuentro sentada, con unos lentes  para leer y varias hojas delante de ella. Ella me mira. Debo tener un aspecto… nada propio de mí. Estoy desfajado, olvide el saco del traje en algún lugar, y mi cabello debe estar cayendo desordenado por todos lados.


—  sí. Sobre la orquesta…


— me disculpare con los demás, eso no debió pasar y fue…— alza su mano  para pedirme silencio.


— no es necesario.


— pero…


— Elián, me gustaría que  te tomaras un descanso— la miro, sin entender ¿a qué se refiere? Sigo de pie, en medio de la oficina, rodeado de libros e instrumentos musicales.


— ¿Qué? ¿Un descanso? No, no lo necesito, solo… fue un descuido— ella suspira— si fue por el desmayo, no volverá a pasar.


— no fue por eso. Elián, eres un gran músico, si no lo fueras no estarías aquí. Pero estas exigiéndote demasiado. Toma un descanso— repite, y yo solo puedo mirarla con incredulidad.


— no, yo quiero seguir tocando, y  aun hay conciertos y…


— Ishani tomara tu lugar como solista—  eso es un golpe duro, me siento traicionado aunque sé que no es culpa de Ishani.


— no, no puedes hacerme esto. ¿Qué tengo que hacer para que no…?— me llevo la mano a la frente, me siento mareado otra vez, me falta el aire.


—  descansa Elián.  


— ¿En qué estoy mal?— jadeo.


— en nada. Tu presentación es impecable, si tuviera alma seria perfecta— ¿alma? ¿Qué?


— ¿alma? Naomi, no puedes…


— tú lugar estará ahí cuando estés listo para regresar.


— ¿alma? ¿De qué estás hablando? ¿Cómo encuentro eso?


— Usa tu descanso para averiguarlo— descanso… de nuevo esa palabra. Es una forma más sutil para decirme que me esta echando. La miro, dolido al ver que no tiene caso seguir hablando. Me doy la vuelta y salgo.  Rápido, casi corriendo.


He arruinado esto en grande. Mis padres estarán decepcionados, ya no salgo con Darlene, perdí mi lugar en la orquesta y mi amiga me va a reemplazar.  Debería morir ahora mismo.  Camino sin rumbo por la calle, ya es de noche y las luces me lastiman los ojos.


Mi vida está completamente arruinada. Cuando siento que no puedo más, me siento en un banco. Tengo ganas de vomitar, de ponerme a gritar como loco y patear lo primero que tenga enfrente. Miro a mi alrededor, reconozco el central park. 


— esto es un asco… mi vida esta arruinada— gimo, inclinándome sobre mis rodillas. El violín a un lado mío. Me quedo ahí un rato. No puedo ni llorar, en serio que soy patético. ¿Qué se supone que hare ahora? tocar el violín es mi vida, y si no lo hago bien, no tengo nada. Ahora ni siquiera tengo eso, estoy fuera hasta… ¿hasta cuándo? No sé. Sé que esto es malo, normalmente cuando eso pasa el lugar ya está ocupado cuando quieres regresar.  Miro el estuche a mi lado. Luego, solo me levanto. No quiero saber nada de esto. No puedo seguir con esto. Yo debería dejar la música.


 Suspiro, y comienzo a caminar. ¿Qué debería hacer ahora? realmente no sé hacer nada mas, no sobresalgo en otra cosa. Quizá fue un error dejar el violín. Me giro, regresando rápido sobre mis pasos. Pero que estúpido soy ¿Qué demonios estoy haciendo?


… no está. Mi violín ya no está. Ay, no…


Ahora si siento que se me llenan los ojos de lagrimas. Soy un completo idiota. Estoy a punto de derrumbarme, de dejarme caer de rodillas y ponerme a llorar.


— oooh. ¿Perdiste algo?—  la voz, cantarina y masculina, suena a mis espaldas. Me giro, topándome con un rostro blanco, inmóvil. Me toma varios segundos darme cuenta de que estoy viendo una máscara, blanca, con detalles dorados y azules alrededor de los ojos, bajando en diseños hermosos por las mejillas. La boca congelada en una sonrisa— ¿quizá algo como esto?— levanta una mano, y veo el estuche de mi violín. Miro al desconocido, la máscara sonriéndome, los ojos entrecerrados en una mueca alegre.


Solo puedo tomar mi violín y alejarme.   

Notas finales:

Como dije, esto es solo un prologo, por lo que les pido un poco de paciencia para el siguiente capitulo.

Y para los que no conocen las canciones por sus nombres (como me paso a mi) les dejo los enlaces:

Primavera(Vivaldi) Aqui

Las bodas de figaro (Mozart) Aca 

¡Hasta la proxima!


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