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Un matrimonio lleno de mentiras. por Cristal SN NS

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Notas del fanfic:

Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, yo solo tomé prestado sus personajes.

Abrió con pesadez sus ojos al sentir los molestos sonidos del despertador, con pereza estiro su mano apagando el molesto aparato. Un nuevo día había llegado, sus ojos azules vieron con algo de molestia al hombre con el cual compartía cada día de su vida. Lo odiaba eso era imposible de negar odiaba compartir su cama con él, odiaba tener que abrirle las piernas aceptar sus besos candentes, sus caricias apasionadas sus imposiciones.

Pero nada podía hacer estaba atado a ese orgullo hombre, sin posibilidad de escapar de sus manos, una pequeña sonrisa se poso en sus labios.

Sin hacer el menor ruido se levanto con dirección al baño, ese día pensaba salir. Así que tomaría una ducha rápida antes de bajar a desayunar con su "amado" esposo.

Buscó algo ligero, unos jeans azul claro unas botas deportivas y una camisa sin mangas color naranja, antes de salir del cuarto vio como su esposo comenzaba a levantarse. Salió de la habitación sin siquiera saludarlo, bajo las escaleras adentrándose en la cocina siendo guiado por el aroma del café recién hecho.

—Buenos días Naruto-san— saludo con una sonrisa amable una mujer de mediana edad, ella era la encargada de limpiar la casa.

—Buenos días Yoko...— le devolvió el saludo con una sonrisa.

—El desayuno ya está listo— habló la mujer mientras le servía una taza de café al rubio.

—Gracias— le dio un sorbo mientras dirigía sus pasos al comedor sentándose, tenía que esperar a que Sasuke bajara para desayunar como una "pareja feliz." La mujer coloco sobre la mesa la comida y justo donde se sentaba Sasuke dejó el periódico.

Poco fue lo que espero cuando vio al azabache acercarse con una sonrisa de medio lado. Vestía un traje negro y una camisa blanca con los dos primeros botones abiertos.

—Buenos días— saludo sentándose.

—Buenos días...— le respondió el rubio con seriedad.

Le era difícil mantener una conversación con Sasuke simplemente por que no lo soportaba, cinco años de infeliz matrimonio. Aunque a todo se había acostumbrado, esas lujosas reuniones que Sasuke lo llevaba para presumirlo como un trofeo, tener que fingir que lo amaba. Ante el mundo que eran un matrimonio perfecto cuando no era cierto. Dentro de su "hogar" se podía sentir la tensión entre ambos.

—Pienso visitar a mi hermano hace mucho que no lo veo...— hablo con tranquilidad cuando termino de comer, no espero una respuesta simplemente se marcho sin decir nada más.

El mayor vio como su rubio tormento se marchaba, le dio un sorbo a su café y sin más agarro el periódico comenzado a leerlo.

Al cerrar la puerta un suspiro escapó de sus labios con rapidez se acercó a su carro, un Ferrari negro, un vehículo que a su parecer era demasiado lujoso para el pero no se pudo negar a recibir el amable regalo de su esposo en su aniversario frente a miles de invitados.

Hora y media más tarde y llegaba a su destino. Una pequeña casa alejada de la ciudad estaciono el carro y antes de tocar la puerta respiro profundo pues no sólo vería a su hermano, sin poderlo evitar sintió su corazón acelerarse. Trato de calmarse un poco y toco.

Unos minutos más tarde un hombre de cabellos rojos fuego y unos profundos ojos verde aguamarina, le abría la puerta.

—Naruto— saludo con una media sonrisa.

—Hola Gaara— por primera vez después de muchos meses sonreía con verdadera felicidad. El pelirrojo se aparto para que el rubio ingresara —¿Deidara?— pregunto Naruto dirigiendo sus pasos al cuarto de su hermano.

—Está descansando hace poco tuvo una recaída pero ya está estable de nuevo...—

El ojiazul miro a su hermano unos segundos antes de cerrar la puerta del cuarto.

—Te extrañe mucho...— abrazo al rubio por la espalda aspirando el aroma de sus cabellos.

—Yo también...— se dio la vuelta y casi de inmediato su boca fue asaltada por los labios ansiosos de su amante, sus manos se enredaron en el cabello rojo correspondiendo el beso con pasión desmedida.

Sí, Naruto de Uchiha tenía una relación a espaldas de su esposo, una relación que le enloquecía. Amaba a Gaara, y era la persona con la que pensaba se casaría antes de que apareciera Sasuke. Maldecía el día en que sus padres le impusieron a ese engreído hombre como pareja de por vida.

Sin dejar de acariciarse ambos se dirigieron al cuarto de Gaara, con algo de esfuerzo el rubio logró cerrar la puerta.

—Estas muy ansioso— mordió su labio al sentir el duro miembro de su amante chocar contra el suyo.

Con fuerza Gaara empujó el cuerpo del rubio sobre la mullida cama, para segundos después subirse encima, besando sus labios.

La ropa comenzó a estorbar y las palabras dejaron de ser necesarias. En aquella caliente habitación sólo se escuchaban gemidos llenos de placer.

-

En la habitación del al lado un joven de largos cabellos rubios y apariencia cansada comenzaba a moverse algo inquieto. Abrió con lentitud sus ojos los ruidos en la habitación contigua le impidieron seguir descansando, supuso su hermano menor vino a visitarlo, su cabeza comenzó a doler con intensidad. Con algo de esfuerzo logró levantarse acomodo un poco sus rubios cabellos y salió del cuarto en busca de alguna pastilla que pudiera aliviar su dolor. Al pasar por la habitación de su "enfermero" personal los gemidos se hicieron mucho más claro, una mirada llena de desaprobación se instalo en su rostro, continuo su camino hasta llegar a la cocina sacó un poco de agua de la nevera y de uno de los cajones agarro un par de pastillas.

Sin más se encaminó a la pequeña sala sentándose en uno de los muebles, agradecía que los ruidos no llegarán hasta donde estaba, miró el reloj de madera que colgaba en la pared. Ya casi era medio día.

La casa no era muy grande: dos habitaciones cada una con baño privado, la cocina, la sala y el cuarto de lavado. Le gustaba ese lugar por que lo mantenía alejado del ruido de la ciudad y podía pasar sus días en total tranquilidad.

Sin darse cuenta se perdió en sus propios pensamientos, el dolor comenzó a disminuir con el paso de los minutos cerró sus ojos recostando su cabeza en el espaldar del mueble no de dio cuenta cuanto tiempo trascurrió.

—¡Deidara...!— abrió sus ojos al escuchar la voz de su hermano.

—Hola Naru— se levantó para abrazarlo con fuerza —A pasado mucho tiempo— ambos rubios sonrieron con felicidad sentándose en el mueble.

—Iré a preparar algo rápido para el almuerzo— hablo Gaara pasando directo a la cocina.

—¿Cómo has estado?— pregunto el mayor con tranquilidad.

—Bien pero las interminables reuniones de Sasuke me impedían venir a visitarte...— suspiro con desgana —Me da la impresión de que lo hacia a propósito para que no viniera—
—Naruto estas jugando con fuego y puedes terminar quemado— agarro la mano del menor —Lo que haces no está bien y lo sabes— el menor desvío su mirada.

…l estaba consiente que lo que hacía no era correcto. Si Sasuke llegaba a enterarse sería capaz de matar a Gaara y a él mismo, además por mucho que odiara a su esposo debía admitir que no era una mala persona y que cuando estaba a su lado se olvidaba que el resto del mundo existía. Aún así no podía ni quería pensar dejar a Gaara.

—¿Es cierto que tuviste una recaída?— preguntó tratando de cambiar el tema.

—No fue nada sabes que es normal— le resto importancia no quería darle otro problema más a su hermano.

Ambos se sumieron en una conversación amena contándose algunas anécdotas de los meses en los que no se pudieron ver, mientras entre risas olvidaban por un rato sus problemas.

—La comida ya está lista— anunció el pelirrojo.

Ambos rubios se adentraron en la cocina y se sentaron alrededor de la mesa, Gaara se sentó junto a Naruto.

—Huele muy rico— comentó Naruto.

El pelirrojo preparo el platillo favorito de su hermoso rubio ramen y jugo de naranja, el almuerzo transcurrió en total silencio, claro que Gaara no perdía la oportunidad de tomar la mano de Naruto bajo la mesa para entrelazarla mientras compartían sonrisas cómplices. El mayor fingía no notar nada. Más se sentía incómodo en aquella situación no estaba de acuerdo en lo que su hermano estaba haciendo aún así prefería no meterse.

—Todo estuvo muy rico gracias— lo tres salieron de la cocina para sentarse en la sala y conversar tranquilamente, mientras las horas pasaban con rapidez, miro la hora viendo que ya era tarde —Ya es hora de regresar— un suspiro escapó de sus labios.

—Quédate un rato más— pidió Gaara, apretando la mano de Naruto.

—Sabes que no puedo— lo miro fijamente levantándose —Deidara vendré a visitarte lo más pronto que pueda— lo abrazo con fuerza —Cuídate mucho...— se despidió siendo seguido por el pelirrojo que decidió acompañarlo hasta el carro.

Antes de subirse los brazos de su amante lo envolvieron en un cálido abrazo.

—Te estaré esperando— sus ojos verdes vieron los azules y ambos compartieron un largo y profundo beso.

Sin palabras el rubio se subió al carro era hora de regresar a su realidad.

~

Le dio un sorbo a su bebida, sus ojos negros no enfocaban nada en especial, por unos segundos sus ojos se posaron en la alianza de oro que portaba su dedo.

"—Sasuke...— sonrió con algo de esfuerzo —Prométeme que te casaras por amor— lo miro fijamente, sintió como su pequeño hijo apretaba su mano aguantando las ganas de llorar —Prometemelo...—

—Lo prometo madre...— se recostó sobre el cálido pecho de la mujer, no pudiendo aguantar más las lágrimas al escuchar el ruido ensordecedor de aquel aparato."

El ruido de la puerta de la entrada abriéndose le trajo a la realidad, vio a su esposo ingresar y con rapidez dirigirse a la habitación sin siquiera saludarlo, sin más lo siguió.

—¿Naruto pasó algo?— se recargo en el marcó de la puerta.

—Nada solo estoy cansado— no se atrevió a mirarlo se sentía incomodo.

El mayor lo miró fijamente, la actitud del menor le hacía sospechar que algo andaba mal, era lo mismo de siempre cada vez que visitaba a Deidara su esposo actuaba extraño.

Con paso seguro se acerco a su rubio acorralándolo contra la pared, buscando sus labios pero antes de tan siquiera poder tocarlos el ojiazul se aparto.

—Estoy cansado Sasuke— le dio la espalda y con rapidez se encerró en el baño.

No podía dejar que Sasuke lo besara o tan siquiera lo tocará, no cuando horas atrás estuvo entre los brazos de Gaara. Se quito la ropa abrió la llave y dejó que las frías gotas de agua se deslizaran por su morena piel.

El mayor se recostó en la cama, por eso era que siempre buscaba pretexto para impedir que su esposo visitará a Deidara, buscaba evitar aquella incomoda situación. Cerró unos minutos sus ojos.

El quería a su esposo aunque jamás se lo dijera, no era de expresar sus sentimientos con palabras. Aún así trataba de hacerlo con sus acciones, sabía que el rubio no lo amaba incluso podía sentir su desprecio.

~

Los días comenzaron a pasar y el rubio seguía igual ni siquiera permitía que Sasuke lo abrazara en las noches y por alguna extraña razón extrañaba esos brazos, extrañaba su calor. Su esposo respetaba su espacio. ¿Pero cuanto tiempo más lo soportaría.?

Permanecía recostado en la cama mirando el techo, hoy Sasuke tenía una reunión y llegaría tarde, un suspiro escapó de sus labios cuanto tiempo podría soportar esa situación. Dentro de poco sería su cumpleaños número veinte y ya imaginaba la lujosa fiesta y el costoso regalo que Sasuke le regalaría. La imagen de su amante llegó a su mente le extrañaba, no lo podía evitar compartió muchos buenos momentos a su lado antes de ser arrastrado aún matrimonio sin amor. Es por eso que continuo aquella relación a espaldas de su esposo.

La puerta del cuarto se abrió con algo de fuerza logrando que se sentara en la cama por el susto, vio a Sasuke aflojarse un poco la corbata antes de prácticamente abalanzarse sobre él.

Besando sus labios con pasión contenida mordiendo sus labios, en una muda invitación a que los abriera, la presión que ejercía sobre su boca le hizo imposible negarle el acceso, aquella calida lengua se enredaba con la suya, mientras las pálidas manos soltaban los botones de la camisa.

Sus pulmones ardían por la falta de oxígeno respirar por la nariz no le era suficiente no cuando su boca era besada con tanta pasión. Sus manos se enredaron al rededor del cuello de su esposo, su cuerpo estaba reaccionando a las caricias que tan fervientemente Sasuke le regalaba.

Sin poderlo evitar ladeó un poco su rostro respirando con dificultad, sus mejillas estaban encendidas. Un gemido escapo de su boca al sentir los labios de Sasuke succionar con fuerza su acanelado cuello. Con algo de esfuerzo logro darle la vuelta a la situación quedando el rubio encima.

Miró sólo unos segundos los ojos negros sus manos estaban posadas sobre el pecho pálido. Podía sentir el pene de Sasuke chocar contra sus nalgas y sin pensarlo mucho comenzó a moverse, el pinchazo de placer que le recorrió su cuerpo le hizo cerrar sus ojos dejándose envolver por esas sanciones tan placenteras.

Está vez fue el mismo Naruto el que inició el beso recostándose por completo sobre el cuerpo del mayor. Las manos de Sasuke se posaron sobre las nalgas de su rubio comenzando a estrujarlas por encima del pantalón.

La ropa empezó a fastidiarles querían más contacto entre sus pieles, en un movimiento ágil el azabache invirtió las posiciones se levantó por completo, y sus ojos negros recorrieron el cuerpo de su esposo: esos ojos azules cegados por el deseo, sus mejillas ligeramente sonrojada, sus tentadores labios un poco hinchados por los recientes besos, la camisa abierta dejando al descubierto ese pecho color canela que le invitaba aprobarlo lamerlo toda una tentación a su vista.

Amaba a ese terco rubio y quería creer que sólo él podía observarlo en ese estado, ser el único que ocupaba los pensamientos y el corazón de ese bello chico. Con sensualidad comenzó a quitarse la ropa dejando sólo la corbata un poco desajustada.

Los ojos del rubio no perdía ni un solo movimiento de su esposo, debía aceptar que ese hombre era el pecado mismo, es pecho marcado su piel blanca, inconscientemente lamió sus labios de repente los sintió en extremo secos sus piernas se abrieron.

Una sonrisa de medio lado se poso en los labios de Sasuke, era consciente de que físicamente era atractivo a los ojos de su rubio sin más despojo al ojiazul del pantalón y su bóxer.

Las palabras sobraban cuando tenían intimidad, sus cuerpos se complementaban a la perfección. Sin que el mayor se lo esperara Naruto se coloco en cuatro sobre la cama y en un movimiento certero atrapó con sus labios el pene de Sasuke, lamiéndolo como si de una chupeta se tratara.

Los dedos pálidos de su mano derecha se enredaron en los rubios cabellos marcando su propio ritmo, una fina capa de sudor cubrió sus cuerpos. Con su mano libre comenzó a preparar la entrada que dentro de poco sería invadida sus tres dedos entraban y salían causando que la espalda del rubio se arqueara cuando su punto sensible era tocado.

Sus cabellos fueron jalados y por una fracción de segundos sus ojos azules chocaron con los negros, sabía lo que venía y realmente lo estaba esperando se levantó por completo de la cama quedando de pie junto a su esposo. Empujó ligeramente a Sasuke dejándolo sentado sobre la cama, para segundos después y con la ayuda de su esposo sentarse sobre sus piernas y autopenetrarse, mordió con fuerza su labios la mezcla entre dolor y placer le encantaba.

Los movimientos empezaron rápidos y precisos. Las manos del ojinegro se aferraban con fuerza en la caderas de su rubio dándole impulso sus bocas se unieron en un beso el cual ambos querían dominar.

Sin salirse de aquel cálido interior el mayor recostó el cuerpo de Naruto sobre la cama tomando el control de la situación por completo, alzó las morenas piernas dejándolas descansar sobre sus hombros, recargando un poco su cuerpo sobre el del menor, embistiendo con fuerza sin dejar de mirar esos ojos azules.

–Sasuke...— ladeó su cabeza un poco incapaz de sostener el contacto visual, mordió con fuerza su labio para evitar gritar ante las oleadas de placer que recorrían con violencia su cuerpo, el final estaba cerca podía sentirlo.

—Te amo...— murmuró sin poderlo evitar.

Los ojos azules se abrieron al máximo al escuchar aquellas dos palabras que jamás creyó escucharía de su esposo.

—Te amo— repitió esta vez viendo directamente los ojos del rubio.

—¡¡¡Sasuke...!!!— grito al sentir como el orgasmo llegaba tan fuerte que por unos segundos sintió que tocaba el cielo.

Pocos segundos después sintió algo caliente inundar su interior y el peso de su esposo sobre su cuerpo. Sentía su corazón latir tan violentamente como potro desbocado, su respiración comenzó a regularse y en su mente aquellas dos palabras se repitieron una y otra vez como un maldito disco rayado.

Lo amaba ese engreído, prepotente y orgulloso Uchiha le amaba, con sutileza sintió la mano de su esposo tomar su barbilla volteando su rostro. Pocos segundos después sintió unos cálidos labios posarse sobre los suyos compartiendo un beso el cual correspondió casi sin darse cuenta.
Notas finales: Hasta la próxima actualización.

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