Pasaron varias semanas desde su charla con el pequeño enfermero. No podía evitar sonreír al recordar la respuesta que al fin había podido conseguir por parte de este. Ahora se encontraba allí, esperando por el chico en la puerta de su departamento, ya que cómo habían quedado, ese día saldrían juntos. Sentía que cada vez estaba más cerca de obtener lo que quería y esperaba que cuando lo consiguiese, aquel sentimiento molesto que lo embargaba cada vez que veía, escuchaba o simplemente pensaba en el chico, se desvaneciese de una vez por todas.
Semanas antes:
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-Déjame ayudarte- observó la torre de documentos que el pequeño moreno llevaba en sus manos
-N-No es necesario- respondió titubeante debido a la cercanía del doctor
-No me rehúyas de esta forma- sonrió y tomó más de la mitad de los papeles- podrías tropezar y hacerte daño si los llevas tu solo
Se sonrojó al observar al alto pelinegro observarlo tan fijamente, sentía su corazón acelerarse cada vez que lo veía de lejos o escuchaba su nombre ser dicho por alguna otra persona y por lo que ya había vivido, sabía que eso no era buena señal, no debía permitir que su corazón volviese a ilusionarse, debía recordar muy bien que él ya estaba roto.
-Gracias pero insisto en que puedo hacerlo solo, Torao- miraba hacia el piso, puesto que los ojos tan profundos del doctor lo intimidaban demasiado- dámelos, por favor
-No quiero- se enterneció al ver al chico tan nervioso por su causa, eso le gustaba- y si no te apresuras, llegaré a la sala de enfermería antes que tú
-¿Q-Que?- al levantar la mirada sintió como los labios de Law depositaba un suave beso en su frente para luego sonreir divertido y alejarse de él.
-Apresúrate
Escuchó que le decía Trafalgar mientras caminaba dejándolo atrás. Enrojeció hasta las orejas por la acción del doctor, la vergüenza lo invadió y quedó hecho bolita en el lugar durante un largo rato.
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Se encontraba esperando durante varios minutos en la puerta de su departamento. Debía aprovechar que era vecino del pequeño enfermero y así comenzar a seducirlo. Era la primera vez que tenía que esforzarse para obtener la atención de alguien y lejos de sentirse irritado, se sentía más intrigado que otra cosa. Le gustaba descubrir todos las posibles expresiones que el menor era capaz de hacer cuando se avergonzaba frente a él.
Escuchó el ascensor sonar y espero pacientemente a que la persona que había llegado a su piso, fuese Luffy. Sonrió al divisarlo caminar en su dirección y el rostro de sorpresa que este había puesto allí parado.
-Hola, Luffy-ya-caminó lentamente hacia el chico- demoraste un poco
-T-Torao- se encogió nervioso- ¿por qué estas…?
-Te esperaba- interrumpió el cuestionamiento del contrario- Quería verte fuera del hospital, es muy conveniente el que vivas al lado ¿cierto?
-Ya veo…- quedó en silencio durante unos segundos- oye, ya no hagas esto… en verdad qu…
-¿Puedo ser tu amigo?- Law había pensado mucho en cómo sería la mejor forma de volverse cercano a Luffy sin asustarlo en el proceso y el pedirle eso fue lo que mejor se le ocurrió- yo… discúlpame si te asuste con mi comportamiento pequeño mocoso- sonrió burlón- quiero ser más cercano a ti, así que… ¿tu respuesta?
El menor se sorprendió con lo dicho por Law. ¿Quería ser su amigo? Eso era realmente lo aliviaba, él siempre estaba dispuesto a tener más nakamas, si el moreno quería ser uno de ellos por ningún problema, aunque no podía negar la ligera decepción que invadió su ser.
-¡C-Claro!- su actitud a la defensiva y seria cambió de un momento a otro- ¡serás mi nuevo nakama Torao! shishishi
-¿N-Nakama?- no entendía la actitud del enfermero, hace solo unos segundos estaba completamente asustado y con miles de barreras frente a él… ¿Cómo había cambiado tan rápido de actitud?
-¡Sí!- sonrió ampliamente, esbozó de esas sonrisas que iluminaban tanto como el sol- ven, vamos a jugar en mi casa- tomó del brazo y arrastró prácticamente al doctor con él.
Después de unos minutos, Law se encontraba sentado en la sala del chico con un mando de play station en la mano.
“¿Cómo llegue a esta situación?”
-Relájate Torao- habló el chico que se encontraba sentado al lado suyo- iré a preparar unas palomitas para acompañar nuestro juego
-Está bien- respondió todavía algo aturdido por la situación en la que se encontraba
Pasaron varios minutos y un ligero olor a quemado inundó sus fosas nasales. De pronto unos fuertes ruidos de lo que parecía ser la cocina se dejaron oír.
“¿Qué estará pasando?”
Fue rápidamente hacia el lugar y encontró a Luffy sonriendo mientras una gran llama sobresalía de la sartén que tomaba con su mano derecha y de la cual salpicaba por todos lados el maíz pop corn.
-¡P-Pero que haces, mocoso!- tomó la primera cubeta que encontró cerca, la llenó de agua y la vació para apagar el fuego.
-shishishi estoy cocinando- sonrió
-¿Cómo se te ocurre preparar el maíz en una sartén?- cuestionó el moreno tras apagar la llave de la cocina
-Fue lo primero que vi, pero no entendí porque comenzaron a salir volando shishishi
-T-Tú- observó lo alegre que se veía el chico y suspiró resignado- por lo visto no sabes ni siquiera hervir el agua- llevó una de sus manos al cabello de Luffy y los revolvió lentamente- yo prepararé las palomitas, espera en el sofá
-¡Sí!- agitó las manos-¡no tardes mucho!
Suspiró nuevamente para luego esbozar una sonrisa, no podía creer lo diferente que podía comportarse el muchacho… ¿Tenía doble personalidad o algo así? En el hospital su trato era ameno con los pacientes y sonreía siempre de forma amable, pero no se comportaba tan… diferente, por no decir otra cosa, como lo estaba haciendo en ese momento.
“¿Será así con sus amigos?”
Ahora que Luffy lo consideraba uno por la charla que habían tenido anteriormente, se preguntaba si esa loca personalidad sería la única que le mostraría o si también habría otras facetas que le quedaban por descubrir.
“Cada día me sorprendes más, Luffy-ya”
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-¿Quieres almorzar conmigo y mis otros nakamas?
Preguntó el pequeño enfermero apenas entrando a su oficina.
-¿Me quieres presentar a tus amigos, mocoso?- se le había hecho una costumbre llamarlo de ese modo por la forma en que se comportaba
-shishishi será divertido, estoy seguro que te agradarán
-Muy bien, vamos entonces- no quería aceptarlo pero a medida que pasaban los días la compañía del pequeño pelinegro se le hacía cada vez más necesaria.
Ya se le había hecho una rutina el ir a su casa a pasar el rato, almorzar con él y soportar sus berrinches. Si hubiese sido otra persona estaba seguro que se habría alejado al instante, no le gustaba el ruido ni las personas demasiado revoltosas, pero al tratarse de Luffy, todo eso perdía importancia, su sola compañía le era agradable y el ver su sonrisa era suficiente para alegrarle el día.
-Sí- la voz del pequeño lo trajo de vuelta a la realidad y tras salir del consultorio, se dirigieron juntos hacia el restaurante dónde, el enfermero le había contado, trabajaba un tal Sanji.
Tras pocos minutos de camino debido a que el moreno manejó su deportivo negro, llegaron al Baratie.
Al solo entrar, el menor saludó fuertemente provocando que los comensales que allí habían centrasen su atención en él.
-¡Hey, minna!
Corrió hacia una de las mesas en la parte posterior del lugar dejando a Law con una sonrisa divertida en el rostro.
“Es único”
Lo siguió y tras llegar junto a él observó al chico de cabello verde de aquella ocasión, un moreno con nariz puntiaguda y una chica con cabello largo de color naranja.
-Chicos, les presento a Torao- el enfermero sonrió ampliamente- ¡es nuestro nuevo nakama!
-Mi nombre es Trafalgar D. Water Law, un gusto- habló seriamente en contraste con el pelinegro
-¡Oh, eres el de aquella vez!- mencionó la chica sorprendida- ya veo, ahora eres amigo de Luffy- alzó su mano en forma de saludo- mi nombre es Nami, un gusto
-Es cierto, es él- habló el narizón-yo soy el gran Ussop-sama- se presentó
-Zoro- fue todo lo que dijo el peliverde con un gesto de cabeza
-¿Y Sanji, chicos?
-Tsk, está cocinando- el peliverde habló algo irritado
-Siéntense chicos- señaló Nami las sillas disponibles en la mesa- Luffy, se dirigió al pequeño enfermero- a que no te imaginas quienes están de novios
-C-Cállate arpía- Zoro se exaltó y ligero sonrojo se dejó notar en sus mejillas
-¿Novios?.... mmm- Luffy colocó su dedo índice sobre su labio inferior indicando que pensaba profundamente- ¿Tú y Ussop?- finalizó
-¡Pero qué tonterías dices!- se exaltó una sonrojada Nami a la par que le propinaba un fuerte golpe en la cabeza al narizón
-¿P-Pero porqué a mí?- el de cabellos ondulados dijo entrecortadamente llevando sus manos a donde antes la pelinaranja lo había golpeado
-Cállate- la mujer ignoró las quejas de dolor de su amigo y miró fijamente a Luffy- me refiero a Zoro y Sanji, estúpido
-Oh…- sonrió tiernamente- ¡me alegro mucho por ti, Zoro!- le dio unas cuantas palmaditas al hombro de su amigo investigador
-N-No me fastidies- el peliverde frunció el ceño
Law observaba la escena en silencio. Por lo que estaban diciendo, aquel chico ya tenía pareja, lo que significaba que Luffy no le había mentido cuando le dijo que solo era su amigo.
-No reniegues desde tan temprano, marimo- un rubio de ojos azules apareció en la escena y se sentó junto a Ussop
-No me fastidies, cejas de sushi- habló algo molesto, pues el rubio le había prometido almorzar con él desde hace ya media hora y por estar cocinando lo había dejado de lado
-¿Ahora porque estás enfadado?- el rubio se cruzó de brazos
-Tú deberías saberlo, idiota
-Maldita alga desorientada, repite eso- se levantó molesto del asiento dispuesto a pelear con Zoro pero la voz de la pelinaranja lo detuvo
-¡Ya basta los dos!- les dio dos buenos golpes en la cabeza a la parejita de revoltosos- no notan que no estamos solo nosotros, par de idiotas
-Tsk, maldita arpía- se quejó Zoro
Sanji giró al escuchar lo dicho por Nami y recién notó al alto hombre al lado de Luffy. Cuando Zoro se encontraba cerca de él era todo en lo que sus ojos se fijaban, maldito musgo.
-Oh, disculpa- mencionó dirigiéndose al moreno- mi nombre en Sanji- quedó pensativo unos segundos- Tú no eres…
-¡Es Torao, Sanji! Mi nuevo nakama- habló animadamente Luffy
-Oh sí, ahora recuerdo, es el chico de esa vez
-Disculpa Sanji-ya, pero no comprendo cómo me conocen, yo no recuerdo haberlos visto
-Ah sí, se nos olvidó contarte-Nami comenzó a jugar con un mechón de su cabello- hace varios días te vimos almorzando aquí en compañía de un chico y Luffy nos dijo que trabajabas en el hospital con él
-Oh, ya veo- el moreno observó por un momento al pequeño enfermero- desde ese entonces Luffy-ya me tenía en cuenta- susurró para que solo el menor fuese capaz de escucharlo
Luffy se sonrojó ligeramente y se quedó callado, provocando que una ligera sonrisa se formase en los labios del cirujano.
-Bien, chicos, vinieron aquí a almorzar ¿cierto?- habló el rubio- pueden decirme sus órdenes, le pediré a mi papá que las prepare, ya que es mi hora de descanso
-Ya era hora cocinero de mierda
-¿Puedes comportarte, marimo?- se molestó Sanji
-Oblígame cejillas
-¡Ya cállense!- nuevamente Nami les dio su lección- no puedo creer que estén juntos
Law miraba inexpresivo como los amigos de Luffy peleaban, no podía creer que fueran pareja, definitivamente todo y todos los que rodeaban al pequeño mocoso eran extraños.
-Sanji, tengo hambre- hizo un puchero- deja tus muestras de amor con Zoro para después
-¡No digas tonterías!- dijeron al mismo tiempo los dos enamorados
-Entonces apresúrate- lloriqueó el pelinegro
-Dime que quieres comer- el rubio se reincorporó del asiento
-¡Todo lo que esté en la carta!
-Ahhh- suspiró- ok y tú Trafalgar-san
-Dime solo Law- el moreno lo miró por un momento y decidió jugarle una pequeña broma al peliverde para ver si en verdad esos dos eran una pareja- y respecto a lo que pediré, creo que dejaré que alguien tan experimentado como tú me sorprenda Sanji-ya- dijo con el tono que usaba para hacer a sus parejas provisionales caer rendidas ante él
-E-Está bien- se sonrojó por la mirada tan profunda con la que Law le observaba, era muy atractivo e intimidante, no era que le gustara ya que él solo amaba a cierta alga renegona de nombre Zoro, pero no podía evitar sentirse nervioso si un hombre como el doctor le hablaba en ese tono-iré a avisarle a Vivi-chan
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