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Descubriéndolo a tu lado por ValexWalker

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Notas del capitulo:

Hiii

Etto.... T.T solo lean y no me odien mucho

Nos leemos al final :)

Muchas horas atrás:

No recordaba un cielo más oscuro que el que se alzaba aquella noche. Sentía el viento golpear su rostro y cómo su brazo se iba entumeciendo cada vez más por el fuerte agarre que la persona frente a él le imponía.

Luffy no podía dejar de observar sus ojos azul grisáceo iluminados por acción de la luna y por supuesto su rubia cabellera, la cual lucía más larga de lo que recordaba.

Su cuerpo se había paralizado en el instante que se dio cuenta que tenía a Enel frente a él. Nunca espero volver a verlo, no creía que el destino fuese tan cruel para que algo como eso sucediese, sin embargo, en la situación en la que se hallaba, solo pudo pensar en lo desdichado que había resultado ser.

La sutil sonrisa que el rubio esbozaba en el rostro no había dejado que las palabras fluyesen, estas se habían quedado atoradas en su garganta de forma dolorosamente asfixiante.

-Ha pasado mucho- soltó lentamente el brazo del menor- no sabes cuánto te he buscado

El cuerpo de Luffy comenzó a temblar ligeramente y se abrazó a sí mismo tratando de juntar todo el valor posible para responder sin titubear. La voz tan amable que el rubio le dejaba oír no hacía más que llenarlo de terror.

-E-Enel- se maldijo internamente por el ligero tartamudeo- no pensé encontrarme contigo en este lugar

Quería irse rápido de allí, deseaba con todas sus fuerzas el llegar a su departamento y acurrucarse bajo las sabanas, llorar, gritar…  y olvidar que había vuelto a ver a su ex pareja.

-¿Por qué tiemblas?-el rostro de Enel mostraba preocupación y el pequeño enfermero se preguntó cuan hipócrita podía llegar a ser- perdón si te puse nervioso, Luffy

Quiso llorar cuando sintió su rostro ser acunado por las manos del contrario, aquellas manos que lo habían acariciado tan gentilmente al inicio de su relación y que al final de esta le habían hecho tanto daño… marcándolo para siempre.

-S-Suéltame- agachó la mirada

El rubio acercó su rostro al del menor y junto su frente con la suya, provocando que se encogiera sobre sí mismo aún más.

-Mírame- dijo en un tono dulce

Luffy se mantuvo inmóvil, le causaba tanto temor el estar tan cerca de él que no se le haría extraño si se desmayase en ese instante.

Al ver que el pequeño chico ni siquiera lo miraba, Enel decidió hablar nuevamente.

-Mírame- su tono esta vez fue grueso y profundo, indicándole a Luffy que algo malo sucedería si no se hacía lo que él quería

Obedeció y al instante la sonrisa del rubio se mostró. Dejó libre su rostro y lo tomó de la mano, un mal presentimiento invadió todo su ser por esa acción.

-Hay mucho de qué hablar, iremos a mi departamento ¿de acuerdo?

No pudo reunir el valor necesario para forcejear, ni siquiera para gritar. No había personas cerca a ambos y las imágenes de lo que le había sucedido un año atrás cuando se atrevió a confrontar al rubio fueron suficientes para permitir que este lo guiara a donde quisiese sin oponer resistencia.

Luego de unos minutos de caminata llegaron a una cochera. Luffy abordó el auto color rojo del rubio sin decir una palabra y este no le reclamó por eso, al contrario, él también se mantuvo en silencio durante los veinte minutos que duró el viaje hasta su  departamento.

-Pasa, siéntete como en tu casa

Su cuerpo seguía temblando ligeramente. No quería estar a solas con él, un mal presentimiento embargaba  profundamente su alma.

-P-Permiso

Camino lentamente mientras escuchaba la puerta detrás de él cerrarse. Apretó fuertemente los bordes de la chaqueta color gris que llevaba y esperó por el siguiente movimiento del rubio.

-Siéntate por favor ¿gustas algo de beber?

Negó con la cabeza el ofrecimiento y se dirigió al único sofá individual que en aquella sala había. Acto seguido, el mayor entre ambos lo secundó acomodándose frente a él en otro de los muebles.

El silencio reinó el amiente por casi un minuto, Luffy creía que seguro Enel esperaba que él hablase primero, pero simplemente no podía iniciar ningún tema de conversación, no después de todo lo que había pasado entre ellos la última vez que estuvieron juntos.

-Probablemente me odias ¿cierto?

Aquellas palabras lo incitaron a levantar la mirada y ver directamente el rostro del rubio. La expresión que mostraba era indescifrable y el tono de su voz como siempre profundo y seguro.

-¿Qué es lo que esperas que te responda?- quizá fueron los crueles recuerdos o el ardor que sentía sobre su cicatriz en ese momento, lo que provoco que fuese capaz de seguirle la conversación- Dime, Enel ¿Por qué me trajiste hasta aquí?

Los ojos de Luffy amenzaban nuevamente con llorar y el rubio sonrió tenuemente. Aquellas lágrimas fueron algo digno de observar en sus sueños durante todo ese tiempo.

-¿No recuerdas lo que dije?- no despegó la mirada del rostro contrario- dije que te estuve buscando, Luffy

-¿Buscándome?- cada vez se ponía más ansioso, su estómago comenzaba a dolerle y las náuseas a aflorar- ¿P-Por qué? ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿No te quedaste con todo lo que podía ofrecer en ese entonces?

-No del todo- se reincorporó del sofá y caminó lentamente hasta colocarse frente al pequeño enfermero- dejé lo más importante- llevó una de sus manos hacia la mejilla de Luffy, sintiendo bajo su tacto como este temblaba por el miedo

-T-Tú nunca me quisiste- habló al borde del llanto- me lo dejaste muy claro luego de lo que sucedió, así que por favor- apretó fuertemente su brazo en gesto de súplica- deja que me vaya

-No puedo hacer eso- sonrió y tras agacharse a la altura del pequeño lo abrazó fuertemente- no puedo dejar ir a la persona que amo

Esas palabras lo desconcertaron en demasía. Su cabeza estaba en un completo caos en ese momento, deseaba con el alma olvidar todo por lo menos unos instantes ya que sentía que su cabeza explotaría de lo contrario.

-D-Déjame ir- sus lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas- por favor

-Hey…- tomó con ambas manos el rostro de Luffy- amo tus lágrimas, pero en este momento quiero que me escuches con atención así que deja de llorar ¿lo harás, cierto?

Con mucho esfuerzo trató de calmarse y enfocar su mirada en el rubio. Sería mejor mantenerse firme y escuchar atentamente lo que él quisiera decir, quizá podría llegar a convencerlo de que lo dejase en paz, que ya no le hiciese más daño.

-Fue un año muy duro para mí ¿sabes? Después de lo que pasó no pude dejar de pensar en ti un solo segundo- acarició con la yema de sus dedos las mejillas del pelinegro- tus ojos llenos de lágrimas, tus labios, tu cuerpo… todo tú me hizo mucha falta- suspiró- Fue realmente una sorpresa darme cuenta que te amaba luego de lo que te hice, Luffy- acercó su frente a la del contrario- sé qué estuvo mal, que merezco que me tengas mucho miedo ahora, pero estoy dispuesto a compensarlo todo, a hacerte feliz- acercó sus labios, pero Luffy fue más rápido y ladeo ligeramente el rostro para evitar el contacto

“C-Cómo puede lucir tan tranquilo y decir que me ama después de haber…”

-Tú no me amas- habló con toda la frustración que había acumulado desde lo sucedido en aquella bodega- es imposible que alguien le haga lo que tú me hiciste a su persona amada, solo estás enfermo de obsesión

Se levantó del sofá y quiso caminar rápido hacia la puerta del departamento, pero el fuerte agarre en su brazo se lo impidió completamente.

-Ya no sigas con esto- trató de zafarse, pero la diferencia de fuerzas era notable- s-suéltame

-Eres muy contradictorio- sonrió ladino, parecía que toda la amabilidad del inicio se había esfumado dejando la parte cruel que Luffy muy bien recordaba- A mí no me puedes engañar, lo observé en tu mirada antes de dejarte en aquella bodega- acercó su rostro al contrario- pude ver que a pesar de todas las veces que abusé de ti, tú me seguías amando… tal parece que no soy el único enfermo aquí ¿cierto?

-C-Cállate

-Oh… ¿lo ves? Odias escucharlo porque sabes que es verdad- atrajo de la cintura al menor y lo pegó contra su cuerpo a pesar de su forcejeo- sabes que me amas

-Yo no te amo- apretó sus puños fuertemente- ya no lo hago más

Él era muy perceptivo y pudo notar la veracidad en las palabras dichas por el pelinegro. Frunció el ceño inmediatamente y con el tono de voz más tétrico que había dejado oír esa noche, le pidió a Luffy su celular. Este se negó, pero después de un ligero forcejeo, logró arrebatárselo del bolsillo de su chaqueta y comenzó a revisar sus contactos. No demoró mucho en dar con el nombre del malnacido que había osado poner sus manos en su propiedad, aquel corazón al lado de su nombre lo delataba y Enel juró en sus pensamientos que se las pagaría tarde o temprano.

-Torao- el rubio aventó con fuerza el aparato sobre uno de los muebles- ¿él es a quien le abres las piernas ahora?

-¡Ya no tengo nada que ver con él!

Forcejeó con todo lo que tenía, pero Enel lo tenía muy bien sujetado, en esos momentos maldecía haber rechazado las clases de defensa personal que Zoro le había ofrecido tantas veces a causa de su apretado horario.

-Pero lo tuviste y eso me es suficiente

Tomó a Luffy del cuello y lo llevó de forma violenta hacia su habitación. Una vez allí, le quitó bruscamente la chaqueta, lo aventó fuertemente sobre la cama y con ayuda de las sábanas lo amarró por las muñecas a la cabecera de esta. Había resistido todas las patadas que el chico le había propinado en el afán de liberarse gracias a su resistente cuerpo y a la pobre fuerza que el menor poseía.

-¡Déjame ir!- sus lágrimas comenzaron a correr nuevamente- no me hagas daño, p-por favor

Los espasmos en su cuerpo por el miedo que sentía eran evidentes. Los recuerdos de lo ocurrido aquel día en esa oscura bodega inundaron sus pensamientos e internamente se echó la culpa de cómo habían terminado las cosas casi un año y medio después de todo aquello.

“Si no me hubiese paralizado, si no hubiese dejado que el miedo me dominase, podría haberme resistido y ahora no estaría aquí… es mi culpa, mi culpa”

-Vamos- Enel se quitó la camisa color blanco que llevaba de forma lenta- sigue llorando para mí, me encanta cuando lo haces

Desabrochó sus pantalones y de forma ávida quedó solo en bóxer. Luffy lo miraba con terror, su cuerpo no dejaba de temblar y quería morir de solo imaginar lo que el rubio pensaba hacerle… de nuevo.

-N-No- apretó los dientes y mostró el rostro más afligido y suplicante al hombre frente a él- no lo hagas… t-te lo suplico

-¿Hacer qué? mi amor- se acercó al cuerpo contrario y se colocó sobre él, aspiró el dulce aroma que desprendía la piel ligeramente bronceada y no pudo evitar relamerse los labios al saber que pronto degustaría de aquel delicioso platillo- ¿hacerte el amor?- rio- pero si eso es lo que quieres ¿o no? Quieres que te bese- acarició con sus labios el cuello de Luffy provocando que se retorciera al contacto- quieres que te acaricie- deslizó su mano por su torso deslizando su playera hacia arriba- deseas que te folle, como aquella vez ¿recuerdas?- acarició su entrada sobre la ropa y le encantó sentir cómo Luffy se sobresaltaba ante su acción- gemías delicioso gritando mi nombre

-P-Por favor- miró fijamente las azules orbes- n-no me hagas daño

-Luffy- acunó el rostro del chico con sus manos y lo besó demandantemente, introdujo su lengua de manera brusca y saboreo todo lo que quiso la caliente y pequeña cavidad contraria. El menor no opuso resistencia, aun guardaba un atisbo de esperanza en convencer a Enel en dejarlo libre- no pienso hacerte daño, todo lo contrario, planeo que te sientas muy bien

De forma algo brusca le retiró los pantalones y calcetines, tomó una tijera de la mesa de noche al lado de su cama y cortó la playera del chico por la mitad, dejando absolutamente petrificado al menor cuando el filo de la herramienta rozó su pecho.

-Se ve muy hermosa- acarició la cicatriz que se mostraba ante sus ojos- estoy seguro que nunca me olvidaste gracias a ella

-¡Auxilio!- comenzó a gritar todo lo que su gastada garganta a causa del llanto le permitió- ¡Ayuda, por favor!- debía haber alguien, alguien que lo escuchara y lo salvara, alguien que no permitiera que volviese a pasar por lo mismo

-¡Cállate!

Un fuerte golpe le fue dado en su estómago dejándolo sin aire al instante. Tosió con fuerza y contrajo su cuerpo por el dolor.

-Es en vano que trates de esforzarte, las paredes son a prueba de sonido- se puso nuevamente sobre el cuerpo de Luffy y acarició el lugar donde lo había golpeado- además, soy la única persona que vive en este piso

-M-Mentiroso

-Es verdad, pequeño Luffy- susurró en su oído para luego lamer desde allí hasta su clavícula- así que no te contengas, quiero escucharte gritar mi nombre

Y sucedió una vez más. Una vez más tuvo que volver a pasar por algo tan asqueroso, repugnante y humillante. Enel no tenía perdón, era un completo desgraciado.

Luffy fue tocado por todas partes. La lengua de Enel lo recorrió desde los pezones hasta llegar a su miembro, el cual liberó luego de deshacerse de su bóxer con ayuda de la tijera. Quiso morir cuando sintió aquella lengua en su intimidad, trató de pensar en otra cosa, de imaginar que se encontraba en un campo lleno de árboles y flores junto a todos sus amigos mientras comían un delicioso picnic, pero la linda imagen siempre era distorsionada y reemplazada por los recuerdos de lo que le habían hecho en aquella bodega, de cómo lo rompieron emocional y físicamente.

Cuando sintió los húmedos dedos de Enel penetrar su entrada en su mente la imagen de Torao lo invadió. Silenciosamente gritó su nombre, quería que fuese a buscarlo y lo salvara, que lo envolviera entre sus brazos y le susurrase que todo se encontraba bien, que le dijese que lo amaba.

Su corazón se partió entonces al recordar que Law también lo había engañado y que probablemente en ese momento, mientras él era tomado contra su voluntad, el moreno seguramente estaría feliz junto a su cita, junto a aquella bonita mujer de cabellos pelirrojos.

-¿Estás listo?

Enel lo besó lúbricamente para después envestirlo bruscamente. Luffy ahogó un grito y sintió su cuerpo partirse en dos, así como su alma. Hace bastante tiempo que sus lágrimas habían cesado, al igual que las súplicas y el intento por liberarse de su agresor.

-Ahh… tan bueno- sus envestidas eran raudas y profundas, provocando que el pequeño cuerpo bajo el suyo se retorciera- eres delicioso, Luffy

El menor mordió sus labios para evitar gritar, un hilo de sangre se deslizó por su mejilla y al notarlo, el rubio se detuvo. Con su lengua, Enel recogió la sangre y tomó con una de sus manos la barbilla de Luffy.

-Quiero oírte ¿entiendes?- su mirada se afiló- gritarás mi nombre mientras me entierro en ti ¿quedó claro?- obligó al rostro del contrario girar y observar la tijera reposando sobre la mesa de noche, esbozando una amenaza de forma silenciosa

-…- la cicatriz en su pecho comenzó a latir de forma desgarradora y el terror se apoderó de él

-¿la respuesta?- el tono de voz sonó mucho más profundo

-S-Sí

Continuó con sus envestidas y esta vez, la voz de Luffy se dejó oír por toda la habitación. Sus gritos eran llenos de dolor parecían deleitar a Enel, la sonrisa ladina que este traía en el rostro daba prueba de ello.

-nngh… es e-estrecho

-¡Ahh!

-Mi nombre- tomó los pezones del contrario con sus manos y los apretó fuertemente a medida que arremetía contra él- quiero oírlo

-… E-Enel

Se odió, sintió asco de sí mismo al decir aquello, pero el temor de ser marcado de nuevo pudo más, Luffy no podía hacer otra cosa más que ceder en su situación.

-Buen chico

...

Notas finales:

Soy de lo peor :) lo siento!!!!!!

Todo sucede por algo... les prometo que todo a su tiempo mejorará

l@s amo!!!

Y espero sus amenazas de muerte.

Me despido!

besos!!

 

 


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