Sintió un deja vu cuando recuperó la conciencia. La primera vez que le había sucedido aquello también había perdido la noción del tiempo y cuántas habían sido las veces que ultrajaron su cuerpo. Escuchó el sonido que hacía el agua al golpear el suelo y de inmediato supuso que Enel se estaba dando una ducha.
Alzó un poco sus rojas muñecas ya sin las ataduras y recordó que él se las había quitado para abusarlo en una posición distinta. Su entrada se encontraba aún húmeda y el simple hecho de moverse un poco le provocaba un dolor tan desgarrador en su espalda baja que lo obligó a quedarse quieto completamente.
No tenía fuerzas para luchar en ese instante, de sus ojos no podían brotar más lágrimas… todas ya habían sido derramadas y el brillo característico de sus ojos se había desvanecido sin dejar rastro.
Se mantuvo mirando a la nada e inmerso en un mundo de color blanco cuando la voz de otra persona lo trajo a la realidad.
-Estas despierto
-…- No se giró a verlo, no tenía fuerzas para eso
-Bebé- tomó el cuerpo de Luffy y lo acomodó en una posición en la cual este pudiera observarlo- luces hermoso así, desnudo y completamente mío
Lo besó y los labios del menor no se movieron, parecía un muñeco.
-Escucha atentamente- acarició los cabellos negros del chico- me perteneces completamente, Luffy y no pienses siquiera en escapar nuevamente de mí, si intentas hacerlo toda tu familia, amigos y compañeros de trabajo se enteraran que le abres las piernas a desconocidos y disfrutas que te follen como una puta ¿entiendes?
Luffy no dijo absolutamente nada, pero internamente el miedo lo había dominado por completo, no podía permitir que ellos se enteraran. La palabra “desconocidos” había hecho referencia a los dos sujetos que Enel había dejado que lo abusaran... no, definitivamente no quería que alguien más lo supiera.
-Y sí eso no te frena en lo absoluto- deslizó su camisa y dejó ver el gran dibujo de un dragón en toda su espalda- sé que hasta un tontito como tú sabe qué significa este tatuaje, así que si no quieres que le pase nada a tu querido hermanito o gente que es importante para ti, responde- tomó el rostro de Luffy por la barbilla y enfocó sus ojos sin vida en los propios- ¿a quién le perteneces?
El temor que sintió al pensar en que alguien se enterase de lo que le sucedió en aquella bodega no se comparó en lo más mínimo con la posibilidad de que algo le sucediese a su familia o amigos por su culpa. La figura en la espalda de Enel había acabado completamente con cualquier remota posibilidad de escapar de él. Zoro alguna vez lo había llevado a su lugar de trabajo y aquel dragón imponente se encontraba dibujado en un cartel bajo el título de “Clan Shinto”.
Su amigo le había explicado que era una de las familias Yakuzas más imponentes y casi imposibles de atrapar. Como investigador, él siempre había estado detrás de ellos, pero a pesar de su dedicación, aun no lograba acumular las pruebas necesarias para detener la red de tráfico de personas, venta de droga, lavado de dinero y sicariato que el Clan Shinto operaba.
Aquel dragón había sido la pieza faltante necesaria para auto someterse, Enel había ganado, ahora era completamente suyo.
-A ti
La sonrisa en el rostro ajeno no se hizo esperar. Se acercó al rostro de Luffy e inhaló profundamente.
-Te amo
Tocó sus labios dando una muda orden y lentamente el menor la obedeció. Tomó el rostro de Enel con sus manos y lo besó.
El contacto fue largo y profundo, el rubio tomó las riendas casi de inmediato y acarició los muslos internos de Luffy, provocando ligeros espasmos en él.
-Quiero hacértelo de nuevo
Él sabía que no podía oponerse, soltó su rostro y se quedó inmóvil esperando lo inevitable.
El mayor estaba ya colocándose sobre su cuerpo cuando el sonido de su celular lo detuvo. Chasqueó los labios y fue a contestar fuera de la habitación.
Luego de un par de minutos, regresó y el enfermero observó que su camisa estaba ya abotonada.
-Tengo trabajo, no podremos divertirnos ahora, pero te prometo que en la noche te lo compensaré
Luffy observó cómo caminó hacía el closet del cuarto y luego de un rato regresó hacia él con un cambio de ropa.
-Son pequeños así que te quedaran bien, ve a bañarte rápido para poder llevarte a tu casa
Lo último que escuchó lo tensó, no quería que Enel supiera donde vivía, sin embargo, no había nada que pudiera hacer, no en ese punto. Él ya había aceptado su cruel destino y este dictaba que desde el momento en que había conocido al rubio, la felicidad y el amor habían sido desterrados de su vida.
-Sí
-¿Sí que?
-Sí, amor
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Corrió hacia el ascensor lo más rápido que pudo apenas llegó al edificio, en su mente solo se repetían las palabras que el pequeño enfermero le había escrito y la ansiedad en su pecho no dejaba de incrementarse ante aquello. La había jodido, sí. Era un completo imbécil, sí. Debía pedirle perdón a Luffy, mil veces sí. Tenía muy claro que lo había hecho sufrir cuando él no se lo merecía y aun cuando lo más obvio sería que diesen por terminada su relación, al menos tenía que ser en buenos términos, él asumiendo toda la responsabilidad y haciéndole saber al menor que lo único malo que había hecho era querer a alguien como él, a alguien incapaz de amar, porque no, no aceptaría ese sentimiento, simplemente se rehusaba a la posibilidad de abandonar la vida refrescante que llevaba antes de Luffy, una sin ataduras y llena de libertad, por no decir libertinaje.
El sonido del ascensor indicando que había llegado a su piso lo trajeron devuelta a la realidad y caminó rápidamente hacia el departamento del enfermero.
Su pechó comenzó a doler tratando de encontrar las palabras adecuadas con las que debería iniciar su charla. Nunca había tenido que pasar por una situación como aquella y eso era algo en definitiva muy difícil para alguien con poca experiencia en temas de “noviazgo” como él.
Dobló el pasillo y divisó al instante al pequeño Luffy, sin embargo, su ceño se frunció en confusión al verlo acompañado de un alto rubio. Los dos estaban parados frente a la puerta de la morada del enfermero y este estaba buscando en sus bolsillos probablemente su llave para abrirla.
-Luffy-ya
No se detuvo pese a la presencia de un extraño, seguramente era un amigo más de los que el chico tenía debido a su agradable y risueña personalidad.
-T-Torao
Luffy se arrepintió al instante de haber mencionado el nombre de Law. Volteó a ver la reacción de Enel y solo el hecho de observar su ceño fruncido, provocó que su cuerpo comenzase a temblar de miedo.
-Yo… necesito hablar contigo
Los ojos de Law miraban fijamente los del chico. Podía notar lo hinchados que se dejaban notar y eso lo hacía sentir aún más miserable ya que sabía que todas las lágrimas que seguro el enfermero había derramado eran debido a él. A él y su maldita obsesión por detener sus pensamientos sobre Luffy con sexo.
Por su parte, el menor se mantuvo callado durante varios segundos tratando de pensar en cuál sería su mejor opción en esos momentos. Enel no había hecho nada más que mantenerse inmóvil esperando el desarrollo de las cosas, lo cual lo ponía aún más nervioso imaginando todo lo que él podría hacerle a Law.
“No puedo dejar que dañe a Torao”
-Creí que había sido claro con el mensaje que te envié- su voz sonó seria y calmada, Trafalgar nunca había oído un tono como aquel- pero si aún tienes algo que decir lo escucharé
Luffy miró a Enel durante unos segundos y este le sonrió en respuesta.
-Te esperaré adentro- extendió la palma de su mano haciéndole entender al chico lo que quería
Luffy buscó en el bolsillo de sus pantalones por unos segundos y luego le entregó la llave. Enel la tomó de forma rápida y tras abrir la puerta del departamento, se adentró en él y la cerró seguidamente.
-Él…- se atrevió a preguntar- ¿es un amigo?
-Es alguien que conozco desde hace tiempo, puedes empezar ahora
Las palabras estaban atoradas en su garganta, la culpa lo carcomía y el tono de voz de Luffy lo hacía sentir aún más nervioso.
-Yo…- se tomó unos segundos para respirar- perdón, Luffy-ya
-¿Eso era todo lo que querias decirme? Porque sí es así, debes saber que ya te disculpé, Law
La sutil sonrisa que se dejó mostrar en el rostro del chico se sintió como mil punzadas directo a su corazón.
-Fui un idiota desde el principio y lo sigo siendo. No debí pedirte en primer lugar salir conmigo si iba a terminar haciendo lo que hice- suspiró- Te seré sincero, porque lo mereces y el único error que cometiste fue el gustar de alguien como yo. La razón por la que me acerqué a ti desde un comienzo fue para llevarte a la cama, no sé si te das cuenta, pero eres muy atractivo y cualquier persona querría estar contigo de esa forma.
-…- se mantuvo callado, sabía que si se atrevía a decir algo, rompería en llanto y no podía verse débil, no con Enel tras la puerta escuchando todo
-Luego de conocerte mejor, me di cuenta de que lo físico no era lo único atractivo en ti. Eres muy hermoso, Luffy, tu forma de ser y personalidad son únicas, y te hace alguien muy especial, es por eso que no pude seguir adelante con lo que tenía planeado, no podía simplemente decirte palabras dulces con el objetivo de tener sexo contigo y luego simplemente dejarte. No podía hacerte eso, así que ayer desquité mi frustración con un par de amigos sexuales con los que no hablaba hace mucho. Sé que debí primero terminar contigo antes de hacer algo así y esa es mi culpa, tienes el derecho a repudiarme y odiarme si así lo quieres.
-No puedo odiarte- se rehusó a dejar que sus lágrimas se manifestasen, debía ser fuerte- no cuando eres tan sincero, Torao
-No lo fui a su debido tiempo y créeme que lo lamento. Soy una persona que no cree en el amor o las relaciones de pareja, así que fui un completo imbécil al proponerte el ser amantes, porque no estuviste equivocado, Luffy-ya, en esa ocasión me referí a un noviazgo- se inclinó haciendo una reverencia- como me lo pediste no te molestaré, sé que pasará un largo tiempo hasta que puedas perdonarme y olvidar todo esto, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo Luffy, siempre estaré dispuesto a ayudarte
-Mírame, Torao- le fue muy difícil mantener la compostura cuando los ojos grises se posaron en los suyos- el tiempo que pasamos juntos fue corto, pero divertido- caminó hacia Law y para sorpresa del mayor, lo envolvió en un abrazo- gracias por venir y hablar conmigo hoy, significa mucho para mí
-L-Luffy-ya- sus latidos estaban fuera de control y su mente no lo dejaba en paz
“Deja de mentirle” “Deja de mentirte”
El contacto demoró alrededor de un minuto hasta que fue el menor quien se fue separando poco a poco. Law no quería dejarlo ir, la calidez que el cuerpo del chico le hacía sentir era por demás confortante y alarmadoramente agradable, pero se obligó a hacerlo al darse cuenta que no había marcha atrás, ya todo había sido expuesto y solo le quedaba aferrarse a la idea que con el tiempo él también sería capaz de olvidar.
-Ya debo irme, ten una buena tarde, Torao
-Igualmente, Luffy-ya
Depositó un casto beso en la frente del enfermero antes de dar media vuelta y dirigirse a su apartamento. No había sido su intención el último gesto, pero no fue capaz de frenar su cuerpo, no cuando sabía que probablemente esa sería su última oportunidad de hacer algo tan íntimo con él.
Se adentró en su morada un minuto después y fue directo hacia su cama. Apretó fuertemente sus labios y puños tratando de calmar sus emociones, él no podía quebrarse, no después de todo lo que había dicho y hecho. Se sentía culpable al haberle mentido en cierta parte a Luffy, pero había sido lo mejor. Él era alguien quien tenía miedo de sucumbir ante el amor y el exponerle sus dudas respecto a lo que sentía por él lo único que habría hecho sería herirlo más de lo que ya estaba por su culpa y Luffy no se lo merecía, lo mejor había sido cortar todo definitivamente y esperar a que el tiempo lo ayudase a olvidarlo… sí, había sido lo mejor.
“Sabes bien que ya no hay ninguna duda”
“Aun así, ya no hay marcha atrás, cada uno tomará caminos distintos desde ahora”
“No te arrepientas después”
“Ya es demasiado tarde para eso”
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-Así que, él era Torao
-Sí
Debía sonar lo más desinteresado posible si quería que Enel dejase el tema de Law por la paz. Ahora que conocía que el alto rubio era un Yakuza, no podía permitir poner en peligro a nadie que fuera importante para él.
-¿Dónde lo conociste?
Enel estaba sentado en uno de los muebles que había en la sala, observando al enfermero fijamente y de forma amenazante.
-En el hospital, trabajamos juntos
-Ya veo- se puso de pie y se acercó al contrario- entonces no creerás toda la mierda que te dijo ¿cierto?- lo tomó de la cintura y lo apegó a él- es claro que lo único que quiere es evitar que te vayas de boca con sus demás colegas del hospital, ya sabes, sería muy mal visto si se enterasen que te puso los cuernos, bebé
“Tú me hiciste lo mismo”
-Eso ya no importa, lo que tenía con él ya terminó
-Oh no, claro que importa- acercó sus labios y los juntó con los contrarios durante unos segundos- todo esto sirvió para que te dieras cuenta que él único indicado para ti soy yo, él te trató bien y hasta te ofreció ser su novio solo para follarte, él mismo te lo dijo. Lo único que desean de ti es eso, nadie te querrá nunca sinceramente a excepción de mí ¿ahora si me crees?- acarició sobre la ropa la cicatriz de Luffy
-…- sus mejillas se humedecieron por las lágrimas que en ese momento comenzaba a derramar, no podía darle la contra a Enel, no cuando todo lo que decía era verdad
“Le di otra oportunidad al amor y fui engañado nuevamente, quizá Enel tiene razón… quizá estoy destinado solo a él”
-No llores- rápidamente besó las mejillas y párpados de Luffy- estoy contigo y prometo que no nos separaremos nunca más
-E-Enel- su cuerpo temblaba a cauda del llanto- ¿m-me harás daño?
-¿Por qué lo haría?- esbozó una gran sonrisa y acarició los cabellos de Luffy- eres la persona que amo
“La razón por la que me acerqué a ti desde un comienzo fue para llevarte a la cama” “Soy una persona que no cree en el amor o las relaciones de pareja, así que fui un completo imbécil al proponerte el ser amantes”
Las palabras de Law resonaban en su mente de forma dolorosa. Law nunca lo había amado, lo había dejado muy claro en todo lo que le dijo y por otro lado, Enel…
-Me di cuenta tarde, pero por eso estoy aquí- sintió los brazos del rubio rodearlo y apretarlo fuertemente- para demostrarte que te amo y que podemos estar juntos como antes ¿recuerdas?
Todas las veces en las que había salido con él, los besos llenos de dulzura y las demás muestras de afecto que había enterrado profundamente en su memoria, volvieron a mostrarse en sus recuerdos y herirlo una vez más.
-Lo hago
-Lo sabía- sonrió y besó la punta de la nariz del menor- sabía que no habías dejado de amarme
Él se equivocaba y Luffy era consciente de eso. El amor que una vez había sentido por Enel, Law había logrado que lo enterrase, su corazón ahora le pertenecía completamente al doctor.
“Debo enterrar completamente el amor que siento por Torao”
-¿Luffy?- preguntó ante la falta de respuesta del chico
-Ehh…
El sonido del celular del rubio comenzó a sonar y de inmediato Enel chasqueó la lengua irritado.
-Debo irme, demoré más de lo que tenía planeado por culpa de ese idiota -tomó de los hombros a Luffy- vendré en la noche a verte- acarició su rostro
-Está bien- respondió en voz baja
-¿No me darás un beso de despedida?
Luffy se acercó y juntó sus labios con los contrarios de forma casta, separándose luego de unos cuantos segundos.
-Adiós, cariño
-Adiós…- observó el rostro del rubio y entendió qué era lo que debía decir después- amor
Enel desapareció tras la puerta y solo cuando se halló completamente solo en la habitación se pudo sentir relajado por primera vez desde la noche anterior. Apretó los puños fuertemente y enterró el rostro en su almohada quedándose inmóvil durante casi cinco minutos.
Su cabeza dolía mucho y los recuerdos de lo que le había sucedido en aquella oscura bodega un año y medio atrás, se reproducían en su mente de forma rápida y mezclada.
“¿Quién fue la persona que me encontró allí?”
Trató de enfocarse en la identidad, pero por más que intentaba no obtenía ningún resultado así que luego de unos minutos más se dio por vencido.
“¿Por qué yo? ¿Por qué me tiene que suceder esto?”
Comenzó a llorar nuevamente, hundiendo su rostro aún más en la almohada y humedeciéndola en el proceso.
“Me pediste perdón por haberme engañado, pero lo único que quería oír de ti era que me amabas, que a pesar de todo, sí me querías Torao… solo eso”
Su mente rememoró una y otra vez lo que había hablado con el moreno y decidió luego de no sabía cuánto, que debía dejar que el tiempo lo ayudase a enterrar su amor por él. No podía obligar a Law a amarlo, él había sido sincero al decirle que era alguien que no creía en ese sentimiento y debía respetar eso, aunque lo destrozase profundamente.
“En este momento solo debo enfocarme en Enel, él es un yakuza y podría hacerle daño a todos los que quiero”
“Me di cuenta tarde, pero por eso estoy aquí, para demostrarte que te amo y que podemos estar juntos como antes…”
Ya le había hecho daño, Enel lo había forzado una vez más la noche anterior y seguramente lo volvería a hacer. Sin embargo, no creía que pudiese matarlo, a sus seres queridos seguramente sí, pero a él no, lo podía ver en sus ojos.
“Debo acostumbrarme a esto, por ellos… por su seguridad”
Se movió y se recostó mirando hacia el blanco techo de su habitación, respiró profundamente y se decidió a dormir. Esa misma noche Enel regresaría, debía descansar para así tener fuerzas y enfrentarlo, tenía que ser fuerte por su familia, por sus amigos… por Torao.
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