El sonido del timbre lo despertó de su profundo sueño. Abrió los ojos lentamente y tras tomar con pereza su celular de la mesita de noche al lado de su cama y observar la hora, se levantó raudamente de su cama y corrió hacia la puerta de su departamento.
No podía creer que hubiese dormido tanto tiempo. Según su móvil eran las nueve y media de la noche y el pánico lo embargo al saber con ese hecho quién sería la persona esperando tras la puerta del recinto.
“Ni siquiera pude hacerme a la idea de que lo vería de nuevo tan pronto”
-¡Lo siento! Yo…
-Puedo verlo por tu rostro- Enel sonrió- Estabas durmiendo ¿verdad?
Luffy asintió con la cabeza y luego de que el rubio pasase por su lado dirigiéndose a la sala del lugar, cerró la puerta y fue tras él.
-Lo mejor sería que tuviera un duplicado de la llave para evitar situaciones como esta ¿no crees?
Se sentó en uno de los muebles y palmeó el lugar vació a su lado, indicándole a Luffy que se sentase junto a él.
-Si crees que es necesario pues…- caminó hacia el lugar que le era indicado por el Yakuza
-Lo es- una vez el chico estuvo a su lado, lo abrazó por sobre los hombros y lo acercó a su cuerpo depositando un casto beso en su sien- soy tu pareja, es algo natural
Luffy asintió y se mantuvo quieto recibiendo las caricias del rubio. Enel tomó su rostro con una de sus manos, acariciando suevamente con su pulgar su mejilla izquierda, para luego acercarse a su rostro y rozar su nariz contra la suya… viéndolo a los ojos fijamente.
-Te extrañé, Luffy- sonrió- ¿Qué hay de ti?
-Yo…- no podía despegar su mirada de él, algo malo sucedería si se atrevía-también, mucho
El inminente beso comenzó lento. El pelinegro se dejaba guiar completamente por Enel y trataba en lo posible de pensar en algo distinto, para así de esa forma ser capaz de soportar y mantenerlo contento.
La lengua del rubio se encontró con la suya, la succionó de forma anhelante e involuntariamente emitió un gutural sonido. Odiaba las reacciones de su cuerpo, en momentos como esos recordaba las palabras de Enel en aquella bodega.
“Después de todo, sí resulté ser una puta”
Sintió como su cuerpo fue inclinado cada vez más y terminó recostado sobre su espalda en el sofá. Enel se encontraba sobre él, acariciando su cintura y muslos lentamente, a la vez que utilizaba su boca para succionar sus labios volviéndolos muy rojos.
-N-No…
Cuando las manos del Yakuza masajearon su trasero y sintió unos dedos presionar su entrada sobre la tela de sus pantalones, se exaltó. No quería… ¡No de nuevo! Por favor
-¿No quieres?
Los movimientos de Enel cesaron y sus ojos azules se encontraron con los suyos. Se mantuvo callado por unos segundos sin saber que responder y con el temor recorriéndolo por completo.
“¿Está molesto? ¿Qué es lo que haré ahora?”
-Yo… s-solo estoy cansado
Esperaba que su respuesta no sonara como un rechazo, la seguridad de su familia y amigos dependían de él, tenía que protegerlos a toda costa, él no importaba en lo más mínimo.
-No te obligaré- acarició el rostro del chico lentamente y depositó un beso sobre su frente- la última vez lo hice y me arrepiento de eso
-Tú…
-Te dije que te amo ¿cierto?- llevó una de sus manos hacia la de Luffy y entrelazó sus dedos con esta- prometí que todo volvería a ser como antes, debes creerme
El menor no sabía qué responder, pese a todo lo que Enel le estuviese diciendo en esos momentos, cabía la posibilidad de que fuera una mentira, algo como una prueba para medir su grado de lealtad y obediencia y no podía dejarse engañar por el lado “bueno” del rubio.
Y sí, existía un lado relativamente bueno, porque el malo ya lo hubiese tomado sin importar nada. Mientras más observaba el comportamiento de mayor, más seguro estaba que él podría sufrir de bipolaridad, no era normal sus radicales cambios de personalidad y Luffy debía ser cauto ante ese aspecto.
-Lo intento… por eso estoy aquí contigo
-Tienes razón- beso castamente los labios de Luffy- ¿vamos a la cama? Quiero abrazarte al dormir
“Piensa quedarse”
-Sí, vamos
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Eran las seis y media de la tarde. Había almorzado, tomado una ducha, terminado su trabajo y hasta visto uno de sus programas favoritos, todo con la finalidad de alargar lo que, luego de lo que habló con Trafalgar, había decidido. Y sí, se refería a enfrentar a su mejor amigo.
“Ya pasaron los dos días, los dos malditos días y aún no puedo poner en claro mi sentimientos”
Se recostó en la mullida cama de su habitación y respiró profundamente. Trató de enfocarse en la silueta del rubio de larga cabellera y sintió su corazón llenarse de anhelo.
Lo extrañaba.
Era más que evidente que lo hacía. Había pasado bastante tiempo sin verlo ni escuchar su voz—algo antes impensable al ser su mejor amigo— que ahora bastaba solo imaginarlo unos segundos para que una corriente de ansiedad atravesase completamente su cuerpo.
“Maldición, Killer… ¿por qué? ¿Qué le viste a un idiota como yo?”
Peinó sus rojizos cabellos con los dedos en señal de frustración y tras unos minutos de evaluar en su mente su próxima jugada, se levantó rápidamente de su cama.
“No puedo esperar más”
“Debes darle tiempo para olvidarte ¿comprendes? si no puedes quererlo de la forma en la que él te quiere debes dejarlo olvidarte, solo así podrán recuperar su amistad”
-Tsk… lo sé maldito Trafalgar, pero necesito verlo, hablar con él
Fue en busca de la llave de su auto y tras ponerse una chaqueta debido al frio clima, salió rumbo al estacionamiento del edificio.
…
…
A pesar del tiempo que llevaba sin verlo, él dolor no disminuía, al contrario, no hacía nada más que aumentar junto con la ansiedad que sentía por escuchar su voz una vez más.
Detestaba días como aquel, en el cual no tenía como distraerse al tener finalizado su manuscrito debido a que todos sus pensamientos se volcaban siempre sobre una sola persona: su amor no correspondido.
Fue por esa “pelirroja” razón por la que cuando uno de los tantos amigos que había hecho una semana atrás en una reunión de trabajo lo invitó a almorzar, no lo dudo un segundo y aceptó.
Aun con todos los problemas, que estaba seguro, la máscara que llevaba le ocasionaría, sabía que divertirse era definitivamente lo que necesitaba para no hundirse más en su patética depresión.
Específicamente Alex no lo llevó a un restaurante, en su lugar ambos fueron a un bar muy elegante donde pudieron charlar sobre cosas triviales y pedir también alguna comida para acompañar sus bebidas, todo muy agradable.
Al oscurecer, Alex le ofreció llevarlo a su casa y durante todo el camino Killer no dejó de molestarlo por la forma en la que le contestó a su novia cuando esta lo llamó mientras ambos todavía se encontraban en el bar.
-Llegamos
-Gracias por lo de hoy, fue divertido
Ambos salieron del auto y se encaminaron a la entrada de edificio.
-Esta salida nos consolida como amigos, tienes prohibido retractarte- Alex sonrió
-No lo haré- Killer le devolvió la sonrisa- y espero en un futuro me presentes a tu “caramelito”, estaré encantado
-Jaja- sonrió con las mejillas sonrosadas- ¿en serio? Seguirás molestándome con eso- se acercó a Killer y colocó una mano sobre su hombro derecho
-Fue algo muy tierno, Alex
-Ya olvid…
-Pensé que estabas ocupado
La voz de un tercero se dejó oír en un tono que emanaba enojo. Killer giró su rostro rápidamente y sintió su cuerpo temblar al observar a la persona a la que más y menos deseaba volver a ver, aunque sonara contradictorio.
…
…
Aparcó su auto en el estacionamiento del edificio y se mantuvo dentro tratando de ordenar sus pensamientos, buscando las palabras correctas con las que iniciar la conversación que él y Killer tenían pendiente.
Fue cuando vio un auto llegar que dejó de estar inmerso en sí mismo y decidió salir de su vehículo.
Caminó lentamente hacia la entrada del edificio, pero paró repentinamente al darse cuenta de la identidad de una de las personas que habían llegado en aquel auto plomo.
“¿Killer?”
Su corazón latió fuertemente al divisar su figura a unos metros de él. Su largo cabello rubio, su postura, aquella máscara… sí, era Killer.
La risa de ambos hombres llegó a sus oídos y fue la chispa que encendió su molestia. Si entendía la situación, Killer acababa de llegar en el auto de ese extraño, ambos parecían charlar con diversión por lo que intuía era uno de sus amigos.
“O quizá algo más”
Cuando aquel hombre de cabellera azulada colocó una de sus manos sobre el cuerpo de Killer, el recipiente interno que contenía su autocontrol rebalsó. En su mente miles de preguntas se formulaban, no importando si podía responderlas o no.
“¿Quién es ese idiota? ¿Por qué toca a Killer con tanta confianza? ¿Por qué parece divertirse tanto a su lado?... ¿Por qué prefirió salir con él en lugar de conversar conmigo?”
Sus piernas se movieron sin pensarlo y cuando se dio cuenta ya había llegado junto a ellos, hablando con un tono demasiado rudo y lleno de enojo sin siquiera tener la intención.
…
…
-K-Kid
-¿Lo conoces?
Alex miraba desconcertado a su amigo y al pelirrojo que acababa de llegar junto a ellos. El ceño fruncido y la mirada fulminante que este le dedicaba mostraban cuan enfadado se encontraba y no entendía qué había hecho para que aquel hombre lo odiase a tal grado.
-Sí, es un amigo- respondió Killer después de unos segundos
-Ya veo- Alex se giró y extendió su mano hacia Kid con una sonrisa- me presento, mi nomb…
-¿No me responderás?- interrumpió Kid mirando al rubio fijamente- me dijiste que estabas ocupado, pero tienes tiempo para salir con este idiota ¿eh?
Killer no sabía cómo sobrellevar la situación, por un lado no tenía la más mínima intención de explicarle a Kid por qué prefería mantenerse distanciado de él, pero por el otro, Alex estaba presente y no deseaba por ningún motivo armar una escena frente a su nuevo amigo.
-Hablaremos en mi departamento- fue todo lo que le dijo a Kid antes de dirigirse a Alex nuevamente- debo irme, hablamos después ¿está bien?
-¡No puedo creer que después de todo me ignores de esta manera! ¡¿Sabes cuantas veces te llamé en estas semanas?!
El pelirrojo estaba comenzando a exaltarse y Killer sabía muy bien que eso solo ocasionaría una cosa: problemas.
-Oye cálmate, no tienes por qué gritarle- habló el peliazul con el ceño fruncido
-No estoy hablando contigo, no te metas en nuestros malditos asuntos, imbécil
-¡Ya basta, Kid!- dijo ya exasperado el rubio- Adiós, Alex- se dirigió al otro hombre
-¿estás seguro?- no creía fuese una buena idea dejar a su amigo con aquel psicópata
-Sí, no te preocupes
Con esto el peliazul se dirigió a su auto y salió del estacionamiento. Luego de unos minutos de silencio, Killer comenzó a caminar rumbo a su departamento, seguido por un enojado Kid.
“Debí haberle partido la cara a ese imbécil”
…
…
-¿Ahora sí me contestarás?- habló una vez los dos estuvieron dentro de la morada del rubio- ¿por qué mierda no contestabas mis llamadas?
-Tenía mucho trabajo, te escribí eso
-¡Una maldita vez! Después de eso no pude contactarte en lo más mínimo
-Olvidé hacerlo, Kid, ya sabes como es mi editora cuando tengo que entregar un manuscrito
“¿Se le olvidó?” Kid apretó los puños fuertemente, su enojo estaba sobrepasando sus límites, sobre todo por haberse visto desplazado por aquel miserable peliazul.
-Claro- sonrió sarcásticamente- se te olvidó… ¡No me veas la cara de idiota! Por qué no me dices de frente que prefieres pasar tiempo con ese hijo de perra con el que llegaste hoy que hablar conmigo, pensé que era tu mejor amigo
-¡No hables así de él!- le irritaba la manera en la que Kid hablaba de alguien a quien no conocía
-Oh ¿tanto te molesta?- se acercó a su amigo- están follando ¿cierto?
-Pero que mier…
-Ya lo entiendo- sonrió- todo lo que leí, todo aquello no fue más que una mentira
-¿Qué?
-Amarme- bufó con fastidio- ridículo, solo bastaron unos días para que encontraras alguien con quien revolcarte y yo como estúpido pensando que me había portado mal contigo al haberme ido ese día, soy tan idiota
-… Sí, eres un idiota- agradecía en ese momento llevar aquella máscara, de esa forma Kid no podía ver las lágrimas que recorrían sus mejillas- lárgate
-¿Me echarás?- se sentía tan traicionado, su corazón dolía y solo quería una cosa, herir al contrario como este lo había hecho con él- Dónde quedo ese ‘solo quiero que Kid me abrace’ ¿eh?... ah no, no me respondas, es obvio, como no pudiste conmigo, fuiste y te acostaste con el primero que se te puso en frente, no eres más q…
-¡Ya cállate!- su voz se quebró, pero no le importó en ese momento, lo único que quería era estar solo y acurrucarse bajo las sábanas, tratando de calmar el profundo dolor que sentía en el pecho- ¡lárgate de aquí, no quiero volver a verte!
Al escuchar el tono de la voz del rubio sintió el impulso de acercarse más y tomarlo entre sus brazos, pero su enojo y orgullo pudieron más en ese momento.
“No debí hablarle así, pero… él, él me traicionó, él también tiene la culpa”
-No te preocupes, no me verás de nuevo, puedes seguir revolcándote con ese tal Alex si así lo quieres- miró detenidamente al rubio por unos segundos y luego se dirigió hacia la entrada del lugar- ¡me importa una mierda!- salió del departamento y azotó la puerta fuertemente
Al verse solo, Killer fue rápidamente a su habitación y tras quitarse la máscara, se echó en su cama. Las lágrimas brotaban de sus ojos sin intención alguna de parar, se sentía completamente destrozado y su cuerpo temblaba por la ansiedad en su pecho.
-K-Kid…- apretó su camisa a la altura de su pecho- ¿P-Por qué? ¿Por qué después de todo… aun te sigo amando?
No quería admitir que todo estaba perdido, había tenido la esperanza de salvar la amistad que compartía con el pelirrojo si lograba desenamorarse aunque fuera un poco de él en el tiempo que había decidido no verlo; sin embargo, luego de lo que sucedió esa noche, luego de todo lo que se dijeron… aquello sonaba por demás utópico y eso lo destrozaba infinitamente.
Killer se mantuvo por bastante tiempo de la misma forma, llorando y recordando a Kid, hasta que sus parpados se le hicieron pesados provocando que se quedara completamente dormido.
...