Habían pasado ya varias semanas y todo parecía marchar relativamente bien entre ambos. Crocodile pensó en un principio que a pesar de todo lo que el rubio doctor pudiese haberle dicho la noche en la que hicieron el amor por primera vez, este no tardaría en hacer algo para decepcionarlo, era lógico ya que Doflamingo había sido toda su vida un playboy de primera y sería difícil que cambiara tan abruptamente. Sin embargo, en todo el tiempo que llevaban siendo oficialmente novios, la actitud de Doflamingo había sido de lo más amorosa y empalagosa. No había día que no lo llamara menos de cinco veces y fuera a verlo poniendo cualquier excusa; eso sin duda en lugar de molestarlo, lo llenaba de alegría, aunque no lo demostrase a menudo en su rostro.
“Deja de fruncir el ceño, aunque aun haciendo eso te vez extremadamente lindo, Croco-chan”
Cada vez que recordaba las palabras del rubio no podía evitar sonrojarse, ese idiota era demasiado adorable cuando quería.
-Quien lo hubiese creído
Sonrió y continuó escribiendo en su portátil, no podía permitir que los pensamientos sobre su pareja lo distrajesen mucho en el trabajo.
“Mi pareja”
-Tsk… ahí vamos de nuevo
-Mr. Crocodile
La voz de su secretaria se dejó oír y dirigió la mirada hacia la entrada de su oficina.
-Dime
-Perdón por interrumpirlo, pero el Señor Kishimoto llamó para avisar que no podría asistir a la reunión que tenía planeada hoy en la noche con usted ya que tuvo una emergencia familiar, tal parece que una de sus hijas sufrió un accidente
-Oh… espero no sea nada grave, está bien Sara, gracias
-Con su permiso
Miró la hora en la pantalla de su laptop y se alegró al ver que eran las cinco y media. Al no tener nada más programado para ese día, podría ir y recoger en una hora a Doflamingo del hospital, esperaba este se llevase una gran sorpresa ya que casi siempre era el rubio quien iba por él a su oficina.
-No puedo esperar por verte
...
...
Ese día trató de terminar con todos los informes médicos que tenía pendientes para así llegar a tiempo a la reunión que había acordado con Mika. El cumpleaños de su adorado novio era cada vez más cercano y quería prepararle una cena sumamente especial, una que fuese inolvidable para Crocodile. No se le ocurrió otra cosa que pedirle ayuda a su amiga pelirroja, ella era una excelente diseñadora de interiores y además de eso cocinaba delicioso.
-Me alegra que vinieras, Mika
-Doffy- la chica sonrió y se acercó a él- me alegra tanto que me llamaras
Lo último que supo fue que ella se había apoderado de sus labios. Pensó en empujarla de inmediato, pero al estar ambos frente a la entrada del hospital y sobre todo, al necesitar él de su ayuda, solo le quedó esperar a que ella se alejase para poder así explicarle el verdadero motivo de su llamada.
-Ehh... hermosa, yo- pensó en las palabras correctas- esta vez no me contacté contigo para “divertirnos”, es por otra razón
-¿Ah sí? ¿Cuál?- sonrió
-Verás, necesito que...
-¿Que me dejes follarte?... si, sé que adiviné
Aquella voz retumbó en sus oídos de pronto y giró para observar el rostro de aquel pelinegro que lo volvía loco.
-¿C-Croco-chan?
...
...
Pensó en muchas cosas antes de estacionar su auto en la entrada de Grand Line. Pensó en si debía tocar antes de adentrarse en el consultorio de Doflamingo o simplemente entrar. Pensó en si debía acorralarlo contra su escritorio y besarlo apasionadamente o esperar a que llegasen ambos al auto. Pensó tambien si sería bueno invitarlo a cenar o proponerle comer juntos en su departamento… Wao, sí que pensó en mucho.
Sin embargo, nunca se le cruzó por la mente encontrar al rubio doctor besándose apasionadamente con una bonita pelirroja a la vista de todo el mundo.
Su pechó dolió mucho más en ese instante que la vez en la que en la secundaria, un chico, al cual quería y consideraba su mejor amigo, le dijo que le causaba asco por el hecho de ser gay. Era la primera vez que contaba algo tan íntimo e importante y el hecho de ser rechazado y humillado por alguien tan querido marcó toda su adolescencia. No obstante, el dolor que lo presenciado le ocasionaba era muchísimo peor, su pecho parecía estar desgarrándose internamente y el vital oxígeno comenzaba a faltarle.
“Prometiste que no me traicionarías”
Apretó los puños y pensó en irse. Tenía un orgullo que mantener, él era uno de los empresarios más exitosos del país, alguien que no necesitaba rogar por cariño, no, por supuesto que no.
“Te amo, Croco-chan”
-Tsk, a la mierda las apariencias
...
...
-Apuesto a que no me esperabas
El sonido de su voz sonó con rabia y Doflamingo ató cabos rápidamente: Sí, Crocodile lo había visto.
-Croco-chan, no es lo que tú piensas- a pesar de la mirada desconcertada que Mika le dirigía, lo único que le importó fue acercarse a su novio y tomar sus manos- déjame explic…
El golpe resonó tan fuerte que varios trabajadores del estacionamiento y vigilancia posaron su atención en ellos. El doctor tomó su mandíbula con una de sus manos y limpió el hilillo de sangre que brotó de su labio inferior. No había duda, Crocodile era muy fuerte.
-¡¿Explicarme?!- habló burlón- ¿quieres darme los detalles de cómo se siente su lengua? o no, mejor aún ¿del cómo es el cogértela?
-¿Q-Qué?- Mika tomó su bolsó y cubrió parte de su rostro- Doffy ¿puedes decirme qué es lo que está pasando?
-Es todo un malentendido- dijo dirigiéndose a la pelirroja- Crocodile-habló esta vez mirando a su novio- ¿podemos hablar en otro lugar? Todas las personas están observándonos
-Entérate de que me importa una mierda, Doffy- dijo esto último con mofa- ¿te da pena que se enteren de que eres un maldito hijo de puta infiel? Porque a mí no me importaría gritarlo ahora mismo
-Crocodile- estaba comenzando a irritarse- hablemos en otro lugar
-¡Tú no me das órdenes maldit…!
Doflamingo lo tomó de las muñecas y comenzó a caminar hacia la salida del lugar.
-Te explico todo después, Mika, lo siento por todo esto- dijo antes de alejarse junto al pelinegro
-¡Suéltame, maldito idiota!
-No lo haré- apretó su agarre aún más- no hasta que lleguemos a un lugar tranquilo donde podamos hablar
Tras unos minutos de gritos e insultos, ambos hombres llegaron a un callejón. Era un poco estrecho, pero no había mucho movimiento por los alrededores y en ese momento lo que más necesitaban era privacidad.
-Aquí está bien, ahora suéltame
Crocodile logró zafarse del doctor y se apartó un poco de él.
-Ahhh- suspiró- escucha Crocodile, tienes que dejarme explicarte lo que sea que hayas visto
-¡No haya nada que explicar!- habló con furia- Acepta que me estabas viendo la cara de estúpido
-¡No, no es así!- se acercó hacia el empresario y tomó sus hombros- Mika, ella me besó, yo solo…
-Mika… así que ese es el nombre de esa zorra
-¡¿Qué no estás escuchando lo que te estoy diciendo?!
-¡Deja de mentir!- se alejó del contacto- yo sé lo que vi ¡tú la estabas besando!
-¡Ella me beso!
-¡Pero tú no te alejaste!- de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas sin que pudiese evitarlo, no era tan fuerte como imaginaba- no lo hiciste… e-esperé a que eso pasara, quise creer que pasaría
-Mi amor- se agachó y pegó su frente a la del pelinegro- es cierto que no me alejé, pero debes escuchar mis razones
-Solo acepta que te aburriste de mi- apretó sus puños y se alejó del cuerpo contrario- que quisiste devuelta la vida de playboy y que nunca me amaste, solo acéptalo Doflamingo- lo miró fijamente mientras sus lágrimas seguían recorriendo sus mejillas
-¡No puedo hacerlo porque no es verdad!- su voz sonó desesperada. ¿Cómo todo pudo terminar tan desastrosamente?- ¡Yo te amo!
-¡Ya cállate!- gritó- deja de mentir y ve tras esa mujer, atrévete a negarme que es una de tus ex amigas sexuales, ¡vamos niégalo!
-…- no podía negarlo, ella había sido una de sus “amigas”, pero al no tener a ningún conocido a parte de ella que supiese como organizar un evento, tuvo que pedir su ayuda, no tuvo otra opción
-Uhm…- sonrió tristemente- lo sabía, fui un idiota al creer en tus palabras
-Crocodile, déjam…
-Terminamos- su corazón se partió en miles de fragmentos al decir aquella palabra- se acabó
-¿Es eso lo que quieres?- de un movimiento rápido lo acorraló contra una de las paredes- ¡vamos, repítelo!- apoyó ambos manos a cada lado del rostro del pelinegro
-¡Aléjate!- trató de empujar el cuerpo contrario, pero no fue capaz de moverlo
-¡Respóndeme!- se le quebró la voz- ¿En serio quieres terminar conmigo?
-No quiero volver a ver tu estúpida cara de nuevo- expresó con odio
-Bien…- sintió calidez en las mejillas y no quiso creer que estuviese llorando, se había vuelto débil- pero que quede claro que no te perseguiré aunque me esté muriendo por dentro- se alejó lentamente del cuerpo ajeno- tú no confías en mí y es en eso en lo que se basa una relación ¿o no?
-…- le dolía tanto verlo llorar, pero no podía ceder; él lo había traicionado- Así es- miró fijamente los ojos de su ahora ex pareja durante unos segundos para luego comenzar a caminar hacia la salida del callejón- Adiós, Doflamingo
-Croc… Tsk…- apretó los puños fuertemente y golpeó la pared frente a él repetidas veces con todas sus fuerzas- ¡maldición!
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-Z-Zoro
No sabía como habían llegado a esa situación, pero no se arrepentía. Fueron tantas las ocaciones en las que había soñado con el momento en el que él y el policía hicieran el amor, que el que ahora se encontraran en una de las bodegas del Baratie pasaba a segundo plano.
-Sanji
Su ronca voz resonaba tan excitada contra su oído que lo único que hacía era querer aún más de él, más de sus manos masajeando su entrepierna, más del roce de su cuerpo contra el suyo… más de su lengua, lamiendo y succionando su piel.
-¡Ahh! a-ahí, marimo
-Mierda
Hace mucho que Zoro había perdido su autocontrol. Todo había empezado con un beso y ahora mantenía acorralado contra la pared al rubio cocinero, tocándolo por todas partes y gimiendo deliciosamente para él.
-Yo… nngh… quiero que me toques ahí, por favor
Casi se vino por el tono de voz tan necesitado de su pareja. Sabía a qué se refería su rubio con “ahí” y a pesar de su excitación, los nervios no tardaron en apoderarse de él.
-¿E-Estás seguro?
-Sí… yo quiero- su sonrojo no tenía límites- t-tus dedos
Con el rostro igual de rojo Zoro se acercó a él y lo besó profundamente para luego ofrecer dos de sus dedos a Sanji.
-Lubrícalos
Sanji los lamió y succionó durante unos segundos de una manera tan erótica que en lo único que podía pensar el peliverde era en aventarlo al suelo, arremeter contra él y follarlo hasta que ambos perdiesen la conciencia. Mierda, lo que Sanji hacía con sus principios no tenía precio.
-Z-Zoro
-Shhh- le susurró al oído- ahora se buen chico y bésame, cocinero
Su petición fue concedida a medida que él dirigía sus dedos a la entrada del rubio. Adentró uno lentamente provocando que su novio gimiera en su boca y mordiese sus labios. El dolor mezclado con el placer que sentía era inigualable.
-¿Te gusta?- preguntó mientras lamía desde su cuello hasta su clavícula
-D-Duele…
-¿Quieres que pare?- se apoderó de sus labios unos segundos
-N-No…- logró responder entre el contacto- n-ni se te ocurra, marimo
-Bien
En ese momento la puerta de la bodega se abrió abruptamente dejando ver a Nami y Ussop.
El primer grito que se escuchó fue el del moreno, quien se tapó los ojos con ambas manos para luego comenzar a rezar. El segundo fue de Sanji, el cual se escondió tras Zoro y comenzó a acomodar su ropa. El policía y Nami solo se miraron sin decir palabra.
-¿¡Por qué no pusiste el seguro, estúpido marimo?!
-No tenía pensado que esto pasaría, sola vinimos a recoger unas cajas ¿recuerdas?
-Sí, pero…- su rostro estaba sumamente sonrojado- todo es tu culpa, idiota
-¿Qué?
-No comenzarán a pelear ¿o sí?- interrumpió Nami- por qué mejor no siguen con lo que estaban haciendo
-¡¡Q-Qué!!- Ussop miró horrorizado a su amiga- Pero que cosas dices, Nami
-Eso, que sigan, aun no llegaban a la mejor parte
Zoro no podía creer lo descarada que era esa mujer, y él que pensaba que la persona más pervertida de su grupo de amigos era Vivi por los mangas que la encontró leyendo una vez; había estado sumamente equivocado.
-N-No digas eso, Nami-chan
-No debes avergonzarte, Sanji- sonrió- estamos entre amigos
-Aun así…
-¿Y por qué están ustedes aquí?- habló Zoro
-Zeff-san nos mandó a buscar unos ingredientes, iba a venir él en persona, pero nosotros nos ofrecimos, tuvieron suerte chicos
-Así, es- dijo Ussop ya más tranquilo- no puedo imaginar lo que hubiese sucedido si tu papá los encontraba, Sanji
-Nos hacía picadillo- respondió la pareja
-O le daba un infarto- agregó Nami
-Bueno chicos, es mejor que llevemos lo que nos pidieron de una vez- Ussop fue hacía uno de los estantes que allí habían y tomó una pequeña caja- salgan todavía dentro de unos minutos, Zeff-san piensa que te escabulliste del trabajo por Zoro, Sanji, así que sería raro si los ve llegar con nosotros
-O-Ok – fue lo único que respondió el cocinero
Nami y Ussop se dirigieron a la puerta, pero antes de salir la pelinaranja se giró y con una sonrisa maliciosa se dirigió al policía.
-Será mejor que te abroches ese pantalón, Zoro-kun
-Tsk- su rostro se tornó rojo nuevamente- cállate maldita arpía
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