No había visto al muchacho esa mañana tras salir de su departamento ni cuando llegó al hospital, y no entendía porque tenía la insoportable necesidad de ver el rostro del pequeño enfermero y escuchar su voz pronunciando el sobrenombre que le había puesto. El día anterior había supuesto que lo único que quería de él era tirárselo y punto, entonces ¿Qué tenía que ver con eso su rostro y sonrisa?
Luego de todas las consultas que le habían sido programadas para esa mañana, fue rumbo a la máquina expendedora de café a por ese amargo líquido que lograba relajarlo. Al pasar por la sala de enfermería tuvo la necesidad de entrar y buscar a aquel pequeño chico, se debatió mentalmente durante varios segundos si debía llegar a eso solo por alguien que de lo único que quería era sexo, pero al final se decidió por tomar la manija de la blanca puerta y entrar sin ningún reparo. Ya inventaría algo si el enfermero le preguntaba la razón de su presencia allí.
No imaginó que lo primero que vería apenas al entrar en la gran habitación sería aquella escena tan irritante para sus ojos.
Frunció inmediatamente el ceño al notar la cercanía que tenía aquel sujeto peliverde con Luffy y la gota que rebalsó el vaso fue el observar cómo las manos del pequeño chico eran tomadas por el otro enfermero.
Su cuerpo actuó guiado por el instinto y se acercó a ellos. Miró fulminantemente a Bartolomeo y tras tomar el brazo de Luffy, separándolo en el acto del contacto que mantenía con el peliverde, lo jaló y se lo llevó fuera de la sala.
-¿Q-Qué sucede?-estaba realmente confundido por la situación en la que se encontraba ¿A dónde lo llevaba Torao?
-Solo sígueme
Después de unos minutos llegaron al consultorio del cirujano. Tras entrar ambos, el mayor cerró la puerta y tras mirar el rostro de Luffy supo entonces la magnitud de lo que había hecho.
“Mierda…”
-¿Me dirás que pasa?- lo miró con el ceño ligeramente fruncido- ¿Hay alguna emergencia?
-¿Porque aquel sujeto te estaba tomando de las manos?- la pegunta la formuló antes de que siquiera pudiese razonar- ¿Tienen una relación?
Miró a Trafalgar fijamente durante unos segundos antes de responder. Ni el mismo sabía porque el chico peliverde había hecho eso y menos entendía la actitud del doctor frente a él.
-No lo sé- habló calmadamente- recién hoy lo conocí, pero… ¿por qué te importa? ¿Acaso él es algo tuyo?
Su voz no tenía ningún tono malicioso o de burla, simplemente expresaba la búsqueda de respuestas en la que se encontraba. No era tan tonto como solía aparentar y tras lo que vio en el Baratie, supo que el doctor no era alguien de una sola pareja. El que fuese de esa forma no le parecía extraño ni malo, es decir, si al doctor le gustaba ser libre y tener solo encuentros ocasionales estaba bien, era su decisión.
Pensó entonces que quizá el chico de nombre Bartolomeo pudiera ser alguna de las tantas parejas del doctor y que fuese esa la razón por la que parecía enfadado, por eso cuestionó aquellas interrogantes.
-Por supuesto que no- respondió sin titubear el doctor, quien con la respuesta que obtuvo del chico no estuvo nada satisfecho y al escuchar sus preguntas se puso algo nervioso.
“Maldición, parezco el novio celoso reclamando por una supuesta infidelidad”
-Entonces no entiendo nada de lo que está pasando, Torao- llevó una de sus manos a su cabeza y peinó sus cabellos en señal de confusión
-Yo…- en su mente una idea surgió y pensó que ese podría ser el inicio de todo, mientras más pronto mejor, llegaría a tener un buen polvo con el enfermero y después de que se aburriera lo dejaría, total, sería como cualquiera de sus citas ocasionales- estaba algo celoso- sonrió burlón y se acercó a Luffy y tomó una de sus manos de forma lenta- ¿no te has dado cuenta de lo mucho que me atraes?
El toque que Torao infringía en su piel quemaba de una forma que nunca antes había sentido y sin desearlo se sonrojó al escuchar lo dicho por el doctor.
-¿Atraer?- el rostro de su expareja apareció repentinamente en su mente y provocó que se soltase del agarre de Law- n-no bromees
Al observar el nerviosismo del chico decidió jugar mejor sus cartas. Tal parecía que lo mejor sería ir despacio y no ser tan directo con sus proposiciones.
-¿Lo dices porque tienes novio?
-¿Q-Qué?
-Vivo en el departamento que está al lado del tuyo- dijo calmadamente- y te vi abrazando a aquel sujeto peliverde
Entendió entonces a qué se refería el doctor y se apresuró a aclarar el malentendido, no porque creyese que Torao tuviese el derecho a una explicación, sino porque no quería que se pensase así de Zoro y menos cuando este estaba babeando, anhelando y casi por los suelos por Sanji desde hace tanto.
En su mente la imagen de su amigo con el ceño fruncido y quejándose por lo que pensaba de él apareció divirtiéndolo unos instantes.
-Si te refieres a Zoro, él es solo mi amigo
-No sabes cuánto me alegra escuchar eso- respondió sonriendo de lado
-… -no sabía que más decir, la sola presencia del moreno lo ponía demasiado nervioso
-Soy serio, Luffy-ya- colocó una de sus manos sobre la cabeza del menor y revolvió sus cabellos lentamente- ¿aceptarías salir conmigo el fin de semana?
Una corriente recorrió todo su cuerpo al sentir el cálido tacto de Law, no se creía lo que oía, aquel doctor que lo único que había hecho en los pasados días había sido molestarlo y burlarse de él ¿Lo estaba invitando a salir?
“Métete bien esto en la cabeza, nadie te querrá jamás, estás completamente mancillado”
No supo cómo pero ya de sus ojos estaban brotando unas cuantas lágrimas. Agachó la mirada rápidamente y se giró en dirección a la puerta.
-N-No puedo, lo siento
Había quedado atónito por lo que acababa de presenciar. Esperó cualquier reacción por parte del pequeño enfermero, desde un sonrojo hasta un ceño fruncido por su atrevimiento, pero el que llorara lo desubicó completamente ¿Quién llora luego de que alguien te propone salir?
Notó que el pelinegro estaba por irse de su consultorio y rápidamente lo tomó del brazo.
-No me rendiré, Luffy-ya
Soltó el brazo del menor y observó cómo este sin brindarle alguna contestación, se retiró de la estancia dejándolo solo.
“Su expresión al llorar denotaba demasiado dolor, no comprendo qué fue lo que lo llevo a ponerse así”
Quiso ignorar lo que sintió en su pecho al verlo de ese modo, olvidar las ganas que tuvo de abrazarlo y susurrarle un ‘todo va a estar bien’, pero no pudo. Era idiota el tener todas esas emociones dirigidas a un chico que conocía de hace tan poco, nunca había experimentado algo como aquello.
“No quiero creer que es algo más que simple deseo sexual, es imposible”
“Oboreru sakana suisou no naka torikago no tori kyuukutsu na sora itsu shika bokura kidzukanai mama ai mo nikushimi mo kiete kiete kurai tada tada tada”.
Su celular comenzó a sonar y tras ver la persona que lo llamaba, no pudo evitar suspirar.
“Hoy no quería beber”
-Diga
-Hey, Trafalgar- saludó animadamente- hoy habrá reunión en casa de Killer; Hawkins y Apoo me dijeron que se olvidaron de avisarte ayer ¿vendrás cierto?
-No lo sé Eustass-ya, no estoy de humor
-No seas aguafiestas, habrán muchas chicas y chicos, el sexo está asegurado jaja
-¿Crees que Killer lo permita?-dijo con burla al imaginar el rostro molesto del pelilargo cuando encontró a Hawkins follando con una chica en su baño
-Ya hablé con él y me dijo que no había problema
Law pensó entonces en cual habría sido el rostro de Killer al aceptar la petición del pelirrojo. Eustass era demasiado idiota para darse cuenta definitivamente. El moreno podía ser bastante insensible, pero conocía a eso sujetos desde la preparatoria, podía considerarlos sus únicos amigos y ver sufrir a uno de ellos no le era muy agradable.
-Está bien, estaré allí a las nueve masomenos
-Vale, nos vemos entonces
-Adiós
Colocó el móvil sobre su escritorio, tomó los exámenes de sus pacientes de uno de los cajones de este y se dispuso a revisarlos. Terminaría todos sus deberes para poder asistir a la fiesta en casa del rubio. Aceptó porque quizá con algún otro polvo rápido lograría dejar de pensar en Luffy y además, debía hablar con Killer respecto a ‘ese’ asunto.
“Killer-ya, tú también eres idiota”
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Después de salir del consultorio del pelinegro, decidió utilizar su hora de almuerzo e ir hacia el jardín con el que contaba el hospital, ya que allí los pacientes podían pasar un buen rato y olvidarse un poco de lo que los aquejaba, y eso era especialmente lo que él necesitaba, tratar de olvidar, aunque fuese un poco, lo sucio que estaba por culpa de Enel.
-Luffy-kun ¿Te encuentras bien?
Estaba tan ensimismado en sí mismo que no se dio cuenta que la directora del hospital venía caminando en su dirección.
-Sí, Dra. Robin ¿por qué lo dices?
-Tus ojos rojos me dicen lo contrario- sonrió maternalmente y se acercó aún más al pequeño chico- puedes contar conmigo si algo malo te sucede
-Yo...- se había olvidado por completo de que había llorado, ahora no tenía excusa que inventar- gracias por preocuparte- sonrió tristemente
-Cuentas conmigo para todo, Luffy-kun, ya que somos amigos ¿cierto?- al pelinegra revolvió los cabellos del menor mientras sonreía
-Sí- devolvió el gesto- muchas gracias
-SUUUUPER…
Un grito se dejó oír en el pasillo provocando que los dos volteasen en busca del autor.
-Eso fue snif… suuper tierno snif…
Un peliazul de camisa extravagante y pantalones cortos se acercó a ellos llorando y secando las lágrimas que brotaban de sus ojos con su antebrazo.
-Ya te lo dije muchas veces, Franky- Robin sonrió enternecida al ver al hombre- no grites aquí ¿ok?
-E-Es que snif… lo que vi f-fue muy l-lindo snif…
-Solo le di mi apoyo a un amigo- la doctora miró a Luffy por un momento
-¡Oh… cierto!- el peliazul dejó de llorar repentinamente y se acercó al enfermero para tomarlo de las manos y agitarlas fuertemente- hola pequeñín, mi nombre es Franky- sonrió- y también puedes suuuper contar conmigo ¿vale?
Luffy asintió algo sorprendido por la peculiar actitud del hombre frente a él y al sentir la sinceridad en las palabras del peliazul sonrió en respuesta.
-Bueno, ya te presentaste así que mejor vamos de una vez a almorzar o se nos hará más tarde- Robin se acercó al enfermero con una sonrisa- Nos vemos luego, Luffy-kun y recuerda ‘Por muy larga que sea la tormenta el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes’
-Sí, lo haré- respondió agradecido por las palabras de la doctora
-Adiós pequeñín, espero vernos de nuevo ¡suuper mejórate!- habló Franky para luego tomar la mano de su novia e ir junto con ella a disfrutar una deliciosa comida
“La doctora Robin y Franky se ven muy bien juntos, sus personalidades se complementan muy bien”
Siguió su camino hacia el jardín y tras sentarse en una de las bancas cercanas a la pileta en el centro del lugar, el rostro del sarcástico doctor de nombre difícil le vino a la mente.
-No puedo creerle, él es una persona a la que le gusta tener muchas parejas
“No me rendiré, Luffy-ya”
Su corazón latió fuertemente al recordar lo último que le dijo al salir de su consultorio.
-Y aún si fuera verdad, lo dice porque no sabe lo que soy- las imágenes de lo que le habían hecho en aquella bodega hace un par de años atrás invadieron su mente provocando que su cuerpo temblase por el miedo- estoy sucio y…- tocó su pecho arrugando un poco su blanco uniforme- marcado para siempre
Permaneció sentado observando el cielo durante todo su descanso y una vez este acabó, regresó a sus deberes procurando en todo momento no tener que cruzarse con el alto doctor.
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