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Descubriéndolo a tu lado por ValexWalker

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Notas del capitulo:

Hiii!!!

Perdón por la demora T.T La inspiración no llega y así T.T

Feliz 14 para tod@s <3 <3 <3 atrasado, pero en fin...

5 capítulos y se acaba el fic O.O ... iré haciendo la cuenta regresiva jaja 

Este cap es pues.. acerca de ellos a los que parece que habían olvidado :)

Espero les guste !!

Había terminado de atender a todos los pacientes que tenía programados y ahora se dirigía rumbo al estacionamiento del hospital a por su vehículo.

No demoró ni diez minutos en llegar hacia allí y tras acomodar su maleta y cambiarse la bata blanca que siempre llevaba en el trabajo por una chaqueta de color rosa que combinaba perfecto con sus jeans negros, pisó el acelerador a fondo con un único lugar como destino en mente: el burdel.

No importaba si no iba al hospital al día siguiente ya que había otro especialista de la misma área en la que se desempeñaba disponible y además porque hace ya un par de semanas había pedido a la directora Robin permiso para ausentarse.

¿La razón? El cumpleaños de su novio, o bueno, ahora ex-novio.

Doflamingo había planeado todo con anticipación; primero lo recogería del trabajo y luego lo llevaría a cenar; después, iría con él al mar y le entregaría unos anillos de pareja en símbolo del gran amor que se tenían bajo el gran manto de estrellas y agradable vista del océano; más tarde, lo llevaría a un lujoso hotel y le haría el amor hasta que Crocodile no pudiese recordar su nombre; y finalmente, pasaría todo el día siguiente junto a él, mimándolo.

Él había querido que todo fuese perfecto y por eso invitó a una de sus amigas para que lo ayudase a organizar la cena que tenía pensada, nunca imaginó que Crocodile llegaría y lo malinterpretaría todo ni mucho menos que terminarían su relación. Era cierto que Mika había sido una de sus compañeras sexuales y que encontrarse con ella nuevamente fuese la razón que fuese se prestaría para malas interpretaciones, pero ¿dónde quedaba la confianza?

Doflamingo fue un playboy de lo más famoso y sabía que cualquier persona se lo pensaría dos veces antes de comenzar una relación formal con él; sin embargo, fue de esa forma en la que conoció a Crocodile y luego de un tiempo de negación tras negación confesó sus sentimientos abiertamente; él había sido sincero con el pelinegro y pensó que a pesar de su reputación él creería en sus palabras… al final, había estado completamente equivocado.

“Ocho y media… a esta hora deberíamos estar cenando celebrando tu día”

Apretando el volante y gruñendo por la frustración que sentía estacionó su auto frente a un famoso burdel de la ciudad que antes frecuentaba, sobre todo cuando ninguno de sus amigos sexuales se encontraba disponible.

Entró al lugar y al instante se sintió profundamente mal, habían pasado dos semanas desde lo ocurrido con Crocodile y eso era lo que hacía ahora ¿ir a un burdel?

-Maldición, Croco-chan

Al decir su nombre miles de recuerdos le vinieron a la mente al instante. La sonrisa del empresario, sus gestos de disgusto o enfado, la mirada toralmente perdida en deseo cuando se encontraba enterrado profundamente en él y lo embestía como una bestia en celo, lo erótico de sus gemidos, el sonido de su voz diciéndole que no se detuviese… todo él era tan malditamente hermoso, y pensar que ahora ya no podría estar más a su lado y disfrutar de todo aquello lo hacían querer morir allí mismo.

“Debo tratar de olvidarte”

Era por eso que estaba en aquel lugar en primer lugar, para olvidar a Crocodile. La última vez que se vieron le dijo que no lo perseguiría y había cumplido, luchando incansablemente cada minuto para no dejar lo que fuese que estuviese haciendo e ir a por él, pero lo había hecho.

¿Era orgullo? Doflamingo aseguraba que no, que lo que principalmente lo detenía de ir por el hombre que amaba era la profunda decepción que sentía de él mismo, al no haber rechazado al instante el beso de Mika y también la decepción que le provocaba saber que Crocodile no había creído en él, en el amor que le tenía.

Si pudiese regresar el tiempo, rechazaría el roce de labios que Mika le dio al instante a pesar de que fuese un movimiento brusco y estuviesen en público, las cuales fueron las razones por las que no lo había hecho cuando sucedió. El contacto no había durado más que un par de segundos, pero a su término él había planeado explicarle amablemente que no volviese a hacer eso de nuevo ya que se encontraba en una relación con la persona más increíble y maravillosa del mundo, y a la cual, por supuesto, amaba profundamente. Sin embargo, no fue capaz de hacerlo ya que Crocodile se apareció frente a ellos y pasó lo que pasó.

“¿Sí hubiese evitado el beso, sería diferente?”

Quería creer que sí, que si aquel hubiese sido el caso, el empresario no se habría dejado llevar por los celos y habría creído en él y en todo el tiempo que habían permanecido juntos.

“Pero los hubiera no sirven de nada”

Sin darse cuenta cómo, terminó sentado tras una mesa con un vaso de whisky en la mano. Sus pensamientos sobre el pelinegro siempre lo desconectaban de la realidad y a pesar que aquella noche se había decidido por tener una buena sesión de sexo y así poder sacárselo de la cabeza por al menos un minuto, tal parecía que era más que un caso perdido.

-Hola ¿Quieres compañía?

Una mujer muy hermosa de ojos negros y cabellos castaños se acercó a él y sugerentemente se apoyó sobre la mesa dejando notar sus grandes pechos.

“Es muy bella… entonces por qué yo…”

-Lo siento hermosa- forzó una sonrisa- esta noche vengo por un chico

-Oh- la mujer sonrió divertida- déjame mandarte uno entonces ¿alguna preferencia, guapo?

-Cabello negro

-Entendido

La joven se retiró y luego de un par de minutos un chico se apareció frente a él. Llevaba una camisa negra sin abotonar y un short más arriba de los muslos, el cual resaltaba en demasía su buen formado trasero.

-Hola, me dijeron que buscabas compañía

“Su cabello…”

-Así es

El chico sonrió e inmediatamente se sentó sobre sus piernas. Doflamingo pudo sentir como su trasero se restregaba sobre su miembro y la lujuriosa mirada que tenía sobre él.

-Entonces comencemos

Ni siquiera se movió cuando el pelinegro se abalanzó contra su boca y lo besó profundamente. Podía decir que la técnica del muchacho era sumamente buena y quizá en la época en la que solo le importaba tener sexo y divertirse, habría estado duro al instante solo por aquel acto, pero en ese momento, no sintió nada, ni el más mínimo cosquilleo en su cuerpo.

“Crocodile…”

Colocando sus manos sobre los hombros del chico, lo alejó lentamente de él. No podía seguir adelante con eso. No cuando lo único que ocupaba su mente y corazón era la imagen de la persona que amaba.

-L-Lo siento

-Estás a punto de llorar- el chico habló sorprendido- no pensé que besarte provocaría algo así

-¡No! No es tu culpa- se pasó una mano por sus rubios cabellos en señal de frustración- lo que sucede es que…

-No te preocupes- interrumpió mientras sonreía- entiendo perfectamente, mal de amores ¿cierto?

Doflamingo asintió avergonzado y apretó los puños tratando de evitar que las lágrimas se hiciesen presentes.

-Lindo, no creo que deberías estar aquí- el chico se reincorporó del regazo del doctor y se paró frente a él- solo observa a tu alrededor, todos disfrutan de la bebida, el espectáculo y la compañía, alguien con el corazón roto como tú solo debería estar en dos lugares

-¿Dos lugares?

-Si es que no hay la mínima esperanza, te recomiendo que vayas a tu casa, termines todas las cosas pendientes en tu trabajo y te pongas a ver una película con pop corn a tu alcance; sin embargo, si existe todavía una posibilidad, por más pequeña que esta sea, de reconciliarte con la persona que amas, lo que debes hacer es ir directo a su casa o a donde se encuentre y decirle… no, gritarle cuanto lo amas

-Lo que sucede es q…

-Deja de pensarlo, no seas idiota ¿está bien? Lucha por ese amor que es capaz de hacer que alguien tan grandote y fortachón como tú esté a punto de llorar como una nena de un año ¿así o más claro?

Doflamingo no pudo evitar sorprenderse. ¿Aquel chico acababa de llamarlo idiota? Sin duda era una buena persona, sobre todo por animarlo a ir y buscar a su pelinegro gruñón.

-Gracias

-No tienes que dármelas, en serio pensé que hoy era mi noche de suerte, tú sabes, es difícil encontrar un cliente tan guapo y justo cuando luego de tanto me toca un rubio tan sexy como tú, resulta que está sufriendo por amor… te odio, hombre

-Eres muy hermoso, encontrarás a alguien pronto, créeme

-Te tomaré la palabra- sonrió- pero bueno, ya es mucha charla ¿no? Es hora de que te largues a buscarlo, apúrate

-Sí, sí, solo deja que saque el dinero del trago

Tras guardar su billetera, el doctor se acercó al chico y le entregó el dinero del whisky junto con el pago que se suponía le daría si es que hubiesen tenido relaciones.

-Pero no hiciste nada conmigo, no es necesario q…

-Es por el consejo- Doffy sonrió genuinamente por primera vez luego de lo ocurrido- muchas gracias

Dicho esto se alejó del contrario y corrió prácticamente hacia su auto. Sí, había prometido no ir a buscarlo y lo decepcionaba profundamente el hecho de que Crocodile hubiese dudado del amor que le tenía; sin embargo, todo aquello pasaba a segundo plano cuando pensaba en no ser capaz de verlo, de besar sus labios o fundir su cuerpo con el suyo nuevamente. No, él no era capaz de renunciar a él sin jugar su última carta primero, aquel hermoso y terco hombre lo escucharía así fuese lo último que hiciese.

Se encontraba sentado frente al gran balcón en su departamento mientras contemplaba el cielo lleno de estrellas, Crocodile no sabía exactamente cuántas copas de brandy llevaba tomando, pero de lo que si estaba seguro era que nunca se había sentido tan triste y enojado como lo estaba en ese momento.

Su cumpleaños no había sido para él casi nunca un motivo de celebración, esas cosas poco le importaban e incluso aunque parte de su familia lo llamase para saludarlo o para invitarlo a comer con ellos, siempre terminaba por rechazarlos de la manera más educadamente posible y así poder seguir trabajando y enfocándose en las cosas que creía sí merecían ser dignas de su atención.

Aquel año no fue diferente. Pasó toda la mañana y tarde en la empresa atendiendo asuntos de suma importancia relacionados con la exportación y venta de productos, para después ir a su departamento, tomar una ducha y prepararse un trago con el cual relajarse un poco. Sin embargo, pese a que le hubiese gustado que aquel 18 de octubre pasase desapercibido como cualquier otro, su mente y corazón se empeñaban en evitar que así fuese.

En la soledad en la que se hallaba no podía no recordar lo que había pasado hace dos semanas fuera del hospital Grand Line, la imagen de Doflamingo y aquella mujer besándose aún lo atormentaba y muchas veces provocó que desquitase su ira rompiendo todo tipo de adornos e inclusive su celular, el cual terminó destrozado contra la pared de su habitación.

Crocodile sabía que no sería nada sencillo olvidarse de aquel rubio doctor, el amor que sentía por él era tan grande que dudaba siquiera que algún día lograse su cometido; no obstante, luego de lo que Doflamingo le hizo no podía hacer nada más que intentarlo, él no iría a buscarlo para decirle que lo perdonaba, no, no después de haberlo engañado.

“¿Y si dijo la verdad?”

La duda carcomía constantemente su tranquilidad, pero su enorme y aplastante orgullo le permitía mantenerse firme. Crocodile no era tonto, no podía dejarse manipular por palabras y explicaciones superfluas, él sabía lo que había visto, no existía nada más.

“Te extraño, maldito flamenco”

Podía permitirse eso ¿cierto? Lo amaba a fin de cuentas, aún si había sido él mismo el que lo terminó, podía permitirse el extrañarlo, sobre todo aquella noche en la que se suponía la pasaría a su lado. No le importaba su cumpleaños, era verdad, lo que realmente le importaba era aquel bastardo, su compañía y el calor de su cuerpo junto al suyo.

“Soy un idiota”

Se sirvió otra copa de aquel líquido oscuro y evitó con todas sus fuerzas el que más lágrimas de las que ya había derramado por el rubio se hiciesen presentes nuevamente. No podía permitirse ser débil, suficiente había sido el hecho de enamorarse como un estúpido y recibir a cambio nada más que desilusión y traición.

Estaba por tomar su bebida cuando el sonido del timbre se dejó oír. Fastidiado, se levantó con un poco de dificultad debido a las muchas copas que llevaba encima y se aventuró hacia la entrada del lugar. Seguro se trataría de un paquete que algún miembro de su familia le había enviado como regalo, cada año era igual.

Al llegar a su destino, tomó el pomo de la puerta y la abrió de un solo movimiento, sorprendiéndose al instante cuando no fue un trabajador de entregas a domicilio el que lo recibió.

-¿Qué haces aquí?

Crocodile quiso decir tantas cosas, pero si el solo hecho de pronunciar su nombre le era tan doloroso, prefería ir directo al grano y pedir las explicaciones necesarias.

-Feliz cumpleaños, Croco-chan

El doctor no podía dejar de decir aquello antes de cualquier otra cosa. Aun si el moreno terminaba por tirarle la puerta en la cara, él debía felicitarlo primero en aquella fecha tan especial.

Crocodile tuvo que mantener su expresión seria e imperturbable a pesar de que en realidad lo único que quería hacer en ese momento era gritar. Aquellas palabras no significaron mucho cuando sus subordinados en el trabajo o familiares cercanos las pronunciaron, pero el solo hecho de que fuese Doflamingo el que lo hiciera le provocaba una felicidad que le tardaría miles de años poder explicar.

-¿Para eso viniste? Si es así puedes irte, no necesito tu saludo

-No, te equivocas Crocodile- Doflamingo lo miró fijamente, perdiéndose por un momento en aquellos hermosos ojos que tanto le gustaban- no vine solo para eso

-Entonces par…

-Vine porque te amo, y pese a haberte dicho que no te perseguiría yo…- apretó los puños- no puedo… simplemente no puedo aceptar la idea de perderte

Con decisión, el rubio se adentró en el lugar y cerró la puerta tras de sí dejando descolocado a Crocodile. El moreno no tuvo tiempo de reaccionar debido a las palabras de amor del doctor, las cuales pese a todo lo sucedido seguían teniendo y, estaba seguro, tendrían siempre un poder totalmente injusto sobre él.

-Estás irrumpiendo en mi morada, podría llamar a la policía ¿sabes?- se cruzó de brazos para saber si así era capaz de calmar un poco sus nervios

-Podrías, pero sé que no lo harás- se acercó hasta el empresario y a pesar que corría el riesgo de que el otro lo golpease por intentar tocarlo, no se amilanó y tomó su rostro con ambas manos obligando a este a que lo mirase directamente a los ojos- ¿y quieres saber por qué?- suspiró y apoyando su frente a la contraria, dejó que sus respiraciones se entremezclaran, percibiendo así el ligero olor a licor proveniente del pelinegro- porque tú me amas, me amas tanto como yo a ti y pese a todo lo pueda salir de tu boca, no habrá nada que pueda cambiar ese hecho

Sin dejar al otro replicar, Doflamingo se apoderó de los labios ajenos y lo besó de la manera más dulce y desesperada posible. Quería transmitirle todo lo que sentía con ese gesto, todo el amor que le profesaba y también el dolor que inundaba su ser por el tiempo que llevaban separados.

Crocodile no pudo evitar corresponder el contacto, el amor que sentía por Doflamingo era peligroso y no lo dejaba pensar racionalmente, provocando que se dejase llevar y lo abrazase fuertemente contra su cuerpo.

Después de un par de minutos, la falta de oxígeno hizo necesario el término del ósculo y fue entonces cuando el pelinegro se dio cuenta de lo que acababa de permitir… de hacer.

-Lárgate- se alejó del doctor bruscamente- no quiero que vuelvas a venir aquí ¿entiendes?

-No lo haré- frunciendo el ceño, Doflamingo acortó la cercanía entre ambos cuerpos nuevamente y tomó del brazo al empresario- mírame, Crocodile, veme directo a los ojos y dime si crees que solo jugué contigo durante todo este tiempo, dime si realmente piensas que no me estoy muriendo de amor por ti como un idiota, ¡vamos, dime!

El aludido quería responderle y acabar de una vez con toda aquella situación que no hacía otra cosa más que herirlo profundamente, pero el brillo de los ojos de Doflamingo y su mirada seria, llena de dolor, miedo y ¿amor? Se lo impidieron.

-Pero tú… la besaste- agachó la cabeza para que así el doctor no notase las lagrimas que habían comenzado a brotar de sus ojos

-¡No es como piensas!- tomándolo de los hombros, obligó a que Crocodile lo mirase y se sintió terrible al ver el rostro siempre serio y seguro, lleno de lágrimas- mi amor, déjame explicarte por favor- sin saber cómo él tambien se encontraba llorando, no pudo evitar que todas sus emociones saliesen a flote

El pelinegro no dijo nada, aunque su mente le gritase que no cayese por palabras dulces y simplemente lo echase de su casa, su corazón le gritaba, le imploraba, el darle al rubio una oportunidad, una que le permitiese explicarle lo sucedido.

Entendiendo la respuesta de Crocodile, el doctor se apresuró a hablar y aclarar de una vez por todas aquello que dos semanas atrás les había provocado a ambos nada más que dolor y sufrimiento.

-Eres la primera persona con la que mantengo una relación seria así que quería celebrar tu cumpleaños de una forma especial, una que fuese inolvidable para ti- acunó con la palma de su mano una de las mejillas del empresario y le sonrió- planee cuidadosamente todo lo que haríamos este día y hasta pedí el día de mañana libre para que pudiéramos estar juntos, pero tenía mis dudas de cómo debía ser la cena y le pedí ayuda a Mika, es cierto que ella es una de los tantos compañeros sexuales que tuve, pero también es una excelente diseñadora y planeadora de eventos

-Pero…

Con un casto beso en los labios silenció lo que sabía el empresario quería preguntar.

-No le dije nada a ella cuando la contacté por teléfono, solo que necesitaba su ayuda y verla urgentemente, es por eso que Mika supuso que la llamaba para quedar juntos como antes y pasó lo que pasó- suspiró y apoyó nuevamente su frente contra la del pelinegro- Sé que debí alejarla al instante, admito mi error, solo que al encontrarnos fuera del hospital y con tanta gente a nuestro alrededor no quise ser grosero, sobre todo porque iba a pedirle su ayuda- observó fijamente los ojos de Crocodile- tenía planeado explicarle el por qué la había llamado y hacerle saber que me encontraba perdidamente enamorado del hombre más hermoso del mundo, cuando apareciste y… bueno, ya sabes lo demás- se alejó un poco del cuerpo del empresario y tomo sus manos- dime que me crees, Crocodile-imploró- dime que me crees cuando te digo que eres el único para mí y que te amo como nunca pensé llegar a amar a alguien, por favor…

Las lágrimas brotaron nuevamente de sus ojos y no pudo evitar temblar ligeramente. Doflamingo estaba allí frente a él, diciéndole que lo amaba y que todo lo que lo había martirizado durante esas dos semanas que habían permanecido separados no había sido más que un error, un maldito malentendido provocado por su afán de querer sorprenderlo el día de su cumpleaños. Él sabía que las palabras no eran de confiar, que cualquiera podría idear excelentes mentiras y engañar hasta el más perspicaz; sin embargo, los ojos de Doflamingo expresaban todo su ser de forma muy transparente y lo que en ese momento le mostraban era solo el gran amor que el rubio sentía por él, nada más que eso.

-S-Sí- apretó las manos que ahora se encontraban enlazadas con las suyas- te creo, Doflamingo

-Gracias- elevó sus manos y besó el dorso de las del pelinegro- gracias, mi amor

-Yo- se le hacía un nudo en la garganta por la avalancha de emociones que sentía en ese momento- p-perdóname por…

-Lo hago- interrumpió- perdóname tú tambien por no haber sido capaz de explicarte todo antes

-Fue mi culpa, yo no permití que lo hicieras

-Debí insistir- Doflamingo sonrió- ser terco como lo eres tú

-Pero estas aquí- Crocodile pasó ambos brazos alrededor del cuello de su pareja y lo apegó a su cuerpo- es todo lo que importa

-Antes de venir aquí estuve en un burdel- pudo notar al instante la expresión llena de dolor en el rostro de su novio y se apresuró a continuar- me sentía fatal por todo lo que había sucedido, el hecho de no poder estar a tu lado me consumía y pensé que quizá liándome con cualquiera podría quitarte de mis pensamientos, pero no fue así- deslizó sus brazos por la cintura del contrario y lo abrazó fuertemente- al principio una mujer vino a atenderme, pero le pedí que me enviase un hombre con cabellera… negra- sonrió triste- cuando él llegó, me besó y pese a que traté de todas las formas posibles seguir con aquello, fui incapaz. No sentí absolutamente nada a pesar de lo atractivo que era, nada, Croco-chan… mi cuerpo, mi corazón y mi alma solo te pertenecen a ti- besó la frente del pelinegro y suspiró- no sé qué has hecho conmigo, me tienes completamente atrapado

Crocodile no contestó, solo se inclinó hacia adelante y beso profundamente al doctor durante largos minutos. Las lenguas de ambos se entrelazaban y los gemidos entre el contacto no se hicieron esperar y cuando al fin se separaron, ambos se encontraban con los labios rojizos e hinchados por el ósculo compartido.

Doflamingo sonrió y apretó aún más contra su cuerpo el cuerpo de su amante, amaba cuando este era así de agresivo.

-Eso fue…

-Para borrar todo rastro de aquel sujeto sobre ti- la mirada del empresario causaba temor

-Una mirada tuya es suficiente para borrar a cualquier ser de mi cuerpo y pensamientos, Croco-chan

Las mejillas del pelinegro se tornaron rojas y escondió su rostro en el cuello del doctor.

-D-Doflamingo

-Dime, mi amor

-Abrázame- besó castamente la piel expuesta de su novio- te necesito

-Aun si no me lo pidieras- el rubio tomó con una de sus manos el rostro de Crocodile y lo obligó a verlo a los ojos- te haría el amor hasta que ruegues que pare

-Te amo- dijo de improviso el pelinegro- te amo, Doflamingo

-Yo también te amo, Croco-chan- sonrió

Ambos se fundieron nuevamente en un beso, uno al principio dulce y lento que luego fue tornándose erótico y lleno de necesidad. Las caricias, roces y gemidos no tardaron en aparecer y sin romper el contacto llegaron rápidamente a la habitación, en la cual se embriagaron del calor del otro hasta caer completamente inconscientes, con sus cuerpos entrelazados y una sonrisa llena de felicidad en sus rostros.

-Nami, deja de estar así- habló Ussop, sentado al lado de su amiga en el gran mueble que había en la sala del departamento de la pelinaranja- a todos nos preocupa lo que sucede con Luffy, pero si te deprimes no podrás ayudarlo ¿o sí?- sonrió

-T-Tienes razón- observó de reojo al moreno y se sonrojó, Ussop siempre sabía que decir para hacerla sentir mejor, era un muy buen amigo, además de amable y gracioso, cualidades que habían sido las culpables de que se encontrara enamorada de él desde hace mucho- gracias, Ussop

-Bien ¿te parece si vemos una película, entonces?

Debía decir que sí, aceptar y pasar una agradable tarde con él como casi siempre, pero aquel día quizá el bichito de valor que le había picado a Zoro antes de confesársele a Sanji había hecho su trabajo en ella y de un momento a otro se decidió a decirle a Ussop sobre sus sentimientos.

“Es hoy o nunca”

-No- hizo un pausa- debo… debo decirte algo importante

-¿Sucedió algo?- por el tono que utilizó la pelinaranja, supo de inmediato que se trataba de algo serio y temió que alguna cosa hubiese pasado, suficiente malo era ya lo de Luffy como para añadirle algo más

-No es nada malo- Nami respiró profundo- solo prométeme que me dejarás hablar hasta el final y sin interrumpirme, porque si lo haces Ussop, te juro qu…- ya tenía su mano echa puño y la levantaba en signo de advertencia a lo que el de cabellos negros hizo un sonido de miedo y asintió reiteradamente dándole a entender que obedecería

-Seré una tumba

-Bien…- pensó en si comenzar diciéndole las cosas que le gustaban de él, o quizá hablar sobre ele amor y la amistad, pero luego de unos minutos de complicarse terriblemente decidió que solo lo diría y ya, si no era clara desde el principio el tonto de Ussop no lo entendería- Tú, idiota… ¡me gustas!

El lugar quedó en silencio durante un largo rato hasta que Ussop al fin pudo pronunciar palabra.

-¿Qué?

-¡¿Eso es lo que responderás?!- Nami, con el rostro completamente sonrojado, le propinó un fuerte golpe en la cabeza a su amigo y esperó a que este terminase de quejarse por el dolor para proseguir- ¡Me gustas! Es más que obvio para mí que mis sentimientos no son correspondidos, pero quiero que me des la oportunidad de que te enamores de mí, así que…- extendió su mano en dirección del pelinegro- ¿saldrías conmigo?

El de la nariz larga aun no podía comprender lo que estaba sucediendo. ¿Nami había dicho que le gustaba? ¿Él? ¿Pues qué le veía? Trató de ordenar sus pensamientos durante un par de minutos y con mucho esfuerzo, fue capaz de hablar nuevamente.

-N-Nami- la observó con vergüenza- t-tú eres una persona a la que quiero mucho, eres una de mis mejores amigas y… no puedo mentirte y decirte que me esperaba algo así porque jamás lo hubiese imaginado- sonrió- No entiendo qué puedes ver en alguien tan simple como yo, quizá solo estés confundida y…

-No te atrevas a poner en duda mis sentimientos- el tono de voz de Nami infundía miedo- llevo más de 5 años enamorada como una estúpida y si quieres rechazarme hazlo porque no te gusto, pero no por excusas sin sentido

-¡Perdón!- Ussop se apresuró a apaciguar la situación- es solo que estoy muy sorprendido y…- hizo una pausa- no es que no me gustes ¡obvio que lo haces! Eres mi amiga

-Entiendo- decepcionada, la pelinaranja agachó la mirada y trató de contener sus emociones lo más que podía

-Yo…- no le gustaba que Nami pusiese una expresión tan triste, él no quería ser la causa de aquello- jamás se me cruzó por la cabeza que te gustase, es por eso que no sé cómo responderte, lo único que te puedo decir es que te quiero mucho y que el tiempo que paso contigo es el de los que más disfruto, no hay día en que no piense en lo que puedas estar haciendo y si te encuentras bien

Nami sonrió y comprendió que Ussop valoraba mucho la amistad que ambos compartían. Podía ser arriesgado el insistir en llevar su relación más allá, pero ella no era del tipo de persona que se acobardaba, no, lucharía por el amor que le tenía.

-Entonces… ¿me darías una oportunidad?- extendió nuevamente su mano hacia el moreno- ¿saldrías conmigo? Te aseguro que haré todo lo posible porque te enamores de mí, tonto- sonrió

Ussop contempló la gran sonrisa en el rostro de su amiga y al instante una gran calidez invadió su pecho. Quizá Nami tenía razón, quizá si se daban la oportunidad podrían llegar a ser como esas parejas acarameladas y cursis de las películas.

-Sí- tomó la mano contraria- ¡salgamos!

Nami se inclinó hacia él y le dio un beso casto en los labios para luego sonreír por la cara estupefacta que Ussop había puesto.

-Cuando la situación de Luffy se solucione, iremos al cine- dijo Nami- y si se te ocurre llegar tarde a la cita- levantó su puño- ya sabes

Ok. Mejor olvidaba todo lo relacionado a las parejas acarameladas y cursis, con Nami no se sabía que podía pasar, ella era única

...

Notas finales:

Doflacroco es amor <3 <3 <3 Esos dos son.... hermosos

Se esperaban el UsoNa? :) Sho sé que no, al menos no en este cap jaja

Los demás capítuos serán casi enteramente Lawlu-Enel y Zosan... calculo que serán más largos que este así que no se preocupen.

Gracias a tod@s las que siguen este fic hasta ahora a pesar de lo demorona que soy, en serio... muchas gracias <3

Espero sus opiniones.

Me despido, hasta pronto!!!!!

Kisses!!!!!

 

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