Él piensa que no me doy cuenta, pero puedo asegurar que me observa más de lo que a cualquiera le gustaría. Todas las noches detrás de mi puerta lo puedo sentir viéndome con sus obres oscuros y acosadores, su sola presencia me hace sentir asqueado. Itachi piensa que no me doy cuenta de su reciente obsesión conmigo y es muy estúpido porque después de todo convivir en la misma casa y compartir lasos sanguíneos solo me hacen conocerlo más.
Maldita sea ahora mismo está viéndome, lo está haciendo, en verdad lo está haciendo, ¿es que no lo puedes sentir tú?, es una sensación fría que te recorre toda la espina dorsal causándote esos horribles espasmos que no hacen más que atormentarme.
La primera vez que lo atrape observándome fue una noche en que por un descuido mío la puerta se quedó entre abierta. Se pueden imaginar el terror que es ver a tu hermano parado "velando" tus sueños, hago comillas en velar, porque está más que claro que no solo está aquí por esa razón, hay algo más que aún no puedo descifrar o no me permito ver, ya saben lo que dice ese viejo dicho: "si no lo acepto, no es real". Ahora mismo puedo sentir su presencia frente a mí, es más puedo oler su fragancia, finjo estar dormido porque usualmente Itachi solo me observa unos cuantos minutos y se va.
"¡Mierda!, ¿qué ha sido eso?"
Escuche un ruido, ahora mismo voy a abrir un ojo para poder ver, al momento de hacerlo lo primero que veo es la oscuridad de mi habitación y tan rápido como me acostumbro lo veo ahí parado, mucho más cerca de lo que anteriormente había estado. ¿Alguna vez han tenido esa sensación de pesadez en el estómago?
Aunque no debería temerle a mi propio hermano, lo hago, en verdad algo me grita que esta constante situación no está bien, mi pulso esta acelerado y ciento la presión de su mirada.
¿Sabe que estoy despierto?
¡¿Lo sabe?!
Cierro mis ojos intentando tranquilizarme, sin embargo comencé a respirar irregularmente, se va a dar cuenta, se va a dar cuenta y cuando eso pase no quiero saber cómo actuara. No quiero, no quiero, no quiero.
— Sasuke — Escucho su voz cantarina llena de burla y mi corazón explota de la presión.
Abro mis ojos y lo observo, está a unos centímetros de mi rostro, incluso puedo sentir su aliento calando profundo en mis fosas nasales, inhalo y exhalo rápidamente, muy rápidamente y él luce tan tranquilo con una sonrisa extendiéndose en su rostro, no es una mueca amigable, da miedo. Tengo miedo, debo alejarme, pero no puedo, mis piernas no responden.
No puedo hacer nada.
No puedo hacer nada.
— ¿Qué te ocurre hermanito? — Pregunta malicioso.
Escapar.
Escapar.
Escapar.
Tengo que escapar.
— It... Itachi — Consigo pronunciar y juro que sus pupilas se dilatan dándole un aspecto más macabro.
Siento la frialdad de sus manos acariciar mi rostro, lentamente, muy lentamente, me desespera ver como sus dedos suben y bajan por mis mejillas. Algo anda mal, muy mal, quiero gritar, voy a gritar, espera no puedo gritar, no aun, tal vez solo estoy malinterpretando las cosas, quizá solo quiera hablar un rato conmigo.
— Dime — Alienta con un tono de voz dulzón. Pasan unos minutos en los que el único sonido que puedo captar es el viento que sopla suavemente a través de la ventana — ¿Acaso los ratones te comieron la lengua?
Su boca se deforma en una mueca que se asimila a una sonrisa, retorcida, casi tan macabra como toda esta extraña situación. Debo tranquilizarme, hablar con él y tranquilizarme. Una charla amistosa entre hermanos arreglara lo que sea que le ocurra.
— ¿Qué haces aquí? — Preguntó con un tono de voz seco.
— ¿A qué te refieres?
— Ya sabes, observándome, en mi habitación.
— No te entiendo.
Sus respuestas me fastidian, mi cuerpo tiembla involuntariamente, puedo sentir la ropa pegándose a mí debido a la cantidad exagerada de sudor. No consigo comprender su repentino comportamiento y mucho menos entiendo la expresión de su rostro, desgastada, falsa, pútrida.
— Itachi, no es un juego, ¿qué demonios haces aquí?
Vuelve a sonreír, esta vez muestra sus perlados dientes en una ancha y larga mueca sonriente. Me repugna.
— Quería verte — Estira su mano posándola en mi cabeza acariciando, suavemente, derritiéndose en mi piel, ahogándome — ¿Tiene algo de malo?
— No.
No.
No.
Aléjate.
Juro que su mano se está fundiendo con mi cabeza, puedo sentir como mi cerebro es estrujado por sus fríos y ásperos dedos.
— Después de todos solo somos hermanos, ¿no?
Esa afirmación, ese tono de voz tan sugerente, él observándome todas las noches, ese no es el comportamiento de un hermano normal.
— Hermanos, ¿eh? — Tal vez solo quiera asustarme. ¡Una broma!, una broma debe de ser.
Comienzo a reír, largas y sonoras carcajadas salen de mi boca esperando a que Itachi me acompañe en mi regocijo, pero eso nunca pasa, muy por el contrario está muy serio, lo suficiente como para dar miedo.
— ¿No es una broma? — Preguntó temeroso por la respuesta.
Y ahora inesperadamente él es el que comienza a reír, frenético, sus ojos están rojos y parecieran querer salirse de sus cuencas en cualquier momento.
Miedo.
Miedo.
Miedo.
Me observa una vez termina de reírse, se acerca a mí, tan rápido que no me da tiempo a reaccionar cuando su lengua ya está siendo estampada contra una de mis mejillas. Rasposa, babosa y fría su lengua hace un recorrido desde una de mis mejillas hasta la otra llenando a su paso todo de baba, se detiene unos segundos a fijando sus ojos contra los míos y un escalofrío recorre toda mi espalda. De mis ojos escurren espesas lágrimas cuando siento como sus labios esta pegados a los míos compartiendo algo tan intimó con mi propio hermano.
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
Odio esta sensación, el odio mucho, se siente asqueroso, me enferma. Somos hermanos maldita sea, no se supone que nos besemos.
— ¿Por qué lloras? — Pregunta inocente — ¿Acaso no te gustó?
A este punto estoy muy asustado y de nada ayuda a que ahora este acariciando mi vientre, recorriendo mi abdomen delicadamente. Lagrimas siguen brotando de mis obres desesperadas una detrás de la otra. Creo que incluso me eh orinado encima.
— Vamos Sasuke, ¿por qué estás tan asustado de tu hermano? — Pregunta con una mueca tristona, es casi como si estuviera burlándose de mi — ¿Es acaso porque estoy muerto? — susurra burlón en mí odio.
Yo me siento tan pesado y sus ojos se vuelven negros completamente, con esa mueca sonriente acompañando la macabra visión. Y por fin consigo despertar.
"Itachi Uchiha falleció esta tarde en la cárcel a la edad de 26 años debido a una fuerte infección en los riñones, fue condenado a 10 años de prisión después de que fue encontrando abusando de su hermano menor Sasuke (11 años) desafortunadamente el menor a raíz de las violaciones sufre de constantes alucinaciones paranoicas".