Se encontraba sentada en el sofá más grande de su sala común, frente a la chimenea, no tenía mucho de haber llegado y ya había tenido una pelea con el chico Hufflepuff, Diggory si no mal recordaba.
Rigel: Es un grandísimo baboso - murmuró enojada, aunque agradecía estar sola.
=~^Flash Back^~=
Caminaba por los pasillos del castillo, luego de haber revelado la muerte de sus seres queridos, todos la miraban fijamente y se ponían a cuchichear y eso era realmente incómodo, aunque si hubiera sido de su parte hubiera hecho una de las tantas cosas que Loki y Natasha le habían enseñado, pero al menos que fuera necesario no podía hacerlo... Así que tomó todo su baso de jugo de calabaza y volvió a dejarlo en la mesa, tomó un panecillo y se puso de pie para caminar a la salida del GC... Todo estaba en silencio y lo único que se oía era el eco de sus pasos al andar, al estar por fin afuera suspiró sonoramente y se fue a dar una vuelta.
Sin saber como, terminó en la orilla del lago recostada en el tronco de un árbol, había luciérnagas adornando la soledad del lugar, junto con el reflejo de la enorme luna sobre las tranquilas aguas, todo era realmente hermoso.
Abrazando sus rodillas y viendo la superficie del lago se puso a pensar en todo lo ocurrido que la llevaron justo al momento en el que al fin la diosa Ellenya se vio en la precaria necesidad de intervenir y mejorar las cosas... Esperaba que sus amigos estuvieran bien y más Loki, pues este estaba segura que descubriría lo sucedido y la iría a buscar y hacerle pagar a Potter lo que había hecho, sólo esperaba que este estuviera lo suficientemente distraído en Asgard para que no lo notara, aunque sabía que eso era algo difícil considerando el hecho de que Draco y ella habían sido adoptados por sangre y magia por el dios Asgardiano... Eso pensaba y duro haciéndolo por al menos 2 horas, pues al reaccionar ya no había nadie, ni siquiera se oía el murmullo de los estudiantes, se levantó del lugar y se dirigió de nuevo al castillo.
Rigel: "Genial, lo que me faltaba" - pensó con fastidio, porque ya era muy tarde y no había nadie por ahí... Y para la cereza del pastel tampoco sabia donde quedaban las mazmorras.
Caminó sin rumbo detallando las paredes y cuadros, los cuales ya estaban durmiendo, siguió así hasta subir las escaleras y se llevó un buen susto al verlas cambiar de lugar y moverse constantemente... Al salir de las escaleras se encontró con un pasillo frente a ella y lo tomó hasta doblar en una esquina y se detuvo en seco... No podía creer lo que veían sus virginales ojos.
Ahí... Frente a ella, se encontraba el chico que fue amable con ella, tenía las mejillas sonrosadas, los ojos cerrados y emitía gemidos y jadeos... Tenía la ropa algo fuera de lugar, igual que el cabello, vio como este convulsionaba y sufría segundos después de espasmos y temblores en el cuerpo... Lo hacia de placer... Si placer, pues tenía a una chica de cabellera negra a media espalda lacea y de apariencia oriental, que estaba de rodillas muy entretenida con la entrepierna del castaño haciéndole sexo oral... Asustada y abochornada dio varios pasos atrás enredando se los pies y cayendo sentada llamando así la atención de ambos amantes... Al verse descubierta se puso de pie rápidamente y hecho a correr por donde había llegado.
Al ir bajando las escaleras uno de los escalones se rompió y atrapó su tobillo derecho, clavándosele una punta filosa en este y hacerla caer sentada... El fuerte dolor en su tobillo la hizo mirar hacia este, para ver que tenía una larga cortada en la pantorrilla de la cual escurría mucha sangre ya que también era profunda.
Rigel: "Perfecto" - bramó mentalmente.
Intentaba sacar el pie pero no podía liberarse y esta comenzaba a dolerle horrores y el sangrado no se detenía, en un último esfuerzo dio un fuerte jalón liberando al fin su pie, pero como consecuencia la herida se había hecho más grande y profunda... Y el dolor mucho más intenso tanto que tenía los ojos cristalinos debido a las lágrimas acumuladas.
- Se puede saber ¿qué hace aquí y a estas horas? Señorita Dragomir - preguntó el profesor Snape arrastrando las palabras, asustando a la pelirroja.
Rigel: Yo - trató de hablar, pero su voz sonó lastimera.
Severus: ¿Sucede algo? Señorita Dragomir - preguntó al notar el tono de voz y los cristalinos ojos de la pelirroja y también de que esta no se había movido de su lugar.
Recorrió el lugar con sus intensos ojos negros y se dio cuenta de que había sangre, algo extraño... Luego analizó a la menor y vio que esta se apoyaba más en la pierna izquierda, tenía una media de la pierna derecha rasgada y llena de sangre... Se podía ver la sangre emanar de una herida profunda en esta.
Severus: Venga conmigo, la llevaré a la enfermería - ordenó pero la menor no se movió de su lugar.
Rigel: No se preocupe... Yo estoy bien, mejor lléveme a las mazmorras... No se dónde quedan y llevó horas merodeando por todo el castillo sin éxito alguno - Confesó sentándose y pasando su mano por sobré su área afectada y la herida dejó de sangrar y se cerró - Es un hechizo muy fácil de hacer... Si quiere se lo enseño luego - aclaró a la duda reflejada en la mirada del pocionista.
Severus: Vaya! Señor Diggory, hasta que nos honra con su presencia - dijo escéptico - Lleve a la señorita Dragomir a las mazmorras - ordenó para dar media vuelta y comenzar a dejarlos solos - Espero que esto no se vuelva a repetir señorita Dragomir - amonestó alzando algo la voz.
Rigel: Reparo/ - susurró siendo oída por su acompañante... Al instante su media quedó como nueva y sin rastros de sangre.
Cedric: Yo - habló tratando de romper el incómodo silencio.
Rigel: No quiero saber nada - le cortó - Sólo llévame a las mazmorras, sino sólo dime como llegar y me iré yo sola - Aclaró usando un tono demandante.
Ante la replesalia de la pelirroja entendió que ésta no quería saber nada del asuntó, pero le enojó la actitud que esta tenía para con él, lo cual no entendía pues hasta donde el recordaba, no le había hecho nada... Simplemente ser amable.
Cedric: Mira lo único que yo quiero es disculparme y ser amable contigo - alegó algo enojado.
Rigel: Noooo! Si ya vi... Tú amabilidad - expresó sarcástica, haciendo referencia al asunto anterior.
Cedric: Sabes que, olvídalo... Esto es lo que me saco por tratar de ser amable - expresó enojado.
Rigel: Ya te dije que yo no te lo pedí - expresó de igual modo - Vas a llevarme a las mazmorras o no - demandó saber cortando la peroreta que estaba segura quería decir el castaño.
Cedric: ¡¡Varón Sangriento!! - llamó enojado y al instante el fantasma se apreció.
- ¿Si? - preguntó el recién aparecido.
Cedric: Lleve a la joven a las mazmorras - le ordenó refiriéndose de forma despectiva a la pelirroja.
- Claro... Por aquí señorita - pidió el fantasma a la menor.
Rigel y Cedric se miraron por unos instantes el uno al otro, sintiendo la extraña conexión y el tenso ambiento, hasta que Rigel apartó la mirada para suspirar y negar levemente, dio la vuelta y comenzó a seguir al fantasma.
Rigel: Sabes... La próxima vez que quieran calmar su calentura, por lo menos consigan se una habitación o salón vacío, así le ahorran los traumas a los demás - dijo sin mirarlo mientras iba caminando y alzando algo la voz para que el castaño la oyera... Sin notar el enorme sonrojo en las mejillas de este.
Diggory estaba tan sonrojado que cualquiera que lo viera pensaría que tiene fiebre alta... La pelirroja tenía razón, pero él no tenía la culpa... Su novia lo atacó y él no era de piedra. Pero algo en el caminar de Rigel llamó la atención del castaño, luego se puso a analizar el lugar y vio el escalón falso repararse de nuevo y algo de sangre... Sin más corrió a alcanzarla y la tomó del brazo izquierdo, haciendo que esta se volteara de forma de forma algo brusca quedando muy pegados el uno del otro.
Cedric: Varón... Vallase - le pidió al fantasma sin despegar su vista de la de Rigel.
Rigel: Óyeme... ¿Qué te pasa?, sueltame - exigió tratando de liberarse sin mucho éxito - "Rigel cálmate, sino terminarás por romperle el brazo y eso no es bueno en tu primera noche en este lugar" - pensó respirando hondo para relajarse.
Cedric: ¿Qué te pasó en la pierna? - preguntó demandante luego de que el fantasma desapareciera e ignorando las protestas de la Sly.
Rigel: Eso es algo que a ti no te importa - respondió enojada, le incomodaba estar tan cerca del castaño, la hacia sentirse rara - Sueltame - Ordenó - Óyeme, ¿qué demonios crees que haces?, bajame en éste instante Diggory - demandó mientras pataleaba pues el Hufflepuff la cargaba cual costal de papas.
Cedric: Iremos a la enfermería a que te vean esa pierna - Alegó ignorando de nuevo las protestas de Rigel.
Rigel: Aaaahhhh!!! Bajame ahora mismo! Diggory - gritó y pataleó enojada.
Cedric: Cálmate - Ordenó dándole una nalgada a la Sly que al instante se calmó - Buena chica - dijo socarrón.
Rigel: Maldito desgraciado, bajame ahora Diggory o te juro por Merlin que haré que escupas a tus gemelos, me oyes - bramó furiosa, eso ya era el colmo - Y ni se te ocurra volver a nalguear me porque te juro por mi madre que te arranco los brazos - vociferó enojada, sin dejar de patalear y ahora golpear la espalda del chico.
Cedric: Te bajaré, pero primero me dirás que pasó con tu pierna - dijo tranquilo.
Rigel: "hijo de tu madre... Tranquila Rigel... Cuenta hasta mil porque sino lo matas" - pensó respirando profundamente varias veces antes de responder - "Oh! Pero esto no se quedará así" - pensó con malicia, se iba a vengar de la nalgada, nadie la nalgueaba a menos que fueran Loki o Draco y esto que por juego nada más - Tú ¿qué crees idiota? - espetó mordaz - Después de ver semejante escena, que espantaría a cualquiera, corrí... Cuando llegué a la escaleras, no me fije y uno de los escalones se rompió y me atrapó el tobillo, desgarrando lo en el paso... Estuve un tiempo luchando por liberarme hasta que lo logré, aunque desgarre más mi tobillo e hice más profunda la herida... Luego apareció el profesor y me preguntó lo mismo que tú, le dije que estaba bien y que mejor me llevara a las mazmorras porque llevo horas vagando por el castillo sin éxito alguno... Con magia curé mi tobillo y luego apareciste tú y henos aquí - relató con sarcasmo y enojo - ¿Feliz? -
Cedric no sabía que decir, sin querer fue él el causante de que la pelirroja saliera lastimada, la bajo suavemente depositándola de nuevo en el suelo pero una patada en la entrepierna lo hizo enconbarse al frente recibiendo un puñetazo en el pómulo derecho que le laceró abriéndole una herida de la cual manaba sangre, terminando en el suelo.
Rigel: Eso... Es para que no vuelva a tu cabecita la idea de nalguearme - espetó enojada - Varón!! - llamó/gritó y el fantasma apareció de nuevo.
- Si... Dígame ¿en qué puedo servirle? - preguntó amablemente.
Rigel: Lléveme a las mazmorras... El señor Diggory se siente algo indispuesto - pidió y excusó al chico.
=~^End Flash Back^~=
Así fue como llegó a las mazmorras, pero debía reconocer que se había pasado un poquito con el chico... Aunque también se había divertido como nunca antes lo había hecho en su vida alterna a esa edad.
- Hola! - saludó un Rubio platinado de increíbles ojos grises enfundado en una pijama de satín verde, llegando a la sala común luego de salir de su cuarto - Soy Draco Malfoy - se presentó llegando hasta la pelirroja y extendiéndole la mano, algo raro en el pero sintió que así debía hacerlo.
Rigel: Mucho gusto Malfoy - dijo estrechando la mano que el platinado le ofrecía.
Al instante en el que eso sucedió, muchas imágenes invadieron la mente del Rubio dejándolo confundido haciendo que apartara la mano rápidamente.
Draco: Lo siento, lo que pasa es que de seguro debes estar cansada, ya es muy tarde... Deberías de ir a tu habitación y descansar - se excusó tratando de que su confusión no se notara.
Rigel: Si, tienes razón - dijo para cubrir con su mano derecha un bostezo - Buenas noches Malfoy - dijo para emprender el camino hacia su habitación dejando al Rubio hecho un lío.
Draco: ¿Qué ha sido todo eso? - se preguntó viendo se la mano con la que había saludado a la pelirroja.