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Noah por Chorlite

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Capítulo 13

Jerome y su hijo se pasaron toda la noche trabajando en los calderos, cuando terminaron al día siguiente estaban tan cansados que apenas pudieron llegar a la cama antes de colapsar en ella, especialmente Noah por su pequeño cuerpo de bebé.

Ese día no se levantaron hasta el siguiente.

Jerome se sentó pesadamente en la silla del comedor sencillo en su cocina.

-Dormí todo el día de ayer con su noche y aún me siento cansado, aún más por lo que veo no soy el único-

“No es tanto el desgaste físico las personas pueden pasar varias noches sin dormir en absoluto antes de comenzar a tener problemas, no nuestro problema es fatiga mágica como te dije se requiere mucha magia para hacer solo uno de los forpuz y nosotros hicimos ocho en una sola noche con cero descanso entre cada uno”

Una gran serpiente de coral cruzo la cocina mientras hablaban, Jerome no pudo evitar seguirla con la mirada, como el niño había dicho todas habían despertado al despuntar el alba del día anterior, nunca olvidaría cuando había despertado prácticamente sepultado en serpientes jamás había tenido tanto miedo en su vida, por suerte para él tenía el aroma de Noah encima por lo que las serpientes no lo atacaron cuando salto de la cama ni los árboles trataron de beber su sangre cuando salió corriendo para escapar de las serpientes solo para verse rodeado de los chupasangre (porque cuando los vio despiertos reconoció la especie) él no sabía que estos se podían cultivar y Noah le aclaro que todo lo que había hecho para hacerlos dóciles fue caparlos es decir les corto el cogollo antes de que alcanzaran el metro de altura y luego los crio con sangre de muggle en su época bien que se lo merecían los bárbaros.

Los árboles se habían movido para abarcar los límites del domo protector con el más grande de ellos en el centro y debajo de su sombra estaba la casa, las serpientes y los animales de granja se habían dispersado, habían gallinas, patos, chompipas, ñandúes, popsxies (criatura voladora con cuerpo de ave, cola llena de púas venenosas, alas de murciélago, cuello pelado cubierto de escamas con cabeza de reptil pero sin ojos, cuernos, orejas de dos picos con púas venenosas y con enormes dientes, se alimentan de huesos) también algunas vacas, cabras, cerdos, caballos, un estanque con peces y un enorme perro con cuerpo de terrier y cara de buldog.

En general la propiedad estaba llena de actividad y a Jerome le costó algo adaptarse a ello durante las dos semanas que tuvieron que esperar a que los forpuz (lo que sea que fueran) estuvieran lo suficientemente maduros para ser cosechados.

Él había salido al mundo muggle para hacer una llamada a su manager informándole que no estaba desaparecido pero que algo había pasado y necesitaba tiempo para él mismo, un paparazzi de alguna manera le había tomado una fotografía con su nuevo hijo y ahora el gato estaba fuera de la bolsa, aunque el hombre se había equivocado al publicar que Noah era una niña seguro por el lindo vestido rosa que tenía puesto, en un principio Jerome pensó que su hijo se molestaría pero este le dijo que como estaba casado con un hombre el que pensaran que era un mujer en realidad era algo bueno.

El pelirrojo no había salido de su propiedad desde entonces.

Hasta hoy, Noah no le había explicado para qué eran los compuestos en los calderos, solo que eran para hacer algo llamado forpuz y que solo le diría lo que eran hasta la cosecha.

El día de la cosecha amaneció con un solecito picante, la noche anterior se había ocupado de sacar los calderos y voltearlos el niño aclaro que el roció de la noche ayudaría a despegar la  masilla de las paredes y el fondo.

“Madre primero debes voltear los calderos al derecho”

Los calderos fueron volteados, la masa de adentro se había trasformado en una cosa gris manchada de naranja con forma de huevo gigante, Jerome los saco de los calderos uno por uno, tenían diferentes tamaños y dos formas generales unos perfectamente redondos y otros con forma ovalada.

-¿Qué rayos son estas cosas? Ya es tiempo de que me lo expliques-

“Estos son forpuz, son… ¿cómo decirlo? Una especie de marionetas”

-¿Marionetas?, supongo que no son las clásicas de madera y con hilos-

“Este es una variación del ritual que se usa para crear inferis, eso sí, los seres que nacerán de estos huevos se llaman forpuz, son marionetas mágicas creadas para desempeñar diferentes tareas, los forpuz pueden tener cualquier forma que tú les quieras dar siempre que sea algo que vive, ellos no están realmente vivos  pero lo parecen, estos tendrán forma humana y serán ayudantes, un mayordomo, una cocinera, un jardinero, una sirvienta mi esposo y algunos compañeros de juego para no estar solo” 

-Me imagino de que por eso le agregaste la ceniza de Voldemort al primer caldero, aunque no me imagino como es que harás de él tu marioneta, antes de que me lo dijeras pensaba que Bellatrix está chiflada y que él está bien muerto de todo el cuerpo- el pelirrojo tenía el ceño fruncido en confusión.

El pequeño camino unos pasos y apoyo sus manitos en el cascaron del enorme huevo ovalado negro, el único con ese color.

“Sí, esa fue la razón, no él no será mi marioneta, la prima Bellatrix si está trastornada de remate pero en este caso ella tiene razón, mi esposo no está muerto si no que esta… disperso”

-¿Qué quieres decir con disperso? ¿Descuartizado?-

“Él se hizo algunas travesuras a sí mismo, es por eso que aún se encuentra vivo a pesar de que no tiene un cuerpo, el dividió su alma en pedazos y la disperso escondidas en diferentes lugares de esa forma incluso si su cuerpo es destruido aún vivirá porque su alma permanece viva en otra parte”

-Eso suena horrible, mutilarse a sí mismo de esa manera no me extraña que haiga enloquecido-

“Sí, lo es pero este proceso lo va a arreglar, este huevo no se abrirá hoy el cuerpo dentro de él ya debe de estar listo pero a diferencia de los demás este tiene un alma por lo que tardara más”

-¿Estos otros no tienen un alma?- dio unos toques con los nudillos en el cascaron de uno de los huevos grandes el cual le respondió agitándose salvajemente, el joven dio un salto asía atrás asustado.

Noah dejo escapar una risita.

“No mamá, no la tienen, también es por eso que el huevo de mi esposo es negro, por la magia tan mala que se hizo a sí mismo”

Jerome abrió la boca seguramente para seguir preguntando pero un crujido de rasgadura lo interrumpió, él recogió a su bebé y se alejó del sonido.

Los huevos estaban balanceándose de un lado a otro, uno de ellos tenía una gran grieta a un costado.

-Ah, ¿se supone que esta es la cosecha?-

“Si mami, ella pasa sola”

La rasgadura se hizo más grande cada vez, de pronto un poderoso puño masculino atravesó la cascara y pronto comenzó a arrancar la cascara en grandes pedazos en pocos minutos había un gran agujero en el huevo y un cuerpo se deslizó por ahí.

“Ah tenemos a nuestro mayordomo”

Era un hombre joven unos veinticinco años cuando mucho, de piel negra, alto de 1m 80cm, su cuerpo increíblemente musculoso, ojos cafés y gran melena afro.

Del segundo huevo salió una mujer de apariencia asiática con cabello castaño largo hasta media espalda, delgada y esbelta.

“La cocinera”

Dos de los huevos pequeños se abrieron al mismo tiempo, de ellos salieron muñecas de tamaño humano un niño de unos cuatro años rubio de ojos grises salió de uno y un niño negro como de dos salió de del otro.

-¡Ah!- Jerome exclamo sorprendido.

“Te lo dije, compañeros de juego”

Un hombre moreno y musculoso salió próximo, Noah le informo a su madre que ese era el nuevo jardinero, después de él otra muñeca nació del mismo tamaño que Noah, blanco, con cabello rubio rojizo y grandes ojos azules.

“Ya casi” proclamo Noah emocionado.

Sin embargo cuando el único huevo que quedaba ese día por abrir se partió de él salieron dos mujeres pelirrojas de ojos negros idénticas.

Todo el movimiento en el niño se detuvo por un momento.

“¡Gemelas!”

El grito en su mente casi lo hizo saltar otra vez.

-Supongo que no eran parte de tu plan-

“No lo eran, pero son bienvenidas, supongo que tendremos dos sirvientas entonces, bájame mamá ay una última cosa que debo hacer para que sean funcionales”

Jerome hizo lo pedido.

El niño camino hacia las personas y los juguetes repartidos por su jardín trasero y les puso las manos en la cabeza por un espacio de cinco minutos a cada uno antes de pasar al siguiente.

En cada caso brillaron un momento antes de caer al suelo aparentemente desmayados, fue diferente en el caso de las muñecas a esas solo las recogió antes de devolverlas al suelo.

“Listo, debes mover los forpuz humanoides porque tardaran un día en cargarse por completo antes de que se unan a nosotros y comiencen a trabajar como si fueran personas normales”

Jerome solo asintió sin poder apartar los ojos del enorme huevo aun sin eclosionar evidentemente temeroso del futuro cercano cuando eso cambiara por su aterrador ocupante.

El niño siguió la mirada de su madre.

“No te preocupes mamá, estaremos bien”

Jerome suspiro no del todo contento pero sabiendo que era todo lo que tenía.

-Eso espero hijo, eso espero-

*******

*******

 Hicieron falta dos semanas más para que el enorme huevo negro que contenía al nuevo Voldemort eclosionara, se veía igual que en la foto que había proporcionado para el archivo, su tez era blanca, tenía ojos rojos, con el pelo tan largo hasta media nalga todo acomodado en risos elegantes, por lo menos un metro ochenta centímetros de altura y estaba inconsciente.

Para Jerome había sido la prueba más grande, lidiar con los forpuz era bastante sencillo, ellos se comportaban igual que personas vivas comunes y corrientes, pero con Voldemort sería diferente.

Gastaron toda una noche en vela para esperar su despertar o más bien Jerome lo hizo, a Noah no le importó ni le preocupo lo suficiente como para sacrificar su precioso sueño para ello y los forpuz no necesitan dormir.

Y entonces cuando su incesante cabeceo casi se convierte en sueño definitivo un gemido desde la cama los alerto.

Lord Voldemort había despertado.

Voldemort regreso a la conciencia poco a poco, su cuerpo se sentía rígido e incómodo, trato de acceder a su memoria para encontrar la razón de tan rara sensación y pero su cabeza se sentía extraña, como si estuviera llena de algodón necesito de tres intentos para conseguirlo y cuando lo hizo…

Su mente regreso a lo último que recordaba, la casa, el hombre con gafas, la mujer pelirroja… todo se ponía borroso a partir de ese punto pero una molestia en su mente le decía que era importante.

Estiro su cuerpo y se sintió muy bueno, hacía muchos años que no se sentía tan completo y descansado, probo su magia y le respondió de inmediato lo que no era común, la sensación que experimentaban los demás al sentirla no era tanto su fuerza sino más bien el esfuerzo que hacía por llegar a ella, con los años se le había dificultado cada vez más el acceso a esa parte tan esencial de sí mismo, pero ahora mismo tocarla no le costaba nada, de la misma forma que había sido durante su niñez.

Su carril de memoria volvió, el hombre de gafas, la mujer, él mismo matándolos, el hombre de gafas, la mujer, la muerte, el hombre de gafas, la mujer, la muerte, la cuna, el hom…

Voldemort se incorporó en posición sentada de golpe con los ojos bien abiertos, la cuna, el niño, él había intentado matar a un niño, ¿Por qué trataría de cometer tal atrocidad?

-Mmm-

El sonido de alguien aclarándose la garganta llamo su atención y le hizo saber que no estaba solo.

Volteo la cabeza hacia la fuente del sonido pero su pelo le bloqueo la vista,  su mente divagó en que estaba seguro de que su pelo era castaño y no tan largo solo un momento antes de apartarlo y enfocarse en su inesperado acompañante.

Sus ojos libres de la obstrucción se posaron en su acompañante, era un muchacho bajo, delgado, pelirrojo con hermosos ojos verdes, no lo conocía de antes pero por alguna razón se le hacía familiar, en algún lugar lo había visto.

-Bueno, no ha saltado de su sitio no tratado de matarme a la vista, eso me parece una buena señal-

Obviamente no estaba hablando con él, Voldemort arrugo el entrecejo, ¿estaba soñando? Algo se le escapaba.

El joven sonrió y bajo la mirada hacia un bulto de tela en su regazo que no había notado antes.

El muchacho aparto la manta un poco y una pequeña manito regordeta emergió de entre ella y se aferró a la túnica del mayor.

-Es hora, ¿O no?- Dijo el desconocido pelirrojo.

Quiso preguntar ¿es hora de qué? Pero entonces bajo la mirada al bulto otra vez y su razón se perdió al quedar atrapado en los más extraños pero lindos ojos que había visto jamás.

No estaba seguro cuanto tiempo había pasado cuando abrió los ojos, pero para entonces ya lo sabía todo.

Guardo silencio por largos minutos inspeccionando sus nuevas manos blancas y llenas ya no con apariencia de arañas anormales.

-¿Entiendes lo que paso y lo que se espera de ti?- pregunto el de pelo rojo.

Mantuvo la cabeza gacha al contestar, demasiado avergonzado para enfrentar su mirada.

-Sí, Jerome- respondió bajito.

Jerome se arriesgó y poso una mano en el brazo del otro hombre para brindarle algo de consuelo.

-No te condenes, todos cometemos errores algunos más serios que otros, pero lo mismo al final, mi hijo lo dice-

-¿Cómo puede querer mirarme siquiera después de lo que paso? He intentado matarlo- Voldemort se llevó las palmas de las manos para cubrir su rostro y sintió que se le mojaban por sus lágrimas.

-Noah dice que tus piezas fracturaron tu cordura,  no te culpa por ello-

-Es demasiado generoso-

-Dice que solo es justo y que además no le caían bien su padre ni su madre anterior-

El pelinegro levanto la mirada sorprendida y vio al bebé cuyos ojos estaban cerrados, su respiración algo agitada.

-No te preocupes, él está bien solo cansado, acaba de usar mucha magia-

-De acuerdo-

-Mi hijo dice que puedes volver a ser un señor oscuro e ir a matar gente si quieres le vale muy poco eso como para meterse en ello, aunque te advierte que no se introducirá en eso, si lo atacan se defenderá pero no va a pelear la guerra por ti, fuera de eso puedes hacer lo que quieras siempre que no te atrapen y que lo que hagas no se pueda rastrear hasta la familia-

El antiguo Voldemort dejo escapar una risita que contenía algo de histeria en ella.

-Suegro…- se sintió un poco raro decirlo en voz alta aunque no incorrecto- ser un señor oscuro no era mi objetivo cuando empecé a trabajar bajo el seudónimo de Lord Voldemort, no era una guerra al principio, yo no estaba interesado en eso, de hecho quería ser un político influyente y muy respetado no por orgullo si no para poder hacer los cambios que yo veía que la sociedad británica necesitaba para poder avanzar de donde estaba estancada, pero luego me fragmente y enloquecí, eso nunca debió pasar no tenía idea del riesgo con la locura o  nunca lo hubiera hecho-

-¿Y qué harás ahora?- pregunto Jerome curioso por el nuevo camino de su yerno.

ÉL frunció el ceño.

-Nada, Gran Bretaña tomo todo de mí antes de hoy, incluso mi cordura y por poco mi vida, no tomara nada más- expreso su convicción.

-¿Estás seguro?- inquirió Jerome.

-Sí,  lo estoy-

-Entonces buena suerte Tom, no me importa que camino elijas siempre que cuides bien a mi hijo-

-Lo hare, lo hare se lo aseguro, voy a dejar que los demás se pudran en su propia inmundicia y actuar para mi esta vez ya no pensare en ellos más-

-Bien-

****

****

Voldemort o más bien Tom como pidió ser llamado de ese día en adelante se tomó una semana más para descansar antes de asentarse en el nuevo país definitivamente, él había decidido que no regresaría a Gran Bretaña más que para liquidar sus activos y recoger sus pocas pertenencias a menos que hubiera una eventualidad de pronto.

Jerome había agendado una nueva cita en el ministerio letón con motivo de la reincorporación de su nuevo yerno a la vida común.

Para su grata sorpresa quien los atendió resulto ser el mismo empleado amable que antes, él estaba complacido por ello, el joven resulto ser responsable en su trabajo no tenía ninguna queja de él.

El joven no subió la mirada cuando escucho que la puerta de su oficina se abría, sino que permaneció enfocado en unos documentos en los que estaba trabajando pero los saludo de una vez.

-Buenas tardes gente, les pediré que me tengan un poco de paciencia, tengo un tiempo límite para entregar esto pero ya casi termino en un momento los atiendo, tomen asiento por favor-

Se escucharon los sonidos de las sillas al moverse y ser ocupadas pero el silencio no se perturbó en los próximos ocho minutos aproximadamente en que el joven empleado tardo en llenar los papeles tras lo cual los puso en una caja que brillo al cerrar la tapa y al  abrirla ya no estaban ahí, esa parte estaba completa.

-Oh, señor Jerome- saludo entusiasta el hombre.

-Hola, me sorprende que me recuerde, deben venir muchas personas a diario por aquí- el pelirrojo respondió de buen humor.

-Bueno eso es cierto pero usted es un xecpor (hombre nacido con la capacidad de concebir) muy difícil de olvidar- levanto la varita y de uno de los cajones superiores salió un archivo que voló hasta el escritorio.

De una caja frente a él sacó una carpeta con papeles en blanco.

-Muy bien, podemos comenzar- miro la foto del esposo en la carpeta del niño- entonces supongo que tú eres el yerno convaleciente ¿o no?-

-Así es señor, aunque ya me siento mejor- Tom respondió con calma tratando de acomodar mejor a su jovencísimo esposo sin despertarlo porque ya se le había dormido ese brazo.

El empleado presto atención a sus movimientos y poso sus ojos oscuros en el bulto de blanco que estaba en los brazos de Tom.

-¿Es ese su hijo?- dirigió sus ojos brillantes como canicas a Jerome que asintió con una pequeña sonrisa.

-O por favor ¿puedo cargarlo? Solo será un momento- el hombre tras el escritorio los miro con los ojos mojados y suplicantes.

-Eh, claro- indicó Jerome.

Él salió de detrás del escritorio y le tendió los brazos a Tom esperando ser cargados con el bebé.

Una vez que lo tuvo regreso con el agradable peso a su sitio, quito la sabana de la tierna carita del niño y chillo de alegría.

-Lo siento pero amo a los niños y cada vez que tengo uno en mis brazos no puedo evitar emocionarme- él explico a modo de excusa avergonzado por su comportamiento pero demasiado natural en él como para frenarlo.

-No se preocupe, la primera vez que lo tuve en mis brazos reaccione de manera bastante similar- Dijo Tom tratando de decirle al hombre que su comportamiento aunque muy poco profesional no los ofendía para nada.

-¿En serio?- el empleado pareció sorprendido por la información.

Tom bajo la cabeza avergonzado, era cierto Jerome le había pasado a su hijo en brazos diciendo que era su esposo y que debía familiarizarse con él, Noah se había movido muy fuerte por la risa y se le había resbalado un poco, entonces Tom había chillado, no de alegría si no de miedo por pensar en la posibilidad de lastimarlo, a un nivel básico él sabía que Noah no era en realidad un bebé pero su pequeño cuerpo era muy frágil y eso lo asustaba, Jerome había acudido a él por su chillido y le había regañado diciéndole que no fuera gallina y Tom se había defendido alegando que chinear bebés no era parte de su carrera como señor oscuro.

-De hecho muy similar- agrego Jerome con una sonrisa satisfecha pensando en que había logrado que el gran ex Vodemort cargara a su bebé por todo el camino.

Tom gruño avergonzado y pidió ir al asunto de una vez.

El empleado se rio bajito para no despertar al bebé y libero un brazo para escribir el nuevo archivo.

-Muy bien creo que ya fue suficiente relajo, Nombre completo por favor- pidió con su mirada oscura dirigida al joven.

-Tom Marvolo Riddle-

-Nombre de los padres-

-Tom Riddle y Merope Gaunt, sé que mi madre no tenía un segundo nombre pero de mi padre no estoy muy seguro-

-No importa, con el primero para cada uno es suficiente, ahora fecha de nacimiento-

-31 de diciembre de 1926-

El empleado siguió escribiendo como si nada después de todo la magia tiene sus maneras.

-Su información académica ya está, aunque nos tomó algo de tiempo conseguirla porque tuvimos que ser muy discretos, el xecpor Jerome advirtió, fue todo un reto pero al final lo conseguimos-

El empleado puso el último punto y cerro el archivo cuyos papeles habían estado en blanco al empezar, goteo cera sobre las junturas y le puso un gran cello de madera encima cuando lo quito un escudo de vides y vegetación quedo grabado en él, lo hizo levitar hasta su gabinete correspondiente y tomo el otro, el primero que tomo al comienzo de la cita.

-El ministerio Letón obtuvo la mayor parte de su información en su homólogo británico y descubrió que las advertencias de su suegro aquí presentes estaban más que justificadas, de modo que llegamos a un acuerdo y se me autorizo por la ministra de ofrecerle una opción más para garantizar su protección, que no se diga que nuestro gobierno no se preocupa por sus ciudadanos- el empleado parecía mortalmente serio en sus declaraciones.

-¿De qué se trata? ¿No lo van a rechazar cierto?- pregunto preocupado Jerome.

-No claro que no, queremos usar en él… en todos ustedes más bien el programa gomitas de osito-

Tom y Jerome compartieron un mirada confundida, ¿Qué clase de nombre era ese para un programa del ministerio?

-No se confundan por el nombre, el programa gomitas de osito es usado para las personas que viven en letonia en calidad de refugiados, ya tiene la ciudadanía señor Riddle pero también hemos abierto para usted y su familia la posibilidad de sellar sus documentos y formar una identidad diferente para que pueda vivir en paz- el hombre empujo la carpeta cerrada hacia su sorprendido cliente.

Tom la tomo y la leyó para su suegro, más tarde le transmitirían las noticias al pequeño Noah.

-Nombre Jeremy Tom Gloom, varón, nacido en Riga de Letonia el once de marzo de 1964, 17 años, graduado en con honores en defensa contra las artes oscuras, encantamientos, transformaciones y aprendiz de sanador, el nombre de los padres no está y el lugar de residencia aparece listado como el hogar para niños y adolescentes Nina Price, un orfanato.

-¿Hicieron esto desde cero?- inquirió Jerome sorprendido.

-Sí, señores, tenemos contacto con diversos sitios que nos ayudan cuando alguna persona nos pide refugio, en el caso del señor Riddle no nos lo pidió pero consideramos que podría serle útil, el nivel de hostilidad contra él que encontramos de diversas personas en su ministerio es increíblemente alto, no podemos entender la razón para tal cantidad de deprecio, su expediente criminal está vacío, no tiene nada de nada ni siquiera multas por impuestos atrasados, creemos que la única razón con la que son hostiles con usted es porque aparece como nacido de muggle  y por su casa en Hogwarts lo cual nos parece ridículo y peligroso tomando en cuenta la guerra civil que se ha desatado desde hace ya varios años, por eso nos propusimos refugiarlo usando nuestro programa gomitas de ositos para ello, ocultando su identidad a través de un alias mejorara su seguridad y la de su familia por extensión- explico el empleado.

-¿Mi hijo y yo también debemos someternos a este programa?- indago  Jerome.

-No su archivo permanecerá igual, pero el de su hijo si tendrá que modificarse, el original será sellado para guardarlo junto con el original de su esposo y se creara una copia idéntica que será incluida en el registro público cuya única diferencia será el cambio en su apellido de casado que dejara de ser Di Riddle para ser Di Gloom- su tomo perfectamente profesional.

Jerome suspiro aliviado.

-¿Y bien que piensa señor Riddle?-

Tom permaneció en silencio sopesando los pros y los contras.

-Lo hare- respondió al fin, se volvió hacia Jerome- suegro necesito que me acompañe a gringgots ¿cuento con usted?-

-Claro que si Tom quiero decir Jeremy, para eso está la familia- indicó el pelirrojo.

Tom alias Jeremy se volteó hacia el empleado- hágalo- fue lo único que dijo.

El hombre asintió y después de devolver al niño a los brazos de su esposo se puso a trabajar.  


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