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Noah por Chorlite

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La familia de tres regreso a casa algo tarde esa noche, al arribar Noah ya estaba dormido y los dos adultos tenían un aire pensativo.

-¿Crees que hicimos lo correcto?- cuestiono Jeremy a su suegro, el encuentro con los Sullivan había sido muy inesperado y problemático, los Gloom y el Black sabían que eran buenas personas pero la cercanía de Severus con el anciano entrometido podía ser perjudicial, sin quererlo el joven les podía causar problemas.

Jerome suspiro descontento con la situación pero sabiendo que en esa ocasión no tenían otra opción.

-Des memorizarlos quizá fue un poco extremo pero es necesario por nuestro bien, tarde o temprano él podía dejar escapar algo y Albus Dumbledore es un oponente peligroso-

-Por lo menos pude ayudar a la niña, ella estará bien en cuanto sus padres le administren la poción-

-Suegro ¿No cree que se pondrán en guardia cuando despierten al llegar a su casa y se den cuenta que les faltan casi dos días de su memoria?-

-Sí, sin duda lo notaran especialmente Severus, pero no hay nada que puedan hacer para remediarlo, sin importar que magia usen no podrán liberar sus memorias del evento no hay nada que pueda interferir con la magia de un maggle excepto la magia de otro maggle y por lo que sabemos el único nacido en este siglo es Noah- Jerome se encogió de hombros- tendrán que dejarlo así-

-De acuerdo-

Una mujer pelirroja se les acerco.

-Amos la cena esta lista y servida-

Los hombres desviaron la mirada hacia ella.

-Bien ya vamos para allá gracias Rocella-

Jerome le entrego al niño para acostarlo ella asintió y viro para otro lado de la casa.

-¿Cómo haces para distinguir entre ellas Jeremy? Son idénticas físicamente, se visten igual con un vestido negro y un delantal gris y sus formas de actuar son iguales-

Los adultos tomaron asiento para comer, en sus platos un tazón con sopa negra y algunas papas asadas.

Ambos comenzaron a comer manteniendo una conversación ligera al mismo tiempo.

-Mana querida esto es delicioso-

La mujer de apariencia asiática sonrió.

-Gracias amo, son recién cosechadas del pueblo muggle-

-Los muggles, siempre tan atentos- dijo  Jeremy.

-Sí amo- ella respondió bajando la cabeza.

-Mmm con razón se sienten un poco más grasosas de lo que estoy acostumbrado, sin embargo están muy ricas-

La mujer se inclinó en una reverencia- amos me retiro si desean repetir Luther puede  avisarme.

Del otro lado del salón el hombre asintió conforme.

Los hombres asintieron de acuerdo.

-Jeremy ¿me pasas el arsénico?-

El pelinegro extendió la mano y le alcanzo el pequeño frasco con la tapa llena de pequeños agujeros.

-Sabe suegro hace tres años cuando comencé a vivir con ustedes y las chicas me sirvieron mi primera comida le vomite en el plato, ese dia usted no estaba presente pero no dudo que Noah le conto sobre ello, es algo que nunca me ha pasado a parte de esa vez-

-Es lo habitual, nuestro cuerpo se revela contra el veneno de forma natural y nosotros nos apreobechamos de ello para fortalecernos y ganar cierta inmunidad, sin mencionar el masoquismo familiar al cual incluso tú le as agarrado gusto- dijo divertido.

-Cierto suegro, muy cierto- a Jeremy no le quedo de otra más que afirmarlo.

***

***

Ruidos y gritos de batalla se escuchaban a la lejanía, una mujer joven se encontraba sentada en el suelo, la falda de su vestido a su alrededor como un vórtice negro en el blanco intenso del piso iluminado por el sol del mediodía que se colaba por las altas ventanas, una pequeña habitación sin muebles escondida detrás del salón del trono, un joven noble estaba en una esquina cerca de ellas, tenía la mirada baja y permanecía en silencio, con el cuerpo tenso listo para reaccionar ante cualquier eventualidad que pusiera en peligro a sus damas.

-Mami, tengo miedo- la voz temblorosa de una niña pequeña oculta entre los brazos de la mujer se añadió a los horribles sonidos ahora no tan lejanos.

-Oh querida…-

Ella guardo silencio y abrazo a su hija más joven con fuerza pues no sabía que decirle para tranquilizarla.

De pronto el ruido de algo pesado arrastrándose por el suelo la saco de su ensoñación, ella se puso de pie con la niña y se adelantó buscando protegerla con su cuerpo si fuera necesario, el joven que había permanecido quieto y sin participar en la conversación se la empujo hacia atrás poniéndose frente a ellas y puso una mano en la empuñadura de su espada.

Alguien del otro lado toco en un patrón previamente establecido para hacerles saber que no era un enemigo.

-Su majestad, abra la puerta por favor hay algo importante que debo comunicarle- una voz por agitada sonó tras los golpes.

La dama se relajó y el joven se adelantó abrir la puerta sin soltar su espada, nunca se puede ser demasiado precavido en su situación.

-Gerald ¿eres tú?- el muchacho pregunto temeroso, quizá no por él mismo como guerrero sabía que la muerte podía estar a la vuelta de la esquina si no por las mujeres tras él.

-Si su alteza, les traigo noticias del Rey- contestaron tras la puerta frente a ellos, el sonido anterior debió de haber sido la primera puerta al abrirse, tenía sentido era de piedra una cosa muy pesada.

Aun así él abrió despacio y con precaución.

-¡Gerald!- exclamo la joven mujer adelantándose hacia el sirviente, esta vez el joven no la detuvo en su lugar tomo el puesto anterior de la dama y abrazo a la asustada niña- ¿Qué ha pasado? ¿Qué sabes de mi esposo?- su voz se oía aguda por los nervios y sus silenciosas lágrimas.

-Su majestad, no hay tiempo el ejército enemigo está muy cerca no podemos correr riesgos el Rey me envía para evacuarlos cuanto antes- el viejo hombre puso sus manos sobre sus rodillas tomando grandes bocanadas de aire.

-¿Qué?- replico el joven.

La mujer se llevó las manos al rostro derramando nuevas lágrimas.

-¿Es así? Tan grave…- las palabras no le alcanzaban para expresar su angustia.

-Me temo que si su majestad- respondió el anciano.

-¡No! No dejare a mi padre para que se enfrente al enemigo solo- replico el joven con ira, la niña corrió a aferrarse al vestido de su madre.

El sirviente se dispuso a responder pero la Reina se le adelanto.

-Basta Alejandro hijo mío si tu padre nos mandó que escapemos es porque tiene sus razones, no tenemos otra opción más que obedecer, es un hombre sabio yo sé con quién me casé, además él no está solo nuestro ejército se encuentre ahí- ella se escuchaba afligida de la certeza en sus palabras.

-¡Pero madre! Soy un guerrero no huiré como un cobarde dejando a mi padre, el Rey para que muera- él no quería ceder.

-Papa no puede morir- grito la niña asustada.

-No lo hará querida, aun nos debe ese picnic que nos prometió la semana pasada tiene algo que cumplir y sabes cómo es él con su palabra- dijo la mujer.

-¿De veras mamá?-

-Por supuesto que si Tana él jamás deja algo sin cumplir- le dio una sonrisa que ni ella misma se la creyó pero la princesa se vio satisfecha con la promesa de su padre en la voz de su madre y volvió a aferrarse a ella en silencio.

-Gerald- su voz tenía un punto de mando irrefutable- sácanos de aquí.

-¡Madre no...!-

Ella lo interrumpió.

-Alejandro si sucede lo peor entonces tú serás el nuevo Rey por eso no podemos dejarte ir al campo de batalla lo sabes muy bien, si vas y mueren los dos nosotras quedaríamos desamparadas, soy mujer no hay mucho que pueda hacer sin mi marido y mi hijo y tu hermana tampoco puede porque comparte mi género, no seas terco, en este momento te necesitamos más que tu padre, quédate Tana y yo te necesitamos-

El joven negó con la cabeza sin decir nada finalmente pareció llegar a una conclusión.

Sin soltar la empuñadura de su espada levanto la cabeza y contesto.

-Tienes razón madre, te seguiré- finalmente conforme.

En ese momento se escuchó un estruendo mayor a los anteriores y las paredes del castillo temblaron peligrosamente.

-¡Oh cielos!-

El joven tomo a su hermana entre sus brazos y la sentó en su cadera, ella se agarró con fuerza.

-Gerald ayuda a la Reina de prisa no tenemos mucho tiempo-

El viejo tomo el brazo de la dama y se adelantó al grupo tirando de ella para apresurarla.

-Por aquí- él grito con impaciencia.

La reina recogió la falda de su vestido en uno de sus brazos y corrió.

-¡Corte!- grito una voz masculina.

De golpe todo se detuvo.

La supuesta princesa fue puesta en el suelo y ella se caminó hasta salir de la toma.

-Rex mi falda se atascó en un borde y ahora tiene una rasgadura ¿hay un repuesto en el camerino?-

-Sí, debe de haber- respondió el hombre.

Levanto las manos al aire para llamar la atención de su equipo.

-Muy bien damas y caballeros es todo por hoy el rodaje seguirá mañana se pueden retirar, descansen lo suficiente- él se bajó de su silla de director.

La gente respondió de acuerdo y se dispersaron con calma charlando entre ellos.

El joven vestido de príncipe soltó un suspiro de cansancio.

-Estoy ansioso por la cena y mi cama suavecita ahora mismo- se llevó la mano a sus ojos para masajearlos- ¿tú que dices he Noah?

-Ya llegaremos a eso padre solo vamos al camerino a cambiarnos y después iremos a casa- respondió él caminando al lado de su madre.

-No sé cómo le haces tan bien para aguantar el esfuerzo de un rodaje prolongado repetimos esta toma unas ¿Qué? Siete veces- inquirió Jerome.

-Nueve- indicó Noah.

-Nueve veces, si era bastante complicada espero que esta sea la última repetición- su voz cansada.

En el transcurso de su caminata llegaron al camerino, Noah guardo se cambió el vestido con su madre de espaldas luego de asegurarse de cerrar bien continuaron su camino.

-Yo creo que sí, el director me dio un nuevo guion para la próxima escena de la película también me dio uno para ti-

¿Cuándo ocurrió eso? – indagó Jerome.

-cuando corto la toma a la mitad porque a Larissa se le rompió un tacón, por eso no me gustan esos zapatos- declaró Noah.

-Oh-

No tardaron mucho en arribar al hotel, durante el camino Noah noto que Jerome parecía inquieto por algo y también bastante distraído, si no fuera porque el auto estaba encantado él se abría preocupado de que pudieran tener un accidente en el trayecto, pero él espero hasta que estuvieron en la habitación para preguntar.

-Madre- hablo para atraer la atención del pelirrojo- ¿qué te tiene tan nervioso?-

Jerome tomo asiento en la cama con resignación, sabía que él lo notaria.

-Mañana…- confesó a medias.

-Sí, ¿Qué pasa con mañana?- dijo Noah aun sin terminar de entender el problema.

-Es… es tu cumpleaños- el nerviosismo claramente presente en su voz.

-Aja ¿y qu…? Oh mi cumpleaños número once- a Noah finalmente le cayó la peseta.

Esta vez el pelirrojo no contesto sino que solo asintió desganado.

-La carta llegara mañana, tenemos suerte de que yo no tenga que trabajar hasta pasado mañana- hasta ahora pensaba en ello.

-¿Es lo único que te preocupa?- Pregunto Jerome, tal vez estaba exagerando un poco.

-Para ser sincero no había pensado en Hogwarts desde aquel día hace años en que nos encontramos con los Sullivan en la calle-

-Hemos permanecido ocultos por años pero a partir de mañana eso se va a acabar-

-Y ¿qué con eso? Sinceramente creí que lo descubrirían con semanas o a lo mucho unos meses de tiempo pero han pasado diez años sin que tengamos que vernos las caras con ese anciano entrometido, sabemos que fue al banco a tratar de sacar dinero en persona con una llave que de seguro robo de la casa pero no le resulto, también trato de votar con nuestros asientos pero no le respondieron y aun así no sospecho que su gran plan fallo- Noah se encogió de hombros despreocupado.

-Supongo que ha dicho sus mentiras con tanta regularidad que ya empezó a creérselo- dijo Jerome con burla.

-No te preocupes innecesariamente mamá, tú si tienes que trabajar mañana, mi esposo y yo iremos a ese horrible barrio donde me dejo el viejo ese para esperar la carta, cuando la tenga voy a contestar y luego regresaremos- dijo con simpleza.

-Él esperaría que no le respondieras, sin duda alguna la familia de esa fanática nunca te hubiera enseñado nada remotamente mágico ni te hubieran hablado de la magia, con esos antecedentes sería normal que pensares en ello como una broma de mal gusto- indicó el pelirrojo,

-No voy a cumplir todas sus expectativas mamá, de todos modos las cartas las recibe la subdirectora no él- él respondió seguro, eso lo sabía bien.

Jerome suspiro viendo la razón en las palabras de su hijo.

-Sí tienes razón, de todos modos solo estaremos en Inglaterra tres días más porque el rodaje continua en Bélgica una vez allá los búhos que envíe no nos podrán encontrar a menos que use los de alcance internacional pero necesitaría saber en qué país exactamente estamos sin mencionar el permiso del ministerio de Bélgica-

-Sí, la carta aún ira dirigida a Harry James Potter aunque lo cambié, debido a que no he notificado a los británicos, por lo que aún si enviara un búho a Bélgica no podría encontrarme ya que fuera de sus fronteras mi nombre es Noah Harry Gloom-

-Le vamos a provocar un infarto al viejo ese- exclamo Jerome con burla.

Una gran sonrisa en apariencia infantil e inocente se abrió paso por el rostro del niño.

-Por mi puede caerse muerto donde esta-

-Claro que sí hijo mío, claro que sí- Jerome no pudo más que corresponder con su sonrisa a juego.

 

 


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