Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Noah por Chorlite

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

7

SUCESOS

Aquel viaje  a la ciudad que resultó ser un desastre para Maílo quien paso toda la tarde y gran parte de la noche dando vueltas por las calles comiéndose las uñas y casi llorando desesperado por encontrar a su joven retoño, a las once y cuarto un policía lo llevo a el edificio de las audiciones, por suerte dicho hombre tenía un hijo que también había estado adicionando aunque no consiguió el papel pero él reconoció la descripción del ganador del cual su hijo le hablo más temprano cuando había ido a recogerlo, hizo la pregunta a la persona correcta.

Para Jerome fue el inicio de su vuelo por así decirlo, aunque fue castigado más tarde ese día en su casa por separarse del mayor nunca lo lamentaría, ese fue el inicio de un nuevo capítulo en su vida.

Su carrera como actor empezó algo lento con películas de segunda clase y como actor secundario pero pronto su carisma y talento le ganaron un lugar en la industria del entretenimiento  en dos años se convirtió en uno de los actores infantiles mejor pagados del mundo, aunque su vida como granjero se vio forzada a terminar pues su nuevo trabajo le obligaba a viajar mucho, su familia lo apoyó desde el primer momento aunque con duda no por ponerlo en tela de juicio si no porque no querían dejarlo ir, finalmente le dieron libertad y soporte a la distancia.

Dos meses después de que Jerome cumplió once años su amado tío Marius falleció de cáncer en el hígado mucho para el pesar de las personas en la granja y el niño pelirrojo se tomó un año sabático para recuperarse de su perdida.

A los trece años su carrera continúo lleno de ilusiones y recuerdos valiosos supo continuar viviendo a pesar de su dolor.

 

*****

El estridente sonido del despertador era todo lo que podía escucharse en la mediana habitación una mano delgada y pálida salió de entre las sábanas floreadas y presionando un botón en el centro del aparato lo apago.

Un chico pelirrojo se sentó en la cama con calma, bostezo con pereza y se estiro un poco para quitarse el sueño, saco los pies a un lado y los enfundo en las pantuflas verdes calientitas.

-Buenos días a mí- se dijo a sí mismo.

Llevo la mano a un cuadro en su mesita de noche.

-Buenos días tío Marius- en el cuadro una foto de un hombre mayor agachado con una rodilla en el suelo, entre sus brazos un niño un poco alto pelirrojo con un cono de helado en la mano y un carrusel de fondo.

Jerome pensaba que nunca dejaría de extrañarlo.

Se metió al baño para refrescarse un poco, ese día estaba muy caliente y bochornoso, pero entonces recordó que había dejado su champú en la mesita de noche, el nuevo porque el otro se le había terminado, se regresó para buscarlo.

Abrió el cajón pronto encontró la botella pero cuando iba a tomarla uno de sus largos dedos dio con una pequeña cajita plateada  con un moñito encima.

-Había olvidado esto- se dijo a sí mismo tomando la cajita y abriéndola.

Dentro se encontraba un pequeño anillo plateado con runas  bordadas, era el anillo que su abuelo le había dado en el aeropuerto antes de dejarlo ir hacia ya varios años, entonces Jerome recordó lo que sabía del anillo.

~Recuerdo~

Con la llegada al campo y la emoción de conocer adultos además de su abuelo que lo quisieran a pesar de ser squib al pequeño pelirrojo se le había olvidado el anillo, además antes de dormirse en el avión se lo había quitado por temor a que alguien lo robara mientras no estaba poniendo atención, Jerome sabía que los anillos mágicos tenían encantos anti robo pero no estaba seguro si funcionarían en ese anillo dado que los encantos no tenían en él la magia para nutrirse, no fue sino hasta dos semanas después cuando abrió de casualidad un compartimento especifico que se acordó de la petición extraña de su abuelo antes de abordar.

Rápidamente busco a su tío para preguntarle antes de que se le volviera a olvidar.

Lo encontró en el gallinero recogiendo lo huevos de los nidos mientras distraía a las gallinas con comida y agua fresca debido a la lluvia torrencial con la que el día había amanecido no se las dejaría salir de sus jaulas.

-Buenos días tío- lo saludo después de tocarle el costado no fuera que por hablarle de repente se sorprendiera y botara los huevos al piso donde seguramente se romperían.

-Ah, Jerome hoy te levantaste más temprano- le respondió el hombre sin dejar de atender su trabajo.

-Lo siento- el pelirrojo bajo la cabeza al recordar lo tarde que siempre se levantaba, como no le caía bien a sus padres mandaron a los elfos domésticos que no lo levantaran y que solo se comía en horas especificas por lo que era muy común que perdiera el desayuno y a veces incluso el almuerzo, lo bueno es que sus hermanos o los elfos le guardaban las sobras en la medida de lo posible ya que los elfos no podían desobedecer y los niños serian castigados si se daban cuanta los adultos.

-No te preocupes ya aprenderás, te  comprare un nuevo despertador pero esta vez trata de no romperlo por favor- una sonrisa en su rostro.

La carita de Jerome enrojeció.

-Lo lamento pero me asusto y actué por instinto- recordando el vergonzoso accidente.

-No te preocupes yo entiendo y seguro los demás también- acaricio los cabellos suaves con ternura hasta que el niño asintió- de todos modos ¿para qué me buscabas?-

Jerome levanto la vista y hablo.

-Sobre eso tengo una pregunta importante- ya serio.

El hombre mayor perdió su sonrisa y endureció su temple al notar la repentina seriedad del niño.

-¿Dime, de que se trata?-

-Lo que pasa es que antes de subir al avión que me trajo a Polonia mi tío Acturus me dio un presente y me dijo que te lo mostrara en cuanto llegara a mi destino para que tú me aclarases qué es exactamente y para qué sirve que de ese modo sabría qué es lo que quiere a cambio por haberme ayudado a escapar de esa gente- aclaro sin apartar los ojos de su paquetito cuadrado.

El hombre abandono los huevos por un momento mientras hablaba con el niño aquello debía ser muy importante si el tío Acturus había dicho aquellas cosas.

-¿Qué es? Muéstramelo, ¿Por qué es que no me lo habías mostrado en cuanto llegaste como te dijo nuestro tío?- exclamo quizá un poco fuerte para el gusto del niño si el endurecimiento de su temple decía algo, rápidamente cambio su expresión a una más suave por el bien de la situación no valía para nada asustarlo.

El pequeñuelo se relajó visiblemente.

-Es esto tío- dijo estirando la mano con la caja en ella.

El hombre la tomo, la examino por fuera pero no encontró nada por lo que la abrió para revisar el contenido y al hacerlo casi se le cae de las manos.

-¿Pero esto…?- impactado.

-¿Pasa algo malo tío?- pregunto el niño arrastrando un pie con preocupación.

-Jerome no sabes, no tienes ni idea de lo que es esto, ¿de lo que vale?- decía a gran voz mostrándole el anillo sin tocarlo.

-Mmm- tocándose la barbilla en un gesto de pensador el pequeño respondió- una joya muy rara- improvisó pensando en la reacción extraña del hombre mayor.

El hombre le dio una larga mirada de incredulidad hasta que advirtió que la ignorancia del menor era sincera.

-Casi no puedo creer que el tío Acturus te diera este anillo sin decirte lo que era- cuestionó.

El crío se encogió  de hombros como para afirmar que no estaba enterado de nada.

-Bueno supongo que dártelo a ti sin información es mejor que dejarlo en manos de aquella #%&&$ y su %$&##- volteo a mirar al menor con la cara enrojecida de vergüenza al insultar de aquella manera frente a un niño.

-Descuida tío el tiempo de taparme las orejas ya paso- dijo con una sonrisa suave de diversión, muy pocas eran las veces en que podía ver a su tío perder los estribos de esa forma.

-si bueno- miro nervioso a su alrededor tratando de encontrar algo con lo que cambiar el tema por otro menos embarazoso.

-¿Y qué es el anillo?- lo ayudo el pequeño consiente de la situación.

Después de aclararse la garganta un poco él continuo- al darte esto mi tío no solo te regalo una joya también hizo una declaración-

-¿Declaración?-inquirió arqueando las cejas.

-Jerome esto no solo es un anillo bonito, también es el anillo de heredero- le aclaro finalmente.

El niño abrió la boca impresionado-¿el anillo de heredero?-

-Si tío Acturus te lo dio a ti y él es el jefe de casa lo que significa que te ha escogido a ti para que des descendencia a la familia es decir el apellido puede continuar por cualquiera de tus dos hermanos pero solo tu línea puede reclamar la señoría después de la muerte del tío- explico.

-¿Pero cómo puedo hacer semejante cosa yo? Soy un squib- levanto un poco la vos de la impresión.

-Bueno eso no es impedimento los squib también pueden ser señores y señoras de sus casas lo que pasa es que a lo largo de los años los parientes mágicos han usurpado sus lugares y los han expulsado o peor aún asesinado amparándose en la creencia de que como tienen magia eso significa que son mejores y que lo merecen más que los legítimos herederos incluso han llegado al extremo de eliminarlo de los registros para asegurarse de que sea olvidado y así evitarse muchos problemas, yo mismo solo estoy consciente de ello porque mi tío me lo dijo antes de enviarme aquí-

-Pero ¿Cómo es eso posible? ¿Sera que puedo ser señor algún día?- pregunto el niño con incredulidad embarrada en sus palabras.

-Sí, sin duda alguna, tú has sido escogido por el jefe de casa y serás su sucesor-

-Pero ¿y qué pasa con Sirius él es el mayor?-

-Eso no es importante y si la magia de familia te considera más adecuado que él llegado su momento el escogido serás tú, lo que mi tío ha hecho es abrir las posibilidades agregándote a la fila con un contrincante para tú hermano, la magia familiar no va a medir lo grande de su núcleo mágico sino más bien cuál de los dos es mejor para ella, cual podrá cumplir mejor los objetivos de la familia y brindara mejor perseverancia a futuro, es decir el más adecuado- termino su apasionado discurso.

-Pero Sirius es un buen chico ¿Por qué no lo dejo en manos de él?- pregunto más por curiosidad que por cualquier otra cosa.

-Debe de haber algo en él que no agrada al tío y seguramente en Regulus también, hay que tener en cuenta cómo es posible para tus padres envenenar la mente de los demás.

Jerome se mostró especialmente preocupado por esa posibilidad.

-¿Crees que mis hermanos se vuelvan en mi contra a causa de ellos?- retorciéndose los dedos con nerviosismo.

-No lo sé, no los conozco pero ten en cuenta que a la sombra de aquella gente es muy posible- agrego con certeza.

-Mis padres van a estar furiosos cuando se enteren- después de un rato de silencio cada uno perdido en sus propios pensamientos.

-Pues por muy furiosos que estén van a tener que tragarse su temperamento una vez hecha la decisión para el futuro señor ya no se puede cambiar y tampoco pueden hacer nada en tu contra tu palabra será ley para todos ellos-

~~~~~~~

       ~~~~~~~

                -¿Quién lo diría? Que me pondrías por encima de ellos de ese modo- se dijo a sí mismo.

Después de ducharse Jerome se sentó a leer un rato era un libro sobre pociones, a pesar de que no podía hacer ningún tipo de magia con varita a Jerome se le daban muy bien los rituales las runas y las pociones.

Desde que su tío Marius se enteró de que él un día seria el señor de la casa Black se había empeñado en enseñarle todo lo que pudiera aprender por medio de los mejores tutores polacos que pudo, se vieron forzados a comenzar desde el principio el tutor estaba impactado del el niño británico y su conocimiento o mejor dicho la falta de ella, casi no podía creer que ese modo y calidad d enseñanza realmente existía en algún lugar, se pasó un largo rato exclamando lo agradecido que estaba de no ser un británico idiota y después de un tiempo estudiando Jerome no pudo más que estar de acuerdo con él, lo que para en su país de origen comenzaba a enseñarse a los once años en Polonia lo aprendían los niños de cuatro años con razón fuera de sus fronteras casi ningún país mágico quería tener que ver algo con ellos y eso sin meter sus puntos de vista anticuados en referencia a los muggles o la pureza de la sangre.

Le había tomado años pero lo había logrado y no podía sentirse menos que orgullosos de ello.

Ese día en particular se sentía muy desdichado porque ahora que tenía 18 años tendría que volver a su país para reclamar el señorío, hacía poco se había enterado por medio del periódico mágico de Polonia diario extremo como su familia había caído en desgracia sus padres, su abuelo y Sirius estaban muertos, Regulus desaparecido presumiblemente también muerto.

Se lamentaba por el terrible destino de su familia pero tenía que volver a cumplir con el mandato que le impuso su difunto abuelo al entregarle el anillo, ahora era su deber volver a aquella casa y proporcionar descendencia para que su sangre y apellido no muriera con él ya lo había retrasado basándose es la excusa de que en el mundo muggle aún no había cumplido la mayoría de edad.

-Ni modo, parece que no tengo opción-

El ahora hombre pelirrojo salió a la cocina y después de prepararse un desayuno ligero tomo el teléfono e hizo una llamada al aeropuerto para comprar un pasaje con destino a Inglaterra, la que resulto para el día siguiente, algunas veces era bueno ser famoso pero en otras ocasiones de verdad lo odiaba.

El resto del día Jerome se lo gasto pensando en cómo se las tendría que andar con cuidado en su país de origen, las noticias mágicas informaban de extraños ataques terroristas en suelo ingles pero Jerome sabía que se trataba de un grupo revolucionario  que se había revelado al gobierno causando daño por doquier, aparentemente atacaban en especial a los nacidos de muggles y los squibs, los primeros al menos podían dar algo de pelea pero él estaba indefenso.

 

******

******

Tres días después se encontró a Jerome caminando por una calle solitaria en Londres, después de llegar al país se registró en un hotel y como el vuelo le había llevado once horas se quedó a descansar y espero hasta el día siguiente para salir a hacer sus diligencias en el peligroso lado mágico de la ciudad.

Al entrar en el callejón Diagon noto que el lugar estaba casi vacío un reflejo de la guerra según parecía, el joven pensó que si fuera en Polonia la revuelta ya habría terminado con el resultado de todos los rebeldes ejecutados públicamente y todo estuviera de vuelta a la normalidad, pero Inglaterra y Polonia mágicas eran muy diferentes, la decadencia de gran Bretaña le impresionaba y todo parecía ser culpa de un anciano con aires de grandeza y el corrupto gobierno, en Polonia dependiendo de lo que fuera que te acusaran podían condenarte desde una multa hasta ser azotado desnudo en público (para los violadores) si se te probaba que lo habías hecho una vez si eras reincidente entonces serias azotado hasta la muerte o castrado después de cierto número de azotes y si la condena era por asesinato entonces la sentencia era la muerte sin excepción y debías morir de la misma manera que había matado a tu víctima, sí Jerome estaba de acuerdo en que las leyes eran muy duras pero también sabía que si no debias nada entonces no tenías que temer nada por lo que no tenías que protestar en primer lugar al final de cuentas tales leyes tenían el propósito de mantenerte seguro.

El lloriqueo de las personas británicas mágicas no le sabía a nada más que simple cobardía.

Dudó en si entran al banco, conociendo a su padre como sabía que era si se enteró de lo que su tío había hecho antes de su muerte es muy probable de que le hubiera puesto trabas prácticamente bloqueando su paso al título como le correspondía dado que los otros posibles candidatos directos había muerto, aparte de él solo quedaban los candidatos indirectos de otras familias aun así Jerome sabía que para su padre era mil veces preferible que su familia fuera absorbida por otra y se perdiera el apellido para siempre a que él obtuviera el señorío aun cuando era consciente de que Jerome podía producir descendencia mágica como cualquier otro sangre pura.

Una sensación fría e incómoda en extremo lo saco de sus pensamientos, el pelirrojo se removió en su sitio se sentía como si la muerte estuviera mirándolo y calculando cuál era la mejor y más rápida manera de llegar a él, se volteó rápidamente pero no pudo notar a nadie entre las pocas personas en el callejón que le prestaran alguna atención.

Nervioso volvió por donde había venido y saliendo a Londres muggle trato de mezclarse entre las personas madrugadoras que pululaban por la zona, unos quince minutos después pensó que sería suficiente y retomo su camino hacia su hotel manteniendo la cabeza baja para evitar que sus fans lo reconocieran.

Alzando un poco los ojos vio unos metros delante de él un cercado de plantas que marcaban la entrada al hotel, el lugar estaba vacío y la nieve acumulada hacía difícil el tránsito a pie, apresurando el paso dio un grito apagado cuando de pronto sintió que lo empujaban de un lado y cayo de costado en el callejón detrás del hotel, tomo en cuenta de que la sensación de peligro nunca lo había abandonado realmente y tras levantarse lo más rápido que pudo trato de huir corriendo pero fue derribado por un crucio del cual no escucho las palabras pero que reconocía los efectos muy bien, tal vez demasiado.

Apretó los dientes y trato de relajar el cuerpo lo mejor que pudo para evitar los movimientos involuntarios residuales.

-Baya, baya pero si no es mi primito el indeseable- una voz de mujer llena de regocijo y malicia se oyó en el lugar.

Con mucho esfuerzo ladeo la cabeza para mirar a quien le había hechizado y cuando la reconoció supo que estaba perdido.

-Bellatrix no sabía que tenías más familia- un hombre alto y fibroso  hablo esta vez.

-Este no es familia, es solo escoria- respondió  ella con odio mientras se entretenía rompiéndole los huesos y arrancándole gritos en el proceso.

El hombre pareció sorprendido un momento pero luego el entendimiento inundo sus facciones.

-Entonces es cierto, los Black tuvieron un squip- dijo con desdén y disgusto para nada preocupado por la suerte del recién conocido Black.

La mujer lo miro con disgusto pero no lo negó por lo que lo dio por sentado, no tardo en unirse a la fiesta de torturar y mutilar al pobre desgraciado.

Jerome se encontraba en su límite y perdió todo desde ahí inconsciente de todo lo demás, lo único que hacía era gritar.

Por un momento todo se quedó en blanco parecía que de lo único que era capaz de sentir era dolor, con mucho esfuerzo abrió los ojos convencido de que iba a morir a manos de su propia sangre pero esperando al menos tener una última mirada al cielo, Jerome abrió sus ojos al máximo, los mortifagos habían desaparecido en su lugar asomándose por encima de su cabeza estaba un bebé desnudo y completamente blanco, movió su boquita como diciendo algo pero no pudo entender sus balbuceos juveniles.

El bebé lo tocó en el pecho con curiosidad como buscando algo, después de un momento llevó sus dos pequeñas manitos gorditas a la frente de Jerome, inmediatamente sintió como si alguien hubiera recogido toda la nieve del camino y de alguna manera la había forzado dentro de su cuerpo, algo se hincho en su pecho y el pelirrojo sintió como si fuera a reventar y entonces sucedió lo que se inundó en su pecho no aguanto más y exploto enviando ondas de algo que hizo estallar en mil pedazos los cristales y vidrios de los alrededores, el pelirrojo se sintió como si de pronto se hubiera librado de unas ataduras que no sabía que tenía y un peso del que desconocía su existencia se levantó de sus hombros él jadeaba pesadamente, el bebé desnudo se sentó en su pecho le miro de una manera que de alguna forma le pareció como una disculpa antes de inclinarse hacia adelante y clavar su único diente en su cuello sangrante, un horrible ardor le recorrió todo el cuerpo como si hubieran cambiado su sangre por acido, la sensación termino tan pronto como comenzó, cuando el niño se enderezo ya no era un niño sino más bien un bebé un vestido de encaje amarillo chillón con lunares  apareció de pronto cubriéndolo con sus calzoncitos y medias a juego, ya no era blanco totalmente su pelo era negro  y cuando miro sus ojos invertidos finalmente comprendió un poco la situación, parpadeo y cuando abrió los ojos estaban normales de improvisto el ahora bebé arrugo la cara y comenzó a llorar como un condenado, él se recostó en su pecho Jerome sintió sus brazos moverse para abrazarlo sin su cooperación entonces su visión se puso borrosa, de lo último que fue consiente Jerome antes de desmayarse fue de los múltiples sonidos de aparición y los gritos del bebé.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).