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Stilinski Addams por minima

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2.- Nuevos visitantes.

Beacon Hills era una encantadora ciudad en California, rodeada de bosques espesos y una población mayormente tranquila sino contabas el incidente ocasional de delincuencia, peleas entre vecinos y alguno que otro chisme subido de tono.

Por lo que cuando pasaba algo realmente importante o fuera de lo usual dicha noticia recorría tan rápido la ciudad como un camino de pólvora encendida, y como dicho explosivo a veces explotaba causando estragos en la mayormente pacifica población de la ciudad, algunas veces llegaban como explosiones en cadena.

La primera noticia fue saber que la “singular” esposa del sheriff se encontraba fatalmente enferma, ¡Qué horror!

Pobre John Stilinski, dirán hombres y mujeres, porque no solo es un buen policía y sheriff sino también un buen hombre.

Todos conocen al sheriff en la ciudad… y a su esposa.

La esposa del sheriff en descripciones más simples es “singular”, no es como todas las mujeres ni las esposas o madres de la ciudad, pero a su manera no es tan diferente, atiende la casa, a su marido e hijo todos los días, va a las juntas de padres y maestros, trata con sus vecinos y se ha hecho de amigos, algunos de los otros padres de los niños del salón de su hijo y otras personas en el pueblo, hasta ahí Claudia Stlinski parecería como otra ama de casa ordinaria de un pequeño pueblo, pero en Claudia nada era ordinario.

Claudia vestía con vestidos negros siempre, su piel es tan pálida como una hoja de papel, cosa que heredo su hijo, tiene un extenso conocimiento de cómo diseccionar animales y sobre armas europeas de la época medieval hasta la época de la segunda guerra mundial, tiene un jardín lleno de plantas no muy comunes y algo ponzoñosas, arbustos de belladona y hiedra venenosa crecen junto a flores venenosas de diferentes partes del mundo que nadie sabía que existían hasta que se lo preguntaron a su vecina. En el experimento de ciencias de su hijo sobre hacer crecer una planta en un frasco ella le dio la semilla de una planta carnívora en vez del típico frijol o lenteja que dan otras madres a sus hijos para dicho experimento, fue un regalo de su cuñada ella dijo, lo más asombroso de todo es que la pequeña planta realmente era “carnívora”, no solo necesitaba agua y sol, sino también algo más sustancioso y no solo insectos precisamente, varios de los niños del salón del hijo de Claudia le contaron a sus padres con el asombro y fascinación infantil relatos de como el hijo del sheriff llevaba carne cruda para alimentar a su pequeña planta, algunos padres lo tomaron como cuentos productos de la imaginación de sus niños, otros que ya conocían a Claudia no dudaban que fuera verdad.

A la esposa del sheriff le gustaba dar paseos por el bosque, preferiblemente descalza y en medio de la noche, de vez en cuando llevaba a su marido e hijo; también se sabía que tenía una mascota, no un pez, no un ave, ni un canino o minino, una tarántula, y aunque nadie la había visto en persona se sabía por lo que había salido de la boca de la propia Claudia que vivía en su sótano ya que era oscuro, húmedo y perfecto para su linda mascota que al parecer era tan grande como para comer un roedores, si algo significaba que el sheriff comprara una vez al mes en veterinaria esos ratones específicamente criados para alimento de serpientes. Nadie había visto a dicha tarántula ni tenían ganas de verle, solo de pensarlo a más de uno se le ponía la piel de gallina.

Y así, con todas sus excentricidades todo el mundo conocía a Claudia Stilinski y a su esposo John, y a su hijo de nombre tan complejo que ya la mayoría lo conocía mejor por su apodo, Stiles.

¿Qué sería de ahora en adelante la familia Stilinski si algo le pasara a Claudia?

Los buenos vecinos y amigos no tardaron en llegar en ofrecer su apoyo al enterarse de la mala noticia, este era el caso de Melissa McCall.

-Oh Claudia, lo siento tanto-

-Lo se querida-

Ambas damas tomaban bebidas calientes en casa de la esposa del sheriff, Claudia bebía de su tasa un té casero y Melissa de su termo de café, aunque ya conocía a la mujer de años y había suficiente confianza entre ambas familias de dejar a los hijos encargados en la casa de Claudia o en la de Melissa, sabía muy bien que ese té casero podría tener mesclada alguna de las plantas de su jardín por lo que procuraba siempre en sus reuniones traer algo ella.

Las cosas que preparaba Claudia en su casa podían causar maravillas así como enormes estragos, su hijo era prueba de ello cuando en el comienzo de la amistad de Scott y Stiles el segundo niño invito el primero a jugar en su casa, ella creyendo que como su hijo le había comunicado que su nuevo amigo era el hijo del sheriff no veía ningún peligro, hasta que fue a recogerlo y encontró una casa que desencajaba por completo en los suburbios de la dirección que le habían dado para recoger a su primogénito.

La casa no era muy grande como suele pasar en un humilde suburbio con casas tan parecidas una a la otra, de hecho arquitectónicamente era igual a sus casas vecinas, pero su aspecto lúgubre, con un jardín lleno de plantas creciendo sin control y lo que parecían ser cuervos volando a su alrededor la perturbo demasiado en su primera impresión, no ayudo que Claudia le hubiera abierto la puerta con un cuchillo afilado en mano y lo que parecía ser sangre goteando de este, rápidamente tomo a su hijo y rechazo la invitación a cenar y estaba a punto de prohibirle volver a juntarse con el niño Stilinski cuando Scott le dijo que la madre de su nuevo mejor amigo le había preparado una bebida extraña que le había ayudado a respirar mejor. Al parecer nuevamente su hijo había olvidado su inhalador en casa y uno de sus ataques ocurrió en la casa del sheriff, Claudia al darse cuenta lejos de actuar preocupada o llamar al doctor o a los padres del niño le dio de beber algo extraño.

Llevo inmediatamente su hijo al médico para que lo revisaran, pero no había nada que revisar, su hijo estaba perfecto, más de lo usual, ya que con el tiempo se dio cuenta que sea lo que le haya dado Claudia había mejorado el asma de hijo. Melissa era mujer de ciencia, una enfermera, no creía en remedios caseros y aunque sabía que algunas medicinas no tradicionales funcionaban, muchas veces causaban más problemas que remedios, más de una vez atendieron en el hospital a enfermos que habían probado pomadas, ungüentos y quien sabe que más en lugar de ir al médico cuando era necesario y algunos reaccionaban con alergias de esos productos o en el peor de los casos un leve envenenamiento.

Pero al parecer Claudia sabía lo que hacía, por lo que decidió no juzgarla por la primera impresión que tubo de ella y así como sus hijos se hicieron grandes amigos, las madres así lo hicieron también, y como había visto el lado bueno de Claudia también llego a ver el lado malo, no especialmente dirigido a ella pero si a su marido, ahora ex marido.

Las cosas en su matrimonio habían estado en decadencia por años, mucho antes de conocer a Claudia, era cuestión de tiempo para la ruptura, pero su ex marido así como aparentemente la había amado con intensidad alguna vez agarro un odio que ella no podía comprender, ella dio todo de sí para que las cosas funcionaran entre ellos, pero el quizás lo tomo como un intento desesperado de retenerlo, no lo sabe, aun ahora a un par de años de su divorcio no han hablado cara a cara con buenos términos.

El colmo fue cuando vino a buscar a su hijo a la escuela y dio un par de comentarios muy ofensivos hacia Stiles, Claudia había estado presente no muy lejos. No hiso nada en ese preciso momento solo para no alterar a los niños presentes, pero cuando tuvo oportunidad y al saber por propia boca de Melissa que su matrimonio no tenía salvación, tomo como vía libre de desatar su ira en el pobre hombre, empezó en la venta de pasteles de la escuela, le dio al ex marido de Melissa un biscocho especialmente preparado para él, el hombre paso semanas sin poder abandonar un baño por más de un par de horas al día.

No podía matar al padre del mejor amigo de su hijo después de todo, palabras de ella, pero eso no impedía tratar de sacarle toda esa mierda que tenía adentro, nunca mejor dicho antes.

-Estoy preparando mis asuntos estos días, he hablado con mis abogados y ya le explique a Stiles que es lo que me pasa-

-Oh pobre chico, ¿Cómo tomo la noticia?-

-Como cualquier niño, pero es listo y comprende rápido. Sé que cuando me valla…-

-Por favor no digas eso, aun no comienzas el tratamiento y de aquí a unos meses algún medico pudo haber hecho un avance con nuevos tratamientos o medicina-

-Me encanta tu optimismo amiga, pero sea lo que tenga que pasar lo aceptare. Ahora como iba diciendo, cuando me valla sé que estarás ahí para mi bebé, y quiero agradecértelo de antemano-

-Es lo que menos pudiera hacer después de años de amistad-

-Gracias querida amiga, también quería avisarte que vendrán algunos parientes míos-

-¿Disculpa?-

-Es en esta clase de momentos que los amigos y familia deben permanecer unidos, por lo que llame a mi tía y primos para que vinieran de visita-

-¿Tu familia?-

-Sí, es lo que dije-

-Y todos ellos ¿son…?- Melissa tomo una pausa para reflexionar como quería hacer su pregunta, Claudia era, bueno, CLAUDIA. Pero su familia seria… ¿Cómo ella?

-¡Encantadores! Mi tía es la hermana mayor de mi padre, que descansa ya en su armario favorito, y mis primos son todos unos caballeros galantes, de hecho uno de ellos sigue soltero por si te interesa tratar con citas de nuevo. Mi cuñada no se queda atrás, toda una dama oscura como diría mi padre, absolutamente maravillosa, y mis sobrinos se llevan bien con Stiles-

-De… acuerdo- como la mayoría de las pláticas que tenía con Claudia algunas de las partes habían sonada extrañas o demasiado oscuras. ¿Cómo era eso del armario? Adoraba a Claudia pero no estaba lista para citas, así que no gracias. Y su cuñada, ¿Qué debía entender como dama oscura?

Al menos Claudia había tenido la amabilidad de avisarle sobre sus visitas, al menos podía prepararse mentalmente para sea lo que vendría a la ciudad, no podía decir lo mismo del resto de la ciudad.

Esa sería otra noticia que sacudiría a la ciudad sin lugar a dudas.

*+*+*

Semanas después de su diagnóstico Claudia comenzó con su tratamiento por lo que tendría que pasar más tiempo en el hospital, lo que se traduce menos tiempo para atender su hogar y familia, pero no estaba preocupada, su familia ya había llegado a la ciudad.

Llegaron de noche, en su carroza fúnebre familiar, se quedarían por algo de tiempo por lo que habían empacado bien sus cosas y arreglado rentar una casa a las afueras de la ciudad, verlos de nuevo siempre era un placer, ¡y su tía y Morticia habían prometido preparar algo especial para hoy!

Y hablando de la querida tía y cuñada ellas se encontraban en el centro comercial en ese preciso momento, fue donde Laura Hale las encontró.

Desde anoche Talia Hale, su madre y alfa de su manada, les había comentado que estuvieran atentos a su alrededor, ya que tenía un mal presentimiento, la mujer había sufrido de un fuerte escalofrió que le recorrió toda la espalda, ella no lo sabía en ese momento, pero fue justo en el momento que la carrosa fúnebre de los Addams entro por su territorio, por lo que pidió a toda su familia que anduvieran con cuidado hasta descubrir que era lo que pasaba.

Y aunque su madre estuviera nerviosa, jamás diría asustada, ella era una mujer valiente y su alfa, decir eso era tonto, además si lo admitía ¿Cómo rayos debería sentirse ella?... regresando al tema, a pesar de que su madre estuviera nerviosa, la vida cotidiana debía seguir, y las tareas de la casa igual, por lo que como cada sábado alguien debía ir al centro comercial de compras y le tocaba a ella precisamente.

Definitivamente era una tarea fastidiosa llenar el carrito de comida y otros productos de consumo diario, sino fuera por su fuerza de mujer lobo la tarea sería aún más tediosa, pero incluso en este tipo de tareas seguramente extrañaría la normalidad y la monotonía de su vida en su ciudad natal, el próximo año entraba en la universidad y aunque no quedaba lejos no podría venir todos los días a la casa de su familia y tendría que aprender a vivir en un dormitorio con un desconocido, era tanto emocionante como atemorizante.

Fue cuando entro a la sección de frutas y verduras que la vio.

Viniendo de una familia de hombres lobo Laura había visto muchas cosas, pero esto la desconcertó, frente a donde acomodaban las manzanas y las naranjas había una mujer de figura alta y delgada, era hermosa podía admitir, pero era una belleza que también intimidaba, sus largos cabellos negro lisos y de apariencia suave se confundían en un punto con el vestido largo de color negro que entallaba su esbelta figura, su pálida tez podía fácilmente confundirla con un no muerto pero el suave latido de su corazón aún era audible para su agudo oído aun cuando este tenía un ritmo ligeramente diferente al de un humano promedio.

¿Quién era ella? ¿Qué era ella?

La mujer miraba las frutas con una mirada analítica pero a la vez desinteresada, como si ninguna de los frutos delante de ella cumpliera con sus expectativas, no hay desprecio en sus facciones ni tampoco asco, pero puede decir sin lugar a dudas que detesta esas frutas frescas y jugosas, ¿Por qué? Para su olfato sensible casi todas las frutas parecen estar en un estado aceptable, la calidad es muy buena y el sabor ni se diga.

Fue cuando la dama extendió la mano de uñas largas rojo sangre y de dedos pálidos adornados por un par de anillos que parecían muy costosos que la tétrica imagen termino de enfocarse, de todas las frutas agarra una manzana que seguro se escapó de la revisión de los empleados de la tienda, esta magullada, de piel arrugada y si pone atención ya empieza a oler a podrido, la mujer suelta una pequeña sonrisa satisfecha.

-Perfecta- dice con una suave voz.

Con demasiada delicadeza coloca el fruto en un carrito de compras que Laura no había notado antes, lleno de alimentos poco comunes y poco apetecibles, parece que hay una bolsa llena de ojos que huelen a algún animal bovino y ¿veneno para ratas? Entre otras cosas.

Laura se debate en dar media vuelta y llamar inmediatamente a su madre o quedarse para intentar descubrir quién y qué es la mujer delante de ella.

-¡Morticia! Esta tienda es un asco, no tienen ni sapos u hongos venenosos- la estruendosa voz de una mujer saca a Laura de sus pensamientos, es de una anciana, no, una bruja, el aspecto que tiene solo puede ser descrito de una película vieja de horror.

-Creo que Claudia tiene esas cosas en su jardín, mucho más frescas y confiables de las que pudiéramos encontrar en esta o cualquier tienda-

Ambas mujeres siguieron hablando como si lo que saliera de sus bocas no fueran plantas venenosas o cosas que obviamente no venderían en un supermercado, lo cual era muy preocupante aun sin ese aspecto tétrico que portaban sobre ellas.

Laura trato de buscar rápidamente su celular mientras intentaba dar media vuelta por el pasillo e ir a la caja, que las manzanas y peras de la lista de compra esperaran, debía comunicarle inmediatamente a su madre sobre este par de mujeres, quizás eran ellas la que habían puesto en alerta a su alfa.

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