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SI NO ERES TU... NO SERA NADIE. por zumiko yuram

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Notas del fanfic:

Los personajes de Kyou Kara Maou  no me pertenecen les he  tomado prestado  para la realizacion de  esta  Fanfic. 

Notas del capitulo:

Pensamiento de Yuuri {{-}}

Pensamiento de Wolfram [-]

[Me es tan difícil, me es imposible  el  aceptarlo,  te  he  tenido  en mis  brazos, te han besado mis  labios  y  aun así,  sigues  siendo  tan  ajeno a mí,  maldita la  hora, mal  haya  sea  mi  testarudez,  mas  no  puedo  sacrificar  el  futuro de nuestro reino por un malsano deseo,  por un egoísta corazón como el mío…]

{{Te amo, te amo y no  lo puedo  evitar, ahh… cuanto  te  he  amado  toda  mi  vida, pero no  debemos, no podemos, solo es un viejo  anhelo, un capricho de mi juventud, un momento que  tendremos para recordar…}}

-. Sean todos bienvenidos a esta dichosa  ocasión,  es para  nosotros  un privilegio y un placer  el  contar  con  tan noble  concurrencia, por  favor  tomad  vuestras  copas y  brindemos  por  este  feliz  momento.-

 

Esto  decía  a  voz  alta el  maestro de  ceremonia,  así  como  fiel y  noble  conejero de su majestad, agradecía a propios y  extraños por  acompañar a  el  rey  en  este  importante  suceso en el  cual  se desposa  y  así asume  con más  sobriedad y  templanza el  liderazgo de  su nación,  la  bella  novia  brindaba  con  los  invitados y  saludaba  a  sus  amigos  y  demás  con una gentil  sonrisa,  una  linda joven de  ojos  gris verdoso,  de  piel morena  clara y  cabellera  color caramelo, una  mujer sumamente  hermosa. Los  demás  que  acompañaban  a  su majestad  sonreían más  en su mirada se veía  un deje  de pena, la  tristeza  de  que  no  todo  es como debería  y sobretodo  el  ver el  rostro de  su  señor sumamente  frio e indiferente  a  todo lo acontecido,  para  alguien quien siempre  mostro  un corazón  cálido  y  con  esa  tibieza  que reflejaba su  alma al  sonreír  siempre transmitiendo  alegría  y  confianza, más en esta ocasión aunque  su  boca  esboza una  sonrisa y  sus  ojos muestran tranquilidad y seriedad la  verdad  está más  allá de la  comprensión de  aquellos  ajenos a  su majestad el  Maou.

 

-. Su majestad, ¿A dónde os dispone a ir? Vuestra fiesta aún no termina y no ha iniciado con la danza tradicional  entre  esposos,  usted  sabe  que  es  un  requisito más para consumar  vuestro enlace,  además  Lady Berenice os  aguarde  al  centro del  salón .-

 

Decía con  voz  serena y  baja  su  escolta personal  quien le  sostenía de un hombro  mientras  daba sus  felicitaciones y  en un  solemne  acto de apoyo moral  de  daba  un cálido  abrazo,  su majestad  solo exhala  con pesadez se detiene un poco  solo para dar un aliento  más  profundo como  buscando  fuerzas y  seguir  con todo aquello, agradece la preocupación de su  escolta y asiente con la  cabeza, con una  evidente  sonrisa que oculta el pesar de  su  ser  va  donde la bella Berenice  que  le  espera realmente  feliz  por haber  contraído  nupcias  con su majestad, El Maou le  toma  de la  mano y le acerca  a  él con la  otra sujetándole  del talle, inicia  pues  así  con gran  cadencia y soltura  la  danza  y  el  baile  real de  los recién  casados,  todos  los invitados  se  alegran por la pareja y  sonríen  no hay  dama más  fina y elegante  en todo  el  reino que  podría  haber  sido elegida para  tan alto  honor.

 

Mientras están bailando la mente del monarca parece dispersa, como si estuviese en otro lado, su mente viaja años atrás a un momento  similar  en  su  historia.

 

Flashback

 

-. ¿Cómo es posible esto?  Anda levanta más el mentón, sujeta  mi  cintura con  más  firmeza,  vamos a  empezar  otra  vez, un, dos, tres, un, dos, tres,  un, dos  tres y cuatro y  giro,  un, dos y  un, dos,  hacia  atrás, otro  giro más, ¡Por  Shinou, haz más  palanca en tu  pie derecho  cuando  giremos! .-

 

Decía el acompañante de su majestad mientras le mostraba como debía realizar la tradicional  danza  Mazoku,  pues  llegado el día que el  Maou contraiga  nupcias deberá  ejecutar  dicho baile a la  perfección, más  parece que  el  monarca  poseyera  dos  pies  izquierdos.

 

-. Esto es muy complicado, ¿Podemos descansar un poco por favor? .-

 

. - ¡¿Há?! Si sigues descansando cada  5 minutos  nunca aprenderás  a  hacerlo  bien,  además  no  puedo  creer que a estas  alturas  no  hayas  podido aprender  tan  sencillo  baile, no me imagino si  te muestro  una  danza  más  completa,  eres  una  vergüenza como  Maou-.

 

. - ¡Ya lo sé, ya lo sé!  Soy un fracaso para esto del baile pero debes  tener me  algo de paciencia,  apenas  hace poco  que  empecé con todo esto de las  tradiciones de  este lugar y  aun no  me  acoplo del todo, además…-.

 

. - ¡Hum! Simplemente inaceptable, está bien por hoy  hay que dejarlo  ya,  después de todo no  es como que si  fuera  ya  la  fecha  previa  a la boda, además ya  es tarde,  tengo que  irme la tropa me espera, nos  vemos  mañana-.

 

. - ¡¿Eh?! ¿Otra vez te vas de brigada? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Me hubiera gustado acompañarte esta vez -.

 

Respondió el Maou  algo  pesaroso al  saber  que  su  compañero  partía una  vez más  a las  fronteras, parecía ser que  su  compañía  le  era  muy grata y su presencia daba paz a  su  corazón,  estaba  tan  acostumbrado a  su  presencia, quería decirle  algo pero  siempre había  algo que lo impedía  su majestad  solo se quedó  mirando cómo se marchaba  su acompañante y le  dejaba  en soledad en medio de  ese  enorme  salón.

 

FIN DE FLASH BACK

 

La  música  se  detuvo  y la  danza  dio  por  terminada,  el monarca agradece a su  Reyna  con una  reverencia  y va de  regreso  a  su asiento mira de  reojo  hacia  la entrada principal  esperando  encontrar  a una persona  entre  la muchedumbre más  nada  pasa,  todos  los  invitados  no se percatan que  su  majestad  no  está  atento a  su propia celebración,  la  Reina Berenice sonríe y  sigue  conviviendo con los demás invitados,  su majestad exhala  con  un deje de cansancio,  su mirada  clavada en una  copa  le  toma  y juega  con el  contenido  de este  dando  giros al  licor, mientras  mira  por  el cristal,  cuando de repente  se  abrían las  puertas  principales  del  salón y una  figura  señorial  se hacía notar,  esa indiscutible  belleza en su rostro,  esa  dorada cabellera,  ese  par de gemas  esmeraldas y  sobretodo esa sonrisa al  irse aproximando  hacia  su  soberano,  con cada paso  que  este  recién llegado  daba  un vuelco daba el corazón del  Maou.

 

. - ¡Majestad! Os ofrezco la más humilde de mis disculpas, me había sido imposible el estar en  vuestro  enlace más  el  Shinou  ha  sido  benevolente y  generoso y  ha permitido  a  mi caballo acelerad el paso y  acortad  los caminos que me  reúnen  con  vuestra  excelencia,  recibid  de mi persona y de las  humildes  tierras  de Bielefeld mis  más amplias y  dichosas  salutaciones  para  mi  Señor  y vuestra  hermosa Reina-.

 

El representante de Bielefeld, postrando con rodilla al piso y mostrando absoluto respeto y devoción a su monarca expresaba sus felicitaciones y  mostraba una  vez más  su  compromiso para con el  mandataria  de  estar  a sus  servicios,  el Maou,  sonríe de medio lado aunque  está  sumamente feliz de  verle  estas no eran las  condiciones  en las  que  es  hubiese querido  encontrarle  así.

 

. - Nos alegra el que haya podido llegar a tiempo y acompañarnos en este maravilloso día Lord Von Bielefeld, mi amado esposo y yo se lo agradecemos, por cierto… ¿Cómo se encuentra vuestro tío? -.

 

. - Mi Señora, agradezco su interés y preocupación para vuestro humilde siervo, mi tío Lord Baltorana lamenta no haber podido venir, su salud aun es delicada, es por eso que dentro de poco yo asumiré por completo el mando de las tierras en Bielefeld, contando siempre con vuestra aprobación, mis Señores -.

 

Respondía con un deje de preocupación y tristeza Lord Bielefeld mientras seguía postrando su mirada al piso, recordando la enfermedad de su querido benefactor, su querido tío Baltorana, más otro punzante dolor es el que le impedía mirar directamente a los ojos a sus monarcas, un dolor que quería  ocultar  tras una  afable  sonrisa y  una  actitud solemne y en todo momento  tratando de  mantener un margen  entre  él  y su majestad.

 

El escolta del Maou mira con pesar la escena, no sabe si siente más pena por su majestad, por ese chico que postrado a sus pies muestra sus respetos o por aquella linda joven que ignora la verdad de todo ello.

 

Lord Bielefeld, hace una reverencia y se retira de la presencia de los monarcas, va a donde los demás invitados quienes lo reciben con alegría entre ellos su madre y hermanos lo acogen en un cálido saludo, un fortísimo abrazo por parte de su madre no se hace esperar.

 

. - ¡¡Querido!! Por un momento creí que no llegarías, ¿todo está bien con Baltorana? -.

 

. - Hahaue, Aniwe, Conrad.  Mi Tío Baltorana está muy mal, no pensaba venir, pero no podía  hacer le  tal  grosería a su  majestad,  solo  me quedare por esta  noche, mañana a  primera  hora  debo regresar  a tierras  de Bielefeld, pronto tendremos que  hablar  de  asuntos  muy  serios  Aniwe, Hahaue-.

 

. - Wolfram, no tienes que hacerte el fuerte en un momento así, si hay algo en lo que podamos  ayudarte por  favor haz no lo  saber -.

 

. - Si, Aniwe. Sé que cuento con todos.  Al menos me alegra que  su majestad por  fin  tenga quien  va  a cuidar  de  él, y que no tendré por qué  angustiarme de que  este  solo, creo que  fue un error  el  haber permanecido tanto  tiempo  a  su  lado,  se acostumbró demasiado  a depender de los demás,  pero  con esta  hermosa pareja  su majestad seguro será  muy  feliz -.

 

Dijo eso ultimo e involuntariamente una lagrima  surco  su  mejilla, al  percatarse de  ello quiso  disimular girando  su  rostro a  otra parte y rápidamente  seco  aquella lagrima,  empuño  sus  manos y  regreso la mirada para  regalar le  a  todos una  gran sonrisa, su madre y  hermanos  solo atinaban a  guardar silencio y corresponder  con una pésima  sonrisa aquel  esfuerzo por  Wolfram de mantener  su control.

 

. - Podrían disculparme un momento, necesito un poco de aire fresco-.

 

. - … Wolfram… -.

 

Termino susurrando el Maou  al  ver a lo lejos que  aquel  rubio caminaba  hacia  una de las  salidas del  salón que  daban a  los  jardines, el Maou apretó  un momento sus manos frunciendo el  ceño  cerro  sus  ojos y trato con todas  sus  fuerzas  por  no  ir  tras  él,  mas todo esfuerzo era  en vano,  pues aunque él  lo quisiera  inconscientemente  su  cuerpo actuaba por  si solo y para cuando abriera sus  ojos,  sus  pasos lo  guiaban a  donde los jardines reales.

 

Tras  unos  20 minutos de  caminar  entre  ellos mira  allá  a lo  lejos una figura muy  conocida  ya por el  rey, avanza  con acelerado paso, más  se  detiene un poco está  a punto de tocarle  pero su mano se detiene por un momento, mira indeciso no sabiendo que decir  o como explicar el por qué  está  justo  allí  intentando contener  la necesidad por  acercarse por tocarle,  en  lugar de  estar a dentro celebrando,  brindando con los demás  invitados y  su  esposa, baja  derrotado su mano y  solo se limita  a contemplar lo, el joven Lord Bielefeld  aún no se  ha  percatado de la presencia del Maou, busca en sus  bolsillos algo,  saca de uno de  ellos una  estuche  plateado,  hermosamente tallado, le  abre y  de  este  saca un largo cigarrillo en un tono marrón oscuro,  cierra la cigarrera y  da  un par de  golpecitos  al  tabaco y  después lo lleva  a sus labios, en su mano una  pequeña flama se  hace presente y enciende  su  cigarrillo dando un par de profundas inhalaciones, exhala relajado el humo de aquel  cigarrillo y recarga  su cuerpo  en una de las  tantas  pilastras que  adornan el  jardín  su mirada  está dispersa en la  inmensidad de la noche y su pensamiento  vuela lejos de él.

 

. - No sabía que fumaras, ¿Hace cuánto que lo haces? -.

 

. - ¡¿Eh?! ¡Su majestad! -.

 

. - ¿Podrías dejar de llamarme así? y solo decirme Yuuri. No soy más que aquel Henashoko que siempre le llamabas la atención cada 5 minutos, Wolf -.

 

. - ¿Cómo pretende su majestad que yo pueda hacer eso? En el pasado yo podía hablar le así a su majestad así por… por…-.

 

. - Antes y ahora puedes seguirme llamando Yuuri, tu mejor que nadie sabes cuan detestable es para mí el que me llames “Su Majestad” -.

 

 . - Lo siento mucho, es solo que ahora mismo no podría llamar le de otra forma -.

 

. - No digas tonterías Wolf, oye… ¿Esta rico, puedo? -.

 

. - ¡¿Eh?! ¡Oí Yuuri! Tu… t-tu no … Yuuri-.

 

. - Hehehe, por fin me llamas por mi nombre, si, así llama me Yuuri-.

 

Cuando el Maou se acercó a Lord Von Bielefeld, con una mueca algo juguetona tomo el  cigarrillo de  manos de  Wolfram y probo de  este  no el  sabor del tabaco más  bien, el delicado sabor de los labios de aquel oji esmeralda, al  ver  la reacción del  rubio el Maou no  pudo resistirse  por mucho y acerco su rostro al del sorprendido chico y aprovechándose del momento robo un par de besos de labios del oji esmeralda.

 

. - ¿Podría su Majestad dejar de bromear conmigo? Si alguien llega y nos viera seria todo un lio para explicar  a vuestra  Reina, El Maou  no debe burlarse así de sus súbditos,  no es gracioso-.

 

Wolfram se  apartó de Yuuri bruscamente cortando  con aquel  último  beso que  amenazaba  con desencadenar una tórrida pasión, Wolf da la espalda a  Yuuri y toca sus  labios tratando de contener  sus sentimientos, los  latidos de su  corazón  son tan  fuertes,  su alegría  compite en ese  momento  junto  con su  tristeza así  con  su enojo, sus emociones y pensamientos  son  todo  un lio más  procura mantener la calma, por parte del Maou solo le mira y exhala algo triste,  sabe  bien que  ahora ya no hay  nada que  pueda hacer  sino entender  sus acciones,  y  sabe mejor que nadie que  perdió la oportunidad  de estar  junto  a él hace  un largo  tiempo,  más  sin embargo,  no puede  evitar el querer  estar junto  a ese  chico.

 

. - Lo siento Wolfram, no sé qué me paso, fue solo un impulso, es solo que…-.

 

. - ¡¡¡YYUUUURRRRIIII HHHHHEEEEEEIIIIIKKKKKKAAAAA!!!! -.

 

Fue interrumpido por los gritos alocados de su  consejero que  venía  corriendo  a su encuentros,  Wolfram mira de reojo al Maou quien lo  contemplaba  con una  mirada de  súplica,  como pidiendo perdón,  como anhelando el poder  detener el  tiempo y quedarse un poco más con él, Wolfram da media  vuelta y se dirige hacia el palacio dejando a merced  del consejero al Maou.

 

[ Después de todo, es lo mejor Yuuri, ya deberías de haber lo comprendido, deberías de haberlo asimilado, ni tú, ni yo podemos estar  juntos, tú lo dijiste  aquel  día, y yo también ahora debo asumir mi derrota,  aunque… la  verdad,  yo pensé que me esperarías, que  me buscarías, que me querías, pero ahora… ahora ya eres de otra persona y  yo no puedo hacer nada, solo… solo seguir también adelante, enfocarme en ser un digno sucesor de la familia Bielefeld y nada más ….]

 

Los  ojos de  Wolfram  se  inundaron en lágrimas  mientras  seguía  su  camino hacia el palacio y en su pensamiento se  repetía una  vez más  que no era  correcto, no era adecuado el sentir  lo que siente por su majestad, sus  pasos lo llevan  hasta los pasillos que  dan a la habitación del Maou, se detiene sus manos  tiemblan, pero su  curiosidad lo lleva  a abrir  las  puertas; una  hermosa  cama con sábanas blancas y un enorme corazón hecho con pétalos de rosas está decorando el  lugar, la  luz de las  velas  están centellantes  dando un efecto etéreo a la habitación, un dulce aroma se percibe a vainilla y jazmín, en aquel  lugar sus  recuerdos lo invaden,  tantos y tantos momentos y ahora el no estará allí, Wolfram empuña sus  manos y por un momento las ganas por  querer  quemar  aquella  cama  lo invadien,  su Mayorku se  presentaba en sus manos y por un segundo  estuvo a poco  de  prenderle fuego a la habitación, después dio un pesaroso suspiro y desistió de tal acto,  salió del sitio y siguió su  camino, entro a lo que  era una de las habitaciones que antes usara, Wolfram no lo pensó  mucho  y recostó  su  cuerpo en  la  cama, cubrió su  rostro con sus antebrazos  y  simplemente  dejo  salir  toda  su  tristeza,  sus  lágrimas corrían por los  costados de  su  rostro,  era un  sollozo ahogado,  nadie debía  saber, nadie  debía  escuchar lo,  nadie tenía por qué sentir pesar por  él, era lo que decía, mientras  se repetía  a si mismo todo será para bien.

 

El hermoso príncipe Mazoku jamás se percató que un par de ojos  vigías le cuidaban a cada  paso, unos  ojos celeste lo acompañaron hasta que  se  quedó dormido,  mientras  tanto la  fiesta  seguía, El Maou regreso a donde los invitados al  lado de Lady Von Speternger, la dama curiosa quería saber  a dónde se había ido más el  Maou  simplemente  no respondió a sus preguntas, llegado el momento, los monarcas se dirigieron a la  alcoba real, Berenice estaba  muy  nerviosa pero emocionada a la  vez, por su parte Yuuri no se  veía ni una  sola  pisca de emoción por  estar a solas  con su ahora  mujer.

 

Lady Berenice se sentó en el borde de la cama y extendió su brazo para que Yuuri se acercara, él desajusto su capa y su traje de la parte  superior y se acercó como su  esposa lo quería, le  recostó  por completo en el lecho y  le contemplo por un momento, Berenice sentía salírsele el corazón por la emoción, Yuuri parecía que  le daría un  beso pero justo cuando  estaba a nada de unir sus labios se detuvo

 

- Lo lamento mucho Lady Berenice, creo que no me siento con ánimos para hacer esto, la  fiesta fue  muy larga y estoy  agotado, por esta  noche  lo mejor será  dormir,  te dejare descansar, seguro  tú también estas  muy  cansada así que,  lo mejor será tomar las cosas con calma -.

 

- ¿Eh? P-Pero... Yu… Yuuri, yo no…-.

 

. - Shhhh… no te esfuerces sé que también ha sido pesado para ti,  descansa -.

 

. - P-Pero… Yu… Yuuri.... Se ha ido, no me lo puedo creer, se ha ido y dejado aquí sola ¿Qué clase de  idiota se cree que  es? -.

 

La  reina Berenice  se quedó  sola en la habitación real,  mientras  que Yuuri salió por  piernas  del lugar, simplemente  no podía,  no podía  estar con  esa  chica,  el simple hecho de  estar  cercas le causaba  frustración, Yuuri empezó a caminar por los  pasillos  cuando  vio a  lo lejos un  hombre de aspecto realmente atractivo de rubios cabellos de ojos  azul celeste y de  hermosa  piel blanca, aquel  hombre le sonrió mientras  resguardaba  la puerta de una  habitación,  Yuuri se acercó a este y  el oji celeste sin decir nada abrió la  puerta, Yuuri  entro y  al  ver en su interior  allí estaba Wolfram,  completamente  dormido con sus  brazos cubriendo su  rostro claramente se notaba  había llorado, el  oji  celeste le  coloco  una  mano en su  hombro y se acercó a  decir le un par de palabras.

 

. - Más vale, no lo hagas llorar más. ¿De acuerdo? -.

 

. - ¿Eh… S-Shinou? -.

 

Shinou Heika empujo a Shibuya al pie de la cama y este cayendo de rodillas frente a Wolfram lo veía dormir plácidamente,  el Maou se  acercó a donde el rubio y acaricio su frente,  aquel  sutil  movimiento de su mano provoco  que el  oji  esmeralda  despertase.

 

. - Yu…Yuu…. ¡¡¡¡¡¡¿¿¿Yuuri, pero que estás haciendo aquí, que no es tu noche de bodas???!!!!!!!! -.

 

. - Si, en efecto es mi noche de  bodas -.

 

Su majestad se acercó a Bielefeld y deposito sus labios en los suyos, las emociones y sensaciones  que experimento en ese  momento Wolfram al igual  que  Shibuya no podían ser  descritas con simples  palabras, a la  luz  de la  luna se  contemplaron en  silencio, no  había palabra alguno entre  ellos, solo el palpitar acelerado de  sus  corazones,  ambos  bien sabían que no debían, mas  sus ímpetus eran quienes marcaban las acciones de aquella  noche.

 

Yuuri regreso a la puerta y extendió la mano para que Bielefeld le acompañase, sin más  se reincorporo de su lecho y siguió a  su majestad, llegaron a  el baño real,  donde una inmensa  bañera los  esperaba Yuuri llevo a  Wolfram en medio de esta y un resplandor  se presentó  en su alrededor Wolfram no sabía  muy bien de que iba  todo esto pero no pretendía dejar a su majestad,  aun dentro suyo no podía  renunciar aun a  él.

 

Yuuri beso al Mazoku de  fuego y un portal se  abrió,  las intenciones del  Maou era  abandonar  aquel  lugar  con su  querido  Wolfram y  no regresar más, el rey original  observaba entre las  sobras aprobando  la decisión de  Yuuri,  más la racionalidad regreso a Wolfram,  apartando  con brusquedad a  Shibuya, rompiendo el portal, dentro del  cuarto de baño empezó a llover y Yuuri miraba consternado a  Bielefeld  quien al  haber  forzado la separación cayo de posaderas  en la  bañera, la  mirada de Wolfram  era de reproche  y confusión, antes que  todo, antes que  de sus  sentimientos antes que  de su  felicidad  estaba  su  reino,  sus  conciudadanos todos  sus  soldados  que lucharon palmo a palmo por el  bienestar de su nación y el no sería  el  promotor del caos  abandonando el reino  junto a su majestad  solo por cumplir  un capricho de un Maou que aún no acababa de  madurar  después de todo Wolfram ya tenía para  ese entonces más de 200 años y  Shibuya apenas y parecía de unos 23 años.

 

. - ¿Acaso su majestad os ha vuelto loco? Simplemente no puedo dejarte cometer tal locura, por los motivos que sean, por más razones que me dejéis no puedo seguiros en esta empresa, regrese, regrese con vuestra  reina,  regrese con  vuestro pueblo,  sea  el Rey que todo  mundo  ama, y  deje  atrás  cualquier otro pensamiento  egoísta e infantil-.

 

. - ¿¡Pero que me estás diciendo Wolfram!? Yo no puedo regresar con Berenice, porque no la amo, no puedo ser un  buen rey mientras  que mi corazón me  suplica por estar con la persona que  en verdad  amo,  Wolfram  yo  a ti te… -.

 

. - ¡BASTA! Deja de  decir  mentiras,  deje de  estarse  burlando así de mí,  de  Shin Makoku, de todo mundo,  afronte  su  realidad,  afronte que eligió desde hace mucho  ser  de otros  brazos de otro  corazón y  acate  vuestra  voluntad  desde  años atrás,  te lo  dije  hace  mucho,  Su  Majestad,  recordaros, recuerde estas  palabras una y otra  vez así como yo  lo hago desde aquel día.-

 

. - ¡WOLFRAM! -.

 

Lord von Bielefeld salió del cuarto de baño y se dirigió sin más a sus habitaciones, al cerrarse las  puertas de aquel  lugar  Shibuya  cayo de rodillas con sus manos  cubriendo  su  rostro, recordando claramente  tan  duras palabras y  doliendo le en lo ms  profundo de su  ser  el haberlas  dicho en el  pasado.

 

Mientras tanto en las habitaciones de Bielefeld el rubio cerro con fuerza su puerta y tras  esta  se  deslizo hasta quedar  en el piso, apretando  sus  puños trataba de  contenerse y no regresar  de inmediato a  brazos de su majestad,  mordiendo  su labio  inferior se maldecía en su  pensamiento por decir palabras  tan crueles, un hilo carmín  surco  por la comisura de  su  boca  y las lágrimas  caudalosas  cual  torrenciales  ríos  escapaban de  sus  ojos.

 

Su  majestad  Shinou Heika,  mecía  su cabeza en  completa desaprobación,  sabiendo  pues  que  esto  iría  mal, más  desde hacía un tiempo él había  decidido no  involucrarse más  en  el ritmo que  llevan  estos  jóvenes, pues aunque  él  quería unirlos  tal parece que ellos mismos  se  apartan, por  errores del pasado o  ya sea  en el  futuro,  Shinou Heika  simplemente  parecía ser espectador,  mas  su consejero  pendiente de  él  está  a  su lado en todo momento y contempla  junto  aquel desastre.

 

. - ¡¿Vas a dejar las cosas así?! ¡¿Cuánto más harás sufrir a Shibuya por su error?! Date cuenta que no solo él está padeciendo todo esto, Lord Bielefeld es quien más lo está sintiendo -.

 

. - No está en mi hacer nada, Yuuri es mi elegido, y como bien dijo mi querido descendiente, no  se puede sacrificar  una nación por el capricho egoísta de un chiquillo, y  Yuuri  aún  sigue  portándose como un  niño,  cuando el muestre ser un  verdadero hombre y  esté dispuesto a resarcir el daño pasado, pueda que  le  dé una  mano -.

 

Shinou Heika dio media  vuelta y se desvaneció entre las  sobras mientras el gran sabio veía con pena  a Shibuya  quien seguía  lamentando  su destino,  pero  a pesar de lamentar  todo nuevamente  tomando  fuerza fue en  busca de Wolf, toco a  su puerta y al no  ser recibido por  el  rubio se acercó a  la puerta y una y  otra  vez imploraba  por ser perdonado,  mientras  Bielefeld se  cubría con ambas manos la boca para  así no ser escuchado por el Maou e intentaba con todas sus  fuerzas no ceder ante su querido oji negro.

 

 . - Lo siento, lo siento, me arrepiento mil veces de lo que dije, de lo que decidí aquella  vez,  Wolfram por  favor no  me dejes -.

 

. - Veta Yuuri, vete, ya basta… no sigas, no continúes algo que al final será más doloroso para los dos el día de mañana, por el Shinou vete de una vez-.

 

Wolfram decía aquello con una voz dolida, quebrantada por la pena, su corazón no podría más y su voluntad estaba a punto de quebrarse y acceder a sus deseos más profundos, si seguía  escuchando a su majestad  bien sabía que no podría  contenerse y sería uno con él, aunque después  lamentaría  lo  ocurrido.

 

. - Wolfram, tu eres el único al que quiero, por favor deja me entrar te prometo que  solo será esta vez y después te dejare,  prometo me convertiré en el  rey que  este pueblo merece y en el  hombre del cual estés  orgulloso, pero, por  favor,  permíteme estar esta noche  junto  a ti,  Wolfram,  se mío,  se mío y permíteme conservar  ese recuerdo para  siempre Wolf…-.

 

. - ¿Lo prometes, será solo por esta vez? ¿En verdad puedo creer en tu palabra Yuuri? -.

 

. - Si, lo prometo, te lo juro -.

 

Wolfram Von Bielefeld abrió lentamente la puerta de su habitación y dejo que su majestad ingresase de una vez,  Yuuri al  ver a su  querido príncipe de  fuego se abalanzo a este y lo estrecho en sus brazos,  le  aprisionaba tan  fuerte,  no deseaba que  se  le  escapara de sus  brazos, Bielefeld se  abrazó  también a  su majestad y descansaba su cabeza  en el hombro del Maou.

 

Yuuri  tomo entre sus manos el  rostro de  Bielefeld y  deposito un apasionado  beso en sus labios,  Wolf correspondió a  este con  hambriento deseo,  si  este sería  su  único momento  juntos  si esto  sería el  adiós  definitivo, entonces, y  solo  entonces  quería  llevarse  con el  todo cuanto le fuese  posible, sin darse cuanta  Wolfram en si  se llevaría de su majestad  todo cuanto poseía,  todo cuanto  ama,  todo  su  ser,  todo su deseo,  toda  su pasión,  todo su amor seria  solamente de  este  hermoso  Mazoku de  ojos  esmeralda.

 

Shibuya le guio hasta la cama y lo recostó,  sin más tomo las  ropas aun empapadas de  Bielefeld y  las retiro y recorrió centímetro a centímetro cada palmo de su piel, degustando del dulce néctar de su amado, fundiéndose uno en el  otro.  Wolfram se  aferraba a  la  espalda de Yuuri mientras  era  abrazado por  su  majestad, sus  corazones se complementaban en una rítmica euforia, las potentes caderas del Maou marcaban el  compás de su pasión, haciendo  exclamar  gemidos de placer a su oji verde quien cegado ante el deleite de esa pasión se estremecía y se explayaba dando todo cuanto poseía dentro de su ser, Yuuri  una y otra  vez  tomo de sus labios la  dulce y embriagadora ambrosia de su  amante, se unieron  un sin número de  veces hasta que  sus  brazos  no  tuvieran más  fuerzas para sostenerle en ellos, hasta que  sus  piernas  no les permitiesen dar un paso  fuera de  aquella  habitación,  el sudor de sus  cuerpos impregnados  con el clímax de su sensual danza,  aquel par de amantes consumidos por  el deseo, el hambre de  ser  uno, y aquella desesperante necesidad de  expresar  todo cuanto se amaban, sucumbieron al   agotamiento,  siendo  Wolfram  aquella  ardiente llama que le  consumió en  el  deseo, la pasión y un amor  sin límites,  y  siendo  Yuuri una poderosa  tormenta que le  envolvía en el caudal de  su ansiedad, en ese desbordante amor, en esa inmensa laguna de pasión que no parecía  tener un fin, ambos  fuego y  agua,  ambos amor y pasión.

Notas finales:

Juntos por fin, juntos por solo esa noche, y por solo ese momento en el que tocasen juntos el cielo, que pesara el día de mañana. Pero también los sostendrá para seguir día a día, pues su  recuerdo de  ese momento en el que  fueron  uno y se  dieron todo  amor que desde siempre sintieron los  ara mantenerse  firmes en su decisión.

 

 

 

ZumikoYuram


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