Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo ningún beneficio económico.
Pareja: Harry/Draco
Clasificación: R
Advertencia: Esta historia es un AU.
CapÃtulo 7.
Harry decidió volver a Hertford, sabÃa que sus amigos se sentirÃan algo decepcionados, pero no podÃa seguir allÃ. El recuerdo de su explicación con Draco Malfoy lo tenÃa incómodo. No se arrepentÃa de su respuesta, pues esta no podÃa ser diferente, siendo quien era. Huérfano, pobre y sin relaciones, pero no por eso se dejarÃa humillar. Jamás aceptarÃa que alguien como Draco se creyera haciéndole un honor al pretenderlo. No era como para vanagloriarse que alguien ofreciera su corazón y se avergonzara de ello. Esperaba que alguien le amara tanto que no le importara su posición social, alguien que se enorgulleciera de su amor.
Estaba seguro que tras su rechazo el joven Malfoy muy pronto le olvidarÃa. Para alguien tan orgulloso como él, sin duda aquel era un traspié que desearÃa dejar atrás con prisa. No le extrañarÃa que la próxima noticia que tuviera de él fuera su compromiso con alguien de un linaje antiguo e ilustre.
~**~
A su regreso a Hertford, Harry encontró casi todo igual a como lo habÃa dejado. La novedad era que Ginny habÃa sido invitada por la familia de Ernie Mcmillan a pasar una temporada en Brighton, una cierta intranquilidad lo acosó al recordar que el joven Mcmillan era muy amigo de Adrian Pucey. Pero casi enseguida se tranquilizó al pensar que Ginny no entraba en la categorÃa de las mujeres por las que se interesaba Pucey. Ginny no tenÃa nada que pudiese tentar a ese caza fortunas consumado.
En cuanto a Ron no habÃa gran cambio, se le veÃa tranquilo, aunque Harry sabÃa que aún sufrÃa. En momentos asà era cuando el moreno se enfurecÃa y se preguntaba por qué tenÃan que venir a Hertford, Zabini y sus amigos. De no haber ocurrido la vida de Ron y la suya serÃan tan apacibles como lo fueron siempre. O si tan solo Zabini fuese un poco parecido a su amigo y jamás le dirigiera ni siquiera una mirada a Ron, éste sin duda serÃa feliz.
Ahora que caminaba en silencio junto a Ron se preguntaba qué pasaba por su mente. Era difÃcil saber cómo se sentÃa realmente, por esa tendencia natural que tenÃa a ocultarse como una tortuga dentro de su caparazón.
-Pensé que te quedarÃas más tiempo con Hermione -dijo de pronto Ron.
Harry fue sacado de golpe de sus cavilaciones y miró al pelirrojo interrogante.
-Pensé que te quedarÃas más tiempo con Hermione y Zacharias.
-Ah, eso… bueno pensé en quedarme pero… hmm… después cambié de idea.
-Eso es obvio -dijo el pelirrojo con una sonrisa -¿Sucedió algo?
-¿A qué te refieres?
-¿Qué te hizo desear volver tan pronto?
-Nada en particular.
Ron asintió. Continuaron caminando sin decir nada por un buen rato.
-Quisiera saber cómo estás -dijo el moreno.
Ron arrugó el ceño.
-Estoy bien, como siempre.
-Me gustarÃa creerte.
El pelirrojo se paró y miró suspicaz a Harry.
-¿Qué pasa Harry? ¿Por qué me dices eso?
-Quisiera entender porque te cuesta tanto demostrar lo que realmente sientes -dijo Harry.
-A qué viene eso Harry.
-Últimamente le he dado mucho vueltas a lo de Zabini y llegué a la conclusión de que si tú hubieses sido un poco más demostrativo con él, no se habrÃa marchado creyendo que te era indiferente.
-De qué hablas Harry, no te entiendo.
-Zabini se marchó porque pensó que tú solo le tenÃas simpatÃa, nada más.
-¿Y cómo puedes tú saber eso?
-He pensado mucho sobre el asunto.
-¿Por qué?
-No sé, solo lo he pensado.
Se hizo otro silencio.
-Todo se reducÃa al hecho de que no estaba a su altura, en ese caso mis sentimientos carecÃan de importancia -respondió Ron.
-Quizá debió ser al revés, lo más importante eran los sentimientos y después los inconvenientes.
-Las cosas no funcionan de esa forma.
-Es cierto.
Se hizo otro breve silencio que esta vez rompió Harry.
-¿De no existir aquellos inconvenientes, le hubieses demostrado más abiertamente tu afecto?
-Lo hubiese hecho -respondió Ron con rotundidad.
Harry asintió.
Ron miró de soslayo a Harry, sabÃa que esa pregunta no era producto del azar, pero preferÃa no indagar en el tema, a veces era mejor no saber.
~**~
Los meses de primavera avanzaron sin hecho digno de mencionarse en la vida de Harry y los Weasley. A fines de mayo Ron marchó con sus hermanos mayores a una excusión de cacerÃa, pero Harry no fue con ellos, pues recibió una carta de Hermione invitándole a Wiltshire, el moreno decidió aceptar, pues se sentÃa una tanto culpable para con su amiga, por haber puesto término a su visita a Dorset de modo precipitado. En los primeros dÃas de junio, Harry partió hacia Londres, se reunirÃa allà con su amiga, para luego emprender juntos el viaje hacia Wiltshire.
Para el moreno fue tranquilizador comprobar que la relación con sus amigos seguÃa intacta pese a su partida abrupta de Dorset hacia medidos de marzo. El viaje hasta Wiltshire fue bastante relajado, hicieron varias paradas por el camino y se dieron tiempo de conocer los alrededores de cada lugar nuevo por el que pasaron. Hacia fines de junio llegaron a destino y se alojaron en una hosterÃa muy abarrotada, ya que era mucha la gente que decidÃa viajar en verano.
Harry se encontraba bastante animado al igual que Zacharias, éste último era aficionado a la pesca y sabÃa que en el rio Avon, que cruzaba el condado, habÃa varios lugares dignos de visitarse para este fin.
~**~
HacÃa dos semanas que estaban instalados en aquella agradable hosterÃa y Harry observaba el ir y venir de los viajantes con animación. Aquel cambio de ambiente le resultó muy grato. Por supuesto que extrañaba a su familia, pero tener ese tiempo para él, alejado de la cotidianeidad de la vida de Hertford, no le desagradaba. Además sus amigos eran entusiastas.
Harry estaba un tanto asombrado por el hecho de que lord Snape diese a Zacharias autorización para ese viaje, pues sabÃa que su amigo debÃa supervisar los trabajos que se realizaban en Lacey Park, pero el joven Smith explicó que las obras debieron detenerse, pues habÃa un retraso en la llegada de ciertos materiales necesarios y como aquello no sucederÃa hasta fines julio, lord Snape le sugirió que aprovechara esas tres semanas para pasear con Hermione, la chica era joven y no tenÃa por qué vivir encerrada en Lacey Park, según lord Snape.
-Al principio lord Snape me intimidaba mucho -dijo Hermione -, pero ahora que lo conozco mejor he descubierto que tras ese gesto adusto hay un gran hombre.
Zacharias sonrió complacido al escuchar a su joven esposa.
-Fue él quien nos sugirió viajar hasta aquÃ. Es un lugar lleno de historia e increÃbles sitios que conocer -agregó Smith
-SÃ, al parecer atrae a mucha gente durante el verano -apuntó Harry -, nada más hay que mirar en derredor.
~**~
Después del medio dÃa Zacharias rentó un coche de paseo y se fueron a conocer los lugares más llamativos.
Harry conversaba animadamente con su amiga cuando vio que Zacharias se desvió de la ruta que llevaban.
-¿Por qué nos desviamos? -preguntó el joven de ojos esmeraldas.
-Le prometà a Hermione que la llevarÃa a conocer cierto lugar, es muy famoso y admirado por su esplendor.
La joven asintió con una sonrisa.
Harry se entusiasmó con la idea y asintió con aprobación. El cochecito avanzó por un camino bordeado de tupido bosque y al final de este se abrÃa una gran claridad. Harry esperaba observar un paisaje deslumbrante. Por eso, cuando vio ante sus ojos una mansión de proporciones abismales, se quedó un tanto sorprendido, pues no era lo que esperaba. Lo primero que le vino a la mente era que en ese lugar debÃa vivir un prÃncipe. No conocÃa muchas mansiones, en realidad solo conocÃa una, Lacey Park, propiedad de lord Snape, pero esta que veÃa ahora era diez veces más grande que aquella, y la magnificencia de la construcción no podÃa compararla con nada que hubiese visto antes.
El cochecito siguió avanzando por un rato y a medida que se acercaban la majestuosidad era más evidente. Finalmente Zacharias se detuvo junto a una fuente de grandes proporciones que precedÃa la entrada a la mansión.
-¿Quién vive aqu�-preguntó Harry con curiosidad mientras ayudaba a Hermione a descender del coche.
-Ya lo sabrás —respondió Smith con tono enigmático.
-¿Crees que nos permitirán verla por dentro? -preguntó Hermione.
-Claro que sÃ, está abierta para los visitantes cuando el dueño se encuentra fuera.
-¿De veras? -preguntó esta vez Harry.
-SÃ, lo sé de muy buena fuente -aseguró el joven Smith.
Se encaminó hacia la entrada y fue atendido por un mayordomo. Tiempo después los tres jóvenes fueron recibidos por el ama de llaves, la señora Sprout. La magnificencia del lugar tenÃa asombrados a los visitantes. La mansión tenÃa cinco plantas. Hermione se estremeció con solo pensar cuánto costarÃa mantener un lugar asÃ. Ahora comprendÃa la altives de su dueño.
Harry escuchaba distraÃdamente las explicaciones de la señora Sprout, con respecto a la historia de la mansión y de aquella familia cuyo linaje tenÃa una data muy antigua. Desde el siglo IX, con la llegada de Williams el Conquistador desde Francia, se establecieron en Wiltshire. El joven de ojos esmeraldas hubiese continuado escuchando apenas, de no ser porque fueron conducidos por la señora Sprout al salón de los retratos y allà tuvo una revelación que le heló la sangre.
-Este es el actual señor de Malfoy Manor. No cabe duda de que es un joven muy bien parecido, pero ustedes le conocen personalmente, asà que coincidirán conmigo en que fue muy bien retratado -dijo el ama de llaves.
Harry se quedó estático mirando aquel retrato de cuerpo entero que estaba sobre la chimenea. Draco Malfoy le miraba serio e imperturbable desde la altura.
-No puede ser -susurró el moreno, pero sus amigos ni la señora Sprout le escucharon.
-Yo dirÃa que sà -dijo Hermione -, hace unos meses estuve sentada frente a él, asà que pude observarlo bastante bien.
-SÃ, coincido, el que pintó este cuadro le hizo justicia -opinó Zacharias y luego miró Harry que tenÃa los ojos fijos en la pintura -, tú qué dices Harry.
El joven moreno apartó la mirada del cuadro.
-SÃ, por supuesto -respondió mientras intentaba controlar su repentino nerviosismo.
A partir de ese momento el joven de ojos esmeraldas ya no pudo prestar atención a nada más. La señora Sprout continuó mostrando a los visitantes los demás retratos, pero Harry ni siquiera los miró. Solo deseaba que ese recorrido terminara pronto. De haber sabido antes a quien pertenecÃa la propiedad, jamás hubiese puesto un pie en ella. No se le pasó por la cabeza preguntar, ahora lo lamentaba profundamente. Esperaba que el ama de llaves no le mencionara al dueño aquella visita.
Pero Hermione y Zacharias no tenÃan intención de marcharse pronto. Siguieron a la señora Sprout por todos los sitios que se permitÃa mostrar a los visitantes. Llegaron a la sala de música. Allà supieron que Draco Malfoy habÃa hecho instalar diversos instrumentos musicales, pero el más imponente era el piano, pues era su favorito. Asà continúo el recorrido por diversas habitaciones, cada uno más esplendorosa y magnÃfica que la anterior.
Harry se puso feliz cuando supo que finalmente se marcharÃan. El paseo por los jardines de la mansión no serÃa posible durante esa jornada, por eso fueron invitados a regresar al dÃa siguiente. Y por supuesto que el joven de ojos esmeraldas pensaba inventar una disculpa para no acompañar a sus amigos.
~**~
El alivio del moreno fue mayúsculo cuando por fin estuvieron de regreso en la posada. Esperaba que el ama de llaves no le mencionara al dueño aquella visita. Draco Malfoy era demasiado vanidoso y no deseaba que supiera que estuvo en su propiedad, lo último que querÃa era que el rubio pensara que él pretendÃa ponerse en su camino de modo premeditado.
Harry tomó un agradable baño y luego se vistió para cenar con sus amigos. El paseo le abrió el apetito como nunca. A las siete en punto bajó de su habitación. El comedor de la posada estaba muy concurrido y sus amigos estaban esperándole. Sonrió animado y caminó hacia ellos, cuando estaba a punto de llegar se percató de que conversaban con un joven de cabello castaño. Se acercó sin intimidarse, pero estando a pasos de la mesa se detuvo. El joven que conversaba con sus amigos se giró y otra figura fue visible para Harry.
Draco Malfoy conversaba amistosamente con el matrimonio Smith, cosa que a Harry le asombró mucho. Hermione se percató de su llegada y el moreno hizo lo posible por parecer calmado, aunque no era calma lo que sentÃa en ese momento.
-Ah, aquà estás Harry. Has llegado justo a tiempo para saludar al señor Malfoy -dijo Hermione mirando sonriente a su amigo.
Harry por supuesto notó el asombro de Draco, al mismo tiempo que vacilaba. El moreno trató de mantenerse imperturbable, pero el corazón se le disparó de golpe. Hizo lo posible por no mirar al rubio a los ojos, inclinó la cabeza a modo de saludo, y solo un breve «cómo está» salió de su boca.
Draco por su parte respondió con otra inclinación mientras sus mejillas se colorearon un poco, pero se rehÃzo al instante y presentó a su acompañante a Harry. Un joven de rostro atractivo y maneras agradables llamado Oliver Wood. Tras un breve intercambio de palabras el joven Malfoy se despidió. Harry sintió alivio.
Hermione y Zacharias sin notar nada o quizá lo hicieron, pero fingieron lo contrario, comentaban lo diferente que se veÃa Draco, desde la última vez que le vieron en Lacey Park.
-No creo que haya sido solo percepción mÃa, realmente el ahijado de lord Snape se ve diferente -comentó Hermione.
-SÃ, yo también lo noté. Parece menos arrogante -respondió Smith.
-SÃ, me pareció arrogante en marzo, ahora no, pero sigue siendo altivo -dijo la chica.
-¿Y no es lo mismo?-preguntó Zacharias.
-No lo es.
-Bueno después de ver Malfoy Manor… si yo fuese dueño de semejante lugar también serÃa como él.
-¿A ti qué te pareció Harry?-preguntó Hermione.
-No lo sé, supongo que igual que la vez anterior -respondió el moreno.
-Yo lo encontré distinto y sinceramente agradado de vernos. Y ese joven que le acompañaba es muy guapo -comentó la chica castaña.
-¿Será amigo o algo más? -preguntó Smith.
-Quién sabe, pero creo que se ven muy bien juntos -señaló Hermione -. Es probable que le haya conocido en Escocia.
Harry miró a su amiga y ella interpretó eso como una silenciosa pregunta de parte del muchacho de ojos esmeraldas y se apresuró a explicarse.
-El señor Malfoy ha estado en Escocia. Desde la última vez que estuvo de visita en Lacey Park, no sabÃamos nada de él.
-¿Desde marzo?-preguntó Harry asombrado.
-Sà -contestó esta vez Zacharias -, lord Snape estuvo muy preocupado porque cuando se marchó estaba perturbado.
-¿Perturbado? -preguntó Harry.
-SÃ, oà cuando lord Snape se lo comentaba a la señorita Parkinson. Lo cierto es que se quedó preocupadÃsimo por su ahijado.
Harry tragó saliva y Zacharias continuó con tono confidente.
-Al parecer un amor no correspondido, lord Snape dijo que acabarÃa olvidando pronto. Pero la señorita Parkinson estaba mejor informada y dijo que al señor Malfoy no le causaba tanto dolor no ser correspondido, sino el hecho de que esa persona le consideraba despreciable. Lord Snape, quedó muy sorprendido y dijo que no valÃa la pena amar a ese alguien si pensaba tan mal, pero ella aseguró que el señor Malfoy sufrÃa porque tenÃa la certeza de que esa persona sà valÃa la pena y aunque hubiese sido rechazado como pretendiente, respetaba y admiraba a esa persona.
El moreno estaba abrumado.