No, no es él...

Si supieran que de la Tierra que provengo existían castas: Alfas y Omegas siendo estos dos los de conflictos inmemorables y Betas que vivían como si fueran personas como todos ellos en esta Tierra,  sin una casta real, ni algo que los atara de por vida, ni un aroma, ni un deber de reproducirse para no extinguirse. Aquí no existe el instinto primordial. Aquí todos son libres de escoger. 

Bruce trataba de comprender todo lo de mi Tierra, un semblante de preocupación aparece en su rostro, se aproxima a la ventana donde a lo lejos ve a Diana con mi hijo caminando.

_ No te acerques a Jasón… ni lo pienses… no es el Jasón de tu Tierra… no te atrevas a perturbar la escasa cordura que tiene ese muchacho…  

Era su propia pregunta que lo agobiaba, pero un pensamiento que lo atormentaba era que sus Robín y las chicas se enterarían sobre Clark, y el que menos deseaba que se encontrara en el camino era a Jasón.

No estás solo, el tiempo cubrirá ese hueco que dejaré; abra alguien más que lo llenará, no es una marca el que nos hizo inseparables, no es el instinto primitivo que nos llevo a esta situación, no. Creo fervientemente que somos algo más que deseo y carne, somos algo imperfecto que con el pasar de los años logramos ser perfectos.  Mientras cuida a nuestro Jono que necesitara más de ti en ese mundo desconocido.

Finalmente Jasón se encuentra con Jonathan

_ Súper ¿Cuántos años te llevo aguantando? No he podido alejarte... Ni con mis desplantes, ni con mi independencia como omega... 

Jono a pesar de su corta edad entiende la incomodidad del joven, siente la tristeza de esos ojos aguamarina. 

_ Quiero besarte…

Jasón aun mantenía su nariz hundida en el pecho de Clark, inhalando ese aroma que lo calma, sus manos se cierran en puños en la tela de la camiseta del mayor, lo escucha.

Se molesta al mirar el desastre de la ropa de Jasón, no hay que ser un adulto para entender la situación en la que estuvieron, Clark esta desaliñado, mientras que el mercenario

Nosotros pertenecemos a las Tierras oscuras, a una de esas tierras donde el destino que tienen los héroes, en general es terminar mal. No importa cuánto bien se logre...

Él no está enterado de que es un Clon, tiene los recuerdos de mi Kal, tiene todo para ser él, pero...
No, no es él.

Constantine estaba encima de Jasón, quien lo miraba consternado por todo lo que escucho de ese casco rojo que se parece al suyo cuando es Red Hood, sí, el hombre rubio estaba encima de él olfateando su cuello, sometiéndolo con magia, mientras que el casco rojo está en la cabecera. 

Abre parte del casco para verse así mismo, lo alza como si estuviera en una obra de Hamlet que mira la calavera y se cuestiona el ser o no ser, un hombre mayor que él, con un mechón blanco, los ojos cerrados, pero con una sonrisa satisfecha por lograr sacar a sus dos amores de esa tierra maldita. 

Clark Kent de esta tierra es fiel a alguien, que ni siquiera lo hace en su mundo, al menos así lo cree el hombre de acero. 

Jasón se quita la careta de su casco para quedarse con el antifaz rojo. Sonríe desganado, del costado de sus piernas en una de  los compartimientos del pantalón de cazador extrae otra pieza convirtiendo su arma en una de lejos alcance.

El líder de los Búhos salta de azotea en azotea, llevando al menor en uno de sus brazos, estrechándolo a su pelvis con el menor recato, Jasón forcejeaba enfurecido por ese atrevimiento tan descarado, cuando tomaron una distancia considerable,

El Superman se detiene en seco, observa horrorizado el portal abierto, un portal que cruza las tierras y dimensiones, el portal que muestra la tierra de donde vienen.

— No… no es cierto…

Wonder Woman y el resto de los muchachos destruyen el resto de las garras, Conner alcanza a uno de ellos con una caja muy diminuta y aunque llevan Kryptonita no le hace daño, los golpea hasta que dejan caer la caja al vacío, Kara logra capturar la caja de plomo, congela al resto de las garras que se lanzan a ella.

Pero es más grande y fuerte de lo creyera de un hombre de esa edad, no se detiene, lo sigue sometiendo, muerde el hombro del mercenario, ante los golpes es inmune, lo toma de ambas manos sujetándolo con una sola con facilidad.

No tenía el lujo de enamorarme, pero lo hice de una amazona alfa.

No debía tener a inocentes bajo mi resguardo, lo hice y los llame hijos.

Por ningún motivo debes de poner la esperanza en alguien… deposite la esperanza de nuestra tierra en Superman.

Y la felicidad… la llame Jono.

Ambos estaban de pie retirados de la cama, llego un momento en que quisieron parar, pero el calor los hizo volver a unirse, chocar sus labios tan violentamente.

Un Alfa y un Omega, ¿Qué son en realidad? Una pareja unida por el instinto, por una marca, uno pierde mucho, su libertad.

— Mierda… No debería estar aquí…

Para cuando recuerdan sus labios chocan en un violento beso.

El cachorro sonríe, sujeta con fuerza la mano del niño de rasgos árabes, no lo lastima, ha aprendido a manejar la fuerza y sus poderes.

Una nueva vida. 

El fin de semana está por llegar, las ganas de correr hasta Smaville y abrazar a Jono le carcomen.

La última  conversación con el hechicero lo trajo a la realidad, sabía que todo lo que estaba realizando en Gotham iba a enfurecer a los criminales más peligrosos, algo que en realidad le provocaba cierta satisfacción, que todos esos mal nacidos fijaran la mirada en Red Hood.